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Las Leyes de Newton en menos de cinco minutos

Sergio de Régules

Las Leyes de Newton en menos de cinco minutos

Sergio de Régules

Físico y divulgador científico


Creando oportunidades

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Sergio de Régules

Sergio de Régules es un físico y divulgador científico mexicano, conocido por su trabajo en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, donde participa en la creación de la revista "Cómo ves". Desde joven, Sergio mostró un interés profundo por la ciencia, inspirado por su entorno familiar y experiencias personales, como la lectura de "El Príncipe y el Mendigo" de Mark Twain a los siete años, y la observación del cometa Kohoutek junto a su padre. Su pasión por la astronomía y la física se consolidó durante su adolescencia, llevándolo a estudiar física en la universidad. A lo largo de su carrera, ha escrito numerosos artículos y libros, y ha dado charlas sobre divulgación científica, combinando su amor por la ciencia con su habilidad para comunicar ideas complejas de manera accesible. Sergio también ha sido influenciado por figuras históricas de la ciencia como Galileo y Kepler, y ha encontrado en la divulgación científica una forma de unir sus intereses en la música, el cine y la escritura. Su enfoque en la divulgación se centra en conectar con el público, haciendo de la ciencia una narrativa atractiva y comprensible.


Transcripción

00:13
Sergio de Régules . Gracias, qué amables. Yo soy Sergio de Régules, soy físico y divulgador de la ciencia. Trabajo en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM donde hacemos la revista «Cómo ves», que espero que todos conozcan. Fuera de ese trabajo cotidiano, lo que hago yo es escribir muchos artículos, dar charlas sobre temas de divulgación, sobre todos los temas que más me interesan y de los que más sé, y escribir libros.

 

Ayer que estaba yo reflexionando, me di cuenta que todo esto debe haber empezado un día que tenía siete años. Estaba en primero de primaria, llega mi mamá, se acerca a mi camita en la noche, y me dice «A ver niño, tú ya sabes leer, así que toma este libro». El libro que me dio a leer, es un libro de Mark Twain que se llama «El Príncipe y el Mendigo». Y entonces me reveló el secreto más importante y más profundo acerca de la lectura, que yo creo que se le puede entregar a alguien, y que echó a andar todo esto y razón por la cual estoy Porque me dijo: «Mira, abres, empiezas a leer, lees un pedacito y luego haces el esfuerzo de imaginarte lo que estás leyendo, entonces con eso la lectura nocturna se me convirtió en un hábito que sigue hoy en día Y me acuerdo de otra cosa que pasaba en mi casa, y es que aparte de que había muchos libros, se cultivaba una visión del mundo muy naturalista por oposición a sobrenaturalista.

 

Se cultivaba una visión del mundo muy racional, muy basada en la ciencia. Nadie lo decía así pues, no tenía yo unos papás que me estuvieran diciendo «Niños, la ciencia». Cero. También tuve la suerte de que en mi infancia sucedieron cosas, la naturaleza colaboró para traerme a este momento en que estoy yo aquí frente a ustedes como físico y como divulgador de la ciencia.

Porque me acuerdo que en cierto momento, tendría yo como 8 años y en la televisión empezaron a hablar del descubrimiento de un cometa, lo había descubierto un astrónomo creo que Checo, que se apellidaba Kohoutek, entonces este era el cometa Kohoutek, y habían calculado la órbita del cometa después de observarlo un rato, y se habían dado cuenta de que, bueno, iba a ser visible en la Tierra.

 

Con los cometas nunca se sabe cómo van a reaccionar, nunca sabes si al acercarse al Sol van a desplegar una cola gigantesca o a lo mejor solamente un chorrito de nada de cola, nunca sabes. Pero si desplegara una cola muy grande, el cometa iba a ser un espectáculo, entonces lo llamaban “el cometa del siglo”. Bueno, mi papá compró un catalejo, un tubito con lentes como de este tamaño, que en la casa llamábamos pomposamente el telescopio.

 

No era un telescopio, era una cosa para ver a los vecinos o lo que sea Y entonces, me acuerdo que todas las noches durante una temporada nos subíamos a la azotea del edificio donde vivíamos, me subía yo con mi papá, ya tendría yo que haber estado en la cama. Ahora, como ni mi papá ni yo sabíamos en esos tiempos qué esperar ni para dónde mirar, nunca vimos nada. Entonces, en el fondo fue un fiasco porque nunca lo vimos. Pero a mí se me quedó el amor por la emoción de estar esperando a que suceda algo en el cielo. Entonces, todavía me hace mucha gracia pensar que no vi el cometa, no puedo contar una historia como de película en la que y entonces el niño vio aparecer un destello en el cielo y se quedó enamorado de la astronomía. No lo vi, pero sí me quedé enamorado de la astronomía. Y eso se lo debo también a otro libro, le debo un montón de cosas a libros. Llegó mi mamá un día del súper, el súper donde vas a comprar el mandado, bueno, vendían libros y mi mamá a veces traía libros, eran muy baratos.

 

Y un día llegó con un libro precioso de este tamaño, pasta dura, con unas ilustraciones espectaculares acerca de exploración espacial. Y entonces hablaba del sistema solar y hablaba de cómo serían los otros planetas y luego hablaba de las estrellas lejanas y finalmente terminaba hablando de cómo podrían ser otros planetas con vida de otras estrellas lejanas. Bueno, ese libro me lo devoré en el verano de mis 12 años y las ilustraciones eran espectaculares, todavía lo tengo por ahí guardado y eso me reforzó también el amor por la astronomía.

 

De tal manera que ya en la preparatoria, cuando se acercaba la época en que decides qué vas a estudiar pues yo tenía un montón de dudas porque yo decía, bueno, me gustaba mucho tocar el piano también, me gusta mucho la música, me gusta el cine, me gusta escribir, pero en el último año de la prepa, la física concretamente me había cautivado. Me acuerdo que me maravillaba el pensar que con una ecuación matemática, una expresión matemática muy compacta, podías tener ahí concentrada todo lo que hace una parte del universo, por ejemplo, la ley de la gravitación universal. Es una ecuación relativamente sencilla, con pocos símbolos, fácil de interpretar si uno le echa ganitas, donde resume absolutamente todos los movimientos posibles de un objeto alrededor de otro, de las galaxias, de todo, todo está ahí en una simple ecuación. Y eso me acuerdo que me dejó deslumbrado. Así que ya al final de la prepa yo decía, bueno, ¿qué hago?

 

¿Música, cine o física? Y me acuerdo que se acercó mi papá un día y me dice, bueno, mira, de esas tres, la que es más difícil que aprendas por ti mismo es física. Física es lo único que va a ser más difícil que aprendas tú solo. Y me pareció muy buen argumento. A veces cuento esto y digo que es la única vez que le hice caso a mi papá. No es cierto, también le hice caso cuando subimos a ver el cometa Kohoutek. Pero me pareció un buen argumento y me metí a física. Y la verdad es que nunca me arrepentí porque además, he encontrado en la divulgación de la ciencia la combinación perfecta de todas esas cosas que a mí siempre me han gustado.

 

El momento clave para decidir que lo mío no era tanto la investigación, sino la divulgación científica, fue cuando en los últimos semestres de la carrera llevábamos la materia de mecánica cuántica, que es la física de los átomos y todas estas cosas. Y habíamos estado estudiando cosas más o menos complicadas, la ecuación de Schrödinger, las matemáticas necesarias para resolverla, que son complicadas, son ya matemáticas bastante pesaditas. Y nos habían estado explicando finalmente lo único que podía explicar con todo detalle la mecánica cuántica, que es el átomo de hidrógeno, que es el átomo más sencillo de todos, que tiene un protón y un electrón girándole alrededor.

 

Y con eso nos habíamos tardado un buen rato en establecer la ecuación de Schrödinger para ese sistema, resolverla, interpretar lo que salía de las ecuaciones y todo eso. Pero de repente en una clase el profesor nos dijo, bueno, y precisamente por esto los elementos en la tabla periódica, ¿Se acuerdan? Hidrógeno, helio, litio, berilio, boro Por eso están ordenados exactamente así. Y fue como una iluminación, fue como si de repente terminaras de subir la pirámide del sol y abrieras los ojos al panorama que te rodea, como si de repente se abriera un telón y vieras la luz. Porque esa tabla periódica que todos conocíamos desde la secundaria, que te la aprendes de memoria y la odias, de repente tenía, detrás de esa tabla periódica había una explicación sencilla.

 

Eso se podía entender. Y me acuerdo de una sensación, una sensación de emoción que me sacó lágrimas. Por supuesto las traté de ocultar, ¿verdad? Porque qué pena que te vieran llorando al salir de una clase de mecánica cuántica. Ni siquiera con tus otros amigos de física, ¿no? Pero yo salí con un nudo en la garganta y los ojos arrasados de la sensación de belleza. Creo que ahí se decidió que yo tenía que dedicarme a contar estas cosas, a entender yo mismo la ciencia y luego compartirla con mis congéneres. Y creo que básicamente por eso estoy yo hoy aquí con ustedes.

08:31
Nathalie. Gracias. Muchas gracias. Mi nombre es Nathalie y tengo 19 años. Me gustaría preguntarle a usted, ¿Cuál considera que es la diferencia entre saber explicar la ciencia y el solo conocerla?

08:44
Sergio de Régules. Esa es una excelente pregunta y tiene que ver con el trabajo que hacemos ahí en la revista y con mi trabajo de todos los días. Ahí en la revista recibimos muchos artículos, y muchos provienen de investigadores, gente que sabe mucha ciencia, la aplica todos los días en su trabajo, que quieren explicar las cosas. Pero muchos no los podemos usar porque o son muy técnicos o son francamente muy aburridos porque no hablan de gente. Y a los seres humanos lo que más nos interesa, lo que más nos llama la atención, lo que más nos jala es que nos hablen de otros seres humanos.

 

Entonces muchas veces lo que falla, no es tanto saber de ciencia, que es muy importante para divulgar, sino el asunto de conectar con el público. Y yo creo que esto viene de un malentendido muy común entre quienes no están muy cercanos a la divulgación de la ciencia y piensan que basta con saber ciencia para poderla divulgar, para podérsela comunicar a un público de una manera elocuente.

 

Y la confusión es pensar que la divulgación de la ciencia es una especie de ciencia rebajada o diluida. Incluso a veces los investigadores dicen cosas como, vamos a bajarlo a nivel divulgación y a mí como que si tuviera pelo se me pararían de punta. Me da horror porque no es lo que yo hago. Yo no estoy diluyendo ni rebajando. Lo que tengo que hacer es encontrar una manera de conectar. Y lo que estoy conectando básicamente cuando divulgo la ciencia no es tanto unas personas que saben un tema y otras que no.

 

Sino básicamente como dos culturas. En esencia lo que tiene uno que hacer es una labor de traducción. Realmente traducir no es simplemente agarrar unas palabras en inglés por ejemplo, y ver el diccionario y ver que pollito es chicken y gallina es hen y entonces calcar simplemente. Esa es como la visión sencilla, simplista de la traducción. Qué a veces creen que vemos traducciones en la televisión que están hechas de esa manera y son un desastre. Yo tengo que tomar un original y luego hacerlo significativo para otra cultura. Igual que en una traducción hace significativo, significativa una novela para otra cultura. Y a mí me gusta poner un ejemplo que a mí me parece muy divertido.

 

A veces en los cursos que doy de cómo escribir divulgación, les digo, piensen en la canción «El comal le dijo a la olla». Es una canción de Cri cri, no sé si todavía están familiarizados con eso, porque Cricri ya es muy antiguo. Pero bueno, si conocen la canción «El comal le dijo a la olla” es una canción que dice cosas como: «El comal le dijo a la olla oye, olla, oye, oye, si te has creído que yo soy recargadera, búscate otro que te apoye». Y la olla contesta cosas sensacionales, dice, y la olla contestó, «si te agarro te convierto en tepalcates y ni animas que grites pa’ que venga la patrulla». Entonces es un lenguaje muy acendradamente mexicano, posiblemente más rural que de ciudad, y posiblemente más de los años 40 que de la época actual. Imagínense que la tuvieran que traducir al inglés. Un día lo hice, lo puse en Facebook, dije, a ver, si ustedes son tan buenos en inglés, váyanme traduciendo «El comal le dijo a la olla». Ah, pues no faltó el vivo que dijo, claro que puedo, ¿no?

 

Y entonces se pusieron a contar en inglés, digamos, la simple anécdota, la anécdota es que dos utensilios de cocina se pelean por espacio en el fogón. Bueno, eso lo puedes contar en inglés, digo, y yo les dije, bueno, pues sí, pero eso no tiene chiste, porque no me estás dando a entender esta idea de mexicanidad rural de los años 40, el lenguaje tan hermosamente florido de la olla. No me lo estás dando a entender, eso se perdió, se perdió la rima, se perdió la métrica, ¿dónde está todo eso? Porque traducir es eso, es conservar lo más que puedas del original.

 

Y ustedes cuando me cuentan nada más la anécdota en inglés están perdiendo un montón, se pierde mucho en la traducción. No lo están haciendo. Para mí eso es exactamente lo que hacemos, esto lo platico en los cursos de divulgación, porque para mí es el exacto paralelo de lo que tiene que hacer una persona que divulga la ciencia. Tomar ese original y encontrar la mejor forma de decir lo más que se pueda del original, siempre se va a perder algo, eso ni hablar, pero pasa en toda traducción, siempre se va a perder algo, pero de decir algo elocuente para la nueva cultura a la que se está trasladando eso.

 

Eso sí, les voy a decir una cosa, hay traducciones que son por sí mismas obras de creación y obras de arte, y yo creo que eso es lo hermoso de la divulgación. La divulgación no es ciencia, esa es la confusión. La divulgación, en el mejor de los casos, es literatura cuyo tema es la ciencia, y esa es la gran diferencia. Gracias, gracias.

13:41
Carla. Hola, Sergio, mucho gusto. Mi nombre es Carla Como y es todo un placer estar aquí contigo y escuchar que nos compartas tu historia y tu trayectoria. Y yo tengo una duda, bueno, en tus libros muestras a la ciencia como algo súper interesante, y quería preguntarte si tienes alguna otra experiencia o anécdota o ejemplo para demostrar que la ciencia no es tan aburrida como algunos la pintan. Gracias, Carla.

14:06
Sergio de Régules. Tengo montones de cosas que les podría yo contar, de cosas que me han asombrado de la ciencia. Me acuerdo ahorita de una, que está en uno de mis libros que se llama «El universo en un calcetín». Es un texto que titulé «Días fosilizados» y también cuando me enteré de esa historia, como dicen los españoles, flipé. ¿Se acuerdan del cometa Halley que todo el mundo conoce? Bueno, resulta que este Halley era un astrónomo y Halley descubrió el cometa de la siguiente manera. Él tomó registros históricos, ósea documentos antiguos donde se hablaba de pasos de cometas. Y había, y registró los años en que ocurrían esos pasos de cometa. Y era un galimatías, no había cometas en años de lo más disímbolos pero de repente en toda la cacofonía de fechas de pasos de cometas detectó un patrón, se dio cuenta que cada 75 años había algún cometa.

 

Y entonces Halley dijo, «¿Y no será el mismo?» Estaba muy reciente la publicación de las tres leyes del movimiento del amigo de Halley, Don Isaac Newton, era su amigo, más o menos, Newton no tenía exactamente amigos, pero ahora podíamos, se podían hacer cálculos, se podían hacer un montón de cosas. Y Halley dijo, «Sería razonable pensar que si cada 75 años hay cometa es el mismo cometa, predigo que va a pasar un cometa en tal año” Calculando esos 75 años. Y en efecto el cometa pasó, puntual como corresponde a un cometa predicho por un inglés Lástima que Halley se había muerto el año anterior y ya no lo vio, pero desde entonces ese cometa se llama el cometa de Halley o el cometa Halley.

 

En ese afán de buscar en registros antiguos, Halley observó otra cosa, se puso a ver cuando había eclipses del sol y se dio cuenta de que había muchos eclipses de sol, la gente siempre ha registrado esas cosas. Las cosas que ocurren en el cielo, los portentos celestes siempre llaman mucho la atención y lo sé yo que no vi el cometa Kohoutek Se dio cuenta de una cosa, ahora que tenía la física del movimiento de su amigo Don Isaac Newton, se podía calcular cuándo tendrían que haber sido esos eclipses. Y Halley se dio cuenta de que no habían ocurrido cuando correspondía.

 

Y es más, mientras más antiguo era el eclipse, más se distanciaba de la fecha en la que tendría que haber ocurrido el eclipse Y entonces Halley dijo, bueno, solo hay una explicación, si pudiéramos suponer que los días se han ido haciendo un poquito más largos a un ritmo constante, entonces se elimina la anomalía, pero tendríamos que suponer que algo está frenando la rotación de la Tierra. Finalmente el ritmo de rotación de la Tierra es lo que te da la duración del día.

 

Y Halley dijo, bueno, si los días fueran un poquito más largos en el pasado, esto se explicaría perfectamente bien. Y luego se murió sin proponer qué mecanismo podría estar frenando la rotación de la Tierra, no se le ocurría. Se le ocurrió unas décadas después, no a un físico, sino a un filósofo, se llamaba Emmanuel Kant, y es muy famoso por otras cosas, pero resulta que también le hacía a la ciencia. Y a Kant se le ocurrió que el mecanismo que podría frenar la rotación de la Tierra muy despacito son las mareas.

 

El mar de repente sube y baja, y esto como sabemos hoy responde al movimiento de la Luna. Si está la Tierra aquí, está la Luna por acá, pues hay marea alta del lado que está la Luna, y curiosamente también hay marea alta del otro lado, un poquito por la tercera ley de Newton de la reacción, hay marea alta del otro lado. Y se va moviendo la Luna, y con la Luna se va moviendo esta deformación del mar que hace que las aguas suban en lados opuestos de la Tierra, se va moviendo con la Luna. Pero resulta que la Tierra se mueve más rápido dentro de ese bulto de agua que produce la fuerza de la Luna, de la atracción gravitacional de la Luna, y entonces las mareas finalmente están haciendo fricción contra la parte sólida del planeta, y eso podría estar estarle robando energía de rotación al planeta.

 

Bueno, hoy Kant no podía saberlo, pero hoy sabemos que en efecto así es, y hasta lo podemos medir, calcular y medir, y resulta que el día se está haciendo más largo a razón de dos segundos cada 100 mil años. Uno dice, bueno, pues no es así como que nos tengamos que preocupar de estar corrigiendo la hora en nuestro reloj cada rato, ¿no? Son dos segundos cada 100 mil años. Sí, pero piensen que la Tierra es muy antigua, tiene 4,500 millones de años. Y entonces, no sé si serviría para explicar la anomalía de los eclipses de Halley, posiblemente sí, pero lo que sí es cierto es que si así son las cosas, entonces los días eran más cortos en el pasado, y mientras más lejos se va uno en el pasado, al pasado, más breves serán los días. Ahora hay otra cosita, y es que las mareas pueden afectar el movimiento de rotación de la Tierra, pero no el de traslación que te da la duración del año. Ese se ha mantenido, hasta donde sabemos, constante durante toda la historia de la Tierra. Conclusión, en el pasado un año contenía más días.

 

¿Cómo podríamos comprobarlo? Ni idea, ¿no? Si les dijeran a ustedes, ¿cómo se les ocurriría cómo comprobar esto? Pues a mí se me ocurriría, pues agarro una máquina del tiempo, me voy al pasado y, bueno, lástima que la máquina del hasta ahora no existe. Entonces tenemos que buscar otra solución. Una solución preciosa la encontré en 1963, un paleontólogo que se llamaba John Wells. Y John Wells dijo, muy bien, vamos a ver si sí. Resulta que los corales, los corales que son unos bichos rarísimos, yo todavía no entiendo cómo funciona un coral y cómo se reproduce , pero ustedes saben que hacen estas ramificaciones, mucha gente los confunde con plantas, pero no lo son.

 

El caso es que si uno agarra y corta un… No lo hagan, ahorita es muy malo. Si ya tienen un pedazo de coral cortado, van a ver que en la sección transversal hay anillitos, como los de los árboles. ¿Se acuerdan los de los árboles? Lo que decía John Wells es que los corales también tienen anillos de crecimiento por razones similares, no son plantas de ninguna manera, pero también crecen y dejan de crecer y crecen más cuando hay nutrientes y crecen menos cuando las condiciones son más severas, lo cual ocurre en invierno. Entonces. tienen anillos anuales de crecimiento. Sin embargo, Wells había observado que los corales dentro de un anillo anual, dentro de una franja de crecimiento anual, había subfranjitas.

 

Y dijo, bueno, ¿qué serán estas subfranjitas? Voy a suponer, que quizás sean anillos de crecimiento diurno, porque ¿por qué no? Digo, él dice en su artículo que publicó en 1963, «Finalmente sabemos que los corales absorben más nutrientes durante el día que durante la noche». Entonces podrían ser esas subfranjitas mucho más chiquitas y mucho más tenues y más difíciles de ver, podrían ser indicaciones de los días. Entonces, primera hipótesis que hace Wells, esas subfranjas son circadianas, ósea, indican periodos de alrededor de un día. Y entonces lo que hizo es que, tomó corales muy antiguos, por ejemplo, para finales del Cretácico, si el cálculo es correcto, tendría que haber alrededor de 370, ósea, cuando la extinción de los dinosaurios, si los cálculos son correctos, tendría que haber como 370 días por año. A finales del Triásico, que es un periodo dinosáurico anterior, eran 381 días. Cuando empezaron los dinosaurios hace 300 millones de años, eran unos poquitos más.

 

Y a principios del Período Cámbrico, que es mucho, mucho antes, como 500 millones de años tendría que haber habido alrededor de 400 y tantos días por año. Bueno, pues, Wells fue, tomó corales de todas estas épocas y se puso a contar los anillos. No les voy a decir que le dio 412 para el Precámbrico, pero digamos, le daba números compatibles con la idea de que si las franjas más chiquitas corresponden a días, ahí tienes fosilizado en el coral el rastro de que en el pasado había más días por año. Esas son las cosas que me gusta contar.

23:00
Dulce Jiménez. Hola, Sergio. Mi nombre es Dulce Jiménez y se me hizo muy interesante cómo desde pequeño te interesaste en la ciencia. Entonces, me gustaría saber ¿Cuáles son tus protagonistas favoritos de la ciencia y por qué? Ay, muchísimas gracias por esa pregunta porque me gusta hablar de ellos.

23:15
Sergio de Régules. Te voy a decir una respuesta que no es muy original y otra quizás sí, porque creo que tengo cuatro personajes que identifico cómo mis favoritos, quizá porque son los personajes cuyas historias conozco mejor. Nada original, Einstein. Poquito más original, pero tampoco mucho, Charles Darwin. Poquito más, Galileo Galilei. Y quizá el que sí es más original y quizá mi personaje preferido es el astrónomo alemán Johannes Kepler de principios del siglo digamos, él nació en 1571 y vivió a caballo entre el siglo 16 y 17 Pero me gusta mucho el personaje básicamente porque Kepler tuvo muy jovencito una de las ideas más hermosas de la historia de la ciencia, que lo condujeron durante toda su vida y que resultó ser totalmente falsa. Él era muy jovencito, tenía 22, 23 años. Están a tiempo, señoras y señores. Y él por razones complicadas había acabado dando clases del equivalente a secundaria, digamos, por decirlo así, en una secundaria de la ciudad de Graz, en Austria.

 

Se había tenido que desplazar para allá. Y él daba clases de astronomía, que era muy geométrica en aquellos tiempos, tenía que hacer diagramas en el pizarrón. Y parece que las clases de Kepler eran aburridísimas porque creo que tuvo cinco alumnos el primer, no sé cómo sería, semestre, año o lo que fueran aquellos tiempos. Y al siguiente año no tuvo a nadie, porque era un pésimo maestro. Se distraía, musitaba, se quedaba así. Todos hemos tenido maestros así, ¿no? Que están en el pizarrón y dice, o habla muy bajito o se pone muy popular para sus adentros o no saben ni qué está haciendo y nunca voltea a ver a la clase. Kepler era de esos.

 

Y estaba explicando cierto asunto de dónde, cuándo, en las constelaciones del zodíaco, digamos, que son por las que se mueven los planetas, ¿no? El cielo es muy grande, es una esfera, pero si ustedes se fijan en los planetas por donde se mueven, se mueven en una franja y en esa franja las constelaciones que están ahí las llamamos las del zodíaco. Y vamos a hablar mucho de ese asunto. Entonces, en las constelaciones del zodíaco, ¿dónde ocurre que Júpiter y Saturno se junten, no? Porque por supuesto, hoy que sabemos que giran alrededor del Sol, pues sabemos que a veces el corredor que va más adentro alcanza el corredor que va más afuera.

Y nosotros desde la Tierra los vemos muy juntitos en el cielo, aunque en realidad estén a distancias muy grandes. Bueno, Kepler tenía la originalidad en 1500, esto sería 1590 y pocos, tenía la originalidad de creer en la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico, que había, con mucho trabajo, había sugerido en 1543, en un libro que publicó, Axelio se murió, se evitó problemas, había sugerido fuertemente que la astronomía se podía simplificar los cálculos de los planetas y para hacer horóscopos y almanaques y predicciones que para eso los usaban, se podían simplificar, si uno en lugar de pensar que la Tierra estaba en el centro, que es lo que realmente lo que uno ve y lo que se creía desde la antigüedad hasta esa época, que la Tierra estaba en el centro y lo demás le giraba alrededor Bueno, Copérnico dijo, si ponemos el Sol en el centro y la Tierra girándola alrededor, se simplifican las cosas. Entre paréntesis, no era estrictamente cierto, pero hoy desde luego sabemos que Copérnico tenía razón.

 

Bueno, ¿qué plena era de las pocas personas que en 1590 era partidario de Copérnico? Y siendo tan joven y siendo como era, era una persona muy imaginativa, la imaginación le bullía por todos lados, sus reportes científicos parecen cuentos. Cuando está describiendo cómo está estudiando la órbita de Marte, en lugar de decir, estudié la órbita de Marte y encontré que en tal fecha está en tal posición y así, no sé qué, no, él lo describía como si fuera una batalla y Marte se le presentara y entonces él tuviera que luchar contra Marte, ese tipo de persona era. Entonces él era un copernicano, pero de hueso colorado, era así casi una religión con él.

 

Bueno, estaba dando esta clase en la que decía, bueno, acá están las constelaciones del Zodíaco en un círculo y hay conjunciones de Saturno y Júpiter aquí y luego acá y luego acá y luego acá y fue trazando líneas y se formó un patrón muy bonito de triángulos como un poquito girados y entonces en esos triángulos se veía un círculo afuera y luego adentro se formaba un círculo más pequeño y Kepler de repente tuvo la visión de que la proporción de los tamaños de los círculos era parecida a la proporción de los tamaños de las órbitas que en su teoría copernicana en la que los planetas giran alrededor del Sol.

 

Correspondían a Saturno y Júpiter y dijo, aquí hay algo y se quedó hipnotizado, ya olvidó la clase y entonces se le ocurrió lo siguiente, resulta que si uno es copernicano en esa época, entonces los planetas son seis, son los que se ven a simple vista, Mercurio, Venus, la Tierra que con Copérnico se convierte en planeta, no lo era antes, Marte, Júpiter y Saturno, los demás que conocemos no se ven a simple vista, requirieron telescopio y por lo tanto no los conocía ni Kepler ni sus contemporáneos, entonces hay seis planetas y Kepler además era una persona que buscaba orden en el universo, un orden matemático, un poquito como lo que les platiqué de que detrás de la tabla periódica había un orden y que fue una gran sensación de belleza.

 

Eso nos mueve mucho a los físicos o por lo menos a cierto tipo de físico, la idea de que detrás de las cosas complicadas hay un orden sencillo y una explicación y Kepler era de esos y él decía, bueno, el hecho de que haya seis planetas y que estén a las distancias que están del Sol, tiene que tener una explicación, no puede ser simple casualidad, paréntesis del futuro, hoy sabemos que sí lo es, pero Kepler necesitaba encontrarle una explicación y dijo: ya sé qué está pasando aquí, es más, ya sé qué hizo Dios cuando creó los planetas en ese número y en estas proporciones y se le ocurrió lo siguiente, resulta que toda persona matemática de su época, hoy menos, pero en su época, todo el mundo estaba bien familiarizado con cinco figuras geométricas muy bonitas que se llaman los sólidos pitagóricos o a veces los sólidos platónicos y es muy sencillo.

 

Uno puede hacer muchas figuras tridimensionales con facetas planas, pero sólo puede hacer cinco que tengan todas las facetas iguales, por ejemplo, cubos o pentágonos o triángulos y además que cada una de esas facetas tenga todos los lados iguales y son el cubo, el tetraedro, el octaedro, icosaedro el en fin, ya las pueden ver y son muy bonitas además y tenían desde la antigüedad, cuando ya se sabía que sólo eran cinco se puede demostrar matemáticamente que no puede haber más y tenían como un aura mística ¿por qué sólo cinco figuras?

 

Estas figuras se habían asociado por ejemplo con los cuatro elementos de los que estaba hecho todo en la Tierra, que eran agua, aire, tierra y fuego y luego el quinto elemento que era el elemento del que estaban hechas las cosas fuera de la Tierra, iba a decir en el espacio hubiera sido un error histórico. Afuera de la Tierra todas las cosas de ahí estaban hechas de un quinto elemento que se llamaba también el éter, entonces se asociaban las figuras, estas figuras tan hermosas, tan particulares con un montón de nociones místicas y Kepler era de esos y entonces dijo, no, ya sé para qué sí son los sólidos pitagóricos, porque si yo agarro y tomo un cubo y le pongo un círculo alrededor y digo esta es la órbita de Saturno, que es la más lejana y luego adentro del cubo meto otra esfera, esa esfera tiene el tamaño de la órbita de Saturno.

 

Si dentro de este cubo meto, no me acuerdo el tetraedro y hago lo mismo, ósea voy poniendo estas figuras una dentro de la otra como muñecas rusas y englobándolas con esferas circunscritas e inscritas, así, como una muñequita rusa, entonces me dan, no sólo me da exactamente seis planetas desde el Sol, sino que además decía Kepler, especulaba Kepler, los tamaños de las proporciones de las órbitas además tendrían que ser las correctas, la idea es muy poderosa y obsesionó a Kepler al grado que escribió un librito muy bonito que se llama «Mysterium Cosmographicum» que se puede traducir como secreto del universo, yo tengo una versión en español que se titula «El secreto del universo» que es una belleza y estaba tan ufano de sí mismo que lo envió a todos los astrónomos famosos de su tiempo.

 

El jovencito este que era, nada más era famoso porque sabía muchas matemáticas, pero nada más, este con todo el desfarfajo de la juventud, bien hecho por él, lo mandó a todos los astrónomos más famosos, los astrónomos lo vieron con interés, ahora hay un pequeño problema y es que casi nadie estaba convencido de Copérnico todavía no había grandes problemas con el asunto de si era una herejía o no, eso es otra historia más complicada pero de todas maneras a mucha gente no le gustaba porque no suena lógico y sí sonaba vagamente a que no era lo decente lo que todo el mundo creía la idea de Kepler depende esencialmente de que creamos en la teoría de Copérnico.

 

Ósea que lo que está en el centro es el Sol y la Tierra gira a su alrededor, en particular se lo mandó a un astrónomo muy famoso, que ya era famoso en su época, que se llamaba Tycho Brahe y Tycho Brahe era un señor muy rico y gracias a que era muy rico tenía unos instrumentos astronómicos gigantescos, en esa época los instrumentos astronómicos no eran el telescopio todavía no, faltaban unos añitos sino más bien aparatos para medir ángulos entre una estrella y el horizonte y esos son una especie de transportador, entonces tú diriges una pata a una estrella y otra pata a otra estrella y con una escala aquí circular mides el ángulo, entonces mientras más grande el instrumento científico, más preciso porque puedes hacer las subdivisiones, los grados minutos y segundos son más grandes y como Tycho era muy rico, se hacía unos instrumentos gigantescos y tenía además le habían regalado un castillo, vivía en un castillo y tenía un montón de gente de ayudantes, hoy podríamos decir que su castillo era el primer instituto de investigación en el sentido moderno, más o menos, entonces tenía un montón de ayudantes que tomaban mediciones de los planetas en distintas épocas y las registraban y así, tenía unos datos fabulosos.

 

Kepler lo sabía, Kepler decía con los datos de Tycho yo puedo comprobar, puedo poner prueba mi hipótesis, total que se las arregló para acabar yendo a trabajar con Tycho en el año 1600 y llegó muy feliz Kepler al castillo de Tycho Brahe y pensaba que lo iban a recibir como el gran, el maravilloso autor del «Mysterium Cosmographicum» pero resulta que Tycho casi casi lo recibió como un ayudante más, le dijo, a ver sí Kepler, mira a ti te va a tocar Marte, toma los datos de Marte y él decía, “oiga pero yo quería como que todos los datos”, No, Marte señor y punto, bueno para no hacerles el cuento largo, le asignaron Marte y no le dieron nada más, porque claro el problema era el siguiente Tycho no quería que Kepler demostrara una hipótesis que comprobaría el copernicanismo, pero además Tycho tenía una hipótesis rival a la de Kepler, entonces por supuesto era un Frankenstein ahí extraño que se llama el sistema ticónico.

 

Pero tenía su teoría rival, entonces por supuesto que no quería que llegara este jovencito a con sus datos corroborar su hipótesis que contradecía la de él, estrictamente no la contradecía tanto, entonces claro que no le quería dar los datos, él quería ganarse la gloria con sus llevaba 30 años tomando mediciones, nunca le dio los datos, pero poniéndolo a trabajar en la órbita de Marte sin saberlo le hizo un favor a Kepler, porque resulta que Marte hoy sabemos gracias a Kepler que las órbitas de los planetas no son círculos, son casi círculos, pero no son círculos, son círculos un poquito achatados, unas figuras que se llaman elipses y resulta que la de Marte es la más elíptica de todas si le hubieran asignado otro planeta nunca se habría dado cuenta, entonces lo que tenía que hacer Kepler es tratar de ajustar los datos de Marte a un bonito círculo.

 

El quería poner el Sol en el centro, un círculo y Marte, y resulta que Marte no se dejaba y no se dejaba y no se dejaba, los datos se le salían entonces decía bueno los apachurro por aquí o apachurro el círculo por acá entonces se le salían los datos de acá, arreglaba los de acá, se le salían los de por acá y nada más no podía, entonces un problema que él había dicho que resolvía en los primeros 8 días de su estancia en el castillo, le acabó tomando 8 años, pero entonces le sucedió lo siguiente él necesitaba círculos, necesitaba en fin Marte no se dejaba, después de 8 años de batallar Kepler de repente dijo y si no fuera un círculo entonces dice bueno a ver un óvalo chin, no da y entonces un día dice bueno a ver un elipse cuadra perfecto otra revelación.

 

Y entonces Kepler dice por eso no nos salían las cosas y esa es la primera ley de Kepler, las órbitas de los planetas no son círculos son elipses con el sol en uno de los focos bueno no les voy a contar la historia completa, me moriría de ganas con gusto, lo haría pero mejor vamos a pasar a otras cosas, empeñado en perseguir su idea tan hermosa Kepler acabó demostrando y teniendo la presencia de ánimo de renunciar a la idea más bonita que tuvo en su vida para decir como eran de verdad los movimientos de los planetas, por eso Kepler es mi personaje preferido. Muchas gracias, que amables .

37:42
Marco Hernández. Hola Sergio, buenas tardes, mi nombre es Marco Hernández la verdad es que me interesa mucho, bueno me está interesando muchísimo esta plática vi que Aprendemos Juntos retaron a tu amigo el físico Miguel Alcubirre a responder la teoría de la relatividad en cinco minutos, ¿crees que me puedas decir las tres leyes de Newton igual en cinco minutos?

38:04
Sergio de Régules. Iba a decir pobre Miguel, verdad pobre de mí, eh, puedo intentar Primero quisiera decir, todavía no corren los cinco minutos porque las tres leyes de Newton ya las mencioné a propósito de Halley ya mencioné a Kepler, entonces yo quisiera decir que Newton es muy importante, nos lo enseñan en la escuela y las padecemos pero Newton verdaderamente es muy importante porque es la primera vez, Newton inventó unas matemáticas para describir el movimiento que no existían antes y además, dedujo de las leyes de Kepler del movimiento planetario que eran simplemente empíricas, era una descripción matemática de cómo se mueven los planetas.

 

Newton décadas después de Kepler pudo extraer de ahí un orden matemático que le hubiera fascinado a Kepler y con las matemáticas que él mismo había inventado las juntó con sus tres leyes del movimiento que hoy describen absolutamente todos los movimientos de todo lo que se te pueda ocurrir, básicamente salvo cuando tienes que usar la relatividad, pero eso en la vida cotidiana nunca ocurre siguen siendo válidas y con esas leyes ponemos naves exactamente en el lugar en que queremos en Marte y con esas leyes hacemos aviones y presas y hacemos un montón de cosas, entonces yo quisiera decir que a Newton siempre nos lo enseñan de una manera muy aburrida pero en realidad es muy importante, y por eso a mí me gusta explicar las leyes de Newton no con ese enunciado horroroso que nos hacen en la secundaria sino de otra manera, entonces ahora sí, clic, corre tiempo.

 

La primera ley de Newton responde a la pregunta ¿qué hacen las cosas cuando no les hacemos nada? la respuesta natural, intuitiva, que uno diría pues nada, no, esté vaso yo no le hago nada y ahí se queda sin embargo, Galileo hizo unos experimentos en más o menos en tiempos de Kepler cuando Kepler estaba dando clases en que tomaba una rampa, hizo una rampa de madera y luego hizo unas bolas de madera muy muy muy bien pulidas entonces ponía una rampa de madera y la bola bajaba por ahí y luego la ponía a subir por otra rampa de madera y decía Galileo ¿hasta dónde va a subir la bola? pues va a subir exactamente hasta la misma altura de la que partió bueno sube un poquito menos, pero es porque hay fricción con la rampa pero si la bola fuera perfecta subiría hasta la misma altura y entonces dijo Galileo ¿qué pasa si ahora la rampa la convierto en una rampa de ángulo igual a cero?

 

Comúnmente llamada el piso, o sea no hay rampa y suelto la bola, si la bola se para hasta que llega a la misma altura ¿cuándo se para esta bola? y Galileo se respondió, nunca o sea, esta bola primero se empezó a mover pero después ya no le hiciste nada esa bola se va a seguir moviendo para siempre jamás y esa es la primera ley de Newton que también es la ley de la inercia de Galileo los objetos cuando no les haces nada se mueven en línea recta y velocidad constante la segunda ley contesta la pregunta ¿qué hacen los objetos cuando sí les hacemos algo? y la respuesta se parte en tres la primera es ¿qué quiere decir hacerle algo? bueno quiere decir empujarlo, jalarlo, atraerlo, soplarle, aplicarle una fuerza número dos, ¿cómo reacciona un objeto cuando le aplicamos una fuerza?

 

Y la respuesta es, pues o va más rápido o va más lento o cambia de dirección y los físicos a todas esas cosas tan distintas le llamamos simplemente aceleración en la vida cotidiana acelerar es ir más rápido en la física ir más rápido, ir más lento o cambiar de dirección todas esas son aceleraciones por eso yo a veces preguntaba en mis cursos ¿cuántos mandos aceleradores tiene un coche? pues tiene tres, el pedal de gas que te hace ir más rápido el freno que te hace ir más lento y el volante que te hace cambiar de dirección entonces los objetos reaccionan acelerándose y número tres, su susceptibilidad o sus ganas de dejarse acelerar están medidas por una cantidad que se llama la masa los objetos de mayor masa se resisten más, son más tercos no se quieren acelerar tanto como los más ligeros y finalmente la tercera ley de Newton dice las fuerzas siempre vienen en parejas cuando hay una fuerza hay otra fuerza siempre.

 

Ustedes me dirán bueno aquí cuál es la otra fuerza si el vaso de agua nada más ejerce la gravedad sobre ese vaso de agua debería acelerarse si nos atenemos a la segunda ley de Newton la tercera ley nos dice no porque hay una fuerza de reacción de la mesa sobre el vaso de agua el otro par de la pareja de fuerzas que se anula entonces el vaso de agua se queda ahí con velocidad constante igual a cero entonces siempre hay una pareja de fuerzas y por ejemplo si yo pongo una báscula en mi casa y me subo a la báscula ¿qué mide? me subo a la báscula y mide lo que sea espero que no demasiados kilos ¿qué está midiendo esa báscula? pues lo que está midiendo es la atracción gravitacional que ejerce la tierra sobre mí o cuánto peso yo en el campo gravitacional de la tierra.

 

¿Qué pasa si ahora volteo la báscula? ¿qué está midiendo? bueno si yo volteo la báscula y me paro sobre la báscula pues ahora la báscula está midiendo cuánto pesa la tierra en mi campo gravitacional porque yo también estoy atrayendo a la tierra las fuerzas vienen por pares si la tierra me atrae a mí yo también atraigo a la tierra entonces si volteo la báscula estoy midiendo cuánto pesa la tierra en el campo gravitacional que produzco yo y los números son iguales por supuesto tres leyes de Newton ¿alguien midió el tiempo? No sé si.

43:49
Mía Renata. Hola Sergio, soy Mía Renata, me parece realmente impresionante lo que nos estás contando, usted tiene un libro dedicado a los impactos de los meteoritos sobre la tierra, ¿qué importancia tiene estudiar esta ciencia y cuál es la historia que más le impacta?

44:06
Sergio de Régules. Ah, qué bonita pregunta Mía, sí, tengo un libro que se titula “Cielo Sangriento”, que habla de impactos de meteoritos y la respuesta simple a la primera parte de tu pregunta es que es muy importante estudiarlos porque por un lado, hoy sabemos que la gran extinción a finales del periodo Cretácico, cuando los años duraban 371 días, Se debió a los efectos de un impacto de un meteorito en la tierra.

 

También es importante estudiarlos porque resulta que si uno mira los cuerpos como la Luna o Mercurio o Marte lunas de otros planetas, vemos que están todas llenas de cráteres y esos cráteres son cráteres de impacto y sí entendemos cómo operan los impactos, dos rocas, la del planeta y la del objeto que lo impacta, cómo reaccionan los materiales, entonces podemos deducir un montón de cosas sobre la superficie de un planeta solamente estudiando el patrón de cráteres, pero yo te diría que la historia más impresionante de ese libro para mí tiene que ver con el asunto de cómo sabemos que hubo ese impacto.

 

Hoy por supuesto todo el mundo dice que los dinosaurios se extinguieron porque hubo un impacto que pegó en Yucatán. Ahora, todo eso hace 40 años no lo sabíamos. ¿Cómo es que lo sabemos? Y de eso se trata buena parte del libro. Entonces me gustaría platicarles una parte de esa historia que a mí me parece también de una belleza extraordinaria y ni siquiera es la del impacto. Tiene que ver con el personaje que dedujo la hipótesis del impacto.

 

Resulta que a finales de los durante los años 60 los geólogos habían estado muy activos porque todo el mundo puede observar que los contornos de los continentes parece como que fueran un rompecabezas y uno siempre los quiere juntar. Bueno, ya existía la idea de que quizá los continentes se habían movido, la había propuesto incluso un meteorólogo alemán que se llamaba Alfred Wegener en los años 30, no solo por el contorno de los continentes, sino porque de un lado en Brasil hay unos fósiles antiguos y en África hay los mismitos fósiles y son especies que no podían haber cruzado un océano, entonces eso tenía que haber estado junto. Pero nadie le había creído porque no existía nadie se había pensado en un mecanismo para que se movieran los continentes. Entonces eso estaba ahí guardado. Pero en los años 60, los geofísicos empezaron a pasear instrumentos de medición por el fondo del mar y encontraron un montón de cosas muy interesantes. La primera que encontraron es que en medio de todos los océanos hay cordilleras, hay montañas y por esas montañas está saliendo magma candente por todas y esas cordilleras rodean todo el planeta Tierra. Y por ahí está saliendo magma.

 

Luego arrastraron aparatos para medir la magnetización, la cualidad de imán de las rocas digamos, y se dieron cuenta de que las rocas del lecho marino están magnetizadas y dijeron bueno, la explicación es muy sencilla, esas rocas son basalto, son rocas que alguna vez estuvieron fundidas en el interior de la Tierra, cuando surgieron, digamos tienen flotando partículitas de metal y cristalitos y cosas así, cuando está la roca en estado líquido, estas partículitas de metal se alinean con el campo magnético y al solidificarse la roca pues queda la roca magnetizada. ¿No? Esa era la explicación.

 

Sin embargo, también observaron otra cosa muy peculiar y es que alrededor de las cordilleras marinas si uno hacía esta misma medición de la magnetización de las rocas no sólo que las rocas estaban magnetizadas, sino que había regiones de roca donde las rocas tenían la magnetización al revés, ósea, ustedes saben que un imán tiene polo norte y sur como la Tierra, el campo magnético de la Tierra tiene polo norte y polo sur, pues resulta que había regiones donde esta polaridad en las rocas estaba invertida y eso ensanguichando una cordillera en el centro del mar.

 

Pero luego ensanguichando ese sándwich, había otra región de roca la polarización otra vez normal y luego otro sándwich con la polarización invertida, entonces dijeron, ¿qué rayos está pasando aquí? Y así es como se descubrió las inversiones del campo magnético terrestre, dijeron, bueno, claramente el campo magnético de la Tierra se ha invertido y aquí está en este lecho marino un registro del pasado del campo magnético.

 

Pequeño problema, no sabemos a qué tiempo corresponden estas franjas, ya sabemos que se invierte el campo magnético y que, bueno, a un joven geofísico que se llamaba Walter Álvarez, a principios de los años 70, usó las ideas que derivaron de todas estas observaciones, que es la famosa teoría de la tectónica de placas, que esa sí explica por qué se mueven los continentes, que los océanos se están expandiendo por estas cordilleras por las que sale magma candente y ese magma va empujando el magma que ya había ahí entonces el lecho oceánico se va expandiendo y los continentes se van separando o juntando por otro lado. Y eso, por cierto, explicaría las franjas de magnetización, porque sale una franja, se magnetiza con el campo que hay, la empujan, sale una nueva franja, se magnetiza con el campo invertido, etcétera, etcétera. Entonces eso se explicaba muy bien con la tectónica de placas.

 

Y Walter Álvarez y todos los geofísicos estaban como niños con juguete nuevo y querían usarla para todo. Walter Álvarez tenía particular apego por los montes apeninos en el centro de Italia porque había trabajado mucho por ahí y quería explicar cómo se formaron ese pliegue de la tierra, cómo se formaron ese pliegue de la tierra, que son esas montañas que recorren toda la península italiana. Y dijo, pues tengo una idea, voy a ir a un lugar que conocen todos los paleontólogos que está ahí en los Apeninos, que se llama la Cañada del Bottaccione. Y ese es un lugar que alguna vez estuvo en el fondo del mar, pero hoy está afuera en los Apeninos a 600 metros de altitud. Y resulta que por todos lados se ven estos estratos, ¿han visto ustedes estratos en las carreteras? Los estratos de roca, las piedras, así como pastel mil hojas. Bueno, esos se forman, son rocas sedimentarias que se forman cuando estás en el fondo del mar. Al fondo del mar está cayendo todo el tiempo material, desde restos de pescados, las necesidades de los pescados, de los peces, el polvo, todo se va cayendo al fondo y se va compactando, compactando, compactando y haciendo en rocas que luego cuando se levantan forman esos estratos.

 

Y había este lugar con 100 millones de años de sedimentación distribuidas por toda la cañada. Es un lugar muy bonito, si ustedes van, hay estratos por todos lados hay pasteles mil hojas saltando por todas partes. Y Walter Álvarez dijo, voy a ir ahí y lo que voy a hacer es tomar distintas rocas, unas más modernas y otras más antiguas, y verles la magnetización y lo que yo tendría que ver si los Apeninos se formaron porque la península italiana rotó y eso aplastó la corteza terrestre, que es lo que él quería probar. ¿Ven cómo está Italia, así como a punto de darle una patada a Sicilia?

 

Bueno, Walter Álvarez quería demostrar que la península italiana había rotado por el movimiento de los continentes y eso había plegado el terreno y había levantado los Apeninos desde el fondo del mar. Y para eso se fue a la cañada, sacó muestras de roca de distintas antigüedades y dijo, ya sé, voy a medirles la magnetización y ¿qué tendría yo que ver si se magnetizaron pero se fueron moviendo a lo largo del tiempo? Pues yo tendría que ver orientaciones magnéticas que van variando progresivamente, conforme más antiguas son las rocas. Conforme la península, se van formando en una península un poco orientada un poco distinta, respecto al campo magnético.

 

La idea es preciosa, bueno, fue a tomar sus muestras, llegó a su laboratorio, no observó nada, no le servían para nada, no pudo medir nada de eso. Pero sí observó que sus rocas, no del fondo marino, sino de estas rocas sedimentarias en los Apeninos, también tenían regiones de magnetización invertida

 

Y dijo, pues aquí está otro registro de las inversiones del campo magnético de la Tierra, nada más que está en roca sedimentaria. Con una ventaja, que en los años 60 una paleontóloga italiana que se llama Isabella Premoli Silva, se había paseado por esa cañada que tanto les gustaba a los paleontólogos porque tiene todos estos estratos y había dicho, yo sé cómo ponerles año a todos estos estratos Nadie había podido hacerlo, todos sabían esta piedra es de antes está de después, pero nadie sabía de cuándo. Y ella dijo, ah, pero yo sí, porque resulta que yo soy experta dijo Isabella Premoli, en unos bichitos que andan flotando en los mares todo el tiempo y que cuando se mueren caen al fondo y que se compactan en la roca sedimentaria y por lo tanto toda roca sedimentaria marina está llena de restos de estos bichitos.

 

Y son de especies muy variadas, tamaños muy variados, todos muy chiquitos, si acaso de un milímetro o dos el más grande. Y así. Isabella Premoli se los sabía al derecho y al revés los de todas las épocas. Y entonces hizo un trabajo maravilloso, fue a la cañada del Botaccione, sacó muestras de todas las rocas y dijo, oh, Cretácico, Jurásico, fue indexando, digamos, poniéndole la fecha a partir de los bichitos estos, los foraminíferos que se llaman, fecha al Bottaccione

 

 

Y entonces Walter Alvarez dijo, ya sé, ahora voy a ir con mi equipo y lo que vamos a hacer es tomar rocas de distintos lados, ver las inversiones magnéticas, ver los bichitos de Isabella Premoli, con esos bichitos sabemos cuándo fue esto y con eso sabemos cuánto duró y cómo viene la sucesión de inversiones magnéticas y cuánto duraron.

 

Entonces, fíjense la maravilla. Bueno, es muy chistoso porque cuando llegó con su equipo al Bottaccione a hacer eso, se encontró con otro equipo de otro lado que venía a hacer exactamente lo mismo, se les había ocurrido exactamente la misma idea. Y en ese otro equipo venía Isabella Premoli Silva, ni más ni menos, la experta en foraminíferos que le había puesto las fechas. Entonces, cuando se encuentran dos tribus rivales de científicos pueden ocurrir dos cosas, o que se maten y se coman unos a otros, o que decidan cooperar, decidieron cooperar.

 

Y entonces publicaron a lo largo de 1977 una serie de trabajos hermosos donde mapean todos los estratos del Bottaccione y le pintan sobre fotos de los estratos, pintan, aquí está la inversión, las inversiones tienen nombres, se llaman uno al derecho, uno al revés, dos al derecho, dos al revés, y así así el pasado, muy originales. Entonces, van marcando en las fotos del Bottaccione a qué corresponde cada tramo de rocas. Esta es la inversión 29 derecha, esta es la 29 al derecho, 29 al revés, etcétera, etcétera. Pero como tienen además los bichitos, ahora ya saben cuánto duró cada una de las inversiones magnéticas.

 

Y además, como eso también está registrado en el lecho oceánico por franjas de cierto tamaño, con la duración de cada y el tamaño de las franjas oceánicas, ya saben a qué velocidad se mueven los continentes. Entonces, fíjense qué idea tan hermosa, que también viene de un fallo inicial, ¿se fijan?, de una primera idea que no funcionó. Y es una serie de artículos verdaderamente hermosos, que nos hicieron el 1, 2, 3 científico, ¿no? Y ya sabemos cuánto duran las inversiones, ya sabemos a qué velocidad se mueven los continentes.

 

Ese es parte del trabajo, cómo dedujo Walter Álvarez con otro equipo de personas que hubo un impacto, y eso está en el libro. Pero les quiero contar otra cosa que me parece muy interesante y que también responde a la pregunta de por qué es importante estudiar estas cosas. Y es que, muy bien, gracias al trabajo de ese otro equipo de Walter Álvarez un poco posterior, en el que dedujeron que la única explicación de ciertas observaciones en la misma cañada era que hubo en algún momento un impacto de una roca que levantó tal cantidad de material, tanto de la misma roca como de la superficie de la Tierra, que cubrió la atmósfera y que además, lanzó un montón de rocas al espacio que al reingresar incendiaron la atmósfera. Bueno, sería la extinción de fines del Cretácico, que por cierto no sólo se llevó a los dinosaurios, sino a 75% de todas las especies que existían.

 

Y una reflexión que puede uno hacer después de esto es, los dinosaurios no se extinguieron porque fueran, ni que estuvieran mal hechos, ni mal diseñados, ni eran tontos, ni eran lentos. Había muchas especies, digamos, la familia de organismos más exitosa de todo el planeta Tierra. Bueno, quizá había bacterias que eran más exitosas porque tenían más individuos. Pero los dinosaurios, que son muchas especies, eran una familia exitosísima, por lo tanto, no tenían un gran diseño para un bicho en el planeta Tierra. A veces nos decían «ah, y se extinguieron porque estaban anticuados, y hoy todavía usamos dinosaurio para decir algo que es anticuado. Pero falso, eran unos diseños fabulosos, se extinguieron porque la naturaleza les hizo trampa. Cambiaron las reglas. Cuando impactó este objeto y cambió las condiciones en la tierra pues tanto los dinosaurios como un montón de otras especies ya no pudieron vivir, no porque estuvieran mal, cambiaron las reglas y ya no pudieron existir.

 

Pero al mismo tiempo que estaban los dinosaurios, había otra familia de bichitos que habían surgido por la época que eran unos bichitos así peludos, chiquitos, parecidos a ratas No había muchas especies, y hoy les llamamos los mamíferos, ¿verdad? Mientras había dinosaurios, los mamíferos no podían expandirse y ocupar nichos ecológicos, digamos. Los dinosaurios ya estaban, «¿quién se come la carne? Yo. ¿Quién se come esta planta? Yo». Estaban repartidas las formas de vivir. Entonces los mamíferos no tenían mucho para dónde moverse.

 

Llevaban millones de años siendo unos bichos peludos parecidos a ratas, y no más. Bueno, con la desaparición de los dinosaurios, se abrieron todos esos nichos ecológicos, y con el tiempo posterior fueron los mamíferos los que los fueron ocupando. En el Pleistoceno, que vino después, había ya grandes mamíferos, mamuts, tigres, dientes de sable, y un montón de cosas Mucho tiempo después, millones de años después, los mamíferos ocuparon todos los nichos ecológicos. Y un mamífero particularmente caro a nuestro corazón es el mamífero llamado ser humano, lo cual nos dice que si no se hubieran extinguido los dinosaurios, nosotros simplemente no estaríamos aquí. Ósea, si no hubiera sido por el hecho fortuito de un impacto de una roca que se le salió al paso a la Tierra y la impactó, un hecho fortuito debido exclusivamente a la casualidad, no estaríamos en este momento aquí. Es como para no dormir en la noche.

58:49
Axel . Sergio, ¿qué tal? Soy Axel. Sabemos que eres un amante de los mapas, y que además tienes todo un trabajo dedicado a ellos. Me llama mucho la atención porque hoy gracias a la tecnología ya podemos tener básicamente cualquier mapa en nuestros teléfonos. Entonces, me gustaría saber si nos podrías contar alguna anécdota o qué es lo que es trabajar en un mapa, y si tienes algún mapa que sea tu favorito.

59:14
Sergio de Régules. Gracias, Axel. Yo te podría contar de un mapa. Cuando decimos mapas no quiere decir un pliego con los, cuando decimos mapas no quiere decir un pliego con los países o los continentes pintados, sino una manera de convertir la esfera, de traducir la esfera terrestre a un plano. Eso es lo que quiere decir cuando uno dice un mapa, o sea, es una proyección cartográfica. Yo te podría decir que hay una proyección cartográfica que es al mismo tiempo mi preferida y la que más odio.

 

Y esa es la proyección cartográfica de Gerard Mercator, que era un matemático del siglo XV. Y te voy a decir por qué es mi preferida y la que más odio. Resulta que en aquellos tiempos, si uno quería navegar en un barco, si uno quería sobre todo cruzar grandes distancias, cruzar un océano, había un problema y es que no es tan fácil. Si tú dices, bueno, quiero ir de Acapulco a las Filipinas Entonces, pues muy fácil, agarro un mapa y pongo una regla y veo para dónde tengo que ir. Pero en el siglo XV, pues no había ni GPS ni nada de eso. Entonces, era muy difícil saber por dónde tenías que llevar tu barco para llegar a dónde querías ir. Ahora, todo el mundo sabía que la Tierra es redonda Hoy a veces nos dicen, la Tierra es plana y es una gran controversia. No, no es cierto.

 

Esto lo sabíamos hace 2,500 años. Lo sabía todo el mundo, sobre todo los marinos, que se la pasan palpando la esfera en sus navegaciones, pues vaya que sí sabían que la Tierra era una esfera. Pero había un problema. Tú en un barco del siglo XV, lo que tienes como instrumentos de navegación es una brújula que te da más o menos la dirección respecto al norte y luego un aparatito como los que después tenía Tyco Brahe para medir alturas de estrellas y del sol y de cosas así, que te puede decir tu latitud, o sea, en qué parte en la dirección norte-sur te encuentras, y también te puede ayudar a calcular la hora y cosas así Y luego unas ampolletas, que son unos relojes de arena, que se usaban para medir la velocidad del barco.

 

Y entonces, a cierta hora del día, lo que hacían los marinos es que soltaban una cuerda con nudos hechos a intervalos regulares y decían, en el tiempo que dura una ampolleta, que eran como de dos minutos o medio minuto, en el tiempo de una ampolleta, cuántos nudos pasaron, y por eso la velocidad de los barcos se mide en nudos. Pasaron tantos nudos. Entonces, esos eran tus instrumentos. No podías saber dónde estabas, porque hoy sabemos que para ubicarte en la superficie de la Tierra. No te basta con una coordenada, la de latitud, también necesitas saber dónde estás en la dirección este-oeste, y eso se llama la longitud geográfica. Bueno, esa no hay forma de saberla en un barco.

 

Entonces, uno decía, bueno, si quiero ir del punto A al punto B, hay un camino que va a ser el más corto para llegar, considerando que la Tierra es curva. Pero el problema con ese camino es que yo no lo puedo calcular ni seguir con una brújula, porque es un camino que va cambiando. Si han visto por dónde se va un avión, por ejemplo, de aquí a un lugar lejano, Europa, por ejemplo, van a ver que el camino por el que se va va cambiando de dirección Primero va hacia el norte y acabas llegando hacia el sur.

 

Entonces, si te has fijado en eso, entonces ese es el camino más corto, pero tú no lo puedes seguir en un barco en el siglo XV, porque no puedes saber por dónde ir. Se sabía perfectamente que el camino más corto iba a ser ese tipo de curva, pero no había forma de calcularla ni de seguirla en tu barco. Entonces, lo que tenías que hacer es, lo que sí puedo hacer es seguir un rumbo constante, ir siempre a 45 grados al noroeste, Eso sí lo puedo hacer en ese barco. Entonces, lo que se hacía es seguir rutas que, manteniendo siempre ese rumbo constante, te llevaban al lugar Ahora, cuando pensamos en un mapa y pensamos en un plano, decimos, pues, ¿qué no es lo mismo? El camino más corto es una recta, ¿no?

 

Entonces, esa es la recta. Si yo pinto en un mapa, es la recta que me lleva de A a B, ¿no? Bueno, el problema es que se nos olvida que ese mapa es una traducción, con todas las pérdidas que tiene una traducción, de lo que es esférico en realidad. Entonces, nunca te puedes fiar de un mapa, a menos que sepas cómo se hizo. Entonces, bueno, no era tan fácil. Y lo que inventó Mercator, con su proyección famosísima, es una manera de hacer que esas líneas de rumbo constante se convirtieran exactamente en el mapa en rectas. Entonces, es complicado, porque si ustedes se imaginan, en la esfera de la Tierra, moverse siempre en la misma dirección de la brújula, 45 grados respecto al norte, entonces el problema es el siguiente, conforme vayan ustedes cortando meridianos, los gajos de la naranja terrestre, conforme van cortando meridianos, siempre los tienen que cortar a 45 grados. El problema es que los meridianos, conforme se acercan al se unen en el polo, se van juntando, ¿no?

 

Entonces, finalmente, si uno trata de seguir una curva de rumbo constante, lo que va a hacer es una curva que se va enroscando en los conforme te acercas al polo, la curva se va enroscando alrededor del polo norte, por ejemplo, sin nunca llegar. Esto es un poco difícil transmitirlo aquí platicado, pero básicamente lo que necesitaba Mercator es una proyección, una manera de traducir la esfera al plano, que convirtiera esas curvas que eran fáciles de navegar, porque tenías el instrumento, en rectas. Y eso es lo que hizo. Entonces, su mapa es un gran avance tecnológico del siglo 15 era como el GPS hoy en día, digamos, era el equivalente. Y al principio los marinos no confiaban en él, porque finalmente Mercator no era marino, era un matemático. Si este señor ni siquiera se subió a un barco en su vida, ¿qué va a saber, no?

 

Pero bueno, poco a poco fue ganando, conforme vieron la utilidad del mapa, que decías, muy fácil, ahora sé por dónde me tengo que ir de Acapulco a las Filipinas, porque pongo el mapa de Mercator y la trayectoria que tengo que seguir es una recta en el mapa Y es una recta de cierta inclinación, y yo solo tengo que seguir esa inclinación con mi brujulita Sé que no es el camino más corto, pero sí es el más es el único práctico en el siglo 15, entonces por ahí me voy Poco a poco fueron ganando confianza en el mapa de Mercator, y el mapa de Mercator se usó para grandes expediciones comerciales, para grandes expediciones militares. Entonces, para bien y para mal, se propagó por todo el mundo con gran prestigio, porque era el mapa que había abierto el mundo.

 

Para la navegación, para bien y para mal, ¿no? Para el comercio y la transmisión de cultura, pero también para las invasiones. Entonces, es un mapa que adquirió un gran prestigio. Yo no sé si ustedes se acuerdan o les tocó en su escuela, pero en la mía, cuando había un mapa en el salón de clases, era una proyección de Mercator. Ahora, y ahí hay un grave problema, porque la proyección de Mercator, para hacer lo que hace, necesita inflar las tierras que están más al norte y más al sur necesita aumentarlas de tamaño a proporciones bestiales y en los polos al infinito. Solo así puede lograr convertir en rectas estas trayectorias.

 

Entonces, fíjense, un mapa siempre es una mentira, pero una mentira que se deliberada para decir mejor la verdad en cierto aspecto. El problema del mapa de Mercator es que si lo usas para enseñar geografía, pues es pésimo, porque entonces tú ves que Groenlandia es una cosa gigantesca y yo viví, parte de mi adolescencia o quizá toda, pensando que Groenlandia era gigantesca más grande que toda América y que la Antártida era una tierra más anchurosa que todas las tierras del Orbe, todas juntas, hasta que luego caí en cuenta de que la tierra es redonda y que si uno va al globo terráqueo y compara, pues se da cuenta que no, que Groenlandia es una islota, pero no es del tamaño de América.

 

Entonces, por eso es mi mapa, es el mapa que más quiero porque tiene una historia fabulosa. La idea de un matemático que dijo, ¿cómo ayuda a los marinos? Y se le ocurrió esta idea, para simplificarles la vida, y cómo este mapa luego se convirtió en la némesis de todo profesor de geografía, que odian y desde hace 100 años tienen la cruzada por eliminar el mapa de Mercator en las clases de geografía, porque es pésimo, te da una idea muy mala de los tamaños de las cosas.

 

Entonces, por eso es mi mapa más amado y más odiado. Pero ahora que mencionaste el asunto de los teléfonos y de todo lo que tenemos aquí, empezó con Google Earth y Google Maps y todos los demás que hay, porque hay muchos otros sistemas, no solo ese, ¿adivinen qué? Que eso lo cuento en mi libro sobre mapas. Resulta que para poder hacer esas cosas tan bonitas que hace un mapa en el teléfono, yo le pico y le hago así con el dedo y entonces aumenta de tamaño bueno, eso fue un problema tecnológico tremendo, porque cada vez que tú aumentas con el dedo, pues la computadora tiene que calcular otra forma de mapear. Y resulta que la única forma de hacerlo fácil, para que la computadora lo pueda hacer más rápido y gaste menos energía, contamine menos y arruine menos el planeta, ¿saben qué proyección es? La de Mercator.

 

Ósea, Google Maps y todos esos son otra vez la proyección de Mercator que ha vuelto por sus fueros sin que nadie se lo esperara.

01:08
Ana Gabriela. Mi nombre es Ana Gabriela. Tengo una fundación. Nos dedicamos a la parte artística. Y creo que uno de los problemas a los que más nos enfrentamos es aligar el conocimiento científico con ellos. ¿Cómo explicarles sobre física, sobre química, sobre biología, y más actualmente con toda esta charlatanería y toda esta pseudociencia que están compitiendo actualmente con lo que es realmente la divulgación científica? ¿Tú cómo ves esto y por qué crees que esté ocurriendo?

01:09
Sergio de Régules. El asunto de la charlatanería es muy peculiar. Les mencioné hace rato que me dicen que hay gente que cree que la Tierra es plana. Yo, francamente, no conozco a nadie. No sé si ustedes. ¿Alguien tiene el tío terraplanista o el primo? Yo tampoco, pero a veces lo pregunto en las charlas que doy sí, mi tía o mi primo o mi no sé qué. Entonces, parece que sí existen. A mí todavía me sorprende porque creo que lo que tienes que no saber para que la cantidad de cosas que tienes que no saber para creer que la Tierra es plana es mucho más difícil que sí saberlas. Pero la charlatanería existe, está ahí.

 

Tiene gran auge, pues, básicamente porque se han multiplicado y se han facilitado las formas de transmisión de todo tipo información Y yo siento que el gusto por la charlatanería yo creo que viene de que finalmente en nuestra vida cotidiana confiamos mucho en nuestro sentido común. Y el sentido común es toda esa serie de reacciones y de instintos con los que nos ha dotado la evolución, que ha dotado la evolución a nuestro cerebro para resolver y entender el mundo cotidiano, en que nos han funcionado en la historia evolutiva de nuestra especie para ayudarnos a sobrevivir.

 

Y seguimos teniendo mucha confianza en nuestro sentido común Por ejemplo, el sentido común es que la Tierra está inmóvil y que todo lo demás gira a su alrededor. Eso es totalmente de sentido común. Sin embargo, el sentido común ha resultado ser una pésima guía cuando quieres explorar un poco más y rascarle un poco más al universo. Empezando por la redondez de la Tierra, que es una cosa que la sabemos hace 2,500 años por lo menos, pero no deja de ser contraria al sentido común y difícil de aprender como es a muchos otros resultados de la ciencia. Yo creo que también son resultan ser anti intuitivos y cuesta trabajo desprenderse de la confianza que le tenemos a nuestro sentido común. Yo creo que se debe básicamente a eso.

 

Aprender a desconfiar de tus sentidos es difícil, No siempre es bueno desconfiar de tus sentidos, ni siquiera del común. Entonces, yo creo que viene de ahí, en que tenemos un cerebro que sentimos que nos sirve muy bien para vivir. ¿Por qué rayos si el cerebro nos dice, «oye, si hay fantasmas o la Tierra es plana o aquí espantan» o cosas de esas, ¿por qué no le vamos a creer si es un cerebro que nos ha funcionado muy bien? Entonces, yo creo que es la dificultad de desprenderse de la idea de lo que te dicen tus sentidos y te dice tu cerebro tiene que ser verdad.

 

Y eso se tiene que aprender, se tiene que enseñar y yo creo que no es fácil ninguna de las dos, ni aprenderlo ni enseñarlo. Recuerdo que hace cinco años estuve en un congreso muy bonito en Sicilia, en Italia, La que está a punto de recibir la patada de la península, y ahí estábamos discutiendo sobre qué quería decir y había una chica italiana que trabajaba en Francia que se dedica a enseñar pensamiento crítico en Francia. Y yo después de su ponencia le pregunté, pensando en ciertas personas que conozco, le pregunté, «oye, ¿crees que haya gente a la que no le puedas enseñar el pensamiento crítico, que sea simplemente impermeable a toda idea de pensamiento crítico?»

 

Y me dijo una cosa muy interesante, «si es algo que ya te definiste en torno a esa creencia que no calza bien con la realidad, entonces ya no hay nada que decir», me dijo esta chica, se llama Elena Pasquinelli. Y yo creo que tiene mucha razón, entonces el pensamiento crítico se tiene que enseñar desde que los niños son muy pequeños.

 

Pero yo creo que sí podemos sugerir ciertas cosas, que a veces son características de la gente que sin necesariamente ser científico, sí tiene un pensamiento más escéptico. Y la primera es esa, a veces lo que te dice tu intuición y tus sentidos puede no ser cierto. Y yo creo que en la vida todos tenemos experiencias en que pensamos algo con gran firmeza y luego nos dimos cuenta que las cosas eran totalmente de otra manera.

 

Entonces creo que, por ejemplo, una habilidad muy importante que debe tener una persona que se dedique a la ciencia es ser capaz de desprenderse tanto de sus intuiciones y de lo que le dicen sus sentidos, como de sus ideas más caras, como Kepler, Kepler con su «Mysterium Cosmograficum», que era su idea más bonita y lo guió toda su vida, en el momento adecuado supo renunciar.

 

Entonces quizá parte del entrenamiento sería, a veces tengo que renunciar a las cosas que yo creía con más firmeza y sería yo capaz de renunciar ante la necesidad o la oportunidad a cosas que me definen como persona y como ser humano. Bueno, la respuesta de alguien que se dedica a la ciencia debería ser, pues por lo menos en ciertas circunstancias, sí, sí debería poder. Entonces, yo no sé si habrá ejercicios como ejercicios de humildad, de decir, poner a la gente a discutir quizá, cuando discutes con gente y sobre todo cuando discutes con gente inteligente que se resiste a tu punto de vista, si tú logras mantener durante la discusión el respeto a esa persona. porque a veces discutimos y queremos ganar y lo que diga otra persona nos va a parecer una tontería, dígalo, que diga.

 

Entonces quizá un buen ejercicio es discutir de manera intelectualmente honesta. Entonces la disposición a cambiar de opinión y de escuchar al otro, aunque diga las cosas, cosas que nos horroricen, nos escandalicen. Un grupo de científicos antes de publicar algo, justamente lo que hacen es tomar esas ideas y someterlas a las pruebas más ácidas y más espantosas, darles todas las patadas posibles a ver si se caen, a diferencia de lo que hacemos normalmente en el resto de la vida, que generalmente discutimos para ganar y yo soy culpable tanto como cualquier otra persona no se crean que soy científico 24 horas al día.

 

A veces sí me discuten algo y yo me pongo terco, pero justamente lo que tiene que hacer alguien antes de publicar una idea científica, es encontrar todas las críticas posibles y cuando las hacen, aceptarlas. Y en un congreso científico eso pasa, ¿no? Tú presentas tus ideas y los que están en el público pueden ser tus más queridos amigos con los que después te vas a ir de juerga o lo que sea y esas personas te van a tratar de destrozar tus ideas. Bueno, a veces también otras cosas, que los científicos son humanos como el que más. Bueno, pero básicamente la idea es que esas mismas personas que durante la sesión en el congreso están destripando ideas son tus amigos y no es nada personal, ¿no? A mí ya me ha tocado discutir ideas, no científicas, pero sí académicas en mi gremio, en la divulgación de la ciencia y estar discutiendo acaloradamente con un colega que tiene ideas muy distintas a las mías y la gente se asusta porque piensan que nos estamos peleando.

 

Y cuando se asustan le decimos, no, no, no, no se preocupen, en realidad nos llevamos bien. Hasta les cuento, el otro día él me regaló un libro, ¿no? Después de que hemos discutido de dar manotazos en la mesa, después nos regalamos libros. Entonces, esa forma de discutir, además, cuando logra uno discutir de esa manera, y creo que la sensación de que te hagan cambiar de opinión que a veces pasa, es muy bonita. Ósea, en el fondo cuando uno dice, me hizo cambiar de opinión, porque me demostró con buenos argumentos yo estaba equivocado, pero además, Yo tuve la presencia de ánimo y la honestidad intelectual de aceptar que estaba equivocado.

 

Eso cuando uno lo logra, y yo no estoy diciendo que yo lo logre mucho, pero cuando lo logro, también siento muy bonito, siento una gran sensación de realización. Entonces, quizá buscar esas sensaciones de realización porque supiste cambiar de opinión o porque supiste argumentar lógicamente sin enojarte, puedan ser buenas para propiciar el pensamiento crítico.

01:17
Rosalinda Olvera. Hola, Sergio, soy Rosalinda Olvera. Justamente a lo largo de esta charla nos has contado que te encantan las historias y la lectura y todo esto. Entonces, algo que realmente me gustaría saber es que, en tu libro de Las Orejas de Saturno, seguramente tuviste muchas historias que leer o que investigar y así. Entonces, realmente me gustaría saber ¿cuál te asombró más?

01:18
Sergio de Régules. Ay, gracias, qué bonita pregunta. Te podría contar, por ejemplo, la historia que le da título al libro. Se llama Las Orejas de Saturno y además tiene que ver con uno de mis personajes preferidos que es Galileo. Galileo que vivía en tiempos de Kepler, de hecho eran frenemies, Galileo y Kepler. Galileo fue el primero al que se le ocurrió usar un instrumento, que se vendía en las ferias en Holanda, que era un tubito con lentes que acercaba las cosas cuando uno mirabas.

 

No lo inventó él, pero yo hablar de este instrumento, se construyó uno y fue el primero que se le ocurrió o el primero que registró y que publicó la idea de usarlo para observar el cielo. Y esto lo hizo en 1609. Había oído hablar del objeto, del instrumento, a lo largo de 1609 Se puso a pensar y dijo, cómo debe de funcionar una cosa que con lentes, una combinación de lentes que acabe agrandando los objetos lejanos. Y la idea de hoy se construyó varios. Y entonces se le ocurrió mirar al cielo y empezó, a principios de 1610, empezó a hacer una serie de observaciones tremebundas.

 

Una de ellas fue, por ejemplo, que una mancha que se ve, si ustedes van a una playa muy oscura y muy hermosa, en cierto momento de la noche a lo mejor ven en el cielo una franja de luz muy tenue que recorre toda la bóveda celeste que se llama la Vía Láctea. Básicamente hoy sabemos que es el plano de nuestra galaxia visto desde adentro de la galaxia, pero se conoce desde la antigüedad esta especie de concentración de luz en el cielo muy tenue que lo recorre todo, se llama la Vía Láctea porque había una leyenda griega que decía que era la leche de la diosa, era derramada por el cielo y por eso camino de leche. Por cierto, la palabra galaxia quiere decir lo mismo, Vía Láctea es latín, galaxia quiere decir exactamente lo mismo, pero en griego, fíjate.

 

Bueno, entonces uno ve la Vía Láctea y nadie sabía que era. Y Galileo la miró con el telescopio y se dio cuenta que estaba hecha de montones de puntitos de luz y dijo, ah, pues claro, son simplemente estrellas que no habíamos detectado, que son quizá muy lejanas, muy tenues, muy pequeñitas y no las habíamos visto, pero la Vía Láctea es un gran conglomerado simplemente de estrellas como las que vemos después individualmente por el cielo y que forman las constelaciones.

 

Y luego se le ocurrió mirar al planeta Júpiter. Y en el planeta Júpiter se asomó pues vio un disquito muy chiquitito su telescopio no era maravilloso tampoco, y al lado vio cuatro estrellitas muy cercanas a Júpiter que nadie había visto jamás. Y dijo, ay, qué casualidad, deben ser estrellas que están que son del fondo de las estrellas, que están mucho más lejos y Júpiter va pasando por ahí y hay tres estrellitas que casualmente están alineadas. Sin embargo, a la noche siguiente y a la siguiente y a la siguiente siguió observando Júpiter. Júpiter tendría que irse moviendo un poquito respecto a las constelaciones, claro, su movimiento orbital y nuestro movimiento también respecto al sol, bla, bla. Entonces tendría que irse moviendo.

 

Sin embargo, Galileo observó noche tras noche que las mismas estrellitas iban acompañando a Júpiter y además iban en distintas configuraciones hasta que después de varios días cayó en la cuenta de que esas eran cosas que estaban girando alrededor de Júpiter y se llevó la impresión de su vida porque, ahí estaba un argumento más para apoyar la hipótesis de Copérnico decía, aquí hay cuatro objetos que nadie conocía y que yo estoy descubriendo, dice Galileo, que están girando no alrededor de la Tierra ni del sol, sino alrededor de Júpiter.

 

Entonces sí se vale girar alrededor de alguien más que no sea la Tierra. Un argumento más para rebatir a la idea de que la Tierra estaba en el centro del universo. Pero, en fin, descubre los satélites de Júpiter y está muy contento y dice, no, pues voy a hacer más observaciones. Y hace un montón de observaciones y un día se le ocurre mirar a Saturno. Y en Saturno su telescopio le muestra, pues no le muestra una bolita con lunitas alrededor, sino que le muestra una mancha oblonga así extraña.

 

Y entonces Galileo lo observa así durante varios días y han visto cuando uno no ve las cosas bien, ya sea porque están muy lejos o porque uno no ve bien y no se ha puesto sus lentes o porque se acaba de despertar en la mañana y resulta que durante la noche se volteó y puso los pies en la cabecera y la cabeza donde van los pies Que despiertas y durante un rato no sabes interpretar lo que ves Cuando uno no tiene Cuando uno ve cosas inesperadas, a veces es difícil encontrar la interpretación correcta. A mí me ha pasado eso, ¿no?

 

De qué te cambiaste de orientación al dormir o estás en un lugar, yo qué sé, estás en un hotel o así y despiertas y te olvido que estabas y abres los ojos y te cuesta trabajo interpretar correctamente lo que ves. Bueno, eso pasó con Galileo y Saturno. Y una cosa oblonga, dice, pues que estoy viendo. Y mientras más lo veía, no entendía bien qué pasaba. Y entonces, al final, creyó ver como un cuerpo central y al lado dos cuerpos bastante grandes, a uno y otro lado de Saturno.

 

Él traía en la mente su reciente descubrimiento de que Júpiter tenía objetos que le giraban alrededor y dijo, «Ah, pues a lo mejor Saturno es lo mismo, solo que sus lunas, como diríamos hoy, son muy grandes comparadas con el tamaño del planeta». Y lo describió, empezó a escribir cartas para comunicarse con sus amigos, en esa época era así, ¿no? Le mandabas cartas a los astrónomos y empezó y mandaba dibujitos de lo que veía en Saturno y él estaba convencido de que Saturno estaba formado por un objeto central grande y dos objetos laterales, dos lunas muy, muy, muy grandes que estaban pegados a la cabeza de Saturno como orejas.

 

Entonces, en una carta Galileo describió lo que veía en Saturno no que él creyera que eran orejas, ojo, no es eso, sino lo describió como si fueran las orejas de Saturno. Y a mí me gustó esto mucho como título para el libro porque ilustra una cosa muy importante que a mí me interesa mucho transmitir siempre en mi trabajo y es, tú puedes ser Galileo y te enseñan en la escuela y eres un personaje que tiene calle aquí en una calle de la ciudad, etc. Eso no quiere decir que siempre tuvieras razón o que la vida fuera fácil. A los científicos no les vienen las ideas. Como tú eres Galileo, vas a tener las ideas que tendrá Galileo Ahí te van, se las manda una deidad, ¿no? Y entonces Galileo tiene ideas geniales y ninguna está equivocada. No, Galileo estaba limitado, como todos nosotros, por un cerebro dispuesto a interpretar el mundo de cierta manera y por unos datos, digamos, una historia de observaciones, recientes, por ejemplo, las de Júpiter, que le sugerían que eso podía ser unas lunas. Limitado como cualquiera de nosotros.

 

Y Galileo en eso estuvo errado toda su vida. Él siempre pensó y siempre se refirió a Saturno como Saturno tri corpóreo, ¿no? Porque estaba hecho de tres cuerpos. Entonces, al mismo tiempo ilustra que no por equivocarte dejas de ser Galileo, ¿no? Entonces son como de… la idea es simétrica. Por un lado, no quiere decir que un científico famosísimo no se haya equivocado y no por equivocarse deja uno de poder ser un gran científico como Galileo. Entonces me encantó eso porque el título del libro, está ya encarnando una de las ideas más importantes que me interesaba transmitir. Y básicamente por eso me gustó esa historia y también la incluí en el libro.

01:25
Ariadna . Hola, me llamo Ariadna, estudio artes y me interesan mucho estos temas. Justamente durante la plática recordé al divulgador Carl Sagan y me hizo preguntarme, escribiendo acerca de estos temas que son la ciencia y la astronomía, se ha preguntado ¿Cuál es la visión que tenemos en el universo y qué lugar ocupamos nosotros los humanos?

01:26:04
Sergio de Régules . Carl Sagan es autor de una serie muy famosa en los años 80 y un libro muy bonito que se llama «En Cosmos». Hubo una nueva versión hace 10 años con Neil deGrasse Pero la original de Carl Sagan narra la ciencia como si fuera la novela más apasionante y más conmovedora. Yo me acuerdo de haber visto la serie, de hecho ya no lo dije, pero también fue una de las cosas que me marcaron y que yo creo que también me impulsaron a ser divulgador hoy en día.

 

Pero al mismo tiempo Carl Sagan transmite esta visión del mundo de la ciencia en la que a lo largo del tiempo, conforme hemos ido sabiendo más cosas, el lugar del ser humano en el mundo se ha ido degradando, digamos, porque empezamos como centro del universo y pináculo de la creación. Y claro que hay otras visiones del mundo, también uno tiene derecho a tener otras visiones del mundo, pero la científica prácticamente lo que ha hecho a lo largo del tiempo es irnos degradando, porque por ejemplo, primero Copérnico nos dice, pues, ¿qué crees?

 

No estás en el centro del sistema solar. Y luego más tarde Darwin nos dice, ¿qué crees? No eres el pináculo de la creación, es una parte como cualquier otra. Y después llega la astronomía del siglo XX, nos reveló varias cosas. Una, por ejemplo, tu sistema solar que decías, bueno, ok, no estoy en el centro de eso, pero a lo mejor es importante dentro de la galaxia. Estamos en los suburbios de la galaxia, no estamos ni remotamente cerca del centro. Y todavía peor, porque a lo largo del siglo 20 hemos descubierto que el universo está hecho de… conocemos, conocemos, las podemos enumerar, cientos de miles de millones de galaxias.

 

Entonces nos ha ido como degradando al grado de que uno dice, uy, pues no somos nada, ¿no? ¿Qué hacemos? Ahora, yo siento que esa es una visión… Es bueno saberlo, digamos, si es verdad, yo quiero saberlo. Hay gente que se puede deprimir y hay gente que puede decir, pues, vamos a tirarnos a la perdición o qué hacemos, ¿no? O te puede llevar… Mucha gente sufre así como de una especie de depresión cósmica cuando se entera de que en el fondo no somos el centro de nada y no le importamos a nadie. Y yo diría, pues sí, pero aquí estamos.

 

Y nos importamos a nosotros mismos. ¿Qué nos importa si en el cosmos no somos absolutamente nada? y si desaparece… dejen usted nuestro planeta, nuestra galaxia entera, el universo no se altera en absoluto, ¿qué nos importa si de repente,  Si de todas maneras estamos todos aquí y nosotros sí nos importamos a nosotros mismos, cada uno a cada cual, y nosotros entre nosotros. Nos importan nuestras producciones, nos importa nuestra cultura, nos importan las cosas que hacemos con nuestra creatividad y nos importa compartirlas con otras personas. Si a mí eso me llena la vida, aunque yo sea una miserable bacteria que no vale nada, podemos también adoptar esa actitud y decir, si no somos nada, pues vamos a hacer lo mejor que podamos para por lo menos pasárnosla bien.

01:29
Chico. Hola, buenas tardes, Sergio. Te quería preguntar, ¿tendrás algunas recomendaciones de películas o series que crees que puedan inspirar, como a ti te inspiró «Universos», a otros jóvenes a interesarse en las ciencias?

01:29
Sergio de Régules. Sí, fíjate que he de confesar que no veo mucho del otro pero sí te puedo decir, por ejemplo, no puedo evitar mencionar la serie «Cosmos», la original de Carl Sagan. Es muy curioso porque los que la vimos cuando era nueva, nos impactó mucho, tanto esta nueva forma de narrar la ciencia como si fuera la más apasionante novela, como los efectos especiales de «Ultimísima Generación» en aquella época que tenía, que usaba Carl Sagan para ilustrar la ciencia.

 

Hoy posiblemente tengan menos impacto porque, por supuesto, tenemos cosas mucho más impresionantes, pero yo sí podría sugerirles, porque me ha pasado, he tenido oportunidad de volver a ver la serie ya con mi visión de persona del siglo 21 y aunque reconozco que los efectos, pues hoy tenemos efectos mucho mejores, siempre logro rescatar la originalidad, la frescura y la pasión con la que narra Sagan la ciencia.

 

Entonces «Cosmos», la original de Carl Sagan, sin duda, a mí me inspiró muchísimo y a mucha gente de mi generación, yo creo que incluso gente que ha estado en este mismo set podría contarles esas historias. Y de películas, a mí me gustan mucho las de ciencia ficción, pero que son menos ficción y más ciencia porque hay ciencia ficción de muchos tipos. Cuando es demasiado fantasioso, yo las disfruto, pero no es lo que más me gusta. A mí me gusta una película, una narración, una historia en general que se apega más a la ciencia, que restringiéndose a pegarse a la ciencia, de todas maneras se las arregla para proporcionarnos una historia fabulosa.

 

Y yo diría que la película de «La llegada» es una de esas. ¿Se acuerdan de esta? Esta es una donde llega una nave, una especie de ovoide extraño que está ahí flotando y resulta que es una nave extraterrestre y que los seres que vienen ahí se quieren comunicar. Además, es muy chistoso porque yo creo que es la primera y la última película que habrá jamás en que los protagonistas son lingüistas.

 

 

Esa película me parece un nivel muy fino de ciencia ficción que yo siento que puede ayudar a transmitir una pasión por la ciencia porque no la simplifica. Entonces, ¿ustedes recuerdan todos los esfuerzos que hacen los lingüistas por entender un lenguaje espeluznantemente no humano? Ósea, no solo no está hecho de sonidos, sino que está hecho de estas figuras. Bueno, quizá alguien que hable el lenguaje de señas puede entenderlo mejor porque en ese lenguaje sí la posición de las manos transmite información y transmite significados, un poco como las posiciones de las burbujitas en los círculos que producían los extraterrestres de esa película.

 

Entonces, bueno, esa es una que me gusta mucho, que yo recomendaría. Recuerdo una que me impresionó, era como del año 2000 o por ahí, que se llamaba «Piso 13», que no fue muy popular, no sé por qué, y se trataba de unos científicos, sobre todo expertos en computadoras, que habían creado en una computadora una simulación de los ángeles en los años 40, con todo y personas.

 

 

Ósea, dentro de la simulación habían simulado personas y tú podías conectarte, un poquito como la Matrix, ¿se acuerdan? En la Matrix está toda la humanidad conectada y los humanos no son simulados, son reales, pero tienen experiencias simuladas. Bueno, en «Piso 13» lo que pasaba es que tú, humano, te podías conectar y entrar a la simulación. Y en la simulación podías comer, las cosas te sabían, podías moverte, podías nadar, podías interactuar con las personas que estaban ahí adentro, que eran perfectos seres conscientes, totalmente humanos, y ellos ni siquiera sabían que era una simulación.

 

 

Entonces, yo creo que ese es también un tipo de película, sobre todo hoy, que estamos más cerca de la inteligencia artificial, que nos engaña y nos hace creer que es humana, siento que es un tipo de película que nos puede hacer reflexionar sobre temas que finalmente se resuelven mejor con ciencia, y en esa medida creo que también puede inspirar vocaciones por la ciencia. Entonces, creo que todas esas pueden servir.

 

Me encantaría decirles más series. Hay documentales fabulosos, no se pierdan los de David Attenborough, que todavía está ahí haciendo cosas. Y ese tipo de series y de programas y de películas.

01:34
Hiram Rocha. Hola, Sergio, soy Hiram Rocha. Muchas gracias por la plática. Constantemente se hacen avances tecnológicos, ya sea la inteligencia artificial o la biotecnología. Yo te pregunto, ¿cuál ha sido el avance científico que más te ha interesado?

01:34
Sergio de Régules. Pues, hay uno muy reciente, que otra vez, creo que cuando digo que algo me interesó es porque algo me causó una profunda emoción, posiblemente No se si se pueda distinguir entre me causó una gran emoción y me interesó Y yo te diría que uno que me impactó mucho fue cuando anunciaron el descubrimiento de ondas gravitacionales en 2016.

 

Y dicho así, suena absolutamente a nada, pero recuerdo que yo como divulgador de la ciencia, pues estoy pendiente más o menos de las noticias científicas particularmente de los temas que más me interesan. No te voy a decir que de absolutamente todos. Y entonces, de pronto, un día salió un anuncio me parece que era del Instituto Smithsonian en Estados Unidos «Mañana vamos a anunciar un resultado tremendo». Y empezó el bla, bla, bla en Twitter y en todas las redes sociales de los científicos. Y entonces dijeron, pues, van a anunciar que detectaron las ondas gravitacionales.

 

¿Cómo lo sabían? Bueno, pues, las ondas gravitacionales resultan que es un fenómeno que predijo Einstein desde 1916 en su teoría general de la relatividad, que es una teoría de la gravedad, que dice, entre otras muchas cosas, que básicamente si tú tienes objetos moviéndose unos alrededor de otros o haciendo explosión o sacudiendo muy violentamente el espacio-tiempo, generan ondas un poquito como las ondas en el agua que se propagan hacia afuera.

 

El problema es que, como bien calculó Einstein desde aquella época o las otras personas que se interesaron en su teoría, se dieron cuenta que sí, la teoría predecía que debería haber estas ondulaciones como las ondas en el agua cuando tiras una piedra, pero que en realidad, incluso con fenómenos muy violentos o los más violentos conocidos en esa época, serían de un tamaño tal que iba a ser imposible moverlos.

 

Entonces, detectarlos, pues, medirlos, perdón, porque eran muy, muy chiquitos. Entonces Einstein se olvidó y dijo, esto nunca se va a poder ni probar ni desprobar porque no hay manera de detectar las ondas. Bueno, a lo largo de los años 70 se empezaron a inventar maneras, varias personas intervinieron.

 

A lo largo de los años 90 empezaron a intervenir otras personas no sólo con los aparatos que podrían permitir medir cambios del tamaño de las cosas Imagínense, ¿cómo mides eso? ¿Cómo mides? Si pasa por aquí una onda gravitacional, a lo mejor nuestros cuerpos hacen así, ondulan, pero la ondulación va a ser más chica que el núcleo de un átomo. ¿Cómo mides eso? Pues, no hay manera.

 

Bueno, se inventaron maneras, se desarrollaron las formas. Tuvo que ver mucho también con la simulación en computadora de las ecuaciones de la relatividad general, que fue muy difícil, donde, por cierto, intervino un físico mexicano, que además es un gran amigo mío, que se llama Miguel Alcubierre, a lo mejor han oído hablar de él ha estado en Aprendemos Juntos también. Intervino porque él básicamente ayudó, contribuyó a destrabar el problema de simular esas ecuaciones en una computadora. No se podía, por razones matemáticas complicadas y del funcionamiento de las computadoras, y Miguel jugó un papel muy importante en destrabar ese problema.

 

Y las simulaciones se usaban porque, además de los aparatos para medir, ibas a necesitar tener como patrones simulados contra los cuales comparar tus datos para saber si tenías una onda gravitacional y de qué se trataba. Es una cosa muy complicada, una interacción muy interesante entre lo que mides en la naturaleza y simulaciones que tienes por computadora. Bueno, y yo sabía toda esa historia. Entonces, cuando dijeron que iban a anunciar que descubrieron ondas gravitacionales, para mí fue muy impactante.

 

Y desde luego, a la hora en que anunciaron la conferencia de prensa, estaba yo conectado a mi computadora y me la eché toda. Y fue muy emotivo porque, en efecto, eso fue lo que anunciaron. Y además el anuncio fue, ya después contaron la historia. Resulta que tienen estos detectores que se idearon, se diseñaron en los 70, se construyeron a lo largo de los 90, se calibraron a lo largo de los 2,000 y se iban a poner ya en funcionamiento oficial para decir, ahora sí, señoras y señores, estamos abiertos a recibir ondas gravitacionales.

 

Prendan el switch. Y esto iba a ser, fue en 2015. Y entonces es muy gracioso porque estaban ya preparados para encender por fin el sistema. ¿Cuántos años llevaba esto detrás?

 

Por fin iba a prender el sistema ya con la sensibilidad necesaria para detectar las malditas ondas gravitacionales. Y tenían un protocolo muy peculiar en el equipo, de miles de personas distribuidas en Estados Unidos y Europa y varios países. Que consistía en simular la llegada de una onda gravitacional y luego hacer todo lo que tenían que hacer, descifrarla, compararla con los patrones simulados, deducir de ahí qué había pasado, si habían chocado dos hoyos negros o si un hoyo negro se había comido una estrella de neutrones o qué rayos había pasado, comparando con los patrones de las simulaciones y finalmente redactar los papers, los artículos científicos y ya después, solo después, publicar.

 

 

Entonces sabían que en cualquier momento podía venir una de estas cosas, pero desde luego no se le decía a nadie esto es una simulación, ¿no? Porque, pues, ¿cuál es el chiste? Justo antes de prender los aparatitos estos, un individuo que estaba de guardia en las computadoras, me parece que en Europa. De repente detecta una señal y dice, no, pues debe ser una, debe ser una de los simulacros que nos están… Pero entonces hay un detalle muy importante cuando llega una señal.

 

Tenían dos instrumentos muy alejados, como a 3,000 kilómetros unos de otros. ¿Por qué? Porque estos aparatos son tan sensibles a cualquier oscilación que si alguien estornuda en el municipio junto, va a medir tu aparato.

 

Ahora, si tú detectas una señal en el aparato que está acá y en el aparato que está a 3,000 kilómetros al mismo tiempo, entonces ya no fue un estornudo, ya fue algo que vino de fuera, una onda gravitacional. Y este detectó coincidencia en los dos aparatos. Y primero dijo, no, esto tiene que ser una simulación y dio aviso. Pues resultó que no había sido una simulación y ese día que fue en septiembre de 2015, pues se armó un gran revuelo, pero solo en el equipo, porque había un problema. No podían decir absolutamente nada hasta no haber procesado la señal, escrito los papers, analizado, pues haberse puesto todos de acuerdo y redactado los artículos y publicado los artículos con todo y revisión, las revisiones que hacen las revistas científicas.

 

Eso lleva mucho tiempo. Imagínense que te avisan, sobre todo a los creadores, a los diseñadores de los aparatos estos, que ya eran unos viejitos, estaban diseñándolos en los años 70, que te dicen, ya encontramos una señal y que tú no puedes decir nada. Ni a tu familia. Tú no puedes decir nada. Bueno, se quedaron callados seis meses hasta que lo anunciaron. Y por eso, cuando dijeron, mañana haremos un gran anuncio, la gente dijo, no, pues ya sabemos qué es. Y en efecto sí fue. Entonces, bueno, me gusta otra vez, porque es una de esas historias como las que a mí me gustan contar.

 

Y porque además, otra cosa que es muy impresionante es que los científicos saben que todas las teorías no son palabras divinas. Una teoría científica resuelve el problema de ese momento, decimos, ok, entendemos hasta hoy, pero mañana podemos observar cosas nuevas, podemos meternos en rincones del universo donde nunca habíamos mirado, podemos obtener un nuevo instrumento que no nos había permitido ver una serie de fenómenos y que nos tire a la basura todo lo que creíamos, lo que les decía de estar dispuestos a cambiar de opinión y tirar a la basura todo lo que pensabas.

 

Bueno, los científicos sabemos que ni las teorías de Einstein van a ser para siempre. Un día debería ser que fallaran y nadie se va a sorprender, nadie se va a ofender, desde luego. Y más bien, todo el mundo está sorprendido que la teoría general de la relatividad con más de 100 años encima todavía no haya fallado ni una sola maldita vez. De hecho, están hasta exasperados, hasta decían, pero caray, ¿cuándo va a fallar esa teoría? Bueno, cuando aparecen las ondas gravitacionales, pues es otra prueba más que faltaba de la relatividad general en donde otra vez pasó la prueba. Entonces, por un lado, fue un gran regocijo.

 

Les voy a decir por qué fue el gran regocijo. Fue la exasperación de decir, caray, pues no podemos, no hay teoría alternativa, esta sigue siendo la buena. A los científicos les gusta que haya novedades, les gusta que las teorías se vayan a la basura Uno podría pensar que no, en la vida real uno no hace eso. En la ciencia sí, porque quiere decir que hay más trabajo. Entonces, es un poco desesperante cuando la naturaleza te dice que tenías toda la razón.

 

Tú quieres que te diga, vas, pero mal, mano. Bueno, no dijo eso, pero la gran emoción fue por lo siguiente. Ahora que podemos detectar estas cosas que son otro tipo de señal que envían los fenómenos cósmicos al espacio, aparte de la luz y las partículas que hemos recibido de toda la vida para entender el cosmos, pues esto como que nos abre una veta gigantesca, pues como si de repente adquiriéramos un nuevo sentido. Imagínense que aparte de la vista, el oído y todo lo demás, de repente nos dotaran de un nuevo sentido que ni nos imaginábamos cómo puede ser.

 

Eso es exactamente lo que ocurrió cuando empezamos, cuando pudimos ya por fin detectar ondas gravitacionales, porque estas ondas nos trae información muy distinta y de otros lugares, por ejemplo, lugares en los que no puede llegarnos la luz que se produjo ahí. Entonces, el momento en que se descubrieron las ondas gravitacionales también se conoce como la inauguración de la astronomía de mensajeros múltiples, con la idea de que ahora ya no es solo luz y partículas lo que recibimos de allá afuera para entender qué está pasando, sino que ahora tenemos un nuevo sentido.

 

Entonces, creo que eso es lo que hace muy emocionante y ya está empezando a dar frutos, ya hemos visto colisiones de estrellas de neutrones con hoyos negros y ya se detectan, ya se detectan, pero diariamente casi, casi estas cosas y nos están dando mucha información novedosa sobre el universo. Entonces, por eso es el avance científico reciente que más me emociona.

01:45
Elena. Hola Sergio, mi nombre es Elena y déjame decirte que ha sido muy padre que nos estés compartiendo esta información. Mi pregunta es, se dice que el gran escritor y divulgador de la ciencia ficción Isaac Asimov era una persona muy optimista. ¿Tú confías en la ciencia y en el comportamiento humano para que creemos un mejor futuro?

01:45
Sergio de Régules. Es una excelente pregunta porque yo creo que cuando Asimov estaba activo que eran los años 60, 70 y 80, quizá, pienso que a lo mejor era más fácil ser optimista respecto a las perspectivas de la ciencia y de la humanidad.

 

Pese a que había una amenaza de guerra nuclear entre las dos superpotencias enemigas que eran la Unión Soviética y Estados Unidos, la verdad es que sí se sentía, porque me tocó una buena parte de ese periodo, sí se sentía como mayor optimismo respecto a las perspectivas de la humanidad No estaba todavía claro el tamaño ni la gravedad de problemas como el cambio climático y cosas de esas, y las guerras que estamos viendo hoy que están aumentando en el mundo.

 

Ahora, yo te podría decir que no sé si hoy en día sea fácil tener una gran fe en la naturaleza humana, pero en la ciencia sí, porque la ciencia se puede usar para hacer el mal, La ciencia se puede usar para hacer cosas que no son buenas, pero al mismo tiempo todos los problemas en los que nos hemos metido, quizá algunos de ellos por culpa de la ciencia, y/o la tecnología, se van a resolver de todas maneras con ciencia, usada para el bien y con ciencia usada con fines nobles, y con fines buenos que también se puede.

 

Entonces, yo creo que los problemas más graves que aparte de los de la naturaleza humana se van a resolver con ciencia y siento que siempre que hemos pensado que había una parte de la naturaleza que no íbamos a poder entender, que alguien nos ha dicho «no, esto nunca lo vas a saber», históricamente siempre hemos logrado avanzar por esos territorios y entender cosas acerca de aspectos del mundo y del universo y de la naturaleza que antes nos estaban vedados.

 

Entonces, eso a mí siempre me ha dado una gran fe. Por que no es otra cosa, no puedo demostrar que así va a ser, en que podemos seguir adelantando. Sí puede ser que hay un límite a lo que podemos saber los humanos, ¿por qué no? Pero hasta ahora, mientras no nos lo topamos, pues nosotros pues para adelante, y sobre todo en el sentido de que la ciencia aparte de ayudarnos a entender el universo, es la única capaz de ayudarnos a resolver estos problemas. También está desde luego la voluntad política de aplicar las cosas que la ciencia demuestra que son necesarias, pero desde luego sin la ciencia no se van a resolver esos problemas que son los más graves.

 

Y en ese sentido yo sí tengo una gran confianza en el futuro de la humanidad y la ciencia. Gracias. Quiero agradecerles todas sus preguntas, su participación entusiasta, su interés, y me gustaría también contarles la emoción que me da el estar aquí cuando lo veo como una posible culminación de aquel momento en que mi mamá llegó a mi cama y me dijo, niño toma este libro, ya sabes leer, lees un pedacito, te imaginas lo que estás leyendo y luego sigues adelante.

 

También desde luego intervino la suerte de que me tocó ver cometas y me tocó esto y lo otro y varias cosas que no les conté para traerme en este momento en que yo estoy aquí por mi trabajo como divulgador de la ciencia, que empezó cuando se me ocurrió estudiar física. Pude haber estudiado muchas otras cosas. Entonces quizá algo que les podría yo decir es a veces uno tiene dudas, qué hacer en esta vida, y a veces uno opta por una de las posibilidades quizá sin haberlo pensado mucho y a lo mejor opta con miedo.

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Sergio de Régules . Yo siento que mi experiencia demuestra que ese miedo muchas veces es infundado, y que si finalmente lo que hacemos va siendo acorde con las cosas que siempre nos han interesado, sea la física, la música, el cine o lo que sea, uno puede lograr ser razonablemente feliz en esta vida y sobre todo, creo que ahora sí refiriéndome especialmente al caso de las actividades creativas de la humanidad, la ciencia a la que yo me dediqué y las artes a las que me pude haber dedicado, creo que si uno además toma esos caminos, le da herramientas muy poderosas, no solo para tener una vida plena, sino, más importante me parece a mí, sino para disfrutar más el mundo ¡Muchas Gracias!