“Saber concentrarse es más decisivo para un niño que su coeficiente intelectual”
Daniel Goleman
“Saber concentrarse es más decisivo para un niño que su coeficiente intelectual”
Daniel Goleman
Psicólogo
Creando oportunidades
Los beneficios de la inteligencia emocional para nuestros hijos
Daniel Goleman Psicólogo
Daniel Goleman
Considerado como uno de los psicólogos más influyentes de los últimos tiempos, Daniel Goleman irrumpió en el panorama internacional como autor del bestseller “Inteligencia Emocional”, traducido hoy a casi 40 idiomas y con una amplia repercusión en campos como la psicología educativa, la educación y el desarrollo personal.
Daniel Goleman fue profesor de psicología en la Universidad de Harvard y editor de la revista Psychology Today. En su faceta como periodista destacan su trabajos especializados en ciencia del comportamiento para The New York Times y dos nominaciones al Premio Pulitzer.
Goleman señala que deberíamos enseñar a todos los niños y niñas a practicar y desarrollar la inteligencia emocional. Apoyado en las últimas investigaciones neurocientíficas, el psicólogo destaca la importancia fundamental que juega hoy la capacidad de atención, ya sea como una forma de autocontrol, para mejorar la empatía con los demás o la comprensión del mundo que nos rodea, así como los beneficios de su entrenamiento: "La práctica de la atención es como un músculo. Si no lo utilizamos se debilita; si lo ejercitamos, se fortalece", afirma. “El control cognitivo y la concentración pueden ser más decisivos para la vida de un niño que su coeficiente intelectual”, concluye.
Transcripción
“La inteligencia emocional es esencial para la felicidad en la vida”
“Cada emoción tiene su lugar, cada emoción nos da un mensaje importante”
Estuve en una clase de niños de siete años en una zona muy pobre de Nueva York, que se llama Spanish Harlem. Los niños de esa zona viven en viviendas de protección social, hay mucha violencia, tienen una infancia muy difícil. Yo pensaba que la clase iba a ser muy caótica, pero me equivoqué. Estaban muy tranquilos y concentrados. Le pregunté a la profesora que qué pasaba. Me dijo: «Pasa esto. Todos los días hacemos algo que se llama ‘amiguitos de peluche’. Cada niño coge su peluche preferido, se tumba en el suelo, se lo pone en la barriga, y lo ven moverse al inspirar y espirar. Suben al inspirar y bajan al espirar». Eso es básicamente un entrenamiento para la atención, gimnasia para la mente. Conforme creces, trabajas con distracciones, porque la mente siempre se distrae. A veces esto lo llamamos «Mindfulness». Es un gran avance tenerlo en los colegios. Cuando tu atención se dispersa, te das cuenta y te vuelves a concentrar. Eso ayuda a fortalecer los circuitos neuronales de la concentración. Cada vez que te das cuenta de que te has distraído y vuelves a concentrarte, fortaleces tu sistema de concentración. Es como ir al gimnasio. Cada vez que levantas un peso, cada repetición fortalece el músculo. Cada vez que un niño o un adulto vuelve a concentrarse fortalece su sistema para hacerlo. Esto se puede enseñar. El cerebro quiere aprender a prestar atención. Es lo primero para cualquier tipo de aprendizaje. La atención se puede entrenar, es la base del aprendizaje. Por eso en los colegios debería entrenarse la atención.
Una de las pruebas más conocidas de control cognitivo es la prueba del «Marshmallow». Si no la conoces, deberías. Se llevó a cabo en la universidad de Stanford. Uno a uno, unos niños entran en una habitación y ven una golosina grande y apetecible, un dulce, creo que decís en español.