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Cómo despertar la creatividad

Angélica Sátiro

Cómo despertar la creatividad

Angélica Sátiro

Pedagoga experta en creatividad


Creando oportunidades

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Angélica Sátiro

Lleva más de treinta años dedicando su vida a la educación. Angélica Sátiro es autora de más de 200 libros pedagógicos para niños, y de innumerables publicaciones sobre creatividad y pensamiento crítico en la infancia.
Es doctora Cum Laude en Pedagogía por la Universidad de Barcelona, magíster en Creatividad Aplicada por la Universidad de Santiago de Compostela y posgraduada en Pedagogía filosófica por la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil).
Firme defensora de fomentar el pensamiento creativo en los niños, Angélica aboga por un sistema educativo capaz de conjugar lo reflexivo y lo autónomo. Según explica, “si en casa y en la escuela el ambiente siempre es la repetición de lo mismo, ¿cómo va a desarrollarse la creatividad?”. Como experta internacional en este campo, asegura que en el ámbito educativo “se habla mucho de creatividad; pero tristemente, aún está en el discurso y poco en la práctica”.
Ha sido conferenciante, creadora y asesora de proyectos de innovación educativa en más de una decena de países de América Latina, así como en España y otros países europeos.
Investigadora incansable, otra de sus líneas de trabajo es la denominada ‘Filosofía para niños’. Para ella, “cada situación cotidiana es una oportunidad para que los niños aprendan a pensar de forma creativa”.


Transcripción

00:05
Angélica Sátiro. Soy Angélica Sátiro. Desde hace más de 30 años me dedico a la educación. A mí me apasiona la creatividad, el desarrollo de la capacidad de pensar, y la Filosofía para Niños. Desde la educación, inventar futuros.

Juana García. Buenos días, Angélica.

Angélica Sátiro. Buenos días.

Juana García. Para mí es un placer estar aquí contigo. Soy Juana, me dedico a la pedagogía musical. Puesto que se supone que los músicos somos creativos, me gustaría preguntarte qué es para ti la creatividad y por qué estamos tan obsesionados últimamente con que los niños deben ser creativos.

00:46
Angélica Sátiro. Bueno, la creatividad es un campo que digamos que es reciente a nivel de investigación teórica. Y es un campo también interdisciplinar. Hay gente de varias áreas que están teorizando la capacidad creativa. Y la propia palabra «creatividad» es polisémica. Se pueden decir muchos significados. Para mí, crear es generar nuevas, más y mejores ideas. Es decir, ideas con valor. Y luego estas ideas son las que pueden ser aplicadas en varios campos a través de distintos lenguajes, incluido el lenguaje musical. Y estas ideas con valor, más nuevas y mejores, son las que transforman distintos campos, distintos ambientes y distintos tipos de producto, vamos a decirlo así. Para mí es muy importante entender la creatividad como una capacidad, ¿no? Todos los seres humanos la tenemos en potencia, digamos. Significa que podemos desarrollar esa capacidad. No existe, desde mi manera de entender, una persona creativa y otra no creativa. Existen niveles de desarrollo de esta capacidad.

Angélica Sátiro
02:15
Angélica Sátiro. Uno puede tener un nivel máximo de desarrollo que digamos que son los genios de la creatividad. Y luego, otros diferentes niveles de desarrollo de esa capacidad. Y la segunda parte de tu pregunta es curiosa para mí. ¿Sabes por qué? Normalmente, es vox populi, la gente dice que los niños y las niñas suelen ser más creativos que los adultos. Entonces, tu pregunta me hace pensar en ese mito. Porque la verdad es que Vygotsky, un teórico que me gusta mucho, tiene un librito finito que vale la pena leer sobre la imaginación infantil, sobre la capacidad creativa infantil. Y él comenta que, de hecho, las criaturas no son más creativas que los adultos. Lo que pasa es que confían más en su capacidad creativa. Con lo cual, se atreven más que los adultos. Porque nosotros los adultos tenemos ahí siempre la duda: ¿Soy creativo o no soy creativo? Emitimos un juicio, tenemos miedo al ridículo: «Ay, ¿qué van a pensar de mí si hago tal cosa?». Los niños y las niñas se lanzan, se atreven. Ahora, tu pregunta tenía varias partes. Tú decías que por qué estamos tan obsesionados, has dicho.

03:43
Juana García. Sí.

Angélica Sátiro. Lo que yo veo, pasando por el sistema educativo, visitando muchas escuelas, estando en actividades de formación de profesorado, es que todavía el sistema educativo más bien no favorece el desarrollo de la capacidad creativa. Y por la manera como se estructuran los procesos de aprendizaje y de enseñanza muchas veces lo que veo es más bien un embotamiento de esa capacidad. O sea, en vez de florecer la capacidad creativa.

Juana García. Todo lo contrario.

Angélica Sátiro. Hay más bien un…

Juana García. Un cerrarse, sí.

Angélica Sátiro. Un cerrarse a esa posibilidad. Y hablo de sistema educativo pero no es solo la escuela. Yo veo que eso pasa socialmente. Pero, a ver si entiendo tu pregunta: «¿Por qué últimamente está de moda la palabra ‘creatividad’?».

Juana García. Sí.

Angélica Sátiro. Desde el momento que empecé a investigar en los años 80 a ahora veo que de un bum todos tienen que ser creativos, innovadores… Pero eso está, infelizmente, todavía en el discurso, pero no necesariamente en la práctica.

Juana García. En la práctica.

05:00
Angélica Sátiro. En la práctica, yo noto, muchas veces con pesar, lo digo, que hay circunstancias en que una criatura de 11 o 12 años que está, digamos, ya escolarizado desde los dos o tres, lleva diez o nueve años de escolarización, yo veo que más o menos tiene miedo de atreverse con su capacidad creativa. Fueron entrenados a dar una respuesta, la única correcta, que no se equivoquen, que no quieran sentirse humillados con el atrevimiento de arriesgarse a algo diferente.

05:41
Juana García. ¿Qué características tiene la persona creativa para ti?

Angélica Sátiro. Al empezar a leer a todos los grandes teóricos de la teoría de la creatividad, vi que muchos empezaron a investigar justamente la persona creativa. Con esa intriga de: ¿Cómo es que algunas personas son tan creativas y tienen una potencia tan grande que han hecho cambios profundos en la ciencia, en el mundo de las artes, en el mundo del pensamiento? Estos genios, como puede ser Einstein o Picasso, o esos grandes genios. Entonces me di cuenta al investigar de que decían varias características de lo que sería este genio. Porque muchos teóricos fueron a investigar a los genios y a partir de ahí observaron qué tipo de características, de actitudes tienen, de procesos mentales, de manera de posicionarse. Investigaron esto y a partir de ahí han dicho: «Bueno, esto caracteriza a la persona creativa». Y yo, investigando, en algún momento dudaba porque pensaba: «¿Será que con eso es suficiente? ¿Con una lista de características vamos a llegar a entender algo que es bastante misterioso?».

07:08
Angélica Sátiro. Y encontré a un autor que a mí me resulta más interesante que otros, que es Mihály Csíkszentmihályi. Él lo que busca hablar sobre el tema de la persona creativa es que no es tan fácil de etiquetar, que uno tiene cómo hacer linealmente, delinear un perfil y ya está. Que cuando alguien es verdaderamente creativo en el sentido de que está muy involucrado en el desarrollo de esta capacidad creativa pues a veces tiene incluso características contradictorias. Por ejemplo, puede ser alguien a quien le encante el silencio y estar solo, y a la vez alguien muy comunicativo y con muchas capacidades de interacción y de lo contrario de ese silencio y esa actitud más interiorizada, ¿no? Csíkszentmihályi habla, por ejemplo, de que una característica es una cierta androginia mental. Es decir, a la vez que tiene unos aspectos muy masculinos que son estos de emprender, salir hacia afuera, también tiene estos aspectos muy femeninos de una sensibilidad de empaparse de todo. Entonces, lo que Mihály nos ayuda a ver es esta complejidad de lo que caracterizaría a una persona creativa. Yo estoy muy interesada en esto. En cómo nos hacemos mejores creativamente. Entonces una de las cosas que me dedico a investigar lo que llamo «ethos creativo».

08:59
Angélica Sátiro. La palabra «ethos» es una palabra que viene del griego. Es lo que da origen a la palabra «ética». Pero esa palabra significa a la vez dos cosas. Por un lado, es una morada interior. O sea, el lugar donde uno se habita a sí mismo. Dentro de sí mismo. Y por otro lado, es una cierta disposición de estar con el otro, de interactuar con el otro, de actuar en el mundo. El ethos, uno nace con él y ya está. Es algo que se va dando. Entonces, si desde muy chiquitines, si nuestras familias, nuestros sistemas escolares, nuestra propia sociedad, se convierte en un ambiente que estimule el desarrollo de ese ethos creativo, cada criatura va creciendo ya con esta morada interior. Es decir, con unos recursos internos que ayuden a dar respuestas creativas al mundo. Y a la vez, a la hora de posicionarse frente a un conflicto, frente a un problema, frente a un proceso de aprendizaje, si lo desarrolla desde dentro, ya se posicione creativamente. No se posiciona solo para repetir algo, sino para generar respuestas novedosas o una manera diferente de resolver determinado conflicto. Y hoy por hoy hace falta eso. Tenemos unos retos en el siglo XXI que vamos… Entonces, más que querer delinear a la gente con un perfil de persona creativa, yo creo que hacemos mejor favor en las familias, en las escuelas, ayudando a que estas criaturas, desde muy pequeñitas, puedan ir desarrollando estos recursos internos para dar respuestas creativas a su propia vida al nivel de los problemas a los que se enfrentan.

11:05
Juana García. Y me lleva esto a preguntarte: ¿Cómo desarrollas esa creatividad en un niño?

Angélica Sátiro. La primera cosa que creo que es importante entender es que todos tenemos la capacidad. No olvidar eso nunca. Porque si en algún momento pensamos que alguien no es creativo y que tenemos que enseñarle a serlo, yo creo que ahí ya es una gran equivocación. La capacidad creativa no se enseña. Ella ya está dada. Lo que sí podemos hacer es crear las condiciones para que ella se desarrolle. Estimularla para que salga. Es muy importante pensar sistémicamente, ¿no? Entonces, por ejemplo, crear un ambiente que estimule estas respuestas novedosas. Por ejemplo, si en la escuela nuestras preguntas solo piden una respuesta y esta respuesta es la correcta y única, si los entrenamos para que sean así, ya de entrada te digo que no le estamos haciendo ningún favor al desarrollo de su capacidad de pensar creativamente. Yo decía que crear es generar más, nuevas y mejores ideas con valor.

Angélica Sátiro. Si toda pregunta solo tiene una respuesta, ya no hay más, nuevas y mejores ideas con valor. Hay una. Entonces tenemos que cambiar nuestras preguntas. Cambiar la manera de preguntar. Buscar hacer preguntas que favorezcan, que se abra el abanico de buscar posibilidades de respuesta. Sin miedo a equivocarse. ¿Qué pasa si nos equivocamos? Vamos a ver, ¿quién nunca se equivoca en la vida? Todos nos equivocamos. El ser humano se equivoca de por sí, solo de estar humanamente en el mundo ya estamos equivocándonos. ¿Cierto? Entonces, la primera cuestión es romper con ese miedo. Crear ese ambiente que favorezca las múltiples posibilidades de preguntas. A la vez, las múltiples posibilidades de respuesta. Bien, ¿cómo? Creando un ambiente de confianza. También es importante tener presente que los procesos también deben ser creativos. Porque muchas veces la gente espera un resultado creativo. Pero si tú no viviste el proceso de forma creativa, ¿cómo vas a tener un resultado creativo? Pero si buscamos procesos que sean procesos también creativos que permitan abrir, cerrar, hacer emerger cosas nuevas, pues ahí los resultados también pueden ser nuevos. E ir estimulando también ese ethos creativo. Que se vaya constituyendo, que cada criatura pueda hacer muchos ensayos de ser, que no se quede con uno.

14:15
Juana García. Si alguien no está tan cercano a un mundo más creativo o artístico, ¿podrías poner un ejemplo más concreto de cómo desarrollar ese proceso para conseguir un resultado creativo?

Angélica Sátiro. Utilizas la palabra «artístico» y «creativo». Yo quiero aprovechar para hacer una distinción.

Juana García. Sí.

14:34
Angélica Sátiro. El campo del arte como área de conocimiento humano, que también lo es, no existe sin el desarrollo de la capacidad creativa. Pero la capacidad creativa no es exclusiva del campo artístico. No hay ciencia sin la capacidad creativa. Y no hay pensamiento sin la capacidad creativa. Porque la gente suele asociar creatividad con arte y creatividad con manualidades. Con hacer una manualidad estamos siendo creativos. Vamos a ver, hay distintas pautas y distintas maneras de hacer. Entonces, primero entender eso, que la capacidad creativa está para la vida misma. Vamos a dar un ejemplo que puede parecer tonto pero vamos a pensar de nivel de familia. Después podemos ir a un ejemplo de escuela. Cuando llevamos a nuestros niños al cole, ¿vamos siempre por el mismo camino?

Juana García. Sí, siempre.

Angélica Sátiro. ¿Sí?

Juana García. Casi siempre.

15:40
Angélica Sátiro. Pues mira, una manera de hacer despertar la capacidad creativa de los niños. Un día cambia de ruta, a ver qué pasa. Normalmente las criaturas dicen: «Uy, ¿por qué venimos por aquí?». Y ese «¿Por qué venimos por aquí?» ya abre todo un proceso que es de percepción del camino, de entendimiento de la realidad, de por qué vamos siempre por el mismo lugar y algún día cambiamos, qué es lo que ese cambio provoca. Es una cosita tonta, ¿no? Parece una tontería: «No, voy por aquí por el tráfico, es más práctico. Voy sin tiempo, voy con prisa». Bueno, se entiende. Pero deberíamos ir introduciendo pequeñas pautas como estas para ayudar a tener la capacidad creativa despierta y conectada. Otro ejemplo en la familia. A la hora de cocinar, de comer, ¿por qué no en vez de solo que un adulto cocine y…? «Venga, vamos, come y dúchate». Un poco las prisas de la vida contemporánea. Puedes decir: «Venga, hoy vamos a inventar un plato. Aquí tenemos unos ingredientes. ¿Qué podemos hacer?». Y después comerlo.

17:08
Angélica Sátiro. O sea, inventar en la vida cotidiana. Estas cosas son muy importantes para lo que yo decía. Tienes que tener un ambiente que favorezca. Si el ambiente siempre es la repetición de lo mismo, los roles, los caminos, los tiempos, las maneras de hacer… Si solo repetimos, ¿cómo queremos que desarrolle la capacidad creativa? Y ahora en el aula, lo mismo, ¿no? Tenemos que pensar que si en el aula, por ejemplo, están todos los niños y las niñas sentaditos mirando para una persona, que es la profesora, el profesor, ¿no? Y solo miran ahí, y solo escuchan aquel discurso, y solo tienen que devolver ese discurso a la hora de los exámenes, ¿cómo queremos desarrollar la capacidad creativa ahí? Estos niños y estas niñas tienen que estar mirando a otros lados también además de mirar a la cabeza de los niños, de lo que hay delante, tienen que mirarse entre sí. Tienen que mirarse. Y no solo mirar, escuchar. El aula necesita ser un ambiente polifónico. Tú eres de música, me entenderás bien…

Juana García. Sí.

18:29
Angélica Sátiro. …con esa analogía que estoy haciendo. Hacen falta muchas voces. Voces corales. Porque cuanto más escuchamos a otras personas diferentes, más internalizamos procesos diferentes de pensamiento. Y aquí estoy utilizando un término de Vygotsky, que es uno de los teóricos que me gustan. Cuando él trabaja la formación social de la mente. La mente de los individuos se forma socialmente. En el uso del lenguaje, ¿cierto? Si yo solo escucho un tipo de discurso y a una persona, pues eso es lo que internalizo. Pero si escucho un entorno dialógico, muchas voces, muchas maneras de pensar y de llegar a resultados de los problemas, pues ahí internalizo esa polifonía. Entonces, ¿qué pasa? Tengo como un cerebro social diferenciado. Una inteligencia colectiva. Tengo varias maneras de entender el mundo que hacen que la mía sea más rica.

19:39
Juana García. Como hablabas de referentes, te quería preguntar: ¿Cuántos y cuáles son los referentes que te han llevado a este campo de estudio del pensamiento creativo?

Angélica Sátiro. Hay varios. Yo cité a Vygotsky y a Csíkszentmihályi porque son para mí importantes, uno por la formación social de la mente y todo lo que tiene de investigación también de la creatividad de la infancia. Y el otro por ese abordaje sistémico que entiende que no es solo la linealidad que nos lleva sino que hay que entender la creatividad desde una perspectiva de la complejidad y desde una perspectiva sistémica. Pero yo no puedo dejar de citar a mi gran maestro que fue Matthew Lipman, el creador de Filosofía para Niños. Lipman lo que hizo fue juntar la filosofía con la infancia. Antes de él, nadie había hecho esto. Pero una de las cosas que él también aportó de forma muy importante fue lo que él llama «pensamiento multidimensional». Es el pensamiento que a la vez es creativo, crítico y ético.

20:54
Angélica Sátiro. Entonces, eso a mí me dio un chispazo porque es la cuestión de entender el pensamiento no solo creativo o solo crítico, incluso hacer antagonismos y contraposiciones, sino que busca esa globalidad, esa perspectiva más holística. Porque, de hecho, los humanos no vamos por partecitas. Los humanos funcionamos como un todo. Cuando se divide en partes es para investigar, es para entender. También me gustaría citar, curiosamente, a Maria Montessori. Maria Montessori tiene un concepto muy importante para eso que estamos hablando, que es el concepto de mente absorbente. Entonces, lo que ella comenta es que las criaturas como que crean una carne mental, es una expresión de ella, mientras absorben el mundo. Entonces, mientras perciben el mundo, van a la vez configurando su mente. Y Maria Montessori es del tiempo de las neurociencias.

22:10
Angélica Sátiro. Hoy hay el concepto de plasticidad cerebral, ¿no? Que el cerebro se hace también mientras se vive la realidad perceptiva. Y otra mujer filósofa fundamental. Ella no investigó la infancia pero tiene un concepto precioso. Es Hannah Arendt, que tiene el concepto de «natalidad», que en algunos países se traduce por «natividad» ¿Ese concepto qué quiere decir? Que cada vez que nace una criatura en el mundo, nace la posibilidad de la humanidad volver a nacer junto con esa criatura. Entonces, ese concepto es precioso. Porque, además, nos ayuda a ver la potencia de la infancia. Y ahí nos ayuda a pensar no solo qué es lo que nosotros damos a la infancia cuando la educamos, sino qué es lo que la infancia nos da. Entonces, cada criatura que nace el mundo nos da la posibilidad de reinventarnos. Y eso no me parece poca cosa.

23:20
Juana García. No, no lo es. Te voy a preguntar ahora por una herramienta: el cuento. ¿Cómo podemos utilizarlo y nos puedes dar algún ejemplo?

Angélica Sátiro. La primera cosa que tenemos que tener muy presente es que el ser humano desde los albores de la humanidad en este planeta, siempre hubo estos momentos de sentarse alrededor del fuego y contarse historias entre sí. Siempre ha sido la manera de crear identidad colectiva, identidad personal. Siempre ha sido la manera de entender el mundo, de aprender un conjunto de valores, de principios, de cosas que de verdad importan. Entonces, digamos que nosotros, los seres humanos, aprendemos a ser quienes somos narrando. Narrando nuestra propia historia, pero también narrando historias de otros, y la historia de la humanidad. Somos seres narrativos, somos seres del lenguaje, somos seres que nos constituimos narrando nuestros infortunios, narrando nuestras fortunas, narrando la lucha con los obstáculos.

24:41
Angélica Sátiro. Es decir, en las narrativas, de manera general, leyendas, mitos, cuentos, novelas… Todo eso nos da la oportunidad de tratar todo tipo de temática y desde un lugar que permite llegar de forma amena a las criaturas, a los jóvenes también, incluso a los adultos. ¿A quién no le gusta que le cuenten una historia? Una de las cosas que me encanta ser en la vida es ser escritora de cuentos filosóficos para criaturas. Te voy a dar algunos ejemplos, porque están muy basados en la observación directa, principalmente de esa infancia temprana. Tengo un personaje que es un niño sin nombre y él, por ejemplo, en uno de sus cuentos quiere un nombre y dice: «¡Pero todo tiene nombre menos yo! ¿Cómo es que…?». Y va diciendo: «Oye, hay cosas que tienen más de un nombre y yo aquí sin ninguno». Y ese niño va buscando por qué será que no tiene nombre. Y cuando va haciendo eso, va ayudando a generar una reflexión y un desarrollo de la capacidad de pensar de dónde vienen los nombres, cuál es la relación entre el lenguaje y la realidad, entre el lenguaje y el mundo. Porque, ¿qué ocurre? Cuando tenemos palabras para nombrar algo nos enfrentamos al misterio del mundo desde otro lugar. Imagínate un niño muy pequeñito que decimos: «Todavía no tiene vocabulario».

26:25
Angélica Sátiro. No es solo una cuestión técnica no tener vocabulario. Cuando no tenemos una palabra, no tenemos un entendimiento sobre algo, no tenemos un concepto. Con lo cual, tenemos algo innombrable. Entonces, los niños y niñas muy pequeños viven mucho eso. Por eso tienen otros lenguajes, menos mal, para ir expresando sus entendimientos del mundo. Pero este niño sin nombre tiene otro cuento en el que dice: «Quiero no pensar». Es un cuento en que él intenta no pensar, pero cuanto más intenta no pensar, más piensa.

Juana García. Más piensa.

Angélica Sátiro
27:07
Angélica Sátiro. Entonces, él va transformando a su mamá con el pensamiento. Él mira a su mamá, y su mamá le dice: «Aquí está el chocolate caliente». Una escena muy típica. Además, sus historias son muy cotidianas, con la familia, con los amigos… Muy de estar por casa. Entonces, la mamá trae el chocolate caliente y él empieza a decir: «Pero ¿de dónde viene el chocolate? ¿Y por qué decimos que es así?». Y va preguntando sin parar a la mamá. La mamá se va quedando atontada con el montón de preguntas. Y él pregunta: «¿Y qué pasaría si yo tomara el chocolate caliente por los dedos de los pies y subiera por arriba y saliera por mis orejas?». Y él va diciendo esas cosas y la mamá: «¡Anda ya, para!». Un poco reflejando también nuestra actitud con las preguntas de los niños.

27:57
Angélica Sátiro. Normalmente queremos que paren, pero ahí es una oportunidad genial para seguir desarrollando la capacidad creativa. Cuando están es cuando podemos seguir. El cuento, digamos, es una manera de volver visible un proceso que es invisible. Entonces, lo que buscamos hacer con los cuentos filosóficos es, exactamente, ayudar a ver ese diálogo interior que es el pensamiento. Y a la vez ese atrevimiento que tienen los niños y las niñas. Cuando los cuentos están escritos para desarrollar el pensamiento, para hacer filosofía con las criaturas, para desarrollar el pensamiento creativo, ya tienen dentro de ellos, en la estructura, modelos de desarrollo de la capacidad creativa. Para que aprendan a admirar y querer ser así. Porque esa es una de las cosas interesantes para ayudar a desarrollar la capacidad creativa. Lipman que la capacidad creativa de uno se amplifica cuando admira la capacidad creativa del otro.

29:22
Angélica Sátiro. Entonces, yo veo eso en la práctica. Cuantos más niños y niñas pueden vivir lo que ya tienen, porque son de asombrarse. «¡Mira!». ¿Verdad? Están así ya. Entonces, si aprovechamos ese asombro en vez de aplatanarlos y decir: «Oye, ¿que te asombras por qué?». En vez de eso, decir: «Vamos a ver, ¿qué hay en ese asombro?». Si a partir de ahí ayudamos a educar esa capacidad de admiración, si ayudamos a desarrollar la curiosidad que viene a partir de ese asombro, sí que estamos haciendo todo un proceso de desarrollo de la capacidad creativa. Y los cuentos pueden permitir esto.

30:10
Juana García. Y te planteo la siguiente pregunta. Puesto que el sistema educativo es rígido y, como hablabas antes, no fomenta esa creatividad, aunque esté tan de moda, ¿Cómo puede un profesor en su aula, conviviendo con ese sistema, fomentar la creatividad?

Angélica Sátiro. creo que la primera cosa… Que yo también soy profesora, ¿eh? La primera cosa que tenemos que tener muy muy muy presente es vernos a nosotras mismas también como personas creativas. Porque en la educación muchas veces se enseña aquello que no se es. Segunda cosa: hacer un esfuerzo, vamos a decirlo así, para dejar de hacer lo que nos enseñaron que debemos hacer. Que es enseñar, enseñar y enseñar, así, mira mi dedo, adoctrinando al otro. Porque cuanto más hacemos esto menos les generamos la posibilidad de emancipación de pensamiento, de autonomía de pensamiento.

31:23
Angélica Sátiro. ¿Por qué es importante desarrollar la capacidad creativa en la educación? Entre otras cosas, porque desarrolla la capacidad de pensar autónomamente, por sí mismo, con criterios, y con capacidad de dar respuestas nuevas a los problemas nuevos o antiguos. ¿Cierto? Y buscar crear un ambiente que no sea de adoctrinamiento. Pero sí que sea un ambiente donde se puedan generar aprendizajes entre sí. Y en ese sentido vuelvo a Lipman, porque Lipman proponía que las aulas fueran transformadas en comunidades de investigación. Yo creo que esa idea es muy potente. Porque si entendemos el aprendizaje como investigación, eso es un no parar. Yo cuando estoy en clave investigativa significa que todas mis respuestas son provisionales. Yo las sé hasta ahora. Pero si sigo investigando puede que la cambie.

32:26
Angélica Sátiro. Si tratamos el aula como una comunidad de investigación, todos allí, incluidos nosotros, vamos a estar investigando continuamente. Investigar es estar buscando respuestas, planteando nuevas preguntas, indagando, cuestionando las verdades que tenemos como dogmas, cuestionando los estereotipos, no rindiéndose a las respuestas banales y rápidas. Además, según Lipman, la comunidad de investigación tiene otros aspectos. Y uno de ellos era aquella polifonía que yo decía. No solo la voz del que ocupe el papel de profesor o profesora, sino voz coral. Otras cosas también importantes para que eso ocurra es que el profesor y la profesora entiendan que es solo una cuestión de aplicar una técnica. Yo veo eso muy a menudo porque trabajo en la formación profesoral. A veces vienen unas personas llenas de ilusión a contarme: «Mira, apliqué esta técnica y ahora todos ya somos creativos en el aula». Y yo siempre me quedo mirando y pensando: «¿Cómo lo lograste con una técnica?». La capacidad creativa hay que estimularla de por vida.

33:50
Juana García. Y de muchas maneras.

Angélica Sátiro. Y de todas las maneras posibles. Utilizando todos los lenguajes. No es solo una técnica la que nos hace más creativos y la repetición de ella. No es solo eso. Hay que entender la educación como si fuera un macrosistema creativo. De tal forma que todos sus elementos, el ambiente, las personas, los procesos, los productos de ese aprendizaje, pasen por el tamiz de la creatividad. Y problematizarlo. Porque esa es otra herramienta interesante en la filosofía: la problematización. Esa palabra, la gente se asusta y dice: «Uy, no quiero problemas, ¿eh?». Pero no es problema en ese sentido de pesadez psicológica. Los problemas filosóficos son cuando transformamos en pregunta algo que damos por sentado que sabemos. Entonces, al problematizar, volvemos a abrir con la pregunta. Con lo cual podemos seguir investigando.

Juana García. Claro.

34:59
Angélica Sátiro. Si no hay un problema… Es decir, si no hay una cuestión, no hay investigación. Y si no hay investigación, no hay pensamiento creativo. Porque todo ya es lo que es. También una característica de las comunidades de investigación es que acaban siendo autocorrectivas. Como se dan en situación de diálogo donde cada persona piensa por sí misma pero en compañía de los demás, entonces permite que, por ejemplo, si estamos en una comunidad de diálogo tú y yo, algo que tú me dices me hace pensar, y yo: «¿Cómo será eso para mí misma?». Me genera autorreflexión, autocorrección. Y a la vez, como es desarrollo de esa inteligencia colectiva de ese cerebro social, que es más que la suma de las inteligencias individuales, también hace que la comunidad sea autocorrectiva.

36:00
Angélica Sátiro. Entonces, un profe o una profe que quiera hacer en su aula un ambiente más creativo, tiene que tener presente esto: estar cambiando su ambiente, no dejarlo siempre igual. Porque si no, no hay forma de que estimule nada. Ir cambiando cositas y ver qué generan estos pequeños cambios. Y tener en el propio ambiente, en las paredes o en los objetos, cosas retadoras que les hagan decir: «Uy, ¿yo qué hago con eso?». Y no dar las respuestas. Cuando un niño: «Oye, profe, ¿qué hago yo con esto?». Decir: «Bueno, vamos a ver, ¿qué puedes hacer tú con eso?». Claro está que pensar creativamente no es solo abrir. Si solo abrimos, abrimos, abrimos, abrimos, y abrimos, y abrimos, y abrimos, y abrimos… Nos convertimos en locos, no necesariamente en creativos. El pensamiento creativo conlleva abrir. Es decir, buscar todas las perspectivas posibles, pero en algún momento también converger para llegar a una respuesta. Y una vez llegado allí, volver a abrir para abrir muchas muchas muchas posibilidades, dejar que emerjan estas posibilidades, para después volver a concretar. Eso cabe en matemáticas, en ciencias, en arte, en música, en filosofía…

37:30
Juana García. En todo. ¿Tú crees que el arte es útil para los niños?.

Angélica Sátiro. Bueno, esa pregunta tiene varias partes. Una de ellas tiene que ver con la palabra «utilidad» y la otra tiene que ver con la palabra «estética». En la vida cotidiana, la gente suele pensar que algo estético es como fútil o de poco valor, o superficial, ¿verdad? Pero a mí me gustaría preguntarte algunas cosas como ejemplo para que pensemos sobre esa palabra: estética. Mira, hay unos perros por la calle, y hay un perro en especial que tú crees que es feo. ¿Normalmente vas a tener más miedo o menos miedo de él comparado con otro que tú crees que es bonito?

Juana García. Más miedo.

38:18
Angélica Sátiro. Ahí está el tema. ¿Me entiendes? El tema de la estética va tan conectado con decisiones éticas y prácticas en la vida que cuando alguien me dice: «Es solo estética», yo siempre me quedo pensando: «No se detuvo a pensarlo bien». La estética es el campo de la filosofía que estudia el poder del gusto, de lo bello, de lo feo. En la vida cotidiana, buena parte de las decisiones que tomamos las tomamos porque nos gusta o no nos gusta. Porque nos parece agradable o desagradable. Feo o bonito. Y luego, la otra palabra que está en tu pregunta es «útil». Yo te voy a decir: es muy importante lo que es útil pero también es muy importante todo aquello que no sirve para nada más que ser un ser humano. Y una sociedad capitalista, utilitarista, neoliberal como es la nuestra, si solo nos guiamos por aquello que es útil nos deshumanizamos. A veces la inutilidad de algo nos devuelve nuestra humanidad.

Cómo despertar la creatividad
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“Crear es generar nuevas, más y mejores ideas. Ideas con valor”

Angélica Sátiro

39:35
Angélica Sátiro. Ezra Pound decía que los artistas son como las antenas parabólicas del mundo. Entonces, ¿qué ocurre con las obras de arte? Nos ayudan a dar dimensión humana de partes nuestras que a veces están ocultas. A veces con tanta utilidad, porque no podemos perder el tiempo con cosas inútiles, vamos a lo útil, a lo útil, a lo útil, y nos perdemos, a veces, dimensiones que nos hacen más personas. ¿Por qué el arte en la educación de la infancia, que me decías? Por todo eso, para que aprendan a crecer con criterios propios. Entendiendo el poder que tiene el gusto. Y estos criterios, que son estéticos, de agradable o desagradable, feo o bonito, la conexión de eso con decisiones políticas, decisiones éticas, decisiones importantes en la vida de los niños, de las personas adultas y de los jóvenes también, por consiguiente. Y también el arte por humanizarnos, por recordarnos quienes somos. El lenguaje musical, el lenguaje plástico, el lenguaje gestual, ¿no? El arte performático: la danza, el teatro…

40:50
Angélica Sátiro. Todo eso nos devuelve, como un espejo de nosotros mismos. Nos ayuda. La poesía, la narrativa que hablábamos antes, el papel de la literatura como estructurante de quienes somos. Todo eso son cuestiones estéticas potentes. Y justifica tener la presencia del arte en la educación de las infancias. Además de eso, para mí son muy importantes otros dos ámbitos. Que es ayudar a cada niño y cada niña a hacer de su propia vida una obra de arte. Esa es una idea muy bonita que aparece en los filósofos. En Sartre y aparece en Foucault. Que cada niño entienda que su vida puede ser una obra de arte, que la puede tratar creándose y recreándose de infinitas y diferentes maneras. Que puede estar no solo predestinado a ser una cosa, sino que puede romper con sus dificultades, con sus bloqueos, y poder ir más allá. Porque si es una obra de arte, significa que va a buscar la armonía, va a buscar el proceso creativo de constituirse como tal, va a hacer varios ensayos. Porque ninguna obra de arte es la primera versión.

42:19
Angélica Sátiro. Si entendemos la propia vida como una obra de arte, eso es como entender que podemos crearnos a nosotros mismos. Y ahí entra aquella dimensión que yo decía antes que va conectada con la creatividad: la dimensión de la libertad humana. Que pasa por esa autonomía de pensamiento y de esa capacidad de entender que hay cosas que sí heredamos. Heredamos genéticamente, heredamos culturalmente. Y, obviamente, eso nos constituye. Pero el ser humano no es apenas aquello que hereda de los demás. Es también libertad, es también proyecto. Y a la vez que puede hacer de su propia vida una obra de arte puede también entender la sociedad como un gran proyecto creativo colectivo. Y ahí entra otro enfoque que me gusta mucho hablar de él, que es el de la ciudadanía creativa. Es aprender a ser ese ciudadano, esa ciudadana, que a través de sus microacciones en el territorio donde vive, en su entorno, puede ir transformándolo.

43:30
Angélica Sátiro. Hace poco estuvimos trabajando una actividad a partir de autorretratos de Frida Kahlo, Chagall, Duchamp, Miró… Con niños desde infantil hasta primaria estuvimos trabajando. Ellos y ellas veían la obra, hacían un diálogo filosófico sobre esa obra, y enseguida creaban sus propios autorretratos. Y a mí me pareció muy divertido. Por ejemplo, unos niños y niñas de Galicia, de tres añitos, que decían… Cuando miraron a Frida Kahlo, era una obra dura. Ella ha tenido una vida difícil. Entonces le entró un hierro del tranvía. Y ese autorretrato es su cuerpo abierto con aquel hierro. Hay gente que diría: «Uy, esa obra para niños pequeños no, que es traumatizante». Pues mira, los de tres añitos, uno miró y dijo: «Oye, ¿a esta señora qué le pasó? ¿Ha ido al médico?». Es que parece que están investigando por dentro a ver lo que hay. Y el otro decía: «No, pero lo hay es lo que todos tenemos. ¿Vosotros no veis que comemos por aquí y sale por allí?».

44:43
Angélica Sátiro. Entonces, a ver… Cuando vemos que los niños de tres años desdramatizan el drama, pero a la vez entienden. Mira lo que pasa ahí. Van asociando aquel autorretrato, que es un autorretrato de dolor, de una herida, pero que le ayuda a ver qué es lo que él entiende del propio cuerpo del ser humano, de qué son los procesos corporales, que le pasa a él, a ella, o el entendimiento de qué pasa cuando van al médico, cuando se hace una cirugía. Estamos hablando de la propia vida como obra de arte. Hay varias maneras de trabajar eso. Y alguna de ellas es haciendo autorretratos y dialogando con autorretratos de otros. Para que puedan ver que cuando uno plantea su propia vida como una obra de arte también tiene que plantearse cómo se ve, cuál es su autoimagen, cuál es su propio proceso de autoconocimiento y de autoestima. Entonces, a partir de ahí, estos niños y estas niñas, por ejemplo, pueden hacer autorretratos desde sus heridas. Mira la importancia de eso, por ejemplo, para una educación emocional. Cuando trabajamos dialogando con la obra del autorretrato de Frida Kahlo podemos ayudar a los niños: «¿Qué pasa con nuestras pupas?». ¿No?

Juana García. Claro.

46:08
Angélica Sátiro. Cómo creamos desde este lugar. El poeta Rumi, que es un poeta asiático, decía que es por la herida que entra la luz. Entonces, cuando ofrecemos a los niños y las niñas la posibilidad de verse desde ese lugar, retratarse, recrearse, y cómo sana de eso. Cuando les ayudamos a ver que pueden expresar de diferentes maneras su autorretrato, les vamos ayudando a ver su proceso de autoconocimiento, de autoestima, de autoimagen, y de construcción de identidad.

Juana García. ¿Cómo podemos enseñar a los niños a pensar por sí mismos? ¿O ya lo hacen y no nos damos cuenta?

46:56
Angélica Sátiro. Pensar ya piensan. Y esta es la gran cuestión que tenemos que tener siempre presente. No enseñamos a pensar. Lo que pasa es que podemos crear las condiciones para favorecer que aprendan a pensar mejor: por sí mismos, de forma crítica, creativa y ética. ¿Cómo lo hacemos? Pues con todo aquello que decíamos antes. Teniendo presente la metodología que favorezca que esto ocurra, creando el ambiente propicio para eso, podemos utilizar distintos recursos que pueden ser cuentos, juegos, arte… Como venía diciendo antes, la literatura es muy potente, el arte también lo es. Pues también lo son las actividades lúdicas. Y teniendo presente que cada situación cotidiana es una gran oportunidad de que aprendan a pensar mejor por sí mismos. Un tema fundamental es tener como antenas parabólicas aquí. ¿Sabes? En las orejas. Escuchar de verdad, escuchar en profundidad. Y a partir de lo que dicen, ir trayéndolos a que piensen cada vez mejor. Es escuchar e ir ayudando a que amplíen, a que profundicen a que hagan relaciones, a que conecten con más. Y cada vez que vamos haciendo eso les estamos ayudando a pensar mejor.

48:24
Juana García. Te he escuchado decir alguna vez que los niños son filósofos ingenuos. ¿Qué papel tiene la filosofía en la educación?

Angélica Sátiro. Bueno… ¿Sabes? Una vez me han dicho: «Ay, es que los niños son muy ingenuos, ¿cómo pueden hacer filosofía?». Y fue a partir de esa postura que yo asumí: «Vamos a ver, ¿qué significa la palabra ‘ingenuo’?». El sentido etimológico de la palabra «ingenuo» tiene que ver justamente con lo contrario del todo. El sentido etimológico nos ayuda a pensar que ingenuo es aquel que no es esclavo de la idea del otro. Y en ese sentido sí, los niños y niñas son filósofos ingenuos. Porque como están aprendiendo, como están con esa mente absorbente, como están empapándose del mundo, no son esclavos. Somos más esclavos nosotros, los adultos. Estamos tan atados en aquello que ya sabemos, en los rótulos que damos a las cosas, en los estereotipos.

49:31
Angélica Sátiro. En ese sentido podemos hablar que las criaturas son filósofas ingenuas. Que no van a quedar ahí solo apegadas a los clichés, a las ideas estereotipadas y superficiales. Ahí entra la segunda parte de tu pregunta: ¿Cuál es el papel de la filosofía en la educación de la infancia? Una de las cosas que la filosofía va a ayudar a dar es exactamente un método para que los niños y las niñas puedan, desde esa ingenuidad que tienen, desde esa frescura, desde esa no esclavitud de pensamiento, desde esa apertura de mente, pero sí llegar a más. Llegar, por ejemplo, desarrollando el lado del pensamiento crítico, que es muy importante, ¿no? Pensar creativamente es pensar con criterio, es razonar, es estructurar sus argumentos, es estructurar los pensamientos, es saber escuchar también los discursos de los demás, querer entender lo que está más allá de la primera apariencia.

50:40
Angélica Sátiro. Y hoy por hoy, en el siglo XXI, esto yo entiendo que es un recurso fundamental para afrontar ese exceso que hay de información en tiempos de posverdad. ¿Verdad? Son tantos los relatos que uno no se ubica. Si no hay pensamiento crítico, cualquiera te manipula. Y lo que vamos a llamar «sociedad líquida», que los niños tienen mucha dificultad de situarse. ¿Dónde están los valores? ¿Dónde están los límites? Ahí es fundamental tener pensamiento crítico para ir entendiendo el papel de los límites y cómo los vamos poniendo también. Por ejemplo, un niño o una niña que no juega a cuidar de sus cosas y arreglarlas: «¿Qué pasaría si tiráramos todo a la basura ahora mismo?». Por ejemplo. Le ayuda a pensar: «¿Qué pasaría si tus juguetes, cuando no están en su lugar, desaparecieran?». «¿Cómo desaparecen por no estar en su lugar?». Ahí… Tú, a través de la herramienta de la imaginación y de ese tipo de pregunta, le ayudas a pensar ideas, pero a la vez le ayuda a tener un tipo de actitud en la vida. ¿No?

Juana García. Sí.

Cómo despertar la creatividad
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“Cada criatura que nace en el mundo nos da la posibilidad de reinventarnos”

Angélica Sátiro

52:04
Angélica Sátiro. Un respeto al ambiente, a sus objetos, al espacio colectivo. O cuando un niño o una niña llega con una historia. Por ejemplo: «Ah. Todos los inmigrantes son ignorantes». Ahí tú puedes… Si viene con una expresión como esa tú puedes decir: «¿Y tú cómo sabes eso? ¿Qué te hace pensar que eso es así y no de otra manera?». Cuando haces ese tipo de preguntas, le devuelves. Y uno tiene que decir: «Ups, es verdad, ¿yo cómo llegué a esa conclusión? ¿De dónde saqué esa idea? ¿Esa idea está bien estructurada o yo solo estoy de «repitemonos» porque escuché a uno y lo digo yo también?». Entonces, ese tipo de pregunta va estructurando al pensamiento crítico. «A ver, ¿cuáles son los criterios para que yo afirme lo que afirmo?». Digamos que el modo de pensar filosófico es ese modo de pensar que no se contenta con los estereotipos, que no se contenta con respuestas superficiales, que no se contenta cuando una idea no está bien estructurada, no está bien razonada, no está bien argumentada, cuando las personas no dan sus razones. El papel de la filosofía en la educación pasa por esto.

53:30
Angélica Sátiro. Pasa también por el pensamiento ético. Aprender a tener en cuenta las consecuencias de lo que decimos. Cuando empiezo a hacer esto, empiezo a hacer también pensamiento cuidadoso, pensamiento ético. Tener presente que estas generalizaciones que hacemos con mucha prisa, en general son malos argumentos y dan origen a racismo, a xenofobia, a sexismo. La filosofía en la educación da esa consistencia, vamos a decir así, en ese modo de pensar y de estar en el mundo. Y además, yo creo que ayuda a dar coherencia. Principalmente en la línea de filosofía lúdica que trabajamos, que se conecta con la ciudadanía creativa. A nosotros nos interesa no solo que piensen bien y que tengan unos cabezones así brillantes. Nosotros queremos buenas personas. Mejores ciudadanos y ciudadanas.

Juana García. Sí.

54:33
Angélica Sátiro. Entonces, para nosotros es muy importante que se conecte pensamiento con sentimiento, emoción, acción e interacción. Entonces, en ese sentido, la filosofía ayuda… Aporta también esas posibilidades, ¿no?

Juana García. Si dices que educar es escribir cartas al futuro, o inventar futuros, ¿qué escribirías en tu carta?

54:59
Angélica Sátiro. ¿Qué escribiría en mi carta al futuro? Yo creo que la primera cosa que escribiría es… Para los adultos. Una parte de la carta sería para los adultos. Recordarnos a nosotros mismos esa idea tan bonita de Hannah Arendt, que cada vez que nace una criatura en el mundo, nosotros, como seres humanos, podemos volver a nacer, podemos reinventarnos, podemos mejorarnos, como individuos, como sociedad, como especie. Yo escribiría eso, es una esperanza. Yo pediría a los adultos que fuéramos partícipes de esa frescura de la infancia, que nos dejáramos tocar por la infancia, que la escucháramos, que entendiéramos que esa plenitud de posibilidad que es cada criatura, que no solo estuviéramos ahí para aleccionarlas, adoctrinarlas, sino que estuviéramos ahí para ser tocados por esa… …posibilidad inimaginable que tiene cada criatura cuando nace. Pero a la vez, también, que pudiéramos reinventarnos como sociedad.

56:22
Angélica Sátiro. Yo pediría en mi carta al futuro que pudiéramos reconectar con la naturaleza, que pudiéramos cuidar de nuestra casa. Entendida «casa» en el sentido profundo. No solo nuestra casa donde vivimos, sino la casa sociedad, la casa planeta, la casa que es cada uno, su morada interior. Yo pediría que cuidemos de nuestra casa, reconectemos con la vida. Vamos a desarrollar lo que Erich Fromm llamó «biofilia», el amor a la vida. Vamos a amar la vida. Porque cuando amamos la vida, nuestras acciones son acciones consecuentes con ese amor. Y no estoy hablando de amor sentimental. Estoy llamando amor a un compromiso con hacer que el otro crezca. Un compromiso a conseguir, pase lo que pase, de no claudicar y acompañar. No claudicar y acompañar, y de conectar y de generar más vida a partir de ahí. No dejar de soñar. De no aceptar la dureza de la realidad pero tampoco ser esclavo de esa dureza. No claudicar de sus sueños. Paulo Freire decía… Paulo Freire tiene una Pedagogía de los sueños. Él decía: «Oye, si no soñamos, ¿qué nos queda?».

57:51
Angélica Sátiro. Hay que tener esa pedagogía de la esperanza también, de la apertura de crear posibilidades individuales y colectivas. Yo pondría también en mi carta otra idea de Hannah Arendt, esa filósofa me gusta mucho, que dice que la política debería ser un tipo de amor mundi, que debería un tipo de amor por el mundo. Yo pondría eso. Y cuando cierro los ojos y hago una prospección de aquí a 150 años, que es algo más allá de mi vidilla, que acaba pronto, yo espero de verdad que esté la infancia dignificada, las mujeres dignificadas, la vida dignificada, y que nosotros, los seres humanos, seamos mejores personas y cuidemos mejor de nuestras casas, nuestro planeta, nuestra sociedad. Eso pondría.

58:44
Juana García. Qué inspirador. Muchas gracias, Angélica.

Angélica Sátiro. A ti.