Más filosofía para entendernos mejor
Michael Sandel
Más filosofía para entendernos mejor
Michael Sandel
Filósofo y profesor
Creando oportunidades
¿Vale más Neymar que un maestro? Y otras cuestiones filosóficas
Michael Sandel Filósofo y profesor
"Hoy la gente solo escucha opiniones que refuerzan lo que ya cree"
Michael Sandel Filósofo y profesor
Michael Sandel
Es el filósofo contemporáneo más popular del mundo. Michael Sandel, profesor en la Universidad de Harvard y Premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales 2018, tiene como objetivo poner la educación cívica sobre la mesa y conectar la filosofía con nuestra vida cotidiana.
“Sócrates vagaba por las calles y dialogaba con la gente, la filosofía surgía de la vida de la ciudad, de las opiniones y convicciones que tenían esos ciudadanos”, argumenta. Y, veintiséis siglos después, este profesor de Filosofía Política trata de revivir el espíritu socrático y se para a hablar con la gente para indagar qué es la justicia o qué significa el “bien común”. Lo hace dentro y, sobre todo, fuera de las aulas. En la serie de la BBC 'The Global Philosopher', lidera las discusiones en vídeo con participantes de más de una treintena de países sobre los aspectos éticos de temas como la inmigración o el cambio climático. Sus escritos sobre justicia, ética, democracia y mercados se han traducido a más de 25 idiomas, entre los que destaca el libro 'Lo que el dinero no puede comprar: Los límites morales del mercado'. El filósofo también imparte "Justicia", el primer curso de Harvard disponible gratuitamente en línea y en televisión.
Michael Sandel ha sido un pionero en el uso de nuevas tecnologías para promover el discurso público global, pero critica las redes sociales y la adicción a las pantallas de las que sostiene: “si las dejamos que actúen solas, compiten con la educación y son una de las mayores barreras para el aprendizaje”.
Transcripción
Lo que le falta a ese tipo de educación cívica son dos cosas: Una es que se circunscribe a las fronteras nacionales, no es realmente global. La otra cosa que falta es que no capacita a los jóvenes para razonar o para discutir juntos o para debatir como ciudadanos de una manera activa. Así que mi visión es crear plataformas globales para el discurso público que inviten a los jóvenes de países de todo el mundo a participar, ayudados por las nuevas tecnologías e Internet, en debates y discusiones significativos sobre las grandes cuestiones éticas que necesitamos debatir más allá de las fronteras nacionales. El cambio climático, por ejemplo, la inmigración y el significado de las fronteras entre los Estados nación. Preguntas sobre la libertad de expresión. ¿Libertad de expresión frente a la incitación al odio? Preguntas sobre justicia distributiva. Cómo abordar las desigualdades de ingresos, de poder y de riqueza. Estas son preguntas a las que los jóvenes de todo el mundo tienen que estar expuestos y sobre las que tienen que reflexionar. Y la mejor manera de conseguirlo, en mi opinión, es que practiquen participando en el debate de estas cuestiones. Incluso con personas de fuera de su aula, de fuera de su país.
Entonces, cinco o seis meses más tarde, hubo otra tanda de manifestaciones en Brasil. Eran manifestaciones contra la corrupción y la desigualdad. Y algunos de los manifestantes que había en la calle llevaban carteles que decían: «¿Vale más Neymar que un maestro?». Y luego, el propio Neymar, al ver ese cartel, para apoyar la manifestación, levantó un cartel que decía: «¿Vale más Neymar que un maestro?», que dramatizaba esta cuestión y mostraba la conexión entre los debates filosóficos que tuvimos en la conferencia pública de filosofía en Brasil y la propia vida pública, incluyendo los argumentos que fomentan el activismo. Y me pareció muy gratificante porque confirmó mi esperanza de que la filosofía no es un tema puramente abstracto. Pertenece al mundo, pertenece a la ciudad, donde los ciudadanos se reúnen, discuten y razonan juntos. En este caso, incluyendo hasta al propio Neymar.
Sócrates fue el primer filósofo de la tradición occidental y no daba conferencias desde un pedestal. Ni siquiera escribió libros. Vagaba por las calles de Atenas, hablaba con los ciudadanos y les hacía preguntas. Y según la respuesta que le dieran, les hacía otra relacionada. Y, enseguida, la gente con la que dialogaba, estaba haciendo filosofía. Pero era una filosofía que surgía de la vida de la ciudad, de las opiniones y convicciones que tenían esos ciudadanos. Así que tratábamos de revivir el espíritu de Sócrates, como una forma de educación cívica que conecta la filosofía con nuestra vida cotidiana. Insisto, es un experimento, pero es un intento de demostrar que el uso creativo de los medios de comunicación puede ser un vehículo muy importante para la educación cívica, que amplía lo que se hace en las escuelas y puede ser un recurso para la escuela. Pero no se detiene ahí, se extiende a las grandes cuestiones a las que tenemos que enfrentarnos como ciudadanos.
"Tenemos que encontrar formas creativas de hacer de las redes sociales un vehículo para la educación cívica, la reflexión y el diálogo"
"El diálogo es un arte perdido"