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“Solo la educación nos da esperanza y futuro”

Muzoon Almellehan

“Solo la educación nos da esperanza y futuro”

Muzoon Almellehan

Refugiada y embajadora de Unicef


Creando oportunidades

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Muzoon Almellehan

“Mi querido compañero refugiado, nunca dejes de aprender, nunca dejes de soñar. Nunca pierdas la esperanza”. Así comienza la carta que Muzoon Almellehan dedica a los niños y niñas que sufren los estragos de los conflictos armados. Ella también tuvo que huir. Con 14 años escapó de Siria con su familia, rumbo a un campo refugiados en Jordania. Como equipaje llevaba solo lo imprescindible para ella: sus libros del colegio. “La educación da esperanza y estabilidad, porque la educación significa futuro”, afirma. Durante los tres años que pasó en campos de refugiados, luchó por concienciar a las familias de que los niños y las niñas debían continuar estudiando. Su inspiradora historia, su valentía y su firme defensa de la educación han hecho que muchos se refieran a ella como la ‘Malala siria’. En 2017 se convirtió en la primera Embajadora de buena voluntad de Unicef con estatus de refugiada. En la actualidad reside en Reino Unido, donde estudia Relaciones Internacionales. “Mi mensaje para los líderes mundiales y los organismos internacionales es que es deben centrar su esfuerzo en que los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad, sea cual sea la situación en la que se encuentren”, concluye.


Transcripción

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Muzoon Almellehan. Gracias. Muchas gracias. Estoy muy contenta de estar aquí con todos vosotros. Muchas gracias por venir. Estoy muy feliz. Muchas gracias por venir a escuchar mi historia y por vuestro interés en escuchar mis reflexiones y mis ideas. Estoy muy orgullosa de poder compartirlo con todos vosotros y espero que lo disfrutéis. Me gustaría empezar diciendo que soy de Siria. Tuve que huir de casa hace unos años, cuando empezó la guerra. Por desgracia, tuvimos que dejarlo todo y tuve que dejar mi precioso país y todo lo que conocía. Tuve que dejar a mis amigos, mis familiares y mi tierra. Mi tierra significa mucho para mí. Antes de la guerra tenía una vida normal, como todos vosotros. Antes de la guerra vivíamos en un país muy pacífico, donde podíamos ir a la escuela con seguridad y no teníamos que preocuparnos por nada en nuestra vida. Simplemente, pensábamos en un futuro próspero, en nuestra educación y en nuestros sueños.

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Pero, desgraciadamente, en 2011, cuando empezó la guerra, tuvimos muchas dificultades, y nuestra vida cambió por completo. Por ejemplo, no podíamos ir a la escuela de manera segura ni podíamos tener una vida normal. Era muy duro vivir en Siria, porque cuando no hay paz, no hay futuro. Entonces, millones de sirios tuvimos que huir de nuestros hogares por culpa de la guerra. Nunca pensé que acabaría siendo una refugiada o que huiría de Siria. Nunca pensé que viviría en un país que no fuera Siria o que mi sueño fuera volver a mi país. En aquel entonces, mi sueño era estar en mi país con mi gente, con mis amigos y con todo lo que conocía. Pero cuando todo se complicó demasiado, tuvimos que huir. Y para ser sincera, fue la decisión más difícil de mi vida, porque no sabía qué pasaría. Yo no sabía nada sobre los campos de refugiados en Jordania, que es donde fuimos. No sabía sí allí habría una escuela o no, o si habría un futuro para mí. Pero, sobre todo, nos preguntábamos si habría paz, porque en Siria no había paz, y deseábamos encontrarla en los campos. Fue un momento muy difícil, porque para mí, la educación significa mucho, y sabía que si perdía la educación, lo perdía todo.

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Así que nos fuimos al campo de refugiados de Zaatari. Cuando llegué por primera vez, me quedé impactada. No dejaba de preguntarme por qué había ido al campo, qué hacía allí, por qué estaba allí… Evidentemente, estaba con mi familia, pero fue impactante para todos, porque no esperábamos vivir otra vez una situación tan difícil, en los campos. Siria es un país precioso donde teníamos casas, electricidad, por supuesto, teníamos internet… Teníamos todo lo que tiene un país que vive en paz. Pero durante la guerra, tuvimos que vivir en campos de refugiados sin electricidad. Vivíamos en una tienda de campaña, no en una casa en condiciones. Y todo lo teníamos que hacer en la tienda: dormir, recibir visitas… Toda la familia nos teníamos que sentar en la misma estancia, una estancia muy pequeña. Además, la tienda no nos protegía del invierno ni del verano. Fue muy duro para nosotros hacer frente a los días de calor y hacer frente al frío del invierno. Fue muy duro.

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Me di cuenta de que no hay nada más importante que la educación. Me di cuenta de que sin educación no podría enfrentarme a todas esas dificultades. Así que pregunté por la escuela, ya que era mi preocupación principal cuando llegué al campo. Y me puse muy contenta cuando vi que sí que había una escuela. La verdad es que fue el momento más feliz de mi vida, porque me di cuenta de que, a través de la educación, yo podía cambiar la situación, podía soñar y alcanzar mis sueños. Todo gracias a la educación. Sabía que la situación era muy difícil, no solo para mí, sino también para todos los sirios que estaban viviendo como refugiados en Jordania o en otros países, como Líbano o Turquía. Si todos ellos tenían acceso a la educación, podrían tener esperanzas, y podrían ver el futuro con optimismo. Entonces, cuando fui a la escuela, pensé que todos los niños querrían ir también. Pero, por desgracia, a causa de las circunstancias tan difíciles que vivían los niños —y las familias, por supuesto, que estaban pasando por muchas dificultades durante la guerra—, perdieron la esperanza en su futuro. Y no los puedo culpar, porque la situación era muy dura, y todos estábamos muy tristes por las noticias que nos llegaban desde Siria cada día. Escuchábamos que estaban asesinando a nuestros hermanos sirios día tras día, que los niños no tenían acceso a la educación y que se les negaban los derechos fundamentales. Muchos de ellos no podían comer, muchos no podían vivir a salvo, que es un derecho humano fundamental.

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Todos tenemos derecho a vivir en paz. Y cuando escuchábamos esas historias cada día, era horrible. Pero yo sentía que había esperanza. Y por eso empecé a ser activista, porque no quería que una generación entera se perdiera, no quería que hubiera niños sin educación. Por eso quería que todos fueran a la escuela, para que tuvieran oportunidades. Quería que recibieran una educación para que tuvieran esperanzas y que no se rindieran. Sabía que vivir en un campo de refugiados y haber perdido nuestros derechos no era culpa nuestra. Por eso empecé a animar a esos niños que habían perdido la esperanza a volver a la escuela. Les animé a entender que la educación tenía que ser una prioridad para ellos y para todo el mundo. Así que empecé en ese campo, y después nos tuvimos que desplazar a otro llamado Azraq. Allí tuve la misma experiencia, hice activismo a favor de la educación, porque en ese campo la gente también estaba sufriendo y también había perdido la esperanza. Así que durante los tres años en los que viví en campos de refugiados, me dediqué a luchar por la educación.

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Y cada vez que coincidía con niñas, niños o padres, con quien fuera, les decía que fueran a la escuela, que la educación era muy importante. Porque necesitábamos que todos los niños, no solo yo, recibieran una educación yendo a la escuela. Creo que todos tenemos que ir a la escuela, tenemos que aprender, tenemos que recibir una educación. Después de esos tres años, tuve la oportunidad de mudarme al Reino Unido con mi familia, y entonces dije: “Ahora puedo seguir luchando a través de una plataforma más influyente”. Y, afortunadamente, conseguí hacerlo. Cuando llegué al Reino Unido, pensé que quizá habría gente que olvidaría a las personas que había dejado atrás y diría: “Ahora ya puedo vivir una vida normal, ¿por qué debería seguir pensando en el campo?”. Pero yo sabía que mi lucha solo acababa de empezar. Que podía alzar la voz desde el Reino Unido y lanzar un mensaje para hablarle al mundo sobre el sufrimiento de los refugiados y sobre la importancia de la educación. Y cuando en Unicef vieron que yo seguía luchando y que seguía trabajando por este derecho para que todos los niños, no solo los sirios, pudieran tener acceso a la educación, me nombraron embajadora de buena voluntad. Había hecho ya muchas actividades con Unicef cuando estaba en los campos, pero no era oficial como ahora.

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Ahora tengo una plataforma más influyente, y para mí es un orgullo ser la voz de millones de niños, porque cuando cuento mi historia, no estoy contando solo mi propia historia, no cuento la historia de Muzoon, la de unos pocos o solo la de los sirios, sino que estoy contando la historia de millones de niños que no tienen voz. Por eso me siento tan orgullosa, y pienso que mi trabajo con Unicef es muy importante para mí y para los niños. Y uno de los mejores ejemplos de la importancia de este trabajo es que estoy aquí hablando hoy con vosotros y contándoos mi experiencia y mis reflexiones. Todos podemos cambiar la situación. No hace falta vivir en un campo de refugiados para ser activista, por ejemplo. Creo que todos podemos cambiar la situación, sobre todo los jóvenes, porque, en general, sufrimos más que las personas adultas, especialmente cuando hay una guerra. Somos más vulnerables y es más difícil para nosotros. Por supuesto, necesitan consejos de los adultos, pero deben tener sus ideales, compartirlos y creer que tienen la fuerza necesaria. Ahora que he compartido mis pensamientos con vosotros, es el momento de que me preguntéis todo lo que queráis. Estaré encantada de responderos. Muchas gracias.

10:39
Laura. Hola, Muzoon. He leído que cuando saliste de Siria huyendo de la guerra, llevaste tus libros contigo. Te quería preguntar por qué era tan importante para ti llevar contigo los libros que tenías en casa.

10:55
Muzoon Almellehan. Muchas gracias. Para ser sincera, cuando tuve que dejar Siria, fue muy duro para mí. Sobre todo porque allí estaba en el noveno curso, y era un año muy importante. Estaba estudiando mucho, soñaba con tener unos buenos resultados para seguir con la educación secundaria, y después ir a la universidad y terminar mis estudios. Pero durante la guerra, era muy difícil ir a la escuela cada día. A veces era muy peligroso. Cuando íbamos, escuchábamos bombardeos. A veces, nos teníamos que ir corriendo del colegio porque había pasado algo o porque los profesores tenían miedo de que nos pasara algo o de que nos mataran mientras estábamos aprendiendo. Era muy duro, y estábamos muy tristes porque teníamos miedo de ir a la escuela.

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Cuando tuvimos que huir, le dije a mi padre: “No me quiero ir porque este año es muy importante para mí y quiero continuar, ya nos iremos más adelante”. Mi padre me contestó: “Podrás seguir estudiando en el futuro, pero si pierdes la vida, ya no podrás seguir con los estudios”. Y eso me hizo cambiar de punto de vista y quise huir de Siria. No podíamos llevárnoslo todo, solo lo más importante, porque teníamos que caminar durante varias horas para llegar al campo de refugiados, después de haber ido en coche, porque llegamos con el coche hasta un punto que se encuentra cerca de la frontera con Jordania. Después teníamos que andar un poco y esperar, porque había huido mucha gente. Así que no nos lo podíamos llevar todo, solo lo más importante. Yo pensé en mis libros de la escuela, así que los llevé conmigo, porque para mí, eran lo más poderoso que tenía. Sin ellos, no podría hacer nada. Cuando íbamos de camino al campo —como os he dicho, teníamos que andar—, mi padre vio que me costaba mucho llevar la mochila porque tenía muchos libros, había más de nueve, y le dije: “Sí, necesito que me ayudes”.

“Solo la educación nos da esperanza y futuro”. Muzoon Almellehan
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Cuando cogió la mochila, pesaba tanto que me preguntó: “¿Pero qué llevas ahí?”. Le dije: “Llevo los libros de la escuela”, y se quedó de piedra. Me dijo: “¿Pero estás loca? ¿Por qué te llevas todos esos libros? No los necesitarás en Jordania, y no sabemos si nos quedaremos mucho tiempo allí o si volveremos pronto”. Y yo le contesté: “Si no hay una escuela en el campo, seguiré estudiando con estos libros”. Porque creo que la educación es lo más importante en tiempos de guerra, ya que nos da esperanza y nos permite soñar con nuestro futuro y ser optimistas. Además, la educación proporciona estabilidad a los niños, porque cuando dejan sus hogares, cuando están en campos de refugiados o cuando se sienten vulnerables, la educación les hace sentirse seguros y sienten que tienen estabilidad. Porque cuando reciben una educación, pueden utilizar esos conocimientos y esas habilidades donde estén. Así que cuando yo adquiero unos conocimientos, los puedo utilizar en todas partes: en Siria, en Jordania, en Europa, en Sudamérica, en América… Allá donde vaya, si tengo mis conocimientos, si entiendo mi vida, si sé cuáles son mis derechos y las dificultades con las que me encuentro, puedo enfrentarme a ellas, y eso me da fuerzas para conocerme a mí misma y para reconstruir mi país en el futuro.

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Así que, como he dicho, a corto plazo, nos da estabilidad, y en el futuro, nos da fuerzas para reconstruir nuestro país. Sin educación, esos niños no tendrán las habilidades suficientes ni los estudios necesarios para volver a sus hogares y reconstruir sus países. Por ejemplo, si yo un día vuelvo a Siria y no he recibido una educación, no podré hacer nada por mi país. Así que necesito educación, necesito experiencias que me empoderen personalmente para volver y poder hacer algo por mi país. Así que ahora es mi responsabilidad volver y reconstruirlo. Es lo mismo para todos los niños del mundo. Cuando tienen la oportunidad de ir a la escuela, deben hacerlo, y nosotros tenemos que garantizar su acceso a la educación. A veces, hay niños que quieren ir a la escuela pero no tienen la oportunidad de hacerlo. Por lo que es una responsabilidad nuestra, como individuos, y también por parte de los gobiernos, de los políticos y de los agentes del cambio, trabajar juntos para poder proporcionar una educación de calidad a los niños y niñas, para que puedan volver a sus países con la fuerza necesaria. Por desgracia, cuando los niños no pueden ir a la escuela o no pueden tener acceso a la educación, son más vulnerables, se les puede explotar fácilmente y sufren abusos y otro tipo de maltratos a lo largo de su vida.

16:37

Por eso la educación es tan importante. Ayuda a los niños a evitar situaciones complicadas de la vida, como el reclutamiento por parte de las fuerzas armadas para los niños o el matrimonio forzado para las niñas. Por desgracia, en algunas sociedades, hay gente que piensa que las niñas no deberían ir a la escuela, que no deberían recibir una educación. Yo creo que es muy importante que ayudemos a esas niñas a ir a la escuela para que puedan estudiar. La educación es esperanza. Gracias a ella, se puede restaurar la paz de una forma más fácil. Gracias.

17:17
Mónica. Hola, Muzoon, soy Mónica. Sé que eres la primera persona en ser embajadora de Unicef siendo refugiada. ¿Qué mensaje le quisieras dar al mundo acerca de los refugiados?

17:27
Muzoon Almellehan. Yo tenía una vida normal, y pensaba que viviría toda la vida en Siria. Pero cuando tuve que huir, mi futuro era incierto. La verdad es que no sabía qué me deparaba la vida. No sabía que iba a vivir en el Reino Unido, que iba a estudiar allí ni que iba a ser una activista internacional que daría esperanza a millones de niños. Por supuesto, desde que era muy pequeña, tenía grandes sueños. Siempre quise hacer algo, no solamente por mí misma, también por la sociedad.

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Siempre soñé con ser periodista para poder informar sobre los desafíos a los que se enfrentan millones de personas en el mundo y poder contar su sufrimiento. Nunca pensé que yo acabaría siendo una de esas personas que sufren, ni que viviría en un campo de refugiados. Estos seis años me han cambiado por completo la vida, me han enseñado más de lo que esperaba. A veces pensamos que solo aprendemos en la universidad. Ahora estoy estudiando en la universidad, pero la experiencia nos puede enseñar cosas completamente diferentes. Nos puede enseñar a sentirnos agradecidos por cosas que nunca hubiésemos agradecido. Antes no valoraba el hecho de vivir en una casa con electricidad y con agua, ni que solo con abrir el grifo, podía obtenerla cuando quisiera. No me sentía agradecida por tener aire acondicionado, por ejemplo. No valoraba la paz. No porque yo no sea una persona agradecida, sino porque pensaba que todas esas cosas eran básicas y que todo el mundo las podía tener. Pero cuando estaba en los campos de refugiados, empecé a pensar en lo agradecida que me tenía que haber sentido antes. Que mi vida era maravillosa por todo lo que tenía.

19:21

Así que cuando fui al campo de refugiados, me di cuenta de que nada se obtiene fácilmente. Debemos luchar por nuestros sueños y ser lo suficientemente fuertes para poder cumplirlos, porque si tiras la toalla, nadie te va a escuchar. Por ejemplo, si yo hubiese tirado la toalla cuando estaba en los campos, ahora no estaría con vosotros, no podría compartir mi historia y no podría luchar por los millones de personas que no tienen voz. Ahora soy consciente de que no solo estoy haciendo algo importante para mí, sino que también lo hago para toda la sociedad y por el futuro de mi país. Por eso mi mensaje es que debemos sentirnos agradecidos por la suerte que tenemos cuando, por ejemplo, tenemos acceso a una educación de calidad, cuando vivimos en condiciones de seguridad, cuando nuestros derechos están garantizados… Muchas veces no somos conscientes de todo lo que tenemos y no lo valoramos. Pero mucha gente de todo el mundo desearía tener, al menos, una pequeña parte de lo que nosotros tenemos, como por ejemplo, el acceso a la educación. Ahora que soy embajadora de Unicef, puedo compartir mis reflexiones y también puedo compartir las historias de otros que no las pueden compartir. Por eso pienso que esta plataforma es muy importante para mí y para mi labor como activista.

20:50
Nuria. Hola, Muzoon. He oído que viviste en distintos campos de refugiados en Jordania y que intentaste convencer a las familias de que los niños y las niñas siguiesen su educación. ¿Te costó mucho convencerlos?

21:04
Muzoon Almellehan. En primer lugar, me gustaría agradecerte la pregunta. Creo que hay un vídeo que podemos ver antes. Y, a continuación, puedo contestar a tu pregunta, porque, a veces, es importante ver primero las imágenes para después comentarlas. Gracias.

21:19
Vídeo. «Más de un millón de niños han escapado de Boko Haram. Esta es la realidad para quienes han buscado refugio en el Chad. Algunos nos conocen como la generación perdida, pero no estamos perdidos. No hemos perdido nuestra pasión por el aprendizaje. No hemos perdido nuestros sueños de futuro. No hemos perdido la esperanza. Querido compañero refugiado, quiero que sepas que la vida mejorará. Mi familia y yo estábamos ahí donde estás tú no hace mucho tiempo. Cansados, asustados y sin saber qué nos depararía el mañana. Tenía 14 años y corría el último mes del curso escolar cuando empezaron los bombardeos. Me encantaba mi casa, era un lugar muy alegre. Tuvimos que abandonarlo todo y encontrar un lugar donde empezar de nuevo. Yo estaba muy asustada y no quería irme. Sé cómo te sientes ahora mismo. Sé que todo parece muy oscuro y que no queda esperanza. Pero sí que la hay. Mira por todo lo que has pasado, y sigues de una pieza. Eres más fuerte de lo que piensas. Mi familia y yo estuvimos tres años en un campamento de refugiados, más o menos como tú. Fue allí donde empecé a aprender de nuevo. Pero en los campamentos vi a muchas personas, a muchas chicas, abandonar la educación. Muchas no regresarían jamás a la escuela. Quiero animarte a que no renuncies a tus esperanzas ni a los sueños de futuro. Haz todo lo que puedas para seguir estudiando, porque la educación te ayudará a construir ese futuro. Con sabiduría, crecemos más fuertes. Puede que sientas que nadie te escucha. Pero yo quiero que sepas que yo sí te escucho y que estoy luchando por ti y por tu derecho a la educación. Espero algún día escuchar las historias de cómo mis compañeros refugiados llegaron a ser ingenieros, médicos, abogados y profesores, y de todos los que regresaron a sus casas, a sus países, para construir una nueva vida. Una vida mejor que la anterior. Nunca dejes de aprender. Nunca dejes de soñar. Nunca pierdas la esperanza. Atentamente, Muzoon».

24:23
Muzoon Almellehan. Gracias. Como habéis visto en el vídeo, lo que hago es mandar un mensaje a todo el mundo para que nadie se rinda nunca. Eso era lo que principalmente queríamos transmitir. El mensaje que quiero lanzar a todos los niños y a todos los que están en los campos es que no pierdan la esperanza. Porque si perdemos la esperanza, lo perdemos todo.

24:48

Así que si hay fracasos en nuestras vidas, si nos encontramos con desafíos y dificultades, no tenemos que perder la esperanza, porque si la perdemos, nos sentiremos abatidos. A veces pensamos que no pasa nada, o decimos: “Bueno, no tengo esperanza y no quiero hacer nada, no soy lo suficientemente bueno”. Pero eso no es verdad, porque todos hemos nacido para hacer algo en esta vida. Todos estamos aquí porque tenemos un papel que desempeñar en nuestra sociedad, en nuestra comunidad y también en el mundo. Así que nosotros, como seres humanos, tenemos que creer que podemos hacer algo. Y por eso quería que las personas que se encontraban en los campos creyeran en sí mismas y creyeran que podían enfrentarse a las dificultades, especialmente, en las condiciones más complicadas. Sé que a veces no es fácil decirle a la gente lo que tiene que hacer o darles consejos, sobre todo, cuando tienen tantos obstáculos en sus vidas, especialmente, durante la guerra en Siria. Y yo sabía que mi misión no iba a ser fácil, sabía que era una labor complicada. Yo tenía solo 14 años cuando empecé, y mi objetivo era hablar sobre la importancia de la educación.

26:12

Pero me dije a mí misma que era algo muy importante, que tenía que hacerlo por todos los niños, por el futuro de mi país. Y ahora lo hago por el futuro de todos los niños del mundo, no solo por los de Siria. Lo hago para que todos los niños puedan tener acceso a la educación. Porque los niños, sean de donde sean, tengan las dificultades que tengan, ya sean guerras, pobreza, o lo que sea, todos merecen ir a la escuela, merecen tener acceso a la educación, merecen tener esa oportunidad. No se trata de un privilegio, es su derecho. Es un derecho fundamental, es uno de los derechos fundamentales más importantes para los seres humanos. Porque cuando negamos a los niños el derecho a la educación, les impedimos que tengan una vida maravillosa, les impedimos que cumplan sus sueños, que alcancen sus metas. Y aunque yo me he enfrentado a muchos obstáculos, como cuando la gente me decía que no era asunto mío hablar sobre educación, que no era asunto mío aconsejarles, esos mensajes, esas críticas negativas, me motivaron todavía más para seguir luchando por la educación y por los niños de mi país. Y ahora, para luchar por los niños de todo el mundo, por todos los niños que no tienen acceso a la educación. Es mi responsabilidad luchar por ellos. Estoy muy orgullosa de poder utilizar la plataforma de Unicef y viajar por el mundo para reunirme con los niños y ser testigo de sus problemas para compartirlos con todo el mundo y ayudarlos.

27:46

Creo que nos queda mucho camino por recorrer para ayudar a los refugiados y darles acceso a la educación. Y no solamente a los refugiados. A los niños, sobre todo a las niñas, se les niega el acceso a la educación por muchos motivos. Por eso continuaré luchando hasta que todos los niños de todo el mundo puedan aprender con seguridad y tengan acceso a la educación.

“Solo la educación nos da esperanza y futuro”. Muzoon Almellehan
28:08
Laura. Hola, Muzoon. Te has convertido en un referente para muchas niñas y mujeres en el mundo, y te he escuchado decir que una niña que estudia puede cambiar el mundo. Me gustaría preguntarte si has conocido a muchas niñas que hayan tenido que dejar de estudiar y qué papel crees que deberían tener las mujeres y las niñas en el mundo.

28:27
Muzoon Almellehan. Muchas gracias. Sí, creo que las mujeres, cuando han recibido una educación, pueden cambiar el mundo y pueden trabajar con los hombres para favorecer el desarrollo de la sociedad. Tanto los hombres como las mujeres pueden desempeñar un papel muy importante. Cuando hablo de las mujeres, no estoy negando el derecho de los hombres a desempeñar un papel en la sociedad. Todos tenemos que trabajar conjuntamente para reconstruir y facilitar el desarrollo de nuestra sociedad. Yo he conocido a muchas niñas, pero hay una que nunca olvidaré. La conocí en Chad, en África. Tenía 16 años cuando la conocí, y vive allí como refugiada. Antes vivía en Nigeria, y allí la secuestraron delante de la puerta del colegio. La raptó Boko Haram, un grupo que hay en Nigeria.

29:32

Por desgracia, la explotaron y abusaron de ella tanto física como psicológicamente. Por eso ahora está bajo tratamiento en Chad. Sufrió muchísimo. Cuando la vi, tenía convulsiones por todo lo que había vivido a manos de aquel grupo en Nigeria, pero también por el tratamiento. La tenían drogada, por supuesto a la fuerza. Cuando le pregunté cuánto tiempo duraría el tratamiento, me dijo que seis meses. Era muy triste, pero vi esperanza en aquella niña. Y me dio esperanza a mí también. Me recordó a mi propia historia. Obviamente, no es la misma historia, pero yo también viví como refugiada y fueron unas circunstancias muy duras. Aunque su historia era muchísimo más dura, porque ella sufrió personalmente y tuvo que recibir un tratamiento. Fue muy duro verla así. Pero cuando hablé con ella —no es mucho más joven que yo—, me dijo: “Cuando vaya a la escuela, podré desempeñar un papel importante, podré soñar y podré hacer lo que quiera”. Por eso me alegré tanto cuando vi esa esperanza en ella después de todo lo que había sufrido. Sueña con una vida mejor. Y todo gracias a la educación.

31:02

Después del tratamiento, cuando volvió a la escuela, se dio cuenta de que podía aprender. Y me dijo algo que nunca olvidaré. Me dijo que aprendería idiomas, porque no hablaba ni inglés ni francés. En África también hablan francés, pero ella no sabía hablarlo. Entonces, me dijo: “Cuando vuelvas a Chad, hablaré contigo en francés y en inglés”. Quería aprender idiomas, lo cual me parece maravilloso, ya que se dio cuenta de que la educación le permitiría comunicarse con el mundo. Cuando vi esa esperanza en ella, me di cuenta de que cuando ayudamos a esos niños, les damos acceso a la educación y hacemos todo lo posible para liberarlos de los abusos, pueden vivir una vida maravillosa y pueden luchar con más fuerza por sus derechos. Por eso creo que es una historia que te cambia la vida. Gracias.

32:04
Antonio. Hola, Muzoon. Me llamo Antonio, soy profesor, y he oído, no sé si me equivoco, que tu padre era también maestro, profesor. ¿De qué manera crees tú que ha podido influir en tu pasión por la educación el haber tenido un padre maestro?

32:25
Muzoon Almellehan. No te equivocas, en absoluto. Es verdad, mi padre es maestro. Él desempeña un papel muy importante en mi vida. Estoy muy orgullosa de tener un padre como él, que cree en la educación, que apoya la educación de sus hijos y, especialmente, la de sus hijas.

32:45

Mi padre siempre me ha hecho creer en la educación, me ha hecho amar la educación, me ha dado una educación, y siempre me ha hecho ver lo importante que es. Cuando él daba clases a los niños, me mostraba cómo cambiaba sus vidas y cómo podían ellos cambiar la sociedad cuando recibían una educación. Por eso, cuando mi padre era maestro, desempeñaba un papel muy importante en la sociedad. Y eso también tuvo un impacto en su vida, porque, como maestro, puede superar los obstáculos que le van surgiendo, puede entender la sociedad en la que vivimos, puede enseñarme cosas nuevas y yo le puedo preguntar sobre cualquier cosa. Así que sí, para mí, mi padre desempeña un papel muy importante en mi vida. Y estoy segura de que sin él, no habría podido lograr lo que he logrado.

33:41
Miriam. Hola, Muzoon, soy Miriam. En primer lugar, te quería agradecer que estés compartiendo con nosotros tu experiencia, que es una fuente de inspiración para todos. Has comentado que estás viviendo en el Reino Unido y que estás estudiando en la universidad allí. Te quería preguntar: ¿qué mensaje les lanzarías a los jóvenes que dicen que no quieren seguir estudiando o que estudiar les parece aburrido?

34:07
Muzoon Almellehan. Muchas gracias, para mí es un placer estar con todos vosotros. Sí, ahora estoy estudiando. Pienso que la educación es muy importante para mí como activista. Soy una activista por la educación, así que tengo que continuar mis estudios, y eso es algo que me encanta. Pero como mensaje para todos los niños, yo creo que tienen que darse cuenta de que la educación es una prioridad. Sé que hay muchos niños que piensan: “No quiero ir a la escuela, no quiero aprender”, o que piensan: “Es aburrido, ¿por qué tengo que hacer los deberes?, ¿por qué tengo que hacer los exámenes? Es muy duro, no quiero hacerlo”. Pero creo que sin una educación, no van a poder lograr hacer nada en sus vidas. Así que es importante que les digamos que si no estudian, no podrán luchar por sus sueños. Podemos preguntar a cada niño cuáles son sus sueños. Y quizá su respuesta sea: “Bueno, quiero ser futbolista”, por ejemplo, o “Quiero ser médico” o “Quiero ser actor o actriz”, algo así. Quizá en ese momento piensen que la educación no es importante para ser futbolistas o para ser actores o actrices, pero me gustaría decirles que si no reciben una educación, no podrán tener ese valor que se adquiere con ella. Es cierto, puedes jugar al fútbol sin haber recibido una educación. Pero si has recibido una educación y una buena formación, puedes ser un futbolista mejor, un actor mejor o una actriz mejor, por ejemplo.

34:56

Gracias a la educación, puedes ser una persona mejor para la sociedad. No solo es necesaria para luchar por nuestros sueños, también lo es para conocer mejor nuestras vidas, para entender mejor las vidas de los demás, para conocer mejor nuestra sociedad y para saber a qué dificultades nos enfrentamos. El conocimiento puede servir para cualquier cosa. No es solo ir al colegio o a la universidad, no es solo hacer exámenes o pasar muchísimas horas en la escuela. Es mucho más que eso, porque cuando adquieres unos conocimientos, cuando aprendes algo, puedes razonar de una manera más profunda, puedes enfrentarte a las dificultades, puedes ver cosas que no se ven sin una educación. Porque el conocimiento puede abrir nuestras mentes y puede darnos la oportunidad, a través de ese conocimiento, de descubrirnos a nosotros mismos. Si no recibo una educación, es posible que no me conozca a mí misma, que no sepa nada de ciencia, de tecnología o cosas así. Si todo el mundo pensara que la educación no es importante, no tendríamos wifi, no tendríamos ni ordenadores ni portátiles ni televisión, no tendríamos aviones para viajar con facilidad.

37:05

Así que si pensamos en las cosas que tenemos gracias a la educación, podremos amarla. Pero para convencer a los niños, creo que la familia desempeña un papel fundamental y, por supuesto, también los maestros en los colegios. No solamente tienen que utilizar la educación para enseñar y ser duros con los alumnos para que aprendan. También tiene que ser una herramienta de socialización para los niños, porque la familia es la principal plataforma de socialización en la sociedad. Otra plataforma de socialización importante es la educación o las instituciones educativas. Por eso podemos convencer a los niños mediante la educación, primero con la familia y después con las instituciones educativas, especialmente las escuelas. Y cuando son más mayores, se pueden dar cuenta por ellos mismos. Pero a los niños, aunque no estén lo suficientemente motivados, les podemos animar nosotros, les podemos decir que sin una educación, sus vidas serán diferentes, serán más difíciles y serán muy duras. Que sin unos estudios, van a sufrir mucho a lo largo de su vida y será muy difícil para ellos tener las oportunidades que merecen. Así que si un niño o una niña quiere tener la vida que merece, tiene que ir al colegio, aprender y esforzarse. Y también hacer algo que le guste, no solamente ir a la universidad para estudiar lo que quiera su familia.

38:43

Yo les animo a estudiar algo que les guste, porque si estudias algo que no te gusta… Por ejemplo, conozco a muchos padres que quieren que sus hijos sean médicos o ingenieros porque piensan que es lo más importante en la sociedad. Yo sé que la medicina y la ingeniería son muy importantes y que necesitamos médicos e ingenieros, puesto que son fundamentales para garantizar el desarrollo de nuestros países. Pero si a la persona le gusta mucho algo, tiene que luchar por hacerlo, tiene que hacer lo que le guste, porque de este modo, podrá obtener mejores resultados y superar las expectativas. Si nos gusta el arte, debemos estudiar Arte; si nos gusta la medicina, debemos estudiar Medicina; si nos gusta el periodismo, debemos estudiar Periodismo. Es así como podemos amar la educación y disfrutar de nuestros estudios.

39:37
Sergio. Hola, Muzoon, me llamo Sergio. Antes que nada, quería decirte que te admiro mucho y me parece que eres muy valiente haciendo todo lo que haces, y que eres una inspiración para todos. Eres un ejemplo a seguir. Quería preguntarte si podrías contarnos alguna historia que hayas visto o vivido en la que la educación le haya cambiado la vida a alguna persona.

40:03
Muzoon Almellehan. En primer lugar, muchas gracias por tus palabras tan bonitas.

40:07

Sí, hay muchas historias, la verdad. Muchas en los campos de refugiados de Jordania, y también en Chad, como la que he contado antes. Hay otra de una niña que tenía 12 años, a la que la educación le cambió la vida. Nos contó que un día había una mujer delante de la puerta de su casa. La niña oía el teléfono de esa mujer sonar durante mucho rato, incluso contó las veces que sonó. Cuando la niña fue a preguntarle a su madre quién era la mujer, vio que su madre estaba muerta, porque había explotado una bomba justo cuando volvió la mujer del teléfono. La niña perdió a siete miembros de su familia, y estaba aterrorizada de pensar en toda la gente que había muerto y en toda la gente que habrían podido matar. Aquella niña sufrió un trauma, estaba conmocionada. Era muy duro para ella haber visto a su madre y a sus familiares muertos. Es algo increíble, es muy triste y, al mismo tiempo, me enfada mucho. Esa niña tan pequeña perdió a muchos miembros de su familia. No podía vivir sin ellos, su vida se volvió mucho más difícil y nadie podía cuidar de ella.

41:44

Cuando la conocí y me contó su historia, me puse muy triste y quise ayudarla, pero la verdad es que no me necesitaba, porque ella ya tenía muchísima fuerza. Me dijo: “Aquí hay una escuela, quiero aprender, quiero estudiar”. También me dijo: “Ahora que puedo estudiar, tengo esperanzas”. Su mensaje estaba muy cargado de valentía. Aunque ha sufrido muchísimo y a pesar del trauma que ha vivido, gracias a la educación, ahora puede superar todas esas dificultades y puede soñar con un futuro mejor. Sé que su situación no es nada fácil y que tuvo que ser muy fuerte, pero estoy segura de que gracias a la educación, tendrá un futuro mejor y podrá formar parte activa de la sociedad. Gracias a la educación, podrá beneficiar a la sociedad. Las dos historias de Chad están cargadas de fuerza.

42:44
Adolfo. Hola, Muzoon. He leído que eres amiga de Malala, que recibió el Premio Nobel de la Paz, y que, al igual que tú, lucha por la educación en el mundo. ¿Podrías contarnos cómo la conociste?

42:56
Muzoon Almellehan. Sí, Malala y yo nos hicimos amigas cuando vino al campo de Zaatari, en una de sus visitas a los campos de refugiados.

43:07

Ella había escuchado mi historia y lo que estaba haciendo en el campo, porque teníamos el mismo objetivo, el acceso a la educación para todos los niños, especialmente, para las niñas. Así que nos vimos en ese campo, y después la volví a ver en el campo de refugiados de Azraq durante otra visita suya. Es el segundo campo donde viví. Después de eso, nos hemos visto muchas veces. Cuando le dieron el Premio Nobel de la Paz, nos invitó a mí y a otros amigos suyos a la ceremonia, que fue increíble. Además, las dos vivimos en el Reino Unido y hemos llevado a cabo muchas acciones juntas. Antes de que yo empezara con Unicef, hice muchas actividades sobre educación con ella y con su organización, la Fundación Malala, durante aproximadamente un año. Tenemos muchos objetivos comunes y perseguimos el mismo sueño, que es que los niños vayan a la escuela, y queremos ayudar especialmente a las niñas para que tengan acceso a la educación. Somos muy buenas amigas. Quiero mucho a Malala y admiro todo lo que ha hecho. Es increíble. Malala es una fuente de inspiración y está haciendo una labor muy importante por los niños de todo el mundo, se lo agradezco mucho.

44:39

Malala es un gran ejemplo a seguir para muchos niños y niñas. Porque ella sufrió muchísimo, pero utilizó todo ese sufrimiento para luchar por cuestiones tan importantes como la educación. Creo que es maravilloso ver que mujeres jóvenes como Malala hacen cosas increíbles para conseguir un mundo de paz. Y eso es lo que tenemos que hacer la gente joven, tenemos que trabajar todos juntos para lograr la paz. Tal y como he dicho antes, todos podemos hacer algo. Lo que hacemos Malala y yo, que somos jóvenes, tiene mucha fuerza. Gracias.

45:26
Sebastián. Hola, Muzoon, soy Sebastián. He escuchado que has estado estudiando Relaciones Internacionales. ¿Por qué elegiste esta profesión y qué es lo que piensas hacer en el futuro?

45:42
Muzoon Almellehan. Gracias. Sí, ahora estoy estudiando Política y Relaciones Internacionales. Elegí esta carrera porque creo que es muy interesante, ya que los políticos juegan un papel muy importante en nuestras vidas y que nos afecta a todos.

46:00

Afecta a nuestra economía, afecta a nuestra vida y afecta a otros sectores, incluso a la educación. Los políticos pueden decidir qué tipo de educación tienen que recibir los niños. Así que creo que los estudios de Relaciones Internacionales me pueden ayudar a entender lo que sucede en el mundo, sobre todo en la política, que determina lo que pasa en el mundo y también nuestro futuro. Además, me permiten entender las relaciones estratégicas entre países, que creo que son muy importantes, porque nos ayudan a analizar diferentes cuestiones alrededor del mundo, así como muchos problemas y conflictos. Ahora podemos entender mejor lo que está sucediendo, por qué está sucediendo, cómo está sucediendo, quién está intentando llevar a cabo algunas medidas en el mundo o quién pone en peligro nuestro planeta. Todas estas cuestiones son muy importantes para los estudiantes de Política. Los estudios me pueden ayudar en mi activismo, sobre todo los de políticas internacionales, porque todo lo que hago es internacional. Mis estudios me pueden enseñar a defender a los niños y me pueden enseñar muchas más cosas para poder convencer a los gobiernos, a los líderes mundiales y a las instituciones de que la educación tiene que ser una prioridad. Yo no sueño con trabajar como política, no es uno de mis sueños, la verdad, pero sí que quiero mostrar otra cara de la política. Normalmente, vemos la política como algo anónimo, como algo negativo. Por desgracia, vemos que muchos políticos mienten.

47:47

Pero para mí, si trabajara como política en un futuro, aunque ahora no me lo planteo, me gustaría mostrar que a través de la política podemos conseguir un mundo de paz sin enfrentamientos, guerras o conflictos. Y mi mayor sueño, lo que de verdad quiero hacer en el futuro, es seguir llegando a más niños, ayudar a más niños para que puedan ir a la escuela, para que puedan recibir una educación segura y para que puedan vivir en paz. Eso es lo que quiero hacer en mi vida. La verdad es que los estudios de Política te pueden enseñar muchas cosas. Quiero ver un mundo de paz, y mi mayor sueño es que todos los niños del mundo puedan ir a la escuela y que puedan recibir una educación a salvo. Es nuestra responsabilidad como individuos hacer todo lo posible para ayudar a esos niños, pero creo que los gobiernos también tienen que jugar un papel más importante para garantizarles una educación segura y proteger los colegios de los ataques en las zonas de conflicto. Ese es mi mayor sueño. Quiero ver un mundo de paz, donde los niños puedan vivir sin peligros y tengan garantizados sus derechos.

49:02

Muchísimas gracias. He disfrutado mucho hablando con vosotros. Muchas gracias. Gracias. Muchas gracias. Gracias.

“Solo la educación nos da esperanza y futuro”. Muzoon Almellehan