Programar es como aprender a tocar un instrumento
Hadi Partovi
Programar es como aprender a tocar un instrumento
Hadi Partovi
Fundador de Code.org
Creando oportunidades
Tecnología para un mundo más justo
Hadi Partovi Fundador de Code.org
Hadi Partovi
Creció en el Irán revolucionario de principios de los años 80. En un contexto de guerra, sus juegos infantiles surgieron de las líneas de código que tecleaba junto a su hermano gemelo en un Commodore 64 que sus padres habían llevado a casa. Mientras caían las bombas, el código fue su vía de escape. “Aprendí que, si puedes soñarlo, puedes construirlo”, reflexiona Partovi.
Con tan solo 11 años se mudó con su familia a Estados Unidos. Su vida bien podría ser el guion de una película sobre el sueño americano: trabajó como ingeniero de software para pagarse los estudios, se graduó en Harvard y hoy es un conocido inversor en Silicon Valley. Hadi Partovi comenzó su andadura en Microsoft y ha sido asesor e inversor en muchas startups tecnológicas como Facebook, Dropbox, Airbnb o Uber. Hoy lidera Code.org, una organización sin ánimo de lucro que ofrece recursos gratuitos de informática y programación para estudiantes y profesores. Un proyecto con el que también pretende incentivar la incorporación de la informática en los planes educativos y la inclusión de las mujeres en las ciencias de la computación. “Si queremos preparar a los estudiantes para el futuro debemos enseñarles al menos la comprensión básica de lo que es un algoritmo, cómo funciona la tecnología, cómo funciona internet, qué es el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, y cómo no solo ser un usuario de la tecnología, sino también un creador”, sentencia. Más de dos millones de profesores han usado code.org para enseñar a casi cien millones de estudiantes.
Transcripción
Y nuestra visión es que todos los estudiantes, en todas las escuelas, tengan la oportunidad de aprender informática.
Me gustaría empezar esta conversación preguntándote por tu experiencia, por tu vida y por cómo empezaste a programar.
“Dar a la gente las mismas oportunidades no solo es bueno para la igualdad, es bueno para el progreso”
Y creo que eso es importante para todos los estudiantes, independientemente del trabajo al que aspiren. De hecho, es una de las habilidades más importantes que podemos enseñar a los niños para el mundo digital en el que van a crecer. Una de las cosas que hacemos en code.org es crear unos cursos fantásticos que enseñan principios básicos de informática. Son cursos que pueden hacer niños de cuatro o cinco años, ni siquiera hace falta saber leer y escribir para empezar a programar de forma muy básica. Y llegan hasta la edad de 17 años. Nuestros cursos están diseñados para impartirse en escuelas, pero los estudiantes también pueden usarlos en casa o en actividades extraescolares. Hacen que la informática sea divertida, atractiva y creativa. Para ello introducimos personajes de películas o videojuegos que les encantan a los estudiantes, o incluso artistas, famosos y deportistas, para que los estudiantes conecten con la tecnología.
La tecnología ya forma parte de su mundo. Si tenéis hijos, o si miráis a vuestro alrededor, sabréis que a los niños les encanta la tecnología. Es parte de su identidad. Y aprender a crear tecnología es algo atractivo automáticamente. Pero, además, introducimos cosas como Angry Birds, Star Wars, Minecraft o Shakira, haciéndolo mucho más interesante, añadiéndole cultura popular. Y eso es parte de cómo estamos cambiando el sistema educativo. Porque, en gran parte, ir a la escuela se ha vuelto aburrido. Y si tienes hijos, como yo, cuando vuelven de la escuela a casa, dicen: “¿Por qué estoy aprendiendo esto o aquello? Es aburrido”. Mientras que aprender a programar, aprender informática, es intrínsecamente divertido. Es intrínsecamente creativo. Parte del trabajo de code.org es hacer que los cursos sean más atractivos a través de todas las cosas que añadimos. Hemos diseñado code.org de forma que cualquier estudiante pueda usarla en cualquier ordenador, portátil o tableta, para que sea accesible a la mayoría de las personas. Y al hacerla accesible, al ponérselo fácil a los estudiantes y a los profesores, la hemos extendido a muchas escuelas y aulas. Hoy, más de dos millones de profesores han usado code.org para enseñar a casi cien millones de estudiantes. En todos los países del mundo hay estudiantes aprendiendo a programar con la plataforma de code.org. Se ha convertido en uno de los movimientos educativos de mayor crecimiento, liderado por profesores que están incorporando la informática a sus clases con la ayuda de nuestra campaña, y lo que es más importante, con la ayuda de los cursos que hemos creado.
Simplemente con el dedo o con el ratón, arrastrando y soltando comandos hasta juntar dos o tres comandos que hacen que algo se mueva. Y luego pulsas en “ejecutar” y hace lo que querías que hiciera. Y si te equivocas y cometes un error, puedes cambiarlo. Es mucho más interactivo y está basado en el método de ensayo y error. Es algo que pueden empezar a hacer niños de cinco años. De hecho, cuando mi hija lo probó por primera vez, fue una de mis primeras pruebas con code.org. Cuando ella tenía cuatro años y empezó a aprender a programar, ella no sabía lo que significaba eso. Ella no pensaba que la programación fuese para genios, solo pensaba que era divertido y que parecía un juego. Y en cuanto lo probó un rato, quería seguir, gracias a la interactividad. Es porque sientes que estás creando algo, que el ordenador está haciendo lo que quieres que haga. Y esa sensación de poder es genial a todas las edades, es una sensación especial de que tienes el control y la máquina está haciendo lo que le dices que haga. Lo hemos hecho muy muy simple. Si piensas en programación a nivel profesional, no es en absoluto tan simple, pero se vuelve más fácil cada año que pasa. Cuando mi padre estudiaba informática, había que perforar agujeros en cartulinas y meter esas tarjetas dentro del ordenador. Eso era código de verdad, había que saber qué significaba el patrón de las perforaciones. Y después pasó a ser teclear unos y ceros, o teclear números, código de verdad.
Ahora programar es mucho más parecido a escribir en un idioma. Es mucho más parecido a escribir en los idiomas que hablamos. Aún no es fácil de leer, pero cada año se vuelve más fácil. Y el motivo de que sea fácil de aprender para los estudiantes es que aprender un idioma es fácil cuando eres joven. Cuando un niño de seis o siete años aprende un idioma nuevo, no tiene miedo, su cerebro lo aprende con facilidad. Comparo aprender a programar con aprender un idioma, pero todavía más con aprender a tocar un instrumento musical. Lo digo porque, cuando aprendes a tocar música, la notación musical también es una forma de código, son pequeños puntos y líneas en la pantalla. Pero es algo creativo. Y requiere de práctica y del método de ensayo y error, y cometes errores y los corriges. Y estás aprendiendo a hacer algo bello. Aprender a programar es muy parecido. Estás aprendiendo a crear algo. Pero tu instrumento no es un piano o una guitarra. Es un ordenador. Pero aun así, la creatividad lo hace divertido. Y esa creatividad, para los estudiantes de hoy, con todo el tiempo que pasan con sus iPads, móviles y tabletas, poder crear esa tecnología y no solo tener que usarla es un poder particularmente importante para ellos.
“El valor de la educación es ayudar a apoyar a la sociedad en su conjunto”
El valor de la educación es ayudar a apoyar a la sociedad en su conjunto. Es uno de los aspectos más importantes de la sociedad, preparar a nuestros jóvenes para el futuro e incluso preparar a los adultos para un futuro de aprendizaje permanente. En mi caso, decidí dedicar mi vida a la enseñanza de informática, pero creo que la educación en todas las materias es fundamental para la sociedad y para el progreso humano. Y me siento muy honrado de estar aquí en “Aprendemos juntos” para hablar de ello. Como padre… Yo también soy padre de tres hijos. Y probablemente es difícil ser hijo mío, porque siempre estoy intentando hacer que aprendan. Y probablemente prefieran simplemente jugar y divertirse. Pero creo que el papel más importante de un padre en esto es animar a los niños. No decirles: “Tienes que aprender”, sino decirles: “Esto se te da realmente bien”. De hecho, en informática, algo que es realmente importante es que los padres les digan a sus hijas: “Se te da muy bien programar” o: “Se te da muy bien todo esto de la tecnología”. Porque, a su alrededor, la sociedad les está dando a las niñas un mensaje diferente. Y si sus padres les dicen que se les da muy bien algo, pensarán: “Vaya, tal vez sea muy buena en eso”, y eso hará que lleguen más lejos. Y el otro papel importante de los padres es despertar la curiosidad. Porque un niño curioso aprende por su cuenta. No necesitan que les enseñen o que les den sermones. Si un niño es curioso, querrá descubrir las cosas por sí mismo. Así que, como padre, es más importante hacer preguntas que enseñar. Simplemente decir: “Me pregunto qué será esto”, o decir: “No sé la solución de esto”, y luego dejarle que intente averiguar la respuesta por sí mismo. Esas son las dos cosas que intento hacer con mis hijos, decirles: “Se te da muy bien esto”, y luego hacerles preguntas para ver si podemos resolverlas mediante nuestra curiosidad, por nosotros mismos.
Y los profesores han aprendido muchas habilidades técnicas mientras lidiaban con la pandemia. Tal vez puedan usar esas habilidades no solo para la pandemia, sino para enseñar informática.
Creo que una de las lecciones principales que todos hemos aprendido de esta pandemia es que el mundo es flexible al cambio. Estamos acostumbrados a que el mundo sea igual todos los días, sobre todo en la educación, donde las cosas son iguales casi siempre.
Y el plan de estudios del presente es más o menos el mismo plan de estudios de hace diez años, de hace 20 años o de hace 100 años. Seguimos enseñando matemáticas, lengua e historia. Pero la pandemia nos ha demostrado que, cuando todo cambia, somos flexibles. Los profesores y los estudiantes se adaptan, todos tuvieron que adaptarse. Y creo que es importante tener esa mentalidad de adaptabilidad y pensar: “¿Cómo puede nuestro sistema educativo adaptarse para no solo enseñar el plan de estudios del pasado, sino también el del futuro?”. “Ahora que sabemos que nuestros profesores se adaptan, ¿qué podemos hacer para replantear y reimaginar el sistema educativo? ¿Qué queremos que se enseñe a los estudiantes? ¿Cuáles son las habilidades que deben tener? ¿Es tan importante aprender las mismas cosas que aprendíamos hace 20 años?”. Planteo esto porque, en el trabajo, las compañías de todos los ámbitos buscan habilidades nuevas y distintas a las que buscaban antes. Las compañías buscan creatividad, colaboración, resolución de problemas y competencias digitales. Son probablemente las cuatro cosas principales que buscan. Y luego ves lo que se enseña en primaria y secundaria. ¿En qué clase se enseña creatividad, colaboración, resolución de problemas y competencias digitales? Solo hay una clase que enseña esas cuatro cosas, y es Informática, que es una de las razones principales por la que creé code.org. Eso no significa que otras clases no sean creativas o colaborativas, pero esta es la única materia que enseña todos esos conceptos juntos, por lo que, incluso si un estudiante no quiere ser informático, pero quieres inculcarle creatividad, colaboración o gestión de proyectos, la informática es una forma excelente de impartir esas habilidades.
Pero hay una serie de cosas que son muy evidentes sobre la educación actual. Puedes plantearte: “Vamos a deshacernos de la educación del presente y empezar desde una pizarra en blanco, ¿qué hacemos?”. Lo digo porque, en muchos otros ámbitos, la gente parte de una pizarra en blanco y vuelve a empezar. En el sistema educativo hay material de hace 200 años que estamos intentando mantener. Pero si pudiéramos dejarlo todo a un lado y pensar: “Vamos a empezar de cero y a crear la escuela del futuro”, ¿qué harías?
Haríamos una serie de cosas. La primera es replantear qué queremos que aprendan los estudiantes. No solo cómo lo aprenden, sino lo que aprenden, y cuáles son las habilidades importantes. Algunas de las habilidades que estamos enseñando hoy no son relevantes para el futuro. ¿Hay que enseñar caligrafía? ¿Por qué? ¿Hay que enseñar a multiplicar números grandes entre sí? Mi hija, por ejemplo, cuando tenía siete u ocho años y estaba aprendiendo, hacía multiplicaciones y divisiones sin parar, una y otra vez. Y al acabar, decía: “Alexa, ¿cuánto es 345 multiplicado por 289?”. Y Alexa le daba las respuestas. Y yo sé que ella pensaba: “¿Por qué estoy haciendo esto si esta máquina puede hacerlo por mí?”. El primer punto para la escuela del futuro es que hay que intentar reducir el aprendizaje que es mecánico, que es de memorizar y que es aburrido. Porque todo el trabajo mecánico, de memorizar y aburrido lo van a hacer las máquinas. El segundo punto es que lo más importante para los estudiantes es que aprendan a aprender. Inculcarles la curiosidad de lo que supone convertirse en aprendices de por vida. Todos estamos viendo que se puede aprender en YouTube, en Wikipedia o en internet. Muchos de nosotros aprendemos lo que necesitamos cuando lo necesitamos.
Pero estamos usando un sistema educativo que viene de un tiempo anterior a internet. Antes de internet, si querías aprender algo, ibas a la escuela, cogías el libro y te lo enseñaba el experto. Hay que replantear la escuela para la era de internet y para una era de aprendizaje permanente. Eso es lo que deberíamos apoyar. Y por último, el aprendizaje personalizado y basado en proyectos es una forma mejor de aprender. La idea de escuchar una lección, escribir apuntes y memorizarla, aunque lo hayamos hecho durante cientos de años, no es la mejor forma de aprender. Muchos niños tienen problemas de atención y les cuesta concentrarse a lo largo de una clase. Pero si les das un proyecto, si les das algo que crear, aprenderán. Si estás creando un juego que consiste en lanzar una pelota, tienes que recurrir a las matemáticas para calcular la trayectoria del lanzamiento. Cuando escribes el código para lanzar la pelota, también estás aprendiendo un poco de matemáticas y física. Pero la creatividad y la concepción como proyecto hacen que sea creativo, divertido y atractivo, además de enseñarte matemáticas y física. El aprendizaje personalizado y basado en proyectos es el último punto para replantear la escuela.
El trabajo de un agricultor, que parecería que es trabajar con una pala o hacer un trabajo muy físico en el campo, se va a convertir cada vez más en un tipo de trabajo tecnológico. Por eso es tan importante enseñar informática, porque estas habilidades digitales afectarán a todos los trabajos, no solo al de los programadores o los científicos de datos. Otra cosa interesante es que ya hemos visto esto debido a la pandemia. El trabajo está evolucionando para hacerse independiente de la ubicación. No todas las formas de trabajo, pero cada vez más trabajos se pueden hacer a distancia. Y esto es interesante porque, a lo largo de la historia, la gente ha notado que el talento está en todas partes, pero la oportunidad no. No todas las regiones tienen oportunidades de trabajo.
Y el trabajo remoto cambia eso. El trabajo remoto significa que puedes crecer en el barrio más pobre de un país sin una industria tecnológica, y que aun así te contrate una gran empresa de tecnología. Porque las empresas ahora están dispuestas a contratar gente con talento en cualquier lugar. Y esto cambia del todo la naturaleza de la oportunidad, y crea un camino para una sociedad más igualitaria. Y también le da mucha más importancia al valor de la educación. Antes, si querías oportunidades, tenías que mudarte a una ciudad o un sitio que las tuviera. Y nos dirigimos cada vez más a un mundo en el que se necesita una educación que te permita aprovechar esa oportunidad. Y puedes responder a ofertas de trabajo sin moverte, y luego hacer el trabajo desde cualquier ciudad en la que vivas.
Esto ha sido así a lo largo de la historia de la informática. Cuando enseñamos a programar en code.org, no importan el punto y coma, los paréntesis o la sintaxis. Importan los conceptos. Y a medida que la programación se automatiza y se simplifica, los conceptos son los mismos, pero las cosas difíciles desaparecen. Ahora hay incluso un movimiento que se llama “No-code”, que son herramientas para programar sin código. Pero creo que No-code es código, porque a lo largo de la historia de la programación los viejos métodos cambian por otros más sencillos, y luego otros todavía más sencillos y fáciles. Y a medida que la programación se vuelve más y más simple, se vuelve más divertida, más creativa, más poderosa y más importante de enseñar. Y los conceptos son los mismos a lo largo del tiempo. Los conceptos en este caso son cosas como el pensamiento computacional, el diseño de algoritmos, la abstracción, las funciones y variables, las sentencias condicionales, los bucles… Esas cosas no han cambiado. Pero antes, si querías crear un bucle para repetir algo cinco veces, necesitabas programarlo todo con unos y ceros. En code.org, solo hay que arrastrar un bloque que diga “repite esto cinco veces”. Y pones el número cinco, y es mucho más fácil. Así que cada vez es más fácil de hacer. Y como cada vez es más fácil de hacer, cada vez es más importante de enseñar, porque va a ser un poder más democrático.
Hay una serie de cosas que code.org ha hecho de manera distinta, y que creo que han ayudado a aportar a este trabajo, así como a amplificarlo y expandirlo. La primera es hablar de informática con un lenguaje sencillo y accesible a la gente común. Incluso el término code.org, el nombre de code.org es divertido. Parece algo guay. A pesar de que nos dedicamos a la informática y a la programación, hemos intentado que sea guay. Hemos captado a famosos, hemos tenido a Shakira, a Serena Williams o a Marcelo…
Al tener a jugadores de fútbol, a cantantes y a tenistas hablando de informática, podrías pensar: “¿Por qué estamos haciendo esto?”, pero eso hace que sea parte de la conversación sobre quién debería aprender a programar. Captar a líderes mundiales también ha sido un enfoque muy distinto. Uno de los logros de los que más orgulloso estoy es que el presidente Obama fuera el primer presidente de Estados Unidos en escribir una línea de código. Y no solo por ser presidente de Estados Unidos, sino por ser un presidente negro. Este es un campo tradicionalmente dominado por hombres blancos y asiáticos. Cuando el primer presidente negro de Estados Unidos escribe una línea de código, el mundo es consciente de que esto es importante. Y el presidente no solo escribió una línea de código, también dijo que ahora la programación y la informática, igual que la lengua y la aritmética, forman parte de la educación básica. Además del presidente Obama, hemos tenido a 16 líderes mundiales, presidentes y primeros ministros participando en un Hour of Code con estudiantes, para demostrar básicamente que esto no es algo a lo que solo pueda aspirar un niño especial. Es algo que cualquiera puede aprender.
El más emocionante de ellos para mí, solo porque fue algo muy inesperado e insólito, fue hace tres años. Fui al Vaticano con tres chicas jóvenes de China, de Chile y de la República Dominicana. Estas tres chicas habían programado una aplicación junto al papa Francisco. El papa Francisco escribió una línea de código para contribuir a una aplicación sobre la paz mundial y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Menciono esto porque, si el papa bendice una declaración que dice: “Todas las escuelas deben enseñar informática para que los estudiantes puedan crear el mundo del futuro y lograr la paz mundial”, eso es algo que demuestra que esto no trata solo sobre programar. Trata sobre el futuro de la humanidad. Trata sobre crear oportunidades. Trata sobre animar a los estudiantes de ámbitos infrarrepresentados. Y, con diferencia, el mayor punto fuerte de nuestro movimiento global no es que contemos con presidentes, primeros ministros, el papa y políticos importantes, sino también con estudiantes y profesores individuales a los que esas figuras inspiran. Las escuelas han empezado a enseñar informática antes de que el gobierno apruebe una ley, o de que el distrito establezca una nueva normativa. Los profesores piensan: “Esto es emocionante. Si Obama puede hacerlo, yo también lo haré. Si Shakira dice que es interesante, le echaré un vistazo. Si el papa escribe una línea de código, seguro que mi clase también puede hacerlo”.
Y ahora hay dos millones de profesores que empiezan a enseñar informática usando code.org, y el poder de esos dos millones de profesores es que los políticos que aprueban las leyes están prestando atención. Porque esto ya está pasando en las aulas, se apruebe o no una ley. Y como político, te das cuenta de que aquí no hay polémica. Vivimos una época en la que existe una gran división política. En todos los países, los políticos se pelean por un tema u otro. Nadie se pelea por la enseñanza de informática.
En España, todos los expresidentes y el presidente actual están de acuerdo en este tema. Y no solo en España. En Estados Unidos, esta es la única política en la que el presidente Obama, el presidente Trump y el presidente Biden están de acuerdo. Es porque todo el mundo sabe que la tecnología es el futuro. Todo el mundo sabe que ahí hay dinero y oportunidades. La idea de que nuestras escuelas no estén enseñando informática en el siglo XXI parece un error. ¿Cómo hemos permitido que sucediera esto? ¿Cuánto tiempo vamos a permitir que los estudiantes vayan a escuelas que están dejando de lado esta materia tan importante? Es algo en lo que los políticos se ponen de acuerdo con facilidad, si tantos millones de estudiantes y profesores ya lo están haciendo igualmente.
"En el futuro va a ser más importante el trabajo creativo y de conocimiento"
Y no es solo por ser la directora de YouTube, los jóvenes emprendedores son grandes ejemplos. Uno de mis ejemplos favoritos es una mujer llamada Melanie Perkins, una de las mujeres multimillonarias más jóvenes, que creó Canva. Canva es una startup de Australia que ahora vale decenas de miles de millones de dólares. Y ella destinó todo su dinero a causas benéficas. Los estudiantes necesitan saber quién es Melanie Perkins para pensar: “No es alguien que esté creando una startup en Silicon Valley, sino que será la próxima Mark
Zuckerberg, y es una joven empresaria de Australia”.Lo que significa que, si eres una chica joven y tienes grandes sueños, da igual en qué país estés. Si aprendes informática, puedes tener un futuro increíble y tener a alguien a quien puedes admirar como tu modelo a seguir. Porque, durante los últimos 10 o 20 años, los modelos a seguir en tecnología eran en su mayoría hombres. Y ahora estamos en un mundo donde hay nuevos modelos a seguir y ejemplos para los estudiantes. Y parte del rol de la educación es mostrar esos modelos a seguir, razón por la cual dentro de code.org mostramos sus caras en nuestros vídeos, en nuestros tutoriales… Por ejemplo, en nuestro tutorial de Star Wars, no sé si tu hija lo habrá probado, hay que escribir el código para controlar a R2D2. Pero es la princesa Leia la que te enseña, y es una decisión muy consciente que la princesa te anime a aprender a programar, para demostrarte que es una mujer quien te enseña a programar los robots y para romper el estereotipo de género.
Una última pregunta, Hadi. Eres un emprendedor exitoso. ¿Qué consejos o qué ideas podrías dar a los jóvenes que quieren crear un nuevo negocio, una nueva iniciativa para cambiar el mundo a mejor?
Apuntar alto es difícil, sobre todo para los adultos. Cuando te haces mayor, por lo general, apuntas más bajo.
Cuando eres pequeño, piensas: “Voy a ser astronauta” o “Voy a ser presidente”, no te pones ningún límite. Puedes pensar tantas locuras como quieras. Recuerdo a un niño de tres años para el que su sueño era ser un camión de bomberos. Y ¿quién le va a decir a un niño de tres años que no puede ser un camión de bomberos? Eso es lo que quería ser. Pero, a medida que crecemos, empezamos a apuntar más bajo, y es porque nos da miedo el fracaso. No queremos apuntar demasiado alto porque: “¿Y si fallo?”. Tratamos de aspirar a algo que parezca más alcanzable. Y algo inesperado que aprendí de code.orges que los sueños más grandes son más fáciles de conseguir. Porque los demás quieren ayudarte. Si apuntas bajo, la gente dirá: “Sí, es una buena meta. Hazlo tú solo”. Pero si apuntas alto, la gente piensa: “Vaya, qué buena idea. Quiero ayudarte, ¿cómo podemos hacerlo juntos?”. Si code.org hubiera empezado con la meta de tener 10 000 estudiantes en Seattle, Washington, que es mi ciudad natal, conseguir que 10 000 estudiantes aprendan a programar, habrías dicho: “Muy bien, buen trabajo, adelante. Es problema tuyo”. Pero nosotros decimos que queremos que todos los estudiantes de todas las escuelas de todo el planeta aprendan informática. Es una idea que pueden respaldar presidentes, primeros ministros, el papa, famosos y dos millones de profesores. Porque piensan: “Está claro que no es posible salvo que ayude mucha gente”. Y dicen: “Quiero ayudar a que tenga éxito”.
Ya estés tratando de llegar a Marte o de curar todas las enfermedades del mundo, apuntar alto hace que colaboren otras personas. Y creo que una de las cosas más difíciles para los empresarios es expandir sus sueños más allá de lo alcanzable, olvidarse del miedo al fracaso y, en lugar de tener miedo a la mediocridad, pensar: “¿Cuál es la idea más grande que tengo?”. No es muy intuitivo, pero los sueños y las ideas más grandes pueden ser más fáciles de conseguir, porque así consigues una base más grande de personas que te ayuden.