No temas equivocarte, nunca es tarde para aprender
Carol Dweck
No temas equivocarte, nunca es tarde para aprender
Carol Dweck
Psicóloga e investigadora
Creando oportunidades
“Es importante que nuestros hijos aprendan con mentalidad de crecimiento“
Carol Dweck Psicóloga e investigadora
La mentalidad que puede cambiar la vida de un niño
Carol Dweck Psicóloga e investigadora
Carol Dweck
Profesora de psicología en la Universidad de Stanford, Carol Dweck es una de las principales investigadoras y referentes internacionales en educación por sus ideas pioneras sobre mentalidad, motivación y desarrollo. Dweck es la creadora de los conceptos como mentalidad fija, las personas que creen que la inteligencia es innata e inmutable, y la mentalidad de crecimiento, aquellos que creen que sus habilidades pueden mejorar gracias al entrenamiento y el esfuerzo. La mentalidad de crecimiento es una de las propuestas más relevantes para la educación actual. Es de “vital importancia que nuestros hijos aprendan con una mentalidad de crecimiento en el mundo de hoy donde necesitamos niños que amen los desafíos y la incertidumbre, y que no se sientan superados”, destaca.
Dweck afirma que esta tendencia a considerar las habilidades como fijas o modificables tiene un profundo impacto en muchas áreas de la vida de una persona, especialmente en la motivación de los niños y profesores. Sus investigaciones concluyen que los padres, maestros y educadores pueden ayudar a fomentar la mentalidad de crecimiento. Elogiar solo la inteligencia de los niños puede tener un impacto negativo y favorecer una mentalidad fija. Por el contrario, si como padres o educadores, nos centramos en elogiar el proceso más que el resultado, los niños se enfrentarán mejor ante los desafíos en lugar de darse por vencidos cuando las cosas se complican.
Transcripción
Estudié Psicología, hice estudios muy interesantes sobre por qué a algunos estudiantes les gustan los retos y buscan dificultades para motivarse y otros estudiantes, que pueden ser igual de buenos que los otros, les asustan los retos, les desmotivan y los hunden. ¿Qué diferencia hay? Creo que me interesé por este tema porque yo fui una muy buena estudiante y me estresaban mucho los retos. Mi profesora de sexto nos sentó alrededor de la clase, y nos hizo un test de cociente intelectual, y solamente los estudiantes con mayor cociente intelectual podían tener tareas de mayor responsabilidad, como limpiar la pizarra. Para ella, tenías que tener un gran cociente intelectual.
Se equivocaba al pensar que tu cociente intelectual definía tus capacidades. Y yo era buena estudiante, pero me di cuenta de que me asustaba por fracasar. O no parecer lista en el futuro. Y tras varios años de investigación, me di cuenta de que el miedo al fracaso y la percepción que tienes de la inteligencia van de la mano. Y ese fue el punto de partida. Empezamos dándonos cuenta de que cuando los estudiantes creen que sus habilidades son fijas, no querían tampoco algo que les hiciera parecer poco inteligentes, y que cuando conseguían superar una dificultad con sus habilidades parecían no querer enfrentarse a ella más. Pero cuando alguien con una mentalidad de crecimiento se enfrentaba a un desafío, se motivaba, quería mejorar sus habilidades y si era algo difícil, esta era la mejor manera de desarrollarlas. Comparé estas dos mentalidades, el deseo, las resiliencias a la hora de enfrentarse a un reto.
Es de vital importancia que nuestros hijos aprendan con una mentalidad de crecimiento, sobre todo en el mundo de hoy en día, donde no sabemos a ciencia cierta qué trabajos tendrán; y necesitamos niños que amen los desafíos y la incertidumbre, y que no se sientan superados. También es importante dejar claro que todos tenemos las dos mentalidades. No es que unos seamos de mentalidad fija y otros de mentalidad de crecimiento, sino que puede que cambiemos de una mentalidad a otra. Es decir, todos tenemos las dos mentalidades según el momento. Por ejemplo, normalmente yo tengo mentalidad de crecimiento, pero si me enfrento a un reto muy importante, puede que empiece a pensar: “No tengo las habilidades para conseguirlo, quizá hago el ridículo si me expongo”. Quizá, si tengo un contratiempo, puedo empezar a pensar de manera fija, quizá si conozco a alguien que es más inteligente que yo, puedo sentirme inferior a esa persona. Hay muchas cosas a nuestro alrededor que pueden llevarnos a una mentalidad fija incluso cuando normalmente tenemos una mentalidad de crecimiento. Por esto, es muy importante enseñar a nuestros hijos y a nuestros estudiantes a que disfruten con los retos, a que aprendan a desenvolverse ante los desafíos y que tengan resiliencia frente a los obstáculos. Les vendrá genial en la escuela y también para su vida fuera de ella.
“Todas las personas tenemos una mentalidad, fija o de crecimiento, según el momento”
Ese proceso desde luego que incluye esfuerzo, pero si no tiene las estrategias necesarias, que se esfuerce más no servirá de nada y se frustrará por ello. Porque si se esfuerza y no lo consigue, pensará que no puede. No solo el esfuerzo es importante, sino entender que se necesitan aplicar diferentes estrategias, entender cuándo se necesita ayuda, cuándo es necesaria de verdad, y que sea colaborativa: “Vamos a averiguarlo”.
En mi libro, hay unas imágenes de un curso de arte llamado La parte derecha del cerebro. Durante cinco días, la gente dibujaba su retrato y el del día uno y el del día cinco tenían diferencias increíbles. El primer día podías saber qué persona tenía talento y cuál no. El quinto día, todos los retratos estaban bien hechos. Mucha gente puede hacer algunas cosas de manera natural, pero no significa que nadie más podría hacerlo así de bien si tienen el aprendizaje adecuado y motivación.
Estoy pensando en aquellos niños que puedan sentirse desmotivados porque durante años han sentido que no eran lo suficientemente listos o inteligentes para hacer determinada cosa, y quizá ahora, algún padre que nos esté viendo tiene un hijo en la misma situación y les gustaría cambiar su camino. Quizá están pensando: “Vale, pero ¿cómo?”.
Sí, ¿cómo cambias el camino de tus hijos? Yo cambié mi camino a través de mis investigaciones. Por cierto, no debemos enseñar esto solamente a los estudiantes que no se sienten inteligentes o competentes, sino también a los mejores. “¿Y si en otro examen no saco buena nota? ¿Y si algo es muy difícil y no soy tan inteligente?” Todos podían sentirse mal, yo cambié gracias a mis investigaciones y a comprender las mentalidades. Si tienes un hijo que tiende más a una mentalidad fija, a creer que no es inteligente, no se trata de decir: “Sí que lo eres”. Cualquier padre o madre se lo diría a sus hijos, no tiene credibilidad. Pero, dices: “No se trata de lo que seas ahora o cuán inteligente seas, sino de aprender y de ser cada vez más inteligente”. Hay montones de ejemplos de gente que no parecía ser inteligente o espabilada, pero eran apasionados de algo y desarrollaron esas habilidades con el tiempo hasta el máximo.
En resumen, hay que centrarse en el proceso de aprendizaje y descubrimiento, sacar a los hijos de ese marco en el que se juzgan a sí mismos cada vez que creen que van a cometer errores o que parecen estúpidos, hay que sacarlos de ese marco y meterlos en uno de descubrimiento. Así, los desafíos serán interesantes y no amenazantes.
Cada otoño ofrezco un seminario a jovencitos recién salidos de la escuela, un curso sobre mentalidades. El primer día de clase, digo: “Hoy es el principio de vuestro nuevo trabajo. Quizá vuestro anterior trabajo era sacar buenas notas y conseguir entrar en Stanford; eso se ha acabado”. Les digo: “Está bien sacar buenas notas, no tengo nada en contra, pero ahora tenéis otro trabajo que consiste en usar todos los maravillosos recursos de esta universidad para convertiros en la persona que queréis ser, la persona que marcará la diferencia en el mundo”. Lo que les estoy diciendo es: “Salid de ese marco y entrad en un entorno de crecimiento, aprendizaje y descubrimiento”. Al principio, quizá piensan: “¿Quién soy? ¿En quién me quiero convertir? ¿Cuál es mi aportación al mundo?” Y es lo que deberían pensar. Durante todo el curso, se ilusionan y se motivan cada vez más.
Pensamos: “Ahora nos toca comunicar de una forma más clara y desarrollar material que ayude a la gente a implementar de manera efectiva la mentalidad de crecimiento en niños de una forma que puedan comprender”. No dijimos: “¡Mira! Esto lo pusimos en la página ciento veintisiete y no lo hiciste”. Cogimos las riendas y ahora estamos creando todos los materiales. En primer lugar, el docente ha de cambiar su propia mentalidad. Nos dimos cuenta de que muchos docentes aseguraban tener una mentalidad de crecimiento cuando no era así. De nuevo, mentalidad de crecimiento falsa: decir que la tienes cuando quizá ni la comprendes. Ahí fue cuando, con ayuda de una compañera de Australia, Susan Mackie, comprendimos que todos tenemos varias mentalidades, entendimos las dificultades y aprendimos a enseñar a docentes a cómo identificar la mentalidad fija y qué hacer al respecto. El primer paso es reconocer tu propia mentalidad fija, el siguiente paso es cometer tus propios errores en el aula y descubrir, delante de estudiantes, cómo corregirlos. Muchos de los profesores de matemáticas más reconocidos cometen errores y a la clase le encanta y, así, todos juntos descubren la solución. “¿Cuándo se dio el error y qué hacemos ahora?” Hasta los expertos cometen errores.
Hay que dar importancia en las notas cuando un niño se enfrenta a un reto y sigue adelante, así nadie, ni los estudiantes más inteligentes tendrían un sobresaliente si no se lo trabajan, hay que dar importancia en las notas cuando muestran algún progreso, hay que centrarse en aprender y mejorar, hay que mostrar a los niños que estar confundidos es una parte natural del aprendizaje y cómo superarlo y centrarse en el proceso, no solo en el esfuerzo sino en las estrategias, que sepan pedir ayuda cuando sea necesaria, utilizar recursos a su alcance, apoyarse en compañeros que les ayuden a aprender. Los profesores tienen que valorar, premiar y reconocer estas cosas.
A mí me encanta oír cuando un profesor dice: “Cada estudiante tiene algo que enseñarme”. Es maravilloso. Primero, porque se intuye un profundo respeto hacia los estudiantes y, en segundo lugar, porque demuestra un gran interés por aprender cómo enseñar a todos los estudiantes.
La mentalidad de crecimiento es una herramienta, hay muchas más, por supuesto, que ayuda a la gente a moverse en este mundo desconocido. No creo que lo que se hace en muchos centros ayude a moverse. ¿Conseguir un número muy alto en un examen? Muy bien, genial, pero, ¿vas a ser capaz de emprender o de conseguir que alguien te contrate? ¿O de saber vivir tras perder un trabajo bien pagado y estable y saber levantarte y reinventarte? Ahora más que nunca necesitamos una mentalidad de crecimiento junto con herramientas de resolución de problemas.
"La mentalidad de crecimiento es una herramienta que ayuda a la gente a moverse en el mundo actual"