Volver a empezar
Nicolás Stupenengo
Volver a empezar
Nicolás Stupenengo
Actor y director de cine
Creando oportunidades
Aprender a vivir de nuevo
Nicolás Stupenengo Actor y director de cine
Nicolás Stupenengo
Al argentino Nicolás Stupenengo la vida le cambió en un instante. Una mala caída al mar en un acantilado le produjo una lesión medular incurable. Desde entonces, decidió centrar su vida en aprender a vivir de nuevo en una silla de ruedas. Su historia es uno de esos ejemplos admirables de superación y determinación. Junto a su perra Sofía, su mejor asistente y compañera, ofrece conferencias educativas por todo el mundo, con el objetivo de concienciar sobre la discapacidad y la necesidad de una sociedad más adaptada, comprensiva y comprometida con la diversidad funcional.
Stupenengo es actor, director de cine y coach. Su discapacidad no le ha frenado para seguir luchando cada día por sus sueños y objetivos vitales. A la pregunta de qué le diría a las personas en su situación, responde: “Lo más importante después de un cambio de vida así, es mantener la esencia de uno mismo, no perder los sueños y anhelos que tenías antes del accidente. En definitiva, seguir siendo fiel a uno mismo”.
Transcripción
Me preparo para tirarme la segunda vez y, en la segunda, cuando entro al agua, siento un “crack” y ahí un cosquilleo en todo el cuerpo. Me dejo ir al fondo y me empujo con las piernas como para salir para la superficie y cuando llego a la superficie empiezo a bracear para mantenerme a flote, pero me doy cuenta de que como que no tenía fuerza, me faltaba potencia y me hundía. Entonces empiezo a pedir ayuda a medida que puedo sacar la cabeza y bracear y se tira uno de mis amigos, Ezequiel, me saca y me ponen en unas piedras y ahí empiezan a hacerme primeros auxilios. Hasta ese momento yo no sabía qué me había pasado, pero sí me di cuenta de que algo grave me había pasado y de que no había retorno. Entonces, Ezequiel me dice: “¿Qué te pasa?”. Digo: “No sé, no sé qué me pasa, pero lo que sí sé es que la cagué”. Así que, bueno, me hicieron primeros auxilios, me pusieron en una tabla, se fijaron, me pusieron el cuello Filadelfia, me dejaron todo quieto, me llevaron en ambulancia y de ahí me llevaron a Puerto Madryn, que es la ciudad más cercana. En Puerto Madryn no había un especialista para tratar lo que a mí me pasaba, que lo que me pasó fue que se me rompieron dos vértebras cervicales a este nivel, la cervical cinco y la cervical seis, y se desplazó una y apretó la médula. Entonces, bueno, me trasladaron a otro hospital donde sí había un especialista y ahí él me dijo: “Me voy a ocupar de vos, así que te tenemos que operar, tenemos que estabilizar las vértebras y ponerlas en su lugar”. Así que, bueno, me operaron y cuatro días después me llevaron a Buenos Aires, donde estuve seis meses haciendo una rehabilitación en Fleni Escobar.
Fleni Escobar es un centro de rehabilitación de lo mejor del mundo, donde estuve seis meses internado, y después hice una rehabilitación de un año y medio más, ambulatoria, yendo tres veces a la semana a hacer la rehabilitación ahí. Eso fue lo que me pasó.
Me acuerdo de que la segunda persona que veo ese día en la mañana me dice: “Mirá, está toda tu familia afuera, están tus amigos, ¿a quién querés ver primero?” Y le digo: “A mi hermana Candelaria”. Entonces, cuando viene Candelaria, me dice: “¿Cómo estás?”. Le digo: “Mirá, estoy pésimo, esto es lo peor que me pudo haber pasado, pero lo único que sé es que peor que esto no voy a estar y ahora es avanzar. O sea, cada segundo de mi vida a partir de hoy es avanzar y mejorar. Como sea, porque peor no puedo estar. Entonces, a partir de ahora voy a construir mi vida en relación con avanzar”. Y así empecé a proyectar con mi cabeza una mejor vida y puse toda mi energía en la rehabilitación, en estar cada día mejor de alguna manera.