¿Qué cuentan sobre nosotros las emociones de los animales?
Frans de Waal
¿Qué cuentan sobre nosotros las emociones de los animales?
Frans de Waal
Primatólogo
Creando oportunidades
Altruismo, empatía y otras similitudes entre humanos y animales
Frans de Waal Primatólogo
Frans de Waal
Doctor en Biología por la Universidad de Utrecht, con especialización en Zoología y Etología, el investigador Frans de Waal lleva más de 40 años estudiando el comportamiento de los primates, para determinar sus similitudes y diferencias con los humanos. Su primer estudio sobre la colonia de chimpancés cautivos más grande del mundo, en el parque zoológico de Arnhem (Países Bajos) en 1975, dio pie a la publicación de su primer libro, ‘Política del chimpancé', en 1982, al que siguieron títulos como ‘Bien natural’, ‘El mono que llevamos dentro’, ‘Primates y Filósofos’, ‘El último abrazo’ o el más reciente, ‘Diferentes. Lo que los primates nos enseñan sobre el género’.
Desde los años 80, cuando se trasladó a Estados Unidos, ha trabajado en varios centros de investigación de primates y amplió su especialización hacia la psicología, convirtiéndose en profesor Charles Howard Candler de Comportamiento de Primates en el Departamento de Psicología de la Universidad de Emory, en Atlanta (Georgia), donde también dirige el Living Links Center, en el Centro Nacional de Investigación de Primates Yerkes. Frans de Waal es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y de la Real Academia de Artes y Ciencias de Países Bajos.
Sus investigaciones le han llevado a la conclusión de que los humanos solo somos simios con elevada inteligencia y lenguaje, pero escasas diferencias respecto a nuestros parientes chimpancés o bonobos. En su trabajo destaca que ni la empatía, cooperación, altruismo o equidad son características exclusivas de los humanos, ni la violencia lo es de los grandes monos. “La gente a veces se olvida de que son animales y son primates. Puede que sean primates muy inteligentes, pero socialmente, emocionalmente, somos primates. No somos muy distintos de un chimpancé o un bonobo. Intelectualmente, tal vez somos algo distintos: tenemos el lenguaje, que es algo muy especial. Pero la forma en que reaccionamos, amar, odiar, tener celos o afectos, todas estas cosas son muy similares a lo que se observa en los primates”, concluye el investigador.
Transcripción
Hay muchas personas que se sienten unidas a los animales. Sin duda muchos niños se sienten así. Para mí fue una especie de progresión natural hacia la biología.
En los chimpancés, no funciona así. El macho alfa necesita apoyos, porque no puede hacerlo solo. Por eso a veces el macho más pequeño puede ser el macho alfa, porque tiene los mejores seguidores.
Sus seguidores suelen ser otros machos, pero a veces también son hembras. Y lo ayudan a desafiar al macho alfa establecido, y a veces se producen peleas. Las peleas físicas en realidad no son tan comunes, pero desde luego hay enfrentamientos entre ellos.
Ser el macho alfa es una combinación entre fuerza física, por lo que deben ser sanos, y también procesos políticos. Las hembras son un tema muy distinto. También hay hembras alfa en los grupos de primates. Todo grupo de primates tiene una hembra alfa. La edad es una ventaja para las hembras. No así para los machos. Cuando los machos envejecen, los más jóvenes los echan de su puesto. Pero las hembras pueden ser alfa durante mucho tiempo, porque la edad es algo positivo para ellas. Ahí está, por ejemplo, Mama, la hembra alfa de una colonia de chimpancés que fue hembra alfa durante 40 años. Tenía 59 años cuando murió. Ya casi no podía caminar y estaba casi ciega, pero seguía siendo la hembra alfa del grupo. Eso no es posible para un macho, a un macho lo expulsarían mucho antes.
Pero la gente también se sorprendió mucho. Les sorprendió lo humana que es la expresión de un chimpancé, la expresión facial y los gestos de las manos. Y eso me pareció raro, y por eso titulé mi libro ‘El último abrazo de Mama’. Porque llevamos 50 años diciendo que los chimpancés son nuestros parientes más cercanos. Así que ¿por qué les sorprende que sus expresiones y sus rostros sean tan parecidos a los nuestros? Tienen los mismos músculos faciales. El rostro comunica emociones, igual que en nosotros. Básicamente el mismo tipo de emociones que tenemos nosotros. Así que me chocó un poco que la gente se sorprendiera de que fuera tan parecido, porque la vida emocional de un chimpancé es muy similar a la nuestra.
Después hubo un período de aproximadamente un siglo en el que los conductistas, como Skinner y otras personas, dijeron: “No, los animales son como máquinas”. Muy cartesianos. “Los animales son como máquinas”. No se hablaba de emociones. No se hablaba de consciencia. No se hablaba de que piensan. Nada de eso. Y ahora hemos vuelto a una época en la que hablamos de emociones. Y, por supuesto, con animales como los primates, que tienen las mismas expresiones faciales, es muy fácil hacer comparaciones y decir: “Están sintiendo estas emociones”. Pero ahora también hablamos de que los peces tienen emociones, las abejas, hormigas e invertebrados también.
La capacidad de sentir de los animales, es decir, su capacidad de tener experiencias conscientes, ahora se reconoce en muchas especies. Y claro, esto tiene consecuencias éticas, porque la gente no siempre lo tiene en cuenta, pero si hablas de los sentimientos de una langosta, por ejemplo, tal vez necesites tenerlo en cuenta al matar a una langosta. Así que tiene consecuencias éticas y es un gran tema de debate ahora mismo.
Pero muchos animales son muy sensibles a las emociones. Tu perro es sensible a tus emociones. Y hay experimentos con perros que demuestran que, si te pones a llorar, el perro se acercará a ti y te lamerá la cara o pondrá la cabeza en tu regazo. Muchos animales tienen ese tipo de empatía. Y en chimpancés y bonobos es muy común lo que llamamos “comportamiento de consolación”. Si uno lo está pasando mal y está llorando, otros se acercan, lo abrazan y lo calman. Eso también es un acto de empatía. Así que creemos que la empatía existe en todos los mamíferos. También hay estudios con aves en este momento.
La empatía está muy extendida, y creemos que evolutivamente apareció con el cuidado materno. Así que, ya sea un ratón o un elefante, si tiene crías, tiene que reaccionar a sus emociones, como cuando tienen frío o hambre. Las hembras tienen que hacer eso. También entra en juego la oxitocina, que es una hormona materna, y hasta cierto punto está relacionada con la empatía, por eso las hembras tienen más empatía que los machos en general. Esto es así en muchas especies, incluyendo la especie humana. Así que la empatía es una característica biológica.
Los machos son más violentos físicamente que las hembras en muchas especies. Se observan estas diferencias, pero siempre están sujetas también a la cultura. Siempre se pueden transformar, porque somos seres culturales. Y siempre tenemos la capacidad, por ejemplo, de reducir o aumentar la agresividad, lo que queramos en nuestra cultura. Así que esa distinción entre biológico o cultural es muy difícil de hacer. Pero hay ciertas cosas que son universales.
Por ejemplo, antes mencioné la violencia física. En todas las sociedades humanas, si vemos las estadísticas de asesinatos, hay más hombres que asesinan que mujeres. Esa es una característica que compartimos con otros primates, que los machos son más violentos físicamente. Lo cual no significa que no puedas alterar eso culturalmente, se puede reducir o se puede aumentar. Pero tiene un elemento biológico.
Los bonobos son distintos, porque están dominados por hembras. Así que tenemos dos parientes cercanos: los chimpancés, dominados por machos, y los bonobos, dominados por hembras. Las hembras no dominan físicamente, son más pequeñas que los machos. Pero colectivamente tienen una sororidad muy fuerte. Se apoyan mutuamente. Y colectivamente han arrebatado el dominio a los machos. Y aun así es… Debo decir que estas jerarquías, las jerarquías sociales, en todas las especies, están segregadas. Hay una jerarquía de machos y hay una jerarquía de hembras. Los machos se preocupan por su posición entre los machos, y las hembras se preocupan por su posición entre las hembras. Pero lo que ocurre entre ambos sexos es muy diferente. No hay mucha competencia entre sexos. Tampoco en la sociedad humana. Creo que la mayoría de la competencia es dentro de cada género, no entre géneros. La gente suele hacer comentarios sobre si es natural que los hombres dominen a las mujeres o no.
No es una pregunta sencilla, y tampoco es una pregunta muy relevante, porque creo que las vidas de hombres y mujeres suelen estar muy segregadas.
Y podemos observarlos. Aunque no estemos investigando, los estamos observando. Por ejemplo, hace poco vi uno en el que un oso entra en una jaula en la que hay dos cerdos grandes…
La reacción del miedo, que es probablemente la respuesta emocional más antigua, porque el miedo es una emoción crucial presente en todos los animales, es muy similar en todos los casos.
Saben que es un cambio irreversible. Por eso reaccionan de forma tan intensa.
Es peligroso porque separa a los humanos de la naturaleza. “Somos humanos, somos los amos del universo, y ahí está la naturaleza”. Ha hecho mucho daño. Si te fijas en la crisis climática y en la crisis de la COVID, vienen de esa actitud de que no somos parte de la naturaleza, de que estamos fuera. Podemos hacer lo que queramos con el mundo, podemos echar a perder los océanos, podemos contaminar el medio ambiente, podemos matar animales en masa, exterminar animales, y no pasa nada porque somos los jefes del universo. Y esa actitud se nos ha vuelto en nuestra contra. Ahora tenemos la crisis climática como resultado. Lo mismo con la crisis de la COVID, por pensar que no pasa nada por comer cualquier cosa que queramos. La crisis del COVID es un pequeño virus que ha paralizado la economía mundial. Y nos demuestra que somos animales viviendo entre otros animales. Creo que la actitud de la gente que piensa que no forma parte de la naturaleza y que es algo más que un animal es una actitud destructiva y los filósofos tendrán que hacer algo para cambiarlo. Y, por supuesto, muchos lo hacen. Muchos filósofos en este momento están escribiendo sobre los vínculos entre humanos y animales y nuestro lugar en relación al resto de la naturaleza.
Ahora hay muchos filósofos interesados en ese tema.
Y hablando de educación, cuando aplicas comportamientos animales a los niños o a nosotros como adultos en nuestra forma de aprender, podemos…
Los gusanos son otro caso. Hay muchos más gusanos en el mundo, con una biomasa mayor que los humanos. Los humanos son una fuerza dominante en este momento en el mundo. Pero si mañana desaparecen los humanos, si desaparecen todos de la Tierra, la naturaleza continuará sin más y, un millón de años después, no habrá ni rastro de su existencia. Todo nuestro rastro habrá desaparecido.