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La tregua de Navidad

Jamil Zaki

La tregua de Navidad

Jamil Zaki

Psicólogo


Creando oportunidades

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Jamil Zaki

Jamil Zaki se licenció en Neurociencia Cognitiva en Boston University, obtuvo el doctorado en Psicología por Columbia y completó un posdoctorado en el Harvard Center for Brain Science. Hoy es profesor de Psicología y director del Stanford Social Neuroscience Lab, donde se ha convertido en un referente internacional en empatía, que describe no como una cualidad innata, sino entrenable mediante prácticas que van desde la meditación hasta la mirada compasiva hacia el otro. Sus investigaciones y material de divulgación científica, que lidera en la plataforma 'The People's Science', han sido reconocidos por organizaciones como la Society for Neuroscience, APA, APS y Autism Speaks.

Además de publicar más de 100 artículos científicos y ser un colaborador habitual de medios como 'The New York Times', 'The Washington Post' o 'Scientific American', Zaki también es autor de libros como 'The War for Kindness’ (2019) y 'Esperanza para cínicos' (2024), donde hace una defensa de los valores como la empatía, la comprensión y la comunicación afectiva casi como un acto de resistencia: “Todos tenemos que pensar en nuestra capacidad para conectar con los demás, especialmente con quienes son diferentes a nosotros, como un acto de resistencia, una manera de luchar contra el discurso popular que nos está dividiendo y destruyendo nuestra cultura”. Zaki nos recuerda que, en un mundo tan polarizado como el que vivimos, cultivar la esperanza es elegir confiar, y que esa decisión —humana y radical— puede transformar nuestras relaciones, sociedades y culturas.


Transcripción

0:16
Jamil Zaki. Muchas gracias por invitarme. Es un verdadero honor poder compartir este tiempo con vosotros. Lo último que querría hacer es fastidiar ese honor empezando con malas noticias, pero me temo que tengo que hacerlo. Los seres humanos no somos unos animales muy impresionantes.

0:35

Somos mamíferos de talla media, no corremos muy rápido, no nadamos muy bien, no podemos volar… Lo que nos hace especiales es lo que podemos hacer unidos. Lo que hacemos juntos. Y, a pesar de lo que podáis leer en las noticias, los seres humanos son, de lejos, los campeones del mundo en amabilidad, colaboración y unidad.

1:00

Los últimos 20 años he estado estudiando cómo conseguimos eso, cómo conectamos los unos con los otros, las muchas formas en las que esas conexiones nos permiten crecer como individuos, como comunidades y como cultura. Y, sobre todo, cómo cualquiera de nosotros puede aprender a conectar mejor. Espero contaros mucho sobre esa ciencia hoy y poder escuchar vuestras preguntas al respecto.

1:24

Ya que hablamos de conexiones humanas, he pensado que debería empezar hablándoos un poco sobre mí y cómo he llegado aquí. En psicología tenemos un dicho que es: «Investigar es investigarse». Quiere decir que estudiamos las cosas que significan algo para nosotros y, para mí, es completamente cierto.

1:46

Mis padres son inmigrantes en Estados Unidos. Mi madre vino de Perú y mi padre de Pakistán. Una mezcla rara, lo sé. Se conocieron en un pueblo pequeño de Washington y se enamoraron.

2:04

Pero yo creo que se enamoraron porque los dos estaban muy incómodos en Estados Unidos. Ahora llevan allí más de 50 años y, cuando se fueron acostumbrando a su nuevo hogar, se dieron cuenta en seguida de que tenían muy pocas cosas en común. Y, como hijo suyo, puedo deciros que con «muy pocas» me refiero a ninguna.

2:27

No tienen nada en común. Son tan diferentes como sus culturas, como sus hogares. Durante mi infancia pasaron unos seis años en medio de un amargo y doloroso divorcio. Fueron momentos difíciles para todos, pero también fue el momento en el que aprendí la lección más importante que he aprendido en mi vida.

2:51

Yo tenía seis años. Mi madre y mi padre no se ponían de acuerdo en nada. Pero no era solo eso, parecía que no podían entenderse, como si no se gustasen. A veces incluso parecía que se odiaban. Y, aun así, yo sabía, en el fondo de mi corazón, que eran dos personas maravillosas.

3:11

Sabía que los quería y ellos me querían a mí. Y sabía que, para honrar a mi familia, tenía que entender cómo eran sus realidades, cómo entrar en sus mundos, aunque sus mundos se hubiesen alejado. No estoy diciendo que fuese fácil, pero muchas veces pienso en el divorcio de mis padres como en un gimnasio de empatía para mí.

La tregua de Navidad. Jamil Zaki
3:36

Un lugar que me obligó a trabajar mi habilidad para entender a otros, a entender que si dos personas no están de acuerdo o son diferentes no implica que ninguna de las dos esté equivocada ni, por supuesto, que ninguna de las dos sea mala. Cuando me hice científico, empecé a estudiar la empatía.

3:55

Aprendí que es un superpoder humano que todos llevamos dentro: la capacidad de entrar en el mundo de otra persona y estar con ella. También aprendí que la empatía está en peligro en un mundo más dividido y solitario cada día.

4:15

Pero, lo más importante, aprendí que la empatía es una habilidad, es algo en lo que podemos trabajar y ahora es un privilegio para mí poder enseñar esa habilidad a la gente de todo el mundo. Además de la empatía, estudié cosas como la amabilidad, la generosidad y la confianza. De hecho, la mayoría de mi trabajo son buenas noticias.

4:36

Por ejemplo, en un estudio descubrimos que cuando la gente donaba dinero a obras de caridad, se activaban zonas del cerebro similares a cuando comen chocolate. Ser amable es como un postre psicológico, de verdad. También descubrimos que cuando una persona ayuda a alguien estresado, también se le reduce el estrés a ella misma.

4:58

El mensaje de nuestra investigación es muy sencillo. Hay bondad en nosotros y esa bondad nos hace bien. Lo cual suena muy bien. Sé que suena genial. Igual pensáis que una persona que estudia la bondad humana estará siempre feliz viendo qué maravilloso es todo el mundo.

5:17

Siento deciros que no funciona así. Puedes estudiar la felicidad y ser muy infeliz. Puedes estudiar la meditación y estar muy estresado. Y, si eres yo, puedes estudiar la bondad humana y ser muy cínico. Es un secreto que he guardado muchos años. Aunque mis estudios revelan lo buena que es la gente, para mí es muy fácil ver sus peores versiones.

5:41

Durante mucho tiempo me costó confiar en la gente. Cuando leo las noticias o miro mi móvil me siento más desesperado que nadie. Pero he estado intentando cambiarlo estos últimos años con la inspiración de un buen amigo, Emile Bruneau. Emile era neurocientífico, como yo, y estudiaba la empatía, como yo.

6:05

Os podréis imaginar que no hay millones de neurocientíficos de la empatía, así que acabamos conociéndonos y haciéndonos muy amigos. Pero en seguida noté una diferencia entre él y yo. Los dos estudiábamos las partes buenas de la naturaleza humana, pero él, al contrario que yo, creía en ellas de verdad.

6:27

Era la persona más optimista que he conocido nunca. Realmente veía lo bueno de la gente, lo cual me hizo sospechar. Me hizo ser cínico con él. Pensé- «¿Qué le pasa a este tío? ¿Es un ingenuo? ¿Un privilegiado? ¿A dónde le lleva ser tan optimista?». Pero entonces le conocí más.

6:47

Descubrí que Emile había tenido una infancia muy difícil, mucho más traumática que la mía. Y tomó una decisión, con 12 o 13 años, miraría el lado positivo de la vida. Fue una decisión radical que tomó, no porque la vida fuera fácil, sino porque era dura.

7:06

Él sabía que la esperanza es lo único que puede ayudarnos en una vida difícil y dolorosa. Esto me inspiró. Desafortunadamente, el mensaje y la vida de Emile se interrumpieron. Le diagnosticaron cáncer cerebral en 2018 y murió en 2020, demasiado joven y dejando atrás una familia joven también.

7:28

Esto fue una tragedia, pero lo que me inspiró fue la manera en la que afrontó sus últimos años de vida, con la misma esperanza con la que había vivido toda su vida. Se centró en la familia y la comunidad y en difundir su mensaje de positividad tanto como le fuera posible. Después de su muerte, decidí trabajar en un libro sobre la esperanza.

7:51

He pasado los últimos cinco años intentando difundir su mensaje todo lo que he podido y enseñando a la gente que el cinismo nos hace daño. De hecho, ver lo bueno en los demás no es solo una forma de ser más feliz, es también una forma de entender mejor a los demás. Ya sabéis un poco sobre mí. Ahora me encantaría escuchar qué os pasa por la mente.

8:25
Margaret. Hola, Jamil. Mi nombre es Margaret. Es un gusto estar aquí. ¿Podrías compartirnos una historia en la que una persona que no ha desarrollado la empatía, a través de tus herramientas, haya podido desarrollarla?

8:38
Jamil Zaki. Sí, sí. Gracias, Margaret. Es una pregunta genial. Igual podemos empezar definiendo lo que es la empatía. Antes la he descrito como la habilidad de entrar en el mundo de otra persona, pero vamos a ser más específicos, un poco más tiquismiquis, ¿vale? Según la definen los científicos, la empatía tiene tres partes.

8:59

La primera es la capacidad de sentir lo que otros sienten. Margaret, ¿alguna vez has visto a alguien hacerse daño? Como golpeándose un dedo del pie o la espinilla o algo así. A ellos les duele y tú misma puedes sentir un poco de su dolor. Eso es exactamente lo que llamamos «empatía emocional», compartir los sentimientos de otros.

9:18

La segunda parte es tratar de comprender lo que el otro siente y por qué. Lo llamamos «empatía cognitiva». Y la tercera es nuestro deseo de que otras personas se sientan mejor, de ayudarlas, si podemos. Es lo que llamamos «compasión». Así que, como he dicho, estas tres partes conforman el espectro de la empatía humana.

9:38

Muchos pensamos que nacemos con un nivel de empatía predeterminado que se mantienen constante toda la vida, pero los estudios de mi laboratorio y muchos otros han demostrado que no es cierto. La empatía no es un rasgo innato, sino una habilidad. No estoy diciendo que todos seamos iguales, algunas personas nacen con más empatía que otras.

9:58

No vas a convertir a Hannibal Lecter en Teresa de Calcuta de un día para otro. No funciona así. Pero la gente cambia, y podemos cambiar intencionalmente. Os he contado antes que el divorcio de mis padres fue como un gimnasio de empatía para mí, que me obligó a fortalecer mi empatía. Todos podemos ir al gimnasio de la empatía siempre que queramos. Hay varias maneras de conectar más profundamente.

10:22

Me has preguntado por alguien que no fuera empático y que se volviera más empático con el tiempo. Hay una persona que siempre se me viene a la mente. Es alguien de quien hablé en mi primer libro, que va de la empatía. Se llama Tony McAleer. Hace 20 años jamás habrías dicho «empatía» y su nombre en la misma frase.

10:46

En aquel momento, Tony era unos de los supremacistas blancos más famosos y directos de su país, Canadá. Era racista, era antisemita. Hablaba mucho sobre cuánto odiaba a la gente que era diferente a él en cuanto a la raza o la etnia.

11:06

Fue a la televisión a hablar sobre cuánto odiaba a la gente que no era blanca. En sus entrevistas y en muchas conversaciones descubrí que odiaba a todo tipo de personas, pero al que más odiaba era a él mismo. Era una persona profundamente rota. Pero eso cambió. Hubo dos cosas que cambiaron a Tony.

11:26

La primera fue tener hijos. Cuidar de otra generación de seres humanos, preocuparse tanto como él hizo, quererlos tanto como los quiso… Se dio cuenta de lo ridículo que era odiar a otra gente, lo doloroso que era, y de que su odio podía perjudicar el futuro de sus hijos si les relacionaban con él.

11:46

Pero eso solo era el primer paso. Él sabía que quería cambiar, pero no sabía cómo hacerlo, así que fue a terapia. Todo el mundo debería ir, la terapia es estupenda. Él fue a terapia con un terapeuta maravilloso y establecieron una conexión profunda. Llegó un momento en el que Tony se sintió tan seguro que pensó que podía compartir su mayor problema, su odio.

12:09

Así que se abrió y admitió que había sido, y en parte aún lo era, un supremacista blanco. Y habló especialmente sobre su antisemitismo, su rechazo y prejuicios hacia los judíos. Y su terapeuta le dijo: «Bueno, supongo que no sabías que yo soy judío».

12:27

Y Tony se sorprendió y pensó: «Vale, este tío me va a echar de su despacho y no volverá a hablarme nunca más. Eso si tengo suerte. Y, si no, me va a pegar un puñetazo en la cara ahora mismo». Pero eso no fue lo que hizo el terapeuta. Al contrario, Dov Baron, le dijo: «Tony, te conozco y sé que tú no eres así. Lo veo».

12:48

Este terapeuta no quiso responder al odio con odio, sino todo lo contrario. Respondió al odio con compasión, con amor incluso. Y eso liberó a Tony. Se pasó el resto del día llorando y el resto de la semana reconstruyéndose a sí mismo desde cero.

13:09

Tony no solo dejó los grupos de odio, sino que fundó un grupo nuevo llamado «Vida después del odio». Se dedica a sacar a gente de los grupos de odio para ayudarles a sanar, a pedir perdón y a compensar las cosas horribles que han hecho.

13:30

Así que, respondiendo a tu pregunta, Tony ha pasado de ser una persona guiada por el odio, a ser una persona realmente guiada por la empatía. Es uno de los casos de cambio más radicales que he oído en este sentido.

La tregua de Navidad. Jamil Zaki
13:54
Mujer 1. Hola, Jamil. Tú, que has estudiado cómo se propaga la amabilidad y la bondad en los grupos, ¿cuál crees que es el secreto para crear una cultura más empática en la escuela o en el lugar de trabajo?

14:08
Jamil Zaki. ¿Sabes? Creo que hay varias claves para construir comunidades más empáticas, ya sean escuelas o lugares de trabajo. Pero creo que antes de contarte algunas de ellas, voy a compartir una historia de alguien que creo que hizo un trabajo genial en ese ámbito. Es un líder al que admiro mucho, Satya Nadella, el CEO de Microsoft.

14:28

Lleva siendo el CEO desde hace 11 años, pero cuando llegó, en 2014, Microsoft no tenía fama de tener una dinámica muy empática. De hecho, publicaron un artículo larguísimo una semana antes de que él tomara el cargo que se llamaba «Por qué no quieres ser el CEO de Microsoft».

14:50

Su dinámica estaba bastante rota. La gente se peleaba entre sí, eran muy competitivos. Era un ambiente bastante tóxico según decía mucha gente. Nadella sabía que para que la empresa tuviera éxito, tenían que centrarse en sus dinámicas, en su gente.

15:10

Y sabía que solamente hablar de empatía, por ejemplo, no sería suficiente. Tenían que introducirla en la estructura de la organización, y eso intentó hacer. Así que él y su responsable de personal, Kathleen Hogan, cambiaron la manera de evaluar a los trabajadores.

15:28

En vez de decir: «¿Estás haciendo un buen trabajo en tus tareas individuales?», preguntarían: «¿Eres bueno apoyando a la gente de tu alrededor?». También introdujeron más encuestas de seguimiento para preguntar a los empleados de forma anónima: «¿Qué crees que va bien aquí? ¿Qué crees que no va bien? ¿Qué necesitas?», y se aseguraron de responder a todas las necesidades que pudieran.

15:51

Microsoft no cambió de un día para otro, sino con los años. Poco a poco fueron cambiando las bases. La dinámica pasó a ser más abierta y colaborativa, la gente se sentía segura para expresar cómo se sentían y lo que les pasaba por la mente. La gente empezó a ser más feliz, y no solo más feliz, también más productiva.

16:13

Empezaron a innovar más y a asumir más riesgos creativos. Y, como sabréis, a Microsoft le fue muy bien con Satya Nadella. Creo que su valor en bolsa subió un 1.000 %, ¿no? Es un crecimiento enorme respecto al mando anterior. ¿Cuáles son las claves para tener una organización más empática?

16:32

Creo que la primera es que los líderes entiendan que la empatía no es una debilidad, es una ventaja competitiva. Cuando comencé a estudiar este tema, oía constantemente… Trabajo en Silicon Valley, sede de empresas tecnológicas muy importantes.

16:50

Y muchas veces escuchaba a la gente de allí decir: «La empatía suena bien. Suena muy bonito si quieres que te vaya bien con tus amistades o en tu matrimonio, incluso a nivel personal, pero ¿sabes qué? En el trabajo no importa la bondad, sino el éxito». Y yo respondía: «Vale, lo que tú digas». Y afirmaban que para sobrevivir en un mundo ambicioso y competitivo, no puedes ser amable. Eso es de débiles, no demuestra fortaleza.

17:14

Y les decía lo que le diría a cualquiera: «Con la ciencia en la mano, la cosa está clara y es todo lo contrario. La empatía no es una debilidad. Creo que el primer paso para crear una cultura empática es dejar atrás ese estereotipo anticuado. Ahora hay décadas de estudios que muestran que, cuando las empresas, escuelas y comunidades son empáticas, ocurren dos cosas:

17:38

Primero, que la gente se siente mejor. Están más felices, les sube la moral y su salud mental mejora. Y segundo, aunque no solemos darnos cuenta, también trabajan mejor. Tienen ideas más creativas, comparten información y colaboran de forma más eficiente y, al final, son más productivos.

17:57

Cuando los líderes me preguntan: «¿Qué hago? ¿Invierto en mis trabajadores o en la rentabilidad?», lo primero que les digo es: «¿Podemos invertir en otro CEO? Porque no lo estás pillando». Pero lo segundo que les digo es: «No hay ninguna decisión que tomar. Invertir en la gente es una forma de tener éxito». Ahora bien, ¿cómo lo hacemos?

18:15

A los líderes que quieren mejorar la empatía en su organización, lo que les enseño a hacer todo el tiempo y en todo el mundo son los tres grandes pasos. Uno: se lidera con el ejemplo. No puedes decirle a la gente que haga algo que tú no haces. Los líderes muchas veces quieren que sus trabajadores sean humildes, de mente abierta y que sepan escuchar, pero solo quieren hablar ellos y jamás se cuestionan sus propias opiniones.

18:43

Cuando trabajo con empresas, lo primero que hago es hablar con los líderes para abrirles la mente. El segundo paso: hay que incentivar la empatía. La gente hace lo que piensa que se premia en su entorno. Si le dices a la gente «sé empático», pero solo les recompensas por su trabajo individual, no vas a conseguir ningún cambio.

19:05

Creo que lo que hizo Satya Nadella con los incentivos en Microsoft es un buen ejemplo. Y tercero: la empatía no va de grandes acontecimientos en los que se celebre ese ambiente, sino de los pequeños hábitos del día a día de la gente.

19:22

Así que, enseñar habilidades como la escucha a gran escala en la organización, ya sea un hospital, una escuela o una empresa, es la clave para crear un cambio que perdure y vaya aumentando. Es una muy buena pregunta, muchas gracias.

19:46
Belén. Hola, Jamil. Soy Belén, encantada. Te quería preguntar… Soy mamá de un niño de cinco años. ¿Qué papel tenemos los papás, las mamás, incluso los profesores, en el desarrollo de la empatía?

20:01
Jamil Zaki. Un placer, Belén. Y gracias por tu pregunta. Creo que el papel que desempeñamos en las vidas de los demás es más importante de lo que pensamos. Especialmente, en edades tempranas. Hay una historia al respecto que me parece muy triste, pero también impactante.

20:22

En Rumanía, hace décadas, por diversos motivos, hubo una generación de niños huérfanos. No tenían padres. Y se criaron en instituciones. Estos niños tenían comida, agua, un techo… Todas las necesidades físicas. Pero no tuvieron ningún vínculo cercano en toda su infancia.

20:44

En mi campo, en psicología, en neurociencia, decimos que las personas, el ser humano, son seres sociales. Pero no nos damos cuenta de hasta qué punto es cierto hasta que vemos a alguien que ha crecido fuera del entorno social. Estos pobres niños sufrieron de tantas formas como os podáis imaginar.

21:03

Su salud mental se deterioró. Además, experimentaron múltiples dificultades adicionales. Apenas crecieron físicamente como su hubieran tenido a alguien ahí para cuidarles. Además, afectó gravemente su capacidad de conectar con otros. Algunos amigos míos investigaron acerca de esos niños y descubrieron que sus niveles de empatía, su habilidad para entender a otros, estaba al nivel de los psicópatas.

21:29

Así que crecer sin padres provoca esta profunda incapacidad de entender y conectar con otra gente. Lo cual es horrible, lo sé. Hubo buenas noticias para al menos algunos de estos niños. A algunos los adoptaron familias que les dieron amor y atención.

21:52

Los niveles de empatía de esos niños subieron hasta lo que denominamos «niveles normales». Creo que es otra historia impactante que narra cómo nuestra empatía puede cambiar según el entorno, pero aún más según nuestro entorno familiar, especialmente a edades tempranas.

22:12

Lo cual me lleva a tu pregunta, ¿verdad? ¿Qué puedes hacer como madre de un niño de cinco años? Creo que la respuesta es «todo». Creo que los padres en la vida de nuestros hijos no somos tanto personas, sino ambientes. Somos el entorno en el que ellos se convierten en una versión o en otra de sí mismos, lo cual es una responsabilidad inmensa e increíble.

22:39

A veces es complicado saber qué hacer con ella. Y todos, por supuesto, cometeremos errores. Pero yo saco dos cosas de esto como padre. La primera es que hay que tener mucho cuidado con quiénes somos delante de nuestros hijos. Antes decía que si un CEO les pide a sus empleados que sean empáticos pero él no lo es, no iba a funcionar.

23:03

Si multiplicas eso por 100, tendrás la paternidad. Si les pides a tus hijos que sean amables pero luego eres maleducado con un camarero delante de ellos, les estás enseñando con el ejemplo, con tus acciones, no con tus palabras. La segunda son las cosas que alabamos de nuestros hijos y lo que los animamos a hacer.

23:22

Creo que en los sistemas educativos, a los niños se les premia mucho por ser buenos en matemáticas, ser buenos leyendo o escribiendo… Pero lo que creo que necesitamos en los sistemas educativos y también en casa es centrarnos en lo que llamamos «habilidades sociales». No solo en si les va bien en las materias, sino si les va bien con los amigos, preocupándose por ellos, conectando con ellos.

23:45

Cuanto más les mostremos eso en nuestro propio comportamiento y más lo premiemos y celebremos en sus vidas, mejor influencia tendremos. Podremos crear un ambiente cálido donde puedan desarrollar la versión más empática de sí mismos.

24:07
Álvaro. Hola, Jamil. Yo soy Álvaro y te quería preguntar… Hablas de la bondad como un acto de resistencia, ¿no? ¿Qué es esto? No sé si puedes dar algún ejemplo.

24:19
Jamil Zaki. Sí, claro. Gracias por tu pregunta. Creo que no es ningún secreto que estamos más divididos y polarizados de lo que hemos estado en décadas. En mi país, en Estados Unidos, asusta ver cuánta gente no solo está en desacuerdo con otra, sino que los odian.

24:39

Y creo que pasa lo mismo aquí y por todo el mundo. Vemos una división creciente que se está volviendo más personal que nunca. En los 50 y los 60, la gente discrepaba unos de otros, pero podían seguir sentándose en la misma mesa y tener una conversación sobre sus puntos de vista. Ahora nos evitamos.

24:59

Y, cuando hablamos suele ser gritándole al otro, a menudo a través del móvil, por internet. En ese ambiente psicológico tan tóxico, nuestra relación con la empatía empieza a cambiar. Podemos empezar a sentir no solo que ser empático es una debilidad, sino que puede ser peligroso.

25:20

Como si escuchar a alguien con quien no estás de acuerdo te hiciera perder la pelea. O peor aún, si te generan curiosidad las opiniones del otro bando, estás traicionando a los del tuyo. Mucha gente ha empezado a sentirse así. Mucha gente ha empezado a decir que la empatía debilita nuestras habilidades para ganarle la lucha al otro bando.

25:43

En mi opinión, cuando empezamos a pensar en la vida como una lucha, todo el mundo pierde. Pero el hecho de que esta gente no tenga razón no les hace menos poderosos. Por eso creo que todos tenemos que pensar en nuestra capacidad para conectar con los demás, especialmente con quienes son diferentes a nosotros, como un acto de resistencia, una manera de luchar contra el discurso popular que nos está dividiendo y destruyendo nuestra cultura.

26:11

Hay muchos ejemplos de este tipo de resistencia, pero uno de mis favoritos tiene más de 100 años. Se conoce como la «tregua de Navidad». Durante la Primera Guerra Mundial, los soldados alemanes y británicos estaban atrapados en una batalla feroz y horrible en el frente occidental. Era 1914 y se acercaba la Navidad.

26:31

En Nochebuena, los soldados de ambos bandos salieron de las trincheras sosteniendo velas. Y, milagrosamente, los soldados empezaron a dejar sus trincheras y a reunirse en lo que llamaban «tierra de nadie». Era el lugar donde llevaban meses disparándose, y allí intercambiaron regalos, bebieron juntos y cantaron juntos.

26:53

Hubo 100.000 soldados que pasaron la Navidad juntos. Aquello fue una violación directa de sus órdenes, ¿verdad? Pero, aun así, yo creo que fue una afirmación directa de nuestra especie, de nuestra humanidad común. Hoy en día, afortunadamente, muchos de nosotros no estamos en guerra, pero creo que se nos anima a entrar en una guerra cultural.

27:16

Creo que todos deberíamos considerar desertar de esa guerra, desobedecer esas órdenes e intentar conectar de todos modos. Gracias por tu pregunta.

La tregua de Navidad. Jamil Zaki
27:34
Yesenia. Mi nombre es Yesenia Palomino Chalco. Gracias por compartir tus conocimientos con nosotros. Tu último libro se titula «Esperanza para cínicos». Jamil, ¿cuál es el significado de «cinismo»? ¿Y existe algún síntoma que indique claramente cuando una persona, o incluso toda la sociedad, se han convertido en cínicos?

27:58
Jamil Zaki. Sí. Es una pregunta genial. Quizá antes de definir el cinismo, puedo haceros un examen sorpresa de cinismo. Soy profesor, tengo que hacer al menos un examen durante la sesión. Voy a decir tres afirmaciones y quiero que penséis si creéis que son verdaderas o falsas.

28:19

Aquí va la primera: «A la mayoría no le importa demasiado lo que te pase». Pensad si consideráis que es verdadera o falsa. Aquí va otra: «A la gente, por lo general, no le gusta ayudar a otros». Reflexionad sobre si pensáis así o no. Y aquí va una tercera: «La gente es honesta sobre todo porque les da miedo que les pillen».

28:40

Si estáis de acuerdo con esas afirmaciones, podría ser un síntoma, una señal, una prueba que muestra que quizá seáis cínicos. Me has preguntado qué es el cinismo, lo cual es muy buena pregunta. Los psicólogos ven el cinismo como una teoría sobre la humanidad.

28:58

Es la teoría de que la gente en general es egoísta, avariciosa y deshonesta. No son muy amables, no suena muy bien. Un punto importante es que los cínicos no dicen que la gente nunca haga cosas buenas. Un cínico te reconocería que sí, que la gente dona a causas benéficas y ayudan a extraños.

29:17

Pero te diría que sus motivaciones no son tan amables. «La gente hace donaciones para desgravárselas. Ayudan a extraños para quedar bien delante de otros». El cinismo no es una teoría sobre lo que hacemos sino sobre lo que somos como especie. Si mantienes esa teoría, si eres cínico, cambia la forma en la que vives tu vida.

29:39

El mayor cambio, el mayor síntoma que vemos en las vidas de la gente cínica es la incapacidad de confiar. Confiar, por supuesto, es permitirnos ser vulnerables porque confiamos en que la otra persona va a estar ahí para nosotros. Asusta.

29:58

Confiar en otra gente da miedo, es un riesgo. Y, si eres cínico, es un riesgo terrible. Es una mala apuesta porque la mayoría de la gente no está ahí para ayudarte a ti sino a sí mismos. Eso se ve en los experimentos. La gente cínica está menos dispuesta a invertir en otros, a confiar en ellos.

30:20

Pero también se ve en las vidas de la gente. Los cínicos son más dados a, por ejemplo, controlar en exceso a la gente en el trabajo, a desconfiar de sus amigos y parejas. Me has preguntado cómo podemos ver el cinismo a nivel individual y en sociedad. Resulta que lo podemos hacer de forma fácil, pero no hay buenas noticias.

30:42

Lo siento, no quiero ser aguafiestas, pero el cinismo está muy en auge. En 1970, la mitad de los estadounidenses creían que se podía confiar en la mayoría de la gente. Ahora esa encuesta ha pasado a ser un tercio, una gran caída en cuanto a la confianza en otros.

31:03

Y no es un problema solo de Estados Unidos. Se hizo una encuesta en 28 países y en 24 de ellos la mayoría dijo que no quería confiar en los demás. Estamos viviendo un déficit de confianza masivo de cinco décadas de duración y un auge del cinismo.

31:23

Y no estamos perdiendo la fe solo entre nosotros, también estamos perdiendo la fe en las instituciones. En la ciencia, la medicina, los medios, el gobierno y la educación. Y, cuando la gente deja de confiar en las instituciones, las instituciones empiezan a desmoronarse.

31:41

Y creo que esto lo vemos en todo el mundo. Por ejemplo, gente que ya no se fía de la ciencia y empieza a caer en teorías de la conspiración. Creo que es fácil detectar el cinismo en nosotros como pueblo. Está en auge y, francamente, le está haciendo cosas espantosas a nuestra cultura. Lo siento por no tener una respuesta más optimista, más positiva, pero creo que es una pregunta muy importante. Te agradezco que me la hayas hecho.

32:14
Chica 1. Hola, Jamil. ¿Qué significa para nosotros este aumento del cinismo? ¿Y cómo nos afecta a las personas ese pensamiento cínico?

32:27
Jamil Zaki. Es una gran pregunta. De nuevo, perdón por ser el portador de las malas noticias. Os tengo que contar los datos reales. Me gustaría decirle a cualquiera que sienta que es cínico que lo último que quiero es que lo que voy a decir ahora le haga sentir juzgado.

32:46

Quiero recordaros que, como he compartido antes, yo mismo, aunque haya estudiado lo buena que es la gente, su empatía, amabilidad y confianza, lidio con el cinismo todo el tiempo. Así que, si eres cínico, no estás solo. De hecho, hay más gente contigo de la que ha habido nunca, por desgracia.

33:06

Es un club grande, aunque no sea el club en el que me gustaría estar. También me gustaría aclarar que el cinismo, desde mi perspectiva, es comprensible. Hay muchos problemas inmensos en el mundo: desigualdad, injusticia, corrupción, violencia… Sentirse cínico es completamente normal, pero eso no significa que te convenga a ti o a cualquiera a tu alrededor.

33:31

Volviendo a tu pregunta, resulta que el pensamiento cínico hace daño a la gente en todos los niveles que la ciencia puede medir. Perjudica nuestra salud mental. Si los comparamos con la gente menos cínica, los cínicos tienden a ser más solitarios, sufren más estrés, depresión y ansiedad.

33:49

Perjudica nuestra salud física. Los cínicos tienen más inflamación celular que los que no lo son, duermen peor, tienen más enfermedades cardíacas y mueren más jóvenes. Lo sé, es muy dramático. Y la pregunta es «¿Por qué?». Antes os he dicho que somos criaturas sociales, ¿verdad?

34:09

Cuando nos relacionamos nos sentimos bien y eso, además, protege nuestros cuerpos y mentes. Si eres cínico, es más difícil nutrirte de eso. Hay montones de investigaciones en las que alguien pasa por una situación estresante solos o con algún ser querido apoyándoles.

34:30

Y resulta que, si no eres cínico, tener a un ser querido ahí rebaja tu estrés, tu presión arterial y tus pulsaciones. La presencia del otro nos calma. Pero con los cínicos no ocurre así. Si eres cínico, tener a alguien afecta a tu cuerpo y tu mente casi igual que estar solo.

34:51

Y, sin la capacidad de nutrirnos de la vida social, acabamos estando más enfermos, más tristes y, al final, ya sabéis, muertos. Lo siento por ser tan contundente, pero es cierto porque de verdad que nos necesitamos los unos a los otros, así que el cinismo es malo para nosotros como individuos, pero también como cultura.

35:11

Antes he dicho que las instituciones se están viendo afectadas por el aumento del cinismo, pero las comunidades cínicas también sufren de otras formas. Tienden a ser más extremistas, menos comprometidas cívicamente y con peores resultados económicos también. Lo siento por traer malas noticias, y aún tengo más.

35:29

También es cierto que el cinismo crea más cinismo, se esparce. Es una profecía autocumplida porque nuestros actos y creencias no se quedan solo en nuestras mentes. Lo que piensas sobre otra gente cambia cómo actúas con otra gente, y cómo actúas con otra gente cambia cómo ellos reaccionan ante ti.

35:53

Imagínate que diriges una empresa y eres muy cínico. Piensas que tus trabajadores son muy vagos y se escaquean siempre que pueden. Así que estás encima de ellos comprobando que lo hacen absolutamente todo y les castigas si abandonan su puesto de trabajo durante más de dos minutos.

36:11

Bueno, se podría decir que no confías en ellos y que a ellos no les gusta. Resulta que en los lugares de trabajo con jefes cínicos, los empleados se vuelven cínicos y son más propensos a hacer lo mínimo posible. Entonces ¿qué dice el jefe? «Ajá, lo sabía desde el principio. Esta gente intenta escaquearse». Es una profecía autocumplida.

36:33

Es cuando nuestras creencias cambian el mundo y entonces pensamos que teníamos razón desde el principio, aunque hayamos sido nosotros quienes hemos originado el problema. Estas profecías autocumplidas forman parte del aumento del cinismo en nuestra cultura y del daño que este nos hace. Hay décadas de investigación sobre todo lo que os he contado, pero en mi laboratorio nos interesan especialmente las profecías autocumplidas.

36:57

En un estudio reciente le preguntamos a la gente si le confiarían dinero a un extraño. El extraño recibiría el dinero, lo multiplicaría y luego le devolvería la cantidad que él quisiera. Los cínicos no querían confiar en el extraño, así que apenas le daban dinero.

37:16

Y el extraño que recibía tan poco dinero decía: «Esta persona no me respeta. No le gusto», así que no le devolvía casi nada. En otras palabras, la persona que no confiaba hacía que el otro fuera menos confiable. Convertían a la otra persona en quien temían que fuera.

37:36

También vimos que cuando la persona confiaba más y le daba más dinero, el extraño les devolvía más. Este es un tipo de profecía autocumplida, y lo vemos en nuestras vidas todo el tiempo. Lo podéis comprobar en el trabajo, por ejemplo. Si el jefe piensa que los trabajadores se van a escaquear en cuanto puedan, seguramente les controlará y les castigará por cualquier infracción.

38:00

Y los trabajadores seguramente digan: «Bueno, mi jefe no se fía de mí, así que voy a intentar escaquearme si puedo». Así que el jefe dirá: «¡Lo sabía! No debería haber confiado en esta gente». Vemos este patrón en todo en la vida y nos hace daño a todos porque cuando actuamos como cínicos, sacamos de la gente justo eso que tememos.

38:21

De nuevo, lo siento por las malas noticias, pero creo que es importante entender esto y agradezco la pregunta.

38:34
Marta. Hola, Jamil. Mi nombre es Marta. En tu libro «Esperanza para cínicos» hablas sobre la propagación del cinismo y me gustaría saber por qué crees que es tan atractivo hoy en día y si nos puedes dar algún antídoto para combatirlo.

38:50
Jamil Zaki. Gracias, Marta. Creo que hay muchos motivos por los que el cinismo es atractivo para la gente. Uno, que es ancestral. Nuestros cerebros están programados para centrarse en la información más amenazadora y peligrosa que puedan. Creo que eso, en general, no es malo.

39:08

Imagínate hace 300.000 años a una persona asustada por un depredador. Tiene más posibilidades de sobrevivir que su amigo que está contemplando el atardecer, ¿verdad? El miedo es un instinto de supervivencia, fijarnos en lo que puede hacernos daño.

39:27

Pero ahora, en un mundo que es mucho más seguro que hace 300.000 años, esto puede traernos prejuicios al ver siempre lo peor de los demás. Hay décadas de estudios, incluidos los de mi laboratorio, que revelan que cuando la gente ve el lado positivo y el negativo, a alguien que actúa bien y mal, la gente juzga a la persona por lo peor que ha hecho.

39:54

Chismeamos sobre las cosas egoístas que hace la gente tres veces más que sobre las cosas generosas. Y recordamos las cosas malas que hace la gente mucho más que las cosas buenas. Yo me declaro culpable también. ¿Sabéis? Hace poco estaba llevando a mis hijas en coche al colegio en San Francisco.

40:13

Allí hay mucho tráfico, como en Madrid, y otro conductor nos cerró el paso. Inmediatamente les conté a mis hijas todo sobre esta persona: su historia familiar, sus valores morales, su carácter… Nada bueno.

40:31

Y mi hija, que en aquel momento tenía siete años, me dijo: «Papá, ¿por qué no hablas de las miles de personas que no nos han cerrado el paso hoy?». Ahí me pilló. Fue muy vergonzoso, Marta, porque en ese momento yo estaba escribiendo un libro sobre cómo no ser cínico.

40:50

Así que, fallo mío. Pero todos hacemos esto, nos centramos en lo negativo. Es un instinto natural, pero nos lleva al cinismo. Otro motivo creo que es que, como cultura, idealizamos el cinismo. Lo tratamos como si fuera una forma de sabiduría. En psicología, esto se conoce como «el mito del genio cínico».

41:11

Hay un estudio en el que le preguntan a la gente: «¿A quién crees que se le darán mejor estas tareas? ¿Los cínicos o los confiados y optimistas?». Este estudio revela que el 70 % de la gente cree que los cínicos son más inteligentes que los que no lo son. El 85 % cree que tienen más inteligencia social.

41:33

Por ejemplo, que pueden saber quién miente y quién dice la verdad. En otras palabras, la mayoría confía en la gente que no confía en la gente. No intentéis decir eso rápido tres veces. Pero es verdad, y la mayoría estamos equivocados.

41:51

Resulta que a los cínicos no se les dan tan bien los exámenes cognitivos como a los que no lo son cínicos. Son peores adivinando quién miente o dice la verdad. Y diréis: «¿Y eso por qué?». Si eres cínico, igual no tienes fe en la gente, pero la tienes en tus miles de suposiciones sobre la gente.

42:12

¿Lo entendéis? Empiezas por la conclusión. «La humanidad es horrible». Entonces empiezas a buscar cualquier evidencia que confirme lo que tú ya pensabas. Es una forma genial para estar seguro de sí mismo, pero horrible para aprender sobre el mundo. ¿Qué podemos hacer entonces? Creo que ese era el lado bueno de tu pregunta. Quiero proponeros otra forma de pensar.

42:33

Igual decís: «Bueno, si no voy a ser cínico y ver lo peor de la gente, tengo que ser ingenuo y confiar en todo el mundo hasta que se aprovechen de mí». Pero hay otro camino: el escepticismo. Muchas veces se confunde el cinismo con el escepticismo, pero son dos cosas diferentes.

42:53

Si el cínico empieza con la conclusión de que la gente es horrible, el escéptico empieza sin conclusiones, sin asumir nada. Un cínico es como un abogado en su acusación contra la humanidad e intentando defender su caso, un escéptico es como un científico que espera las pruebas para ver en quién puede confiar y cuándo.

43:14

Y os sugiero que, además de ser escépticos, pensar como científicos, también podáis tener esperanza. En mi libro hablo del escepticismo esperanzado, que es básicamente pensar como un científico, estar abierto a las pruebas, pero también entender que, como la mayoría estamos tan centrados en lo negativo, cuando nos abramos y veamos cómo es la gente en realidad, nos llevaremos una grata sorpresa.

43:40

Porque resulta que es verdad, hay décadas de pruebas que muestran que la mayoría de la gente es más digna de confianza, generosa y amistosa de lo que nos parece. Esto no quiere decir que todo el mundo sea genial y no haya nadie haciendo cosas horribles, pero las personas comunes subestiman a las personas comunes.

44:00

El escepticismo esperanzado es una mentalidad que nos puede permitir vernos más claramente y ser testigos de la bondad que hay a nuestro alrededor.

La tregua de Navidad. Jamil Zaki
44:18
Mujer 2. Hola, Jamil. Muchas gracias por venir. La pregunta que te quería realizar es ¿cómo podemos hacer para tener una mente más positiva? Y, por otro lado, en el caso de los niños que han tenido infancias más difíciles, si es posible generar una mente más positiva. Gracias.

44:36
Jamil Zaki. Sí, gracias. Estas preguntas son geniales y muy importantes. Diría que hay tres pasos para cultivar el escepticismo esperanzado, una mente más abierta y positiva, como tú dices. Pero estos tres pasos entran dentro de lo que yo veo como una filosofía. Una de mis autoras favoritas es la monja Pema Chödrön.

44:57

Ella sigue la tradición budista y ha escrito cosas preciosas sobre la actitud contemplativa. ¿Qué significa realmente estar abierto al mundo? Ella dice que estar abierto al mundo es tratar nuestras vidas como experimentos, como un proceso de aprendizaje. No de intentar hacer, sino de absorber lo que hay a nuestro alrededor.

45:17

Y quiero proporcionaros tres pasos para cultivar una mentalidad positiva inspirados por Pema Chödrön y esta idea. El primero es comprobar nuestros sentimientos cínicos. Si eres un ser humano, todos lo somos, te centrarás mucho en lo negativo. Es importante que, cuando esto pase, nos preguntemos: «¿Qué pruebas tengo para hacer esta afirmación?».

45:39

Yo lo hago todo el tiempo. Si conozco a alguien, me da una mala impresión y no me fío de él, digo: «¿Qué pasa? ¿Por qué te sientes así?». Si leo las noticias, veo que alguien ha hecho algo horrible y pienso que la gente da asco, digo: «A ver, ¿qué pruebas tienes de que todo el mundo da asco?». Normalmente no tenemos suficientes pruebas que sustenten las historias cínicas que nos cuenta nuestra mente.

46:00

Ese es el primer paso. El segundo es actuar más como un científico recopilando datos sociales, dando saltos de fe en otros. Esta es la parte difícil porque confiar en otros da mucho miedo, pero es importante. El escritor Ernest Hemingway dijo una vez que la mejor manera de descubrir si puedes confiar en alguien es confiar, darle una oportunidad para que te muestre quién es.

46:26

Pero resulta que cuando confiamos en otra gente, cuando damos un salto de fe, no solo vemos quiénes son, sino que les cambiamos. Antes os he hablado de las profecías autocumplidas. Cuando eres cínico y tratas mal a la gente, ellos se rebajan hasta tus expectativas.

46:47

Se convierten en lo que temías que fueran. Pero pasa igual en el sentido contrario. Cuando tienes fe en la gente, cuando estás en el trabajo y le das responsabilidad a alguien y dices: «Yo creo que puedes hacer esto», cuando les demuestras a tus hijos que confías en ellos y tienes fe en ellos, cuando le muestras a tu familia y seres queridos que te sientes seguro y puedes abrirte con ellos, la gente lo percibe como un honor y en vez de rebajarse, cumplirán tus expectativas.

47:14

Una profecía autocumplida dañina se convierte en una valiosa. Ese es el segundo paso. Paso uno: comprobar los sentimientos cínicos. Paso dos: dar saltos de fe en alguien si sientes que es seguro hacerlo. El paso tres es publicar los resultados. Los científicos lo hacemos siempre.

47:34

Es muy tentador hablar solo de las cosas negativas que vemos a nuestro alrededor. Sentimos que la gente nos respetará más si somos negativos que si somos positivos, al menos en Estados Unidos lo hacemos, no sé en España. Parece que aquí tenéis una cultura un poco más positiva, pero ocurre así en muchos casos.

47:54

Podemos fomentar lo que mi familia y yo llamamos el «chisme positivo». Os he contado que mi hija me pilló siendo demasiado negativo cuando la llevé al colegio. Pues después de eso establecimos una norma. Cada noche, en la cena, cada uno intentaría compartir un chisme positivo. ¿Eso qué significa?

48:14

Buscaríamos a alguien durante el día haciendo algo amable, generoso, agradable o sin prejuicios y contaríamos la historia en la cena. Y esto provoca al menos dos cosas. Primero, luchamos contra el cinismo de los demás. Las historias de mi hija y mi mujer me inspiran. Igual yo también las inspiro a ellas, pero creo que es menos frecuente, si os soy sincero.

48:36

Sus historias suelen ser mejores. Y segundo, cambia lo que vamos buscando. Si sabes que vas a compartir algo, a hablar sobre algo, aparece una antena en tu cabeza y empiezas a buscarlo. Os pongo un ejemplo. Si os digo que hoy, en la cena con vuestros amigos o familia, vais a tener que hablar de los coches rojos que habéis visto… Adivinad.

48:57

Vais a ver más coches rojos. Pues si sabes que en la cena tendrás que hablar de algo positivo que has visto, verás mucha más positividad. Y no será falsa positividad, serán los actos reales de bondad que estaban a tu alrededor pero que quizá tenías silenciados.

49:18

Esos son los tres pasos que yo recomiendo. Has preguntado qué pasa cuando sufrimos en la infancia, cuando tenemos una niñez difícil. Y la respuesta, como en muchos casos en psicología, es que es complicado, muy complicado en este caso.

49:35

Es psicología hablamos de tipos de apego que, básicamente, es «¿Te sentías seguro cuando eras muy pequeño? ¿Sentías que podías contar con la gente de tu alrededor?». La gente con apego inseguro, que no se sintió a salvo, les suele costar más confiar en la gente de adultos.

49:56

Pero si hay algo en claro en mi trabajo es que ninguno de nuestros rasgos psicológicos es fijo. No estamos atrapados en lo que somos hoy, podemos tomar decisiones sobre quien queremos ser mañana, y eso incluye a personas que, como yo, tenían apego inseguro de niños.

50:15

Hay muchos métodos de terapia, por ejemplo, y muchas formas de reconstruir nuestra capacidad de confiar a través de las relaciones adultas. Se llama «apego adquirido», es un término precioso porque muestra que no estamos indefensos. Que no nos sintiéramos a salvo de niños no significa que no nos vayamos a sentir así en el futuro. Podemos construir nuestra propia seguridad mediante el esfuerzo adecuado. Gracias.

50:50
Julio. Jamil, es un honor tenerte aquí. Mi nombre es Julio Ruiz. Soy director de fotografía cinematográfica. Trabajo en una industria en la que el cinismo está presente. ¿Se te viene a la mente alguna situación en la que una persona ha reemplazado el cinismo por confianza? ¿Y cuáles han sido los resultados?

51:12
Jamil Zaki. Sí, sí. Pues, gracias, es un honor estar con ustedes también. Hay muchos casos de personas que han superado el cinismo, pero hay una historia de mi libro que me viene a la mente más que ninguna otra. Tú tienes una profesión artística, el cine, ¿verdad?

51:29
Julio. Sí.

51:30
Jamil Zaki. Para «Esperanza para cínicos» aprendí e interactué mucho con un artista maravilloso llamado Atsushi Watanabe. Vive a las afueras de Tokio, es una artista plástico, pintor y escultor. Siempre ha sido muy talentoso, pero tuvo una infancia muy difícil.

51:49

Sus padres, su padre en particular, era muy crítico y muy negativo con él y Atsushi sentía que su madre nunca le protegía, así que creció teniendo muy poca confianza en la gente. Cuando entró en el mundo del arte, se esperaba que la gente fuera muy colaborativa, amigable y simpática.

52:08

Yo no sé lo que tú te encontraste, Julio, pero él se encontró con que el mundo del arte es muy competitivo, que la gente se peleaba por un puesto. Y se desilusionó mucho, tuvo depresión y ansiedad. Acabó dejando su profesión y su vida social y volvió a la casa de su infancia, aunque no se llevara bien con sus padres.

52:30

Volvió a la habitación de su infancia y se quedó allí muchos meses. Parece que esto es bastante común en Japón y tiene un nombre. Se llama «hikikomori», que en japonés significa «aislamiento total». Es un estado en el que la gente no interactúa con nadie durante días, años y a veces hasta la muerte, en aislamiento total.

52:54

Es un estado, al menos para Atsushi, de cinismo profundo, una desconexión total del resto de la humanidad. Y podría haberse quedado allí, pero esta es la historia de su redención. Después de unos seis o siete meses sin salir de allí, se enfadó tanto que derribó su puerta para confrontar a sus padres.

53:16

No había nadie en casa. Lo que encontró fueron montones de libros apilados que nunca antes había visto. Empezó a leerlos y vio que eran todo libros sobre cómo ayudar a miembros de tu familia que están sufriendo «hikikomori». Durante todo el tiempo que él había estado encerrado en su habitación, su madre había estado intentando averiguar cómo ayudarle y estar ahí para él, aunque él no pudiera verlo.

53:42

Pero ahora podía. Cuando ella volvió a casa, se pasaron la noche hablando y llorando juntos. Me dijo que esa noche el aislamiento de su corazón se derritió. Pasó los siguientes meses rehabilitando su cuerpo y su mente y, cuando estuvo listo, volvió al mundo artístico.

54:03

Pero el arte que hizo fue totalmente diferente al que hacía antes, arrojaba luz sobre el «hikikomori». Os doy un ejemplo. Su primera obra de arte después de salir del aislamiento fue volver a aislarse. Construyó una estructura de cemento a su alrededor, muy pequeña, del tamaño de una celda minúscula, y se encerró allí.

54:27

Después de siete días la rompió y salió. Había fotógrafos y un montón de gente. Fue una celebración de la capacidad de cambiar, de salir de ese aislamiento. Ha hecho muchas obras de arte como esa y gracias a ellas ha sacado a mucha gente del «hikikomori».

54:47

Les ayudó a salir del estado en el que estaban. Así que, para mí, esta historia es impactante porque representa un caso extremo de cinismo y aislamiento y cómo ahora, no solo ha salido del aislamiento, sino que se ha convertido en alguien que ayuda a personas tan vulnerables como lo era él.

55:14
Mariana. Hola, Jamil. Soy Mariana. Qué placer tenerte acá con nosotros hoy. Quería preguntarte qué consejo podrías darnos para entablar una conversación con un otro que por ahí tiene una opinión totalmente diferente a nosotros en un tema, sobre todo con temas muy sensibles que suelen dividir a la sociedad.

55:31
Jamil Zaki. Gracias, Mariana. Es una pregunta muy importante ahora mismo. Primero, por supuesto, asegúrate de que estés a salvo. No digo que tengamos conversaciones con gente que quiere hacernos daño, pero la mayoría probablemente no quiera hacerlo. Cuando os sintáis a salvo, cuando creáis que tenéis el valor para hacerlo, os animo a intentar buscar a alguien de vuestras vidas con quien no estéis de acuerdo y, en vez de evitarle, interactuad con él.

55:55

Cuando lo hagáis, podéis probar dos cosas que podrían hacer que esas conversaciones sean menos cínicas y más productivas. La primera es compartir historias en vez de datos. Solemos pensar que nuestro trabajo al hablar con alguien que no piensa como nosotros es enseñarles la verdad, porque obviamente no la saben, si no, nos darían la razón.

56:15

Pero ellos creen que tienen que hacer exactamente lo mismo. Así que, cuando acabamos lanzándonos datos, nadie aprende nada. Los estudios lo dejan claro. Cuando, en vez de eso, cuentas una historia y dices por qué crees lo que crees, no solo los datos, sino de dónde vienes tú, se crea un mayor pacto de respeto y entendimiento.

56:39

Lo segundo. Creo que hay un arte perdido en el desacuerdo y es la curiosidad. Normalmente, cuando no estamos de acuerdo con alguien, sentimos que nuestro deber es ganar la discusión, ganar el debate. Pero cuando hacemos eso, la gente nota que no les estamos escuchando realmente y se cierran y sacan las defensas.

56:59

La conversación se acaba incluso antes de empezar. Os animaría a que, cuando tengáis un desacuerdo, no activéis el modo debate sino el modo entrevista. En vez de atacar la postura de la otra persona, sed curiosos. Preguntadles: «¡Vaya! Eso es muy diferente de lo que pienso yo. ¿Cómo has llegado a esa conclusión? ¿Qué historia hay detrás de esa creencia?».

57:21

Cuando hacemos estas preguntas, pasan muchas cosas. Uno, que descubrimos que tenemos más en común de lo que parecía. Y dos, que el otro se abre más. Antes he dicho que el cinismo es contagioso, pero la curiosidad también lo es. Y si quieres que alguien te escuche, una de las mejores cosas que puedes hacer es escucharle tú primero. Espero que te sea útil. Gracias por tu pregunta.

57:57
Aroa. Hola, Jamil. Soy Aroa, encantada. En tiempos y situaciones sociales difíciles, cambios climáticos, económicos…, es muy difícil mantener la esperanza. ¿Qué consejo nos darías para ser optimistas en estos casos?

58:09
Jamil Zaki. Gracias. Esta pregunta es muy importante. Siento como que, de alguna forma, parece un momento irónico para hablar de esperanza. Las cosas están muy complicadas ahora mismo a nivel económico, social, político y ambiental y parece que la esperanza es algo ingenuo o incluso tóxico a veces, como si estuviéramos ignorando los problemas, pero la esperanza no es eso.

58:33

Quiero decir algo. Lo primero es que la esperanza no es optimismo, quiero distinguir esas dos cosas. El optimismo es la creencia de que el futuro irá bien. Los optimistas suelen ser felices, pero también pueden ser un poco conformistas. ¿Sabéis a qué me refiero? Si crees que el futuro irá bien, no necesitas hacer nada.

58:54

La esperanza es diferente. Es la creencia de que el futuro podría ir bien, pero sin saber lo que va a pasar. Y, como es incierto, nuestras acciones importan. Podemos cambiar cómo se desarrolla el futuro. Así que lo primero es recordar que la esperanza no es imaginar que todo va a ir bien, es pensar que las cosas pueden ir mejor y que podemos marcar la diferencia.

59:17

Lo siguiente que os sugeriría es lo que siempre les digo a mis alumnos:pensamiento global, pero esperanza local. Porque muchas veces, sobre todo la gente joven, quieren cambiar las cosas a gran escala. Mis estudiantes de Stanford me dirían: «Quiero frenar el cambio climático. Quiero asegurar una democracia segura en Estados Unidos».

59:40

Y yo:«Es increíble. Va a ser muy difícil conseguirlo e igual te sientes impotente durante mucho tiempo». La esperanza tiene tres partes según la ciencia. Una es la visión de que algo puede ser mejor de lo que es. Otra es la voluntad, el deseo de llevar a cabo esa visión.

1:00:00

Y la tercera es la estrategia, el camino para llegar de aquí a allá. Si tu objetivo es arreglar el cambio climático, ¿cuál es el camino? Es muy complicado, muy largo, es difícil de ver y eso puede complicar que nos aferremos a la esperanza. Lo que yo digo es que no te olvides de tus grandes objetivos, pero te centres también en más objetivos locales.

1:00:20

Cosas que puedas hacer ahora en tu comunidad y te hagan sentir empoderado, que estás haciendo progresos. Creo que debemos tratar la esperanza como una responsabilidad, algo que no está ahí solo para hacernos sentir bien y felices, sino para empoderarnos y lanzarnos a la acción.

1:00:38

Mucha gente piensa que el cinismo es una mentalidad radical, que como los cínicos ven todos los problemas, deben intentar luchar contra ellos. Y es verdad a medias. Es decir, los cínicos ven problemas, pero no ven soluciones. Si crees que la injusticia, la corrupción y la violencia representan la esencia de lo que somos en realidad, no hay nada que hacer con eso.

1:01:04

De hecho, creo que los cínicos pueden ser un poco como los optimistas. Los optimistas dicen: «Las cosas van a salir bien. No tengo que hacer nada». Y los cínicos dicen: «Las cosas van a salir fatal. No tengo nada que hacer». Son dos formas de conformismo en cierto modo. De hecho, los datos muestran que los cínicos votan menos a menudo, acuden menos a las protestas…

1:01:25

No intentan cambiar las cosas porque piensan que es imposible cambiar. Si os fijáis en la historia de los movimientos sociales por todo el mundo: el sufragio femenino, el movimiento contra el «apartheid»… lo que ves no es cinismo. Ves dos cosas: la insatisfacción feroz con cómo están las cosas ahora y el convencimiento y la esperanza en que la gente a nuestro alrededor quiere algo mejor.

1:01:52

Es al ver la bondad en la gente cuando podemos luchar por un futuro mejor, porque podemos ser capaces de imaginárnoslo de forma más clara. Gracias.

1:02:11
Chica 2. Hola. Gracias por estar con nosotros aquí. Nos explicabas un poco qué es la esperanza y yo quería preguntarte qué te hace tener a ti esperanza en el mundo de hoy.

1:02:22
Jamil Zaki. Me gustaría decirte que desde que escribí un libro sobre la esperanza, soy la persona más esperanzada de la Tierra y que nunca sufro el cinismo, pero no es verdad. No soy un cínico rehabilitado. Me veo a mí mismo como un cínico en rehabilitación, que todavía está en el camino para intentar ver la bondad en otros más claramente. Pero te diré que hay algunas cosas que me dan esperanza. Algunas de ellas son personales, así que voy a empezar por ahí. Veo mucha esperanza en las generaciones futuras, en mis hijas y en mis alumnos. Sé que a veces la gente mayor como yo decimos: «La gente joven lo arreglará». No estoy diciendo eso. Creo que es cosa de todos.

1:03:01

Pero en mis hijas y mis alumnos veo pasión por crear un cambio positivo y una conciencia del mundo y las necesidades de otra gente que yo no tenía a su edad, y eso me inspira. Otra parte de mi esperanza viene de la ciencia.

1:03:21

Llevo estudiando este tema sin parar desde hace cinco años y, si pudiera coger todo ese conocimiento y meterlo en una cajita, el mensaje que contendría sería que cuanto más cercana se vuelve la gente, más creemos los unos en los otros.Es muy fácil desconfiar e incluso odiar a gente, a grupos de gente, cuando pensamos en ellos en abstracto. Cuando tenemos conversaciones personales, cuando nos abrimos a los demás, cuando estamos en nuestros barrios y comunidades, entonces tenemos fe los unos en los otros. Por eso creo que el cinismo vive, en cierto modo, en nuestras pantallas, en la televisión, en los móviles.

1:04:02

Nos lo imponen. En cambio, la esperanza está aquí, en el mundo real, junto a nuestras comunidades. Si podemos centrarnos en unirnos, yo creo que podemos combatir el cinismo de forma natural, porque la esperanza está siempre con nosotros. Creo que esta es la última reflexión que voy a hacer por ahora. No creo que el cinismo sea algo simplemente natural, creo que también se nos ha empujado a ello de forma bastante sistemática. Siento decir esto, pero creo que si tienes poder y quieres mantener tu «statu quo» tal como está, si no quieres que la gente busque un cambio, una de las mejores cosas que puedes hacer es asegurarte de que no se fíen entre ellos, porque una población que no confía en los demás es fácil de controlar. Antes hemos hablado de cómo la empatía y la amabilidad pueden ser un acto de resistencia.

1:04:52

Creo que la esperanza también es un acto de resistencia. Y creo que cuando conseguimos resistirnos a esas fuerzas que intentan separarnos y, en vez de eso, nos centramos en lo bueno de los demás, no estamos cambiando quienes somos, sino volviendo a lo que siempre hemos sido. Gracias.

1:05:19

Madre mía, esto ha sido maravilloso. Quiero agradeceros a todos vuestra participación y vuestras preciosas preguntas. Supongo que puedo dejaros una breve reflexión. La vida es dura y la gente es bonita. Y las dos cosas importan, ¿verdad? 1:05:39 Cuando hablo de centrarnos en cosas como la empatía y la conexión, la positividad y la esperanza…, no estoy diciendo para nada que debamos ignorar los problemas o el sufrimiento. De hecho, creo que la empatía, la positividad y la esperanza son lo más importante precisamente por todo el sufrimiento que soportamos. Ese sufrimiento no parará mientras los humanos existan. Es una de las únicas cosas que todos hacemos todo el tiempo. Pero, como dice el refrán, una pena compartida es media pena, ¿verdad? Si conseguimos estar unidos, al menos podemos sufrir juntos y reducir ese sufrimiento y encontrar una mayor alegría.Y no solo alegría, sino un mayor propósito para mejorar tanto como podamos las vidas de tantos como podamos. Os agradezco que hayáis pasado este tiempo conmigo. Muchas gracias a todos.