La curiosidad, el motor de los avances de la humanidad
Miguel San Martín
La curiosidad, el motor de los avances de la humanidad
Miguel San Martín
Ingeniero aeroespacial de la NASA
Creando oportunidades
Una mochila de valores para viajar al espacio
Miguel San Martín Ingeniero aeroespacial de la NASA
Miguel San Martín
Desde niño sintió una curiosidad irrefrenable por entender cómo se construyen las cosas. Así desarrolló su pasión por la ingeniería. Pero fue viendo a Neil Armstrong pisar la Luna, desde su Argentina natal y en su televisor blanco y negro, cuando despertó su vocación por la exploración del espacio. En la actualidad, Miguel San Martín es jefe de ingeniería aeroespacial en el ‘Jet Propulsion Laboratory’ de la NASA.
Su trabajo se centra en analizar los problemas que se presentan durante el aterrizaje de las naves de exploración en otros planetas, lunas o asteroides. Ha llevado a cabo misiones de gran importancia para la investigación espacial, como la ‘Magallanes’ a Venus o la ‘Cassini’ a Saturno. Pero su área de especialización son las exploraciones a Marte. Participó en las misiones ‘Mars Pathfinder’ (1997), ‘Mars Exploration Rovers Spirit’ y ‘Opportunity’ (2004). En 2011 tuvo un papel clave en la exitosa misión ‘Curiosity’ para la exploración de la superficie marciana.
Miguel San Martín se licenció en Ingeniería Electrónica en la Universidad de Syracuse (Estado de Nueva York) y en 1985 terminó su Máster en Ingeniería Aeronáutica y Astronáutica en el Massachusetts Institute of Technology. Ese mismo año entró a formar parte de la NASA. Ha recibido numerosos premios, entre los que destacan el Premio Konex al Mérito en desarrollo tecnológico, la Medalla del logro de Ingeniería Excepcional de la NASA y el prestigioso Premio Collier Trophy, otorgado por la Asociación Nacional de Aeronáutica estadounidense. En 2019 fue elegido miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos.
Transcripción
Y, después, lo último que remató un poco así mi interés y ahí es donde empecé a planearme mi carrera y mi aventura a los Estados Unidos, fue el proyecto Viking, que lo seguí por muchos años, fue la primera nave robótica en aterrizar en Marte, fue en el año 1976. Y bueno, cuando vi esa primera foto del vehículo, la patita del vehículo sobre la superficie de Marte, ahí es cuando dije: «Esto es lo que yo quiero hacer profesionalmente en el futuro». Me resulta fascinante que el ser humano pueda viajar por el espacio e investigar otros planetas, otros lados del universo, por dos motivos, el primero, por saber cómo funcionan esas cosas, cómo es el universo, ¿no es cierto? Uno de los temas más importantes para nosotros es saber si estamos solos en el universo, así que por eso investigamos Marte, porque queremos saber si la vida es un fenómeno puramente terráqueo o también ha surgido en otras partes del universo, o en un planeta en nuestro propio sistema solar. Pero también, a mí lo que me fascina desde el punto de vista profesional es el desafío técnico de hacer esa exploración, ¿no es cierto? ¿Cómo podemos lograr poner esta sonda en la superficie de otro planeta, por ejemplo? Es algo que cuando yo mismo, cuando veo nuestros vehículos robóticos, cuando los estamos ensamblando acá en la Tierra, y pienso cómo vamos a hacer para que ese vehículo esté en la superficie de Marte, ¿no es cierto?, me pone una gran sonrisa en la cara y me da mucha, mucha fuerza para despertarme todas las mañanas y venir al trabajo y buscar cómo, en trabajo en equipo siempre, vamos a lograr eso.
La curiosidad es el motor, digamos, es como el combustible de todo, digamos. Para mí es fundamental tratar de entender cómo funcionan las cosas, ¿no es cierto? Yo permanentemente, mi mujer Susan se divierte porque cuando yo voy a otros países y estoy en el hotel empiezo a desarmar las cosas porque me interesa ver cómo diferentes sociedades resuelven diferentes problemas. Y esas curiosidades luego resulta que por ahí surge un problema en uno de nuestros diseños, y eso que al principio lo hice solamente por curiosidad, ahora me resulta algo práctico que lo puedo utilizar. Así que… y lo mismo los científicos, ¿no es cierto?, tratar de entender las cosas simplemente porque uno las quiere entender y no siempre preguntándonos cuál es el valor de entender las cosas, no, el valor es tener la curiosidad de cómo funcionan las cosas y para eso tenemos toda la historia de la civilización humana, que nos demuestra que esa curiosidad a la larga rinde, nos da, digamos, un rédito en cuanto no solamente a mejorar nuestras vidas, pero también a hacerlas más interesantes, ¿no es cierto? Porque es un placer entender las cosas y saber cómo funciona este universo tan hermoso en el cual vivimos y que todavía nos queda un montón por aprender.
La importancia de la educación técnica y científica para todos, aún para aquellos que no van a seguir carreras técnicas y científicas, me parece que es importante porque, nuevamente, te enseña a pensar, ¿no es cierto?, te da la disciplina de tener que realmente ser preciso con los análisis, y los pensamientos, y el sistema, digamos, le llamamos el sistema científico, ¿no es cierto?, es algo que se puede aplicar para todo en la vida, a aquellas cosas donde el mundo no es como nos gustaría que fuera, es como es y tenemos que, realmente, hacer un esfuerzo, ¿no es cierto?, de tomar la información, digamos, mediciones o lo que sea, para poder realmente determinar cómo funcionan las cosas, ¿no es cierto?, pero no tiene que ser algo… un dispositivo mecánico, electrónico o científico, puede ser simplemente cómo funcionan las relaciones entre los seres humanos o las instituciones dentro de un país, ¿no es cierto? Uno tiene que tratar de aplicar ese método científico, ¿no es cierto?, y no dejarse guiar tanto por el corazón.
Así que me parece que por ahí viene la cuestión, que una enseñanza técnica-científica te da esa disciplina para analizar las cosas y poder hacer un juicio en base a información, ¿no es cierto?, y no lo que a vos te gustaría que el mundo sea, sino analizar como realmente es. Permanentemente chicos y chicas de la Argentina, de donde yo soy, me piden: «¿Cómo puedo llegar a la NASA?», y digo: «Mirad, cuando yo era chico me tuve que venir a Estados Unidos porque la NASA y la Unión Soviética eran prácticamente los únicos lugares donde se hacían estas cosas». Hoy en día, en nuestros países de origen se están haciendo estas cosas, así que yo creo que eso va a aumentar más y hace que los chicos también se puedan entusiasmar, porque ven un futuro en eso. Les recomiendo que sean curiosos, ¿no es cierto?, que lean, en particular, que estudien, que estudien pero que lo disfruten al estudio. Yo siempre les cuento que nunca saqué una nota para mis padres, siempre las notas las saqué para mí, porque yo quería saber, ¿no es cierto?, así que tengan un amor por el conocimiento.
Y bueno, los que quieren ser ingenieros, en particular espaciales, siempre les digo algo que me dijo el mismo Carl Sagan cuando yo me vine a Estados Unidos a estudiar, primero a estudiar inglés para que me aceptaran en la universidad, terminé en Cornell University, ahí en Nueva York, haciendo un curso de inglés para estudiantes extranjeros, así que me colaba a las clases de Carl Sagan, y un día tomé valor y le pregunté al profesor de la cátedra: «¿Qué tengo que hacer para trabajar en la NASA?». Y me dijo: «Tenés que estudiar mucha Matemática y Física», así que eso fue lo que hice. Le agregaría Química también, para aquellos que quieren hacer cosas como propulsión. Así que estudien mucho. Y bueno, y diviértanse, no lo hagan por obligación, sino por amor. Yo creo que la actividad espacial siempre ha sido un factor que nos une, digamos, a las diferentes culturas, diferentes países, naciones, siempre ha sido así, incluso hasta el día de hoy tenemos la Estación Espacial Internacional con astronautas de todo el mundo. Yo creo que eso también va a ser un factor, digamos, muy importante, y lo necesitamos más que nunca hoy en día en un mundo que parecería estar desintegrándose en ese sentido, pero la ciencia y la carrera espacial produce ese factor que nos unifica.
Gracias a los medios que hoy tenemos con los «social media» y todo eso, podemos hacer participar más a la gente. Eso es algo que ya lo noté también en nuestras misiones, que podemos alcanzar y que nos alcancen a nosotros o a un grupo mucho mayor. Hay mucho interés en la juventud y también había otro tipo de actividades como, por ejemplo, los CubeSats, que son estos pequeños satélites que lanzan, digamos, en los cohetes, ¿no?, como la primera carga, sino como van un poco de colado, como diríamos, y eso hace que el costo sea tan bajo que ahora hay universidades, incluso colegios secundarios, trabajando en satélites que van al espacio, así que me parece algo fantástico. Los valores, digamos, importantes para el éxito en nuestro tipo de actividad, y no en nuestro tipo de actividad, digamos en todas las áreas del quehacer humano, tal vez la nuestra tiene esta particularidad de que arriesgamos tanto en tan poco tiempo y los resultados son muy blanco y negro, así que eso nos obliga aún más, ¿no es cierto?, a afilar nuestra cultura de empresa, digamos. Pero yo diría que entre los más valiosos, ¿no es cierto?, que yo inculco y que también me inculcan a mí, y que nos inculcamos a nosotros mismos, es integridad y honestidad. Incluso cuando uno comete los errores, tener la libertad, ¿no es cierto?, de poder comunicar esos errores sin tener temor a represalias, eso es importantísimo.
A mí me tocó justamente hacer eso a pocos días del descenso del Curiosity, cuando descubrí que había un error en uno de los parámetros del software y tuve que ir a hablar con el jefe del proyecto. Y bueno, no solamente fue aceptado bien, incluso me premiaron por haber tenido el coraje de salir y decir: «Mire, cometí un error, ¿cómo lo resolvemos?». Así que ese tipo de comunicación honesta y directa es fundamental, me parece, para toda actividad del quehacer humano. Parte de nuestra cultura, la cultura de la NASA y la cultura también del laboratorio donde yo trabajo, es algo que permanentemente tratamos de inculcar a los nuevos ingenieros, a los nuevos miembros, porque lo fundamental para ser exitoso es un trabajo en equipo. Así que eso nuevamente es algo, es un valor que esforzamos permanentemente, ¿no es cierto?, al mismo tiempo de mantener un buen equilibrio con la individualidad, también necesitamos que la gente sea creativa, ¿no es cierto? Así que hay que tener un balance entre la creatividad del individuo y también que el individuo tenga la libertad, se sienta cómodo, no importa la edad o de dónde proviene, cuántos años de trabajo ha tenido… que siempre tenga la oportunidad de dar su opinión e incluso de disentir con gente tal vez mucho mayor, con más experiencia.
Es algo de lo que nosotros nos sentimos muy, muy orgullosos, y que tratamos de inculcar a todas nuestras nuevas generaciones. Es fundamental, me parece, para el funcionamiento correcto de una sociedad que estos valores deberían ser parte de nuestra educación. Hay una tendencia a un conocimiento enciclopédico y no tanto a enseñar a pensar. Un profesor, una maestra, debe ser una persona de la que vos no pódes saber cuáles son sus inclinaciones políticas, no es lo importante, lo importante es que te hagan saber pensar y arribar a tus propias conclusiones con tus propios razonamientos. Y eso es algo difícil de hacer, pero es fundamental en toda sociedad y especialmente en una sociedad libre y democrática. Y me parece que, en ese sentido, la ciencia es una buena guía para eso, ¿no es cierto?, porque no funciona si no es así la cuestión. La naturaleza es como es, no como queremos que sea. Pero es difícil porque yo veo, por ejemplo, también mucha gente que tiene un entrenamiento científico o técnico, ingenieros, y que a veces dejan de pensar con el cerebro y empiezan a pensar con el corazón, ¿no es cierto?, así que eso, y yo caigo en esa también muy a menudo. Así que somos seres humanos después de todo, pero por lo menos es algo en que la educación se debería concentrar desde el primer día a una temprana edad.
El día del descenso del Curiosity en Marte y cuando nos llegó la información del vehículo, la telemetría que nos dijo que estaba en el suelo marciano, digamos funcionando, y que el descenso había sido un éxito. Este es un momento casi… uno podría decir rarísimo, ¿no es cierto?, no parece uno estar vivo en ese momento, o estar demasiado vivo, no sé cómo explicarlo, pero fue un momento de gran alivio y felicidad, digamos, y sorpresa, porque lo increíble del caso es que como nosotros sabemos todas las cosas que pueden ir mal, somos los primeros en sorprendernos cuando funciona, porque cuando funciona, funciona muy parecido a como lo planeamos. Estas cosas funcionan o no funcionan, y cuando funciona es exactamente como lo habíamos planeado e imaginado por años, permanentemente, porque es prácticamente una obsesión, uno va manejando en el auto al trabajo o haciendo las compras y está pensando en qué fue lo que tal vez nos olvidamos, cuál es el detallito ese que nos puede arruinar toda la aventura, ¿no es cierto? Así que cuando llega y, digamos, y declaramos el éxito, había varias condiciones que se tenían que cumplir para decir: «Ahora podemos celebrar», y cuando se cumplió la tercera de esas tres condiciones, ahí fue, digamos, un estallido de alegría y celebración.
Hay un famoso discurso por el presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, que el jefe de nuestro laboratorio nos leyó antes del aterrizaje del Curiosity, se lo recomiendo a todos que lo lean es muy, pero muy, muy lindo, donde habla de que lo importante es intentar, ¿no es cierto?, aún si uno fracasa, es mejor triunfar, pero el fracaso es mejor que la inacción, el quedarse en tu casa temeroso, digamos, sin querer entrar al campo de juego, ¿no es cierto? Y es algo que me acuerdo de que cuando fuimos al centro de control, el día del aterrizaje lo tenía muy presente y estaba muy, muy afortunado de haber podido ser parte, digamos, de eso, aun cuando no sabíamos el resultado. Y algo también que quiero agregar, muy lindo, qué ocurrió esa semana, fue una semana llena de emociones. Los días antes del aterrizaje vino gente de Washington, de la NASA, y nos reunieron y nos dijeron: «Ustedes ya tuvieron éxito. El hecho de que estemos en este momento por aterrizar en Marte ya es un éxito en sí mismo. Si funciona, estaría lindísimo y si no funciona, nos levantaremos, nos sacudiremos el polvo e intentaremos nuevamente». Y eso me parece un valor muy, muy importante también en una sociedad.