Seis consejos para cuidar la salud de tu cerebro
Facundo Manes
Seis consejos para cuidar la salud de tu cerebro
Facundo Manes
Neurocientífico
Creando oportunidades
Conocer el cerebro para vivir mejor
Facundo Manes Neurocientífico
“La vida no es la que vivimos, sino cómo la recordamos para contarla”
Facundo Manes Neurocientífico
Facundo Manes
El neurocientífico y neurólogo argentino Facundo Manes ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional a descifrar los secretos del cerebro, actividad que sigue desarrollando como investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina y del departamento Cognition and Brain Sciences de Cambridge.
“A mis hijos les digo: 'Estudiá, porque además de que te va a permitir ser más libre y tener más oportunidades, cumplir tus sueños, levantar la autoestima, adaptarte a un mundo en permanente cambio... además de todo eso, va a proteger tu cerebro'”, reflexiona el neurocientífico.
La ciencia ha demostrado que la educación es un factor de protección cerebral, pero ¿cómo aprendemos, por qué olvidamos o recordamos? Fundador del Instituto de Neurología Congnitiva (INECO) y del Instituto de Neurociencias de de la Fundación Favaloro en Buenos Aires, el doctor Manes es autor de libros como ‘El cerebro del futuro’ y ‘Usar el cerebro’, donde explica el funcionamiento de nuestra materia gris.
Como presidente de la Fundación INECO, organización sin ánimo de lucro que apoya la investigación y prevención de trastornos neurológicos y psiquiátricos, Facundo Manes continúa divulgando la importancia de mantener la mente activa hasta nuestro último día. Según el investigador, para conservar una buena salud cerebral es necesario mantener vínculos humanos profundos, tener un propósito en la vida, enfocarse en el presente, disfrutar con lo que hacemos y ser altruistas.
Transcripción
Y en el 2001, regresé a la Argentina. El 2001 fue un año de crisis en mi país y me pregunté cómo podía colaborar con mi país, y pensé que desde lo específico, creando una masa crítica de gente joven más inteligente que yo. Siempre me he juntado con gente más inteligente que yo. Y que yo esté acá es el producto de muchas personas que me acompañaron y me acompañan en mi vida. Yo estoy acá sentado, no por mí, sino por… Sería un error pensar que es por uno cada logro que uno tiene. Uno es producto de muchas personas que lo ayudan, que lo guían, que actúan como mentores, como tutores. Actualmente también. Y, bueno, junté gente más inteligente que yo de diferentes áreas de la física, de la matemática, de la psicología, de la neurología y de la psiquiatría. Ya en Buenos Aires, los conecté con expertos en Europa, en Estados Unidos, en diferentes temas: toma de decisiones, creatividad, emoción, memoria, en humanos, y desarrollamos en Argentina una masa crítica de neurociencias cognitivas. Luego creamos el instituto INECO de neurología cognitiva. Y luego el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Y hoy hay un ecosistema muy importante en nuestro país para investigar el cerebro, las funciones cognitivas y emocionales. ¿Por qué les conté esto? Porque la única arma que tuve fue la educación. Y hoy, como les dije, sabemos que la educación… Mi papá me decía: «Estudiá, estudiá», y no me decía por qué. Y yo, hoy, a mis hijos les digo: «Estudiá, porque además de que te va a permitir ser más libre y tener muchas más oportunidades, cumplir tus sueños, levantar la autoestima, adaptarte a un mundo en permanente cambio, además de todo eso, va a proteger tu cerebro». Hoy sabemos, como les dije, que la educación es un factor de protección cerebral. Y también tuve suerte en encontrar este camino del conocimiento, porque hoy la sociedad está basada en el conocimiento. Hubo varias revoluciones industriales: la agropecuaria, la industrial… Hoy vivimos una revolución del conocimiento. Lo más importante que tienen los países es el cerebro de su gente. Las economías, y la economía global, está basada en la capacidad de generar nuevas ideas y de implementar estas ideas. Así que entender el cerebro me permitió, primero, conocer algo del órgano más complejo del universo, pero también comprender que la mejor inversión de las sociedades es en el cerebro de los habitantes. Hoy, los recursos naturales no son tan importante como antes. Hoy, lo más importante de una sociedad es el cerebro de los ciudadanos.
Y también, al volver a mi país y tratar de ayudar a desarrollar esta área y de repatriar argentinos que estaban en el exterior, y de generar un polo de neurociencias cognitivas, aprendí otra cosa que es importante para el bienestar: pensar en los otros. Una de las cosas que nos da bienestar a nosotros es ser altruistas. Y los seres humanos podemos ser altruistas con lo que vemos. Por ejemplo, si salimos a la calle ahora y vemos a alguien que no tiene para comer, seguramente le damos algo, o dinero, o un pedazo de pan. O si vamos a un río y vemos a alguien ahogándose, aunque no sepamos nadar, vamos a gritar o llamar a gente, o tratar de ayudarlo de alguna manera. Eso lo compartimos con otras especies. Si ustedes no me creen, pueden ir a YouTube y van a ver un video si ponen: «zoológico Chicago gorila bebé». Hace unos años se cayó un bebé humano en la jaula de los gorilas del zoológico de Chicago. Los gorilas lo iban a atacar, y una gorila, con un gorilita encima, lo protegió al bebé humano, y lo llevó a la guardia y le salvó la vida. O sea, que ser altruista con lo que uno ve lo compartimos con otras especies. Pero los seres humanos, todos nosotros, somos únicos entre las especies, en tener un altruismo por lo que no vemos. Acá, todos podemos trabajar por el hambre en América Latina, en África, en Asia… Aunque no lo veamos, podemos trabajar para las próximas generaciones. Y eso también nos da placer. Así que también tuve el enorme privilegio de poder contribuir a la ciencia, a mi país, al desarrollo de esta área, las neurociencias cognitivas humanas en mi país. Y, sobre todo, tuve el enorme privilegio de… Y tengo el enorme privilegio de juntarme con gente más inteligente que yo. Yo admiro la inteligencia, y hoy sabemos que la inteligencia colectiva es mucho más que la suma de las inteligencias individuales. Si en la primera fila hay seis o siete personas que logran trabajar con una dinámica de equipo positiva, la inteligencia colectiva va a ser mucho más que la suma de las inteligencias individuales.
También sabemos que si ese equipo logra trabajar bien en una tarea, posiblemente sea eficaz en otra tarea. Y también sabemos las cosas que predicen el éxito de un equipo. Hay tres cosas fundamentales que predicen el éxito de un equipo. La primera es que los miembros del equipo tengan altos niveles de empatía. La empatía es un proceso cerebral que nos permite imaginar qué piensa el otro. Por ejemplo, si alguien ganó un premio, yo imagino que está contento. Es una empatía cognitiva. Pero también hay una empatía emocional, que yo puedo sentir la alegría del que ganó el premio. O compartir el dolor si alguien perdió algo. Hay una empatía cognitiva y una empatía emocional. Cuanto más empatía tengan los miembros de un equipo, más posibilidades de éxito de ese equipo. El segundo factor que predice el éxito de un equipo es que, además del líder, haya varias voces dominantes. Es importante el líder, el líder tiene que imaginar el futuro, el líder tiene que estar dispuesto a tomar riesgos, el líder tiene que representar al equipo. Pero, además del líder, tiene que haber varias voces dominantes. Eso impacta en las posibilidades de éxito del equipo. Y el tercer factor que predice el éxito del equipo es la diversidad de género en el equipo. Es muy importante que los equipos tengan diversidad de género. Así que yo les hablé de altruismo, les hablé de inteligencia colectiva y les hablé de metas, les hablé de tutores, les hablé de sueños y les hablé de educación. De todos, de eso se trata un poco mi vida. Pero entiendo que esto es un diálogo, así que también me va a encantar escucharlos a ustedes.
Parte de nuestro cerebro, parte de la complejidad de nuestro cerebro es, en parte, la complejidad que adquirió nuestra especie para vivir en grupos grandes y complejos. Hoy hay datos que muestran que el aislamiento social crónico no es un tema menor. En Estados Unidos, el 40% de la sociedad se siente sola en forma crónica en algún momento de la vida. Inglaterra acaba de crear un Ministerio de la Soledad. Porque esto tiene… No porque sean amantes de la neurociencia los el gobierno inglés, sino porque saben, tienen datos, tienen evidencia científica de que la soledad es muy frecuente y que produce problemas de salud que tienen un costo enorme para la sociedad. Y repito, países como Estados Unidos, o incluso China, que está industrializándose, tienen problemas de soledad crónica en la gente. Y el aislamiento social crónico es un factor de mortalidad más importante que la polución ambiental, que el alcoholismo y la obesidad. Así que tener vínculos humanos profundos es una de las cosas que nos da más bienestar. Y no solo vínculos humanos profundos, que es, por ejemplo, a quién contarle una enfermedad, a quién contarle un sueño, a quién pedirle dinero si uno lo necesita urgente, sino también vínculos diarios, disfrutar del cara a cara, hablar con la gente que uno se encuentra diariamente en el trabajo, en la calle, tener contacto humano es muy importante. No solo el vínculo humano profundo, sino también el vínculo que uno tiene diariamente con la gente y disfrutar del contacto cara a cara. Cuando uno… Si yo te estoy mirando a vos y vos me estás mirando a mí, hay una liberación de mensajeros químicos que tienen que ver con la confianza, la oxitocina, o mensajeros químicos que tienen que ver con el placer, con la dopamina. Y esto no ocurre vía la tecnología. Si nosotros nos comunicáramos sin estar en persona a persona, nuestra composición de liberación química sería diferente.
Otra cosa que nos da bienestar es tener un propósito en la vida. Yo tenía un propósito. ¿Se acuerdan? Cuando les conté mi historia de educarme para conocer el mundo, para tener una voz en la ciencia, para contribuir a mi país, a mi sociedad. Tener un propósito que exceda a uno es muy importante para la felicidad, para el bienestar. Tener un propósito en la vida. Encuentren su propósito. Tengan un propósito, es muy importante. Además, posiblemente, se les cumpla. Otra cosa que nos da bienestar, además del contacto humano, además de tener un propósito, es concentrarnos en el presente. Esto no es fácil porque vivimos rumiando. Los seres humanos nos diferenciamos de otras especies porque podemos imaginar escenarios futuros y revisar escenarios pasados. Entonces, estamos acá y ustedes dicen: «¿Cuándo terminara de hablar este argentino? Así me voy a hacer otra cosa». Yo estoy acá hablando de esto y digo… Siempre estamos pensando en la próxima tarea o revisando el pasado: ¿Estuve bien o estuve mal? Yo salgo de acá: «Uy, me olvidé de decir esto». Y nos olvidamos de estar enfocados en el presente. Un cerebro atento es un cerebro más productivo y más feliz porque nos saca el circuito de ansiedad, evita que entremos en un circuito de ansiedad revisando el pasado e imaginando escenarios futuros. Así que estén atentos, disfruten el presente. Otra cosa que nos da bienestar es entrar en un estado de flow. Cuando uno hace una cosa que le gusta mucho, a veces, si estamos pintando, si estamos cocinando o si estamos, en mi caso, escribiendo. A veces no tengo ganas de terminar un artículo pero tengo que terminarlo, y estoy con el café, o en Argentina con el mate, y, en algún momento, estoy ansioso, pero en un momento me concentro y el mundo desaparece, y disfruto, tengo una plenitud enorme. Ese estado de flow, que además aumenta la creatividad, nos da mucho bienestar. El altruismo.
Ser altruista con lo que vemos y lo que no vemos, que es algo propio de los humanos, como hablamos, nos da mucho placer. El altruismo activa los circuitos de recompensa del cerebro. Ser altruista activa los mismos cerebros que la cocaína. Con mucho menos efectos adversos. Otra cosa que nos da felicidad son cuestiones más hedonistas, como el ejercicio o una buena comida, el sexo, una copa con amigos, disfrutar de algo que nos da placer. También nos da felicidad pensar en el otro. Esto lo sabe la gente por sentido común. Lo novedoso es que hay evidencia científica de cosas que nos dan felicidad y bienestar. La relación con el dinero es difícil de estudiar. Hay algunos datos que, después de cierto nivel económico, el dinero no impacta dramáticamente en el bienestar, en la felicidad. Lamentablemente, la gente que vive en la pobreza, que es vulnerable, tiene un impacto en el bienestar. Pero después de cierto nivel donde uno puede cumplir las cosas básicas, tener mucho más dinero no impactaría en el bienestar. La edad es otro factor difícil de estudiar, pero hay algunos datos. Algunos hablan de la «U» de la felicidad a lo largo de la vida y muestran que hasta la segunda o segunda década y media, no importa si uno crece en Madrid, en Buenos Aires, en Bangladesh, en Nigeria… Uno tiende a ser feliz. Después, entre los 25 y 60 años, en la mitad de la vida, en la edad adulta, uno tiene muchos frentes: la familia, los hijos, que son maravillosos, yo tengo dos hijos, son lo más importante de mi vida, pero también es una fuente de estrés, de preocupaciones, el estatus social, el estatus económico, enfermedades… Y entre los 25 y 60 años, uno tiene un impacto en el bienestar, y después, de los 60 años, uno ya no quiere ser Messi, no quiere cambiar mucho el mundo. Aunque debería, uno tiene que estar activo mentalmente hasta el último día. Habría otra vez un aumento del bienestar, en general, esto es en promedio. Hay un efecto estudiado de la edad en la felicidad a lo largo de diferentes países y sociedades. Así que, si bien eso es un constructo complejo, el bienestar y la felicidad, hoy tenemos datos que muestran cierta evidencia científica de las cosas que nos dan más bienestar, que nos hacen felices.
Y suele, a veces, surgir el momento creativo luego del proceso de preparación, años, o de incubación, días, semanas, u horas, cuando no hacemos nada, cuando nos estamos bañando, cuando estamos durmiendo, cuando estamos entredormidos… Esta es la resolución del problema o el momento creativo. Además, para crear, hay que estar un poco loco. No mucho, pero un poco. Y hay que estar preparado para equivocarse. Es muy importante equivocarse y estar preparado. Y este es un tema, porque la educación estigmatiza el error. «Uy, se equivocó o se va a equivocar». La familia estigmatiza el error. Las empresas, la sociedad estigmatiza el error. Hay que equivocarse. Steve Jobs se equivocó muchas veces antes de las creaciones que hizo. Galileo se equivocó acerca de la velocidad de la luz. Tenemos que equivocarnos. Nadie puede crear algo importante sin haberse equivocado mucho tiempo antes. Además, es importante el contexto. Vivir y crear un ambiente, un ecosistema positivo y creativo influye en nuestra creatividad. No es casualidad lo que pasó en el Renacimiento ni lo que pasa ahora en Silicon Valley. El contexto creativo influye en la creatividad personal. Paul McCartney escribió la melodía de Yesterday, según cuenta la leyenda, cuando estaba durmiendo, la soñó. Se levantó y la escribió. Pero él tenía preparación. Era músico, tenía años de músico, y en las últimas semanas o días estaba obsesivo con esa melodía que no salía. Puso el cerebro en off y apareció el momento «eureka», el momento «ajá», el momento creativo. Así que no sabemos bien… Hay algunos datos sobre qué pasa en el cerebro, qué áreas que previamente no están asociadas, se asocian, o conectadas, se conectan. Pero lo más importante es que tenemos bastante claro que hay ciertos procesos que aumentan las chances de que surja el momento «ajá», el momento «eureka», el momento de la creatividad. Otro aspecto importante es que todos tenemos el potencial de ser creativos. No es que… en la Antigua Grecia se pensaban que la creatividad provenía de las musas. Después, en otras épocas, se pensaba que la creatividad era un privilegio de algunos pocos. Hoy sabemos que todos tenemos el potencial creativo, pero necesitamos estos procesos previos para que aumenten las chances de que surja la maravilla. Muchas gracias.
O sea, que hay diferentes tipos de memoria. Y un aspecto importante también que me gustaría mencionar sobre la memoria… Como dijo un escritor colombiano, Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, dijo: «La vida no es la que vivimos, sino cómo la recordamos para contarla». Y hoy, la ciencia tiene muchos experimentos que muestran que… Les contaba antes que la atención es clave. Después un período de consolidación y un período de evocación de la memoria. Cuando uno evoca una memoria, la memoria se hace inestable y se puede agregar nueva información. En cierta manera, la memoria humana es un acto creativo. Cada vez que evocamos una memoria, la podemos reconstruir, la podemos modificar. Y luego la guardamos, y lo que recordamos al otro día no es el hecho que vivimos, sino el último recuerdo. Hay un proceso de consolidación de la memoria. Yo estoy viviendo esta experiencia acá, y esta memoria, en los circuitos cerebrales, va a estar inestable, va a haber síntesis proteica y se va a consolidar esto. Yo, mañana, voy a recordar que estuve acá. Pero si en un año yo le cuento a alguien que estuve acá y evoco esta memoria, va a haber una síntesis proteica nueva, que esto no se sabía hasta hace poco tiempo. Y se está reconstruyendo, en cierta manera, esta memoria. Y si yo le agrego información que no sucedió, después lo voy a guardar, y en dos años voy a recordar, no el hecho que vivimos hoy, sino la última vez que lo recordé. «La vida no es la que vivimos, sino cómo la recordamos para contarla». Otro escritor, un gran regalo argentino al mundo, Jorge Luis Borges, dijo algo también muy importante con respecto a la memoria. O habló en un cuento sobre algo muy importante de la memoria, un proceso importante en la memoria, que es el olvido. Borges escribió un cuento que se llama Funes el memorioso. Funes era un peón de campo que tenía una tragedia: recordaba todo. Y tenía que vivir 24 horas mañana solamente para recordar las 24 horas de hoy. Borges grafica la importancia del olvido. Si recordáramos todo, no podríamos aprender nada nuevo, no podríamos asociar nada nuevo. Es muy importante el olvido. El olvido es un aspecto importante de la memoria. Y hoy sabemos que hay también síntesis proteica y gasto de energía cuando olvidamos, que no es un proceso pasivo. Antes pensábamos que el sueño era un proceso… O se pensaba que el sueño era un proceso pasivo, y hoy sabemos que cuando uno sueña, hay gasto energético casi como cuando estamos en vigilia. Y cuando olvidamos, también hay gasto energético. Y uno olvida casi todo en la vida. Y tendemos a recordar las cosas que nos emocionan, porque la emoción facilita la consolidación de la memoria.
Existe pérdida de memoria ya en la tercera década de la vida. Uno empieza a tener canas, arrugas, cambio de metabolismo, y también hay pérdida de memoria, sobre todo de los nombres. Porque los nombres… Es difícil asociar «Ricardo» con algo emocional, o «Sebastián», o «Pedro». Los nombres se empiezan a perder, es normal. También es cierto que mucha gente viene al consultorio, de 45 años o 50, y me dice: «Facundo Manes, tengo problemas de memoria, ¿tendré alzhéimer?». Ahora les voy a explicar que el alzhéimer… La mayor parte de los alzhéimer son esporádicos. Es multicausa, no sabemos todavía la causa, pero se cree que es multicausal, el alzhéimer. Y se da después de los 65 años, donde hay un crecimiento exponencial. Hay algunos casos de alzhéimer más jóvenes, que son hereditarios, pero es la minoría de los casos. Pero la mayoría de las personas que vienen al consultorio, de 40 años, 45, 50 o 35, con problemas: «Uy, me olvido todo». En realidad, hay un problema de distracción. Hay un problema de atención, un problema de ánimo. El estrés crónico, la ansiedad patológica, la depresión afecta a la memoria. Y muchas veces, cuando uno dice: «Pierdo la memoria y soy joven», hay que investigar. Primero, no es normal, porque hay una pérdida normal de la memoria, sobre todo en los nombres, que es muy difícil asociarlo a una emoción. Y también puede haber un proceso emocional que impacte en la atención: depresión, ansiedad, estrés crónico. Por eso es muy importante consultar cuando alguien tiene un problema de memoria, pero no hay que asustarse. Cuando uno es joven, generalmente, el problema de memoria no es porque uno tiene una enfermedad alzhéimer o un proceso degenerativo, o neurodegenerativo, sino puede ser normal o puede ser un problema de ánimo, o estrés, o ansiedad, o depresión.
“Para nuestra especie es más importante sobrevivir que la verdad”
Pero lo que quiero decir es que uno crea la realidad. Y la manera en que pensamos determina la manera que sentimos. Y uno puede cambiar la manera que pensamos para cambiar la manera que sentimos. Y eso es una buena manera de enfrentar el estrés o la realidad, que a veces no se puede cambiar. Lo que sí podemos cambiar es cómo reevaluamos la realidad. Dormir bien. Hay que dormir ocho horas por día. El sueño es salud. El sueño interviene en la función hormonal, en regular la función inmune y también en la consolidación de la memoria. Así que, en resumen: vida social activa… Para mantener un cerebro saludable, hoy recomendamos: vida social activa, estar vinculados con otras personas, ejercicio físico, estar activo mentalmente, aprender cosas nuevas, una dieta rica en verduras, frutas, pescado, con Omega-3, manejar el estrés, dormir bien. Acá tienen todas las cosas gratis que le hacen muy bien al cerebro.
“El juego permite un impacto en lo simbólico, en lo lingüístico, en la flexibilidad cognitiva y en la empatía”
El cerebro humano aprende, básicamente, cuando algo nos motiva, nos inspira, y nos parece un ejemplo. Por eso hay que reinventar al docente ahora. El docente no va a perder su rol, porque el contacto humano es clave. Yo les dije que no hay nada como el contacto humano. Cuando yo era chico, en ese pueblito que se llama Arroyo Dulce, en la Pampa argentina, entraba mi maestra y me decía: «San Martín cruzó los Andes». Y yo que era curioso, la miraba porque ella tenía información que yo no tenía y eso me generaba un ejemplo, admiración, me motivaba. Hoy, mi hijo Pedro, de 11 años, con un celular, tiene más información, si tiene acceso a Internet, que el presidente de Estados Unidos, en su momento, cuando decidió conquistar o ir a la luna, cuando puso el sistema científico americano para ir a la luna. El presidente de Estados Unidos, en ese momento, tenía menos información con los servicios de inteligencia de esa época que mi hijo, o cualquier niño, con un celular y acceso a Internet. Hoy, el rol del docente no es transmitir la información. Eso ya no genera tanto respeto, tanta motivación, porque la información está disponible y va a estar cada vez más disponible. Pero eso no quiere decir que el docente no sea el trabajo más importante de todos. No hay trabajo más importante que el del maestro, el del docente. ¿Qué trabajo es más importante que formar a los futuros jueces, a los futuros médicos, a los futuros presidentes, a los futuros periodistas? Al docente hay que respetarlo, hay que prestigiarlo, hay que pagarle bien, pero, además, hay que reinventarlo, porque ya el rol del docente no es transmitir la información. El rol del docente actual es ver qué hacemos con esa información que ya está, y cada vez va a estar más disponible. Cómo generamos nueva información, cómo se trabaja en equipo. Porque hoy sabemos que el conocimiento, tanto en las ciencias duras como humanísticas, se genera en equipo. La creación del conocimiento es colectiva. Cómo se comunica, cómo se inspira a los docentes, cómo se maneja la atención de los alumnos. La atención es un recurso limitado. Y más que preguntarnos por qué los chicos no tienen atención, tenemos que preguntarnos alguna vez por qué los docentes no atraen la atención de los chicos. Pero eso no va a quitar el rol que tienen los docentes. El rol del contacto humano es irremplazable. La educación a distancia es importante, es complementaria, pero no va a reemplazar al rol del docente, del maestro, del tutor, del ejemplo. Porque el cerebro aprende, básicamente, cuando algo nos motiva, nos inspira y nos parece un ejemplo. Hay muchos más datos de la neurociencia que se pueden usar en la educación. No tenemos tiempo ahora de revisar todos en detalle, pero, claramente, entender el órgano con el cual enseñamos y aprendemos va a impactar en la educación. Pero quiero dejar claro que es una herramienta más para que se tenga en cuenta en los planes pedagógicos. Los neurocientíficos no tenemos que hacer ningún plan pedagógico. Los planes pedagógicos tienen que ser basados en múltiples áreas y la neurociencia es una herramienta más que se debe tener en cuenta.
Bueno, quiero agradecerles por la atención y por este momento que compartimos reflexionando sobre el órgano más complejo del universo y sobre el conocimiento. Vivimos en un contexto donde el conocimiento es clave para todo: para progresar, para la economía, para los países, para las sociedades, a nivel individual y comunitario. Estamos en la era del conocimiento y debemos invertir en el cerebro de los ciudadanos, nutrirlos bien, darles estímulo afectivo, darles estímulo cognitivo. Porque, si no, no hay igualdad de oportunidades. La meritocracia solamente sucede cuando se nace con igualdad de oportunidades. Y hoy no puede haber meritocracia porque en el mundo hay mucha gente que tiene menos oportunidades de arranque. Entonces, como sociedad, en el mundo, tenemos hoy la inteligencia, la economía, la logística para erradicar el hambre, la pobreza. ¿Y por qué no lo hacemos? ¿Por qué hay tanta desigualdad? Porque tenemos cerebros humanos que, a veces, nos producen prejuicios, sesgos, egoísmos. Tenemos que luchar con eso. ¿Y cómo se lucha? Con empatía, con proyectos inspiradores y tomando en cuenta la ciencia. Hoy, la mejor inversión de los países es la inversión en el cerebro de los ciudadanos. Es la educación de calidad, la igualdad de oportunidades. Y se lo digo porque… Yo, cuando era chico, estaba convencido, en mi pueblito, por lo que vivía, por el contexto, que si yo trabajaba mucho, era honesto y estudiaba mucho, iba a tener posibilidades en mi vida. Y hoy tenemos todos la obligación, a los chiquitos del mundo actual, de mostrarles que eso todavía es posible, que si uno es honesto, trabaja mucho, estudia mucho, tiene empatía, es solidario y es altruista, a uno le va a ir mejor. Muchas gracias.