COMPARTIR
Generated with Avocode. Path Generated with Avocode. Rectangle Copy Rectangle Icon : Pause Rectangle Rectangle Copy

“La ciencia es humanista”

José Manuel Sánchez Ron

“La ciencia es humanista”

José Manuel Sánchez Ron

Historiador de la ciencia


Creando oportunidades

Más vídeos sobre

José Manuel Sánchez Ron

“Ciencia y humanismo deberían ir de la mano en la educación, desde la más tierna infancia”, enfatiza el historiador de la ciencia José Manuel Sánchez Ron. Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid y doctor por la Universidad de Londres, Sánchez Ron es catedrático emérito de Historia de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid. Entre los premios que ha recibido destacan el Premio Nacional de Ensayo (2015) y el Julián Marías a la carrera científica en Humanidades de la Comunidad de Madrid (2016). Miembro de la Real Academia Española desde 2003, es también académico numerario de la Académie Internationale d’Histoire des Sciences de París, y académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Es autor de más de 80 títulos de divulgación científica, entre los que destacan ‘Marie Curie y su tiempo’, ‘El jardín de Newton’, ‘El poder de la ciencia’ y ‘Querido Isaac, querido Albert’. Este último es una bella recopilación de cartas escritas por algunos de los más renombrados científicos y científicas de la historia.


Transcripción

00:06
José Manuel Sánchez Ron. Me llamo José Manuel Sánchez Ron. Estudié Física en la Universidad Complutense. Fui profesor titular de Física Teórica y luego catedrático de Historia de la Ciencia. Me dedico sobre todo a la Historia de la Ciencia y soy también miembro de número de la Real Academia Española.

00:26
Carolina López. Hola, José Manuel.

00:27
José Manuel Sánchez Ron. Hola, ¿qué tal?

00:28
Carolina López. Soy Carolina López, directora de secundaria y de bachillerato de un colegio internacional de Madrid, y es un placer y un honor estar aquí contigo hoy.

00:36
José Manuel Sánchez Ron. Bueno, lo mismo digo.

00:38
Carolina López. Eres físico, historiador de la ciencia y miembro de la Real Academia Española. Has publicado más de 40 libros. ¿Por qué crees que es tan importante la relación entre ciencia e historia? ¿Se puede entender la una sin la otra?

00:56
José Manuel Sánchez Ron. Bueno, tengo que decir, como yo ejercí como físico teórico durante algunos años e incluso en la universidad he enseñado más física o física matemática que historia, porque en la Facultad de Ciencias no existió mi cátedra inicialmente de Historia de la Ciencia ni Enseñanza, yo fui profesor titular de Física Teórica y luego se creó una cátedra de Historia de la Ciencia, o sea que yo, por esa formación, tengo que decir con claridad que es más importante la ciencia, la física, la química que la historia de. Eso es. Porque primero, no hay historia si no hay disciplina que historiar. Eso en primer lugar. Luego, sí, yo creo que es interesante la historia porque te ayuda a situarte, pero hay que distinguir aquí la historia que tú puedes enseñar o que se debe enseñar para físicos, químicos, biólogos, geólogos o lo que sea en potencia, para los que, por ejemplo, si estás tratando de explicar a una de las cumbres, en este caso, de la física como es Isaac Newton, y en su libro de 1687 «Los principios matemáticos de la filosofía natural», no puedes adoptar el nivel de conocimientos o la perspectiva de un historiador, porque es un libro complicado y lo que un estudiante de físicas o de la carrera que sea tiene que aprender sobre todo es la ciencia de su día, pero sí dar una perspectiva que le ayude a comprender de dónde viene y también un poco adónde va y situarlo en un contexto más general. Yo creo, me hago la ilusión de que eso ayuda a ser mejor científico. Otra cosa es, claro, si uno está laborando como historiador de, entonces tiene que meterse en lo más técnico y en lo más… Debe intentar reconstruir lo más fiel posible a aquel periodo, personaje o circunstancia que está analizando.

“La ciencia es humanista”. José Manuel Sánchez Ron, historiador de la ciencia
03:21
Carolina López. En esta época que vivimos con tantas especializaciones en todas las disciplinas se busca, cada vez más, recuperar el espíritu humanista. Esa relación entre tecnología, filosofía, ciencias, letras. ¿Qué nos puedes contar sobre esto?

03:41
José Manuel Sánchez Ron. Es importante porque, en primer lugar, la ciencia es un producto de los humanos, luego es humanista, y además te permite entender mejor el mundo y de dónde vienes y adónde vas. Esto, de hecho, es una de las tareas o misiones de mi vida, defender que no hay dos culturas, la frase esa famosa del físico y también novelista inglés Charles Snow, en su conferencia de los años 50 «Las dos culturas», pero, ya digo, te permite situarte mejor en el mundo, entender nuestra relación con la naturaleza y también, si tenemos una perspectiva más amplia, nuestras obligaciones con ella. Y al hablar de nuestras obligaciones y la perspectiva, una visión del mundo, pues eso, las ciencias son un elemento, pero no son el único elemento, evidentemente. Somos entes químicos, biológicos, físicos, etcétera, etcétera, pero, por lo que sea, aunque no lo comprendamos del todo bien, somos también seres con sentimientos, con pasiones, con deseos y también producto de una cultura, una larga cultura, una larga historia en la que hemos creado disciplinas o modos de pensar que llamamos filosofía, historia, literatura, arte. Y eso forma parte de cualquiera de nosotros. Una buena enseñanza debería intentar armonizar todos estos elementos para formar buenos ciudadanos, buenas personas, mujeres u hombres, sin duda alguna. Sé que es difícil y tú lo sabrás en particular, porque claro, se habla muy fácil de: «No hay que perder, por ejemplo, la cultura antigua, las enseñanzas del latín, del griego, la historia, la literatura». Y yo digo también: «Las matemáticas, la física, la química…» Pero ¿cómo se armoniza todo de una manera que puedas… que no abrumes? Eso es una tarea y es un problema al mismo tiempo, pero es ineludible. Yo nunca he sido profesor de colegio, de instituto, solo universitario y creo, sin embargo, que las cartas en este sentido se juegan no en la universidad, para mí, la universidad es un lugar de formación de profesionales, mientras que antes de llegar a la universidad, desde los primeros años es donde se debe fomentar, si no unos conocimientos lo suficientemente amplios, sí un deseo de saber, una cultura, una manera de dar los elementos y la curiosidad para ampliar.

06:43
Carolina López. Tu último libro, «Querido Isaac, querido Albert» es un guiño a Isaac Newton y a Albert Einstein, se centra en la correspondencia entre los grandes científicos y científicas de la historia. ¿Qué podemos aprender a través de las cartas de Ramón y Cajal, Marie Curie o Darwin?

07:05
José Manuel Sánchez Ron. Como historiador de la ciencia, las correspondencias, las cartas siempre han ejercido un especial atractivo para mí. Son importantes… ¿Por qué son importantes? La manera de aprender lo que los científicos han hecho es, sobre todo, a través de sus publicaciones, los libros, los artículos. Es el elemento fundamental. Pero el artículo, el libro, incluso la conferencia, aunque las conferencias, sobre todo en el pasado, se pierden, salvo que estuvieras, ahora ya hay un mundo, un universo infinito en el que están recogidas y que uno puede acceder a ellas, todos estos son visiones «fosilizadas», por decirlo de alguna manera. Lo que en un momento se trata… el científico trata de presentar la síntesis y desprovista de las circunstancias, mientras que en las correspondencias encontramos una manera más espontánea, más incierta, más dubitativa de lo que pretendía, en el que pueden aparecer y aparecen dudas, certidumbres, proyectos y también, no solo eso, la circunstancia personal. Los científicos comen, se alimentan, tienen deseos, amores, frustraciones, yo qué sé. Y eso en el artículo, en el libro no aparece, no sé si aparece alguna vez, puede que, pero en las cartas sí, en las cartas aparecen, no en todas, por supuesto, de manera que por eso en ese libro me he esforzado en ofrecer un buen número de cartas. Son 75 o 76 capítulos de muy diferentes científicos y con diferentes temáticas. En algunas aparecen esos aspectos personales, otros más científicos. Yo valoro mucho, en resumen, las correspondencias. Es un elemento, para el historiador, fundamental. Yo creo que tienen un interés añadido para los lectores. En cierto sentido lo puedo entender como curiosidades, aunque son más que curiosidades.

09:31
Carolina López. Nos comentas que Darwin fue uno de los autores más prolíficos de la Historia de la Ciencia. Se conservan más de 14.000 cartas. ¿Qué nos cuenta Darwin en esas cartas? ¿Qué podemos saber a través de ellas?

09:46
José Manuel Sánchez Ron. Sí, no es una casualidad que escribiera tantas cartas, porque, bueno, la biografía de Darwin es muy curiosa. Primero, su padre, que era médico, quería que fuera médico. Estudió en Edimburgo dos años. Pero a Darwin, a Charles Darwin, las disecciones y todo eso le horrorizaban, así que su padre entonces dice: «Pues te voy a mandar…» Era un hombre de medios, su padre, «…a Cambridge. Allí sacarás un título y luego te puedo colocar como clérigo y puedes vivir con eso y con la herencia que recibas». A Darwin le interesaban siempre pues los escarabajos, cosas así, por la naturaleza, y en Cambridge siguió y aprendió algo de lo que no se suponía que tenía que aprender, de geología, de ciencias naturales y, con las relaciones que obtuvo, pues consiguió la oportunidad de su vida, lo que le cambió la vida y, en cierto sentido, cambió la visión que todos nosotros tenemos de la naturaleza, de nuestro lugar en el mundo, es el viaje en el Beagle, en un barco. Iba como acompaña… En realidad, no tanto como naturalista, aunque un poco sí, pero como acompañante del capitán del barco. El capitán del barco, de la Marina británica era un dios, no se relacionaba con la tripulación y poco con los oficiales, y alguien de su clase, digamos, así, y Darwin lo era, el capitán famoso Robert FitzRoy, en cinco años que duró ese viaje que le llevó por América, por las famosas islas. Galápagos, por muchos lugares, Darwin lo cuenta en un libro que le hizo famoso de sus viajes, las pampas argentinas… Es como Indiana Jones, casi.

11:47

Pero cuando vuelve a Inglaterra se casa con una prima suya, también de una familia de muchos medios, los ceramistas Wedgwood y, al cabo de pocos años, él tiene mala salud y se refugia, se instala en una… no finca, pero una casa con algún terrenillo alrededor a 25 kilómetros de Londres. Allí, aunque sale algunas veces, pero, entre la enfermedad, una familia que crece, pues apenas sale de ahí. Y él, sin embargo, pues ese viaje de cinco años le ha cambiado sus horizontes. Cuando llega por primera vez al barco, se ríen de él la tripulación porque parece un ortodoxo religioso y termina siendo un agnóstico o un ateo por la ciencia, le lleva la ciencia. Y él necesita muchos datos para construir esa visión que, ya sobre todo por unos datos que obtiene en su visita a las Islas Galápagos, que las especies no son inmutables, pero quiere afirmar esas ideas con todo tipo de datos. Y ¿cuál es su mecanismo? Escribir cartas preguntando a gente de todo tipo: botánicos, zoólogos, gentes del común. «Consígueme unos huevos de tal o cual» y por eso escribe tantas cartas. Efectivamente, la correspondencia de Darwin está a punto de ser publicada, de terminar de publicarse. También se puede consultar en la web y son, hasta ahora, si no recuerdo mal, 26 volúmenes gruesos de unas 800 páginas cada uno y uno de mis de mis problemas y mi tarea al componer este libro en el capítulo dedicado a Darwin es seleccionar de todo ese material algo que… algunas cartas, pocas, que fueran representativas y, al mismo tiempo, lo suficientemente claras para que cualquiera las pudiera entender.

14:07
Carolina López. José Manuel, me interesa muchísimo la relación entre filosofía y ciencia. Hay una carta de Einstein a su novia, Mileva Marić, en la que relata exactamente la influencia que tuvo la filosofía en la teoría de la relatividad. ¿Qué nos puedes contar sobre esto?

14:30
José Manuel Sánchez Ron. Sí, la teoría de la Relatividad especial, efectivamente, esa la produce un Einstein en que es entonces un empleado de la Oficina de Patentes de Berna en 1905, es desde 1900 o 1901 hasta 1908 es como se gana la vida. Las cartas, antes de casarse, a su novia, Mileva Marić, son importantes e interesantes también, porque es que él no tiene audiencia. Ha intentado obtener un puesto académico, pero por diferentes razones no lo ha conseguido y es a su novia a la que le explica, le cuenta cosas. Además, pues ella era una compañera de estudios en el Politécnico de Zúrich, la famosa ETH, y allí efectivamente encontramos también en cartas a unos amigos que hace y que están también, uno es estudiante de Filosofía… y ahí vemos que las lecturas, sobre todo de Hume, de David Hume, y también de Ernst Mach, le influyen en la manera de entender el problema del movimiento en la física, la dinámica. El movimiento en la física estaba dominado entonces por las ideas de Isaac Newton en el libro que mencionaba antes, «1687», y ahí, por ejemplo, espacio y tiempo son absolutos. En la teoría de la relatividad especial de Einstein espacio y tiempo no son absolutos, sino dependen del estado de movimiento de quien observa. Pueden medir más o menos distancias o tiempos según la velocidad a la que se muevan.

16:23

Y ahí, en Hume, sobre todo, y en las críticas que Mach, que fue un físico, pero también filósofo, hace al concepto de espacio-tiempo absoluto de Newton y en lo que se refiere a Hume defiende la relatividad de espacio y tiempo, eso le ayuda mucho. Al mismo tiempo, también le ayuda el espíritu positivista, operacionalista que está naciendo en la filosofía de entonces, un espíritu que se puede explicar, yo creo que fácilmente, diciendo: «Lo importante es medir y sacar de eso las consecuencias que sea». Y si uno lee el artículo de la relatividad especial, porque es un artículo solo, se empieza diciendo cómo miden dos observadores el espacio y el tiempo y entonces, de eso, con un par de axiomas más que introduce, pues construyen ese edificio tan fascinante, tan básico como es la teoría de la relatividad especial. Me preguntaba sobre la relación en general de física o ciencia y filosofía. Bueno, no siempre se da esto, no siempre hay una o no siempre yo he sido capaz de identificar una fuerte componente o alguna componente sustancial filosófica en la creación de una teoría científica, pero en el caso de Einstein, en este caso, en el caso de la relatividad general, que es una teoría del campo gravitacional, 1915, ya es diferente en la historia, ya ahí no se puede entender exactamente de esa manera, pero, por ejemplo, en la creación de la mecánica cuántica a la manera de Werner Heisenberg en 1925, sí, Heisenberg dice: «Pues en la maraña de datos para tratar de construir una física del microcosmos, por así decirlo, de los elementos que forman la materia, pues un elemento fundamental es lo que yo observo, lo que yo observo cuando veo las rayas espectrales que aparecen en la emisión de los cuerpos». Y eso es para él fundamental. Y eso es un punto de vista filosófico. En otros, por ejemplo, en Darwin, del que hablábamos hace un momento, pues es sobre todo la recopilación de datos y ahí, de hecho, un elemento importante no es filosófico, sino cuando lee un libro de Malthus sobre los problemas que acarrea el exceso de población comparado con los recursos que crecen linealmente de los alimentos.

19:18
Carolina López. Y en toda la recopilación de cartas que has llevado a cabo durante toda tu vida, hay algunas que has seleccionado cargadas de emoción. ¿Podrías indicarnos una de ellas que te haya emocionado especialmente?

19:33
José Manuel Sánchez Ron. Tres te voy a decir, por orden cronológico. La primera es de Lavoisier. A veces, a Lavoisier, el químico, crea la química moderna, se le ha llamado el Newton de la química. Lavoisier sufrió la guillotina, perdió la vida en 1794, creo, o así, fruto de las convulsiones de la Revolución Francesa. El día antes de morir, y yo cito esta carta, escribe a un primo suyo una carta breve, pero él sabe que ya el día siguiente va a sufrir la guillotina, y es una carta emocionante y digna, muy digna, porque él habla de que ha intentado mejorar el destino de la humanidad y que siente, sobre todo, que no va a poder ayudar a su familia. Es una carta muy digna y conmovedora. Otra es una carta que Emma Darwin, la esposa de Darwin, escribió a su esposo, y que apareció luego entre los papeles de Darwin, en la que Emma Darwin en esa carta, ella era muy creyente, le dice que está muy triste o que siente un gran pesar porque cree que la ciencia le está apartando, está apartando a Darwin, de la creencia religiosa, de la creencia en un dios y que, entre otras cosas, ella querría seguir con él en otra vida, en la otra vida después de la muerte.

“La ciencia es humanista”. José Manuel Sánchez Ron, historiador de la ciencia
21:31

Efectivamente, la ciencia, como he dicho antes, llevó a Charles Darwin, le alejó completamente de las creencias religiosas, de un dios que luego te permite una vida eterna. En la última carta que yo seleccionaría, ahora recordando rápidamente, es la que Francis Crick escribe a su hijo de 13 o 14 años, no recuerdo bien, poco después de ese gran descubrimiento con James Watson de la estructura en doble hélice de la molécula de la herencia del ADN, el ácido desoxirribonucleico. Su hijo está en un internado y Crick le escribe explicando: «Hemos hecho un descubrimiento que creo que va a ser muy importante, que además es hermoso…» y lo explica con palabras sencillas y al final dice creo: «Te quiere, papá». Esa carta la escribe un mes antes de que se publique el artículo de Watson y Crick, un artículo de una página y media que cambia tantas cosas en el futuro de nuestra especie o en la comprensión de nuestra especie. Y es el padre que, cuando acaba de descubrir algo que entiende es fundamental, pues piensa en su hijo, que no está con él, y se lo cuenta.

23:11
Carolina López. Me parece muy importante destacar la importancia de los acontecimientos sociales e históricos en la Historia de la Ciencia. ¿Podrías indicarnos dos o tres momentos clave que hayan influido en el desarrollo de la Historia de la Ciencia?

23:30
José Manuel Sánchez Ron. Sí, bueno, en cuanto a la influencia de los acontecimientos sociopolíticos, empiezo con uno de los más recientes, que es el descubrimiento de la fisión del uranio. Esto tiene lugar en diciembre de 1938 en Dahlem, en las afueras de Berlín, hoy forma parte del Gran Berlín, Otto Hahn y Fritz Strassman. El año siguiente comienza la Segunda Guerra Mundial. El descubrimiento de la fisión del uranio se percibe enseguida por muchos como la posibilidad de construir bombas, artilugios de una potencia extraordinaria. Eso conduce finalmente al lanzamiento en agosto del 45 de las bombas de Hiroshima, es una bomba de uranio, y Nagasaki, que es una bomba de plutonio. El plutonio se fabrica porque, por la vida del plutonio ya, mientras que hay uranio, plutonio no hay en la naturaleza, pero se puede fabricar y tener una vida media lo suficientemente larga como para que no sea efímera, también es fisionable, y eso conduce a… no podemos entender la política internacional a partir de 1945, incluso en la actualidad, sin bombas de una potencia extraordinaria. En otro mundo cabría haber pensado, podría haber sucedido que en lugar de aplicar inicialmente y, sobre todo, el descubrimiento de la fisión del uranio a construir bombas se hubiera aplicado para centrales nucleares que producen energía, es decir, pacífica, con todos los problemas que ya sabemos que eso conlleva de materiales contaminantes, etcétera, etcétera.

25:34

Ese es un momento que yo seleccionaría. Otro, la invención del transistor. Se inventa en 1947 por tres físicos que luego recibieron el Premio Nobel, pero que trabajan en una compañía industrial. Los famosos Laboratorios Bell, ahora son Lucent Bell. Y bueno, el transistor es la célula de nuestra civilización. Hablamos de circuitos integrados y todo eso, pero esos son muchos transistores. Condiciona el trabajo, los medios de desplazarnos, de todo, todo, de manera que eso es fomentado por el entorno sociopolítico. Después de lo que acabo de decir de la utilización del armamento atómico para finalizar la Segunda Guerra Mundial, los países y, sobre todo, los Estados Unidos, se dan cuenta de la importancia de la ciencia, la ciencia de punta y desarrollan, derrochan, vamos, derrochan no, pero invierten en ciencia, en lo que ahora llamamos I+D, cantidades ingentes y otros países en menor medida, porque tenían menores posibilidades también y bueno, pues entre otras cosas, el ejército, la fuerza aérea, la marina estadounidense es un gran mercado que hace que florezcan industrias y, entre otras, pues estas asociadas a los laboratorios Bell. Esto, ya digo, pues cambia. Otra, la tercera que me preguntabas, yo creo que podríamos decir la revolución científica, el periodo de los siglos XVI y XVII en los que se asientan las bases de la ciencia moderna.

27:33

Ahí ya no diría yo que son las condicionantes sociales, aunque también, se llega a un momento en el que algunos científicos, digo algunos, no son muchos, no es como ahora, pero se dan cuenta de la importancia, la curiosidad, se reúnen, crean las primeras sociedades científicas modernas, la Royal Society de Londres se crea en 1660, un grupo de científicos y aficionados. Sigue existiendo esa sociedad, es muy prestigiosa. Seis años después, la Académie Royale des Sciences de París. Y en ese ambiente pues surgen Copérnico, Kepler, Galileo, Newton, Harvey… Y eso da lugar, en un siglo maravilloso, al menos desde el punto de vista de algunas de las cosas que defendían y también del nombre, el de la Ilustración o El siglo de las Luces, el siglo XVIII, en vista de la capacidad predictiva, explicativa de la física newtoniana, sobre todo la física y la matemática asociada, pues a defender, los buenos ilustrados piensan que para acceder a la verdad, la verdad con mayúscula, no es a través de la revelación religiosa, sino a través del conocimiento científico, y que, además, esa ciencia se puede y se debe utilizar para la mejora de la condición de la humanidad. Y eso, pues, es, en un entorno social que también cambia el modo de pensar, de construir ciencia, que ejemplifica sobre todo el libro de Newton, es el modelo en el que se basa, aunque haya cambiado muchas cosas, en el que se ha basado a la ciencia posterior, que es lo que ha cambiado la forma de vida. Si uno piensa que estamos hablando del siglo XVII y comienzos del XVIII, ahora estamos en el XXI, ¿cuánto ha cambiado cómo vivía Newton a cómo vivimos nosotros? ¿A qué se debe esto? Al conocimiento científico. Sin duda alguna. De manera que la revolución científica en la que, como digo, se sientan las bases de la ciencia moderna, pues es algo que es la mano que ha mecido la cuna de lo que vino después.

30:13
Carolina López. En una de tus conferencias nos hablas sobre el libro «Ciencia, Política y Poder. Napoleón, Hitler, Stalin y Eisenhower». ¿Qué papel han jugado para bien o para mal en el desarrollo de la ciencia?

30:27
José Manuel Sánchez Ron. Sí, son personajes muy diferentes y además en periodos históricos también distintos. Napoleón era un gran amante de la ciencia y de hecho él, no por méritos científicos, pero fue elegido miembro de l’Académie de Siencies, la Academia de Ciencias, antes he dicho Académie Royale de Sciences, que se creó en 1666, pero después de la Revolución Francesa lo de real desapareció. Fue elegido miembro y él lo consideraba un honor. Era un hombre, ciertamente, aunque no fuera un gran científico, pero capaz de entender bastante, antes de traicionar a la Revolución Francesa llegando a ser Emperador incluso, él, como general, a las campañas de Egipto y de Italia llevó a una legión de científicos, matemáticos, químicos, físicos, incluso luego ya, cuando era el gran político francés, algunos de sus ministros, Fourier, por ejemplo, Monge, eran físicos, matemáticos, de manera que él promovió sin duda alguna la ciencia, la École Polytechnique es una de las escuelas que surgen como fruto de la Revolución Francesa. Así que es una influencia positiva, una influencia positiva.

32:08

En cuanto a Hitler y Stalin, Hitler… Vamos a ver, aquí tenemos la cuestión de que la ciencia, a la física, a la matemática, a la química en menor grado, pero también las ciencias biomédicas en Alemania, cuando Hitler llega al poder son las mejores del mundo. Y, sin embargo, entre otras cosas porque uno de los primeros edictos de Hitler es apartar a los científicos o profesionales funcionarios de origen judío o comunistas del servicio, pues eso debilita enormemente a la ciencia alemana. Conocemos el exilio de muchos científicos, desde Einstein, aunque a este le pilla ya cuando llega Hitler al poder en Estados Unidos y nunca vuelve a Alemania, pero otros Hans Bethe, Max Born, la lista es interminable, y favorece ese exilio al Reino Unido y también, sobre todo, a Estados Unidos. Aun así, en Alemania quedan científicos de gran… Werner Heisenberg, Max von Laue, Otto Hahn, el descubridor de la fisión del uranio, pero no aumenta. Entre otras cosas uno podría preguntar y es uno de los orígenes por los que se establece el Proyecto Manhattan para fabricar bombas atómicas en Estados Unidos, el temor a que Hitler, la Alemania nazi desarrolle, fabrique bombas atómicas, porque ahí queda Heisenberg, Otto Hahn, el descubridor, como he dicho, de la fisión del uranio.

34:09

Pero bueno, algunos políticos o científicos quieren hacer esto, pero es que, al principio, la rapidez con la que las fuerzas del ejército alemán invaden países es tal que no va a dar tiempo a un proyecto de este tipo. Lo que sí se emplea, por ejemplo, mucho esfuerzo es en los cohetes, las famosas V2, en las que dirige sobre todo un ingeniero aeronáutico, el famoso Werner von Braun, aunque luego termina en Estados Unidos como una especie de botín de guerra y es una de las cabezas pensantes de la nueva NASA, de la NASA, y esas, en Peenemünde, la base aeronáutica de Peenemünde, desde ahí salen esos cohetes V2 que bombardean Londres, etcétera, etcétera. Por todas estas razones es el comienzo, no del fin, porque tampoco hay que exagerar, pero el comienzo de la cadencia de la inigualable ciencia alemana. De manera que ahí, Hitler y su ideología, la situación militar, pues es la responsable. Stalin no es que sea ajeno a la ciencia, sabe que la ciencia es importante, pero bueno, pues ocurren cosas, por ejemplo, fomenta una agricultura basada en una especie de genética de un tal Lysenko que es falsa y que conduce a graves problemas. Aun así, durante el mandato de Stalin, pues la Unión Soviética fabrica bombas atómicas con bastante rapidez y bueno, se crean programas e institutos, la matemática soviética también progresa, de manera que, aunque hay problemas, por ejemplo, uno de los grandes físicos, Lev Landáu, que obtuvo un Premio Nobel, pues le meten en la cárcel por estas purgas, etcétera, etcétera, de manera que es ambivalente la relación de Stalin con la ciencia, pero no es negativa. No, en absoluto. Y la ciencia y la tecnología soviética, pues continúan progresando y siendo un contrapeso para la estadounidense. El Sputnik, 1957, el primer satélite que orbita la Tierra, es soviético.

36:56

Eso produce una catarsis en Estados Unidos: «Nos están superando». Y la NASA es una reacción para esto y el programa luego de poner un hombre en la Luna de Kennedy, pero que ya tiene predecesores, pues es consecuencia de todo esto. En cuanto a Eisenhower, Eisenhower es un militar, un general de los que ha contribuido de manera destacada a la victoria de la Segunda Guerra Mundial, él es muy sensible y no olvida para nada la ciencia, aunque en su discurso de despedida… es muy famoso porque alerta de los peligros de lo que llama el «complejo industrial-militar», porque dice: «El Ejército está controlando de tal manera el desarrollo de la ciencia, las líneas en las que se dirige la ciencia…» Y es verdad, sobre todo la física, la física, la microelectrónica, la electrónica, la miniaturización de elementos electrónicos, entre otras cosas, para poder dirigir misiles con gran precisión, etcétera, etcétera. Y esto está deformando, dice Eisenhower, al ser el ejército el principal cliente de las industrias, están deformando ese mercado, haciéndolo que se dirija en direcciones que no son necesariamente las que la población está más interesada o que puede beneficiar más a la ciencia, pero Eisenhower crea además equipos de científicos para que le asesoren y la ciencia durante el mandato de Eisenhower y en los presidentes que siguen en Estados Unidos, pues alcanza… es la primera del mundo, cosa que, por el momento, ese liderazgo lo mantiene, aunque el peligro de China está ahí, que ya veremos cómo queda la historia.

39:13
Carolina López. Y en tus artículos de divulgación nos cuentas muchísimas curiosidades relacionadas incluso con el arte. Hay uno en el que haces alusión a la influencia de Picasso en la física y en la neurociencia.

39:30
José Manuel Sánchez Ron. Bueno, más que la influencia a la… El hecho de que se produce una confluencia sorprendente entre algunos movimientos artísticos, el cubismo estoy refiriendo, que Picasso es uno de los fundadores, con la relatividad especial. Al fin y al cabo, ¿qué es el cubismo, los cuadros cubistas? El intento de recoger en un plano bidimensional diferentes ángulos de visión de lo que sea, una guitarra, una cara, etcétera, y por eso la deforman, parece que esa deconstrucción… ¿Qué es la relatividad especial? El intento de construir… encontrar las leyes que subyacen y que son válidas independientemente del sistema de referencia del plano, podríamos decir, que estemos considerando. Eso es muy sorprendente que ocurra al mismo tiempo. No se puede decir que uno influyó en el otro o viceversa, porque no casan las fechas, los primeros cuadros cubistas anteceden a, desde luego… ni Picasso, ni Braque, ni Gris podían saber de una teoría que todavía entonces era poco conocida, de manera que es un espíritu del tiempo sorprendente y me sorprende a mí. Es en ese sentido, más que una influencia mutua o de unos en otros, esa curiosidad de algo que no entiende y que luego se transmite, por ejemplo, a algunas novelas o películas que te empiezan a… Hay películas que te cuentan una historia, luego empieza otra porque es la misma historia, pero tal y como la ve otra persona. En novelas también, a veces, pues se aplica este procedimiento. Es probablemente un descubrimiento que si me pudiera… se me ocurre ahora, se me ocurre ahora lo que voy a decir, a lo mejor es consecuencia del creciente protagonismo, el creciente sentimiento de que el yo es importante. Mi punto de vista, mi visión es importante y forma parte de, y entonces ¿cómo veo esta figura y qué quiero plasmarla? Pues si lo miro desde aquí yo o lo mira desde allí otro etcétera, etcétera y la reconstruyo. En la física, pues eso, cómo ve las leyes uno, cómo las ve las leyes otro, en el cine, pues una historia que te la cuentan diferentes protagonistas y sus puntos de vista.

“La ciencia es humanista”. José Manuel Sánchez Ron, historiador de la ciencia
42:18
Carolina López. Si tuvieses que quedarte con dos o tres científicos de los que no hayamos hablado hasta ahora…

42:23
José Manuel Sánchez Ron. ¿De los que no hayamos hablado hasta ahora?

43:24
Caolina López. De los que no hayamos hablado hasta ahora, ¿con cuál te quedarías?

43:27
José Manuel Sánchez Ron. De esos tres, el primero que voy a nombrar es Marie Curie. Marie Curie, pues es sin duda una gran científica, su obra, sobre todo descubriendo… Ella ya fue más que su marido, Pierre Curie, aunque fueron los dos, la que impulsa, se dedica al estudio de la radiactividad, que se acaba de descubrir y no atrae demasiado y descubre, pues, primero el polonio y luego el radio en 1898 y durante toda su vida continuó investigando en el campo de la radiactividad, un fenómeno que hasta 1928 no se entiende por qué. ¿Por qué hay cuerpos, esos radiactivos, que emiten y emiten radiación sin que parece que pierdan peso, etcétera, etcétera? Lo que yo más admiro de Marie Curie es su energía, su perseverancia, su capacidad de resistencia.

43:21

Ella, polaca de nacimiento, pues primero pasó unos cuantos años ejerciendo de institutriz en la Polonia profunda. Hay cartas suyas, alguna creo que la cito, en la que muestra a un familiar suyo la desesperación que sufre, pero había llegado a un acuerdo con una de sus hermanas que ella… su hermana Bronia, iría a estudiar medicina en París, ella la ayudaría económicamente y luego, pues al revés, vamos. Y eso, efectivamente, luego Marie, Maria Skłodowska, va a París, estudia en unas condiciones muy duras, pero bueno, con ayuda, la poca ayuda que podía prestarle su hermana, y, sobre todo, el ejemplo: yo recuerdo hace algunos años dos conferencias en la Fundación Juan March de Madrid. Era Marie Curie. Bueno, la audiencia, aquello era… no por un servidor, ya me gustaría, sino evidentemente por la protagonista. Al final de la conferencia, más de una mujer ya entrada en años, vino, me dijo, a agradecerme y me decían algo que me conmovió: «No sabe usted lo que significó para mí, para nosotras, el ejemplo de Marie Curie. Si ella podía, nosotras también». Aunque solo fuera por eso… También recibió dos premios Nobel, el de Física y luego el de Química en solitario.

45:03

Otros dos, otros dos que diría yo. Bueno, Louis Pasteur. El siglo XIX, el de la medicina científica, cambia la situación de la medicina. Yo solía decir a mis alumnos en la clase de Historia de la Ciencia, cuando llegaba esto, digo: «Si a principios del siglo XIX tuvierais que sufrir una operación, una cirugía, teníais que hacer dos cosas: primera, testamento, porque lo más seguro es que cogieses una infección que acabase con vosotros, y luego, si no, prepararos a sufrir, pero vamos, por ahí, en el siglo XIX se inventa o se descubre la anestesia, las técnicas de asepsia.» Es la medicina científica, es la fisiología y es Pasteur y Koch, la teoría microbiana de la enfermedad. La teoría microbiana de la enfermedad permite descubrir bacilos e intentar diseñar los mecanismos para combatirlos. Y luego también, como consecuencia de esto, algo por lo que, solo por eso, Pasteur merece ser recordado es el famoso caso de un niño al que le muerde un perro rabioso. Pasteur no era médico. Estudió y se doctoró en Física y Química. Y bueno, a lo largo de su carrera va evolucionando, introdujo la teoría microbiana de la enfermedad, se introduce en el mundo de la vacunación y le llevan a un niño al que ha mordido un perro rabioso y entonces: «Vacúnele, practique sus…» Que él solo lo ha hecho con gallinas y cosas así, en animales así.

47:02

Pero Pasteur sabe que hay médicos que no quieren, que es un intruso y que si el niño fallece le van a culpar. Pero se atreve y el niño se salvó. Eso es algo, pues no solo por su ciencia, que tanto hizo. Bueno, cuando un nombre se instala en nuestro vocabulario quiere decir muchas cosas y pasteurización es una palabra que está dentro del léxico de nuestro idioma y de otros idiomas. Lo mismo que hay giro copernicano, galvanizar por Galvani, el fisiólogo italiano… ¿Cuál sería un tercer… ¿Galileo? Galileo es particularmente importante en la revolución científica de la que hemos hablado, porque él introduce algo que es fundamental, hay que medir las magnitudes. Aristóteles, por ejemplo, que aparte de que se estudia, sobre todo, yo creo que eso es mala cosa, pero bueno, como filósofo, fue un físico exacto en filosofía natural, que es como se llamaba la física, biología también, un gran naturalista, pero Aristóteles, pues: «Los cuerpos se mueven hacia su lugar natural», como si fuera… Habla de propiedades, mientras que Galileo cuantifica y eso le permite, entre otras cosas, pues eso que se estudia en los primeros cursos de física general: «Al tiempo que caen los graves, los cuerpos, bajo la acción de la gravedad…» Galileo, además, el primer libro famoso que escribe lo escribe en latín en 1610, «Sidereus Nuncius».

49:00

Se entera de que han inventado un artilugio óptico que parece que acerca los cuerpos, es el telescopio, y él con dos lentes fabrica uno. Mira a la Luna, mira a Júpiter y ve cosas que no encajaban con el sistema en el que la Tierra está en el centro del universo y reivindica a Copérnico. Pero bueno, el Sol está en el centro del pequeño universo de entonces y eso produce reacciones. Dios nos puso ahí en el centro, somos el centro y este viene diciendo aquí… y eso le plantea problemas, en un momento determinado incluso en Roma dicen que hasta aquí has llegado en 1615, pero luego cambia un Papa y cree que las condiciones han cambiado y escribe un libro que es, no solo parte de la historia de lo mejor de la humanidad, sino también de la literatura, el «Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo», el ptolemaico y el copernicano, 1632. Digo también de la literatura, porque ahí, en primer lugar, lo escribe en lengua vernácula, en italiano, no en el latín, y además introduce un recurso de un diálogo de tres personajes: Simplicio, Salviati y Sagredo, que cada uno… Simplicio es el aristotélico, Sagredo el neutral, que no lo es tanto, Salviati, el copernicano, y es un ejercicio de lógica que te enriquece al leer y que debía, lo mismo que «El origen de las especies», debían formar parte de las lecturas obligadas en el bachillerato. Y luego ese libro, vamos, es convincente o, desde luego, perturbador, rupturista.

51:03

Y eso lleva a que, en 1633, el famoso juicio de Galileo por la Inquisición romana que lleva a esa cosa tan triste que es la abjuración de Galileo. «Yo, con corazón dolido…» No me acuerdo de qué… «…juro que nunca he creído ni creeré…» Estaba mintiendo. Estaba mintiendo, porque claro que cree, pero es que, si no abjuraba de sus creencias de que la Tierra no está en el centro de universo, pues pasaría por el tormento él, un hombre ya mayor, casi ciego, y lo que consigue, bueno, es que, en lugar de las cárceles o las torturas inquisitoriales, se le permita recluirse en una villa que tenía cerca de Florencia, en Arcetri, y eso, algunos dicen, debió ser un mártir. Bueno, mártir, es muy fácil exigir a los demás que sean mártires, pero aparte de eso, es que gracias a que él hizo esto, tenemos otra joya que es su otro diálogo, el «Diálogo acerca de dos nuevas ciencias» de 1638, en el que los tres personajes, Salviati, Sagredo y Simplicio se vuelven a reunir y hablan ahí de Física, de los movimientos, ya no de cosmología. Ese libro que algunos de los discípulos sacan y lo llevan a Holanda, donde se publica, ya digo, en 1638, en una casa que todavía existe, es una editorial holandesa, así que, con Marie Curie, Louis Pasteur y Galileo Galilei.

52:57
Carolina López. José Manuel, con el avance imparable de la tecnología en el mundo actual, con la inclusión de la inteligencia artificial, ¿cómo ves el futuro de la ciencia? Y, sobre todo, ¿qué papel crees que va a jugar la ética en la ciencia?

53:16
José Manuel Sánchez Ron. Yo creo que en las décadas próximas será sobre todo la tecnología informada o ayudada por la ciencia, por supuesto, tecnología muy dependiente de la ciencia, la que intervenga más en nuestro devenir, en la historia. Esto, como tú misma estás diciendo, lo vemos con claridad en la inteligencia artificial aliada con la robótica, el complejo, como diría Eisenhower, el complejo industrial-militar, el complejo robótica-inteligencia artificial, tiene un poder que no sabemos hasta dónde va a llegar. Está claro que va a influir en el mercado de trabajo. Lo que se dice a veces: «Ya ocurrió lo mismo con las máquinas de vapor y la revolución industrial, que eliminó muchos trabajos, pero se crearon otros». Bueno, pero la historia no se repite. No sabemos realmente si se van a crear tantos, cómo va a eliminar la robótica-inteligencia artificial, de manera que hay grandes enigmas en la ciencia, de esos grandes detalles, me puedo recordar algunos, por ejemplo, la composición del universo, creíamos que más o menos sabíamos lo que hay, pero ahora resulta que la materia oscura y la energía oscura ocupan la mayor parte del universo y no sabemos qué es eso. Bueno, pues ese es un gran problema. Entender el cerebro. El cerebro, como sabemos que si hablamos y tenemos miedo se enciende o se activa una parte de eso, pero en conjunto, entender un órgano que tiene conciencia de sí mismo y sus muchas habilidades, algunas sorprendentes, pues es algo que todavía no sabemos, de manera que estos son algunos de los problemas, por no decir otros que han aflorado recientemente con fuerza.

55:29

Si nuestro universo es el único, o hay multiuniversos, otros universos, en fin. Pero bueno, son problemas que tal vez se resuelvan en las próximas décadas o en más tiempo, no lo sabemos, pero momentos como los que significó o significaron en el primer tercio, de hecho, del siglo XX, la revolución de la relatividad especial y la general, o la física cuántica, que revolucionaron la Física, o luego el ADN, la revolución de la genética y el ADN a partir de 1953. Qué bueno, pues ahora… Pero eso ya, se necesita ciencia, por supuesto, pero las consecuencias que también están influyendo mucho en cómo afecta nuestro tratamiento, no solo de las enfermedades, sino de la descendencia. Darwin nos dijo que se necesita, nos enseñó que se necesita mucho tiempo para que las especies cambien de una a otra. Con los instrumentos de genética que tenemos, de ADN, y que tendremos todavía con mayor seguridad, pues podemos intervenir en cambiar aspectos fundamentales de la esencia de un ser humano en una generación. Y eso, bueno, pues es… Pero ya digo, no veo revoluciones así de ese tipo, salvo que bueno, pues sobre todo en lo que se refiere al cerebro, pero mientras que las consecuencias de la inteligencia artificial, de la robótica, del diseño de materiales y todo eso, pues nos llevarán a un mundo… De hecho, yo pienso todavía más, que, en algunas disciplinas, como por ejemplo en la matemática, serán las máquinas inteligentes las que encuentren resultados. Las máquinas, entre otras cosas, lo que hacen es, con cantidades ingentes de información, encuentran pautas comunes. Eso lo podemos llamar un teorema. De hecho, ya son noticias de las últimas semanas o meses. Con procedimientos de análisis de algoritmos creados especialmente se diseñan medicamentos, antibióticos o proteínas que no se conocían, de manera que llevarán la pauta. Y ahora viene lo que me decías de la ética.

58:10

Claro, yo he dicho antes, por ejemplo, los dispositivos electrónicos que llevamos inteligentes en los bolsillos, esas aglomeraciones de transistores en circuitos integrados con relaciones mediante algoritmos y todo eso nos permiten vivir toda la vida y todas las vidas que pudiéramos tener obteniendo información, viendo vídeos, lo que sea, pero información no es igual, ya lo dije, a conocimiento. El conocimiento implica reflexión y todo eso. Y bueno, también está el peligro de todo esto, que ya se da en casos, de que en lugar de relaciones personales pues nos comuniquemos a través de las máquinas, con lo cual terminamos siendo algo así como robots biológicos. Eso es un peligro. Y bueno, ¿qué consecuencias tiene esto en lo que se refiere a decisiones que hacen o los valores que sostenemos? Los valores vienen influidos por las posibilidades o por nuestros conocimientos. ¿En conocimientos y en posibilidades son las máquinas inteligentes las que están tomando una posición preferente, de manera que, bueno, coartarán nuestra libertad, influirán en nuestras decisiones, nos harán menos conscientes de nuestras obligaciones y las delegaremos en esos artilugios? Sería conveniente que reflexionásemos sobre eso. Es decir, reflexiones de índole ética y ahí vuelvo al principio. Al principio, que es tu mundo profesional, el de la enseñanza no universitaria antes y la familiar, por supuesto. Ahí es donde se juegan las cartas de todo lo que en el futuro tendrá lugar. Y bueno, pues no sé, yo no sé mucho de ese mundo, pero veo, con sentimientos agridulces, porque por una parte está bien, pero por otra parte no veo que esté tan bien el papel que los medios informáticos, telemáticos, todo esto, las tabletas, etcétera, etcétera, los algoritmos… está teniendo lugar en la enseñanza, en la enseñanza de niños más pequeñitos que empiezan ya… Ya sé que es que hay que prepararlos para el futuro, el futuro que es así.

“La ciencia es humanista”. José Manuel Sánchez Ron, historiador de la ciencia
1:00:56

Sí, pero bueno, yo recuerdo que hace años vi un corto de estos que me impactó. Era una niña pequeñita que estaba en una tableta, estaba leyendo un cuento, tocaba… Luego le dan un cuento en papel y empieza a tocar así. «¿Qué pasa? Que esto no se mueve». Bueno, es un nuevo mundo en el que… Ya sé que se dirá que yo soy un dinosaurio, está hablando un dinosaurio. Bueno, un dinosaurio que, como en el grabado de Goya, aún aprende o aún se preocupa y que al menos tiene, me veo seguramente optimista, de una manera optimista, puede desempeñar el papel de decir: «Existieron otros valores». No digo que sean mejores, pero compararlos y que se establezca una especie de diálogo crítico con los valores que estamos construyendo, entre otras cosas, ese que os he señalado de que damos un papel a las máquinas a la hora de relacionarnos que antes no tenían. Una de las cosas que he aprendido como como historiador es que predecir el futuro es mala cosa. Te equivocas.

1:02:25
Carolina López. José Manuel, ha sido un verdadero honor pasar este ratito contigo aprendiendo tantísimo sobre Historia de la Ciencia. Muchísimas gracias.

1:02:33
José Manuel Sánchez Ron. No, gracias a ti, porque, bueno, me he encontrado muy a gusto. Las preguntas han sido interesantes y bueno, yo no soy… soy bastante solitario, me muevo mejor escribiendo artículos, libros, a lo mejor demasiados, pero hoy, aquí, me has hecho sentir a gusto y además puede que el fin de estas conversaciones sea bueno para contribuir a la educación, o por lo menos para hacer pensar y luego que cada uno haga lo que le dé la gana, de manera que las gracias te las doy yo a ti.