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Silvia Álava. El tener ansiedad ante un examen es una cosa que es muy, muy habitual. De hecho, hay chicos y hay chicas que se llegan a bloquear, literalmente, ante un examen. Y es más, sabemos que cuando hay un problema de regulación emocional la capacidad de aprendizaje disminuye entre un treinta y un cuarenta por ciento. Es decir, pueden pasar de llevar un examen preparado para un ocho y de repente sacar un cuatro. Entonces, para ahí vamos a tener que controlar varias variables, fundamentalmente dos. La primera de todas es: es que hay que saberse el examen. O sea, es decir, para que te salga bien el examen, lo primero de todo lo tienes que llevar bien estudiado y bien preparado. Yo trabajo en consulta con muchos chicos y con muchas chicas que cuando me doy cuenta y me dicen: «Es que tengo ansiedad en el examen». Nos ponemos a valorar y dices: «Mira, a ti no te está dando un ataque de ansiedad, te está dando un ataque de realidad, porque mañana tienes un examen son cinco temas y no te da tiempo a estudiártelo». Eso no es ansiedad, eso, lo que te ha pasado es que te ha faltado planificación en el estudio, haberlo estudiado y habértelo sabido. Cuando ya decimos que es ansiedad es, tú te lo sabes, lo llevas bien preparado y, sin embargo, pues ahí tu hija, a lo mejor, o lo que le pasa a los chavales es que empiezan a pensar: ¿y si no soy capaz?, ¿y si no me sale bien?, ¿y si suspendo?… Ahí ya estamos diciendo que es un problema de ansiedad porque el examen está bien preparado y esos nervios pueden hacer que interfieran en la correcta realización. ¿Qué tenemos que hacer? Pues trabajar a dos niveles. A nivel cognitivo, con lo que estamos pensando, y a nivel fisiológico. A nivel cognitivo, les tenemos que hacer caer en la idea de qué estás pensando, qué tipo de pensamientos están bloqueándote ante un examen. Porque cuando nos ocurre esto lo habitual es que estemos pensando: pues no voy a ser capaz, lo voy a suspender, seguro que lo van a poner muy difícil… Y hay un montón de ideas negativas que nos condicionan precisamente en negativo hacia ese examen. Y habría que cambiar estos pensamientos negativos por unos positivos y realistas: pues lo he estudiado, me va a salir bien, lo voy a hacer bien, lo voy a aprobar… Ese sería el primer componente, el cognitivo. Pero también nos interesa enseñarles algunas pequeñas técnicas de relajación y de control de ansiedad. Pues a mí se me ocurren dos que pueden ser muy facilitas y se pueden aplicar de forma muy fácil. Una es, por ejemplo, la respiración diafragmática. Sabemos que cuando respiramos y lo que hacemos es que llevamos el aire, no solamente lo dejamos en los pulmones sino que dejamos que el diafragma baje y llenen aquí y se llene el abdomen, y se llene la tripa de aire y luego lo soltamos muy despacito… Esto en sí mismo constituye muy buen método de relajación. Y, además, es una cosa que se puede hacer de forma muy fácil en un examen, porque mientras el profesor reparte, mientras estamos ahí un poco viendo cuáles son las preguntas que van a caer podrían hacerlo y ya por sí mismo es muy buen método de relajación. Otro método muy fácil, que es llevarnos una pequeña botella de agua mineral, por ejemplo, porque si te das cuenta uno de los síntomas de la ansiedad es tener la boca seca. Cuando nos sentimos ansiosos la boca se pone como más seca, más pastosa, y el hecho de tener la boca bien salivada, muchas veces bebiendo pequeños sorbitos de agua, va a hacer que nuestro nivel de ansiedad baje un poquito y disminuya.