Si no compartes el conocimiento, no sirve para nada
Michio Kaku
Si no compartes el conocimiento, no sirve para nada
Michio Kaku
Físico
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Michio Kaku Físico
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Michio Kaku Físico
Michio Kaku
Con tan solo ocho años, el físico teórico Michio Kaku decidió que dedicaría su vida a completar el trabajo inacabado de Einstein: la teoría del todo. Con 16, y ante la admiración de sus padres, construyó un acelerador de partículas en el garaje de su casa. Precoz y visionario, este experimento doméstico fue su carta para Harvard. Acabó primero de su promoción.
El científico estadounidense es uno de los fundadores de la teoría de cuerdas, principal candidata a ofrecer la teoría unificada con la que una vez soñó. “Creemos que explica la riqueza del universo, desde el Big Bang a la creación de las estrellas y el Sol, a la creación de los humanos y, quizás, incluso el amor”, asegura.
Hoy, Michio Kaku ostenta la prestigiosa cátedra Henry Semat de Física Teórica en la Universidad de Nueva York y es uno de los divulgadores científicos más populares del mundo. Está convencido de que “el conocimiento es democracia, empodera” y sostiene que “estamos ante la nueva revolución de la física y no podemos dejar a la gente atrás”. Su convicción es el germen de su trabajo divulgativo. Colabora en varios programas de televisión y radio en los que, con lenguaje claro y directo, convierte los conceptos científicos más densos en alimento educativo para todos los públicos.
Además es autor de libros superventas como ‘Hiperespacio’, ‘Física de lo imposible’ o ‘El futuro de nuestra mente’. El profesor Kaku cree que “los científicos son inventores de futuro” y se atreve a predecir cómo será el mañana: Internet en las lentillas, atascos en la luna o ropa inteligente para prevenir infartos. Su futuro imaginado descansa en los avances de la física, la inteligencia artificial y la tecnología. Ciencia de no ficción.
Transcripción
Entras al instituto y te quitan a la fuerza esa pasión. La ciencia se convierte en memorizar, en una rutina, en aprender de memoria cosas que no tienen ninguna importancia. Recuerdo tener que memorizar los minerales y las partes de una flor, pero esas cosas dan igual.
"En el futuro tendremos Internet en las lentillas y la memorización quedará obsoleta"
Lo que importa son los principios, los conceptos, no memorizar los nombres de las flores. En el futuro los científicos pondremos internet en unas lentillas, un parpadeo y estaremos online, otro parpadeo y veré tu biografía flotando a tu lado, si quiero ver una clase, la pediré y podré verla en esa lentilla. Los universitarios, por supuesto, serán los primeros en comprárselas, para hacer exámenes. La memorización quedará obsoleta, los elementos de la naturaleza, la tabla periódica, parpadeas y los tienes. En cambio, desearemos enseñar principios, evolución, conceptos, las leyes de Newton, cosas fundamentales, y no memorizar las partes de una flor. Por eso creo que nuestro sistema educativo está anticuado. La gente se gradúa en la universidad con una buena educación, que les haría prosperar y vivir en el mundo de los años cincuenta. Pero el problema de graduar a toda esta gente para que vivan en los años cincuenta es que ya no estamos en los años cincuenta. Vivimos en la era moderna, de Internet, del GPS, de los satélites, pero no lo enseñamos así en las escuelas. Te voy a poner un ejemplo: a veces enseño física a estudiantes de medicina en mi universidad. Cuando les enseño lo que pone en el libro, hablamos de palancas, poleas, oscilación y fricción. Y me digo a mí mismo: “Bueno, la fricción, diapasones, todo eso era importante hace trescientos años, pero debería estar enseñándoles cosas sobre escáneres de resonancia magnética, tomografías, rayos x, TAC, eso debería enseñarles y aquí estoy, hablándoles de fricción y poleas”. Me di cuenta de que nuestro sistema educativo está anticuado, no empuja a los estudiantes a la era moderna.
Así era el mundo, ¿cuánto vivía la gente en esa época? La esperanza de vida media era de treinta y cinco años. Durante gran parte de la historia de la humanidad, desde el hombre de cavernas hasta el presente, la esperanza de vida media estaba entre treinta y treinta y cinco años. La vida no era para nada bonita. Pero ¿qué pasó? Que aparecieron la ciencia y la tecnología. La ciencia y la tecnología vienen en oleadas, la primera fue a principios del siglo XIX. Los físicos descubrimos la energía térmica, la máquina de vapor, la locomotora, el motor, de repente había máquinas, porque los físicos comprendieron cómo extraer energía del carbón y del vapor. Luego los físicos descubrimos la electricidad, el magnetismo, las ciudades se iluminaron, de repente teníamos televisión, de repente teníamos radios. La tercera fueron los ordenadores: los físicos creamos el transistor, el láser, eso nos trajo Internet y los ordenadores. Y ahora, aunque mucha gente no lo sabe, estamos investigando la cuarta fase, la siguiente, y no queremos dejar a la gente atrás. La primera fue la energía térmica, la segunda la electricidad, la tercera los ordenadores y transistores, y la cuarta es la inteligencia artificial y la biotecnología. La ciencia a nivel molecular. La ciencia no va a ir hacia atrás, hay que ir aprendiendo con cada revolución, y por eso quiero enseñar a la gente por qué esto es importante. Porque va a afectar a sus trabajos, a sus sueldos, a su estilo de vida, a su función en la sociedad. Van a votar para tomar decisiones para los políticos que ponen los impuestos. Pero lo que crea riqueza es la ciencia y la tecnología.
Y me dije: “Debería hacer algo. Si tengo todo este conocimiento, ¿por qué tiene que morir conmigo? ¿Por qué no contar a la gente que el conocimiento es poder, que el conocimiento es democracia, que empodera? Muchos científicos creen que la ciencia es moralmente neutral, como un martillo. Yo no lo creo, difiero. Sí, un martillo se puede usar para hacer el bien y para hacer el mal, pero no es lo mismo. En Internet se difunde información, y la información distribuye el poder, porque la gente se empodera gracias a esta información. Se dan cuenta: “No tengo por qué vivir así, no tengo por qué vivir en una dictadura, mira cuánta gente es libre. Puedo ser como ellos”. Internet crea democracia. La gente obtiene poder y, como consecuencia, tendremos guerras, sí, pero serán menos, porque la gente tendrá el futuro en sus propias manos, las democracias no van a la guerra contra otras democracias.
"La ciencia no va a ir hacia atrás, por eso hay que ir aprendiendo con cada revolución"
Es la batería, siempre se nos olvida. Creemos que todo obedece la ley de Moore, que dice que el poder computacional se dobla cada dieciocho meses. Esperamos que todo se doble cada dieciocho meses, pero no. Las baterías llevan estancadas unos cien años. Hace cien años Thomas Edison y Henry Ford hicieron una apuesta, eran amigos, y se preguntaron qué daría energía al siglo XX. Henry Ford dijo que la gasolina, y Edison dijo que las baterías. Todo el mundo se rio de Henry Ford: “Ja, ¿gasolina? ¿Vas a morir en un accidente de coche cuando explote? ¿Vas a tener surtidores en cada manzana? Venga ya, es una estupidez”. Pero ¿quién ganó? Henry Ford, porque la gasolina es muy práctica, y nos encanta. Pero las baterías están, por fin, recibiendo la atención de los inventores. La eficiencia de las baterías se está incrementando en un setenta por ciento cada año, porque los inventores están trabajando para crear una superbatería. Piénsalo, cuando no brilla el sol y no hay viento, ¿qué pasa con las fábricas solares o eólicas? Nada. Pierdes dinero, están ahí sin hacer nada. Hay que almacenar la energía cuando el sol no brilla y no hay viento. Por eso, los inventores están creando una superbatería. Elon Musk, por ejemplo, que es famoso por hablar de ir a Marte y al espacio exterior, ya está comenzando a comercializar la primera superbatería, que puede vender a empresas deservicios públicos para que tengan la mayor cantidad de energía posible en cualquier estación, incluso cuando la demanda de energía es más alta, por ejemplo, en invierno todo el mundo quiere calefacción.
26:10 Estamos en una situación en que tenemos la tecnología necesaria para que la energía solar y la eólica se conviertan en una realidad, estamos realmente a un paso de hacer que sean rentables y salgan al mercado.
¿Significa esto que, de alguna manera, las cosas se vuelven menos humanas? Sí, pero hay que cambiar la definición de lo que es humano. A veces recibo correos electrónicos de padres y madres diciendo que sus hijos pasan demasiado tiempo en Internet. Y yo les digo: “Mire, cuando salió el teléfono se creó un nuevo protocolo: si alguien te llama, ¿cuándo debes llamarle tú? ¿Cuánto tiempo tienes que pasar hablando? ¿Tienes que contestar cada vez que te llaman? Cuando apareció el teléfono se crearon unas nuevas reglas, específicas para usarlo. Unos protocolos nuevos. Y ahora tenemos Internet. Los niños deben conocer las reglas de este nuevo medio. Es bueno que lo usen, porque todos sus compañeros lo usan, es el futuro amigos, hay que acostumbrarse. Pero hay que socializar a los niños. Esa es la clave. Cuando salió el teléfono, la gente también tenía que socializar. Sus hijos tienen que socializar en persona, entender qué es ser amigo de otro niño, hacer cosas juntos. Una vez conocen todo esto, tienen que conocer las convenciones de Internet, porque alguien que no usa Internet hoy en día no existe. Un niño no existe si no usa Internet”. Creo que Internet es bueno, siempre que se socialice a los niños.
"El conocimiento es democracia, empodera"
La prueba que parece tener correlación con el éxito y que identifica a personas de muchas culturas con un menor ratio de divorcio, mejores ingresos y estatus social en general, es el test del marshmallow . Se le da a elegir a un niño entre una nube ahora o dos dentro de unas horas, y luego se les hace un seguimiento, durante décadas. En diferentes países, en diferentes sociedades, el patrón es el mismo. De media, los niños que aplazan esa gratificación se divorcian menos, ganan más, tienen mejor estatus social. ¿Por qué? Porque no cogen atajos, se comprometen, ven el oro al otro lado del arcoíris. Mis padres eran pobres, estuvieron encarcelados durante la segunda guerra mundial, fue una época horrible, había mucha histeria por la guerra y mis padres estuvieron en un campo de concentración durante cuatro años, desde 1942 a 1946, pero después, mis padres dijeron: “Vale, esto ha pasado, sí, estuvimos encerrados, pero lo importante es el futuro. Es lo que hay, hay que tirar para adelante”. De alguna manera, ese es el sentido de la vida. Encontrar tu destino, crearlo tú mismo, en vez de lamentarte y dejar que te asignen tu destino, tienes que ganártelo.
Y el matón le contestó: “¿A ti qué te pasa? ¿Eres tonto?”. Y en ese momento Feynman lo comprendió: la mayoría de la gente cree que la ciencia consiste en saber los nombres de los pájaros. Como eres un científico, sabes el nombre de ese pájaro, el de ese y el de más allá, y Feynman se dijo: “La ciencia no es eso. La ciencia se trata de los principios, va sobre los conceptos como la forma, los colores y los hábitos de tal pájaro. Así que voy a enseñar a los niños que no solo tienen que memorizar, sino que tienen que entender la evolución y por qué las cosas son como son”. Y hay que enseñar con entusiasmo. Cuando le dices a alguien que nombre a sus profesores de primaria, después de cincuenta años alguna gente se acuerda de su profesor de quinto o sexto de primaria, porque hacía su trabajo con entusiasmo. Porque les importaba lo que hacían, y esa es la gran diferencia. Algunos dirán: “Sí, cuando estaba en el colegio descubrí mi pasión gracias a alguien que tenía entusiasmo, que me hizo creer en algo e hizo que se convirtiera en mi camino”.