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La educación contra la discriminación comienza en casa

Rigoberta Menchú Tum

La educación contra la discriminación comienza en casa

Rigoberta Menchú Tum

Premio Nobel de la Paz


Creando oportunidades

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Rigoberta Menchú Tum

Rigoberta Menchú Tum, la nieta de los mayas, nació a la orilla del bosque nuboso de Chimel (El Quiché, Guatemala), donde la tradición ancestral se transmitía de generación en generación, en contacto directo con la madre naturaleza. También nació en un momento histórico de discriminación racial, violencia, tortura y muerte que sufrió su familia y determinó su futuro como líder indígena y activista.

En 1992 fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz, convirtiéndose en la primera mujer indígena en recibirlo. Su objetivo ha sido la defensa de valores para la construcción de una ética de paz mundial, a partir de la diversidad étnica, intergeneracional y cultural. "Me convertí en parte de la lucha de los defensores de derechos humanos en América Latina. Y alzamos la voz, rompimos el silencio, dimos un mensaje para el mundo. Este es un Premio Nobel que representa la memoria histórica de los pueblos indígenas, que representa a las mujeres y eso soy yo", reflexiona. Su trabajo en defensa de los derechos humanos ha sido destacado con su nombramiento como embajadora de buena voluntad de la UNESCO y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1998. Entre los libros que ha escrito y donde refleja su vida y pensamiento destacan: 'Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia', 'Rigoberta: La Nieta de los Mayas' y 'El vaso de miel', donde reúne leyendas mayas.


Transcripción

00:29
Rigoberta Menchú Tum. Es un gran honor estar aquí. Soy Rigoberta Menchú Tum. Siempre usé los dos apellidos porque para mí es una manera de honrar a mi papá y a mi mamá. Nací en Chimel, una aldea que actualmente tiene solamente ocho familias viviendo allí. Es un bosque nuboso donde nosotros crecimos bastante lejos de las ciudades, las áreas urbanas. Pero también ese bosque nuboso sigue siendo un paraíso de la biodiversidad. Allí nacen las nubes, allí llueve. A veces hay seis climas, podemos decir, al día. En algunas épocas, pues realmente se vuelve difícil para vivir. Pero yo nací allí. Sé cómo caminar en la montaña sin zapatos. Sé cómo trabajar la tierra. Sé cómo cultivar la tierra. Mi padre siempre dijo: «Si no tenemos lo que no tenemos es porque no lo hemos sembrado. Tenemos que sembrar permanentemente». Pero también yo nací en una familia pobre, sin todos los lujos que hay en las grandes ciudades. Sin embargo, mi familia es maya.

02:13

Por eso yo siempre digo que soy una nieta de los mayas, porque yo admiro mis ancestros. Yo hablo con ellos, yo los… Yo practico sus enseñanzas y trato de vivir en sus enseñanzas. Uno de eso es saludar el sagrado día. El sagrado día de hoy, según el calendario maya son tres energías del Ajaw Tz’i’. El Ajaw Tz’i’ es simbolizado en la Tierra por el lobo, el coyote. Los que nacimos en un día de esos, tenemos la oportunidad de hacer honor a la Palabra. Nuestra fuerza es la esencia de la Palabra. Es el nahual de la justicia. Es el equilibrio. Es la verdad. Es tratar de hacer la mediación, la solución y hacer del diálogo un instrumento de vida. Entonces nos enseñaron a nosotros cómo hacer conexión con las fuerzas de la Madre Naturaleza y cómo nosotros no somos un ser único, sino somos un ser parte de todos los seres vivos que coexisten alrededor. Entonces, no hay una cuna más importante para aprender esto, si no es que se nazca en la orilla de un bosque nuboso. Pero también yo aprendí a trabajar de muy chiquita. Aprendí a cortar café, a cortar algodón, a cargar bastante, a caminar mucho. Y bueno, esa vida hasta los 16 años. Yo fui trabajadora en casa particular algunos años de mi vida.

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Posteriormente me gané una beca con las monjas de la Sagrada Familia y entonces me fui a un internado y de ahí pues, obviamente, cambió mi vida, porque aprendí mucho de otra cultura y esa otra cultura es castellano. Porque si tú no aprendes el idioma de otra persona o de otro pueblo o de otra ciudad, realmente es difícil la comunicación y yo valoro mucho el hecho de que se me dio la oportunidad de aprender el castellano. Yo soy K’iche’, por eso quiero decir una frase ahora, que espero que ustedes lo aprendan muy bien: «Kirayij je’lalaj k’aslemal chi’we». Mi gran deseo para ustedes es plenitud de vida». Y es distinto vivir bien que vivir plenamente. Entonces, cualquier pregunta que ustedes tengan es muy importante y yo de antemano a los jóvenes les hago una pregunta. Pero antes de hacer una pregunta yo quiero decirles lo que yo siento con esa pregunta. ¿Qué es lo que más les motiva? A mí me motivan muchas cosas. Me motivan, en primer lugar, las enseñanzas de mis papás, la memoria de ellos. Me motivan las víctimas. Muchas veces, las víctimas de abuso de violencia, las víctimas de crímenes muy altos como crímenes contra la humanidad. Las víctimas a mí me motivan, porque nunca perdieron la fe, no perdieron la paciencia, se volvieron investigadores, se volvieron testigos y se volvieron querellantes.

Rigoberta Menchú: “Creo en el ser humano y en el diálogo”
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“Mi Premio Nobel representa la memoria histórica de los pueblos indígenas”

Rigoberta Menchú Tum

06:33

Yo he sacado muchos juicios en muchos tribunales. ¿Por qué he acompañado en esos juicios? ¿Por qué? Porque para mí la verdad legítima de las víctimas es muy importante. La verdad legítima de la persona a la que le hirieron sus sentimientos, le cambiaron su vida, le destruyeron su entorno, es muy importante. Entonces, a mí me motiva todo eso, así como me motiva la juventud, porque la juventud tiene hoy muchas posibilidades, tanto, tanto, que no sabe qué hacer con las posibilidades que tiene. Entonces yo digo: «Hagamos juntos». Por eso es que es muy importante para mí saber qué les motiva. A ver quién quiere responderme: ¿Qué es lo que más le motiva todos los días? No lo que dicen otros, porque a veces copiamos lo que dicen otros, no, lo que de verdad a mí me motiva. Y eso. Yo soy una premio Nobel maya. No hay otra mujer indígena que tenga el Premio Nobel de la Paz. Lo recibí cuando tenía 33 años. Había trabajado intensamente 10 años antes del Premio Nobel. Acompañé a los refugiados, acompañé a las víctimas de violencia. acompañé a las viudas de Guatemala, de El Salvador, aprendí de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y me convertí en parte de la lucha de los defensores de derechos humanos en América Latina. Y alzamos la voz, rompimos el silencio, dimos un mensaje para que el mundo sepa que nosotros amamos la Madre Tierra y sentimos la Tierra como nuestra Madre. Y entonces, gracias a toda esa lucha, se dio el Premio Nobel, y por eso este Premio Nobel es un Premio Nobel que representa la memoria histórica de los pueblos indígenas, que representa a las mujeres y eso soy yo. Entonces, yo les dejo a ustedes la palabra. Si me hacen preguntas, con mucho gusto, bajo un principio: Si no tengo la respuesta, les dejo como tarea para que busquen la respuesta. No siempre tenemos que tener la respuesta. Así que muchas gracias. Y lo mejor para ustedes y para mí, porque estoy muy contenta de estar aquí con ustedes.

09:30
Manuel. Encantado, Rigoberta. Soy Manuel. Y, bueno, has hablado acerca de la memoria y sus propios orígenes. ¿Podrías hablarnos sobre tus abuelos mayas? Lo más importante que aprendiste de ellos y su propia cultura.

09:43
Rigoberta Menchú Tum. Nuestros abuelos mayas no descubrieron el cero, como lo dice toda la matemática occidental y la ciencia occidental. Ellos se inventaron el cero. Inventaron el cero para hacer una ciencia para la vida, el B’alam K’itze’, B’alam Aq’ab’, Majuk’utaj el Iq’ B’alam, el Kaja’ Paloma’, Chomija’, Tz’ununija’… Es el contenido número uno del cero y significa: «Los dos abuelos, en la salida del sol. Los dos abuelos en el nacimiento de Sol. Dos abuelos en el nacimiento de agua y de oxígeno. Y el corazón del cielo y la tierra». A partir de esa plataforma de conocimiento, ellos pusieron en marcha un sagrado calendario y el sagrado calendario Maya es lo que hasta ahora nos guía. Es impresionante conocer, saber y aplicar el calendario maya, porque eso sirve para uno, sirve para entender a los demás y explicar realmente la existencia planetaria. El Sagrado Calendario nos rige la vida todos los días y hace como yo comprendo también lo que tengo que hacer. Nosotros… Yo practico la medicina ancestral. No cualquier planta se puede cortar cualquier día, no cualquier medicina se puede hacer en cualquier momento, sino que todo tiene un ciclo de tiempo.

11:35

Y por eso es que curamos con nuestras manos a veces o con nuestra palabra. Entonces, los mayas nos enseñaron una salud integral, y creo que lo más importante que nos enseñan los abuelos mayas a través del Sagrado Calendario es que todo es… No todo tiene explicación, pero sí todo tiene una manera de resolver. No hay que dejar al otro que resuelva por ti, sino tú buscas la solución. Si tú no te puedes llegar a un punto de solución, entonces busca apoyo para que sea complementario. Entonces yo termino diciendo: Nosotros aprendimos de eso mucho, el agradecimiento. Un ser agradecido es un ser que tiene conciencia de las cosas. No los ve así como cualquier situación, sino siente la profundidad de la importancia del otro. Es un acto de humildad. Gracias. Perdón. Si yo le pido perdón a mi hermano, a la persona que ofendí, es mucho más sagrado, porque veo la reacción de esa persona. Trato de compensar, digamos, algo profundo que hice. La felicidad, para nuestros abuelos, no es que hay que acumular muchas cosas. Sino son tan pocas cosas las que necesitamos para ser feliz, y más si necesitamos tan poco, una de esas pocas cosas es que estemos conformes con nosotros mismos, ¿verdad? Aceptamos nuestro ser como es. Entonces creo que hay muchas enseñanzas que nos da el Sagrado Calendario. El Popol Vuh sigue siendo un libro sagrado. Esperamos que todo el mundo lo pueda leer cinco veces si puede. Y es tan importante las enseñanzas que ahí está. Los equinoccios, las sombras del tiempo… Bueno, soy una privilegiada, porque no pensé haber encontrado tanta sabiduría en este planeta que no son mías, sino que son de ellos y que yo aprendí algo de eso.

Rigoberta Menchú: “Creo en el ser humano y en el diálogo”
13:06
Vanessa. Hola, Rigoberta, soy Vanessa. Es un placer estar escuchándola aquí hoy. Y me gustaría que pudiéramos conversar sobre una cuestión de la cultura maya que considero muy interesante. Y es que tengo entendido que, cuando nace un niño, se le asocia a un animal protector. ¿Podría hablarnos de esto y también de la importancia que la naturaleza tiene para usted y su pueblo?

14:29
Rigoberta Menchú Tum. Afortunadamente, dentro de nuestro pueblo continuaron las enseñanzas a través de la comunicación, la palabra, el idioma, los símbolos, los glifos. Antes pensaba yo que los glifos lo entendían los que saben escribir y leer, y me di cuenta que nuestros abuelos entienden un glifo, que es un código muy importante, que simboliza tanto, tanto, que se vuelve una ciencia, un glifo. Entonces los analfabetos en castellano o en alguna otra cultura no quiere decir que son analfabetos en la enseñanza ancestral. Entonces, en primer lugar, entender eso. No solo se entiende lo que está escrito, sino que lo que está escrito es una limitada parte de la sabiduría que se tiene en los pueblos y sus civilizaciones. Pero un vehículo muy importante de esto es el idioma. Si nosotros manejamos el idioma, entendemos mucho más lo que hay que si no entendemos el idioma. Por tanto la comunicación número uno debe ser el idioma. Entonces, definitivamente, nuestros abuelos enseñan que somos un microcosmos. Somos una inspiración demasiado extraordinaria, pero pequeñita del cosmos. Por eso es que todo lo que forma un ser nace con esa sintonía profunda. Cuando nacemos pasamos a ser dominados por el Sol y volvemos entonces a la coexistencia.

16:23

Sin los árboles no podemos existir. Sin los ríos, sin las nubes, sin el oxígeno, no existe el ser humano. Somos absolutamente oxígeno y agua. Entonces, efectivamente, tenemos una vinculación con nuestra gestación. Hay un animalito, un otro yo de nuestra gestación en la tierra, en el agua o en el… En los seres vivos. El futuro para nuestros abuelos mayas no es mañana, sino el futuro, el presente y el pasado van juntos desde la gestación. Somos tres elementos desde la gestación. Somos diversos. Nuestra naturaleza es diversa. Entonces no extrañan que sean diversos, porque son diversos. Qué aburrido sería si no somos tan distintos, ¿verdad? Entonces… Pero sí hay compatibilidad. Hay elementos que no cambian. No importa que usted nació en Asia, en África, en América, en Europa, donde sea el continente que haya nacido, porque en nuestra constitución no tiene continente. Tiene un ser profundo, pero no un continente. Entonces la suerte nos tocó ubicar en distintos lados del planeta, pero no somos seres diferentes, ¿verdad? Entonces sí, eso es muy claro para la ciencia de nuestros abuelos. Lo que es cierto es que, por el calentamiento global, la contaminación de deterioro del propio ser humano, lo que yo llamo la deshumanización, que vivimos un tiempo de deshumanización… La deshumanización nos contamina a todos. Y por eso hay mucha pérdida de valores y principios. Ojalá que todos podamos volver a rescatar ese yo que tengo para poder proyectar y hacer cambio. Yo mismo, junto con los demás, que sean compatibles conmigo. Entonces yo creo que es una misión. Lo que les estoy diciendo es que, hoy por hoy, ser un líder para el bien debe ser una misión prioritaria.

18:58
Pedro. Hola, Rigoberta. Yo soy Pedro y realmente es un honor estar aquí contigo. Te quería hacer una pregunta, que es que tu infancia estuvo marcada principalmente por la violencia y la discriminación racial que sufrió tu pueblo. Y me gustaría preguntarte si crees que ha mejorado esa situación a lo largo de los años, no solo en tu pueblo, sino también en los demás pueblos indígenas en América.

19:23
Rigoberta Menchú Tum. Es desafortunado, porque el racismo y la discriminación atacan sentimiento, que es un valor profundo. Yo siento. Si me ofenden, yo siento. Por eso que hace mucho daño. La primera medida tiene que ser uno mismo, que practica racismo, reconozca que no es una forma de vida correcta y entonces tratar de luchar contra eso. Y eso no depende de mí, ni depende de los pueblos indígenas ni depende de las personas, depende de la persona que lo practica. También, muchas veces, es una enseñanza que se hace desde la casa. Por eso es que en las casas donde se enseña la exclusión, el racismo, la discriminación, están haciendo un daño a largo plazo. No están haciendo un daño a mediano plazo. Y hace usted lo aprendió en la calle, pues tiene ‘chance’ todavía de cambiar más rápido que sí aprendió mamando en su casa. ¿Verdad? Nosotros, los pueblos indígenas, hemos sentido ese desprecio, no solo porque nos cuentan, sino porque hemos oído leyendas, cuentos, afirmaciones, insultos, maltratos… Y, aunque no me lo practiquen a mí, lo practican contra mi hermana. Y esa hermana para mí es tan grande como me practican contra mí. Entonces, la gente no se da cuenta de que su ofensa no es a una persona, sino que es a una sociedad más grande. Y por eso es que tratamos de luchar contra eso. Yo he ganado en Guatemala tres juicios contra la discriminación.

21:32

Y es penalizado por ley gracias a los expedientes que yo impuse. Y la gente tiene que invocar esos expedientes para que siga siendo una ley que castigue. No que castigue la mente de esa persona, porque eso no… Nadie tiene derecho a hacer eso y tampoco no está en nuestras manos hacerlo. Si no que castigue la actitud. Es muy importante castigar la actitud, reprochar la actitud, enseñar la actitud que no es correcta. Entonces, desafortunadamente, pues es una condición que se asocia con la marginación. Una cosa es que tú desprecies a una persona y otra cosa es que le quites las posibilidades totales para que no sea igual a ti. ¿Verdad? Entonces ya lleva con un sistema, un impacto económico. Y luego que tienes que despojarle a su tierra porque crees que a esa persona no le pertenece esa tierra. Y luego porque tienes otros intereses .Entonces es como una… Un sistema, se vuelve un sistema y se vuelven leyes. Hay mucho despojo y va vinculado a otro tipo de crímenes contra la humanidad. En suma, yo pienso que el racismo, la discriminación, las fobias deberían ser declarados delitos de lesa humanidad, porque ofende a la humanidad en su totalidad y no se debe practicar en ningún lado del mundo y se debe prohibir totalmente esa actitud. Eso es posible si luchamos por sentar precedentes. Entonces la cultura del miedo también existe. Existen las áreas de conflicto, existen las regiones donde se dan muchos estereotipos, existen también en las víctimas, porque yo el miedo a los matones nunca lo voy a perder, porque yo los vi cerca.

23:52

Es decir, si secuestraron a mi madre, si torturaron a mi madre, si trataron de borrar la memoria de mi madre, terminaron todas las fotografías que podría tener mi madre, etcétera. Si fueron capaces de anular a un ser querido, qué no podrían hacer, ¿verdad? O quemaron vivo un… 39 personas, como lo fue la muerte de mi papá. Entonces el miedo a los victimarios sí existe también. Entonces eso es algo que no solo pasa en un conflicto. Lo peor ahora es que pasa en cualquier circunstancia, en cualquier cultura y no digamos en la vida de los migrantes. A veces hablamos de la migración como hablar de un problema. Y yo digo que la migración no es un problema, es un derecho sagrado. Todas las aves vuelan donde les da la gana volar. Igual los peces deberían ir donde quieran. ¿Y por qué los humanos no podemos ir dónde nos da la gana? El tema es que mucho de esto está codificado y entonces ya hay un prejuicio, digamos, contra uno y otro, y se vuelve un problema. Tenemos que cambiar mucho. Por eso no digas: «Hasta que tenga una guerra, y yo cambio». No, hay que hacerlo todos los días y donde quiera que esté.

25:27
José María. Hola, Rigoberta, soy José María. Tengo que confesarle que estoy tremendamente feliz por estar aquí y compartir este momento con usted. Usted en alguna ocasión ha dicho que la diversidad está en nuestra naturaleza humana. ¿Cómo piensa usted que esa diversidad étnica intergeneracional puede mejorar nuestro mundo?

25:44
Rigoberta Menchú Tum. Realmente es una maravilla. Tenemos más de 6000 lenguas en el planeta y este año es el comienzo de la década internacional de las lenguas. Ojalá que vayamos detrás de la esencia de las lenguas, porque eso revela una civilización completa, enseñanzas, conocimientos. Solamente entre México hasta Costa Rica, podemos decir, somos 32 millones de pueblos indígenas. ¿De qué forma podemos mejorar? Es complicado. Primero, porque ahora la pobreza se ha precipitado más. La migración tiene rostro indígena. Si ustedes ven la mayor parte de las migraciones que vienen del sur hacia Estados Unidos, tienen una gran cantidad de desplazamiento indígena. Si vemos la pobreza, la extrema pobreza está en las comunidades indígenas. Si vemos los daños y perjuicios de la explotación minera a cielo abierto o la siembra de otros productos como la palma africana, que destruye realmente la fertilidad de la tierra, se da en áreas indígenas. Entonces causa nuevos conflictos y esos nuevos conflictos inyectan nuevas juventudes con inconformidad muy fuerte. Entonces las guerras no están aplazadas. Es decir, hay nuevos conflictos que pueden surgir. Eso es lo que más hace daño. Porque si nosotros pudiéramos coexistir en una nación pluricultural, multiétnica, multilingüe, sin prejuicios, con su propia característica, porque yo observo el proceso boliviano, es un proceso muy importante en América Latina.

27:56

Pero nunca será igual que Ecuador, ni será el mismo modelo que Guatemala o el mismo modelo que México, que hay 18 millones de pueblos indígenas y 62 idiomas de pueblos indígenas en México. No será lo mismo. Allá se va a reivindicar una diversidad étnica diferente. Y además hay otras características. Entonces pienso que es nuestro el futuro, pero es nuestro con mucho costo. Tenemos que permear un poco más la política pública. Yo sí creo que, si no es política pública, no se cumple. ¿Por qué? Porque yo he luchado 42 años de mi vida, desde que crucé la frontera por primera vez. Y en esos 42 años yo he visto muchos cambios. He visto muchos éxitos en la humanidad con los tratados, los encuentros, los decenios para las mujeres, la creación de ONU Mujeres… Hace 30 años que las Naciones Unidas declaró la defensa de la Tierra. Las cumbres que se han hecho, el Protocolo de Kioto… Es importante que ustedes los jóvenes conozcan el Protocolo de Kioto, porque ahí se hace compromisos de Estados, pero también de empresas privadas. De proteger la Tierra. Por lo tanto, no dar lugar al calentamiento global. Pero actualmente vemos el deterioro brutal del calentamiento global. ¿En qué nos afecta? Pues desaparecen semillas, en Guatemala hoy hay estado de emergencia, estado de sitio en varias áreas del país, por hundimiento de tierras y que afectan a las comunidades más pobres del país.

30:02

O sea, sí, nuestra actitud está causando mucho problema. Sin embargo, entonces no depende de nosotros, los pueblos indígenas. Depende de la humanidad entera nuestro bienestar como nuestra existencia, nuestra salud, como el florecimiento de nuestros conocimientos. Yo sí les recomiendo que valoren esas civilizaciones ancestrales. Enseñan cómo la persona que puede tener contacto con la naturaleza cambia su perspectiva de salud, su perspectiva de vida, su perspectiva de existencia. O sea, nos da una mejor calidad de vida. Y esa mejor calidad de vida no es que tengamos más riqueza, sino es que tenemos más felicidad en el fondo. No crean tanto que el ser humano es tan superior a todo. No lo es. Tiene su ciclo de vida y, afortunadamente, nosotros, en general, si aspiramos vivir mucho, pues tal vez 110 años podemos vivir en el planeta. Pero algunos solo viviremos 100 o menos de 100. Entonces no nos creamos tanto. Somos seres que tenemos que hacer una relación intergeneracional, interétnica e intergénero. Si nosotros no hacemos un equipo con esa proyección, seguimos siendo excursionistas. ¿Verdad? No damos lugar a la juventud. Tampoco damos lugar a los grupos étnicos con su identidad y tampoco nos enriquecemos con la sabiduría intergeneracional.

Rigoberta Menchú: “Creo en el ser humano y en el diálogo”
32:04
Carlos. Hola Rigoberta. Me llamo Carlos, es un placer. Se cumplen este año 30 años desde la concesión de su Premio Nobel de la Paz. Me gustaría saber qué supuso para usted este enorme reconocimiento.

32:22
Rigoberta Menchú Tum. Es impresionante lo que irradia el Premio Nobel cuando se convierte en una herramienta de trabajo. Yo lo he convertido en una memoria colectiva, en una fuerza para luchar contra aquellas negatividades que hacen posible las guerras, los odios, las discriminaciones que existen en el mundo. Entonces yo decidí luchar contra la impunidad, contra la corrupción, contra la discriminación, luchar contra las desigualdades, las injusticias y tratar de prevalecer los valores y los principios que yo aprendí de pequeña, pero también que todos los días aprendo de la humanidad. Un reconocimiento a la lucha de los pueblos indígenas y se da el Premio Nobel como abrir un túnel sellado para siempre a los pueblos indígenas. De elevar su voz en una tribuna universal. Entonces, para mí es como abrir un túnel donde no habíamos pasado ni vamos a pasar. Pero sí generaba mucha expectativa para ver quiénes somos, cómo son esas otras personas. Claro, con esto rompimos muchos silencios. Creo que, especialmente en Guatemala, pues nos tocó dar fin al conflicto armado interno. Un conflicto que había tenido ya muchos muertos, mucho sufrimiento, muchos crímenes.

34:18

Después del Premio Nobel hicimos 260 exhumaciones de fosas comunes. En algunas fosas comunes encontramos 500 osamentas de gente que fueron tirados en fosa común, violados, bebés, mujeres embarazadas… O sea, ese tipo de situaciones fueron duras, y por eso creo que el Premio Nobel también ayudó a reformar el Código Procesal Penal y logramos que se declaren… Se formen tribunales, dos tribunales de alto impacto, que trabajaron, conjunto con la ONU, a esclarecer la memoria histórica de los crímenes de lesa humanidad en Guatemala. ¿Qué significó para mí? Una carga muy dura. Primero, porque sé que es una memoria colectiva, no es una memoria personal. No es que yo escribí un libro o que haya hecho un descubrimiento de un pequeño bicho o lo que sea, sino es una memoria colectiva. Ser Premio Nobel de la Paz es mucho más duro que cualquier otro de los premios, porque no se puede demostrar de manera tangible lo que tú haces. Luego la discriminación, el racismo, se precipitó contra nosotros, los más cercanos, pero especialmente contra mí. Entonces, hasta antropólogos me atacaron, personas, líderes, desprecios… Ahora, ¿cambió la vida? Sí, cambió la vida el Premio Nobel, porque yo soy una activista social. No soy una persona de vitrina. Entonces, tener que cuidar ciertas formas de actuación también es… Para mí fue duro, pero es satisfactorio.

36:29

Yo creo que lo mejor que me pasó es que me dieron el Premio Nobel de la Paz. Y lo recibiría diez veces más si quieren darme. Ahora… También lo duro es ser víctima, porque en la mente humana quedó el recuerdo de que yo soy una víctima. Entonces, muchas veces se me trató como víctima y no como protagonista, no como mujer exitosa, no como mujer inteligente, no como mujer creadora de muchas iniciativas. Entonces solo me quedó la parte de que me tocó ser víctima, que no me pesa, porque a mí sí me sigue doliendo la desaparición de mi madre. Todos los días pienso: «Mamá, ¿cómo eras tú?». O sea, conocí mejor a mi madre posterior a su tragedia que antes de eso. Y yo creo que nos pasa así a los humanos. Igual a mi papá o a mi hermano Patrocinio, a mi hermano Víctor. Yo me metí en las exhumaciones de fosas comunes, buscándolos a ellos también, no solo por apoyar una causa, sino en mi causa legítima. Trabajo con instituciones en Argentina, en Perú… La Universidad César Vallejo ha trabajado… Hemos trabajado mucho con ellos. Igual la Fundación para la Democracia Internacional en Argentina y con los jóvenes. Somos 14 premios Nobel que hacemos un programa que se llama PeaceJam, y yo creo que hemos formado muchos jóvenes para la mediación de conflictos, solución de conflictos, y tratar de impulsar nuevos liderazgos. Según los cálculos de PeaceJam, he tenido contacto con más o menos 4.000.000 de jóvenes alrededor del mundo, con quienes hemos socializado bastantes conocimientos. El Premio Nobel es la institución más antigua que tiene Occidente y que estamos muy felices, porque ha dado espacio a muchas personalidades con muchos talentos. He aprendido mucho de ellos, también.

38:59
Isabel. Hola Rigoberta, mi nombre es Isabel. Muchísimas gracias por tus palabras, por tu mensaje. En alguna ocasión usted ha indicado que la paz no es únicamente la ausencia de guerra. ¿Qué es la paz para usted?

39:13
Rigoberta Menchú Tum. Yo creo en el ser humano y creo que el ser humano sí puede cambiar cuando quiera y sí puede quitar pretextos. ¿Verdad? De ignorancia, de desconocimiento o de cualquier forma que justifique. Puede mejorar eso en áreas de conflictos. Veo los dos lados armados y, digo, las armas se hicieron para matar. No se hicieron para ningún bien. Y completamente, lo corroboro. En ese momento, solamente que las armas por sí mismas no matan, sino matan las personas que están detrás de cada arma. Entonces, tengo mi fe en esas personas que están detrás de cada arma. Y de esa manera trato de ser parte del diálogo, la mediación de conflictos, ser testigo de honor de un diálogo para que se cumplan acuerdos, se firmen acuerdos. Pero yo siempre digo que el silencio de las armas no es el problema. El problema es cómo quedó la persona que mataba con arma y, ahora que no tiene arma, ¿con qué otra cosa va a cambiar su vida? Y por eso los procesos son muy largos. Cuando vemos la paz en Colombia, ha costado mucho, mucho. Hemos rescatado prisioneros de décadas, no prisioneros de un día ni de dos días. No, de 14 años. De 15 años. Prisioneros de guerra. Y que se entregó a su familia cuando su familia ya ni lo reconoce. ¿Verdad? Sus hijos ya eran grandes. En fin. Pero creemos en el diálogo. Pero sabemos que la transformación de ellos no es el arma. La transformación es la persona que está allí.

41:15

Entonces son procesos muy complicados. Si hubiera equilibrio entre las personas, habría respeto mutuo, habría reciprocidad. La reciprocidad es: Te ayudo y me ayudas. No solo pedir que hagas por mí, sino… Tú. Por ti hoy, por mí mañana. Esa conciencia de que nos necesitamos todos. También este respeto mutuo nos hace posible conocer a las otras personas, a las otras especies, porque los respetamos. Pero se han perdido esos principios y valores. También para mí la paz es como crecer mucho en valores y principios. Si no hacemos eso, ningún arma nos puede solucionar los problemas. Luego en las guerras no solo nacen por sí mismo. Las guerras nunca nacen por una causa bonita. La guerra nace por el arrebato de los bienes de la Madre naturaleza. Por el petróleo, por el oro, por la plata, por los químicos que están bajo la tierra, por la riqueza natural que tiene el planeta. Saquearlos es un daño al futuro, porque los que se enriquecen con eso ahora, en poco tiempo serán difuntos. No estarán aquí, pero dejarán un mundo desolado. O sea, esa falta de conciencia del ser humano, del que no le pertenecen ni las vidas futuras ni el planeta en su totalidad, esos provocan las guerras.

43:17

Entonces a mí me impresiona todo eso. Nunca vi las guerras solo porque hay un comandante muy fuerte y comanda al otro lado y al otro lado, sino que es una caricaturización de lo más terrible, condenable que se puede vivir en el mundo. Entonces yo nunca entenderé la paz como fuente de guerra. Yo solamente me amparo en que la paz para mí es educación, es cultura, es armonía, es convivencia pacífica, es diálogo, es negociación, es solución política a los conflictos, es relación bilateral, es multilateralismo… Por eso creo que lo mejor que hizo la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial es crear las Naciones Unidas como símbolo de multilateralismo. Entonces, para mí paz también es el respeto a la autonomía, la autodeterminación de los pueblos y sus lenguas y sus culturas. Entonces, en pleno siglo XX, que parecía que llegábamos a un punto de civilización vivible, pero cuando vemos que nacen los conflictos, realmente es frustración. Pero como no es un asunto personal, sino que es un asunto global, entonces nuestra misión es inyectarle a la humanidad nuestros principios y valores sobre que no creemos en la guerra. Yo no creo en la guerra. La guerra es sucia, la guerra es muerte, la guerra es destrucción y nada más. Quien lo ejerce, no es honorable. ¿Verdad? No debe ser honorable.

45:17
David. Hola, Rigoberta, soy David. Un verdadero honor. Premio Nobel de la Paz. Premio Príncipe de Asturias en 1998, también, entre otros muchos premios de cooperación internacional. En base a su criterio, ¿cuál sería el punto clave para conseguir solucionar los conflictos en los grupos sociales?

45:39
Rigoberta Menchú Tum. Los conflictos sociales, hoy por hoy, son tan diversos que no se puede aplicar una misma solución. Se tiene que conocer la naturaleza del conflicto. Para conocer la naturaleza del conflicto no se puede adivinar desde un escritorio. Hay que bajar al lugar donde hay conflicto, hay que estar con la gente. Yo sí creo que hay que crear escuelas de formación para facilitadores de diálogo. No necesariamente tenemos que formar nuevas personas. Tal vez la profesora, tal vez el profesor, tal vez los líderes de la localidad puedan tener un solo criterio. Pero cómo se aplica eso en una localidad yo pienso que es la tarea de la creación de mediadores, facilitadores, gente que de alguna manera pone autoridad, sepa exactamente de dónde viene y, sino, lo que va a pasar es que el alumno puede superar al maestro. Yo estoy a favor de la creación de consensos. Si estamos… Tenemos un consenso, es más fácil resolver los problemas. Si no tenemos consenso, cada quien quiere su solución y el cada quien quiere su solución lesiona a otros intereses. Entonces como que hay que tener mucha creatividad estratégica, planeación, reconocimiento, identificación… Tratar de cotejar con lo que conozco. Es un poco lo que yo hago como investigadora extraordinaria. O sea, resulta que la antropología social ha escrito tanto, tanto y no podría leer todo lo que la antropología hizo sobre pueblos indígenas, aunque viviera cuatro veces en este mundo.

47:43

¿Entonces por qué no funciona si hay tanto? Entonces hay que identificar de nuevo cómo enriquecer esa ciencia. No es inventar, sino cómo usar eso para enriquecer. Y sobre esto hay mucha participación ciudadana. Pienso… Yo creo en la participación ciudadana. Creo que los líderes comunitarios podemos hacer algo. Creo que las autoridades que ejercen el poder real tienen necesariamente que cambiar su rutina. El liderazgo que necesitamos es un liderazgo mucho más interactivo, mucho más… Creo yo. Entonces, ojalá que la participación ciudadana sea una participación más consciente. Lo que necesitamos hoy es que haya muchos que puedan dar una fuerza moral en las causas que defendemos. La diversidad no se reclama, la diversidad se ejerce y se pide respeto, porque yo soy diferente. Entonces pues no estoy a favor de que se hagan luchas que tienen que ser por violencia, porque no es necesario.

Rigoberta Menchú: “Creo en el ser humano y en el diálogo”
49:05
Gabriela. Hola Rigoberta, yo soy Gabriela. Bueno, primero que nada muchas gracias por todo lo que está contando, es muy enriquecedor. Y le quería preguntar sobre una frase que ha dicho mucho, que nos ha impactado bastante, que es que por qué es el agua el corazón de los problemas del mundo de hoy.

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Rigoberta Menchú Tum. La primera conciencia que tenemos que tener es que nuestro organismo tiene más del 98 % agua. Somos agua en realidad. El día en que falte agua en nuestras células estamos… Viviremos una calidad de vida diferente o no existiremos. Luego, el agua se ha convertido en uno de los primeros problemas con el deterioro del llamado medioambiente. Porque se ha quitado oxígeno en la Tierra, porque se han depredado los árboles, porque se han destruido las cuencas, porque se ha pensado menos en cuánto podría ser equilibrado. La lluvia en algún lugar se ha borrado, en los bosques nubosos, o se ha hecho mucha explotación minera a cielo abierto y que ha dejado lesionada a la Tierra. Hay algunos experimentos humanos que dan bastante dinero, pero no da vida posteriormente. Entonces, todo lo que ya no es renovable, ha crecido mucho en todo el planeta. Por lo tanto, el 2 % de agua dulce que queda en el planeta debe alcanzar para todos. Somos ya más de 7 mil millones de habitantes. Ya casi llegamos a los 8 mil millones de habitantes del mundo y todos debemos tomar agua y todos somos constituidos en agua, en oxígeno. Entonces hay un gran problema en ese sentido. En muchos lugares el agua ya es una guerra territorial donde las comunidades pelean por el agua. En otros lugares ya no hay agua.

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África está abandonando muchas extensiones de territorios, especialmente por falta de agua. Y la gente prefiere dejar su tierra, huir a otro lugar. Y vamos a huir hasta donde haya agua. Y eso va a ser hoy y siempre. No sé qué harán las generaciones de aquí a 150 años si vamos con este mismo proceso. Es cierto que la tecnología nos puede dar esperanza de convertir agua del mar en agua dulce, así dicen, y embotellar todo eso y vamos a tomar agua embotellada de ahí. Pero esos negocios son negocios que tienen que ver exactamente con la vida humana. Por eso, para nosotros, el nacimiento de agua es como lo más sagrado que tenemos que proteger. Es lo más grande que tenemos que cuidar. Y sabemos. ¿Pero sabe el mundo eso? No, no tiene conciencia de eso. Ya se han hecho algunas educaciones paliativas donde se pide que no uses un litro de agua para lavar las manos, que no uses cinco litros de agua para bañarte. Que no tires el agua porque te gusta tirarla. Se ha hecho tanto. Pero la marcha forzosa hacia esa crisis continúa. Entonces, bueno, muchos expertos… No lo digo yo. Hay muchos expertos que afirman que las próximas guerras van a ser por agua. Y yo no dudo en que tengan la razón, ¿verdad? Entonces eso es. El sagrado agua es tan grande para la humanidad que no se puede vulnerar de tal manera, porque sería un crimen cometido a futuro. Porque el agua no es sustituible en nuestro organismo ni mucho menos en lo que significa nuestra salud.

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Público. Hola Rigoberta. Mi pregunta es: A lo largo de su vida ha sido un ejemplo de influencia para muchos colectivos y me gustaría saber qué comportamientos cree que deberían tener nuestros líderes de hoy en el contexto actual.

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Rigoberta Menchú Tum. Yo me considero una magíster de conciencia, porque lo único que he trabajado es sensibilizar la conciencia, no me queda de otro. Pero gracias a eso hay mucha participación. Yo veo participación de jóvenes, participación de mujeres, participación en los temas que hace tiempo no se hablaban y hay que seguir eso, hay que alentar eso, hay que premiar eso. Siempre digo que sería muy lindo que cada país, cada lugar, cada región premie lo bueno que hacen los líderes sociales, porque sin la participación ciudadana es imposible lograr los avances y los cambios que tenemos que hacer. O elaboración de políticas, de propuestas. En mi tiempo fue muy fácil criticar, pero fue muy difícil proponer salidas, soluciones, hacer propuestas. Y creo que hoy tenemos tanta tecnología que nos ayuda a hacer mejores propuestas. Las décadas de mujeres, décadas contra la discriminación, décadas para los niños, décadas… La ONU nos ha dado un montón de décadas que podemos usar eso como pretexto, si no es otra manera para que acojamos ese tipo de llamados universales. No se necesita ser premio Nobel de Paz para hacer una obra social. Se necesita ser alguien creativo para ver cómo juntar esfuerzos. Y se puede. Entonces, yo creo que el mensaje a ellos es que realmente sus hijos, sus generaciones, también están dejando un legado. ¿Qué legado quieres tú dejar? ¿Que te recuerden como el más penosamente miserable o que te recuerden como la persona que quiso dar lo mejor de sí en este planeta?

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Y yo creo que la mayoría de nosotros queremos que nos recuerden como buena gente y no como mala gente, ¿verdad? Yo creo en eso. Y usar los instrumentos, usar los pactos, usar las resoluciones, las declaraciones. En el caso de los pueblos indígenas, tenemos la Declaración Universal sobre Derechos de Principios Universales de los Pueblos Indígenas, una conquista que nosotros logramos. Entonces, yo creo que la humanidad sí tiene una voz común. Y, bueno, la juventud tiene mucho que hacer por agua, por la paz urbana, contra la esclavitud contemporánea… Hay esclavitud actualmente. Y mucha de la esclavitud se practica con los migrantes, se practica con la gente que no tiene trabajo, la utilización de talentos que no son de nadie más que el reconocimiento que se debe tener. Hay que demostrar que la corrupción es otro cáncer que afecta al ser humano. Muchos funcionarios se quedan con el dinero que corresponde a la población y no hacen las obras. Entonces en todas partes no te quieren por eso, porque creen que eres un enemigo del sistema. Pero si el sistema es corrupto, entonces yo no quiero ser parte de ese sistema. Normalmente la coherencia que dejamos fluir en todo se está dando en los funcionarios públicos. Si ellos llegaron al Congreso a través del voto ciudadano de millones de gente, tienen la obligación de ser coherente con lo que prometen, con lo que hacen, porque no es su trabajo personal, sino es un bien público. Por eso, cuando yo hablo de la ética, la coherencia, tenemos que aplicarlo a donde debe aplicarse.

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Entonces, lo más importante para un joven, para un guía, un líder, es no ser un problema. Yo trato de hacer lo que sea pertinente a mi parecer, pero mi buena intención es importante. Siempre dijo mi madre: «Tú puedes engañar a todos los que están alrededor, pero a ti mismo jamás. Porque siempre sabes lo que haces y siempre sabes para qué lo haces». Entonces seguramente es muy importante eso. Pero en cuanto a las autoridades, sí, hay que exigir. Hay que pedir. Hay que darles agenda. Hay que fiscalizarlos. Hay que condenar la corrupción. Hay que ver que la promesa falsa no es una cualidad. O sea, exigir más. Yo creo que es lo que necesitamos hacer. Dirigentes que realmente respondan a las necesidades de la población que dirigen.

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Bueno, parece que llegamos a un punto. Mi mensaje para ustedes, y especialmente para los jóvenes, es que siempre busquen una motivación para hacer concretamente lo que quieren hacer. Si tienen una gran idea, pónganlo en práctica, y es ahí donde se ve si funciona o no funciona su idea. Pónganlo en práctica, busquen soluciones alternativas, toquen la puerta de los empresarios, los bancos, el Estado… Hagan todo lo posible por materializar su idea. Número dos: Que nunca se arrepientan de lo que han hecho como: «Mi culpa, es mi culpa, mi culpa».

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Si cometieron un error, traten de aprender de su error una gran lección. Tener conciencia de su error es una gran lección. Y luego no intenten vivir violencia para ser agentes de paz. Yo siempre digo que no necesitan vivir violencia para hacer una construcción de armonía, de equilibrio, de paz. Esa es una misión sana. No es una misión contaminada por una violencia. Entonces, no piensen que: «Como yo no he vivido, entonces no entiendo qué es eso». No. La conducta es muy importante. Autoestima. Para mí, los jóvenes necesitan autoestima. Necesitan valorar y necesitan cruzar fronteras. No se sientan aprisionados por la migración, porque los interrogan, porque no les dan visa, porque no sé qué. No, traten de volar donde puedan, conocer otras culturas. En mis 43 años me ha dado la bendición la vida de conocer muchas culturas y valoro cada vez y cada cultura, aunque no entendí de todo, porque no hablé su idioma, porque no entendí su espiritualidad, porque no entendí sus prácticas cotidianas. Pero sí los valoro. Entonces, esa mente abierta les va a llevar a ustedes a una mejor plenitud de vida. ¿Qué quieren? «Pues plenitud de vida y ya cuando esté viejo, como ahora, viajaré menos, ya no haré lo que haría antes». Pero eso es así, es el ciclo de la vida. Entonces yo les digo a ustedes que no crean cuando les digan: «Ese pueblo es menos, es…». Ustedes no apliquen allí sus conocimientos. Finalmente, pues yo quiero que tengan larga vida. ¿Cuánto no queremos hoy que la vida sea un poquito más larga y que no sea tan tormentosa, verdad? Siempre hay problemas. Si no tienen problemas es porque ya no están aquí. Pero los problemas siempre necesitarán un consejo de parte de ustedes. Bueno, yo aprendí mucho de mis padres. Ojalá que ustedes puedan tener esa vinculación con sus abuelas, sus abuelos, sus padres, sus tíos cercanos y luchen contra todo tipo de violencia. Todo se da en este tiempo. Entonces ustedes protéjanse y cuídense. Muchas gracias.