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“Con esfuerzo y talento no se llega a la meta, se llega a la excelencia”

Joaquín Valdés

“Con esfuerzo y talento no se llega a la meta, se llega a la excelencia”

Joaquín Valdés

Psicólogo deportivo


Creando oportunidades

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Joaquín Valdés

¿Cómo se gestionan las emociones en un vestuario lleno de estrellas del fútbol? ¿Y cómo afronta un jugador un partido complicado, o una lesión grave? Joaquín Valdés, psicólogo de la selección española de fútbol, asegura que la mayor parte de su trabajo se basa en la observación: “Mi labor es un trabajo de equipo con el resto del cuerpo técnico, especialmente con el entrenador”. Para optimizar el rendimiento y la motivación de los jugadores, Valdés prioriza que estos aprendan primero a gestionar la frustración, el fracaso y la derrota: “Perder es algo que va a ocurrir. Cuando llegue, es fundamental ser capaz de extraer un aprendizaje positivo de esa experiencia”. Joaquín Valdés estudió Psicología del deporte y Magisterio. Comenzó su carrera deportiva como judoka profesional alcanzando el grado de séptimo Dan, ha sido entrenador de judo y profesor de esquí, y ha trabajado como psicólogo en otros deportes como el tenis, la natación, el atletismo y el golf, entre otros. Destaca su trabajo en el mundo del fútbol donde empezó como psicólogo en el Real Sporting de Gijón. Desde entonces ha desarrollado su carrera de la mano del entrenador Luis Enrique Martínez, en equipos como la AS Roma, el Real Club Celta de Vigo o el Fútbol Club Barcelona.


Transcripción

00:21
Joaquín Valdés. Muchas gracias a todos. Bueno, lo primero, voy a presentarme, me llamo Joaquín Valdés. Soy psicólogo deportivo, pertenezco actualmente al cuerpo técnico de la Selección Española de Fútbol, mis estudios, aparte de la psicología, he hecho anteriormente magisterio, soy profesor. También he hecho, bueno, soy profesor también de judo, profesor de esquí, he vinculado mucho, ya que estamos aquí en «Aprendemos juntos», al tema del aprendizaje, mi carrera profesional. Lo que he procurado siempre es, bueno, pues hacer de algo que es lo que más me gusta, que es el deporte, pues hacer de ello en la medida de lo posible mi trabajo. Considero que hoy en día tener trabajo es algo que es una suerte, y, además, que el trabajo te guste no es solo una suerte, sino además un privilegio. Mis primeros pinitos, digamos, en el ámbito de…, del deporte, de la psicología del deporte, fue con mis propios compañeros de judo, cuando yo era competidor.

01:34

Llegó un momento en que hay que pasar a una parte muy, digamos, dolorosa, entre comillas, que es pasar al dique seco cuando el deportista deja de hacer deporte y tiene que, porque llega a una edad en la que físicamente ya no estás para competir. Cuando llega este momento de abandonar, digamos, la parte puramente deportiva pues paso a ser el psicólogo de mis propios compañeros de equipo. Trabajo en ese momento pues con muchos deportes diferentes, con judo, tenis, fútbol, golf, etcétera, y llega un momento en el que, bueno, me hacen la llamada del club de mi ciudad, de Gijón, del Sporting de Gijón, y me contratan para trabajar allí como psicólogo deportivo. Entonces estoy en este equipo, posteriormente tengo la llamada de Luis Enrique. Ahí es mi inicio con Luis Enrique en el año 2008, hasta el momento actual, que pertenezco a su cuerpo técnico, y lo he hecho en equipos como la Roma en Italia, el Celta de Vigo aquí en España, luego el Fútbol Club Barcelona en el primer equipo, y, como os decía, actualmente en la Selección Española. Una pregunta que me han hecho en muchas ocasiones es la de: «¿Qué es lo que hace un psicólogo del deporte?» «¿Qué hace un psicólogo en un banquillo?» «¿Qué hace un psicólogo en un terreno de juego, en una pista de atletismo?» Bueno, pues, ahora lo que voy a intentar a lo largo de los próximos minutos es responderos un poco a estas dudas, a estas preguntas, y para ello, pues, cuando queráis, vosotros mismos podéis iniciar las preguntas. Cuando queráis.

03:28
Inmaculada. Hola, Joaquín, te quería preguntar, además del entrenamiento físico, hasta qué punto es importante la motivación y el aspecto psicológico en un deportista.

03:37
Joaquín Valdés. Yo os haría una introducción inicial, que es la de qué aspectos creéis que influyen en el ámbito del deporte para conseguir un buen rendimiento. Vamos a hablar, por un lado, el aspecto físico.¿Qué otro aspecto creéis que es muy importante para el ámbito del deporte?

03:57
Público. Creer en ti mismo.

Joaquín Valdés. Creer en ti mismo. Más cosas.

Público. Emocional.

Joaquín Valdés. El aspecto psicológico. Aspecto físico, aspecto psicológico, ¿qué más? ¿Qué necesita un deportista para ejecutar su trabajo?

Público. Esfuerzo.

Joaquín Valdés. Esfuerzo, confianza, ¿qué más cosas?

Público. Autoestima.

Joaquín Valdés. Autoestima, ¿qué más? Todo esto es del campo emocional.

Público. Control mental.

Joaquín Valdés. Control mental también es del campo emocional, ¿no? Más cosas.

“Con esfuerzo no se llega a la meta, se llega a la excelencia”. Joaquín Valdés
Público. Técnica.

Joaquín Valdés. Técnica, aspectos técnicos. ¿Estamos de acuerdo? Ya vamos, físico, técnico, psicológico, y por último otro aspecto, que diría que es el estratégico. Hay una teoría que se llama teoría del rendimiento, que son aspectos físicos, técnicos, tácticos y psicológicos, forman parte del rendimiento. Si nos planteamos en este momento un deporte concreto, como pueda ser por ejemplo el fútbol,¿el aspecto físico tiene importancia? ¿Qué opináis?

Público. Sí.

Joaquín Valdés. Tiene mucha importancia. Podríamos valorarlo de importancia de 0 a 10. Ahora pensad mentalmente en un jugador en concreto o en vosotros mismos jugando un partido o alguien que le guste jugar al tenis o cualquier otro deporte. Bueno, a ver, yo físicamente en este deporte que me gusta, de 0 a 10, ¿cómo me evaluaría?

Público. Un 8.

Joaquín Valdés. ¿Un 8? ¡Pero bueno! ¿Otro? Perfecto. Cada uno mentalmente piensa: «Bueno, pues yo me valoraría un 8, me valoraría un 7, porque ahora tengo que bajar un poco de peso, igual un 4», lo que sea.

05:30

Bien, en el aspecto técnico, ¿qué es la parte técnica? La parte técnica es los conocimientos de ese deporte, las habilidades técnicas que se tienen de ese deporte. En el aspecto táctico, ¿qué es el aspecto táctico? Es, bueno, ¿de qué forma voy a enfrentar este partido? Vamos a jugar con una línea de tres, vamos a jugar con un 4-4-2, vamos a, voy a, en una competición de judo, por ejemplo, voy a pasar el primer minuto controlando los agarres, o sea, de qué forma voy a enfocar esta situación. Y luego la parte mental generalmente es cómo soy yo, cómo es ese deportista psicológicamente. Si ahora os dijese, por ejemplo, Rafa Nadal. Vamos a puntuarlo. Físicamente. ¡Puf!

Varias voces. Un diez.

Joaquín Valdés. Un diez. Técnicamente.

Varias voces. Un diez.

Joaquín Valdés. Un diez. Tácticamente.

Varias voces. Un diez.

Joaquín Valdés. Psicológicamente, un quince. Vale. De cero a diez, un diez. Fijaros, si sumamos todo esto, nos damos cuenta que estamos ¿ante quién? Ante un «crack», ¿vale? Pero seguramente que también conocemos en nuestro entorno, sin tener que hablar ahora de un «crack», deportistas que, si los valoramos, pues seguramente, mira, físicamente, está fuertísimo, un ocho. Tácticamente, sabe cómo enfrentar, vamos a poner otro ocho. Técnicamente, tiene buena habilidad. Psicológicamente, ¡buf!, cuando llega a la competición, se viene abajo, un cuatro. Bueno, pues ya sé que quizás donde hay que intervenir más es aquí, en esa parte psicológica. Es un factor muy importante en la misma medida que otros que tenemos alrededor. Tan importante que incluso, estando muy bien en los otros tres aspectos, si el aspecto mental no lo consigues mejorar, o controlar, puede que no te sirvan de nada los otros aspectos. No quiero decir con esto que sea el más importante, porque a veces te puedes compensar entre unos y otros. Esta es un poco la idea cuando te intento explicar esta respuesta. Otra pregunta.

07:40
Sandra. Hola, Joaquín. Ya sabes que, cuando vemos futbolistas en la tele o en distintos sitios, vemos que parece que tienen como la vida resuelta. Pero supongo que también se enfrentan a situaciones de presión.¿Cómo ayudáis los psicólogos a estas situaciones?

07:54
Joaquín Valdés. Muy bien. Pues mirad, efectivamente, puede parecer que cuando vemos un futbolista profesional en la tele dices: «Este ya tiene la vida resuelta». Yo os diría que no la tiene tan resuelta. Quizás en el momento presente la tenga resuelta. Pero le quedan muchos años todavía por delante porque generalmente estos futbolistas de los que hablamos son gente muy joven. En el ámbito deportivo, con 34 años, eres un deportista muy veterano. Y con 34 años estás normalmente en un tercio de tu vida. Quizás cuando vemos a un jugador que parece que tiene toda la vida solucionada, la tiene solucionada en función de muchos factores. La gente que se le acerque, la gente que le asesore a su alrededor, cómo tenga de amueblada su cabeza. Hay un montón de factores que le pueden a tener la vida solucionada en el futuro, o no. Tened en cuenta que sí es posible que haya determinados deportistas que casi, aunque gasten a propósito, puede que no se lo gasten todo en el resto de su vida.

09:02

Pero son algunos, no todos. No tantos como estamos hablando ahora. ¿Eso qué genera también? Bueno, pues una presión añadida, en el que también piensan mucho que «tengo que intentar, en la medida de lo posible, en este momento en el que estoy, conseguir lo máximo posible porque después tengo también que vivir». Los psicólogos, ¿cómo trabajamos en este sentido? Pues en muchas ocasiones es preparándoles para ese pase de la vida deportiva al dique seco, que será otra vida diferente. Hay muchos deportistas profesionales que no les gusta hablar del final de su carrera. Es como si no quisiesen ver eso. Eso es un problema. Si no lo quieres ver, no te estás preparando para ese número de años que todavía te quedan por vivir. Entonces hay que intentar, en la medida de lo posible, trabajar ese tipo de situaciones, primero para que hagan unas buenas inversiones si es necesario, para que se formen en la medida de lo posible para la posibilidad que pueden tener después, que les puede ayudar muchísimo, que es la de, por ejemplo, si has sido deportista de élite, es más fácil que luego, como entrenador, continúes una vida también relacionada con el deporte, con esos conocimientos Pero cuidado también, porque, que hayas sido un gran deportista no quiere decir que vayas a ser un gran entrenador, ni mucho menos.

10:28
Sara. Hola, Joaquín, yo te quería preguntar un poco a raíz de eso, cómo ayudas tú a gestionar las emociones cuando un equipo se tiene que enfrentar en una competición, pues a situaciones complicadas, como por ejemplo una tanda de penaltis.

10:43
Joaquín Valdés. Ajá, bien. Ya no solo una tanda de penaltis, sino que se dan cantidad de situaciones complicadas, lógicamente, a lo largo de una competición de cualquier tipo deportivo, sea fútbol, sea balonmano, sea básquet, cualquier tipo de deporte. Quizás la idea que todos tienen cuando se habla de un psicólogo deportivo, de un psicólogo del deporte, es que el psicólogo está continuamente hablando con todos los jugadores, y diciéndoles qué tienen que hacer en cada momento, etcétera. Siento defraudaros, no es así. La forma de trabajar no siempre es directamente con el jugador. Mi forma de trabajar, también en este sentido cada maestrillo tiene su librillo, pero mi forma de trabajar para intervenir sobre problemas colectivos es más a través del entrenador. A través del cuerpo técnico. El asesoramiento a él. ¿Por qué?, primer punto: El entrenador es la persona que más influye en los deportistas. Es la persona que cualquier cosa que diga es la que va a tener más en cuenta el deportista porque de él depende que yo participe, no participe, de él depende que me convoquen, que no me convoquen, etcétera. Entonces, lo que hacemos en todas estas situaciones es asesorar, de qué forma, qué enfoque, de qué manera, por dónde debe ir la charla, cuáles son los mensajes que hay que intentar trasmitir, en función también de cómo se vea el equipo. ¿Qué hace el psicólogo deportivo? Observar mucho. Tenemos un trabajo muy cómodo. «Tú te pasas el día mirando». «¿Y te pagan?», bueno, pues fíjate. Pues sí. Pasa que, bueno, no es lo mismo mirar que observar. Tenemos una función, los psicólogos, de captar todo este tipo de conductas, de cuestiones que están ocurriendo, para intentar intervenir sobre ellas y poder optimizarlas.

12:40
Joaquín Valdés. Siempre se da en el deporte la situación de que pueda haber mucha igualdad entre sus contrincantes, ¿no?, con lo cual, antes del partido, antes de la competición, dices: «Bueno, pues esto está muy difícil, a ver cómo acaba». Pero hay veces en las que dices: «Se los van a comer». Porque hay una diferencia muy grande entre un equipo y otro. Por ejemplo, a nivel de fútbol, hay muchas ocasiones en las que, bueno, ocurre en la Copa del Rey, pues que toca jugar a un equipo de Primera División con un equipo de Segunda B. A priori, lo que suele parecer es aquello de: «No tiene nada que hacer». Pero hemos visto cantidad de veces como ocurre lo contrario, ¿no? ¿Por qué ocurre esto?, por una cuestión que se da en el comportamiento humano, que es la activación. Hay una serie de variables que se dan en el ser humano, en el deportista, que, como su propio nombre indica, fluctúan, ¿no?, varían. Puede ser por ejemplo la motivación. En la motivación, puedo estar muy alto de motivación, o muy bajo de motivación. El extremo de motivación alto, sobremotivación, no es bueno. El extremo de motivación bajo no es bueno. Hay que buscar siempre un equilibrio en todo esto. El de activación que os estaba comentando antes, que es el nivel de tensión que pueda tener el equipo o los deportistas, también, puede haber un exceso o sobreactivación, o una muy baja activación o una activación adecuada.

14:16

Imaginaos la cuerda de una guitarra. La voy a afinar. Si está muy floja, ¿suena bien? No. Si la aprieto mucho, ¿qué acaba ocurriendo? Romperá. ¿Tengo que dejarla que ni muy floja ni muy tensa? ¿O tengo que darle la tensión suficiente para que suene bien? Bueno, pues la tensión suficiente para que suene bien. Los deportistas tenemos que vernos a nosotros mismos como una guitarra y voy a afinar ahora mi nivel de tensión, a ver cómo estoy. Los psicólogos tenemos una caja de herramientas y de ellas sacamos, «a ver, ¿qué necesitas, bajar la tensión?» Bueno, tengo esta herramienta. ¿Cuál? La respiración, por ejemplo. Un buen trabajo de respiración me ayuda a poder bajar mi nivel de tensión. «Tengo la tensión demasiado… demasiado baja, y así no me encuentro bien». Voy a sacar otra herramienta. La respiración. «¿Vas a utilizar la misma para lo mismo? ¿Esto cómo es?» Pues sí. Fijaros. Puedo utilizar la misma para lo mismo. Porque, ¿qué me ocurre cuando estoy muy tenso? Que respiro de forma entrecortada, ¿no? Pues cuando estoy muy bajo de tensión para aumentar esta tensión lo único que tengo que hacer es respirar como no debo respirar cuando quería antes. Entonces, aumento yo de forma voluntaria, aumento mi frecuencia de respiración, entonces elevo mi nivel de tensión. Y me estoy autorregulando. ¿Lo he solucionado? Quizás no lo he solucionado del todo, pero, ¿he mejorado la situación? La he mejorado.

15:52

¿Qué tengo, entonces, de repente? Hombre, la sensación de tener más control sobre esta situación. Cuando tengo más control sobre una situación, ¿qué me genera?

Público. Alivio.

Joaquín Valdés. Alivio y mayor nivel de confianza.¿Qué hemos hecho también? Además de intervenir sobre la activación, esa variable que sube y que baja, también acabamos de intervenir sobre la autoconfianza, elevándola, en un momento en el que la teníamos baja. La autoconfianza es otro tipo de variable que se da en el rendimiento del deportista. Si ahora volvemos a donde estaba antes, de esos dos equipos, que uno es de nivel muy alto y otro de nivel muy bajo, por ejemplo, el de nivel alto ¿cómo creéis que tiene la confianza? Está muy alta, ¿no? ¿Estamos de acuerdo? El otro, muy baja. Bien, yo tengo que actuar, yo soy el entrenador de este equipo, el que tiene la autoconfianza muy alta. Y tengo que bajársela. Hay dos tipos de activación: positiva y negativa, con las que trabajamos los psicólogos. La activación positiva es aquella que hace que se eleve, gracias a la motivación, a las ganas de conseguir algo, ¿no? Entonces eso hace que la activación aumente. Y hay una activación negativa, que es la que hace que también te tenses pero por miedo al fracaso, porque te está generando ansiedad. ¿Cuál es la buena de estas dos? La positiva. La positiva, ¿no? Pues no. Son igual de buenas las dos.

“Con esfuerzo no se llega a la meta, se llega a la excelencia”. Joaquín Valdés
17:36

A este equipo que tengo ahora aquí, que tiene una confianza altísima, ¿qué tengo, que motivarle? ¿»Venga, chavales, que sois los mejores, no os preocupéis, que vais a ganar a ese equipo, todo está hecho»? ¿Creéis que es lo que necesita? ¿Qué necesita? Que le meta ansiedad, que le meta miedo al fracaso. Que le diga: «Oye, cuidado, ¿eh?» Cualquiera diría: «Meter ansiedad, miedo a fracasar, antes de un partido, a alguien, eso es malísimo». No, depende del nivel de autoconfianza que se tenga. Esas son las cosas que hay que observar y valorar para, en función de eso, intervenir de una forma o de otra. Este tipo de cosas también se perciben, se captan estando allí. Yo soy un psicólogo del deporte que está en el terreno de juego, en los viajes, en los partidos, en los vestuarios, continuamente trabajando en nuestro despacho. Nuestra forma de trabajar, por ejemplo, del cuerpo técnico de Luis Enrique, es una forma de trabajar muy de equipo, porque la idea de nuestro líder en ese caso es que la mayoría de las cosas se discutan, se pongan en contexto y se hablen entre todos, de tal forma que cada situación requerirá de una intervención en función de dar la opinión, a nivel técnico-táctico, el segundo entrenador, a nivel físico de esa situación el preparador físico, y a nivel psicológico lo que corresponda por mi parte.

10:02

Y con toda esa información recibida el entrenador luego toma sus decisiones pues en función de todas esas cosas, haciendo caso, no haciendo caso, o como corresponda. Porque, por otra parte, creeréis que el trabajo de un entrenador o de un futbolista, bueno, la del entrenador, por lo menos, que empieza cuando salen los jugadores al campo y acaba cuando acaban de entrenar. Esa es, digamos, la menor parte casi de tiempo de trabajo. Hay muchísimo trabajo de despacho, mañana y tarde, en que está continuamente analizando cuestiones, preparando charlas, viendo futbolistas, viendo al equipo contrario, etcétera. Más preguntas.

19:43
Blanca. Hola, Joaquín, en el fútbol, como en la vida misma, unas veces ganas y otras veces pierdes. Parece que todos estamos preparados para afrontar la victoria, pero ¿cómo se afronta una derrota?

19:55
Joaquín Valdés. Bien, esto es algo, también, que, irremediablemente, es algo que sabes que va a ocurrir tarde o temprano. Y en este tipo de cosas es preferible que ocurra… Todos pensamos: «Cuanto más tarde mejor». Pues no os diría yo que sería, que sea eso lo ideal. Recuerdo, trabajando en el Sporting de Gijón, que trabajábamos mucho con la cantera y con el primer equipo, como comenté, que lo que ocurre en este tipo de equipos es que suele haber jugadores que empiezan en los equipos inferiores y que van poco a poco ascendiendo a otros equipos hasta que pueden llegar al primer equipo. Generalmente, son muy pocos, diría un porcentaje mínimo, los que llegan al primer equipo de los muchos que han empezado en las categorías inferiores. Es mínimo. Pero ese que llega generalmente es alguien que ha sido muy superior, a todos los que… ha tenido que dejar atrás a muchos que tenían unos niveles más o menos como él en categorías, en edades inferiores. Uno de los problemas que solían tener al tener esa, digamos, habilidad, ese talento, esa capacidad, y haber llegado ahí, era que muchos habían llegado al primer equipo sin apenas haber tenido una competencia fuerte hasta ese momento, y recuerdo un jugador que la primera vez que se quedaba sin convocar era cuando llegaba al vestuario del primer equipo. Claro, no sabes lo que es eso, quedarte sin convocar. Siempre, desde que eras un niño, has sido alguien importante en tu equipo. Porque has tenido unas cualidades, has entrenado, y has sido siempre superior a todos los demás. Esto era un auténtico problema, porque para él era algo nuevo, y algo muy frustrante no ir convocado. Pero claro, el paso de no ir convocado el siguiente sería el de ir al banquillo. Tampoco es que fueses a…

21:56

Y este tipo de procesos se hubiesen solucionado si antes de llegar a ese punto hubiese habido algún tipo de frustración diferente. ¿Qué quiere decir esto? ¿Que hay que frustrar a la gente para que les vaya bien? Tampoco es esto, ¿no? Pero lo que sí está claro es que la frustración… Perdón, la frustración, el fallo, el error, o el perder, siempre lo enfocamos de una manera totalmente negativa. Y no, no es así. ¿Quiere decir esto que tenemos que perder, o tenemos que querer perder? En absoluto. Lo que quiere decir es que perder es algo que va a llegar. Cuando llegue, vamos a sacarle partido a esa experiencia. ¿Y cómo la saco? Bueno, pues, como un obstáculo que tengo que superar, sacando qué cosas positivas, o qué aspectos puedo mejorar, para intentar llevarlos y hacerlo siempre como un reto añadido. Claro, si no hago este tipo de enfoque, lo que ocurrirá es que me frustraré y cada vez será más difícil, y lo que acaba ocurriendo es el abandono. Y esto ocurre mucho en el deporte. «Si no gano, lo dejo». Estamos hablando de deporte y hablamos en cualquier situación de nuestras vidas. No, yo diría que es prácticamente imposible que nos salgan bien todas las cosas. Entonces, ¿qué tenemos que procurar? Aprender de lo que nos sale mal y por otro lado ese entrenamiento de imaginación que os decía, es muy importante anticipar las dificultades que podré tener para intentar trabajarlas y ver de qué forma las voy a enfrentar. Ocurre en muchas ocasiones, cuando hay un error, cuando has perdido, cuando te has lesionado, etcétera, que a veces pensamos, acabas de perder una gran final, o un jugador que acaba de fallar un penalti importantísimo, y la sensación, como que esa persona se frustra, y cómo le ayudamos, también, como psicólogo, ¿no? ¿Cómo ayudo yo a esa persona? Parece que alguien tiene que decir: «Vete y dile algo».

24:01

Mirad, hay una cosa que yo llamo el proceso de duelo. Todos tenemos que tener un proceso de duelo cuando nos enfrentamos a algo que no nos ha salido bien, y que hay una fase de impacto emocional inicial que hay que dejarle que la pase. Tenemos que dejar que pase. Tenemos que dejar ese tiempo. No es el momento de llegar, muchas veces, intentando ayudar, acaba de romperse el cruzado anterior y hay una fase de impacto que empiezas a pensar: «Ahora se me ha destrozado toda la temporada, ¿qué voy a hacer?» Y llega un compañero: «Venga, hombre, ánimo, no pasa nada». ¿Cómo que no pasa nada? Mira lo que acaba de pasar. “En el ánimo de cómo ayudo”. No, pues hay que dejar ese pequeño proceso de duelo, ese pequeño momento de frustración, para que asimilemos qué está ocurriendo, para que nos regocijemos en nuestra propia miseria en ese momento, porque llegará un punto en el que cortaremos y a partir de ahí avanzaremos hacia adelante. ¿Qué ha pasado? Nuestra motivación está por los suelos. Y tenemos que recuperar esa motivación. La motivación se consigue a base de objetivos. En esa caja de herramientas, ese planteamiento de objetivos que necesito para aumentar mi motivación. Entonces, en el momento en que me ocurre algo así, si el objetivo que perseguía y me motivaba ya no existe, ¿qué necesito? Buscar otro motivo. Para volver otra vez a motivarme. ¿Y cuál es el motivo, la motivación siguiente? Pues la de recuperarme de la mejor forma posible para volver a jugar. La de volver a entrenar para, en la próxima competición, estar en las mejores condiciones posibles. Cuanto antes sustituyamos el objetivo anterior por el siguiente, antes nos vamos a recuperar de esas frustraciones.

25:53

Y ahí es donde podemos intervenir. Pues rápidamente buscando ese nuevo objetivo que me haga motivarme de nuevo. Está claro que el motivo que busque, el objetivo que me encuentre, no va a ser tan atractivo a lo mejor como el que tenía antes. Pero, dadas las circunstancias que tengo en ese momento, es el mejor al que puedo acceder. Y es el que tengo que intentar. Los psicólogos lo que hacemos es ayudar a buscar ese nuevo objetivo, que realmente ese objetivo no sea un objetivo que te lleve a la frustración, porque sea imposible. Porque yo, para motivarme en este momento, yo puedo decir: «¿Sabes lo que voy a hacer? Quiero ir a la próxima Olimpiada a competir en judo. Ya lo he pensado. Estoy pletórico, ¿no? Estoy que… ¡Qué objetivo!» Claro… Para poder ir a la próxima Olimpiada, tengo que quedar como mínimo campeón de España. Tengo que puntuar en campeonatos internacionales. Para poder quedar campeón de España, tengo que quedar campeón de Asturias. Para ello tengo que quedar campeón de mi gimnasio. Y para ello tengo que ir al gimnasio. Por lo menos. Claro, entonces, este objetivo que estaba planteando ¿es muy motivante?, sí, ¿es realista?, no. No es en absoluto realista. Lo primero que tengo que hacer es que el objetivo sea realista. Ya empezaría por la edad. ¿Adónde vas? ¿No? En cualquier caso, entonces, o sea, ahí es donde nosotros orientamos para que ese objetivo que persigues, me dicen: «Me acabo de romper el cruzado.» Pasa el tiempo de duelo, y lo siguiente es: «Dicen que en seis meses puedo empezar a jugar, yo voy a conseguirlo en tres». A lo mejor hay que decir: «No es realista, porque, aunque tú quieras hacerlo en tres, hay unos procesos de cicatrización, procesos que no puedes adelantar».

27:53

Hay que conseguir… ¿Por qué? Porque, como persigas un objetivo que no sea realista, vas a volver otra vez a frustrarte, y vas a volver a recaer. Entonces, hay que ayudarles a buscar ese tipo de situación, ese tipo de objetivo, de forma adecuada.

28:11
Ana. Hola, Joaquín, yo soy docente, y, como sabes, se dice que los niños nacen o no con un talento. Me gustaría saber si tú piensas que se puede desarrollar o entrenar un talento mediante la psicología, y si nos podrías dar algún ejemplo de alguna técnica.

28:27
Joaquín Valdés. Fijaros lo que os voy a decir, creo que el talento está sobrevalorado. Alguno me dirá: «¡Qué dice! ¿Y tú eres psicólogo?» Es un tema del que hablaba con un compañero del «staff» técnico, compañero y amigo, sobre este tema, y comentábamos que nos hemos encontrado, a lo largo de nuestra carrera profesional, con jugadores, con algún jugador, con un talento tremendo, increíble, pero que, o sea, que… y esto, no quiero hacer efecto Pigmalión, pero que nunca será un jugador de gran nivel. ¿Y por qué? Porque no pone ese talento al servicio de las necesidades del equipo, sino solo en función de lo que a mí me apetece en este momento. Un talento tremendo para hacer caños, para hacer florituras, para adornarse, pero luego, cuando toca realmente pues defender, correr, ayudar, hacer cosas, es totalmente nulo en ese sentido. Y con un gran talento.

29:31

Como entrenador de judo recuerdo siempre algo que me ocurría con cierta frecuencia, de tener chicos judokas muy talentosos, con diez años, con once años, con doce, de estos que, con un cuarto de hora que entrenasen, podían llegar a una competición, ganar sin ningún tipo de problema, prácticamente sin entrenar. Pero ¿qué ocurría?, muchos de ellos, cuando llegaban a los 14, 15 años, ese cambio en el que los que vienen entrenando siguen mejorando y el que tiene solo el talento mantiene el talento, pero llega un momento que el talento no da. No da suficiente para poder conseguir lo que se persigue. Entonces, el talento creo que es muy importante, pero si no va acompañado de una buena motivación, si no va acompañado de unos valores adecuados, creo que no sirve para gran cosa. Porque te puedes quedar con mucho talento pero en la mediocridad total. Hay veces que con esfuerzo se puede llegar a una meta. Hay veces que con talento se puede llegar a la meta a medias. Pero con talento y con esfuerzo no llegas a la meta, llegas a la excelencia. Entonces, la idea es la de que, efectivamente, bueno, pues se puede intervenir en este tipo de cosas pues a base de mucho reforzamiento, a base de mucha motivación, y a base de que esa persona quiera también llegar a ese destino.

31:05
Cristina. En el deporte hay muchas veces que tenemos que tomar decisiones en cuestión de décimas de segundo.¿Hay alguna forma de entrenamiento para ejercitar estas habilidades?¿Y tiene esto que ver con la creatividad?

31:21
Joaquín Valdés. Pues mira, efectivamente, la toma de decisiones sí que tiene mucho que ver con el entrenamiento. De hecho, vemos como, en cantidad de disciplinas, a base de entrenamiento se mejora mucho la toma de decisiones. Hay un trabajo específico en el judo, que se llama «uchikomi», que consiste en hacer una repetición de una entrada, una técnica, que es entrar, salir, entrar, salir, hacer una serie de movimientos, que buscas el automatismo, que hace que llegue un punto en el que, sin hacer un esfuerzo consciente, tú consigas ejecutar una técnica, ejecutar una entrada. Cuando repites y repites y repites un movimiento, llegas a hacerlo con una perfección tal que sale de una manera fluida. Yo recuerdo que decían muchos competidores que había trabajado yo con ellos como entrenador, incluso en mi época de competición, recuerdo como había ocasiones en que uno podía, en un momento dado, ganar una competición, habiendo hecho una técnica en la que, cuando has acabado, no has sido del todo consciente de qué has hecho exactamente. Pero tu cerebro ha visto la oportunidad, ha hecho la técnica, y ha salido de manera fluida. Entonces, lo que se persigue en esto es, cosas que requieren a veces un esfuerzo consciente inicial, luego se puede llevar a cabo de una forma inconsciente que te permite tomar decisiones de manera mucho más rápida. Entonces, el entrenamiento en repetición, en automatismos, me ayuda mucho a hacer este tipo de toma de decisiones. Luego, también, la toma de decisiones depende mucho de la velocidad con la que la tengas que tomar. Porque, en este sentido, hay un aspecto, que es los ámbitos de percepción, que puede ser, digamos, en el ámbito del fútbol, intervienen en este, lo que es la atención, diferentes tipos de atención, ¿no? Lo que es la atención externa, atención interna, atención amplia o atención estrecha.

33:19

Cuando tienes que hacer una toma de decisiones, pues un deportista tiene, un futbolista, tiene que hacer, por ejemplo, decidir a quién le va a pasar el balón, y tiene que hacerlo a veces en una décima de segundo, hacer este tipo de movimiento. Cuando tengo un campo muy amplio externo a mí, en el que tengo que mirar, para ver si tengo un compañero en la otra esquina que está, que está sin marca, o tengo a alguien aquí cercano, tengo que tener diferentes variables, diferentes posibilidades a mi alrededor, para decidir dónde voy a enviar ese balón. En ese momento, la toma de decisiones, cuando se acerca un contrario, se ralentiza. Cada vez pienso más lento, ¿no? En la medida en que yo entreno ese tipo de situaciones, cada vez consigo hacer una toma de decisiones más rápida. Para eso tengo que trabajar procesos como la atención. Porque la atención es otra variable, de las que os comentaba, que también requiere, digamos, de control, porque puede haber una atención demasiado, digamos, tensa, demasiado excesiva, en la que veo casi de forma tubular porque estoy muy activado, o una atención en la que pasa una mariposa y me puede despistar. Tengo que buscar qué estímulos tengo que atender en cada momento para hacer una buena ejecución. Habéis visto siempre, no sé, a Iniesta, a Messi, jugadores que, de repente, están rodeados de cinco contrarios y piensas: «De ahí no se puede salir». Y ves que consigue salir. Consigue salir de alrededor de un montón de contrarios.

35:09

Bueno, ¿qué ha pasado? Ha tenido una toma de decisiones de esas que yo siempre digo que es como si tuviesen una visión «Matrix». De la película «Matrix», ¿os acordáis? Que viene una bala y se echa hacia atrás, y todo va mucho más despacio. Es como si tuviesen la capacidad de tomar decisiones ralentizando todo lo que tienen alrededor. Eso no es algo que nazcas con ello, es algo que, a base de trabajo, a base de entrenamiento, y también con un talento especial para esas cosas, consigues un rendimiento de ese calibre, digamos.

“Con esfuerzo no se llega a la meta, se llega a la excelencia”. Joaquín Valdés
Quote

“Todo se acaba y todo cambia: estemos preparados para ello”

Joaquín Valdés

35:43
Sandra. Hola, Joaquín, te he leído, y aplicas sobre los jugadores la técnica de entrenamiento imaginario. ¿Nos podrías explicar en qué consiste?

35:56
Joaquín Valdés. Efectivamente, más que imaginario, es un entrenamiento en imaginación, que también se ha llamado visualización, en más de una ocasión. Yo prefiero llamarlo entrenamiento en imaginación porque llamarlo visualización parece que solo entra uno de los sentidos, el de la vista. Sin embargo, en el entrenamiento en imaginación, cuando lo llevamos a cabo, pretendo que entren todos los sentidos cuando imaginamos. ¿En qué consiste el entrenamiento en imaginación? No es otra cosa que pensar con imágenes. La cuestión es la siguiente: se ha demostrado de forma científica que, cuando pensamos en algo, cuando nos imaginamos algo, se ha hecho con un encefalograma, los movimientos neuronales que se producen en nuestro cerebro son exactamente iguales que cuando realmente se ejecuta ese algo. Cuando eso ocurre de forma real. Yo pienso ahora mismo en que voy a lanzar un balón dándole un golpeo, lo pienso, y los movimientos que se producen en mis neuronas son exactamente iguales que si ahora mismo me levantase lo hiciese, y tuviese ahí ese balón. ¿Qué quiere decir esto? Que, bueno, es una forma, también, de entrenamiento. Cuando no tengo los medios necesarios para poder ejecutar algo in situ, de forma real, puedo hacerlo de forma imaginaria. Y lo que puedo conseguir es intervenir sobre una de las variables que os había comentado antes. Por ejemplo, la de la autoconfianza. ¿Quién de aquí, haciendo deporte…? Vamos a ver, por ejemplo, ¿cómo es tu nombre?

37:37
Cristina. Cristina.

Joaquín Valdés. Cristina. ¿Cuándo tienes el próximo partido?

Cristina. El domingo.

Joaquín Valdés. El domingo. ¿Tú te imaginas cosas que pueden ocurrir en el partido?

Cristina. Sí.

Joaquín Valdés. Sí, te las imaginas. ¿Siempre consigues imaginarlas de forma adecuada?

Cristina. ¿En qué sentido, positivas, negativas?

Joaquín Valdés. Digo adecuado, de manera que te salgan bien.

Cristina. No.

Joaquín Valdés. No. Claro, entonces, tú haces entrenamiento en imaginación. Pero no eres consciente de ello, ¿no?

Cristina. Sí.

Joaquín Valdés. Yo les digo siempre, cuando trabajo con deportistas de muy alto nivel: «Mira, ahora lo que voy a intentar es trasmitirte algo que tú ya haces normalmente. No te voy a explicar algo nuevo. Lo que voy a pedirte es que lo hagas de forma que lo controles». ¿Por qué? Porque si yo pienso en algo triste, ¿qué me ocurre? Te pones triste. ¿Si pienso en algo alegre? Te pones alegre. Si me imagino algo que me sale mal, ¿me genera confianza? Si me imagino algo que me sale bien me genera mejor confianza. ¿Qué pasa?, dice uno: «Me pongo a imaginar y me sale mal siempre». No imagines. No es esa la solución. Hay que aprender también a imaginar. No siempre es fácil. La técnica del entrenamiento en imaginación requiere una serie, también, digamos, de aprendizajes previos. Por un lado, de aprendizaje de la respiración, de aprendizaje de la relajación, también, con la respiración puede ser suficiente, para, cuando voy a hacer esa técnica, hacer que mi organismo baje su nivel de activación porque me puede ayudar a imaginar en un estado agradable.

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Previamente a trabajar también el entrenamiento en imaginación, tengo que hacer también otra técnica, de esas que tengo yo en la maleta de herramientas, que es el planteamiento de objetivos. Tengo que aprender a plantearme objetivos. En este sentido tengo que buscar una conducta objetivo, que se llama.¿Qué persigo el próximo…? ¿De qué juegas?

Cristina. De punta.

Joaquín Valdés. De punta. Bien. ¿Qué persigo el próximo día? «Bueno, es que jugamos contra estas, y tienen una defensa central que es que me amarga la existencia, porque no acabo de bloquearla», y cada vez que te pones a recordar lo que ocurrió… Olvida esto. Entonces, conducta objetivo: ¿qué es lo que quiero aprender en este momento? Perdón, aprender. Entrenar. Quiero verme superando a esta chica, a esta central. Entonces, la conducta objetivo es que recibo el balón, la regateo y me voy sola hacia la portería. Conducta objetivo. ¿De acuerdo? Eso me lo planteo, además tengo que intentar describirlo con las palabras exactas para que no haya ninguna confusión ni pueda venirme ningún otro tipo de imagen en ese momento. Y tengo que plantearme qué ocurre justo antes y qué ocurre justo después. ¿Qué ocurre justo antes? Conducta, digamos, antecedente, ¿no? Bueno, pues que tengo una compañera que desde la zona de centrocampo me hace un pase interior y recibo el balón. ¿Y qué ocurre después? Que me voy y meto un gol por la escuadra que es maravilloso. ¿Qué pretendo con esto, con vuestra búsqueda de este objetivo? Lo que pretendo es controlar totalmente la conducta que me voy a imaginar para que no haya ningún tipo de interferencia cuando la vaya a imaginar. Una vez que ya la tengo clara, lo que haces es pasar, me tumbo, intento, puedo hacerlo tumbada, o cuando voy en el autobús hacia el campo, puedo hacerlo en el vestuario, puedo hacerlo en diferentes sitios, lo que ocurre, que para aprender en inicio lo que tengo es que facilitar ese aprendizaje según la situación en que tenga el menor número de interferencias alrededor.

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Entonces, lo que hago es: bajo mi nivel de activación, mi respiración, y hacemos lo que llamamos series, ¿no? Series de repetición, en la que, por ejemplo, primera serie, durante unos treinta segundos lo que hago es visualizar de forma repetida en mi cabeza cómo recibo el balón, lo que hago es girarme, irme de la contrincante, llego a puerta y meto gol. Vuelvo otra vez, me vuelve el balón, giro, tal, etcétera. Repitiendo esto, una serie, dos series, así. Tengo que, antes de empezar todo esto, imaginarme, tener claro, antes de empezar, en qué zona del campo lo voy a hacer. Qué olor hay en el ambiente. Qué hora del día es. Hace frío, hace calor, está muy alto el césped. Cuantas más cosas introduzca en esa imaginación, más real va a ser esa estructura que me voy a poner en la cabeza. ¿Quiere decir esto que voy a llegar el domingo y va a ocurrir justamente esto? ¿Qué opináis? ¿Entonces, de qué sirve? ¿Perdón?

Público. De preparación. Preparación.

Joaquín Valdés. De preparación. Muy bien, de preparación. De lo que sirve es que consigo prepararme y no es lo mismo llegar al partido con un nivel de confianza en que tengo las cosas controladas y sé cómo voy a hacer las cosas, que llegar con dudas a un partido. Mirad, hay un vídeo que utilizo muchas veces, de Fernando Alonso, en el que hace un recorrido del circuito de Montecarlo, en el que va caminando con otro periodista, y va diciendo: «En esta curva lo que hacemos es meter primera, a fondo, y hasta la siguiente curva no doblamos el volante». «En este otro sitio lo que hacemos es acelerar a fondo, y sin mirar, salir del túnel hasta el otro lado». «Aquí pisamos el ‘piano’…» Va haciendo como un recorrido, que es el que hace normalmente mentalmente en su cabeza, de cómo va a llevar a cabo esa carrera.

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Es entrenamiento en imaginación. Cuando llegue a la carrera, ¿realmente va a ocurrir eso, exactamente? ¿Va a poder a lo mejor pisar a fondo? A lo mejor tiene delante otro coche que no le deja, otro que le adelanta, no va a poder. Pero sin embargo va a llegar a la línea de salida pensando: «Lo tengo todo controlado, estoy fuerte, sé cómo me encuentro», etcétera. ¿Qué estoy consiguiendo? Aumentar mi nivel de autoconfianza. Hablo de deportistas, y quién no, como profesor, como… En cualquier profesión en la que tengamos, al final la autoconfianza es lo que necesitamos también para levantarnos a veces por la mañana, en cualquier sitio, ¿no? La motivación de la que estamos hablando es también necesaria en cualquier ámbito en el que nos movamos. A ver, por ejemplo, ¿cuál es tu profesión?

44:35
Laura. Yo soy maestra.

Joaquín Valdés. Tú eres maestra. De los cuatro factores que habíamos comentado al principio, en el ámbito del deporte, en la teoría del rendimiento, había unos factores físicos, técnicos, tácticos y psicológicos. En tu caso, por ejemplo, a nivel técnico, ¿crees que como profesora necesitas tener conocimientos técnicos?

Laura. Sí.

Joaquín Valdés. Sí, claro. Bien; a nivel estratégico, a nivel de estrategia, a nivel de táctica, ¿crees que influye en tu rendimiento, en tu trabajo, este tipo de situación?

Laura. También. En cierto modo también.

Joaquín Valdés. Tienes que, por ejemplo, en un momento dado, «hoy tengo que explicar una serie de cuestiones técnicas, pero tengo a los niños hoy que es que hace un calor tremendo, es la última hora del día, y quizás tengo que adoptar otra estrategia, porque quizás hoy no es el mejor momento para explicar esto». Hay que tener unos conocimientos, también, estratégicos, ¿no? A nivel físico, ¿crees que es importante tu forma física, digamos, para poder rendir bien? ¿Qué opinas?

Laura. Pues creo que sí, cuanto mejor estés físicamente más aguante vas a tener en el aula.

Joaquín Valdés. Efectivamente, pero bueno, en el ámbito de la educación, como profesora no creo que tengas mucha necesidad de aguante, ¿no?

Laura. No.

Joaquín Valdés. Hay otra parte que es la psicológica. ¿Crees que tiene una parte de importancia en tu rendimiento, esa parte psicológica?

Laura. La que más.

Joaquín Valdés. La que más. Con lo cual, ¿podemos hacer un paralelismo entre lo que ocurre a nivel deportivo y lo que ocurre en cualquier otro nivel profesional, en cuanto a que para poder rendir necesito tener todos estos factores, digamos, en la nota más alta posible?

Laura. Sí.

Joaquín Valdés. Estamos de acuerdo en esto. Muchas gracias.

46:38
Yasmina. ¿Qué tal, Joaquín?, yo te quería preguntar, bueno, todos conocemos jugadores que son líderes en sus equipos, y cómo se lleva esto, cómo se gestiona en un vestuario, tener tanto líder junto.

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Joaquín Valdés. Buena pregunta. Mira… Gestionar ese tipo de cosas, que quien tiene que gestionarlas principalmente es el entrenador, con la ayuda del cuerpo técnico y la función que cada uno desempeña a su alrededor, hace que lo que os trasmita ahora sea que, bueno, ya os lo comenté, yo creo que anteriormente, que un entrenador, un buen líder, casi tiene que tener más conocimientos y más… digamos preparación en gestión de personas que casi de aspectos puramente técnico-tácticos. Y sobre todo en situaciones con vestuarios en los que… Pues en los que estamos hablando de eso, de líderes, de «cracks», etcétera. Claro ¿cuál es el mejor entrenador? El que tiene grandes conocimientos técnicos y el que es gran conocedor de la gestión de personas. Entonces, cuando hablamos de esta… Un vestuario es un lugar lleno de egos, que hay que satisfacer, y de personas que te evalúan cada día. En todos los vestuarios, todos los que estáis en un vestuario deportivo, sabéis que, bueno, pues que siempre hay una evaluación del entrenador o entrenadora, persona que llega, de lo que dice, de las veces que repite una palabra que no viene a cuento, las veces que se rasca la nariz, o sea, hay cantidad de cosas que… Yo recuerdo que me comentaba un entrenador, que… Bueno, un entrenador ahora que cuando era jugador pues contaba las veces en las que el entrenador, cuando llegaba, decía: «¿Vale?» «¿Vale?» Y entonces estaba más pendiente de contar los «vales» que de lo que realmente estaba queriendo explicar el entrenador.

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Esto puede parecer una tontería, pero esto implica que por una pequeña… una pequeña situación de comunicación, pues lo que está ocurriendo es que no está algún jugador del todo atento a lo que está diciendo. ¿Qué quiere decir esto? El primer punto que tiene que conseguir un entrenador es captar la atención. Entonces, tiene que ser cuanto mejor y más formado sea en habilidades de comunicación, que es la herramienta casi tan importante, o más, que la del propio conocimiento técnico, la trabajen de forma adecuada. Para poder lanzar esos mensajes que activen o desactiven, para que generen miedo al fracaso o generen motivación, en función, un poco, de lo que les trasmitan. Las… entrevistas que hacen a los jugadores siempre, sus contestaciones, van a depender de la charla que han oído del entrenador. En realidad, o sea, las contestaciones son cosas que ha dicho el entrenador en la charla anterior. Siempre. Entonces, si quieres ser un elemento de trasmisión, tienes que tener muy claro lo que vas a trasmitir porque eso va a ser, digamos, los apoyos o los conceptos que ellos van a utilizar luego, cuando salgan de allí, para hablar con los medios. Tu colocación, tu tono de voz, tu… O sea, todos los aspectos, tu imagen, son todos aspectos que tienes que tener muy en cuenta cuando estás ante un grupo de este calibre que estamos hablando. Entonces, lidiar con este tipo de situaciones requiere, pues, no solo creer que eres un gran entrenador en cuanto a conocimientos, sino un gran entrenador muy también formado en cuanto a la gestión de personas.

50:28
Eduardo. Hola, Joaquín. Con cierta frecuencia, sabemos de padres, familiares, que pierden los papeles viendo competiciones o partidos de sus hijos, interfiriendo en la labor de los entrenadores, increpando a árbitros, también movidos por la obsesión por el éxito de sus pequeñajos, y, ¿desde la educación se puede hacer algo para transformar estas actitudes tan negativas en respeto y comprensión para el crecimiento de estas primeras edades?

“Con esfuerzo no se llega a la meta, se llega a la excelencia”. Joaquín Valdés
51:01
Joaquín Valdés. Efectivamente, desgraciadamente, este tipo de cosas se ven con demasiada frecuencia. Yo creo que, a través de la formación, a través de este tipo de… sobre todo de tener muy en cuenta a las personas, sobre todo adultas, que están alrededor del trabajo de los niños, es la manera en la que realmente podemos intervenir. Creo que es algo que hay que hacer no cuando ya ocurre, sino antes de que ocurra, esa labor preventiva que siempre buscamos, y que deberíamos llevar a cabo. Yo, en mi experiencia, que trabajé mucho con categorías inferiores, además de con el equipo, el primer equipo, en el Sporting de Gijón, trabajé mucho con niños, allí, y hacíamos, o propuse una intervención que se llama psicología del triángulo deportivo, que fuese a los tres lados de ese triángulo, que forman el triángulo deportivo del deporte base, que es, por un lado, los propios deportistas, futbolistas en este caso, por otro lado los padres y el otro lado el de los entrenadores. ¿Cómo hacíamos esta intervención, formación? Pues a base de charlas, a base de darles mucha formación a los padres, en cosas en las que, bueno, que no tienes por qué nacer aprendido, y no tienes por qué saber. Muchos padres no tienen… Muchos no. Yo digo que el 99,9% hacen con sus hijos lo que creen que es mejor para ellos. Lo cual puede ser equivocado. Pero lo que no hay duda es de la intención, de la buena intención en este sentido. Entonces llega un punto cuando hay que explicarles qué cosas están haciendo que no son buenas para el niño.

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Y sobre todo hacerles partícipes y dándoles la importancia que tienen en ese triángulo, en esa necesidad. En el ámbito de los entrenadores, con muchas charlas también, trabajando acerca de, por un lado, mentalizándoles de que el padre no es el enemigo, porque también es un poco como: «Padres, el enemigo a abatir». No, lo que hay que también es manejar ese tipo de situaciones, darles la información que necesitan, etcétera, y hacerles ver que no tiene por qué ser un enemigo, sino que puede ser un aliado, en todo esto. Entonces, les explicábamos eso, cursos y formación en habilidades de comunicación, en habilidades de autocontrol, vídeos en los que se viesen ellos en situaciones en las que a nadie le gusta ver cuando uno pierde el control, por el tono de voz, por insultos, por formas, etcétera, y todo esto, junto con normas, también, de comportamiento y de formación en cuanto a que está representando también a un club, pues también se influía de esta manera en su comportamiento. Y por último, en el ámbito de la parte de los niños, la intervención se hacía, eran muchos niños, no podía hacer una intervención, digamos, individual, sino que hacía una intervención que llamamos indirecta, a través de los entrenadores y de los adultos que están a su alrededor. Tanto a los entrenadores como a los padres les hacíamos ver que en el momento en el que estás con un niño, antes que un entrenador, antes que un delegado, antes que un directivo, eres un educador.

54:25

Y entonces, a través de los entrenadores, por ejemplo, hacíamos, pues, un sistema de puntos, puntos que se llamaban «sportings», con la palabra «sporting», por ejemplo, pues habíamos hecho un decálogo, que era «Sporting» que significaba «salud, seguridad e higiene», la P de «puntualidad», la O de «orden» la T de «tenacidad y esfuerzo», la I de «imagen», la N de «nobleza y dignidad», etcétera, y con cada una de estas palabritas unos comportamientos, unas normas, etcétera, para ir poco a poco inculcándoles por un lado el sentido de pertenencia a ese club, y una serie de valores que tenían que tener cuando representaban a un deporte, a un club, etcétera.

55:12

Lo que destacaría, sobre todo… con toda la experiencia que he adquirido a lo largo de estos años, por mi profesión, por las situaciones que he vivido, es que cualquiera de estos aspectos que hemos hablado ahora, de las variables que comentaba antes de motivación, confianza, estrés, atención y nivel de activación, son variables que se pueden dar tanto en el deporte como en cualquiera de las situaciones que podáis estar viviendo vosotros en vuestro día a día. Tanto si estáis estudiando como si estáis trabajando, como en el ámbito de la docencia, cualquier ámbito en el que podamos pensar. Para todas estas situaciones que estamos comentando, también paralelas al deporte, esas herramientas que he comentado también antes podemos aplicarlas y pueden ayudarnos también a conseguir ese, bueno, ese objetivo que perseguimos, porque al final en el deporte se persiguen metas, objetivos, pero en cualquier otra faceta de nuestra vida estamos también continuamente persiguiendo metas y persiguiendo objetivos. Y durante todos estos años, también, una cosa que me ha gustado tener muy en cuenta cada día es el de valorar cada momento que estaba viviendo como un momento importante y de alguna forma no habituarme a creer que eso es lo normal. O sea, yo pienso que haber podido trabajar en un Fútbol Club Barcelona, estar ahora mismo en la selección, etcétera, es algo para lo que también hay que estar preparado, desde el punto de vista de que tiene un fin, seguro. Esto se acaba seguro.

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El mayor problema que uno puede tener es el de creer que esto es lo normal, acostumbrarte a ello, no valorarlo de la forma adecuada, y entonces llegar a una gran frustración el día que se acabe, que se acabará. Hay que disfrutar cada momento del que se está viviendo, de lo que estamos haciendo, porque son momentos irrepetibles. Y por último, deciros también cualquier cosa de las que hacemos ahora tiene una repercusión siempre en el futuro. Yo ahora estoy en la Selección y no sé si estoy ahora en la Selección porque antes estuve en el Fútbol Club Barcelona, no sé si estuve en el Fútbol Club Barcelona porque antes estuve en el Celta, no sé si antes porque antes estuve en la Roma, y en otros equipos, no sé si porque antes de eso yo lo que hice fue judo, fue psicología, no sé si porque en un primer momento tuve mi primer auditorio de niños sentados en una colchoneta escuchándome, no sé si fue el día que yo, de forma más o menos estratégica, hice que un médico del equipo del Sporting supiera que yo era psicólogo del deporte poniéndoselo encima de la mesa cuando me iba a mirar un hombro, no sé dónde fue, pero sé que todo tuvo una repercusión y un efecto dominó hasta llegar a estos días. Entonces, el transmitir que todo lo que hacemos ahora tiene una repercusión en el futuro y que debemos también tenerlo en cuenta es un poco, digamos, el aprendizaje que me gustaría trasmitiros.

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Muchas gracias.

“Con esfuerzo no se llega a la meta, se llega a la excelencia”. Joaquín Valdés