Vivir con déficit de atención
José Ramón Gamo
Vivir con déficit de atención
José Ramón Gamo
Neuropsicólogo infantil y maestro
Creando oportunidades
"No podemos dejar que el fracaso escolar defina a los niños con TDAH"
José Ramón Gamo Neuropsicólogo infantil y maestro
Los niños aprenden haciendo
José Ramón Gamo Neuropsicólogo infantil y maestro
José Ramón Gamo
Se estima que entre el 3% y el 7% de los niños en España tienen TDAH, lo que equivale a decir que entre uno y dos niños por aula padecen trastorno de déficit de atención en el aprendizaje. José Ramón Gamo es especialista en neuropsicología infantil. En un tono cercano y fresco, explica cómo podemos incorporar la neurodidáctica a la educación y los conocimientos científicos que mejorarán el proceso educativo de los niños. En la línea apuntada por el investigador John Hattie, Gamo destaca que la mentalidad de crecimiento y la perseverancia son las claves para lograr la transformación del aprendizaje. Según Gamo “en el siglo XXI, los chavales no pueden seguir aprendiendo por asignaturas. Tienen que aprender haciendo”.
Transcripción
¿Qué debes hacer? Pues, de momento, cambiar radicalmente. Pero si estamos en ese escenario, por lo que sea, hay cosas que ayudan. Exámenes secuenciados, por ejemplo. En un examen, dárselo folio por folio, pregunta por pregunta, leer con ellos las preguntas para asegurarme que su precipitación o sus problemas atencionales no hagan que no entiendan bien lo que tienen que contestar o que no se anticipen porque creen que saben y metan la pata porque no han parado a analizarlo bien. Esto les ayuda. Y ampliar el tiempo de los exámenes. Porque son más lentos en procesamiento, muchas veces. Entonces, les puede ayudar. ¿Cosas que pueden ayudar? Si tienes preguntas con dos partes, intenta separarlas. Hacer primero una parte, dejas el espacio, y luego otra. Identificar información relevante cambiando la fuente de color. Cuando en un enunciado una palabra aporte una información muy relevante, para que el niño no meta la pata, cambiarle la fuente de color. Así voy a evitar la precipitación. Cuando el cerebro ve que hay un color diferente, va a captarle la atención. Esas pequeñas cosas es lo que podemos hacer. Ahora, yo lo digo siempre, esto es como si estuviera explicando cómo se hace un sangrado cuando la ciencia ha demostrado que sangrar a un enfermo es una aberración. Yo te estoy explicando ahora mismo cómo hacer un sangrado que duela poco. Pero no es lo que hay que hacer. ¿Qué sabemos que hay que hacer? Sabemos que, como os digo, para mantener la atención es muy importante que yo haga actividades donde el niño se sienta comprometido, bien por curiosidad o motivación, o bien porque estoy generando algo que a él le ponga up, up. Las cosas que tenemos que hacer… Si dices: «¿Cómo motivar?». Y yo qué sé. La ciencia no ha demostrado cómo generar motivación interna. Es una cosa que no conocemos. Decimos: «El maestro tiene que motivar». Coño, pues publicadlo, porque os vais a forrar. Si descubres esto, publícalo. Sabemos cómo se generan motivaciones externas. Es decir: «Te subo la nómina». Pero eso tiene un recorrido. Y estamos hablando de niños que tenemos que estar muchos años. Eso es más difícil. Pero ¿puedo generar curiosidad? ¿Y puedo generar interés? ¿Y puedo hacer que el proceso sea más activo y que esté más en juego la actividad aeróbica? Esto es importante, muy importante. La carga de deberes, por ejemplo. Cosas sencillas que podemos pensar.
Esta aberración de pensar que porque los niños hagan mucha repetición mecánica van a mejorar el aprendizaje, la ciencia dice que no. Que cuanto más mecánica sea la actividad hay menos razonamiento por medio, más mecanizada va a ser la acción. Pocos deberes. Lo importante es entrenarles… A los papás siempre os digo: La carga de trabajo de un niño TDAH no puede estar determinada por la carga de trabajo que manda el maestro. Tiene que estar determinada por el tiempo que puede trabajar. Si tengo 20 minutos dedicados a las mates, va a poder hacer lo que haga en 20 minutos. Y os aseguro que tiene la misma eficacia o más que hacer que el niño se funda en tareas repetitivas sin ningún valor y que la ciencia dice que no mejora el aprendizaje. Entendiendo que se aprende haciendo. Para aprender a pilotar, hay que hacer miles de horas de vuelo. Pero no todas el mismo día. Hacemos las miles de horas de vuelo a lo largo de un recorrido transversal. Estas y otras muchas cosas. Hablar de todo el planteamiento de lo que deberíamos hacer en el aula, en los diseños de aprender activo, trabajar más cooperativo en diferentes fases del aprendizaje, el juego es una herramienta espectacular para el cerebro, para el aprendizaje. El juego es una cosa muy seria. Y trabajar con el juego a través de los proveedores de enseñanza es un impacto para estos niños, y para todos los demás. Trabajar por proyectos y retos. El reto es tener que resolver una cosa poniendo en juego tu sentido crítico, tu capacidad de razonamiento, no mecánicas operativas. Hay diferentes cosas que podemos hacer pero no hay que hacerlas solo con dificultad de aprendizaje, hay que hacerlas con todos, es lo que nos dice la ciencia. Hay que hacerlo con todos, es lo más democrático e integrador.
Trabajando con una familia el año pasado, una mamá que me decía: «Me desespera. Cada vez que paso por el centro comercial las bicis de todos sus amigos están candadas y la suya no». Digo: «Pues nada, ya se la quitarán». Y, efectivamente, le quitaron la bici. ¿Sabes lo que pasó? Le quitaron la bici y el fin de semana ya estaba comprando otra. Digo: «Macho, es que eso no puede ser. Tú se lo has dicho, se lo has advertido. ¿Le quitan la bici? Pues te esperas a tu cumple o los reyes para que se justifique otra bici. Y si tienes que ir con la bici rosa de tu hermana con el transportín y los colegas van con la mountain bike, pues te aguantas. Ahí está el aprendizaje. Ahí está la tolerancia a la frustración y el entrenamiento hacia estas cosas. Vas a tener muchos chavales con expresiones muy parecidas de dificultad a nivel ejecutivo pero no es porque haya más niños con afectación específica. Y luego, ni son todos los que están ni están todos los que son. Me refiero a que muchas veces decimos: «Hay un sobrediagnóstico». Es cierto. Pero igual de cierto es que hay un infradiagnóstico. El sobrediagnóstico se produce, muchas veces, porque hacemos un diagnóstico clínico donde en cinco o diez minutos en una consulta, rellenando unos cuestionarios padres y profesores, los niños dan positivo en la sintomatología que se espera y le diagnostico. Eso es tremendamente criticable. ¿Por qué? Porque la expresión de depresión, ansiedad, estrés en la infancia se expresa con la misma sintomatología. ¿Qué cosas se expresan? Alteraciones graves del sueño. Hay niños con epilepsias nocturnas, alteraciones muy graves del sueño, y van a expresar en régimen diurno sintomatología muy parecida al TDAH. Muy parecida. Además, puede darnos lugar a confusión porque resulta que tiene este tipo de epilepsia nocturna, la tiene desde muy pequeño, no lo hemos detectado, y la expresión de los síntomas es desde pequeño. Y está cronificada. Con depresión, ansiedad y estrés sería más difícil. Pero si les ocurre desde pequeños por un acontecimiento «X», puede presentar los síntomas también. Y ahí tienes un grupo de población como los niños TEL, trastornos específicos del lenguaje, que tienen una afectación en la memoria a corto plazo y los síntomas de desatención son muy frecuentes. ¿Por qué? Porque si se me va de esta memoria la información… Son los pensadores de la nevera abierta. Llegas a casa, está tu marido con la nevera abierta: «Pero ¿qué haces, tío?». Porque ha ido a por algo que tenía en esta memoria. «Voy a coger no sé qué», y llega a la nevera, y en la cabeza tiene otra información y se ha quedado empanado allí. Pero a un niño con afectación en esta memoria tiene los mismos síntomas de distraibilidad que uno afectado en el sistema de concentración. La diferencia es que uno se ha distraído con otro pensamiento y al otro se le ha caído la información de esta memoria, literalmente. Entonces, tiene los mismos síntomas y le vamos a hacer un mal diagnóstico. Por eso critico mucho el diagnóstico clínico puro porque si el 70% TDAH tienen comorbilidad, es decir, tienen otros trastornos aparte del TDAH, lo que hay que hacer es identificar todo lo que puede haber en el sustrato de este chaval a nivel neurológico para descartar que haya cosas que justifiquen esos síntomas y que no sean un TDA específico. Pero tampoco están todos los que son. Y esto lo sabemos…
La primera vez que tomé conciencia de esto con datos reales fue a través de un papá que hizo su doctorado analizando en la zona de Latina y en la zona de Moncloa, los niños que estaban adscritos a los centros de salud. Y analizaba cuántos niños había diagnosticados. En Moncloa había una crítica, muchas familias tenían más recursos y podían estar suscritos a los seguros privados. Pero en Latina había menos crítica a ese respecto. Se esperaba que más población estuviera sujeta a la sanidad pública. ¿Qué quiero decir con esto? Cuando él hace estos datos, nos encontramos que la tasa de identificación estaba muy por debajo en ambos casos del 3%. Si hay una prevalencia entre el 6% y el 7%, y hay diagnosticados muy por debajo del 3%, no están todos los que son. Entonces, esto es lo que vamos a tener. Niños que están mal diagnosticados y les tenemos dentro de la categoría, y por desgracia, muchas veces medicados. Niños que no están identificados y deberían estarlo. A veces es por la normalización de la familia. «Es que es pequeño todavía». Pero la escuela está diciendo que tiene un funcionamiento muy disruptivo, un funcionamiento con dificultades en el aprendizaje. Eso no es lo normal. Lo normal es la norma. Y todo lo que se sale, no es normal. Y hay que analizar el por qué. A mí me preocupa más esta parte de la disfuncionalidad que vamos a tener por una cuestión de entrenamiento ambiental. Hay que ponerles normas, límites, tienen que aprender a frustrarse. No conocemos ningún adulto que sea capaz de gobernarse a sí mismo en etapa adulta sin haber aprendido a obedecer normas en la etapa infantil. Entonces, eso va a provocar un problema ejecutivo. Que es el autogobierno, el ponerme límites a mí mismo, anticipar en mi cabeza dónde están las recompensas, ser perseverante… Esto es el autogobernarme. Y cada vez habrá personas con peor autogobierno por falta de entrenamiento y estimulación en estas regiones.
Yo me tengo que institucionalizar que con mi hijo me voy a jugar a esto de pegar bolazos, de pegar tiros… No sé cómo se llama. El paintball, como se llame. Pero cuando yo me voy a jugar con él los sábados por la mañana, no estoy hablando en el coche de: «No le hables a mamá así. Si estudiaras más…». Estoy fuera de zona de conflicto. Tenemos que hablar de cosas que no tengan nada que ver. Disfrutar del evento, y cuando vuelvo a casa, disfrutar del evento y genero ese lazo en la relación emocional que es compensatorio. Lo otro no lo voy a poder solucionar, puedo hacer acciones compensatorias. La cena no se puede convertir en el Juicio de Núremberg. Eso es algo tremendo en las familias de TDAH. Llega la cena, muchas veces se incorpora papá después por las dinámicas familiares, y entonces aprovecho para sacar y hago el Juicio de Núremberg. «Habla tú con él, mira la que ha liado. No sé qué, no sé cuántos…». ¡No hagáis eso! Justamente en el momento antes de irnos a dormir generamos otra vez una situación de conflicto, un recuerdo emocional negativo, hago mal el cierre del día. Esto no se puede hacer. Claro, llegamos y salen los niños del cole y le preguntas qué tal se ha portado. ¿Cómo le preguntas eso? Te equivocas en la pregunta. Si anticipo que uno de los problemas es que es disruptivo, como le pregunte qué tal se ha portado, le estoy abocando al fracaso. Pregúntale qué quiere merendar. O a qué juego va a jugar por la tarde cuando termine de estudiar. Pero no el preguntes qué tal se ha portado. Sobre todo, son acciones compensatorias más que acciones que yo pueda hacer cuando estoy trabajando con ellos. Luego, creo que es muy importante, como comentábamos antes, que el tiempo de trabajo no puede determinarse por la carga que mandan los colegios. Porque no tienen ni base científica ni está siendo eficaz. Esto también ayuda, que sea finito el proceso. Tú imagínate que yo estoy haciendo dominadas. Pero es infinito. No hay límite. Cuando me empieza a doler y estoy que no puedo más, ¿cómo voy a dar el do de pecho y pegar el último tirón? Es imposible. Cuando me quedan diez dominadas y tengo al coach diciendo: «¡Venga, quedan nueve! ¡Ocho!». Entonces, doy el do de pecho. Pero estos niños, es infinito, no hay nunca límite. ¿Cómo te va a dar el do de pecho? Tiene que haber límites, se termina de estudiar a esta hora. Y estamos llegando al final del tiempo de estudiar, y se acabó. Elegir bien las batallas. Si tengo que preparar un examen, no me pongo a hacer los deberes. «Tienes que hacer las dos cosas». Pues no, tengo que ser selectivo, tienen un tiempo limitado de rendimiento. Tengo que ser inteligente y aprovechar estratégicamente su tiempo de rendimiento para el objetivo más cercano. Y el que va a ser para ellos de mayor recompensa, que es aprobar su puñetero examen.
La idea es un poco esto: ganarnos los chupipuntos, obtener buenos bonus a través de la relación emocional con ellos con actividades que ellos se lo pasan bien, les molan, tenemos conversaciones agradables, no les penalizamos ni indicamos siempre sus miserias. Ahí me gano los bonus. Luego, ser sensato con lo que hago a nivel de aprendizaje y utilizar estrategias. ¿Qué activa el cerebro para que yo pueda atender mejor? La actividad aeróbica. Si me pongo a hacer 4 minutos de una actividad muy exigente a nivel de concentración… Con niñas nos está funcionando muy bien que trabajen dos minutos de interrupción preparando una coreografía. Tienes mogollón de coreografías en YouTube que les molan y cuando hago 4 o 5 minutos de tarea de exigencia ejecutiva, de concentración paro dos minutos y ensayo la coreografía. Y si te tiras al rollo y ensayas con ella, mejor. Y participas del asunto. Y luego vuelvo otra vez a nivel de exigencia. Los chicos… Vuelvo a decir que no es un tema de sexo, es buscar estrategias que nos encajen con ellos. A lo mejor dar toques a una bola y en dos minutos a ver cuántos toques damos. También activo aeróbicamente, reseteo el lóbulo frontal, y vuelvo a levantar la capacidad de concentración. Es utilizar estas estrategias que sabemos y para eso a veces hay que consultar con los especialistas. ¿Cómo le echo un cable? ¿Cómo se le puede ayudar? Limita los tiempos, genera chupipuntos, obtén bonus. ¿Vale? No utilicemos las cenas como Juicios de Núremberg, y luego, mínimas estrategias cuando trabajamos con ellos con el tema de deberes. A partir de las 20:00, perdonadme, pero el cerebro de un niño está muy poco funcional para abordar temas de mucha exigencia ejecutiva, si son menores de 12. Y niños mayores de 12 años, pues van a tener más posibilidad de funcionar mejor ahí pero van a estar en mucho más conflicto por su fracaso. Entonces, dedícate más a lo emocional.
Lo más impactante en un individuo para su capacidad aprendizaje es creer que puede mejorar con esfuerzo y trabajo y no tanto por su capacidad intelectual. Es la 'mentalidad de crecimiento'
Por eso yo creo que es importante, y a los papás os recomiendo, cuando ya son mayores y están muy desconectados, si detectáis algún tipo de talento… Insisto, el talento es algo que puede ser innato pero, sobre todo, sabemos que el talento es adquirido. Se adquiere a través del hacer, de las horas y horas de entrenamiento. Si tú detectas que tiene una motivación, está pinchando música o hace letras de rap, y al tío le ves comprometido con eso, poténciaselo, profesionalízale. Le encanta el grafiti o la fotografía… Poténciaselo, profesionalízale. Dale los recursos para que eso que puede ser una anécdota, un hobby, se pueda convertir en un conocimiento y unas competencias que le permitan desarrollarse profesionalmente. Y en esto no hay que ser estrecho de mente. Cosas que sabemos a día de hoy es que el 50% de los empleos que se conocen hoy van a desaparecer en los próximos años. Esto ya está ocurriendo en nuestras narices. Y sabemos que el 70% de los empleos que parece que sustituirán a estos no sabemos cuáles son. ¿Quién te iba a decir que uno podría ganarse la vida siendo youtuber? ¡Ni de coña! Esto a una mamá de hace diez años, el chaval quiere… Le dice: «Déjate de estupideces». O siendo DJ. Y son ahora mismo las estrellas del pop. Lo que eran antes las estrellas del pop, ahora son los DJ. ¿O quién te iba a decir que se iba aganar uno…? El otro día leía un artículo de los frikazos que compiten en videojuegos. ¡Tres millones de euros al año ganan! ¿Quién te iba a decir esto? Hay que tener poco prejuicio porque no tienes nada que perder. Lo bueno de ser padre de un niño TDAH es que no tienes nada que perder. Con nada que perder, no hay miedo. Lo tiene si cree tener algo que perder. ¿Cómo se va a dedicar a esto si va bien en los estudios? Como los nuestros no están ahí, no tienes nada que perder. Potencia aquello donde veas que hay factores de motivación e interés. ¿Que no es así? ¡En movimiento! Esto es muy importante. No enroques la situación. En movimiento implica: «Si aquí estamos atascados y enrocados, vamos a Inglaterra a currar. Por lo menos aprendes idiomas». En movimiento. Si yo estoy en movimiento, ahí vienen las oportunidades. Si yo me enroco y estoy sin hacer absolutamente nada, no estoy movimiento, no surgen las oportunidades. Es muy importante menearles. A veces da miedo, 23 años y funciona como un tío de 16. Tengo que estar detrás para que se lave los dientes. No te preocupes, sácale de casa. Sácale de casa, no tengas miedo. Tú no estás consiguiendo que mejore el nivel de competencias con la sobreprotección, exponle, ahí surgen las oportunidades. No enrocar las situaciones, ser valientes. Si hay un talento, potenciarlo, profesionalizarlo, meter pasta en su formación ahí. ¿Está enrocado, no hay ninguna motivación, no hay nada que le inspire? En movimiento para que la inspiración venga por el hacer. Y esto es lo que yo recomendaría. La mayoría de chavales TDAH que han llegado a adultos de forma sana e higiénica, funcionan fantásticamente bien. Son frikazos en sus profesiones. De hecho, son un poquito obsesivos, incluso, con el tema laboral.
Fijaos lo curioso: cuando se analiza a los alumnos durante tres años en la asignatura de Matemáticas y ves las curvas de mejora, aquellos niños que tenían buena capacidad intelectual y buena mentalidad de crecimiento, hacen así. Aquellos que tenían buena capacidad pero mala mentalidad, hacen así. Y los que tenían peor talento natural pero buena mentalidad, hacen así. Y otra cosa que sabemos es el desempeño. Tú fíjate qué locura. El talento depende de las horas de entrenamiento. Con lo cual, si yo tengo un talento natural de inicio, pero mi carga de horas de entrenamiento en tocar la guitarra o lo que sea es menor que el tío con menos talento pero hace más carga, al final, dicen los estudios, la mejora en el desempeño la va a tener no el del talento natural, sino el que entrena más horas. Fíjate si es potente para la transformación escolar. ¿Qué tenemos que tener? Maestros que generen la mentalidad de crecimiento en los chavales. Y esto es el cambio. Y no la tecnología, no las metodologías, este es el gran cambio. Porque está estudiado. Generar mentalidad de crecimiento depende de los maestros. Lo que debe cambiar una escuela para niños de dificultad de aprendizaje es dejar de dar este mensaje sistemático, por parte muy importante del claustro a lo largo de su vida de que no vales. Porque estás crujiendo la mentalidad de crecimiento de un chaval. Y luego, tener la mentalidad el propio maestro de que no hay manera de cambiar las competencias de un crío. ¿Se le dan mal las mates? A ver qué tal la lengua. No, cambia tu cultura. Sabemos lo contrario de la plasticidad cerebral. Haz bien las cosas en tus diseños de enseñanza, entrena y ya verás como el cerebro aprende haciendo. Y entonces genero un cambio en la mentalidad de los maestros. Y hay que modernizar lo que hacemos en la escuela. ¿Por qué? Porque si sabemos lo que nos lleva a la consecución del éxito, del desempeño con éxito en nuestros proyectos personales, es el deseo. Es muy difícil, es la motivación, no sabemos cómo dispararla. La tienes o no la tienes. Puedo inspirarla pero no generarla. Y la perseverancia y la voluntad a lo largo del tiempo en llevar a cabo tus objetivos. ¿Qué tiene que hacer una escuela? Entrenamiento de la función ejecutiva, todo el sistema que permite la perseverancia y la voluntad, y generar escenarios inspiradores para los chicos para que encuentren sus motivaciones. Si la escuela sigue haciendo lo mismo, con todos los niños igual, y que las propuestas son todas cerradas, sin que el niño sea partícipe de qué vamos a aprender, entonces, tendremos una escuela que está abocada al fracaso. Con todo el cariño del mundo, en escenarios grandes digo: ¿Cuántos de los que estáis aquí que tenéis una licenciatura o una diplomatura universitaria tenéis la sensación de haber terminado la formación universitaria, haber pasado por todos los ciclos de formación del sistema, y tenéis la sensación preclara de no haber adquirido las competencias, es decir, la información transferida a conocimiento, ni las habilidades y destrezas para desempeñar vuestro trabajo? El 90% de la sala levantaría la mano. Eso es el fracaso del sistema. ¿Dónde se realiza el aprendizaje significativo? En el hacer. Cuando estoy en un reto real con un problema real, tengo que indagar información que me permite resolver el reto, estoy obligado a aprender a entender esa información. No la puedo memorizar. Si la memorizo y no la entiendo, no me permite resolver la realidad. Y luego, aprender de otros y con otros.
Estas escuelas de: «Tú a lo tuyo. Cállate y céntrate». El cerebro es un órgano social, se aprende por la observación de otros, a través del diálogo con otros. Una de las metodologías más potentes en aprendizaje es el debate. Totalmente denostada en el sistema español. El debate es una metodología altamente eficaz, demostrada por John Hattie. ¿Sabes otra cosa altamente eficaz en procesos de enseñanza-aprendizaje, y la mejora de la calidad del sistema en una escuela? El trabajo cooperativo. Pero no de los niños, de los maestros. El trabajo cooperativo del maestro es uno de los indicadores «top» diez para mejorar la calidad educativa dentro de una escuela. En España, los maestros no trabajan en cooperativo. Porque no tienen tiempo ni para sentarse juntos y trabajar en cooperativo. Entonces, ¿cómo cambiaría las escuelas? Atendiendo a la investigación en neurociencia y la investigación en neuropsicología del desarrollo y en pedagogía. Es lo primero que hace cualquier sector: atender a la investigación. Y no hacer cosas por nuestros prejuicios o por falsas creencias. Es lo que hay que paralizar en educación. Dejar que cada maestrillo tenga su librillo y hacer cosas porque creo que funcionan. Sabemos que hay cosas que funcionan, pocas, pero como las sabemos, transfirámoslas. Lo primero que hay que hacer es cambiar el sistema formativo en las escuelas de Magisterio. No puede ser que los de Magisterio aprendan las mismas cosas que aprendí yo hace casi 30 años, o que aprendieron mis maestros hace casi 50 años. Y esto es una aberración. El nivel de formación sería como si un médico se estuviera formando hoy en su especialidad con los conocimientos de hace 40 años del corazón, del riñón o del sistema respiratorio. Y esto no hay permitirlo. La transformación es: formación de los maestros, cambio de la cultura, y entender que en el siglo XXI los chicos no pueden seguir aprendiendo por asignaturas. Porque no sabemos qué van a hacer en el futuro, cuáles son sus profesiones, tienen que aprender a aprender. Desarrollar el sentido crítico, el trabajo cooperativo, el manejo de sus emociones… A esto tenemos que dedicarnos, la información está en Internet. Y la información no es lo relevante en el entrenamiento de los niños en las escuelas. Y aprender haciendo. No niños sentados sin ser partícipes del proceso de aprendizaje. Hay que aprender a hacer y seleccionar mejor a los maestros.
Lo mejor es actividad deportiva. Es fundamental para la regulación del estado de ánimo. Por liberación de endorfinas, dopaminas, etcétera. Actividad deportiva, fundamental. El sueño, fundamental. Tenemos una cultura del sueño que me tiene muy preocupado porque cada vez duermen menos y peor. El sueño, la alimentación es fundamental. Niños que están yendo sin alimentarse a la escuela con un desayuno totalmente precario. Yo lo primero que haría es: Cuidemos bien la salud porque tiene mucha relación con la salud psicológica. Pongamos en la caja de lo escolar, separadita de todo lo demás. Aumentemos su carga de experiencias de satisfacción. Cuidemos bien sus emociones. Estos niños requieren de mucho léxico emocional. Ser capaces de describir sus emociones. Validar siempre la emoción. Otra locura que hacemos. Un niño me monta un pollo: «No entiendo el cabreo, te lo he dicho 8 veces». Es que la emoción no tiene control, que es neuroquímica. Un disparo neuroquímico provoca una sensación física. Yo tengo que validar la emoción. Una vez que la valido, la reconozco, no te la niego, tengo que ayudarte a describirla. «Imagino que estás muy cabreado, estás enrabietado. Aunque te lo diga ocho veces, te quito la Play y no mola. Y tienes que estudiar, que no te gusta nada». Y luego ya reconduzco: «Pero cariño, joder, hemos hablado que tenemos que hacer esto». Y si ves indicadores de alteración de la conducta, más disruptivos, más explosivos, muy secuestrados por sus emociones, muy alterados, muy ensimismados en su pensamiento, siempre poner en el marco de la alteración emocional, indaga para meter mano. Como un niño esté roto emocionalmente, no podrás hacer nada en todo lo demás.
Bueno, ha sido un placer, de verdad. El formato es molón, es chulo poder interactuar. Normalmente estamos siempre en escenarios unidireccionales, en contra de lo que dice la neurociencia para la educación. Lo que genera más conocimiento es el debate, el poder responder a las preguntas de vuestras inquietudes para mí es fundamental, yo empezaba diciendo: No enseñes lo que te han enseñado, cuenta lo que has aprendido. Y yo he venido un rato a contaros lo que he ido aprendiendo por el camino. Mis grandes maestros son los padres y los niños con TDAH. No os quede duda. Y los maestros frikis. Mi mensaje… Para mí es fundamental, lo digo muchas veces, la docencia es una profesión para apasionados, para motivados, para gente que tiene un nivel de preocupación que hace que se ocupen. Si yo me preocupo, me ocupo. Y este nivel de motivación con el tema de educar, me permite decir que tenemos que ser, y no hay que tener miedo a decirlo, tenemos que ser cada vez más excluyentes. A quien no le guste esta profesión, que no esté en esta profesión. Porque la capacidad que tenemos de influencia en los niños y de mejora de su calidad de vida, es determinante. Y a los padres, deciros que el sentido del humor es fundamental para el manejo del TDAH. Relativizar las cosas, ser capaces de seleccionar vuestras batallas, entender que lo académico no es lo relevante. Una persona puede tener una buena formación académica, unos buenos resultados académicos, pero desarrollar muy bien sus competencias personales o emocionales, y el día de mañana, cuando encuentre su motivación, su talento, si le pone empeño y le pone trabajo, va a ser una persona competente, como todos los demás. Ha sido un auténtico placer estar con vosotros, un gustazo. Yo esto lo repito cuando me digáis.