COMPARTIR
Generated with Avocode. Path Generated with Avocode. Rectangle Copy Rectangle Icon : Pause Rectangle Rectangle Copy

“Hay que vivir como si la vida fuera una película”

Juan Luis Arsuaga

“Hay que vivir como si la vida fuera una película”

Juan Luis Arsuaga

Paleontólogo


Creando oportunidades

Más vídeos
Más vídeos sobre

Juan Luis Arsuaga

Juan Luis Arsuaga es uno de los paleontólogos más reconocidos del mundo. Entre sus importantes investigaciones, destaca su papel como codirector del equipo de investigación de los yacimientos de Atapuerca y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos. Catedrático de Paleontología por la Universidad Complutense de Madrid, donde también es profesor, en 1993 Arsuaga fue portada de la revista ‘Nature’ por el descubrimiento del cráneo humano más completo en el registro fósil de la Humanidad: el número 5, un cráneo de Homo heidelbergensis.

Desde una perspectiva histórica y humanista, este destacado paleontólogo invita también a vivir el presente conscientemente. Entre sus claves para una vida plena, Juan Luis Arsuaga señala el aprendizaje, la admiración y el apetito de conocimiento: “Seamos contemporáneos, vivamos conscientemente nuestro momento. Ahora están ocurriendo cosas que dentro de no mucho tiempo serán historia. Disfrútalas, forma parte de ellas, participa, haz historia”.


Transcripción

00:09
Juan Luis Arsuaga. Bueno. Yo suelo decir que, simplemente con decir mi profesión, eso ya resulta lo bastante exótico como para no tener que explicar mucho más. Porque soy paleontólogo, esa cosa, esa profesión que consiste en estudiar el pasado.

00:31

El pasado de la evolución, la historia de la vida. Eso es lo que yo hago, estudiar la historia de la vida. Entonces, la pregunta es, esto que se suele hacer: ¿Esto para qué sirve? Como si todo tuviera que servir para algo práctico. Todo el mundo, por el mero hecho de ser humano, o mejor dicho, eso es lo que nos hace humanos, se ve obligado a enfrentarse a la pregunta con mayúscula, que es la de por qué estamos aquí. ¿Qué explicación tiene nuestra presencia como individuos, como especie en el planeta? ¿Cómo hemos llegado hasta donde estamos? Desde Darwin, tenemos una respuesta científica a la pregunta. Es decir, tenemos una contestación ya que no es una contestación basada en la ficción, o basada en la imaginación, o basada en las creencias, o en la fe, sino que es una respuesta basada en la ciencia y en la razón. Y es que somos un producto de la evolución, somos hijos de la historia, en resumidas cuentas. Suelo contar a este respecto una historia que cuenta un autor muy conocido, que se llama Richard Dawkins, en un libro. Un libro también muy conocido, muy importante, que se llama «El gen egoísta», en el que se imagina una escena, una situación en la que hay una civilización extraterrestre que está haciendo un catálogo de planetas en los que hay vida inteligente.

01:59

Y la pregunta o la prueba que tienen que superar, según este autor, es esta. Lo que se preguntan los extraterrestres es: «¿Han descubierto ya la evolución o todavía no?». Si todavía no han descubierto la evolución, es que no son capaces de responder a la pregunta de cuál es su procedencia. No han resuelto el misterio de su propia existencia. Por lo tanto, no se pueden considerar inteligentes en el sentido de que no saben por qué están, por qué existen. Y si eso es así, si estamos de acuerdo con esa prueba para para decidir si un planeta es inteligente o no, nuestro planeta alcanzó ese nivel cuando, en el mes de noviembre del año 1859, apareció en las librerías de Londres un libro que se llamaba «El origen de las especies». A partir de ese momento, se puede decir que en nuestro planeta ya había vida inteligente porque los seres humanos sabían por qué estaban ahí. La historia continúa, porque podríamos continuar esta anécdota si imaginamos que los extraterrestres, después de haber consignado el planeta Tierra en la lista muy corta de los planetas que han descubierto la evolución, cuando se están alejando, ven de pronto que se forma una especie de hongo en el planeta Tierra. Y entonces, entre ellos comentan: «Pero ¿cómo? Pero ¿que hacen experimentos nucleares en su propia atmósfera? Táchalos de la lista».

03:43

Bueno, entonces, quería simplemente deciros que no es posible eludir la pregunta de nuestros orígenes. Ya tenemos desde el año 1859 una explicación racional. Pero la historia es mucho más que todo eso. Ese descubrimiento lo que demuestra es que no podemos entender nuestra naturaleza, no podemos entender el presente sin acudir al pasado. Y, sobre todo, que la principal señal que nos llega desde el pasado, es decir, que nos envían las ciencias históricas, cualquiera de ellas, es un mensaje de continuidad. Se puede aplicar igual a la geología, por ejemplo. La disposición de las masas continentales en el planeta actual, las zonas de la tierra en las que se producen terremotos, aquellas otras en las que hay grandes fosas submarinas… En fin, la conformación de la Tierra actual es el resultado de un proceso muy largo: más de 4000 millones de años de historia geológica. Pero no se puede entender la distribución actual de las masas continentales si no conocemos toda la historia anterior. Y tampoco se puede entender el clima actual sin conocer el anterior. De manera que ahora estamos muy preocupados por el calentamiento global, por los temas climáticos, pero para entender cómo funciona el clima tenemos que recurrir a los registros históricos del clima. Es decir, que para poder superar o abordar un problema que tenemos con el clima necesitamos información acerca de cuáles son las variables que influyen en el clima, y esa información la proporciona la historia. La historia se utiliza en la política. Todos los nacionalismos recurren la historia para buscar su identidad y para justificar sus programas políticos. De manera que la historia está en la política, es una parte de la política. Todos los días nos hablan de historia los políticos. Así que la historia es inseparable del debate político y social.

05:55

Y volviendo a ese otro aspecto, creo en la única forma de reencarnación que es posible, y es la histórica. A través de la historia, podemos vivir, de alguna forma, otras vidas. Vidas anteriores a nuestro propio nacimiento. Así que cuando uno visita una ciudad romana, ¿por qué no? Te sientes un poco «Gladiator». Gracias a que hemos visto tantas recreaciones y leído tanto sobre la historia, nos resulta familiar el pasado y podemos soñar, con la imaginación, con otras vidas, con otras existencias, con otras sociedades, con otras historias. Y uno puede, si se esfuerza, un poco entrecerrando los ojos, por ejemplo, en Cádiz… Por ejemplo, como otra cualquiera. …puede ver acercarse a las naves de los fenicios hace 3000 años a las costas de Cádiz. Y un poco más allá, puede imaginarse a los tartésicos o puede imaginarse a los romanos, o puede imaginarse las invasiones árabes, o puede imaginarse, no sé, las naves que viajaban a América. De alguna forma, estos lugares, los yacimientos, son como portales, como puertas que nos permiten atravesar el tiempo. Es lo más parecido a la magia que existe. Cuando entras en un yacimiento, estás entrando en otra dimensión, estás atravesando un portal que te transporta en el tiempo a otros lugares, a otras vidas, a otras sensibilidades, a otras formas de expresión, a otras modalidades de arte. Y eso, es decir… Puedes imaginar y puedes soñar. De manera que yo recomiendo mucho ir a los yacimientos prehistóricos o históricos, más reciente, a sentir cosas. Si uno…

07:57

Los hay espléndidos en España, afortunadamente, tenemos una gran historia. Pero lo que hay que hacer allí es hablar poco y sentir mucho. Imaginar, soñar. Así que la historia nos permite viajar en el tiempo y ver otras vidas. Hace nuestra vida más ancha. Nosotros estamos encerrados en el siglo XXI, atrapados en el siglo XXI, del que no podemos salir. Para siempre viviremos en el siglo XXI. Algunos venimos del XX, pero estamos atrapados en nuestra época. Solamente hay una forma de escapar de nuestra época y es viajando hacia el pasado y viviendo otras vidas. Reencarnándonos, de manera metafórica, insisto, en otras existencias.

08:44
Francisco. Hola, Juan Luis, mi nombre es Francisco. Cuando estoy reunido, muchas veces nos sale la pregunta de para qué sirve la historia en el día a día, qué utilidad tiene el trabajo… No se llega a responder bien y siempre se queda una cosa así como muy abstracta. ¿Y desde su punto de vista?

09:01
Juan Luis Arsuaga. Bueno, es una gran industria. Tiene un enorme valor económico, esto para empezar. Para los que sean más prácticos. Y más en un país como el nuestro, que tiene un enorme patrimonio natural y un enorme patrimonio histórico. Así que nuestro patrimonio es una fuente de riqueza y bienestar y que se puede… Y, con toda razón, tenemos que invertir en patrimonio porque eso nos puede proporcionar bienestar a nosotros y a las siguientes generaciones. De manera que tiene un valor económico. Hay una industria del turismo y una industria de la cultura, y del ocio, y de la historia. Y es curioso que haya que repetir esto tantas veces, porque la industria de la cultura, en el sentido más amplio, que incluye los viajes, el turismo, que incluye también los museos, en fin… Es, seguramente, el primer sector de la economía mundial. O sea, que la gente disfruta viajando y viaja para conocer sitios. Y visita sitios y consume. Es que estamos hablando de una gran fuente de riqueza. Pero, aunque no fuera así, la historia está en todas partes. En el debate político de hoy. Si cogiéramos ahora las noticias o los debates, las discusiones entre políticos, españoles o no españoles, veríamos que todo el tiempo están hablando de historia. No sé, por poner un ejemplo, los mexicanos me comentan que lo que se encuentra al norte de ese muro que quieren hacer era México. Que se lo quitaron. Es decir, Nuevo México era México. Y antes fue… Y ese es un buen argumento para defender unas ideas y es un buen recurso dialéctico. Y se utiliza en el debate identitario, por supuesto, y se le da muy malos usos, y conviene conocer la historia también para no caer en abusos, porque la historia se tergiversa para defender posturas políticas.

11:17

En muchas en ocasiones… Generalmente, el que recurre a la tergiversación y distorsión de la historia y su manipulación para defender determinadas doctrinas es que no tiene argumentos racionales. Y luego, además, que somos un producto de la historia es obvio. Ahora mismo estamos hablando aquí en castellano. El castellano es una lengua derivada del latín. Y no estamos hablando en fenicio porque los cartagineses fueron derrotados por los romanos. Si no hubiera sido así, pues no sé. Los cartagineses de Cartago, de Cartagena, hablarían ahora fenicio, estaríamos hablando todos fenicio. Por poner un ejemplo. Es decir, incluso la lengua que hablamos es el resultado de procesos históricos. Y así sucede con todo. Pero no solamente una historia militar, que es en la que se piensa más, o una historia dinástica de reyes, o una historia política, hay también una historia del arte. Y hay también una historia económica. Y todo eso explica el presente y condiciona el futuro. De manera que es un conocimiento básico para vivir como sociedad y como individuo. Y esa es la parte, digamos, práctica o necesaria. Pero dejadme que yo insista en el gozo y en el placer que proporciona la historia, el conocimiento de la historia. En general, el patrimonio. El patrimonio natural y el patrimonio cultural, histórico-artístico.

13:03

Y que somos afortunados. España es un país que tiene uno de los mayores patrimonios naturales de Europa y uno de los mayores patrimonios culturales del mundo. Es decir, que hemos… Ha querido la casualidad que naciéramos en un país que es rico. Que es rico en algo que es muy importante porque es una fuente de placer. Y, sobre todo, hay que amar la belleza en la vida. Estamos aquí para disfrutar de lo bello. Y hay tanta belleza en el arte, en la historia del arte, por ejemplo, y en el paisaje. Pues los cuatro días que vamos a estar aquí, en este planeta, viviendo, conviene que los exprimamos al máximo, que los aprovechemos al máximo. Y aquí tenemos una fuente de placer que seríamos tontos si la despreciáramos. Hay que cuidarla, disfrutarla y compartirla.

“Seamos contemporáneos, vivamos conscientemente nuestro momento” Juan Luís Arsuaga
Quote

"Seamos contemporáneos, vivamos conscientemente nuestro momento”

Juan Luis Arsuaga

14:01
Laura . Hola, Juan Luis, soy Laura. Soy una alumna de tercero de la ESO y quería preguntarle cómo supo usted que quería ser arqueólogo.

14:09
Juan Luis Arsuaga. La arqueología es una profesión… Es una carrera vocacional, que se llaman así. Y está bien puesto ese nombre. Hay que tener motivación y vocación, eso es lo más importante. Y conviene distinguir aquí estos dos planos. La historia tiene que gustarle a todo el mundo. Y a mí me gusta la música clásica y el ballet. Por supuesto, no soy bailarín profesional ni nada por el estilo, ni valdría, ni podría. Pero eso no me quita a mí para que yo disfrute viendo un buen ballet. La historia tiene que interesar y gustar a todo el mundo pero no por obligación, sino que todo el mundo puede disfrutar de la cultura y de la historia. Nadie tiene que renunciar a esa fuente de placer. Y luego, como profesional del ballet, o de la arqueología, o de la paleontología, pues es una carrera profesional que exige esfuerzo, sacrificio. Como el ballet. Y vocación, y constancia, y empeño. Y si tienes esa determinación, adelante. Y te irá bien. Estoy convencido de que te irá bien. Entonces, hay un grado de Arqueología en muchas universidades, en otras no, pero en Madrid hay un grado de Arqueología en la Complutense, por ejemplo, donde yo doy clases. Y luego, también hay… Aquí hay dos piezas históricas que estoy manejando, o tres, al mismo tiempo. Estoy hablando de la historia de la vida, eso es la paleontología. De la historia humana, eso es la arqueología. Y no nos olvidemos de la historia de la Tierra, la geología histórica. Entonces, unas se estudian en Biología, otras en Geología, otras en Arqueología e Historia.

15:53

Entonces, esa es una lección que sí que hay que hacer. Que yo no he tenido que hacer, todo hay que decirlo, porque da la casualidad de que la prehistoria las une todas. La prehistoria es la historia de la Tierra, la historia de la vida y la historia humana. O sea, que la prehistoria es el lugar común o el espacio común de las tres ciencias históricas. En todo caso, lo que tienes que decidir es si accedes por la vía de las ciencias de la Tierra, de las ciencias de la vida o de la historia. En Prehistoria, las tres entradas, los tres accesos son válidos. En otras, en Historia clásica o Historia medieval, o Arqueología medieval y demás, predomina más la parte cultural. En una excavación hay gente tan variada que me cuesta trabajo decir qué es lo que hay que hacer. Porque si te gustan las matemáticas, también hay sitio para ti.

16:52
Daniel. Hemos visto en el cine a exploradores como Indiana Jones y Lara Croft y me gustaría saber lo que es un verdadero paleontólogo y si me puedes poner algún ejemplo.

17:04
Juan Luis Arsuaga. Bueno, no es que esté bien que yo me ponga como ejemplo, pero me dedico a la paleontología, puedo valer también como ejemplo. A mí, a veces me preguntan: «¿Usted se siente como Indiana Jones?». Y al principio decía: «No, por Dios, lo nuestro es una cosa muy rigurosa». Y ahora ya digo: «Pues sí». ¿Por qué no? Quiero decir… ¿Qué es lo que tengo de Indiana Jones? Lo que tengo de Indiana Jones es ese toque romántico que también tiene la paleontología y que tiene la arqueología. Tampoco renunciemos a eso. No seamos tan serios. ¿Por qué no? Hay un componente de aventura, claro que sí. Aunque sea una aventura intelectual. Y es una labor al aire libre y hay sorpresa, y hay descubrimiento, y hay abrazos cuando se produce, y hay emoción desbordada, y hay frustración cuando el yacimiento ha sido saqueado y te encuentras con que está expoliado, y hay competencia entre equipos… Todo lo que tiene que tener… Todo lo que tiene que tener la arqueología o la paleontología. Así que algún elemento de las películas es aprovechable. Y luego, también, a veces, se desarrolla en lugares, en muchas ocasiones, al aire libre, para empezar. En playas o en acantilados. Yo he tenido la fortuna de excavar en yacimientos que estaban en parajes bellísimos, en plena naturaleza. Para empezar. Y luego, hay todavía continentes y regiones donde hay muchas cosas que estudiar y que investigar. No sé, y que tienen ese toque. Excavar en África.

18:48

Yo he tenido oportunidad de excavar en Etiopía en los años 90, cuando aquello era muy diferente de la actualidad. Y, bueno, pues sí, no teníamos contacto con… No había móviles. Allí, en mitad de territorio afar no había manera de comunicarse con nadie. Pero incluso hoy, que hay móviles, hay sitios muy evocadores, muy atractivos. Hay también un componente físico. Tiene elementos de esa imagen. Y, además, eso, que no… Al principio, yo intentaba hacer ver que nosotros… Nuestro trabajo es un trabajo científico riguroso que se tiene que traducir en una publicación que luego… Que es examinada por unos revisores y que es sometida a contrastación con los hechos y que no hay lugar para la imaginación. Y todo eso es verdad, hay que ser riguroso, que todo eso es cierto y todo comprobado, y es verdad. Y, muchas veces, puede resultar tedioso porque, muchas veces, son números, claro. Variables métricas. Pero tampoco quiero renunciar a ese elemento de… No sé, a esa euforia que a veces a uno le invade de sentirse libre. En un yacimiento te sientes un poco salvaje. Estás allí, excavando al aire libre o en una cueva, o donde sea, o en una ciudad romana, da igual, o fenicia, o tartésica, y no sabes lo que va a salir, y se comenta luego lo que está pasando. Hay emoción. Hay aventura. No solamente hay emoción en los deportes, en la ciencia también hay ese componente de nerviosismo y de búsqueda, y de ilusión. Todo el que trabaja en la prehistoria descubre cosas importantes.

20:40

No necesariamente un esqueleto entero, pero cosas que son complementarias, a lo mejor, o que aportan otra información. Pero todo el mundo que trabaja descubre algo. Todos los que trabajamos en el mundo de las excavaciones, todo el mundo ha descubierto algo. Y luego, entre todos, hemos descubierto mucho. Pero todo el mundo ha descubierto. Nadie se queda sin el placer de descubrir algo. Algo importante. Todo lo que se descubre es importante. Es un placer compartido con mucha gente. Y, a veces, aparecen fósiles u objetos que son muy especiales y que son históricos, pero todo el mundo hace historia en esta disciplina. Así que… Yo creo que es una… Nunca decepciona. No sé de nadie que después de haber excavado una campaña piense que no mereció la pena, aunque… Es una experiencia para siempre. Siempre recompensa.

21:47
Ohanna. Hola, Juan Luis, mi nombre es Ohana y siempre he tenido curiosidad de saber qué son los yacimientos de Atapuerca y por qué son tan importantes para la humanidad, y cómo eran sus pobladores.

21:59
Juan Luis Arsuaga. En Atapuerca lo que hay, por encima de todo, es ese elemento de continuidad que he dicho al principio que es la seña principal de la historia. Y eso es muy importante para entender lo que puede aportar la historia. Porque si se entiende la historia o se la ve, como algo cerrado, cancelado, abolido, algo que se ha terminado, que no tiene conexión con el presente, no tiene relación con el mundo actual, no deja de ser una curiosidad. Cuando alguien estudia… Se acerca o se aproxima a la historia como algo que no tiene continuidad, que no se conecta con el presente, pues entonces… No es algo que tenga mucho interés, no deja ser una curiosidad intelectual. Pero la historia del arte, por ejemplo, el arte les hace ahora no se entendería sin el arte que se hacía en el siglo XX, y este sin el del XIX, y así sucesivamente. Siempre hay este elemento de continuidad. Entonces, Atapuerca es como el paradigma de la continuidad. Porque allí tenemos desde hace más de un millón de años hasta las gentes… Un período mucho más reciente pero apasionante que es la llegada de los primeros agricultores y ganaderos, que es otra gran historia. Podéis imaginar con los ojos de la mente lo que supondría para los cazadores y recolectores ver llegar a los granjeros con sus rebaños a su territorio. Eso es el neolítico, la llegada de gentes nuevas. Nosotros eso también lo estudiamos en Atapuerca. Los primeros metalúrgicos, las gentes de las estepas que llegaron hasta aquí. Esos son momentos estelares de la historia. Y todo eso se continúa, una cosa continúa a la otra, y lleva hasta hoy. Esa es la base sobre la que construir el futuro.

23:59

Y a lo largo de todo ese tiempo inmenso de más de un millón de años, hemos tenido la fortuna de que hay una serie de yacimientos que nos han proporcionado fósiles humanos en gran abundancia. De manera que es el punto en el que hay más fósiles humanos. El conjunto de yacimientos. Y como los fósiles humanos siempre son muy raros, pues que tengamos tantos aquí constituye una gran suerte. Y luego, además, Atapuerca tiene una cosa añadida aparte de su interés científico, y es que creo que se ha establecido una conexión, una complicidad con la sociedad. La sociedad ha adoptado el proyecto. Entonces, se ha construido un museo. Que es espléndido y atrae a mucha gente. Y ha servido no solamente para que la gente disfrute y lo conozca, sino para que la gente se haga preguntas. Ha influido en la sociedad, que eso es lo más importante que puede hacer la ciencia: cambiar la sociedad. Nos ha hecho a los españoles más conscientes de nuestra historia. A la sociedad en general, al mundo entero. Nos habla de nuestras raíces, nos hace ver a la humanidad de otra forma. Es decir, que tiene un componente social que va más allá de lo científico. Porque Atapuerca es un fenómeno científico pero también un fenómeno social.

25:23
Carlos. Tú, Juan Luis, que estudias el pasado, si pudieras viajar en el tiempo, ¿a qué momento irías y por qué?

25:31
Juan Luis Arsuaga. Ese es mi trabajo: viajar en el tiempo. Y, a veces, es hacerlo de verdad y aterrizar en otra época. Tengo que decir que ese es mi trabajo: viajar en el tiempo. De alguna forma, lo estoy haciendo. Porque yo veo a los… O los descubro pero, a fin de cuentas, conozco o trato con tigres dientes de sable y mamuts en los yacimientos. Y los reconstruyo. De alguna forma, mi trabajo consiste en fabricar una máquina del tiempo, viajar en el tiempo. Ahora bien, si tuviera… A lo mejor te voy a sorprender, porque si tuviera que situarme en alguna época, una época que a mí particularmente… Científicamente tendría que decir que, por supuesto, la época de la Sima de los Huesos o de Atapuerca, porque aprendería mucho en directo. Muchas cosas, muchas preguntas que no podemos contestar. Por ejemplo, sabríamos de una vez por todas si los neandertales hablaban. Yo me enfrentaría… Si tuviese la oportunidad de entrar en contacto, de establecer contacto con un neandertal, pues simplemente me llevaría la mano al pecho y diría: «Yo, Juan Luis». Y si el neandertal se pone la mano en el pecho, se señala a sí mismo y dice: «Yo, Krogg», por ejemplo, sería la prueba definitiva de que tenían una mente simbólica como la nuestra. Eso es un «flash», es un instante, pero lo diría todo. Ese sería un buen momento, tener a un neandertal delante y decir… Lo que un chimpancé no puede hacer. Yo puedo estar delante de un chimpancé y le digo: «Yo, Juan Luis», y el chimpancé no se va a señalar a sí mismo y va a decir algo que yo interprete que su nombre. No tienen nombre. Entonces, con un neandertal me gustaría saber qué pasaría si yo me señaló y digo «Juan Luis». Y él se señala y dice su nombre.

27:40

Eso sería espléndido. Pero, ya como investigador, una época que yo aprecio mucho y en la que yo me puedo imaginar, puedo fantasear con ella, es la época de la Ilustración. La Ilustración es el siglo XVIII. La época de Carlos III, sobre todo. La segunda mitad del siglo XVIII, que es una época que tiene una serie de valores que ahora estamos intentando recuperar. Es una época de grandes viajes. Es una gran época para un naturalista. Es la época en la que se hacen las expediciones científicas por el mundo. Entonces, el componente que yo tengo de explorador, ahí se vería muy satisfecho, porque es la época en la que se descubre el mundo. No los continentes, pero se descubre la naturaleza. Se estudia científicamente, que es la forma de descubrir las cosas. Es la época de grandes viajeros científicos. Como Humboldt, por ejemplo. Y los hay espléndidos, españoles, que viajaban por el mundo, que navegaron, que estudiaron la botánica, la zoología. Yo me puedo imaginar a mí mismo viajando por el mundo y recolectando… Haciendo un herbario, recolectando plantas o estudiando las aves, o estudiando los volcanes, o hablando con los indígenas. O incluso estudiando ruinas y civilizaciones perdidas.

29:18

Y luego, el siglo XVIII, esta época de Ilustración, es una época que a mí me conmueve porque es una época optimista en la que los intelectuales de la época, primero, se sienten parte de… Es un movimiento. Se sienten parte de una gran fraternidad. Y están convencidos de que se puede cambiar el mundo. Es decir, que utilizando la razón, por medio de la razón, se puede transformar el mundo, la sociedad puede cambiar para mejor. Es una época optimista. Una época que cree que la ignorancia es lo que nos esclaviza y lo que nos hace débiles. Y sin embargo el conocimiento y la razón es lo que nos libera. Y que, por lo tanto, es posible cambiar a la humanidad. Y ellos lo creen. Es un momento de un enorme optimismo. La posibilidad de que la humanidad pueda vivir feliz.

“Seamos contemporáneos, vivamos conscientemente nuestro momento” Juan Luís Arsuaga
30:25
Carlos . Juan Luis, ¿qué persona o personaje te hubiera gustado conocer personalmente?

30:30
Juan Luis Arsuaga. Pues quizá Darwin. En realidad, todos los de la historia. Todos. Sin embargo, fíjate, te contaré una anécdota. Esto de conocer a los personajes inevitablemente conduce a la decepción. Por lo visto. Porque nosotros idealizamos a los personajes y, al final, son seres humanos. Y hay que apreciarles por lo que aportan y por lo que valen. Pero tenemos la tendencia a idealizar a las personas y todos somos muy similares, muy parecidos. Cada uno tiene su don, pero nos parecemos mucho. Por ejemplo, Darwin… Estaba muy influido y admiraba muchísimo a Humboldt, lo he mencionado antes, un geógrafo y naturalista de la generación anterior. Y, finalmente, tuvo la oportunidad de conocerlo en una comida. Y comenta que le decepcionó porque Alexander Humboldt comentaba cosas sobre la comida. Lo que le parecía la comida. A Darwin le pareció muy decepcionante, porque él esperaba que dijese alguna frase trascendental. El pobre Humboldt lo que comentaba era lo que estaba haciendo en ese momento. Así que tampoco hay que idealizar a los personajes. Somos personas, somos todos iguales. Y a lo mejor hay gente que tiene un talento para la ciencia… Pero no creo que Newton, por ejemplo, fuera una persona excepcional en todos los órdenes.

32:05

Tenía mucho talento para la ciencia. Pues a lo mejor en otros aspectos era insoportable. No lo sé, el caso de Newton. Sin ir tan lejos, me gustaría haber conocido a Ramón y Cajal. Porque Ramón y Cajal es una de las grandes cumbres del pensamiento humano. Esta es una cosa que me gusta repetir porque no somos conscientes los españoles de la importancia de Ramón y Cajal. Pero Ramón y Cajal está entre los grandes, grandes, grandes de los grandes. Está en el panteón con Darwin y Newton, y Galileo y Einstein, en lo más alto. Y Ramón y Cajal era un señor que ha vivido en Madrid muchos años. Murió en el año 34, me parece. Es decir, es relativamente reciente. Mi abuelo, mi propio abuelo, que era médico, fue alumno de la última promoción en la que Cajal fue profesor. He conocido a muchas personas que han conocido a Cajal. Entonces, Cajal era una persona que tenía muchos talentos, tenía muchas dimensiones. Porque era buen escritor aparte de gran científico, fotógrafo… Muchas cosas. Entonces, quizá Cajal me decepcionaría menos porque tenía muchos saberes, muchos talentos. Al margen de eso, he conocido a gente fantástica. Tengo que decir que mi ración de experiencias con grandes personas está bastante colmada porque he tenido la fortuna de conocer a grandes hombres y mujeres, empezando por mis profesores, que eran espléndidos. Y mucha gente que he tenido la oportunidad de conocer a lo largo de mi vida, algunos de ellos ya muertos, pero he conocido a grandes científicos y grandes artistas, por ejemplo. Escritores. He conocido a grandes escritores. Escritores de esos que algún día tu generación, por ejemplo, dirá: «Cómo me habría gustado conocer…». A alguien que, a lo mejor, ahora está vivo. De todo esto sacamos una conclusión. Y es lo que yo les digo a mis alumnos: «Hay que esforzarse por ser contemporáneo. Olvídate de los que están muertos». Ahora mismo, en nuestra sociedad, sin ir más lejos, hay pintores, artistas, músicos, escritores y científicos que algún día se estudiarán como parte de la historia.

34:50

No esperemos a que se mueran para conocerlos. Tenemos la oportunidad de conocerlos hoy. Es decir, vivamos nuestro tiempo, seamos contemporáneos, vivamos conscientemente nuestro momento. Olvídate del pasado. Ahora mismo están pasando cosas. No vaya a ser que de tanto mirar a las generaciones anteriores no te enteres de lo que está ocurriendo ahora. Ahora están ocurriendo cosas que dentro de no mucho tiempo serán historia. Pues disfrútalas, forma parte de ellas, participa, haz historia. Y, sobre todo, olvídate de Humboldt y de Darwin. Ahora mismo hay, en nuestra sociedad, gente, quizá como Darwin no, o como Cajal no, pero hay gente que algún día estudiarán los alumnos de literatura, los alumnos de cualquier materia. Tenemos arquitectos maravillosos. Maravillosos. Es decir, estamos rodeados de gente, en nuestra sociedad, sin ir más lejos, de gente espectacular. Esforcémonos por conocer a nuestros contemporáneos, vivamos nuestro momento. ¿A quién puedo conocer mañana? ¿A qué director de orquesta? ¿A qué inauguración de exposición? ¿A qué conferencia voy a asistir? ¿Qué libro voy a leer? Porque están ocurriendo cosas. Las cosas no solamente han ocurrido en el pasado. Cada día están ocurriendo cosas. No esperemos a que pasen 30 años para que descubramos que hoy estaban ocurriendo cosas. Participemos. Ese sería mi mensaje.

36:41
Laura . Hola, Juan Luis, mi nombre es Laura y es un placer siempre escucharte, y hoy es un privilegio estar aquí. A mí me gustaría saber qué meterías en una cápsula del tiempo para representar al «Homo sapiens» del siglo XXI. Y en ese sentido, ¿cómo crees que los arqueólogos y los paleontólogos hablarán sobre nosotros en cientos de años?

37:04
Juan Luis Arsuaga. Mucho plástico es lo que van a encontrar. Van a encontrar mucho plástico, sobre todo, y una gran destrucción de la naturaleza. Estamos rodeados de plástico por todas partes y, además, es como si hubiera… Es como una metáfora del consumismo. Todo tiene que estar envasado en plástico. Estamos todo el día con el plástico, venga a producir plástico contaminándolo todo. Es como si fuera la expresión del consumismo, algo que… Los objetos de un solo uso, por ejemplo. Eso es una cosa nueva en la historia de la humanidad. Nunca hasta ahora se habían fabricado objetos que solo tienen un uso, que se usan y se tiran. Nosotros, todo es de un solo uso. Y eso, por supuesto, es un disparate. Y lo mejor del siglo XX, y nosotros estamos aquí y lo hemos vivido, es la lucha por la igualdad. Eso es lo que caracterizará a nuestra época. Porque no hay nada parecido en toda la historia de la humanidad. Por la igualdad, en general, pero por la igualdad entre los hombres y las mujeres en particular, que es un fenómeno muy reciente. Que haya mujeres jueces o mujeres médicos, es una cosa que en la generación anterior no existía. No hay que remontarse a la Edad Media, es un fenómeno muy reciente. Y yo creo que será lo que la historia salvará de nuestra época. No la consecución, pero sí el esfuerzo o el inicio del camino para conseguirlo. Digamos que es lo mejor de nuestra época, vamos a decirlo así. Que la mitad de la humanidad, ni más ni menos que la mitad de la humanidad, que estaba en una situación de subordinación, como mínimo, reclame los mismos derechos. Como mínimo. Eso es un fenómeno histórico. Hay que ser conscientes de lo que está pasando ahora.

39:10

Bueno, y la generación de nuestros padres. Es un esfuerzo de muchas generaciones, no es una cosa que hemos hecho nosotros. Pero ha sucedido en el siglo XX y XXI. Entonces… Seguramente eso será algo que destaquen los historiadores en el futuro. Junto con eso, hemos hecho guerras mundiales horribles, grandes carnicerías y grandes destrucciones de la naturaleza. Y yo creo que hemos avanzado en muchas cosas al mismo tiempo. Por ejemplo, en tolerancia, en general. El racismo, como tal, no se defiende ya, no lo defiende nadie. La consideración hacia el ser humano ha mejorado. Mientras se producen matanzas espantosas. Es una cosa un tanto contradictoria. Pero yo creo que sí que ha mejorado la conciencia humana. Y tenemos un problema muy serio. Tenemos muchos problemas muy serios. Pero es así la vida. Y tenemos un problema muy serio con el medioambiente, con la naturaleza, porque muchos de nuestros… Y con nuestra sociedad. La sociedad de consumo en la que vivimos es una sociedad que su economía está basada en el consumo y eso tiene un enorme coste para el planeta.

40:50

Entonces, aquí estamos un poco atrapados en eso. Y no tiene una solución fácil porque… Porque la economía está basada en el consumo, y si se renuncia a eso, pues seguramente el empleo, etcétera, se va a resentir mucho. Pero eso tiene un coste muy alto a nivel del planeta. Y luego, un fenómeno, ya poniéndonos menos trascendentes, un fenómeno que supongo que en el futuro se estudiará, y es el abandono del campo y la vida en las ciudades. Esta es la sociedad más urbanita de la historia. Y la futura lo va a ser aún más. Se calcula que en pocos años la inmensa mayoría de la humanidad va a vivir en núcleos de población, en grandes ciudades, en grandes conurbaciones. Entonces… Esto no lo pongo como crítica ni como nada, es una realidad. Y eso supone, en la historia de la humanidad, pues supone un cambio drástico. Antes de la Guerra Civil española la población agraria era mayoritaria en España. Y, bueno, ahora es muy minoritaria. Y la tendencia va a continuar y viviremos en grandes ciudades. Eso es un fenómeno arqueológico. Los arqueólogos verán que nosotros vivíamos en grandes ciudades.

41:57
Fernando . Hola, Juan Luis, soy Fernando. Es un placer poder escucharte con esta cercanía, y no me refiero solo a los escasos metros que nos separan. Quería preguntarte algo que seguramente te han preguntado infinidad de veces. ¿Somos más o menos inteligentes que nuestros antepasados?

42:12
Juan Luis Arsuaga. Bueno, si por antepasados entiendes los de Altamira, no. Clarísimamente. Si hablamos ya de especies, sí, claro. La especie «Homo sapiens» tiene un cerebro más grande y es más inteligente. No vamos a entrar aquí en el debate de qué se entiende por inteligencia. Pero en relación con la gente de Altamira que yo tanto reivindico porque eran estupendos y tenían unos valores, pero a los que no podemos volver… Porque una de las cosas que tiene la historia es que no se puede ir hacia atrás. Con respecto a los antepasados paleolíticos, no hay gran diferencia. Y, desde luego, en el terreno de la creatividad y el talento artístico no hace falta decir que desde Altamira todo es decadencia. Como se ha dicho. Así que sí, esos humanos son espléndidos. Y eso tiene otra lectura. Y es que no somos más inteligentes que nuestros antepasados de Altamira, ni ninguna población humana es más inteligente que otra. Que es la otra cara de la misma moneda. Ni hay gente más lista que otra gente en el planeta, ni somos más inteligentes que los aborígenes australianos de hace 30.000 años o la gente de Altamira de hace 14.000. Ese nivel de inteligencia… Y en todo. En inteligencia, en fantasía, en creatividad somos la misma especie del Paleolítico superior, que se llama. Somos los mismos.

43:47
Silvia . Hola, soy Silvia, y mi pregunta es: ¿Qué mensaje quieres transmitir a la sociedad para mejorar el futuro de los niños y las niñas?

“Seamos contemporáneos, vivamos conscientemente nuestro momento” Juan Luís Arsuaga
43:55

Mi consejo es vivir exprimiendo la vida al máximo. Hay un escritor americano que se llama Thoreau, que escribió un libro que se llama «Walden». Él se retira a una cabaña y utiliza una frase que dice: «Me fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente. No fuera ser que luego más tarde descubriera que no había vivido». Entonces, mi consejo es: vive deliberadamente. Es decir, conscientemente de lo que haces, de lo que vives. Entonces, con respecto a los niños, pues yo creo que lo único que podemos hacer por ellos, aparte de darles oportunidades, la igualdad de oportunidades, por supuesto, que tengan todos las mismas oportunidades, el trabajo de los adultos consiste en mostrarles la belleza, tal como yo lo veo. Las posibilidades de disfrutar. Es decir, abrir las ventanas, enseñarles lo que es bello. Para que, si quieren, lo disfruten algún día. Tantas cosas bellas, mostrárselas, que las conozcan. La belleza de la música, la belleza de la danza, la belleza de la naturaleza, la belleza de la conversación, la belleza… Iba a decir «de un vino», pero a los niños no. Pero de un libro, de una poesía… No sé, enseñarles que aprendan a rodearse de belleza y a disfrutar de la vida. Y a vivir conscientemente. Y a vivir su tiempo. Eso me parece que… Una cosa que nos sucede inevitablemente es que, en cierto modo, no participamos en lo que está ocurriendo ahora. Uno tiene que vivir su tiempo para que dentro de 20 años o dentro de 30 años pueda decir: «Yo estuve ahí, yo participé, yo le conocí. Yo opiné. Yo viví, al final, yo viví deliberadamente». O sea, que… Yo, a veces, digo que hay que vivir como si la vida fuera una película porque es una película. Una en la que uno va al cine y te quedas extasiado, te absorbe la ficción. Estás viendo a un niño o una niña, a un adulto, se enamoran, lo que sea. Y tú estás participando de eso. Entonces, tu vida es una película también. Todo eso te puede ocurrir a ti exactamente igual. Entonces, disfruta de tu vida. Y eso implica participar. A mí cuando me preguntan qué es lo que más me gusta hacer en la vida, yo siempre digo que aprender.

46:36

Aprender es lo más bonito que hay. Pero no aprender de estudiar en un libro, aprender cosas. Todos los días hay que aprender algo. Es lo que te mantiene joven. Dejas de ser joven cuando pierdes el apetito de aprender. De manera que aprender es lo más divertido y lo más interesante. Todas las noches, antes de dormirse, hay que preguntarse: «¿Hoy qué he aprendido?». Yo voy a los sitios a aprender. Cuando me dicen: «¿A qué vas a esa ciudad?». A aprender. «¿A qué subes a esa montaña?». A aprender. Me gusta aprender. Es lo que más me gusta y es muy satisfactorio. Eso por un lado. Otra cosa que empieza por «A» que también os recomiendo: admirar. Es un sentimiento maravilloso esto de admirar. Yo, cada día, lo practico más. Lo opuesto es la envidia. Pero yo recomiendo la admiración porque tiene que ver con el aprendizaje. De la gente a la que admiramos aprendemos. Y es un sentimiento muy noble, se siente uno muy bien cuando admira. Y hay tanta gente a la que admirar… Pero no hace falta que estén muertos para admirarles. Hay gente viva que merece nuestra admiración. Gente que hace cosas espléndidas, no solo porque tocan la guitarra muy bien, sino por la forma en que piensan o las cosas que hacen. Estamos llenos de gente admirable. Yo tengo mi lista. Voy ampliando la lista de admirados y admiradas. Cada día voy poniendo: «Mira, ya tengo una nueva persona. Ya tengo un nuevo admirado o admirada». Admirar es maravilloso, merece la pena. Y luego, por último, la tercera «A»: apetito. Apetito son ganas. El apetito de maravilla. Es decir, no hay que hacerse mayor. No hay que hacerse mayor. Es decir, hay que seguir manteniendo la capacidad de asombro, de maravillarse. No hay que volverse una persona seria. Hay que tener la capacidad de admirarse. De admirar y de admirarse. Eso que cuando eres niño todo te sorprende y te maravilla. Pues eso no hay que perderlo nunca, hay que mantenerlo, hay que seguir maravillándose siempre. No perder nunca el apetito por la maravilla. Y la naturaleza, la biología, la historia, la arqueología, el arte… No sé, todo eso es… Hay tantas maravillas ahí encerradas que no hay que cansarse nunca de maravillarse. Entonces, con esos tres consejos: admirar, aprender, apetito por la maravilla, yo creo que se puede vivir una vida plena y muy satisfactoria.