La educación contra la discriminación comienza en casa
Rigoberta Menchú Tum
La educación contra la discriminación comienza en casa
Rigoberta Menchú Tum
Premio Nobel de la Paz
Creando oportunidades
Enseñanzas de Rigoberta Menchú, la nieta de los mayas
Rigoberta Menchú Tum Premio Nobel de la Paz
Rigoberta Menchú: “Creo en el ser humano y en el diálogo”
Rigoberta Menchú Tum Premio Nobel de la Paz
Rigoberta Menchú Tum
Rigoberta Menchú Tum, la nieta de los mayas, nació a la orilla del bosque nuboso de Chimel (El Quiché, Guatemala), donde la tradición ancestral se transmitía de generación en generación, en contacto directo con la madre naturaleza. También nació en un momento histórico de discriminación racial, violencia, tortura y muerte que sufrió su familia y determinó su futuro como líder indígena y activista.
En 1992 fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz, convirtiéndose en la primera mujer indígena en recibirlo. Su objetivo ha sido la defensa de valores para la construcción de una ética de paz mundial, a partir de la diversidad étnica, intergeneracional y cultural. "Me convertí en parte de la lucha de los defensores de derechos humanos en América Latina. Y alzamos la voz, rompimos el silencio, dimos un mensaje para el mundo. Este es un Premio Nobel que representa la memoria histórica de los pueblos indígenas, que representa a las mujeres y eso soy yo", reflexiona. Su trabajo en defensa de los derechos humanos ha sido destacado con su nombramiento como embajadora de buena voluntad de la UNESCO y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1998. Entre los libros que ha escrito y donde refleja su vida y pensamiento destacan: 'Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia', 'Rigoberta: La Nieta de los Mayas' y 'El vaso de miel', donde reúne leyendas mayas.
Transcripción
Por eso yo siempre digo que soy una nieta de los mayas, porque yo admiro mis ancestros. Yo hablo con ellos, yo los… Yo practico sus enseñanzas y trato de vivir en sus enseñanzas. Uno de eso es saludar el sagrado día. El sagrado día de hoy, según el calendario maya son tres energías del Ajaw Tz’i’. El Ajaw Tz’i’ es simbolizado en la Tierra por el lobo, el coyote. Los que nacimos en un día de esos, tenemos la oportunidad de hacer honor a la Palabra. Nuestra fuerza es la esencia de la Palabra. Es el nahual de la justicia. Es el equilibrio. Es la verdad. Es tratar de hacer la mediación, la solución y hacer del diálogo un instrumento de vida. Entonces nos enseñaron a nosotros cómo hacer conexión con las fuerzas de la Madre Naturaleza y cómo nosotros no somos un ser único, sino somos un ser parte de todos los seres vivos que coexisten alrededor. Entonces, no hay una cuna más importante para aprender esto, si no es que se nazca en la orilla de un bosque nuboso. Pero también yo aprendí a trabajar de muy chiquita. Aprendí a cortar café, a cortar algodón, a cargar bastante, a caminar mucho. Y bueno, esa vida hasta los 16 años. Yo fui trabajadora en casa particular algunos años de mi vida.
Posteriormente me gané una beca con las monjas de la Sagrada Familia y entonces me fui a un internado y de ahí pues, obviamente, cambió mi vida, porque aprendí mucho de otra cultura y esa otra cultura es castellano. Porque si tú no aprendes el idioma de otra persona o de otro pueblo o de otra ciudad, realmente es difícil la comunicación y yo valoro mucho el hecho de que se me dio la oportunidad de aprender el castellano. Yo soy K’iche’, por eso quiero decir una frase ahora, que espero que ustedes lo aprendan muy bien: «Kirayij je’lalaj k’aslemal chi’we». Mi gran deseo para ustedes es plenitud de vida». Y es distinto vivir bien que vivir plenamente. Entonces, cualquier pregunta que ustedes tengan es muy importante y yo de antemano a los jóvenes les hago una pregunta. Pero antes de hacer una pregunta yo quiero decirles lo que yo siento con esa pregunta. ¿Qué es lo que más les motiva? A mí me motivan muchas cosas. Me motivan, en primer lugar, las enseñanzas de mis papás, la memoria de ellos. Me motivan las víctimas. Muchas veces, las víctimas de abuso de violencia, las víctimas de crímenes muy altos como crímenes contra la humanidad. Las víctimas a mí me motivan, porque nunca perdieron la fe, no perdieron la paciencia, se volvieron investigadores, se volvieron testigos y se volvieron querellantes.
“Mi Premio Nobel representa la memoria histórica de los pueblos indígenas”
Yo he sacado muchos juicios en muchos tribunales. ¿Por qué he acompañado en esos juicios? ¿Por qué? Porque para mí la verdad legítima de las víctimas es muy importante. La verdad legítima de la persona a la que le hirieron sus sentimientos, le cambiaron su vida, le destruyeron su entorno, es muy importante. Entonces, a mí me motiva todo eso, así como me motiva la juventud, porque la juventud tiene hoy muchas posibilidades, tanto, tanto, que no sabe qué hacer con las posibilidades que tiene. Entonces yo digo: «Hagamos juntos». Por eso es que es muy importante para mí saber qué les motiva. A ver quién quiere responderme: ¿Qué es lo que más le motiva todos los días? No lo que dicen otros, porque a veces copiamos lo que dicen otros, no, lo que de verdad a mí me motiva. Y eso. Yo soy una premio Nobel maya. No hay otra mujer indígena que tenga el Premio Nobel de la Paz. Lo recibí cuando tenía 33 años. Había trabajado intensamente 10 años antes del Premio Nobel. Acompañé a los refugiados, acompañé a las víctimas de violencia. acompañé a las viudas de Guatemala, de El Salvador, aprendí de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y me convertí en parte de la lucha de los defensores de derechos humanos en América Latina. Y alzamos la voz, rompimos el silencio, dimos un mensaje para que el mundo sepa que nosotros amamos la Madre Tierra y sentimos la Tierra como nuestra Madre. Y entonces, gracias a toda esa lucha, se dio el Premio Nobel, y por eso este Premio Nobel es un Premio Nobel que representa la memoria histórica de los pueblos indígenas, que representa a las mujeres y eso soy yo. Entonces, yo les dejo a ustedes la palabra. Si me hacen preguntas, con mucho gusto, bajo un principio: Si no tengo la respuesta, les dejo como tarea para que busquen la respuesta. No siempre tenemos que tener la respuesta. Así que muchas gracias. Y lo mejor para ustedes y para mí, porque estoy muy contenta de estar aquí con ustedes.
Y por eso es que curamos con nuestras manos a veces o con nuestra palabra. Entonces, los mayas nos enseñaron una salud integral, y creo que lo más importante que nos enseñan los abuelos mayas a través del Sagrado Calendario es que todo es… No todo tiene explicación, pero sí todo tiene una manera de resolver. No hay que dejar al otro que resuelva por ti, sino tú buscas la solución. Si tú no te puedes llegar a un punto de solución, entonces busca apoyo para que sea complementario. Entonces yo termino diciendo: Nosotros aprendimos de eso mucho, el agradecimiento. Un ser agradecido es un ser que tiene conciencia de las cosas. No los ve así como cualquier situación, sino siente la profundidad de la importancia del otro. Es un acto de humildad. Gracias. Perdón. Si yo le pido perdón a mi hermano, a la persona que ofendí, es mucho más sagrado, porque veo la reacción de esa persona. Trato de compensar, digamos, algo profundo que hice. La felicidad, para nuestros abuelos, no es que hay que acumular muchas cosas. Sino son tan pocas cosas las que necesitamos para ser feliz, y más si necesitamos tan poco, una de esas pocas cosas es que estemos conformes con nosotros mismos, ¿verdad? Aceptamos nuestro ser como es. Entonces creo que hay muchas enseñanzas que nos da el Sagrado Calendario. El Popol Vuh sigue siendo un libro sagrado. Esperamos que todo el mundo lo pueda leer cinco veces si puede. Y es tan importante las enseñanzas que ahí está. Los equinoccios, las sombras del tiempo… Bueno, soy una privilegiada, porque no pensé haber encontrado tanta sabiduría en este planeta que no son mías, sino que son de ellos y que yo aprendí algo de eso.
Sin los árboles no podemos existir. Sin los ríos, sin las nubes, sin el oxígeno, no existe el ser humano. Somos absolutamente oxígeno y agua. Entonces, efectivamente, tenemos una vinculación con nuestra gestación. Hay un animalito, un otro yo de nuestra gestación en la tierra, en el agua o en el… En los seres vivos. El futuro para nuestros abuelos mayas no es mañana, sino el futuro, el presente y el pasado van juntos desde la gestación. Somos tres elementos desde la gestación. Somos diversos. Nuestra naturaleza es diversa. Entonces no extrañan que sean diversos, porque son diversos. Qué aburrido sería si no somos tan distintos, ¿verdad? Entonces… Pero sí hay compatibilidad. Hay elementos que no cambian. No importa que usted nació en Asia, en África, en América, en Europa, donde sea el continente que haya nacido, porque en nuestra constitución no tiene continente. Tiene un ser profundo, pero no un continente. Entonces la suerte nos tocó ubicar en distintos lados del planeta, pero no somos seres diferentes, ¿verdad? Entonces sí, eso es muy claro para la ciencia de nuestros abuelos. Lo que es cierto es que, por el calentamiento global, la contaminación de deterioro del propio ser humano, lo que yo llamo la deshumanización, que vivimos un tiempo de deshumanización… La deshumanización nos contamina a todos. Y por eso hay mucha pérdida de valores y principios. Ojalá que todos podamos volver a rescatar ese yo que tengo para poder proyectar y hacer cambio. Yo mismo, junto con los demás, que sean compatibles conmigo. Entonces yo creo que es una misión. Lo que les estoy diciendo es que, hoy por hoy, ser un líder para el bien debe ser una misión prioritaria.
Y es penalizado por ley gracias a los expedientes que yo impuse. Y la gente tiene que invocar esos expedientes para que siga siendo una ley que castigue. No que castigue la mente de esa persona, porque eso no… Nadie tiene derecho a hacer eso y tampoco no está en nuestras manos hacerlo. Si no que castigue la actitud. Es muy importante castigar la actitud, reprochar la actitud, enseñar la actitud que no es correcta. Entonces, desafortunadamente, pues es una condición que se asocia con la marginación. Una cosa es que tú desprecies a una persona y otra cosa es que le quites las posibilidades totales para que no sea igual a ti. ¿Verdad? Entonces ya lleva con un sistema, un impacto económico. Y luego que tienes que despojarle a su tierra porque crees que a esa persona no le pertenece esa tierra. Y luego porque tienes otros intereses .Entonces es como una… Un sistema, se vuelve un sistema y se vuelven leyes. Hay mucho despojo y va vinculado a otro tipo de crímenes contra la humanidad. En suma, yo pienso que el racismo, la discriminación, las fobias deberían ser declarados delitos de lesa humanidad, porque ofende a la humanidad en su totalidad y no se debe practicar en ningún lado del mundo y se debe prohibir totalmente esa actitud. Eso es posible si luchamos por sentar precedentes. Entonces la cultura del miedo también existe. Existen las áreas de conflicto, existen las regiones donde se dan muchos estereotipos, existen también en las víctimas, porque yo el miedo a los matones nunca lo voy a perder, porque yo los vi cerca.
Es decir, si secuestraron a mi madre, si torturaron a mi madre, si trataron de borrar la memoria de mi madre, terminaron todas las fotografías que podría tener mi madre, etcétera. Si fueron capaces de anular a un ser querido, qué no podrían hacer, ¿verdad? O quemaron vivo un… 39 personas, como lo fue la muerte de mi papá. Entonces el miedo a los victimarios sí existe también. Entonces eso es algo que no solo pasa en un conflicto. Lo peor ahora es que pasa en cualquier circunstancia, en cualquier cultura y no digamos en la vida de los migrantes. A veces hablamos de la migración como hablar de un problema. Y yo digo que la migración no es un problema, es un derecho sagrado. Todas las aves vuelan donde les da la gana volar. Igual los peces deberían ir donde quieran. ¿Y por qué los humanos no podemos ir dónde nos da la gana? El tema es que mucho de esto está codificado y entonces ya hay un prejuicio, digamos, contra uno y otro, y se vuelve un problema. Tenemos que cambiar mucho. Por eso no digas: «Hasta que tenga una guerra, y yo cambio». No, hay que hacerlo todos los días y donde quiera que esté.
Pero nunca será igual que Ecuador, ni será el mismo modelo que Guatemala o el mismo modelo que México, que hay 18 millones de pueblos indígenas y 62 idiomas de pueblos indígenas en México. No será lo mismo. Allá se va a reivindicar una diversidad étnica diferente. Y además hay otras características. Entonces pienso que es nuestro el futuro, pero es nuestro con mucho costo. Tenemos que permear un poco más la política pública. Yo sí creo que, si no es política pública, no se cumple. ¿Por qué? Porque yo he luchado 42 años de mi vida, desde que crucé la frontera por primera vez. Y en esos 42 años yo he visto muchos cambios. He visto muchos éxitos en la humanidad con los tratados, los encuentros, los decenios para las mujeres, la creación de ONU Mujeres… Hace 30 años que las Naciones Unidas declaró la defensa de la Tierra. Las cumbres que se han hecho, el Protocolo de Kioto… Es importante que ustedes los jóvenes conozcan el Protocolo de Kioto, porque ahí se hace compromisos de Estados, pero también de empresas privadas. De proteger la Tierra. Por lo tanto, no dar lugar al calentamiento global. Pero actualmente vemos el deterioro brutal del calentamiento global. ¿En qué nos afecta? Pues desaparecen semillas, en Guatemala hoy hay estado de emergencia, estado de sitio en varias áreas del país, por hundimiento de tierras y que afectan a las comunidades más pobres del país.
O sea, sí, nuestra actitud está causando mucho problema. Sin embargo, entonces no depende de nosotros, los pueblos indígenas. Depende de la humanidad entera nuestro bienestar como nuestra existencia, nuestra salud, como el florecimiento de nuestros conocimientos. Yo sí les recomiendo que valoren esas civilizaciones ancestrales. Enseñan cómo la persona que puede tener contacto con la naturaleza cambia su perspectiva de salud, su perspectiva de vida, su perspectiva de existencia. O sea, nos da una mejor calidad de vida. Y esa mejor calidad de vida no es que tengamos más riqueza, sino es que tenemos más felicidad en el fondo. No crean tanto que el ser humano es tan superior a todo. No lo es. Tiene su ciclo de vida y, afortunadamente, nosotros, en general, si aspiramos vivir mucho, pues tal vez 110 años podemos vivir en el planeta. Pero algunos solo viviremos 100 o menos de 100. Entonces no nos creamos tanto. Somos seres que tenemos que hacer una relación intergeneracional, interétnica e intergénero. Si nosotros no hacemos un equipo con esa proyección, seguimos siendo excursionistas. ¿Verdad? No damos lugar a la juventud. Tampoco damos lugar a los grupos étnicos con su identidad y tampoco nos enriquecemos con la sabiduría intergeneracional.
Después del Premio Nobel hicimos 260 exhumaciones de fosas comunes. En algunas fosas comunes encontramos 500 osamentas de gente que fueron tirados en fosa común, violados, bebés, mujeres embarazadas… O sea, ese tipo de situaciones fueron duras, y por eso creo que el Premio Nobel también ayudó a reformar el Código Procesal Penal y logramos que se declaren… Se formen tribunales, dos tribunales de alto impacto, que trabajaron, conjunto con la ONU, a esclarecer la memoria histórica de los crímenes de lesa humanidad en Guatemala. ¿Qué significó para mí? Una carga muy dura. Primero, porque sé que es una memoria colectiva, no es una memoria personal. No es que yo escribí un libro o que haya hecho un descubrimiento de un pequeño bicho o lo que sea, sino es una memoria colectiva. Ser Premio Nobel de la Paz es mucho más duro que cualquier otro de los premios, porque no se puede demostrar de manera tangible lo que tú haces. Luego la discriminación, el racismo, se precipitó contra nosotros, los más cercanos, pero especialmente contra mí. Entonces, hasta antropólogos me atacaron, personas, líderes, desprecios… Ahora, ¿cambió la vida? Sí, cambió la vida el Premio Nobel, porque yo soy una activista social. No soy una persona de vitrina. Entonces, tener que cuidar ciertas formas de actuación también es… Para mí fue duro, pero es satisfactorio.
Yo creo que lo mejor que me pasó es que me dieron el Premio Nobel de la Paz. Y lo recibiría diez veces más si quieren darme. Ahora… También lo duro es ser víctima, porque en la mente humana quedó el recuerdo de que yo soy una víctima. Entonces, muchas veces se me trató como víctima y no como protagonista, no como mujer exitosa, no como mujer inteligente, no como mujer creadora de muchas iniciativas. Entonces solo me quedó la parte de que me tocó ser víctima, que no me pesa, porque a mí sí me sigue doliendo la desaparición de mi madre. Todos los días pienso: «Mamá, ¿cómo eras tú?». O sea, conocí mejor a mi madre posterior a su tragedia que antes de eso. Y yo creo que nos pasa así a los humanos. Igual a mi papá o a mi hermano Patrocinio, a mi hermano Víctor. Yo me metí en las exhumaciones de fosas comunes, buscándolos a ellos también, no solo por apoyar una causa, sino en mi causa legítima. Trabajo con instituciones en Argentina, en Perú… La Universidad César Vallejo ha trabajado… Hemos trabajado mucho con ellos. Igual la Fundación para la Democracia Internacional en Argentina y con los jóvenes. Somos 14 premios Nobel que hacemos un programa que se llama PeaceJam, y yo creo que hemos formado muchos jóvenes para la mediación de conflictos, solución de conflictos, y tratar de impulsar nuevos liderazgos. Según los cálculos de PeaceJam, he tenido contacto con más o menos 4.000.000 de jóvenes alrededor del mundo, con quienes hemos socializado bastantes conocimientos. El Premio Nobel es la institución más antigua que tiene Occidente y que estamos muy felices, porque ha dado espacio a muchas personalidades con muchos talentos. He aprendido mucho de ellos, también.
Entonces son procesos muy complicados. Si hubiera equilibrio entre las personas, habría respeto mutuo, habría reciprocidad. La reciprocidad es: Te ayudo y me ayudas. No solo pedir que hagas por mí, sino… Tú. Por ti hoy, por mí mañana. Esa conciencia de que nos necesitamos todos. También este respeto mutuo nos hace posible conocer a las otras personas, a las otras especies, porque los respetamos. Pero se han perdido esos principios y valores. También para mí la paz es como crecer mucho en valores y principios. Si no hacemos eso, ningún arma nos puede solucionar los problemas. Luego en las guerras no solo nacen por sí mismo. Las guerras nunca nacen por una causa bonita. La guerra nace por el arrebato de los bienes de la Madre naturaleza. Por el petróleo, por el oro, por la plata, por los químicos que están bajo la tierra, por la riqueza natural que tiene el planeta. Saquearlos es un daño al futuro, porque los que se enriquecen con eso ahora, en poco tiempo serán difuntos. No estarán aquí, pero dejarán un mundo desolado. O sea, esa falta de conciencia del ser humano, del que no le pertenecen ni las vidas futuras ni el planeta en su totalidad, esos provocan las guerras.
Entonces a mí me impresiona todo eso. Nunca vi las guerras solo porque hay un comandante muy fuerte y comanda al otro lado y al otro lado, sino que es una caricaturización de lo más terrible, condenable que se puede vivir en el mundo. Entonces yo nunca entenderé la paz como fuente de guerra. Yo solamente me amparo en que la paz para mí es educación, es cultura, es armonía, es convivencia pacífica, es diálogo, es negociación, es solución política a los conflictos, es relación bilateral, es multilateralismo… Por eso creo que lo mejor que hizo la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial es crear las Naciones Unidas como símbolo de multilateralismo. Entonces, para mí paz también es el respeto a la autonomía, la autodeterminación de los pueblos y sus lenguas y sus culturas. Entonces, en pleno siglo XX, que parecía que llegábamos a un punto de civilización vivible, pero cuando vemos que nacen los conflictos, realmente es frustración. Pero como no es un asunto personal, sino que es un asunto global, entonces nuestra misión es inyectarle a la humanidad nuestros principios y valores sobre que no creemos en la guerra. Yo no creo en la guerra. La guerra es sucia, la guerra es muerte, la guerra es destrucción y nada más. Quien lo ejerce, no es honorable. ¿Verdad? No debe ser honorable.
¿Entonces por qué no funciona si hay tanto? Entonces hay que identificar de nuevo cómo enriquecer esa ciencia. No es inventar, sino cómo usar eso para enriquecer. Y sobre esto hay mucha participación ciudadana. Pienso… Yo creo en la participación ciudadana. Creo que los líderes comunitarios podemos hacer algo. Creo que las autoridades que ejercen el poder real tienen necesariamente que cambiar su rutina. El liderazgo que necesitamos es un liderazgo mucho más interactivo, mucho más… Creo yo. Entonces, ojalá que la participación ciudadana sea una participación más consciente. Lo que necesitamos hoy es que haya muchos que puedan dar una fuerza moral en las causas que defendemos. La diversidad no se reclama, la diversidad se ejerce y se pide respeto, porque yo soy diferente. Entonces pues no estoy a favor de que se hagan luchas que tienen que ser por violencia, porque no es necesario.
África está abandonando muchas extensiones de territorios, especialmente por falta de agua. Y la gente prefiere dejar su tierra, huir a otro lugar. Y vamos a huir hasta donde haya agua. Y eso va a ser hoy y siempre. No sé qué harán las generaciones de aquí a 150 años si vamos con este mismo proceso. Es cierto que la tecnología nos puede dar esperanza de convertir agua del mar en agua dulce, así dicen, y embotellar todo eso y vamos a tomar agua embotellada de ahí. Pero esos negocios son negocios que tienen que ver exactamente con la vida humana. Por eso, para nosotros, el nacimiento de agua es como lo más sagrado que tenemos que proteger. Es lo más grande que tenemos que cuidar. Y sabemos. ¿Pero sabe el mundo eso? No, no tiene conciencia de eso. Ya se han hecho algunas educaciones paliativas donde se pide que no uses un litro de agua para lavar las manos, que no uses cinco litros de agua para bañarte. Que no tires el agua porque te gusta tirarla. Se ha hecho tanto. Pero la marcha forzosa hacia esa crisis continúa. Entonces, bueno, muchos expertos… No lo digo yo. Hay muchos expertos que afirman que las próximas guerras van a ser por agua. Y yo no dudo en que tengan la razón, ¿verdad? Entonces eso es. El sagrado agua es tan grande para la humanidad que no se puede vulnerar de tal manera, porque sería un crimen cometido a futuro. Porque el agua no es sustituible en nuestro organismo ni mucho menos en lo que significa nuestra salud.
Y yo creo que la mayoría de nosotros queremos que nos recuerden como buena gente y no como mala gente, ¿verdad? Yo creo en eso. Y usar los instrumentos, usar los pactos, usar las resoluciones, las declaraciones. En el caso de los pueblos indígenas, tenemos la Declaración Universal sobre Derechos de Principios Universales de los Pueblos Indígenas, una conquista que nosotros logramos. Entonces, yo creo que la humanidad sí tiene una voz común. Y, bueno, la juventud tiene mucho que hacer por agua, por la paz urbana, contra la esclavitud contemporánea… Hay esclavitud actualmente. Y mucha de la esclavitud se practica con los migrantes, se practica con la gente que no tiene trabajo, la utilización de talentos que no son de nadie más que el reconocimiento que se debe tener. Hay que demostrar que la corrupción es otro cáncer que afecta al ser humano. Muchos funcionarios se quedan con el dinero que corresponde a la población y no hacen las obras. Entonces en todas partes no te quieren por eso, porque creen que eres un enemigo del sistema. Pero si el sistema es corrupto, entonces yo no quiero ser parte de ese sistema. Normalmente la coherencia que dejamos fluir en todo se está dando en los funcionarios públicos. Si ellos llegaron al Congreso a través del voto ciudadano de millones de gente, tienen la obligación de ser coherente con lo que prometen, con lo que hacen, porque no es su trabajo personal, sino es un bien público. Por eso, cuando yo hablo de la ética, la coherencia, tenemos que aplicarlo a donde debe aplicarse.
Entonces, lo más importante para un joven, para un guía, un líder, es no ser un problema. Yo trato de hacer lo que sea pertinente a mi parecer, pero mi buena intención es importante. Siempre dijo mi madre: «Tú puedes engañar a todos los que están alrededor, pero a ti mismo jamás. Porque siempre sabes lo que haces y siempre sabes para qué lo haces». Entonces seguramente es muy importante eso. Pero en cuanto a las autoridades, sí, hay que exigir. Hay que pedir. Hay que darles agenda. Hay que fiscalizarlos. Hay que condenar la corrupción. Hay que ver que la promesa falsa no es una cualidad. O sea, exigir más. Yo creo que es lo que necesitamos hacer. Dirigentes que realmente respondan a las necesidades de la población que dirigen.
Bueno, parece que llegamos a un punto. Mi mensaje para ustedes, y especialmente para los jóvenes, es que siempre busquen una motivación para hacer concretamente lo que quieren hacer. Si tienen una gran idea, pónganlo en práctica, y es ahí donde se ve si funciona o no funciona su idea. Pónganlo en práctica, busquen soluciones alternativas, toquen la puerta de los empresarios, los bancos, el Estado… Hagan todo lo posible por materializar su idea. Número dos: Que nunca se arrepientan de lo que han hecho como: «Mi culpa, es mi culpa, mi culpa».
Si cometieron un error, traten de aprender de su error una gran lección. Tener conciencia de su error es una gran lección. Y luego no intenten vivir violencia para ser agentes de paz. Yo siempre digo que no necesitan vivir violencia para hacer una construcción de armonía, de equilibrio, de paz. Esa es una misión sana. No es una misión contaminada por una violencia. Entonces, no piensen que: «Como yo no he vivido, entonces no entiendo qué es eso». No. La conducta es muy importante. Autoestima. Para mí, los jóvenes necesitan autoestima. Necesitan valorar y necesitan cruzar fronteras. No se sientan aprisionados por la migración, porque los interrogan, porque no les dan visa, porque no sé qué. No, traten de volar donde puedan, conocer otras culturas. En mis 43 años me ha dado la bendición la vida de conocer muchas culturas y valoro cada vez y cada cultura, aunque no entendí de todo, porque no hablé su idioma, porque no entendí su espiritualidad, porque no entendí sus prácticas cotidianas. Pero sí los valoro. Entonces, esa mente abierta les va a llevar a ustedes a una mejor plenitud de vida. ¿Qué quieren? «Pues plenitud de vida y ya cuando esté viejo, como ahora, viajaré menos, ya no haré lo que haría antes». Pero eso es así, es el ciclo de la vida. Entonces yo les digo a ustedes que no crean cuando les digan: «Ese pueblo es menos, es…». Ustedes no apliquen allí sus conocimientos. Finalmente, pues yo quiero que tengan larga vida. ¿Cuánto no queremos hoy que la vida sea un poquito más larga y que no sea tan tormentosa, verdad? Siempre hay problemas. Si no tienen problemas es porque ya no están aquí. Pero los problemas siempre necesitarán un consejo de parte de ustedes. Bueno, yo aprendí mucho de mis padres. Ojalá que ustedes puedan tener esa vinculación con sus abuelas, sus abuelos, sus padres, sus tíos cercanos y luchen contra todo tipo de violencia. Todo se da en este tiempo. Entonces ustedes protéjanse y cuídense. Muchas gracias.