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La mejor cardióloga de España nos explica cómo cuidar mejor nuestro corazón

Leticia Fernández-Friera

La mejor cardióloga de España nos explica cómo cuidar mejor nuestro corazón

Leticia Fernández-Friera

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“Qué tenemos que hacer para cuidar nuestro corazón, como mujer, pero también como hombre, porque todos los hombres tienen una mujer cerca a la que aman”. Con este punto de partida, la cardióloga Leticia Fernández-Friera lidera un proyecto de concienciación y divulgación científica, Corazón de Mujer, inspirado en el movimiento americano Go Red for Women, con el objetivo de prevenir la enfermedad cardiovascular en la mujer, que es la primera causa de mortalidad femenina.
La doctora Ferández-Friera, socia fundadora de ATRIA Clinic, especializada en ecocardiografía en el Massachusetts General Hospital, Harvard Medical School de Boston y en tomografía computarizada cardíaca (TAC) y resonancia magnética cardíaca (Cardio-RM) en el Hospital Mount Sinai de Nueva York, bajo la supervisión del doctor Valentín Fuster, también ha innovado en la divulgación científica, a través del proyecto Wake Up, que intenta concienciar a sus pacientes sobre el riesgo de la aterosclerosis, mediante la imagen vascular que muestran las placas de colesterol en las arterias. “Nuestra idea surgió cuando nos dimos cuenta, efectivamente, de que las mujeres no cambiaban su estilo de vida, aunque nosotros les dijéramos que tenían que cambiar. Pensamos: «Quizá, si les enseñamos cómo están sus arterias por dentro, si hay placas de colesterol o no, les motive a cambiar su estilo de vida». A través de una fotografía, de una imagen, ver su arteria por dentro, podemos ejercer un mayor impacto”, describe la cardióloga. Su compromiso con la salud ha sido reconocido con la máxima acreditación (Nivel III) de la Sociedad Europea de Cardiología en Cardio-RM y TAC cardiaco, además de varios premios de investigación nacional e internacional.


Transcripción

00:07
Samantha Wasniewski. Hola, Leticia. Soy Samantha, cardióloga, como tú, y, además, tu alumna y amiga. Es un placer hablar contigo de temas tan interesantes como la salud del corazón, la ciencia y la educación, aspectos sobre los que tantas veces me has hablado y me has enseñado, y hoy, por primera vez, tenemos la oportunidad de compartir con todo aquel que nos escuche.

00:33
Leticia Fernández-Friera. Hola, Samantha. Un placer estar aquí. ¿Quién nos iba a decir a nosotras que íbamos a compartir tantas conversaciones que hemos tenido con el resto del mundo?

00:42
Samantha Wasniewski. Bueno, Leticia, siempre me he preguntado cómo surgió tu vocación y qué le dirías hoy a un joven que quiere hacer esta especialidad.

00:52
Leticia Fernández-Friera. ¿Qué le diría? Al joven le animaría a que hiciera cardiología como cardióloga apasionada del corazón que soy. Soy asturiana y, como buena asturiana, admiro los Premios Príncipe de Asturias, hoy en día Princesa de Asturias. Y cuando estaba en mi cuarto año de medicina me eligieron, por saber inglés y saber medicina, como guía, como acompañante de un premiado, Hamilton Smith, que había recibido el Premio Príncipe de Asturias de aquel entonces a la investigación científica y técnica, y que era además Premio Nobel de Medicina en 1978. Eso me permitió pasar mucho tiempo con él, escucharle, hacerle preguntas, que me contara sus experiencias. Fue mi primer contacto con la ciencia. Y ahí surgió la semilla en mí y dije: «Algún día, cuando tenga la oportunidad, además de ser médico, seré investigadora». La oportunidad llegó más tarde, cuando estaba realizando mi formación en cardiología en el Hospital Universitario de Valdecilla de Santander, que me dieron una beca para ir a la Universidad de Harvard en el Massachusetts General Hospital, y allí fue donde realmente aprendí la metodología científica, el camino del método como el prólogo de nuestro libro, del libro La salud de tu corazón, y tuve la oportunidad de compartir mucho tiempo y muchos proyectos con investigadores de primera línea: la doctora Judy Hung, el doctor Bob Levin, el doctor Jorge Solís, y ellos realmente hicieron que naciera en mí el interés por la investigación de la mano con la medicina. Y no quedó allí, sino que posteriormente me concedieron otra beca para ir al Hospital Monte Sinaí de Nueva York con el doctor Valentín Fuster para seguir formándome en ser mejor cardióloga, mejor médica y mejor especialista en imagen cardiovascular. Allí también contacté con profesionales de primera línea y finalmente decidí no quedarme allí, tuve la oportunidad de quedarme allí, pero de volver a España, volver a Madrid para traer todo aquello que había podido aprender y poder compartirlo con la gente de aquí: los cardiólogos, los estudiantes, los jóvenes, los profesionales, con todo el mundo. Esta historia espero que valga para inspirar a otras personas a introducirse en el mundo de la medicina, de la cardiología y de la investigación.

La mejor cardióloga de España nos explica cómo cuidar mejor nuestro corazón. Leticia Fernández-Friera
Quote

“Espero que mi historia inspire a otros para introducirse en la medicina, la cardiología y la investigación”

Leticia Fernández-Friera

03:38
Samantha Wasniewski. Leticia, en el día a día vemos muchos pacientes con diversos problemas del corazón, pero ¿cuál es la enfermedad cardiovascular más común?

03:48
Leticia Fernández-Friera. Aquí, Samantha, me gustaría hacer un guiño porque, antes de hablar de las enfermedades cardiovasculares más frecuentes, tenemos que saber qué es una enfermedad cardiovascular. Pues las enfermedades cardiovasculares son todas aquellas enfermedades que pueden afectar tanto al corazón como órgano, como a nuestras arterias del cuerpo. Arterias que van a nuestro cerebro, a nuestro corazón, a nuestros órganos, a nuestras piernas. Por eso hablamos del aparato cardiovascular, cardio de corazón y vascular de arterias. Y ¿cuál es la más frecuente? Pues la más frecuente es la enfermedad que afecta a las arterias de nuestro cuerpo, a cualquier arteria, que es lo que nosotros llamamos un término así complejo como la aterosclerosis, pero que es muy sencillo. Simplemente, lo que ocurre es que hay depósitos de colesterol dentro de nuestras arterias y esas arterias se pueden ocluir y pueden enfermar. La más frecuente es la enfermedad de las arterias del corazón, la cardiopatía isquémica, que es lo que llamamos el infarto, que cuando viene un paciente a la consulta es lo que más le preocupa: «Médico, doctor, estoy sufriendo un infarto». Esa es la más frecuente, sin ninguna duda, y es la que todos los esfuerzos diagnósticos y terapéuticos estamos los cardiólogos intentando incidir. Pero también hay otras arterias, como las arterias que van al cerebro. Y ahí entramos en el ictus, que es también la segunda causa de enfermedad cardiovascular. Y si volvemos al corazón, que hemos hablado hasta ahora de las arterias, en el corazón hay distintas partes además de las arterias. Están, por ejemplo, las válvulas. ¿Qué son las válvulas? Las válvulas son las puertas que dirigen la sangre hacia adelante y que se cierran para que esa sangre no vaya hacia atrás.

05:38

Cuando enferman se producen las valvulopatías, que es la estenosis aórtica, la insuficiencia mitral, que son las principales causas de cirugía cardíaca, de tener que abrirnos el tórax. Hay otras enfermedades también, porque hay otras partes en el corazón, como es el sistema eléctrico, las luces, la electricidad del corazón, las que mandan los impulsos. Cuando se daña el sistema eléctrico se producen las arritmias, las palpitaciones. También tenemos otra parte del músculo que todos entendemos en el corazón, la bomba, el motor, lo que impulsa la sangre a que llegue a los distintos órganos del cuerpo. Cuando ese músculo se afecta, se producen las miocardiopatías. Algunas de ellas nacemos con ellas y otras se van desarrollando a lo largo de nuestra vida. Cuando hay una miocardiopatía o una enfermedad a ese músculo del corazón, acaba deteriorándose, se puede producir la insuficiencia cardíaca. Básicamente, esas son las enfermedades principales del corazón y es importante, desde pequeños, que enseñemos las partes que tiene el aparato cardiovascular, el corazón y las arterias para entender también cómo puede enfermar.

06:54
Samantha Wasniewski. ¿Cuáles son los factores de riesgo que afectan la salud del corazón y qué consejos podemos dar para mantener un corazón sano y evitar la aparición de enfermedad cardiovascular?

07:06
Leticia Fernández-Friera. Hay dos grandes grupos de factores de riesgo. ¿Qué hace que nuestro corazón se ponga malo? Están todos esos factores de riesgo que llamamos clásicos, tradicionales, que todos deberíamos conocer. No podemos ocultarnos a ellos. Y hay otros factores de riesgo que llamamos emergentes, que no son tan habituales y que hoy en día se está investigando mucho sobre ellos. Dentro de los clásicos o tradicionales tenemos la hipertensión arterial, que son cifras de tensión arterial mantenidas en el tiempo altas, a la presión a la que están sometidas las arterias de nuestro cuerpo, tener niveles altos de colesterol, centrándonos en el colesterol malo que llamamos, el LDL, ese es el que tenemos que mirar en nuestras analíticas, tener el azúcar alto en sangre, la diabetes, que hay dos tipos de diabetes: la diabetes tipo uno del niño, que es porque no tiene la hormona, la insulina que hace que el azúcar desaparezca de nuestra sangre o la diabetes tipo dos del adulto, del obeso, que es aquella persona que tiene insulina, tiene esa hormona, pero no funciona bien. La consecuencia es que sube el azúcar en sangre y ese azúcar es peligroso para la salud de nuestro corazón. Además, el tabaquismo. Intentemos no fumar, no entremos en hábitos tóxicos. Y el quinto factor de riesgo, porque hemos dicho hipertensión arterial, Diabetes Mellitus, colesterol alto y tabaquismo, sería la obesidad. La obesidad, la gran pandemia del siglo XXI, que lleva asociado un estilo de vida sedentario, el no movernos, y una alimentación inapropiada. Eso serían los cinco factores de riesgo que todos más o menos conocemos y que sabemos que cuando vamos a ir al cardiólogo nos va a tirar de las orejas y va a decir: «Tienes que mantener tus factores de riesgo a raya».

08:54

Pero hay otros factores de riesgo emergentes, más modernos que comentábamos, como sería el sueño, influye no solo la cantidad de sueño, sino la calidad de nuestro sueño también, que no nos despertemos muchas veces durante la noche, que diríamos que es un sueño fragmentado, aspectos psicosociales, nuestra personalidad. ¿Cómo somos? ¿Somos exigentes? ¿Somos perfeccionistas? No tendemos a concentrarnos. Todos estos rasgos de la personalidad influyen también sobre nuestra salud cardiovascular y que entremos en círculos buenos o en círculos no buenos. Otro aspecto también importante es el estrés. Se ha demostrado que aumentan los infartos dos horas antes de un evento de estrés más que si estamos en condiciones normales, por lo que el estrés también es importante de manejar. Otros factores también, como el medioambiental, la contaminación. También se sabe que en sitios que hay menos contaminación se desarrolla menos enfermedad cardiovascular y otros factores, que siempre me gusta hablar de ellos, que son factores más femeninos, que son factores hormonales, que tienen que ver, básicamente, con el nivel de estrógenos que tenemos. Entonces, todos esos momentos de la vida en que tenemos poco estrógeno, por ejemplo, en la menopausia, o poca cantidad, o nuestras hormonas están alteradas, por ejemplo, procesos de enfermedad durante el embarazo también pueden incrementar el riesgo a desarrollar una enfermedad cardiovascular. Y ya, por último, también, que creo que es importante mencionarlo de forma educativa, es las enfermedades inflamatorias. Es decir, ¿qué es la inflamación? Pues son esos procesos que hacen que nuestras placas de colesterol dentro de las arterias crezcan más o se puedan romper, por ejemplo, enfermedades inflamatorias, la psoriasis u otras enfermedades autoinmunes. O sea que hay un montón de deberes y de factores de riesgo y lo más importante, el mensaje, es que tenemos que conocerlos, ir poquito a poco siendo asesorados por nuestro cardiólogo para controlarlos.

11:04
Samantha Wasniewski. Entonces, en resumen, detectarlos a tiempo. Sea cual sea el factor de riesgo, detectarlo a tiempo y actuar sobre él, ¿verdad?

11:10
Leticia Fernández-Friera. Perfectamente. Y no tener miedo, porque es mejor saberlo antes que no después, cuando no podemos poner una solución y antes es muy sencillo. Cuando estamos sanos es cuando nos tenemos que cuidar.

11:24
Samantha Wasniewski. Leticia, y ¿qué consejos podemos dar para mantener un corazón sano y evitar la aparición de enfermedad cardiovascular?

11:31
Leticia Fernández-Friera. Pues mira, Samantha, es curioso porque en un mundo tan tecnológico, que progresa tan rápido y que vamos todos tan acelerados, tenemos que volver a nuestros orígenes. Tenemos que volver a las cosas más sencillas, que son las que realmente van a cuidar más de nuestro corazón, que son movernos y comer mejor. Estilo de vida. Algo que parece tan sencillo y que es tan difícil, es lo más difícil de hacer. Yo tengo muchos pacientes en la consulta que vienen: «Doctora, deme una pastilla. Yo tengo el colesterol alto. Prefiero una pastilla que no tener que ir a correr o hacer deporte todas las semanas». Ahí está la clave, en el estilo de vida. Es lo más difícil. Fijémonos que lo más sencillo… Ejercicio físico no quiere decir tener que hacer todos los días una maratón. Actividad física, yo hablaría mejor. Lo que es movernos, subir escaleras, ir andando a recoger a los niños, ir a dar un paseo con nuestros amigos… Cualquier actividad física suma, preferible si nos gusta, porque nos va a enganchar y la idea es hacerlo mantenido en el tiempo, no hacer una semana porque es Año Nuevo y me he puesto un propósito este año que voy a hacer deporte. No, interiorizarlo, meterlo en nuestra agenda. Es bonito, yo siempre le digo a mis pacientes y alumnos: «A ver, ¿qué agenda tienes esta semana?», «Tengo una reunión, tengo que ir a buscar los niños…». ¿Dónde está el deporte? Y además hay que pautar el deporte con minutos, con duración, con tipo de deporte. «Pues mira, te voy a pautar, por ejemplo, una pastilla para el colesterol equis, pero te voy a pautar también 20 minutos de ejercicio físico. Y ¿de qué ejercicio físico te gusta? ¿Te gusta andar? ¿Te gusta correr? Esto, los lunes de seis a seis y media o de ocho a ocho y media».

13:24

O sea, que hay que incorporarlo en tu agenda, en tu horario, como el que incorpora una reunión de trabajo. Lo mismo. Eso del ejercicio físico y de comer… Qué difícil, qué difícil en los tiempos que vivimos, que parece que comer es una forma de satisfacer otras presiones colaterales que tenemos, una escapatoria. Al final ahí es importante entrar en los colegios, en los niños, saber aprender todos a comer, comer con color, fruta, verdura, hacerlo divertido y poner el foco ahí, no prohibir cosas, las prohibiciones siempre son malas, sino disminuir cantidades. Intentar también saber educar muy bien lo que es bueno y lo que no es tan bueno para poder dosificarlo. Pero me centraría sobre todo en estilo de vida, ejercicio y alimentación. Y otra cosa fundamental, que muchas veces se nos olvida, y es priorizar nuestra salud. Yo, a veces, a los pacientes, a los amigos: «¿Tú te quieres cuidar realmente o realmente tú piensas que la salud siempre te va a acompañar?». A lo mejor no, la damos por hecho, pero es que, si no tenemos salud, el resto sobra. Entonces aquí hay que ser muy sincero con uno mismo y pensar qué propósito de vida tenemos, que eso sí que nos lo inculcan, qué propósito de vida tenemos, pero qué propósito de salud tengo conmigo mismo y con los que me quieren. Porque ya no solo me tengo que cuidar por mí, sino que me tengo que cuidar por mi entorno, por mis niños. Eso es fundamental. Priorizar tu salud y dedicarle tiempo a tu salud. Si no, estamos perdidos. Al final es una cuestión de tiempo y de inversión en lo que consideramos importante. Y nuestra salud es el punto uno de importancia en nuestras vidas, aunque lo oigamos mucho.

15:23

Pero eso lo tenemos que interiorizar cada uno en mensajes, en conversaciones internas que tengamos por la mañana, por la noche, en silencio y analizarnos cómo estamos viviendo y cómo podemos mejorar y qué pequeños trucos podemos incluir en nuestra rutina y que nos gusten. Porque otro aspecto muy importante a la hora de consejos de cuidarnos, aparte de ejercicio físico, alimentación y priorizar nuestra salud, es nuestro entorno. Hay un estudio muy bonito de la doctora Malissa Wood, del libro Thinfluence, que muestra o cuenta la historia de una mujer sana, delgada, con buen estilo de vida, que está trabajando en una ciudad y no tiene ningún problema, ninguna enfermedad cardiovascular. La trasladan de ciudad, de estado. Cambia totalmente su entorno. Ya no es culpa de ella, como intentamos decir a veces a las personas obesas: «Es culpa tuya». No, no, a veces no es culpa tuya, es culpa de tu entorno. Y más que culpabilizar, hay que buscar cómo podemos mejorar esas causas que hacen que no nos cuidemos. Esta historia, esta chica se cambia de estado, su entorno es completamente diferente, que es un círculo no tan positivo, y empieza a ganar peso. Empieza a no hacer deporte y eso al final repercute de forma muy nociva en la salud cardiovascular. Por lo tanto, nuestro entorno es crítico para cuidar de nuestro corazón y de nuestra salud. Y otros consejos también que diría a las chicas, a las jóvenes, a las mujeres, que parece un poquito que estamos olvidados de este entorno de la prevención o por lo menos todas las guías o los documentos no han dedicado tanto estudio y tanta dedicación a decir qué es lo que tenemos que hacer. Pues cuidarnos. A parte de factores de riesgo clásicos que conocemos: la tensión arterial, el tabaquismo, el colesterol y el azúcar, controlar esos factores anexos a nuestro ciclo evolutivo. Por ejemplo, en el embarazo. En el embarazo puede subir la tensión arterial o el azúcar, se produce la preeclampsia si es la hipertensión arterial o la diabetes gestacional. No solamente fijarnos en esos problemas durante el embarazo, sino que tenemos que seguirlo en el tiempo, porque podemos tener más riesgo de desarrollar hipertensión arterial o diabetes cuando nos hacemos mayores. Otra época muy importante, en la menopausia. No tiene que ser un tema tabú, es un tema que tenemos que normalizar, saber a lo que nos enfrentamos y saber que es un momento en el que los estrógenos, que son unas hormonas mágicas que protegen a la mujer de tener un infarto, pues se reducen en cantidad y su calidad es diferente. Entonces es un momento que estamos más en riesgo y quizá es un buen momento para acudir al cardiólogo, a unidades específicas de mujer, para revisarnos nuestro corazón. Igual que revisamos el coche o revisamos la casa, pues en la menopausia, incidir que es una época importante para revisarnos el corazón. Y ese sería pues otro consejo a añadir también a los principales. Estilo de vida, lo más sencillo pero lo más difícil.

La mejor cardióloga de España nos explica cómo cuidar mejor nuestro corazón. Leticia Fernández-Friera
18:42
Samantha Wasniewski. Definitivamente, lo más difícil. Sobre todo, con el ritmo de vida que llevamos en el día a día. Como ahora cada vez sabemos más sobre cómo funciona el corazón y cómo se deteriora, ¿qué descubrimientos recientes destacarías?

18:59
Leticia Fernández-Friera. La cardiología está en continua evolución. Nunca para. Siempre hay descubrimientos por hacer. Quizá destacaría toda la parte de la tecnología de imagen cardiovascular. Es un campo fascinante que en los últimos años ha sufrido una expansión en conocimiento y en desarrollo, es el campo al que yo me dedico. Y básicamente es porque la imagen, a fecha actual, nos permite detectar y visualizar la enfermedad, nos permite hacer un diagnóstico preciso. Podemos ver con nuestros propios ojos qué es lo que está ocurriendo dentro de nuestro cuerpo. Y os voy a contar una historia muy bonita, porque la imagen, además, nos ayuda a comunicarnos mejor con los pacientes. Recuerdo un día, que creo que es uno de los momentos más especiales de mi vida, cuando en la consulta pude hacer uso de todas estas técnicas de imagen, que son al final fotografías de nuestro corazón y de nuestras arterias. Había investigado en Boston, en Nueva York, con todos los equipos de ingeniería y hoy, a fecha actual, tenía la posibilidad de, en frente mío, con la paciente, aterrizar toda esa investigación a la clínica y poder enseñarle la imagen y poder explicarle mucho mejor lo que estaba ocurriendo dentro de su corazón. Y además podía predecir el futuro, podía decir qué es lo que iba a ocurrir e incluso adelantarnos a la enfermedad, tener una ventana de oportunidades, porque hoy en día podemos hacer un mapa de nuestra salud cardiovascular, ver el corazón y ver las arterias. Quizás sería uno de los campos de mayor desarrollo. Y otro campo también muy importante que me gustaría destacar es el escenario del tratamiento.

20:49

Antes había pacientes que no tenían cura, enfermedades que no les podíamos ofrecer ninguna solución. Pero hoy en día existen tratamientos que podemos ayudarles y cuidarles y mejorar su calidad de vida. Y más bonito aún es que hay tratamientos que ya no son tan agresivos. Por ejemplo, ya no tenemos que abrir el tórax a un paciente para resolver un problema, sino que hay técnicas, dispositivos, prótesis que podemos utilizar mínimamente invasivas con catéteres y podemos llegar hasta el corazón y reemplazarles y curarles la enfermedad. Ese ha sido un adelanto muy importante de tratamientos que llamamos percutáneos, es decir, que se hacen a través de catéteres. Otra faceta de tratamientos muy importantes han sido todos esos tratamientos que faciliten que el paciente pueda continuar con el tratamiento, es decir, que incrementa la adherencia del paciente al tratamiento, es decir, la posibilidad de pincharnos un fármaco frente al colesterol dos veces al año y nos olvidamos del colesterol, porque son fármacos y tratamientos que actúan directamente sobre la célula, la modifican, tiene muchos menos efectos secundarios y facilita mucho su posología, por ejemplo, tratamientos también frente a la obesidad, frente a la diabetes, que se pinchan, son subcutáneos y facilitan muchísimo todo ese rol de tener que tomar pastillas todos los días.

22:23
Samantha Wasniewski. Realmente facilitan la vida al paciente y a nosotros, ¿verdad?

22:26
Leticia Fernández-Friera. Totalmente. Y es muy importante tener siempre presente que todos estos avances no solo deben quedar en la investigación, sino que lo tenemos que transmitir a los que vienen detrás. Ahí la figura del mentor. Todos hemos tenido mentores que son muy importantes en nuestra vida, yo he tenido varios mentores, y hay que ser mentor al principio, en estadios medios de tu carrera y también al final, cuando nuestros alumnos crecen y se desarrollan.

22:52
Samantha Wasniewski. Y hablemos ahora del conocimiento que tienen nuestros jóvenes y niños sobre el corazón. ¿Cómo podemos educar a los más pequeños en este aspecto?

23:03
Leticia Fernández-Friera. Aquí, Samantha, entran en juego dos figuras fundamentales, que serían la figura del profesor en los colegios y la figura de los padres. Tenemos que buscar aliados de nosotros, de los médicos, ya lo hemos hablado muchas veces. Los colegios son fundamentales, sobre todo cuando los niños son pequeños. Es como, por ejemplo, los idiomas. Siempre queremos enseñarles inglés, francés cuando son muy muy pequeños, para que lo interioricen. Lo mismo con la salud cardiovascular, lo mismo con la enfermedad cardiovascular, con los síntomas. Desde pequeñitos, cuando lo aprenden en esas fases, lo van a seguir desarrollando durante toda su vida. Para entrar en los colegios tenemos que tener aliados con los profesores. Los profesores tienen una labor fundamental. Nosotros hemos ido muchas veces a los colegios a educar a los niños y también a los profesores. A hacer terapia de grupo. Me acuerdo en aquel colegio, en el colegio, yo soy madre de tres niños, entonces, como os podéis imaginar, estamos muy sensibilizados. Estoy muy sensibilizada con el colegio y hemos ido al colegio a educarles, a enseñarles cómo tienen que comer, cómo tienen que moverse y hacerlo a través del juego. Hacerlo a través de actividades que ellos puedan tocar, que sean plásticas, como dijimos. En mi opinión, es importante enseñar a los niños desde muy pequeños y a los jóvenes cómo podrían reaccionar si hay alguna persona a su alrededor que está teniendo un problema del corazón. En primer lugar, sería no asustarse, porque ellos mismos pueden ser en esos momentos salvadores, médicos de esa persona porque, a menudo, cuanto más tiempo pase hasta que esa persona acude a un cardiólogo, a un médico, el daño es mayor.

24:54

Entonces les aconsejaría que no se queden paralizados, sino que intenten actuar. La primera forma de actuar es pedir ayuda en tu entorno, porque parece algo muy sencillo, pero, cuando nos bloquea el miedo, nos quedamos quietos y no hacemos nada. Entonces, como niño pequeño, como adolescente, es pedir ayuda en nuestro entorno. ¿Quién hay a nuestro alrededor? Y, en segundo lugar, es muy importante que, tanto en los colegios como en las universidades, incluso en las empresas donde trabajamos, haya cursos de primeros auxilios, de qué hacer, cómo actuar, porque hay maniobras muy sencillas que deberíamos todos conocer y que podrían salvar vidas, como una maniobra respiratoria, cuando una persona también se queda atragantada, o como intentar dar un masaje, dando unas presiones sobre el corazón, que puede ayudar a salvar muchas vidas. Todo eso lo deberíamos normalizar, como el que aprende a andar en bicicleta, el que aprende a lavarse los dientes. Nos deberían enseñar. Y ahí nuestra misión como maestros, como cardiólogos, como profesores, es transmitir a los más pequeños qué tienen que hacer. Esa es la figura de los colegios, fundamental, y del educador o profesor. La otra figura de los padres. Es curioso, porque a lo mejor deberíamos los padres seguir el ejemplo de los niños y aprovechar que tenemos niños en casa para cuidarnos más. Hemos hecho estudios en Estados Unidos y aquí en Madrid y en Latinoamérica, en los que se demuestra que los niños tienen un impacto para cambiar el estilo de vida sobre los padres mucho más fuerte que los padres sobre ellos mismos. Entonces, aprovechémonos de esa dinámica de casa, de saber, de inculcarles qué es lo que tienen que hacer a los niños. Una anécdota que me gustaría aquí sacar en relación a los colegios y a la educación y llevarla al terreno personal, es… Pues mi hijo mediano tiene compañeros en el colegio y que saben que su mamá se dedica a cuidar el corazón de las personas y ese es mi propósito de vida. Y un amigo me dijo: «Vamos a hacer una entrevista para el colegio», y me gustó mucho la idea, porque compartir las enseñanzas y estos mensajes a ese nivel educativo pues podía ayudar a otras personas. Quiero decir que todos nos tenemos que mirar dentro y mirar que podemos aportar y que podemos hacer a nivel de colegio, de padres e incluso también en las universidades.

La mejor cardióloga de España nos explica cómo cuidar mejor nuestro corazón. Leticia Fernández-Friera
27:36
Samantha Wasniewski. Uno de los mitos más extendidos en nuestro entorno es que el infarto es cosa de hombres, pero sabemos que las mujeres también pueden sufrir un infarto, aunque a veces este se presente de forma un poquito diferente a la del hombre. ¿Podrías explicar estas diferencias?

27:56
Leticia Fernández-Friera. Tradicionalmente, todos pensamos que los infartos son solo de hombres, pero sabemos a fecha actual que es la primera causa de mortalidad en las mujeres. Ese es un desconocimiento que no nos podemos permitir. Tenemos que transmitir esta información para que todo aquel que nos esté escuchando sepa que la mujer tiene un corazón, que hay que cuidarlo y que puede sufrir igual que el corazón de un hombre. Nos han hecho mucho daño las estadísticas, los ensayos clínicos que han incluido la mayoría de las veces a población masculina, excluyendo la población femenina, la educación, la transmisión, los roles, pero ahora es el momento de cambiarlo y tenemos la capacidad todos de transmitir esa información a todo el mundo. Pero es verdad que hay diferencias del infarto en una mujer y en un hombre, y eso hay que saberlo. No enferma igual. Las causas por las que se produce el daño en el músculo del corazón, en el miocardio, en el hombre suelen ser porque se ocluye la arteria que hablábamos, la arteria que va al corazón, entonces no llega sangre, no llega agua a ese músculo, a ese jardín y entonces, pues desafortunadamente existe un daño irreversible al corazón. En cambio, en la mujer, la mayoría de los infartos no es porque se ocluye la arteria grande, sino porque hay otras arterias más pequeñitas que se pueden dañar. Hay distintas causas diferentes. Eso, por un lado. Por otro lado, los síntomas que tiene el infarto en una mujer y en un hombre a veces pueden ser diferentes. Los síntomas típicos del infarto que todos conocemos es que nos duela el pecho, una presión que nos apriete y que ese dolor se irradia al brazo. Eso es lo típico. Pero las mujeres, además de poder tener ese síntoma, pueden tener otros síntomas diferentes, como que les duela la mandíbula, que les duela la boca del estómago, que tengan un desvanecimiento muy importante, que les duela la espalda, sudor, vómitos, falta de aire…

30:10

Es decir, el mensaje es que hay que reconocer esos otros síntomas que pueden ser potenciales de que nos esté ocurriendo un infarto y que, por no tener los síntomas típicos de la presión o el dolor en el pecho, podemos excluir 100% que estamos teniendo un infarto. Entonces decíamos: la cultura y las tradiciones, la desinformación, los síntomas y también los factores de riesgo. Puede haber distintos factores de riesgo cardiovasculares en la mujer y en el hombre. Hablábamos de los factores clásicos, que pueden estar en la mujer y en el hombre, y hablamos de otros factores no clásicos o emergentes, como son aquellos relacionados con las hormonas. Por ejemplo, uno de los factores de riesgo asociados a la mujer puede ser, durante el embarazo, que tengamos la tensión alta, que se llama preeclampsia, o el azúcar alto, que se llama diabetes. Todo eso hay que controlarlo y a la larga puede dañar nuestro corazón y nuestras arterias en una forma importante sobre la que se está investigando. Por lo tanto, primero, que toda la mujer sea consciente que ellas pueden tener un infarto y que existen diferencias que debemos conocer en cuanto a síntomas, factores de riesgo y de cómo se desarrolla la enfermedad como tal.

31:30
Samantha Wasniewski. Y parece que las mujeres tardan más en acudir a urgencias o a consultar con su médico cuando se encuentran mal. ¿Por qué crees que ocurre esto?

31:42
Leticia Fernández-Friera. Básicamente, Samantha, es porque la mujer no se siente vulnerable a que puede tener un infarto. Es como: «No, no, si yo voy con mi marido al cardiólogo, pero yo ir al cardiólogo no lo necesito». Entonces, si tú no identificas que puedes tener un problema, jamás vas a consultar por ese problema. Eso, por un lado. Y ahora te voy a hablar como mujer y luego te voy a hablar como cardióloga. Como mujer, porque como mujer nos tendemos a echar todo a nuestra espalda. Tenemos ese rol mágico de cuidadoras, de superwoman, que minimizamos las cosas que nos ocurren y que podemos con todo. Eso es bueno, pero también juega en nuestra contra a la hora de priorizar nuestra salud. Y ¿qué ocurre como cardióloga? Como cardióloga viene el aspecto informativo y que te tengo que contar qué síntomas tienes, qué es lo que te ocurre, qué es lo que tienes que hacer, cómo puedes ir al médico a consultar que tienes que priorizar tu salud. Y ese es un trabajo también que tenemos que hacer con los profesionales de salud, con los propios médicos, para que sean ellos los que eduquen a los otros médicos y a las pacientes a reconocer. Un aspecto que me gustaría incidir es que es muy importante que, si una mujer está teniendo los síntomas, acuda a consultarlo, no tenga miedo, no se los quede para ella, porque cuanto más tiempo tarde en consultarlo, más daño podrá tener ese corazón. Ante cualquier síntoma, ante cualquier sospecha de que pueda estar teniendo un infarto, una arritmia, hay que acudir a consultarlo, incluso a consultas específicas, unidades específicas donde ellos sean, los profesionales, los que descarten la posibilidad de que puedas estar sufriendo un infarto. Está demostrado que la mujer acude unos 20 minutos más tarde que el hombre a cualquier servicio de urgencias o a consultarlo y, cuanto más tiempo pase, más daño habrá en ese corazón. Fundamental: actuar a tiempo, no tener miedo. Cuanto más esperemos, más miedo tengamos, peor será, porque las consecuencias serán mayores. Si actuamos antes, podremos poner una solución mejor y más precoz, por lo que actuaremos de forma más eficaz.

34:04
Samantha Wasniewski. Por tanto, no quitarle importancia a síntomas que pueden ser señal de algo grave, ¿verdad?

34:10
Leticia Fernández-Friera. Efectivamente.

34:11
Samantha Wasniewski. La enfermedad cardiovascular mata a 8000 mujeres más que hombres al año, pero parece una enfermedad silenciosa. ¿Nos puedes hablar del proyecto que has puesto en marcha, Corazón de mujer?

34:27
Leticia Fernández-Friera. Corazón de mujer. Corazón de mujer es un proyecto inspirador, vocacional, que liga un poquito con toda la trayectoria que he tenido la oportunidad de realizar en relación a la enfermedad cardiovascular de la mujer. ¿Cuál es el objetivo de Corazón de mujer? Es fácil. Las mismas palabras lo dicen: concienciar a toda la sociedad de la importancia de la enfermedad cardiovascular en la mujer. Dar consejos. Qué tenemos que hacer para cuidar nuestro corazón como mujer, pero también como hombre, porque todos los hombres tienen una mujer cerca a la que aman. Es responsabilidad de todos y educar también en todos estos aspectos que estamos hablando, de los diferentes síntomas del infarto, de los diferentes factores de riesgo. Este movimiento está inspirado realmente en el movimiento americano de Go Red for Women, que realmente tuve la oportunidad de ser pionera hace 18 años, cuando estuve formándome allí y coincidí con la doctora Malissa Wood, que es la directora de la Unidad de Mujer de la Universidad de Harvard, y empezábamos, por las calles, a intentar transmitir a cualquier persona que las mujeres tienen corazón y que lo tienen que cuidar. De hecho, se instauró un día al año en el que todas las mujeres nos vestimos de rojo, por eso hoy vengo vestida de rojo, para no solo educar con las palabras, sino también con la indumentaria, porque no se podía permitir que los números, las estadísticas de la enfermedad cardiovascular de la mujer iban a peor, mientras que las estadísticas de mortalidad, de morbilidad o enfermedad en los hombres iban a mejor. Entonces hay algo ahí que no estábamos haciendo bien y que se nos escapaba. Y cuando regresé aquí a España, eché de menos ese tipo de actuaciones, que nos juntemos todos con una misión. Uno solo no puede hacer nada. Lo que necesitamos es ser muchos. Cuantos más seamos, mejor. Y se me ocurrió emprender Corazón de mujer en España. Y por eso, una de las acciones que hemos realizado con Corazón de mujer ha sido invitar a la doctora Malissa Wood, a la cual le ha fascinado y nos ha felicitado por esta labor innovadora que también queremos desarrollar en España. Y es un movimiento que no solamente pretende concienciar y divulgar, que es fundamental, sino que tiene varios pilares principales y que me gustaría resaltar.

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Un pilar es mejorar la asistencia clínica a las mujeres. Poner el foco más en cuidar su corazón, tanto desde la salud, cuando nos encontramos bien, como desde la enfermedad, cuando nuestro corazón ya empieza a ponerse malito. Crear unidades específicas de mujer por profesionales que nos hayamos formado en la salud de la mujer y unas unidades multidisciplinares, que intervenga el ginecólogo, que también está implicado en la salud de la mujer, que intervenga el endocrino con todo el tema de las hormonas, que intervenga el neurólogo por todo el tema del ictus, es decir, que trabajemos en equipo en estas unidades y que eso lo llevemos de forma global, no solamente en nuestra ciudad. La parte asistencial, crítica. Otra parte crítica es la investigación, la investigación, que haya más preguntas para responder sobre la enfermedad cardiovascular de la mujer, que haya más recursos para que se investigue sobre ellos, porque muchas veces desconocemos qué tratamientos debemos utilizar en la mujer comparado al hombre, asumimos que los tratamientos funcionan igual en un corazón de mujer y de hombre, pero no tiene que ser siempre así, sobre todo si hay distintas causas de la enfermedad. O, mismamente, las dosis de los fármacos. Manejamos las mismas dosis y la mujer tiene otro sistema inflamatorio e inmunológico que debemos tener presente. Entonces esa vertiente de investigación también es fundamental. Y luego, por supuesto, la vertiente social, de divulgación, de concienciar a la sociedad de que tenemos que ponernos todos de rojo, que todos tenemos una responsabilidad aquí y nadie se puede escapar a esto. Y, además, que está comprobado que, si hacemos bien las cosas, conseguiríamos prevenir un 80% de enfermedad cardiovascular. Eso es mucho, un 80% de enfermedad cardiovascular. Yo proyecto, a veces lo pienso y lo reflexiono para mí y digo: «Ojalá algún día me quedé sin trabajo. Ojalá ya no tenga enfermedades que tratar. Ojalá actuemos cuando estemos todos bien, porque ahí es el único impacto que vamos a poder conseguir desde la salud para seguir encontrándonos bien hoy, mañana y pasado mañana».

La mejor cardióloga de España nos explica cómo cuidar mejor nuestro corazón. Leticia Fernández-Friera
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Samantha Wasniewski. Leticia, me gustaría ahora que nos hablaras de tu proyecto de investigación que se llama Wake Up, en el que trabajamos con mucha ilusión. ¿Podrías contarnos en qué consiste?

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Leticia Fernández-Friera. ¿Qué significa Wake Up? Despertar. ¿Qué queremos? Que despierte todo el mundo a este problema, sobre todo porque tiene solución. Hay problemas que desgraciadamente no podemos resolver, pero esta situación se puede mejorar. Cuando hay una perspectiva, una ventana de oportunidad para mejorar algo que no está bien eso es maravilloso, eso es un reto. Y ahí queremos entrar con Wake Up. Wake Up lo que busca es promocionar la salud de la mujer y nos cambiamos al bando de la salud. Vamos a intentar evitar conceptos que nos traen malos sentimientos como es la enfermedad. Si hablamos de prevenir la enfermedad, parece que ya estamos en una posición un poquito pesimistas. En cambio, cuando hablamos de promoción de la salud, estamos en un ámbito más positivo. Es lo que quiere buscar Wake Up. Vamos a promocionar la salud, a intentar mejorar las cosas que ahora no están funcionando. Y ¿qué no está funcionando? Pues no está funcionando decirle al paciente: «Deja de fumar, come bien y haz deporte». Eso vemos, Samantha, todos los días, que no funciona. Dicen: «Sí, sí», pero se van y es muy difícil llevarlo a cabo. Entonces hemos pensado que vamos a introducir nuevos cómplices, nuevas estrategias, herramientas que nos ayuden, porque ya no tenemos fuerza con la palabra. Necesitamos algo más. El proyecto Wake Up nos va a permitir ver nuestras arterias por dentro. Ver si tenemos ya formadas las placas de colesterol dentro de las arterias y qué podemos hacer para modificar nuestro estilo de vida.

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Nuestra idea surgió cuando nos dimos cuenta, efectivamente, que las mujeres no cambiaban su estilo de vida, aunque nosotros les dijéramos que tenían que cambiar. Pensamos: «Quizá, si les enseñamos cómo están sus arterias por dentro, si hay placas de colesterol o no, les motive a cambiar su estilo de vida». A través de una fotografía, de una imagen, ver su arteria por dentro, podemos ejercer un mayor impacto. Esa es la idea de Wake up. Entonces lo que queremos es incluir mujeres en las que podamos cambiar algo, que tengan al menos un factor de riesgo, les hacemos cuestionarios de salud, cuestionarios de sueño, cuestionarios psicosociales, de alimentación, de ejercicio físico, de hábitos tóxicos. Vemos también cómo está su colesterol en sangre, el azúcar, factores inflamatorios. Y a un grupo de mujeres les hacemos la imagen, la ecografía para ver si hay placas de colesterol, y a otro grupo no le hacemos imagen. Y lo que queremos es comparar en el grupo que le hacemos la imagen con el grupo en el que no lo hacemos la imagen vascular bajo la hipótesis o la sospecha que conseguiremos más cambios en el grupo de mujeres que la hacemos la imagen vascular, porque serán testigos de sus propias arterias. Esta imagen vascular que utilizamos en Wake Up, de hecho, la utilizamos en nuestro día a día. En mi consulta utilizo la ecografía vascular para ver las arterias y motivar a los pacientes que pueden cambiar, que tienen que cambiar, porque ya tienen placas de colesterol.

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Incluso a los propios cardiólogos nos ayuda a decidir si tenemos que empezar a realizar un tratamiento o no, podemos esperar, o a decir el riesgo preciso que tiene esa enfermedad. La ecografía es como la ecografía que se hace a las embarazadas. Es lo mismo, pero se hace simplemente en las arterias de tu cuerpo y te da muchísima información. Y eso, los cardiólogos, sobre todo los que tenemos formación de fuera y que nos hemos formado en ello, la utilizamos en nuestro día a día, fundamentalmente en unidades específicas dirigidas a la mujer. Y el Wake Up está ahora mismo abierto a que se apunte toda aquella persona mujer que tenga al menos un factor de riesgo hipertensión, colesterol alto, azúcar, está invitada a participar y nosotros nos encargamos de todo el proceso de selección, de ejecución del proyecto. Es muy sencillo, lo estamos realizando aquí en Madrid, en la Clínica ATRIA, les vamos monitorizando las visitas y se pueden poner en contacto con nosotros, cualquier mujer es bienvenida. De hecho, necesitamos mujeres para para seguir investigando toda esta parte. Además, les complementamos la parte de analítica que hacemos en el hospital HM Hospitales y que lo podemos referenciar y desarrollar en Madrid.

45:07
Samantha Wasniewski. Como dicen: «Una imagen vale más que mil palabras», ¿verdad?

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Leticia Fernández-Friera. Efectivamente, es ver para creer, porque, por mucho que nosotros les digamos que hay un riesgo, que pueden desarrollar enfermedad y que tienen que cambiar, hasta que no lo veas en una imagen no te lo crees.

45:25
Samantha Wasniewski. Leticia, y para concluir, ¿recuerdas alguna historia que te haya impactado especialmente a ti como doctora en tu trayectoria?

45:35
Leticia Fernández-Friera. Es una pregunta muy bonita. A menudo nos acordamos de las historias más tristes, desgraciadamente, pero también hay historias muy bonitas. Me viene a la mente la historia muy bonita de una mujer joven, que estaba en sus 40 años, aparentemente sana y que vino a mi consulta a hacerse una revisión, porque como ya entraba en la década de los 40, pues le preocupaba un poquito cuidarse. Preguntándole si se encontraba bien, la verdad que no percibí que había ningún problema, pero sí que ella siempre se describía como como una persona que la habían achacado de floja, de que no aguantaba mucho, no toleraba mucho el deporte, con tendencia un poquito a más debilidad, lo cual me llamó un poco la atención. Entonces, dentro de nuestro protocolo de evaluación del corazón y de las arterias, le empezamos a hacer la ecografía con una tecnología que hoy en día ya disponemos, que, lo que estamos diciendo, pues lo bueno que es investigar, avanzar en el conocimiento, porque eso luego lo aterrizaremos a nuestros pacientes, y, con esta tecnología, detectamos un problema muy importante en el corazón, un problema que, si no lo hubiéramos detectado, esa mujer joven, aparentemente sana, hubiera acabado en trasplante cardíaco. Era un problema que llevaba arrastrando desde el nacimiento y que podía pasar desapercibido si no afinamos tanto con las herramientas que tenemos hoy en día y en todo el interrogatorio y en las unidades específicas de mujer que estamos desarrollando. Me consta que lleva una vida totalmente normal, que hemos podido tratarla a tiempo y que es embajadora de todos los mensajes de Corazón de mujer, porque, como mujer, ella y todas tenemos que escuchar a nuestro corazón como el lema que tenemos también de Corazón de mujer: «Escucha tu corazón, educa tu corazón. Enséñale. Valora tu corazón. Muévete, mueve tu corazón y alimenta tu corazón».

48:05
Samantha Wasniewski. Muchas gracias, Leticia. Ha sido un placer y un rato muy agradable contigo hablando de estos temas que nos apasionan y muchas gracias.

48:17
Leticia Fernández-Friera. Espero sinceramente, Samantha, que todas nuestras conversaciones sirvan para inspirar a esos jóvenes, a esas personas que nos están escuchando en todo el mundo, en Argentina, en Colombia, en México, todos son partícipes de estos mensajes. Todos somos responsables de llevarlo a casa, de aplicárnoslo en el día a día, de participar en las investigaciones como Wake Up y como otras investigaciones que haya a nivel mundial. Participar en la educación, en los colegios, en los profesores, en la divulgación y mejorar la asistencia clínica. Y doy gracias a todos por Corazón de mujer, por la oportunidad de difundirlo al mundo y de invitar a todos que se sumen a Corazón de mujer.