“La autoestima es clave para la inteligencia de tu hijo”
Mario Alonso Puig
“La autoestima es clave para la inteligencia de tu hijo”
Mario Alonso Puig
Cirujano, conferenciante y escritor
Creando oportunidades
Inteligencia y desarrollo personal
Mario Alonso Puig Cirujano, conferenciante y escritor
En todo ser humano hay grandeza
Mario Alonso Puig Cirujano, conferenciante y escritor
Mario Alonso Puig
Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, el doctor Mario Alonso Puig ha dedicado su vida a la Medicina y al estudio de la Inteligencia Humana y la psiconeurobiología. Miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, Mario Alonso Puig se ha convertido en un referente internacional en el desarrollo del ser humano a través de la inteligencia, la motivación y el liderazgo. Es autor de libros de éxito como “Madera de líder”, “Vivir es un asunto urgente” y “Reinventarse: tu segunda oportunidad”. Alonso Puig defiende que “nunca hay que dar a nadie por perdido” porque en todo ser humano existe grandeza. Señala la importancia de los educadores para descubrir ese potencial, desarrollarlo y dar oportunidades. “Hay que vivir con pasión, con entusiasmo, con confianza en nuestras capacidades y entrenar el cerebro para conseguir nuestro objetivo”, afirma.
Transcripción
María: Hola, Mario, soy María.
Mario Alonso Puig: María.
María: Como educadora, creo que la motivación es necesaria para el aprendizaje, y tú dices que hay seis motivaciones fundamentales para una persona, ¿podrías hablarnos de ellas?
Mario Alonso Puig: Sí, es una gran pregunta. La motivación es lo que nos mueve a la acción, y hay, efectivamente, seis motivaciones que además están presentes en las distintas culturas, es una mezcla de nuestra naturaleza y, también, el entorno cultural. La primera es la motivación de estar en entornos seguros, de poder controlar lo que pasa, de saber que el suelo que pisamos es un suelo firme. La segunda es una motivación de sentirnos reconocidos, sentirnos valorados, de tener un cierto estatus. La tercera es de pertenecer al grupo, es decir, que lleguemos a un sitio y entendamos, sintamos que nos acogen, que no nos desprecian, que no nos marginan. La cuarta motivación es una motivación al desafío, al reto. Si en la vida no hubiera retos, María, sería muy aburrida. Yo sé que, a veces, nos gusta mucho estar en la zona de confort, pero durante un tiempo, al cabo de un tiempo no hay quien lo aguante. Entonces, ese reto, ese desafío es una motivación importante. La quinta motivación es la de crecer, mejorar y progresar, y la sexta es la de contribuir al bienestar de otras personas, el tener una vida con propósitos. Lo más importante son las motivaciones fundamentales que nos mueven dentro de las seis. Si una persona, toda su fuerza la lleva a la aventura, la lleva al descubrimiento, al reto y, sin embargo, no cuida un poco la motivación de la seguridad, pues, a lo mejor, se puede meter en aventuras insensatas, ¿no? Entonces, hay un equilibrio natural que hace que las personas nos mantengamos, de alguna manera, en una línea razonable. Cuando alguna de ellas toma alguna preponderancia o una significancia demasiado grande, es cuando podemos tener ciertos problemas. ¿Te respondí, María?
María: Sí, gracias.
Mario Alonso Puig: A ti.
La clave de la educación es querer y creer: si quieres al niño harás todo lo que esté en tu mano para que salga adelante
Mario Alonso Puig: Fíjate, si nadie se ha dado cuenta, ni en la familia ni en la escuela, que ese joven tiene talento, yo diría que el problema no está en el joven, está en la familia y en la escuela. Es decir, eso es lo primero que tenemos que ver, que todos tenemos la responsabilidad de buscar el talento, de conectar y de ayudarle a florecer. Pues fíjate, el talento, una forma de descubrirlo es curiosa. El talento viene muy marcado por algo que se te da especialmente bien, pero es tan natural en ti que nunca le has dado importancia, nunca le has dado importancia porque para ti es natural, fluye, y con frecuencia, los demás te lo dicen, pero no te lo dicen como «oye, vaya talento tienes», sino mejor «oye, que bien se te da hablar, que bien se te da escribir, que bien se te da dibujar, que bien se te da moverte, que bien se te da resolver conflictos», y como es natural no le das ningún valor. Mi experiencia a lo largo de los años me viene a mostrar que uno ha de buscar el talento en aquello que le es natural, porque el talento siempre deja huella, siempre se expresa, y hay cosas que nos pueden parecer que son irrelevantes. Yo, por ejemplo, me decían de jovencito: «Oye, cuando cuentas una historia es que nos quedamos absortos», yo jamás pensé que esto tendría tanto impacto con mis enfermos. Cuando le contaba a mis enfermos las cosas, como íbamos a luchar juntos contra la enfermedad, etcétera, etcétera, yo veía que se producía un estado de ánimo en ellos sorprendente, tampoco pensé que eso tuviera especial valor, ni que me dedicara luego, en la segunda etapa de mi vida, mucho más al tema de la comunicación, a escribir. Pues eso es lo que quiero decir, que todo ser humano tiene un talento, y ese talento va dejando huellas, va mandando mensajes, y tenemos que ser un poco más sensibles para entender que el talento tiene muchas formas, y luego, por otra parte, te diré, Lorenzo, que es muy importante mirar a todo ser humano como se mira aquello que ves como sumamente valioso. De toda la conversación, lo más importante es la forma de mirar, porque la forma de mirar tiene la capacidad de transmitir con enorme hondura como tú estás viendo a esa persona. Cuando tú miras a un ser humano como se mira aquello que es valioso, como somos espejos frente a espejos, esa persona empieza a reconocer su propio valor, y en ese reconocimiento es más fácil que cualquier talento, cualquier capacidad, encuentre un espacio natural para desplegarse. Yo creo, para mí, eso es clave, ver a todo ser humano como grandeza en potencia. Unos lo expresarán en mayor o menor grado, pero esa grandeza está en todo ser humano.
Mario Alonso Puig: Sí. La historia de Gandhi es una historia verdaderamente, yo diría, sorprendente. Gandhi padecía lo que se podía llamar una enorme timidez, una timidez profundamente limitante. Como tú has comentado, él se formó como abogado en Inglaterra, ejerció en Bombay y no ganó ningún pleito. Un abogado tiene que tener una buena retórica, tiene que tener una buena capacidad de comunicación, no la tenía. Tuvieron un problema, un familiar que vivía en Sudáfrica tuvo un problema legal y consideraron, la familia, que si el joven Mohandas, su nombre es Mohandas, Mahatma quiere decir «alma grande», Mohandas Gandhi fuera allí, a lo mejor, en el camino se espabilaba, como cuando se manda a un hijo o a un sobrino al extranjero, a ver si con el aire se espabila. Entonces, ¿qué pasa? Que algo le sacudió, le sacudió profundamente la injusticia que vio, y este es un punto clave, porque cuando el corazón de un ser humano es tocado con tal nivel de impacto, el cerebro empieza a operar de una forma radicalmente distinta. Entonces, Gandhi fue un hombre que ya ni siquiera movilizaba a la gente por su capacidad de comunicación, su simple presencia ya movilizaba. ¿Qué nos quiere decir esto? Nos quiere decir, un poco, pues lo que hemos estado hablando antes, que no cabe duda que el elemento genético cuenta, ¿cómo no va a contar?, no es el definitivo, marca una tendencia, pero no determina, influye pero no determina. ¿Qué ocurre? Que para que uno dé la vuelta a esa tendencia, tiene que tener una fuerza, una motivación, antes preguntaba María por la motivación, una motivación lo suficientemente potente para que el cerebro empiece a trabajar de una manera radicalmente distinta, es lo que te diría. Por eso nunca hay que dar a nadie por perdido. Imaginemos que hubieran dicho: «Este Mohandes, que no sabe ni siquiera hablar en un juicio», el ser humano siempre nos va a sorprender, es lo que te diría yo, y enhorabuena por tu profesión porque es preciosa, y a la edad en la que tu intervienes el impacto es impresionante, impresionante.
En todo ser humano hay potencial y grandeza, debemos crear oportunidades para que las personas puedan mostrarlo
El componente emocional, la autoestima y la confianza en uno mismo es absolutamente crucial para que un niño encuentre su camino
Mario Alonso Puig: Sí, claro que sí, María. Lo que pasa es que lo voy a contar de una manera muy visual, porque yo creo que lo vamos a ver mejor. Vamos a suponer que tú y yo estamos dando un paseo, entramos en un parque y vemos un lago no muy grande, pero un lago. Entonces, nos asomamos a ver qué hay en el fondo del lago y si el lago es profundo o no lo es, pero no podemos ver el fondo, ¿por qué no lo vemos?
María: ¿Porque está el agua turbia?
Mario Alonso Puig: Muy bien, una de ellas es que el agua esté turbia. Si el agua está turbia, no podemos ver el fondo, y si el agua no estuviera turbia sino que fuera absolutamente cristalina, ¿por qué no vemos el fondo? Pues a lo mejor no lo vemos porque esa agua está agitada. Vamos a suponer que conseguimos que esa agua se serene, que esa agua se tranquilice, entonces podemos ver el fondo que puede tener una gran profundidad, ¿verdad? ¿Qué hay en el fondo? En el fondo puede haber grandes tesoros, ¿no? Me permito recordar que algunos de los mejores tratamientos oncológicos que hay en la actualidad se han obtenido de esponjas marinas, hay grandes tesoros, grandes oportunidades, y también podemos ver cosas que no tendrían que estar ahí, plásticos, basura en el fondo del mar que está haciendo daño a la naturaleza, ¿correcto? Eso es lo que hace el mindfulness. Nuestra mente está agitada y, como está agitada, no vemos nuestro potencial ni tampoco vemos aquello que nos está lastrando. Cuando conseguimos que esa agua, esa mente se serene, empezamos a ver cosas en nosotros y a experimentar sensaciones y a experimentar, realmente, descubrimientos, revelaciones, en el sentido de cosas que estaban veladas y se ven que tienen un poder transformador en la vida, y también empiezas a ver aquellas cosas que no habías visto de ti y que realmente te están haciendo la vida difícil, y, a veces, para poder limpiar un poco el agua, hay que descubrir dónde está la suciedad. Esto es lo que permite el mindfulness, el mindfulness es un ejercicio puro de la atención para serenar esa mente que, por razones que todavía no conocemos, está agitada, y como está agitada, no podemos reconectar con nuestro potencial oculto ni sabemos por qué tantas cosas que son pequeñas nos alteran de una manera tan grande. El mindfulness ya está descrito en la literatura india desde el Bhagavad-Gita de hace tres mil quinientos años, cuando el krishna le dice al príncipe Arjuna: «La mente es difícil de manejar como el viento», y cuando cerca del Nepal, el príncipe Gautama Siddhartha Shakyamuni Buddha, el primer buda, el primer despierto, según el lenguaje sánscrito, descubre que el dolor es parte de la vida, pero el sufrimiento lo genera este movimiento de la mente y que la forma de combatir ese sufrimiento es estabilizar la atención alejándola de esa narrativa, de esa rumiación constante, de ese ruido que nos impide reconectar con lo que somos. ¿La evidencia científica? Pues mira, la evidencia científica es aplastante, aplastante tanto en la neurociencia contemplativa, que es la que se dedica a estudiar el efecto en el cerebro de los Taos meditativos, como en la fisiología cardiaca, como en la endocrinología, en la neurología. Es que, fíjate, detrás de muchísimas enfermedades, por no decir de todas, hay un factor que puede pesar más o menos y que es la ansiedad. La ansiedad es generada por el ruido mental. La Universidad de Harvard es pionera en el mundo estudiando esto, entre el sesenta y el noventa por ciento de las consultas a médicos generales tienen como uno de los factores clave emociones perturbadoras, vivir en la ansiedad, vivir en la desesperanza, todas estas cosas. Entonces, eso es lo que hace el mindfulness. A nivel de cerebro, pues, por ejemplo, a nivel de cerebro, una cosa que hace es reducir el volumen de la amígdala. La amígdala, que no son estas, está en el cerebro. La amígdala es un núcleo que contiene grupos de neuronas muy relacionadas con el miedo y con la ira. Se ha podido observar con resonancia funcional magnética, que es una técnica de imagen para ver las partes más activas, una reducción en el volumen de la amígdala, es decir, la persona que practica este ejercicio de atención plena es menos propensa a vivir en miedo y en ira. Imaginemos lo que es esto para la humanidad. En segundo lugar, se ha visto un aumento del tamaño de la corteza prefrontal del lado izquierdo que es muy importante porque tiene un impacto en el sistema de defensa del cuerpo, el sistema inmune. Otra cosas que se ha visto es que un sistema que se llama red neuronal por defecto, que es la que hace que estemos distraídos, empieza a amortiguarse, y otra red, que se llama red ejecutiva central es mucho más activa. Es decir, favorece a que te des más cuenta de lo que pasa. Esto es importante, por ejemplo, para reducir la incidencia de accidentes. Se han observado, por ejemplo, cambios en el sistema de defensa, en el sistema inmune. Gente que ha practicado mindfulness sin tener experiencia previa en absoluto durante cinco días a la semana, a lo largo de dos meses, veinte minutos cada día, han tenido aumentos entre el doce y el veinte por ciento del sistema inmune. Alguien dirá: «Eso no es mucho», que te suban el sueldo un doce o un veinte por ciento, verás lo contento que te pones. Claro, una subida de un doce por ciento o un veinte por ciento del sistema inmune es que no te cojas una gripe, o que no te cojas un catarro, o si estás lidiando con un tumor, que tu cuerpo sea mucho más agresivo, mejoras en el tubo digestivo, te voy a contar una cosa que es alucinante, a mí me lo parece. El tubo digestivo controla el ochenta por ciento del sistema de defensa del cuerpo, está ahí, el tubo digestivo constituye otro cerebro complejísimo, con quinientos millones de neuronas. Cuando una persona está supertensa, cuando una persona está llena de ansiedad, empieza a producirse el paso de sustancias feas, quiero decir nocivas, desde el alud del intestino, del intestino delgado y, a veces, del colon, a la sangre y pueden dar lugar a procesos inflamatorios generalizados que ya se están empezando a relacionar como uno de los factores, uno solo, que podría tener su conexión con el Alzheimer, por ejemplo, hace más difícil el control de la glucosa, es alucinante, entonces, como el mundo emocional perturbado por una mente agitada acaba afectando todo el cuerpo. Hay estudios, por ejemplo, la aplicación de mindfulness a personas que están diagnosticadas de esclerosis múltiple, que es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, y se reduce la aparición de brotes, evoluciona por brotes, son menos intensos… Se está aplicando a un montón de cosas, es decir, y además por centros tremendamente serios donde la investigación no es cuestionable ni andan buscando especiales resultados, si no que están muy bien controlados. Lo que pasa que esto que tiene tres mil quinientos años de antigüedad solo le hemos dado una credibilidad cuando una serie de científicos se ha decidido a estudiar qué ocurre en el cerebro y en el cuerpo cuando una persona entra en estos estados de enfocarse en el aquí y en el ahora, y también nos ha ayudado a darnos cuenta de la jaula de grillos que tenemos en la cabeza y que es una cosa difícil de creer, que te pasa una cosa que te disgusta por la mañana y te está rumiando hasta la noche, parece que somos vacas, y que el simple hecho de parar eso hace que el organismo, que tiene una capacidad natural de recuperación, pueda recuperarse. No hay nada mágico aquí, bueno, sí hay mágico, que la vida es mágica. Eso es lo que hay de mágico, pero, a veces, estos diálogos que tenemos bloquean la magia, no porque no la anulen, sino porque no la dejan florecer.
La clave es buscar la felicidad propia y la de los demás, porque somos una elipse con dos centros: tú y yo, que construye un “nosotros”