¿No te gustan los insectos? Tu supervivencia depende de ellos
José Carlos Otero
¿No te gustan los insectos? Tu supervivencia depende de ellos
José Carlos Otero
Biólogo y entomólogo
Creando oportunidades
La vida secreta de los insectos
José Carlos Otero Biólogo y entomólogo
José Carlos Otero
Creció rodeado de naturaleza en una pequeña aldea gallega. De niño se fascinaba con la luz de las luciérnagas, los regueros de hormigas y el aleteo de las mariposas. Su vocación por la biología siempre estuvo clara, pero en la universidad descubrió su verdadera pasión: los insectos. “Esos bichos a los que siempre estamos persiguiendo”, bromea el entomólogo José Carlos Otero. Su obra ‘La vida secreta de los insectos’, publicada en 2018, explora e indaga en el fascinante mundo de estos pequeños seres, tan necesarios para la conservación, el equilibrio natural y el cuidado del medio ambiente. “Mucha gente se alegraría si desapareciesen los insectos, pero debemos pararnos a pensar en el papel fundamental que cumplen en los ecosistemas”. José Carlos Otero nos invita a conocer y descubrir la importancia de una mariquita, una araña o un mosquito: “Debemos entenderlos y protegerlos, porque nuestra supervivencia depende de ellos, aunque a veces nos cueste entenderlo”, concluye.
José Carlos Otero es entomólogo y doctor en Biología por la Universidad de Santiago de Compostela, donde actualmente ejerce como profesor. Desarrolla su actividad docente e investigadora en el Departamento de Zoología de la Facultad de Biología, de la que fue decano en los años 90. Ha publicado varios libros y numerosos artículos científicos sobre las familias de coleópteros, taxonomía de insectos, biodiversidad y zoogeografía. También ha participado en diversas expediciones científicas a África y el Himalaya. En 2018 publicó su obra ‘La vida secreta de los insectos’ (Plataforma Editorial).
Transcripción
Aquel departamento tenía una biblioteca pequeñita, muy pequeñita, pero había unos libros que me fascinaron desde el primer día, que eran las memorias entomológicas de Fabre, memorias y libros a los que luego hice referencia en algunos de los libros que escribí. A los pocos días, y en cuanto terminé de leer los libros, hablé con el catedrático y le dije que quería dedicarme a estudiar todos los coleópteros y las mariposas de la Península Ibérica. Claro, levantó la vista, me miró y quedó asombrado. Yo más tarde interpreté aquellas miradas como: “¡Vaya pedazo de ignorante este chaval, vaya pedazo de ignorante!”. En todo caso, continué con el asunto del estudio de los de los coleópteros. En la actualidad conocemos un millón de especies de insectos y solamente del diez por cierto de ellas conocemos el nombre y apellido. Del resto, la función que cumplen en la naturaleza la desconocemos. Forman parte de todos nuestros ecosistemas, de los ecosistemas que nos proporcionan una serie de beneficios absolutamente gratis y, a pesar de ello, los perseguimos desde tiempos inmemoriales hasta aniquilarlos. Desde luego, sin ellos es muy posible que la vida, tal como la conocemos, no fuera así. Y es muy posible que ni siquiera la existencia de la especie humana pudiera subsistir en ausencia de tales insectos, de tales bichos. Y esa es la razón por la que hoy tengo el honor de estar aquí con todos ustedes y de tratar de picarles la curiosidad por estos bichos.
Las heces de todos los mamíferos terminarían cubriendo todos los prados, con lo cual ahogarían a las hierbas y a los vegetales allí existentes, y no habría quien se ocupase de enterrar todas las heces. De igual manera, pues nuestros bosques se llenarían de árboles, de hojas, sin que nadie empezase el proceso de descomposición y de destrucción de esa madera muerta y, sobre todo, habría un hecho importante: se acabó la polinización, no hay polinización, no hay insectos. Nuestras colmenas permanecerían vacías y, por lo tanto, todos nuestros campos… El proceso de polinización se habría acabado. Bueno, eso sería el mundo que nos esperase al cabo de unos pocos meses o unos pocos años. No quiero asustarnos demasiado, pero no estamos muy lejos de semejante situación. Estamos en la actualidad perdiendo tres especies por día, es decir, unas veinte mil especies al año. Supongo que alguna vez habéis viajado en avión y os habéis sentado en la ventanilla que da al ala. Imaginaos que en un momentito del vuelo… Bueno, ya sabéis que el ala está recubierta por una multitud de remaches, ¿no? Pues de repente salta un remache. De repente, o al cabo de otro ratito, salta otro remache. Cada uno de esos remaches serían las especies que estamos perdiendo. Serían las especies que estamos perdiendo.
Es decir, que llegaría un momento en que posiblemente se saltase el remache paraguas y entonces el ala se bloquearía y se terminaría produciendo un grave accidente. Nos pasa igual en la naturaleza. Estamos perdiendo especies cada día. Estamos ante lo que muchos autores llaman “la sexta extinción masiva”, que estamos ahora mismo sufriendo. Bueno, quiero recordaros, en primer lugar, que una cuestión clave en el asunto de la conservación y la preservación de las especies es el hábitat. Es aquel lugar donde viven todas las especies. Se ha cambiado un poco el paradigma. Hace años decían que hay conservar la mariposa esta que pueden ver en la pantalla, pero, si no conservamos el lugar donde viven esas mariposas, es una estupidez y una inutilidad conservar una mariposa sin más. El hábitat es el lugar en donde viven los animales y por lo tanto eso es exactamente lo que debemos conservar. Bueno, ¿qué es lo que pasaría sin los insectos? Como os decía antes, conocemos solamente un millón de especies a las que les hemos puesto nombre y apellido. De ese millón, solamente del diez por ciento conocemos el funcionamiento que tienen en los ecosistemas y el resto lo desconocemos totalmente y posiblemente nos falten más de treinta millones de especies por conocer y no sabemos la función que tienen en los ecosistemas en los que los vamos a necesitar. Y eso es una cuestión grave, pero encima con cada una de esas especies desaparecerían otras que están asociadas a ellas.
Si os imagináis o pensáis, por ejemplo, en un pájaro, en un ave cualquiera, la especie que sea, si esa desaparece, desaparecen consigo todas las especies que lleva asociadas, todos los ectoparásitos, por ejemplo, o todos los endoparásitos. Por lo tanto, sería un asunto absolutamente catastrófico, o es absolutamente catastrófico, el tema de que estemos perdiendo ese volumen y esa cantidad de especies de insectos. Os ruego que hagáis un poco de memoria sobre lo que habéis desayunado o comido hoy. Estoy absolutamente seguro de que aproximadamente o cerca del treinta por ciento de los alimentos proceden de la polinización de una forma directa o de una forma indirecta. Es decir, la polinización, los servicios ecosistémicos que nos proporcionan los animales, los insectos, de una forma gratis… Vivimos a cuenta de ellos. Muy poquitas personas saben cómo funciona cualquier aparato eléctrico más o menos complejo que tenemos en nuestra casa. Pues de igual manera las personas no sabemos la procedencia de una buena cantidad de alimentos. Creemos que vienen de la tienda o que los conseguimos en la tienda y ya está. Pero la mayor parte, el ochenta y cuatro por cierto de las especies de los alimentos que tenemos es gracias a la polinización y los causantes de la polinización están sufriendo un proceso de desaparición. Aproximadamente el treinta por ciento de las especies de abejas están desapareciendo y se ha llamado la atención sobre ello. Y lo mismo de abejorros. En la Unión Europea eso ya empieza a ser un auténtico problema y algunos agricultores se están alquilando colonias de abejas o de abejorros para producir la polinización.
Una colonia de abejas, por ejemplo, puede polinizar tres millones de plantas. Veinte personas, un pequeño huerto de manzanos solo. En un día. Por lo tanto, todos debemos estar preocupados porque nos va un poco la supervivencia en semejante asunto. Y quisiera a este respecto decirles algo: la especie humana somos un bichito más. Somos un bichito más. No somos algo especial a lo que, por una casualidad, hayan colocado aquí y domine todo lo que ocurre en la Tierra. No, somos un bicho más. Por lo tanto, si un bicho más causa una perturbación, esa perturbación dejará de actuar en el momento en que la especie humana desaparezca. Por lo tanto, yo creo que sería conveniente que nos pensásemos el tema.
Pero lo de las alas es algo absolutamente extraordinario, porque para que las alas se puedan mover tienen un sistema muscular cuyos músculos pueden… Los insectos actuales, me refiero. Pueden tener el calibre de un cabello. Son pequeños y tienen músculos directos que van de arriba a abajo del tórax y músculos indirectos que van directamente a las alas. Y con eso hacen este movimiento. Lo curioso de estos bichos es que el movimiento que hacen no tiene nada que ver con el que hacen las aves. Es absolutamente distinto. Incluso la forma en que atacan en sus movimientos de volar en el viento. Hacen una especie de ocho para poder volar. El batido de las alas es también muy superior al que hacen las aves. Miren, les voy a hacer una pequeña prueba, si me lo permiten. Si ustedes ponen los brazos así en cruz y hacen este movimiento, ¿cuántos batidos pueden hacer por segundo haciéndolo de una forma seria y rápida? Bueno, si llegan a veinte, ya serían unos auténticos ‘cracks’. Una auténtica maravilla. Bueno, los insectos lo hacen mil veces por segundo. El gasto energético de estos animales al volar es extraordinario. Absolutamente extraordinario. Pero les vale la pena. Vale la pena. Energéticamente es muy caro, pero los beneficios que obtienen son algo absolutamente extraordinario. Por lo tanto, fue un avance evolutivo para los insectos muy importante. De hecho, la mayor parte de los seiscientos que viven en la actualidad son pterigotas, tienen alas.
Por lo tanto, algo debe de tener el volar para que eso les suponga una cuestión importante en su desarrollo. Bueno, otro evento que ocurrió allá por el Pérmico ha sido la metamorfosis. La metamorfosis es la historia de una vida contada en cuatro actos si lo quieren ver así. Huevo, larva, pupa y adulto. Aquellos animales que han sufrido este proceso de metamorfosis son los que más han evolucionado. Es decir, durante el proceso de metamorfosis el animal se queda quieto hasta transformarse en adulto. Es decir, pueden pasar una parte de su vida ahí encogiditos, recogiditos, hasta que vienen las condiciones buenas para poder desarrollarse. Pero lo bueno del asunto es que, durante los estadios de larva, naturalmente, ocupan una grandísima cantidad de hábitats. Es decir, eso les ha ayudado extraordinariamente en todo el proceso de colonización y de diversificación. De manera que uno puede encontrar larvas de insectos, pues en cualquier sitio. En nuestros árboles frutales podemos ver larvas de mariposa, por ejemplo, y lo único que están haciendo es engordar a lo bestia, ponerse macizas para luego tener un adulto espléndido. Pero importante: el nacimiento de esa larva debe coincidir con el desarrollo de la planta. Si no, mal asunto. Esa es una de las cuestiones que nos produce el cambio climático: que cuando la larva nace, pues aún no lo ha hecho el árbol o la planta, o viceversa.
La planta ha nacido antes y el bicho, después. No existe una coincidencia en el desarrollo de ambos para que puedan desarrollarse ambos. Y entonces ese es un problema. Y el otro hecho evolutivo, que ha tenido una importancia absolutamente extraordinaria, ha sido el proceso de polinización. Antes de la polinización habría aproximadamente unas mil plantas, mil gimnospermas. Es decir, plantas sin flores. ¿Qué quiere decir ello? Que se producía el proceso de polinización por el viento. Cuando se produce el proceso de polinización, que implica una mayor diversificación… Es decir, la polinización, la forma de polinización, ha cambiado. Imaginen que el tatarabuelo, el tatarabuelo, el tatarabuelo del magnolio y de las abejas, pues se han inventado las alas y las flores. Y desde entonces lo que ha sucedido es el proceso más hermoso de relación entre plantas y flores. Es lo que yo he llamado “historias de amor y de flores”. El proceso de polinización es algo tan absolutamente extraordinario porque ¿cómo se puede entender que dos árboles, dos plantas, se reproduzcan si no pueden moverse? La polinización lo ha hecho posible. ¿Pero cómo lo ha hecho posible? Lo ha hecho posible porque las plantas crearon las flores más hermosas, los néctares más extraordinarios, con el único objeto de atraer a los insectos. Llegan los insectos, que también han evolucionado creando aparatos bucales absolutamente extraordinarios y adecuados a ese tipo de planta…
Y entonces los atraen y las plantas los cargan de polen y les dicen: “Hala, de paseo. Y os lleváis el polen a otras plantas”. Es decir, que se ha producido un proceso de coevolución. También lo han hecho algunos pájaros, algunas aves. Por ejemplo, los colibrís. Si han tenido la ocasión de ver alguno… Pues es algo absolutamente extraordinario. Pues insectos y colibrís han hecho algo tan extraordinario como es todo el proceso de polinización. Esos son los tres eventos más importantes que se han producido: el invento de las alas, la metamorfosis y la polinización.
La mantis religiosa también es un animal que ha pasado por todos los estados: desprecio, admiración, respeto… En España no estaba muy bien vista, aunque es un animal absolutamente beneficioso porque se alimenta de algunos otros animales. Las abejas siempre fueron bien consideradas e incluso figuran en algunas de las representaciones de algunas cuevas de nuestro Mediterráneo. En alguna civilización se les consideraba como seres puros que no tenían sangre e incluso que no tenían sexo. Y en las tradiciones… En la mitología gallega se habla de que un enjambre de abejas son las almas de los muertos, ¿no? Y en las tradiciones vascas las abejas eran algo extraordinariamente importante, porque en todas las casas se las invitaba. Eran como un miembro más de la familia. Por lo tanto, se les advertía de que iba a haber una boda, de que iba a haber un bautizo, y había una especie de interlocutor con las abejas y formaban parte importante de su tradición. Las luciérnagas formaban parte de la mitología de algún pueblo oriental, de tal manera que eran… El día de San Valentín en China el símbolo es la luciérnaga. ¿Y qué otros animales? Por ejemplo, lo que han visto en algunas ocasiones, que son las manifestaciones artísticas de Egipto, en el sentido de que se puede ver un escarabajo verde. Ese escarabajo verde tiene el cuerpo de un hombre y la cabeza de un escarabajo. Ese escarabajo verde tallado en piedra se solía colocar cuando…
A los difuntos se les colocaba encima del corazón para que el corazón no testificaste contra él en el proceso de momificación. Y otra especie son las mariposas monarcas, que están asociadas a los muertos. De manera que en sus procesos migratorios desde Estados Unidos hasta Centroamérica coincidía la llegada con el Día de Muertos, ¿no? Es decir, alrededor de los insectos existen muchas tradiciones, mucha mitología, que naturalmente es muy diferente dependiendo de la zona geográfica de la que se trate. ¿Y qué les podría decir más? Por ejemplo, ¿quién no ha oído ‘La cucaracha’? Que fue uno de los símbolos importantes de la Revolución Mexicana. Y en la pintura, el barco de las mariposas que antes veíamos hace un ratito, que era de Vladimir Kush. Pero Dalí también ha hecho algunas obras pictóricas con mariposas. Y también en la literatura. En la literatura, ‘La metamorfosis’ de Kafka, que seguramente es uno de los libros más conocidos y que se refiere al asunto de los insectos. Pero hay poetas que han llenado sus poesías de referencias a diferentes insectos. Por lo tanto, tanto en la literatura como en la pintura como en la música, pues naturalmente existe una gran cantidad de manifestaciones que tienen que ver con los insectos, pero a pesar de ello les hacemos la… Vamos a por ellos sin compasión.
Es una especie que vive en la zona próxima a los Pirineos, en Huesca, y es la más bella de Europa, si me lo permiten. La más bella de Europa. Y tan bella y tan hermosa es que esta especie fue dedicada a Isabel II. Se llama ‘graellsia isabellae’ y es una auténtica belleza. ¿A quién no le gustaría ser un bellezón de esta naturaleza? ¿A quién no le gustaría? Miren, en el noroeste de la Península Ibérica vive una especie absolutamente extraordinaria. Es esta especie que ustedes pueden ver en pantalla. Les presento al ‘carabus galicianus’. Es una especie endémica del noroeste de la Península Ibérica. Entiéndase por noroesteno no solo Galicia, ¿eh? También el norte de Portugal. Los bichos no entienden mucho de estas historias de los humanos en que dividimos por provincias o por regiones y cosas por el estilo. No, no entienden de eso. Hasta el Duero se puede extender, incluso parte de Asturias. Es un coleóptero. Es un coleóptero grandote. Debe de medir unos tres centímetros de longitud y, como pueden ver, es una especie absolutamente extraordinaria. Todo negro, con unas costillas en el dorso y con unas patas rojas. Pero antes, permítanme que les cuente una cosa de los coleópteros. Igual que las cucarachas, han hecho algo muy bien a lo largo de toda su vida. Aparecieron en la época en la que aparecieron las flores. Y también, igual que las cucarachas, su forma no ha cambiado, se ha mantenido siempre constante. Es cierto: han reducido su tamaño, de igual manera y por las mismas razones que les expliqué anteriormente.
Pero han resistido las glaciaciones, han resistido todas las radiaciones que hubo en la superficie de la Tierra, han resistido, entre otras, todas las glaciaciones del Pleistoceno, que también han sucedido y que han hecho desaparecer un montón de fauna. Bueno, pues este coleóptero que les muestro suele vivir en los bosques de ribera, en los bosques de ribera, en los bosques que existen al lado de los ríos. Y, si me lo permiten, yo a este bicho, y así lo escribí, lo llamo o lo califico como intrépido y exquisito. Y les voy a explicar por qué. Intrépido porque vive en las orillas de los ríos. Es una especie absolutamente terrestre. Por lo tanto, su capacidad para meterse en el agua es nula y, sin embargo, lo hace. Se mete en el agua y es capaz de capturar los pequeños moluscos que allí viven debajo de las piedras. No tiene características para vivir en medios acuáticos, pero, sin embargo, se mete. Y exquisito porque esos alimentos que allí captura le deben de dar un plus en su tipo de alimentación y ahí es donde vive. Y si las condiciones varían porque la especie humana ha hecho alguna de sus tonterías y ha estropeado toda esa zona, desaparece.
Es una especie absolutamente indicadora de las buenas condiciones del ambiente. Es intrépido, se mete en el agua, y es exquisito porque sabe las cosas o los alimentos que debe tomar. Tiene sus épocas de aparición y sus épocas en que se convierte en esas larvas y en las paredes y en los taludes de los ríos vive y se queda durante los periodos desfavorables, y en época favorable se convierte en esta bestia tan absolutamente extraordinaria. Y estarán de acuerdo conmigo en que es un bellezón. Por lo tanto, ¿uno qué puede decir? Pues una especie bonita, una especie intrépida, una especie exquisita. ¿Pero en qué más se puede uno convertir más que en un ejemplar con estas características tan buenas? Y encima es una especie endémica, es decir, que existe en pocos sitios o en ninguno. Por lo tanto, debemos conservar esos lugares, todos los lugares que presenten unas características ecológicas particulares y que, por lo tanto, sea necesario conservar.
Oyen con esos tímpanos a los que antes hice referencia, en el caso de la cigarra. Unas membranas que en cuanto les llega el sonido les vibran y esa sensación va al sistema nervioso central. Transforman… Como hacemos nosotros: nos llegan unas vibraciones y transformamos esas vibraciones y nos van al sistema nervioso central y respondemos a ello. Bueno, pues los insectos, exactamente lo mismo. Por lo tanto, ven, oyen y tienen una serie de elementos que se llaman “sensilias”, que son unos pelos repartidos por todo el cuerpo y fundamentalmente en las antenas. De manera que allí les llegan todas las sensaciones odoríferas y que son capaces de reinterpretar y llevarlas al sistema nervioso central. Por lo tanto, tienen un sistema de relación absolutamente capaz, muy bueno, además, y es que además ha pasado otra cosa importante en estos bichos. Hace aproximadamente unos cien millones de años, aparecieron las hormigas obreras y entonces les faltaban las alas. No podían desplazarse de unos lugares a otros. Estas hormigas se inventaron un sistema de relación química: las feromonas. ¿Qué son estas feromonas? Las feromonas son una combinación de sustancias químicas propias de cada especie y que las especies emiten y que solamente sus ‘partenaires’, los miembros de su propia especie, los pueden interpretar y decir lo que quieren decir con esa señal.
Quiero recordar que el medio, el suelo, es un sitio con muchas sensaciones de olor. Por lo tanto, esta combinación que ellos hacen de las feromonas tiene que ser muy particular, muy distinta. De tal manera que los perciban sus congéneres y que no sea percibido por sus predadores. Porque si no estamos listos. Y ahí también se produce un hecho evolutivo importante porque si el predador consigue descifrar ese código y saber en dónde están, automáticamente los bichos cambian eso en su sistema de transmisión química. Un pequeño ejemplito a propósito de esto: cuando un montón de abejas… Un montón, no una sola. Cuando un montón ataca a una persona, es porque esa persona hizo algo que le pareciese a las abejas violento. Entonces las abejas dejan allí una marquita de: “Peligro. Este tipo es un tipo peligroso. Vamos a por él”. Y ahí aparecen todas las abejas. Cuando una hormiga, de las exploradoras, encuentra un alimento, va dejando allí un reguero de una de estas feromonas. Cuando el alimento se acaba, deja de emitir esa feromona. Deja de emitirla. Es una comunicación absolutamente extraordinaria. Y, sobre todo y fundamentalmente, los insectos sociales. Pero permítanme que les cuente algo. Ahora aquí podemos llenar esto de los sistemas estos que sueltan montones de olores. Vamos a suponer que es la época de reproducción y colocamos en un lugar o soltamos en algún lugar una mariposa macho y una mariposa hembra. Naturalmente, de la misma especie. Son capaces de percibir las sensaciones de esas feromonas. A pesar de toda esa confusión de olores que exista en el medio ambiente.
Es un sistema de transmisión absolutamente extraordinario el de la comunicación química. La comunicación entre los individuos de una sociedad. Naturalmente, tienen que tener una comunicación más potente para que esa sociedad, entre otras cosas, funcione como tal. Y ahí la comunicación química es un factor importante.
Y lo hacen en función de un reloj interno que dependerá seguramente para las especies diurnas de las características de la luz, de la orientación del sol, etcétera. Pero no se sabe muy bien. Y, desde luego, de la noche, pues no se sabe. Yo creo, por algunas cosas que he leído referentes a otros insectos, por ejemplo, a los que hacen las boñigas, los que hacen de enterradores de estiércol en el suelo… Se orientan por la Vía Láctea. Por lo tanto, es muy posible que durante la noche la orientación sea similar, pero se conoce muy poco y se conoce además muy poco de esas migraciones tan espectaculares que se producen de insectos.
Es decir, es lo que también escribo en los libros, que es la historia de una vida en cuatro actos. Pasa una vida como huevo, pasa una vida como larva y luego, una vida como adulto. Es bien cierto que la duración es variable, es decir, como larva puede vivir varias generaciones y luego como adulto, vivir unas horas o muy poco tiempo. Recuerden ustedes el caso de las efémeras. Por cierto, el baile… Les aconsejo que, si ustedes tienen la oportunidad de estar al lado de un río en noches de verano, vean todo ese baile de las efémeras sobre el agua. Están bailando para hacer la cópula, y una vez que hacen la cópula, se mueren. De tal manera que ese es el proceso de metamorfosis. ¿Y sufren metamorfosis todos los insectos? No, hay algunos que se parecen desde que nacen hasta que son adultos. Por ejemplo, los chinches, esos que también encuentran sobre las plantas, esos de color verde, van aumentando de tamaño y son adultos cuando tienen capacidad reproductora, no antes. Tienen un desarrollo directo y luego, como las mariposas, tienen un desarrollo indirecto, pasan por sus estadios larvarios, hasta llegar a adulto. La mayor parte de los insectos que tienen más éxito son los que tienen un desarrollo indirecto.
Es siempre interpretado por el macho y entonces aterriza y se puede producir la cópula. Claro, hay algunas hembras que son un poco sinvergüenzas, que en algunas épocas, pues en algunos momentos emiten algún destello raro y puede inducir al personaje, que aterriza y se lo zampa, y se lo come. Sin ninguna contemplación, además. Los destellos suelen durar un día, una noche, y mal asunto cuando dura más, porque es el patito feo de las luciérnagas. Es decir, que no tiene pareja, no encuentra pareja. Entonces está dale que te pego, dale que te pego, durante una semana y no aparece el macho. Así como nosotros en estas bombillas… Bueno, no sé exactamente en estas, pero en general en las bombillas que tenemos en nuestra casa perdemos de energía el noventa y cinco por ciento aproximadamente en forma de calor… Es decir, tocamos la bombilla y quema. Sin embargo, una luciérnaga, no. No quema. Ocurre en biología que cuando no sabemos cómo resolver un problema, se lo preguntamos a la naturaleza. Es lo que se llama “biomimesis”. Y entonces decimos: “Tenemos un problema sobre este asunto, para hacer los leds, etcétera, etcétera. ¿Cómo hacen las luciérnagas?”. Lo estamos imitando mediante la creación de pequeñas plaquitas en forma de baldosas que traten de imitar el sistema de las luciérnagas. Pero de igual manera que utilizamos otras cosas de la naturaleza, por ejemplo, ¿queremos una casa eficiente, eficiente, eficiente, eficiente? Pues imitemos los termiteros.
Los termiteros son aquellos en los que se pierde menos energía, temperatura, etcétera, etcétera, en el mundo del reino animal y es un sistema que se utiliza y que se imita para hacer edificios inteligentes de verdad. Los termiteros. Pero si queremos hacer drones vamos a ver cómo vuelan los odonatos y algunos otros bichos para poder hacer drones pequeñitos para que puedan ser utilizados por la especie humana. Cuando no sabemos preguntamos a la naturaleza. La naturaleza nos dice cómo resolver algunos problemas. Y lo mismo ocurre en otras cosas. Por ejemplo, los hilos de las telas de araña son el material más fuerte que existe. Pues lo podemos utilizar. Se está tratando de copiar como otro material. En el caso de las luciérnagas, lo estamos copiando con los leds.
Y, básicamente, el tema de la revolución verde consistía en la existencia de monocultivos, es decir, de extensiones muy grandes de terreno dedicadas a un solo cultivo. Bueno, pues ya tenemos un cultivo. Y entonces cuando a ese cultivo llegaban montones de insectos es que no podía ser de otra manera. Había un festín. Había otra plaga. Y esa plaga la creamos nosotros. ¿Qué hacer? Yo diría que no mucho. Yo diría que no mucho. Desde luego, no utilizar pesticidas, ni fungicidas, ni ninguna cosa por el estilo que luego entra en la cadena alimenticia y nos llega a nosotros. Una vez estaba en uno de esos viajes a Centroamérica y nos llevaban hacia otra parte del país. Y de repente pasamos por una zona de monocultivos y de repente yo veo una nube extraordinaria, una nube blanca. “Por favor, parad aquí.” ¿Qué era esa nube blanca? Era un señor que estaba metido dentro de la nube y estaba con unos pesticidas creando todo eso. Al margen de lo que era malo para el señor que, naturalmente, se estaba tragando allí una cantidad de porquería extraordinaria, era malo para todos los consumidores. Todos esos productos entran en la cadena alimenticia y nos llegan a nosotros. Ahora se habla mucho de los microplásticos, están continuamente en la prensa. Más o menos es igual. En el medio terrestre y con estos fenómenos, exactamente lo mismo. ¿Qué hacer? Desde luego, no utilizar ninguno de estos productos, sino utilizar una lucha biológica.
Es decir, si uno tiene una serie de insectos que le están causando un cierto perjuicio en las plantas y en el cultivo, utilícense otros insectos o arañas para tratar de evitar esa plaga. Las arañas no hacen daño a los cultivos. Las arañas son unos reguladores importantes de la presencia de insectos en los medios. Mire, también… Y se está eliminando vegetación alrededor de los cultivos de las personas que quieren aprovechar cincuenta centímetros más de huerta y entonces eliminan esa vegetación. En esa vegetación viven aves y viven otros insectos que son los que controlan esas plagas. Por lo tanto, debe mantenerse la existencia de esos medios para que de una forma natural se atenúe el efecto de ese monocultivo que no va a ser al cien por cien, porque nosotros hemos creado ya una plaga, un monocultivo. Pero al menos se va a atenuar con la presencia de otros animales que van a combatir a estos insectos plaga. Quisiera recordarles para cerrar el tema, unas palabras de Einstein que seguramente tienen más sentido en los tiempos que estamos viviendo. Einstein decía más o menos que han pasado montones de cosas, pero la especie humana sigue pensando lo mismo. Yo creo que esta reflexión es pertinente en el tiempo que estamos viviendo, en el tiempo que también hemos pasado.
El tiempo que hemos pasado y el tiempo que estamos viviendo a la especie humana nos debiera haber servido para aprender montones de cosas sobre nuestra convivencia y sobre nuestro trato a la naturaleza. La pandemia y algunas otras cosas son consecuencia de nuestro desprecio a la naturaleza. Y seguimos pensando lo mismo, porque a pesar de lo que el hombre ha pasado a lo largo de todos los tiempos, seguimos cometiendo las mismas torpezas, de guerras y demás historias. Hemos empezado un proceso de humanización en el Neolítico, pero algo se nos ha escapado por el camino. En todo caso, y referido al medio ambiente, bien saben que se han producido montones de eventos mundiales, cumbres, congresos, etcétera, etcétera, sobre medio ambiente, sobre cambio climático. No hemos hecho absolutamente nada. Nada.
Es cierto que a nosotros, a las personas de a pie, no se nos pueden pedir heroicidades, pero algo podemos hacer. Debemos saber reciclar, por ejemplo. Que la responsabilidad es de quien es responsable, pero nosotros también debemos hacer cosas y, si las hacemos, no de una forma inmediata, pero seguramente nuestros nietos o tataranietos, si lo hacemos bien, podrán vivir en un medio ambiente que nosotros les hayamos legado de una forma correcta y, si no, van a tener muchos problemas. Dependemos, la especie humana, de la supervivencia de los insectos. El aire, la polinización, la salud del agua, un montón de servicios gratis, nos reciclan materiales… Y no podemos perseguirlos indefinidamente. Debemos protegerlos, preservarlos. Y para ello hay que conocerlos. Muchas gracias.