“Crea tus relaciones desde la sinceridad y la generosidad”
Keith Ferrazzi
“Crea tus relaciones desde la sinceridad y la generosidad”
Keith Ferrazzi
Escritor y coach
Creando oportunidades
“Nunca comas solo”
Keith Ferrazzi Escritor y coach
El valor de las relaciones humanas
Keith Ferrazzi Escritor y coach
Keith Ferrazzi
Vivimos en un mundo hiperconectado, de redes sociales y grupos “online”.
Sin embargo, muchas veces olvidamos las relaciones que más nos deberían importar: las humanas. “Las relaciones humanas pueden transformarse en redes de apoyo esenciales para nuestras vidas, tanto a nivel personal como profesional”. Lo afirma Keith Ferrazzi, coach y emprendedor estadounidense, quien desde muy joven entendió que, cuidando sus relaciones con las personas, podía cambiar su futuro y conseguir sus metas. Para él, el secreto del éxito vital y laboral se basa en crear redes de contacto desde la sinceridad, la generosidad y la ayuda mutua: “El auténtico camino hacia el éxito pasa por crear un círculo de 'relaciones salvavidas'. Relaciones profundas e íntimas con unos pocos individuos clave en los que confías, que te ofrecerán el ánimo y el apoyo mutuo que todos necesitamos para desarrollar al máximo nuestro potencial”, explica.
Keith Ferrazzi es el autor de los éxitos de ventas ‘Nunca comas solo’ (2005) y ‘Tres personas para cambiar tu vida: ¿sabes quién te ayudará a conseguir el éxito?’ (2010). En 2020 publicó su último libro, ‘Liderando sin autoridad’, en el que plantea un modelo alternativo de liderazgo de equipos basado en lo que él llama “co-elevación”: “Todo está interconectado. Nada existe de forma aislada y nadie mejora su vida en soledad. El hombre “hecho a sí mismo” no existe, todos estamos hechos de miles de otros”, concluye.
Transcripción
Mi padre me decía siendo yo niño: “Preséntate en el campo de golf media hora antes”. Yo le decía: “Papá, no habrá nadie, ¿para qué voy a ir allí media hora antes?”. Él dijo: “No, preséntate media hora antes en el campo de golf”. Yo sé que lo hacía porque creía que los inmigrantes debemos tener fuerza, ambiciones, estar ahí, hacer más que el resto y trabajar duro. Y eso hice: me iba al campo de golf media hora antes, y me aburría, paseándome por el campo buscando qué hacer. Y gracias al hecho de llegar antes, veía cómo cortaban la zona por donde se ejecuta el putt. Eso me ayudó a entender mejor los putts. Aprendí cosas como dónde colocaban la bandera, así que podía decir: “No, el agujero está delante o detrás. Necesitas más o menos palo”. No parece mucho, pero me di cuenta de que tenía más información si llegaba antes. Esa mujer, la señora Poland, me asignó el trabajo de caddie, cargando los palos de golf. Después del primer día de trabajo, me preguntó si iría con ella al siguiente día. Eso era positivo porque a veces estaba ahí sentado una semana y solo salía una vez. Ese día gané veinte dólares.
Trabajé dos días seguidos. Dije: “¡Es fantástico, habré trabajado dos días en una semana!”. Y fui con ella por tercer día, y luego por cuarto día. Y al cuarto o quinto día me empezó a preguntar por mis aspiraciones para saber qué quería hacer en el futuro. De donde yo vengo no se iba a la universidad, y yo le dije: “Quiero ir a la universidad”. Ella se quedó con eso, y una semana más tarde, un congresista local vino a jugar al golf con ella. Le había hablado de mí durante la comida en el club de campo. Y él dijo: “Será un placer jugar al golf contigo y conocer a este joven”. Mientras íbamos por el campo de golf, me iba dando consejos. Y luego me invitó a ir a su oficina un día para conocerlo mejor y me abrió su biblioteca para que pudiera estudiar. Me recomendó involucrarme en oratoria y debate en el instituto. Yo le hice caso y acabé yendo a la Universidad de Yale. Y terminé siendo el número uno en los Estados Unidos en oratoria y debate cuando era un chaval.
Te digo todo esto y te estarás preguntando: “¿Por qué demonios la señora Poland hizo todo eso?”. Quizás lo hizo porque yo era buen chico, pero hay muchos buenos chicos. O puedes decir: “Ella también fue pobre y quería ayudar”. Insisto: hay muchos chicos buenos y pobres. La realidad es que lo hizo porque le ayudé a bajar dos puntos su hándicap, llegaba media hora antes al campo de golf y era mejor caddie que nadie. Por lo tanto, lo hizo porque la ayudé. La clave es o bien naces en la riqueza y rodeado de relaciones, o bien decidir con qué diez personas te conviene construir una relación porque será importante para tu futuro y tu éxito. Relaciónate con esas personas con generosidad y ayuda. Conócelas y averigua qué les interesa, qué quieren hacer para lograr el éxito; y luego haz voluntariado en tu tiempo, haz lo que sea para ser útil para estas personas. Y con eso te ganas el derecho a construir una relación. A partir de esta relación construida, estas personas empezarán a ser generosas contigo. En mi caso, eso pasó muy deprisa, a veces lleva más tiempo. Ese tipo de inversión en otros es la que abre puertas. Yo utilicé esa estrategia y filosofía y, a día de hoy, he tenido mucho éxito como emprendedor. He estado muchas veces en la lista de libros más vendidos del New York Times, y todo gracias a la filosofía de poner las relaciones primero.
Eran ideas muy sólidas, y se ofreció voluntario para volar de Filadelfia a Los Ángeles y acercarse a mi producto y a mi empresa. Él no tenía mucho dinero. Cuando lo conocí me pareció un chico muy listo y le ofrecí mi casa para quedarse, le dejé uno de mis coches y él me ofrecía su ayuda. Lo contraté en la empresa y acabó siendo socio del negocio. Al final nos llevábamos tan bien que terminé acogiéndole como hijo adoptivo. Esa relación empezó sin conocernos el uno al otro, fue él quien acudió a mí con generosidad, con la voluntad de ayudar. Y gracias a esa relación se generó una relación personal maravillosa y cercana. He tenido muchos padres y madres adoptivos en mi vida, gente a la que he admirado, mentores, personas que me ofrecieron protección y me ayudaron a avanzar. Y no solo se trata de ellos, se trata de mí, y de la actitud de este chico, Jacobo, para ser ese tipo de persona joven que admira la gente y atrae mentores en su vida. Depende de ti. No te puedes quedar de brazos cruzados diciendo: “¿Quién será mi mentor, por qué mi jefe no me cuida?” Chorradas. Tienes que pasar a la acción y captar la atención de la gente. Ofrecerles un servicio que ellos quieren que se les ofrezca; y eso concede el permiso.
Una vez estás ahí tienes que ser auténtico y cuidadoso, tienes que ser amable, tienes que ser generoso, tienes que asegurarte de que la relación crezca. Y también tienes que ser vulnerable. Yo supe que Jacobo había montado una start-up en Filadelfia que había fracasado. Cuando lo conocí no lo sabía, pero le quedaban solo unas horas para coger un vuelo a España, por el visado y otros temas. Se quedó sin dinero, así que decidió volver a España. Pero cuando él y yo conectamos, le dije: “Sí, ven a Los Ángeles, te pagaré el billete de vuelo”. Yo estaba a horas de distancia, porque él ya estaba en un avión de vuelta a España. Me contó esa historia y me emocionó su vulnerabilidad. Compartió conmigo un fracaso y lo que aprendió de él. Ahí empezó una relación más profunda con un vínculo mucho más fuerte. La gente cree que tienes que ser perfecto, un machote… Pero lo cierto es que tienes que ser auténtico, vulnerable y cercano. Eso aporta lealtad a una relación.
Se trata de la habilidad de usar ese tiempo para generar una relación. Si miras mi página web, puedes ver que tengo una fundación. Quizás puedes hacer voluntariado en la fundación en algunos de los proyectos que tenemos con niños y otras causas. Puedes hacer voluntariado investigando en alguno de mis trabajos. Hay muchas cosas que una persona joven puede hacer para captar mi atención. Pero si eres una de esas personas que manda su currículum, formarás parte de un montón. La cuestión es: cómo destacar a través de la generosidad.
Y me intereso por la respuesta. Formulo preguntas y me intereso por las respuestas. No sé, si estás casado o tienes hijos, o sobre tus padres… Intento saber qué es importante para ti. Haré preguntas como: “¿Cuáles son tus sueños, qué esperas del futuro a nivel profesional o personal, qué cambio quieres ser en el mundo?”. Con estas preguntas, en primer lugar, muestro mi interés hacia ti. Al mismo tiempo, también aprendo más cosas sobre ti para poder ser más generoso, pensar en otras formas de serte útil, distintas formas de ayudarte. “Deberías hacer esto”, “Tengo que presentarte a no sé quién”, etc. “Lo siento por tu hermana, que está enferma, me encantaría presentarte un amigo que tuvo un problema parecido, quizás te ayude”… Si siempre te preguntas “cómo puedo ayudar”, entonces pregúntate: ¿cómo lo hago para conocer mejor a una persona y ser de más ayuda? Es muy fácil, el mismo tiempo que empleamos en hablar de fútbol o algo irrelevante, podemos profundizar y hablar de algo importante.
A veces pones un contacto inspirador en tu lista, alguien que no conseguirás rápida y fácilmente, pero lo pones en la lista y le dices a la gente: “Quiero conocer a fulanito de tal un día”. Algún día te dirán: “Yo lo conozco”. O conocerán a su becario o su asistente y estarán encantados de presentártelo. Vive la vida teniendo claro lo que quieres conseguir y a quién quieres conocer para conseguirlo, y díselo a la gente. Después tienes que hacer lo que decía antes: ser generoso. Siempre sé generoso, porque si la gente sabe que serás generoso, estarán encantados de presentarte a alguien. Si creen que eres un aprovechado o un oportunista, que solo vas a pedir cosas para tu beneficio, no te presentarán a nadie. Pero si tú y yo nos conocemos y yo he sido generoso contigo, he sido atento contigo, he sido considerado contigo, y de repente te encuentras con alguien que tú sabes que yo quiero conocer, dirás: “Tienes que conocer a Keith, es amigo mío”. Porque he sido generoso contigo y quieres pasar esa generosidad a otra persona. La fórmula del plan de acción relacional es muy simple. Centra tus objetivos, localiza a las personas, dirígete a la gente que pueda recomendarte y sé lo más generoso que puedas, como Jacobo hizo conmigo: no me conocía, me ofreció algo sin conocerme y acepté porque su oferta era muy generosa e importante para mí.
Él hizo su investigación. Tienes que prepararte antes informándote. También hay que asegurarse de que conectas con la gente que conecta con otra gente. Hay gente que tiene conexiones profundas, a menudo gracias a su trabajo, como los abogados o los contables, que conocen a mucha gente. O tal vez están orientados a hacer networking de forma natural y conocen a mucha gente. Asegúrate de que identificas a esa gente que conoce a mucha gente y conócelos bien porque te abrirán las puertas a mucha otra gente.
Ahora le estoy asesorando como amigo para empezar de cero, y es difícil hacerlo a los cincuenta y tantos, como es su caso. Pero mi consejo para todo el mundo es empezar temprano y construir relaciones antes de necesitarlas. Mucha gente se queda sin trabajo: “Madre mía, tengo que empezar a hacer contactos”. No, porque en este momento lo único que quieres es un trabajo, eso no es networking, ni es construir relaciones, es simplemente buscar trabajo. Buscar trabajo es lo que haces cuando estás desesperado. El networking y la construcción de relaciones es algo que haces por el camino, de forma que esas relaciones están ahí. Y si un día te quedas sin trabajo, acudes a los amigos y les dices: “Necesito ayuda”. Pero eso es porque ya les importabas y te quieren.
Yo era un chaval en la empresa, y oí al CEO decir: “Un día vamos a ser la mejor empresa de consultoría y servicios profesionales del mundo”. Entonces estábamos al final de la cola. Éramos la menos importante de las ocho principales empresas. Y reflexioné sobre eso. Entonces yo estaba en la Escuela de Negocios de Harvard, era el becario en verano. Fui al profesor y le dije: “¿Puedo obtener algún crédito académico escribiendo un artículo sobre el marketing en los servicios profesionales y la consultoría?”. Y el profesor me dijo: “Claro, te daré crédito por ello el año que viene”. Y yo: “Genial”. Así que aquel verano empecé a escribir un artículo sobre marketing en los servicios profesionales. Fui buscando otras empresas y localicé exalumnos de Harvard que trabajasen en ellas; me puse en contacto con ellos y los entrevisté. Mandé ese documento al CEO y le dije: “Mira, tú querías saber cómo ser una de las mejores empresas del mundo. Esta es la fórmula que han utilizado otras personas”, le dije. El CEO se quedó alucinado. Nadie antes había hecho eso. Repito: liderar con generosidad. Él quería ser la mejor empresa, yo me acerqué a él proactivamente y le di un camino, una hoja de ruta para llegar ahí. Entonces me dijo: “Trabajemos juntos en un proyecto para definir la estrategia de marketing”. Me sacó del proyecto en el que estaba trabajando y pasé a trabajar directamente para él, el CEO.
Y le dije: “Si eso sale bien, me asciendes a jefe de marketing”. Y él dijo: “No, eres un chaval, tienes que ser socio para ser jefe de marketing”. Así que agaché la cabeza y seguí con mi trabajo. Empecé a llamar a la gente del equipo de marketing y les pregunté: “¿Qué necesitas para ser mejor profesional, qué puede darte la empresa?”. Empecé a unirlos y a entrevistarlos hasta el punto en que yo era un chaval que no estaba liderando, estaba facilitando, pero para ellos eso fue liderazgo. Nadie antes los había unido. Al final, al cabo de un par de años, me dieron el trabajo de director de marketing y me convertí en el socio más joven de la empresa. Yo tenía veintipico años, y era el director de marketing internacional de la empresa. Así que no me digas: “Tú no sabes lo que es trabajar aquí”. No, no estás usando la filosofía. Y a eso me refiero con lo de liderar sin autoridad para asegurarte de que creas de forma conjunta. En cualquier parte del mundo, en cualquier trabajo, puedes conseguir autoridad liderando sin autoridad.
Tus palabras tienen mucho sentido. En el mundo de hoy en día recibo muchas informaciones distintas. Las redes sociales constantemente me dicen que persiga el éxito, que haga networking, como tú dices. Pero, ¿dónde está la humildad en esos impactos que recibo? Tienes que ser fuerte y demostrar lo que eres capaz de hacer. Tú hablas de vulnerabilidad, por ejemplo, y te presentas con tus flaquezas. Como si yo llego aquí y empiezo la entrevista diciendo: “Estoy un poco nervioso” ¿Me vas a ayudar?.
Y por culpa de eso no tuve esa humildad. Larry King olió eso en la conversación. Estuve cenando con él antes de subir al escenario y todo el rato fanfarroneé, intentando impresionarle. Y cuando subimos al escenario… Larry King es conocido por hacer entrevistas fáciles. Me dio por todos lados. Madre mía, fue muy complicado, una entrevista muy difícil. Yo me quedé devastado. Por lo menos no se emitió en el programa principal, sino en otro formato que tenía público. Y la gente me vino diciendo: “¿Qué pasó? Larry King nunca es tan duro con nadie como lo ha sido contigo”. Si avanzamos un poco, unos cinco años más tarde, conocí a su jefe de personal y llegué a conocerlo bastante. Hay un capítulo en mi libro que se llama “Conectar con conectores”. No hubiera podido hablar con Larry directamente, me habría dicho: “Chico, nada que hacer”. Pero pude conocer al jefe de personal y se creó un vínculo. Y ese jefe de personal le dijo a Larry: “Deberíamos entrevistar a Keith Ferrazzi”.
Y no sé qué diría Larry, quizás: “¿El chaval ese?”. Lo que sea. Pero aceptó porque el jefe de personal dijo que debían hacerlo. Y cuando empezó la entrevista, como ahora, comencé diciendo: “Larry, antes quiero decir algo, quiere pedirte disculpas”. Eso pasó en un importante programa de televisión. Yo le dije: “Quiero disculparme. La última vez que nos vimos, me sentía inseguro y asustado y fanfarroneé porque quería impresionarte”. Empecé la entrevista así, y gracias a eso, fue una de las entrevistas más bonitas. Por cierto, esa entrevista me la ha mencionado mucha gente con el tiempo. La entrevista les pareció poderosa porque pude demostrarlo en vivo, no solamente decirlo o escribirlo en un libro.
No podríamos haber asesorado a todas esas empresas si no hubiésemos podido hacerlo virtualmente. Se abre un nuevo mercado. El coste que suponía para mí volar a Rusia en aquel momento, o de volar a España, era el doble de lo que me costaría volar a Nueva York. Pero ahora puede hacerse lo mismo con menos dinero y llegando a más gente. Además, el empleo es global. Yo he contratado a un jefe de marketing en Filipinas. Tengo a una empleada en Colombia que trabaja en nuestra filial de soporte de ventas. Somos una empresa pequeña, de menos de 50 personas, pero estamos contratando a gente por todo el mundo. Jacobo trabaja para una empresa tecnológica en Estados Unidos. Pero ahora está pasando un mes en España con la familia, con su madre, relajándose y trabaja en un horario diferente. El mundo ha cambiado muchísimo, ahora es diez veces más sencillo construir relaciones. Se aplica la misma norma, construir desde la generosidad, pero ya no tengo que coger un avión y presentarme ante ti para cenar para empezar una relación. En el pasado, eso no habría sido posible. La capacidad para construir relaciones globalmente, de pensar de forma global en el empleo de tu mercado, ahora es posible. Es muy potente.