El poder de las personas extraordinarias
Mario Alonso Puig
El poder de las personas extraordinarias
Mario Alonso Puig
Médico
Creando oportunidades
Más vídeos
Crecer haciendo brillar a los demás
Mario Alonso Puig Médico
Mario Alonso Puig
Mario Alonso Puig es médico y divulgador, especialista en liderazgo, aprendizaje y bienestar. Tras años de ejercicio quirúrgico, orientó su labor a explorar el potencial humano y la relación entre mente, cuerpo y emociones. En Aprendemos Juntos Colombia comparte herramientas prácticas para transformar la mirada, gestionar el error sin culpa y liberar la creatividad. Su propuesta une ciencia, experiencia clínica y una invitación constante a cultivar una atención más amable y profunda hacia uno mismo y hacia los demás.
Transcripción
00:00
Mario Alonso Puig. Vamos a hablar de algo que tiene un poder realmente sorprendente a la hora de generar en nosotros una vida nueva. Todos aspiramos, ¿verdad?, a conectar con esos talentos, con esa música interior. A veces no sabemos cómo hacerlo. A veces nuestros errores parece que nos muestran que somos seres defectuosos. A veces nos olvidamos de nuestros éxitos, de esos talentos que todos tenemos. Y os voy a hablar de la mirada que nos transforma. Llevo muchos años explorando el poder de la mirada y cómo la mirada tiene la capacidad de llegar a los rincones más hondos del alma. Tener en cuenta que mirar es algo que nos ayuda a ver, la mirada es como una linterna que muestra algo que de otra manera no veríamos. Nuestra mirada está muy condicionada por un montón de cosas. Se ha ido condicionando con el paso de los años por experiencias vividas, por interpretaciones que hemos hecho de lo vivido, por cómo hechos concretos que nos afectaron, nos impactaron de una determinada forma. Y hacer este giro de la mirada para que nos transforme es posiblemente el desafío más hermoso y más inspirador que he encontrado a lo largo de mi vida. Y claro, cuando uno se ha acostumbrado a mirar en una dirección, le parece absurdo, le parece que no tiene sentido mirar en otra dirección. Hoy nosotros vamos a redirigir la mirada. Vamos a hacer un giro de 180 grados en la mirada para ver lo que normalmente no vemos. Y cuando uno cambia su mirada, ¿sabéis lo que sucede? Sucede algo que es, yo diría que no es de este mundo. Empiezas a descubrir la magia escondida. Os voy a contar una historia real donde alguien encontró su magia escondida porque se encontró con un ser humano que previamente había entrenado su mirada. Y antes de contar la historia, vamos a hacer juntos un ejercicio. Os voy a pedir que por favor descrucéis las piernas, toméis una posición cómoda en la butaca, sin caramelos ni chicles en la boca. Si alguien tiene un chicle en la boca, por favor, que no se lo pegue al que tiene delante. Estamos en familia, estamos rodeados de amigos, en un país hermoso, en una ciudad preciosa. Y ahora os voy a pedir que pongáis las manos una sobre otra con los pulgares tocándose, sin presión, flexible. Si veis que la butaca no lo permite, bajáis los brazos, el cuerpo estirado sin tensión, el cuello flexible, y os voy a pedir que cerréis suavemente los ojos y que empecemos a ser conscientes de varias cosas. Primero, de la posición de nuestra silla: los pies apoyados sobre el suelo, la cabeza apuntando al cielo. Y vamos a ir tomando aire suavemente por la nariz y expulsando por la nariz o por la boca, notando sencillamente las sensaciones, sin analizarlas, sin juzgarlas, simplemente notando como el aire entra por la nariz durante la inspiración, expande nuestro cuerpo y, cómo sorprendentemente, durante la expiración, cualquier tensión que se haya ido acumulando a lo largo de los días, las semanas o los meses, se va a ir disolviendo, se va a ir desvaneciendo.
04:26
Mario Alonso Puig. Simplemente las sensaciones de la respiración y las sensaciones del cuerpo expandiéndose, y también notando cómo cualquier tensión que se haya acumulado se va disolviendo. Entramos en contacto con un silencio que no es la ausencia de sonido, es la ausencia de ruido. Muy bien. Y ahora vamos a tomar una, dos o tres respiraciones profundas y vamos suavemente a abrir los ojos para volver a encontrarnos en este lugar precioso, lugar completamente orientados en tiempo y en espacio. Ahora voy a hacer algunas preguntas. ¿Quién ha notado, aunque sea un poquito, quizás una mayor paz interior, una mayor serenidad? Sois muchos. ¿Quién ha notado cómo la loca de la casa, como la llamaba Santa Teresa de Jesús, el pensamiento no paraba de entrar diciéndote: “No lo haces bien.”? Los ojos no tan cerrados, un poquito menos. Mira al de la izquierda, que creo que lo hace mejor que tú. ¿Quién ha notado eso? Bien, estáis en condiciones de que ahora os cuente una historia absolutamente sobrecogedora. Quiero que nos posicionemos en una ciudad en California que se llama Lancaster. Pleno verano muy caluroso. Y quiero que imaginemos un niño de 12 años. Este niño está en sus vacaciones de verano. Va en su bicicleta. Y quiero que observéis sus zapatillas. Sus zapatillas están muy desgastadas. Es más, su zapatilla derecha tiene un agujero por donde se escapa el primer dedo del pie, de tal manera que le intentan coger esos dedos para que no se le salga por el agujero. Este chico obviamente no tiene recursos económicos, tiene un diente desviado y no ha podido ir al dentista, sencillamente porque los padres no tienen recursos. El entorno que tiene en casa es un entorno muy difícil. Su padre bebe en exceso, bebe mucho y su madre tiene frecuentes depresiones. Este chico tampoco está bien conectado con su colegio porque claro, le ven como viste, le ven su zapatilla con el agujero, le ven el diente que no se puede arreglar y no es un chico que destaque. Solo hay una cosa que le gusta mucho y que se le da muy bien: los trucos de magia.
07:53
Mario Alonso Puig. Le encantan sus trucos donde se pone ese dedo pulgar que parece que es de verdad y de repente sale un pañuelo. Si alguna vez le pilláis a un mago ese truco, no digáis que os lo he dicho yo. Va en su bicicleta, una bicicleta bastante destartalada y pasa por una de las calles de Lancaster. Tampoco una ciudad grande, más bien bastante pequeña. Y de repente ve: tienda de magia. ¿Cómo no he visto que había una tienda de magia? Pero claro, su pasión es la magia. Entonces aparca la bicicleta, entra, tímido, porque no tiene confianza en sí mismo; tímido, porque tiene muchas inseguridades; tímido, porque tampoco tiene un pasado de éxitos. A ver en qué consiste esa tienda de magia. Y de repente escucha una voz que le dice: “Pasa, te estaba esperando.” Y se encuentra con una mujer, que se llama Ruth y dice: “¿Te gusta la magia, verdad?” Sí. La magia de los trucos, ¿verdad? Sí. ¿Porque tú sabes que son trucos, no? Sí. ¿Te gustaría aprender la magia verdadera?. Magia verdadera. ¿Existe la magia verdadera? Dice: “Sí.” Y yo te la voy a enseñar si tú quieres. ¿Quieres? Claro, imaginaros lo que supone para un joven de 12 años que le digan que hay magia verdadera y que hay alguien dispuesto a enseñarle eso. Por supuesto. Bueno, ¿tú estás de vacaciones de verano, no? Sí. Pues te pediré que vengas todos los días y yo te enseñaré. Y esta mujer que se llamaba Ruth le enseñó a conectar con su corazón. Un corazón que lo tenía cerrado. ¿Pero quién no va a tener el corazón cerrado cuando llegas a casa y te encuentras la situación con la que te encuentras? ¿Quién no va a tener el corazón cerrado cuando ve la pobreza con la que se viste? ¿Quién no va a tener el corazón cerrado cuando no se siente acogido, querido en el colegio? Es absolutamente comprensible que tenga el corazón cerrado. ¿Cómo Ruth consiguió ayudarle a abrir su corazón? Enseñándole a entrar en contacto con la belleza escondida. Belleza a la que no puede acceder el hemisferio izquierdo, que es el de la lógica y la razón, porque el hemisferio izquierdo es muy bueno en las matemáticas, es muy bueno en los cálculos, es muy bueno en lo material, pero es absolutamente ignorante en la dimensión espiritual de la existencia. Ruth le enseñó a enfocar su atención para mirar dentro. Solo era mirar dentro, solo era mirar donde él pensaba que no había nada de valor. Un joven como cualquiera de nosotros, atrapado por los sentidos externos y pensando que solo lo real es lo que nuestros sentidos pueden captar.
11:31
Mario Alonso Puig. Pero era tan la pasión con la que Ruth le enseñaba al joven James que James empezó a notar cosas. Y en una ocasión se encontró con tres bullies que quisieron reírse de él, sobre todo un bully que era especialmente agresivo. Y este joven, James, notó que salía de él una fuerza absolutamente desconocida hasta el momento. No gritó, no se defendió, no atacó, simplemente mantuvo una presencia de tal calibre que aquel bully notó como si algo le hubiera golpeado en las entrañas. Y sin mediar palabra, se dieron la vuelta y se fueron. Él empezó a entender que podía cambiar su vida. Él entendió que podía hacer realidad sus sueños, que había una fuerza en su interior que hasta entonces había permanecido escondida y que él podía conectar con esa fuerza interior a través del silencio. Empezó a albergar un sueño: hacerse médico. La carrera de medicina en Estados Unidos, se lo digo porque yo tuve que convalidar mi carrera allí, es sumamente difícil. Los exámenes son de no creértelo. Y él, que aparentemente no tenía un talento especial, movido por esa pasión y esa conexión con su fuerza interior, no solo hizo medicina, no solo hizo una de las especialidades más difíciles que hay en medicina, que es la neurocirugía, sino que además es neurocirujano en la Universidad de Stanford en Palo Alto. James Doty. James Doty pasó de la pobreza a una extraordinaria riqueza material. Extraordinaria. Buscó a Ruth después de muchos años y lamentablemente Ruth ya había partido, pero el recuerdo seguía en su corazón. James Doty llegó un momento en el que dijo: “Realmente esto transforma la vida, he pasado de la pobreza a la riqueza”. Llegó a tener mucho dinero. “He pasado de sentirme insignificante a sentir que soy una persona importante, ni más ni menos que un neurocirujano en la Universidad de Stanford, una de las mejores del mundo.” “He pasado de ser alguien que no tenía amigos a ser una persona a la que todo el mundo quiere invitar a sus casas.” “Pero hay algo en mi que está vacío, ¿qué es? Hizo una reflexión muy profunda, precisamente en una de las maravillosas casas que tiene en California, y llegó a la conclusión de que esa fuerza era real, pero se había olvidado de algo: se había olvidado de que esa fuerza es especialmente poderosa cuando está animada por un sentido de contribución, por un sentido de servicio, por hacer algo no para ti, para sanar tus heridas, sino que te das cuenta de que precisamente tus heridas pueden ser el motor para sanar las heridas de los demás.
15:03
Mario Alonso Puig. El profesor Doty creó el primer centro de compasión que hay en el mundo, está en la Universidad de Stanford. Y es un ejemplo de que realmente hay una magia escondida que se puede liberar. Cuando yo hablo de la importancia de los sueños, de cómo los sueños se hacen realidad, yo estoy aquí por un sueño, para mí sois parte de mi sueño. Cuando se habla de los sueños, dada la bajísima autoestima que nos tenemos, dado lo poco que creemos en nosotros mismos, no solo por el condicionamiento que hemos experimentado, sino por ideas, por creencias disfuncionales, como que hay algo defectuoso en nosotros, que somos culpables de algo que no merecemos ser felices, que no somos suficientes. Cuando yo hablo de los sueños, noto muchas veces las miradas “ojalá”. “Ojalá yo fuera digno de ese sueño” y me gustaría dejaros con una pregunta. ¿Eres tú quién tienes que ser digno de tu sueño, o es tu sueño el que tiene que ser digno de ti? Porque si tu sueño es el que tiene que ser digno de ti y te das cuenta de eso, yo te digo que van a pasar cosas que la lógica ordinaria es incapaz de entender, pero lo que no podemos es negar su realidad. Podemos intentar ocultarla, pero no negarla. Qué maravilla lo que decía Ralph Waldo Emerson: “Trata un ser humano como parece que es y seguirá siendo como siempre ha sido. Trátale como podría llegar a ser y se convertirá en quien está llamado a ser.” No nos olvidemos de esto. La loca de la casa en palabras de Santa Teresa de Ávila, Santa Teresa de Jesús, va a querer constantemente ningunearnos, decirnos que no merecemos ser felices, que nos falta talento, que nos faltan estudios, que nos faltan idiomas. Tú enfócate, porque yo te digo que si pones la atención en la grandeza que hay en ti, poner la atención es también poner la llamada. Ruth miró a este ser humano de 12 años de una manera especial y llamó a esa magia a que emergiera.
17:40
Laura. Hola Mario, soy Laura. Trabajo ayudando a los demás a descubrir sus talentos y quisiera que nos contaras una historia donde esa sensibilidad en la mirada de la que nos hablas sirvió para descubrir su talento.
17:53
Mario Alonso Puig. Yo ahora tengo 69, en noviembre cumpliré 70. Con nueve años de edad en el colegio tuve un profesor, yo fui al colegio Los Jesuitas en Madrid, tuve un profesor, era un sacerdote, el padre Morales, que me he enterado que ahora es reverendo, o sea está en proceso de canonización, que yo no tenía ni idea de que aquello, claro, ni él tampoco decía: “Mirar lo estupendo que soy”. Cuando entraba el padre Morales en clase sucedía algo mágico. Sucedía que todos nos sentíamos seguros. Yo recuerdo que en una ocasión, nosotros tenemos unas islas maravillosas, se llaman las Islas Canarias, son unas islas que yo tengo un cariño enorme y toda España es una parte fundamental de España, y me acuerdo que en un momento determinado empezó a decir el padre Morales, yo tenía nueve años, empezó a decir: “Porque los canarios dicen que no se qué tal cual”. Y yo dije: “Pero padre, ¿los canarios hablan?” Claro, en otro entorno habrían dicho: “¡Pero que tonto es este niño!”. Pero yo me acuerdo lo que nos reímos todos. Yo me acuerdo que no me sentí ridículo, que me sentí como que hubiera aportado algo que había llevado humor. La seguridad que generaba este ser humano en todos nosotros era espectacular. Su sola presencia, cualquier resistencia que tuvieras, cualquier tensión, cualquier inquietud, se desmoronaba. Pero no solo eso, el nivel en el que te sentías valorado, te sentías como un ser absolutamente lleno de valor. Y lo tercero era la velocidad a la que aprendías. Solo saqué un diez en el colegio. En su asignatura. Esas personas son extraordinarias. Y uno dice: “Ojalá me encuentre con alguno de ellos”. Y yo diría lo siguiente: “Por qué no te conviertes en uno de ellos?” Lleva seguridad que nadie se sienta amedrentado a tu lado. Valora las personas. Trátalas con la dignidad con la que merecen. No te quedes en la apariencia, ve al fondo. Y entonces surgirá un talento de esas personas difícil de imaginar. Es una llamada, eso sí que es un Aprendemos Juntos.
21:02
Hombre 1. Hola Mario, un gusto compartir este espacio contigo. Mi pregunta va relacionado al reconocimiento. ¿Es inherente al ser humano la necesidad de sentirse reconocido? Sentir esa palmada en la espalda de vez en cuando. Pero eso no es solo un factor externo. ¿Tú qué consideras que nosotros podemos hacer para hacer que esas personas que nos importan y en las cuales influimos se sientan más valoradas, que sientan que pueden ser valiosas por sí mismas.
21:33
Mario Alonso Puig. ¿A quién de vosotros os gusta el reconocimiento? Ahora no pediré que nadie levante la mano, solo que se plantee la respuesta. ¿Quién de vosotros no puede vivir sin el reconocimiento? Esa es la diferencia. Una cosa es la preferencia, otra cosa es el apego. Si yo estoy apegado al reconocimiento de fuera, es que dentro no me reconozco nada. Cuanto más me reconozca mi valor intrínseco, menos estaré apegado a que los demás me lo reconozcan. Me seguirá agradando, pero no dependeré de ese reconocimiento. Entonces, hay que tener muy claro esto. La persona que verdaderamente se quiere, incluso en sus defectos, que es cuando más necesitamos querernos, le gusta el reconocimiento, pero no depende de él. Por eso me gustaría recomendaros un ejercicio. Quiero pediros que imaginéis que tenéis una barra de labios en la mano, usar la imaginación, poner la barra de labios en vuestra mano. Elegid el color. En el espejo, en vuestro espejo en el que os miráis por la mañana, para peinarnos, para afeitarnos, para lo que sea. Escribid: “Yo te quiero”. Y miradlo cada día. A ver qué pasa. A ver qué pasa. Entonces que tengamos muy claro la diferencia entre una preferencia y un apego.
23:30
Mujer 2. Siento que nuestro mundo cada día más acelerado, más exigente, nos empuja constantemente a esa autocrítica. ¿Cómo podemos cultivar esa mirada más amable, más apreciativa hacia nosotros mismos? ¿Y qué herramienta o consejo nos puedes dar, nos puedes enseñar, sin perder el propósito que tenemos de ser mejores cada día? Gracias.
23:58
Mario Alonso Puig. Vamos a ver. Decía el gran filósofo austriaco Wittgenstein: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Nosotros tenemos que hacer distinciones en el lenguaje porque la mente humana es una mente simbólica. Nosotros vemos a través del lenguaje. Nosotros no vemos la realidad. Nosotros creamos un mundo con la información que nos llega y con la interpretación que hacemos. Entonces, cuando hablamos de crítica tenemos que distinguir la corrección del castigo. La corrección busca reparar un daño, y si nosotros somos indiferentes a la capacidad de corregir a otras personas o corregirnos a nosotros mismos, ¿cómo vamos a mejorar en la vida? Cuando lo que buscamos no es la corrección sino el castigo, conseguimos el efecto contrario, engañándonos a nosotros diciendo que ese es el camino. Por tanto, el arrepentimiento nunca tiene por qué ir acompañado de la culpa y de la vergüenza. Arrepentimiento va acompañado de la tristeza. He cometido un error, estoy triste, tengo que abrazar esa tristeza porque es la que me va a mover a reparar algo pensando en la persona a la que he hecho un daño, que puedo ser yo mismo. Pero cuando yo permito que la culpa entre en mi vida, yo voy a intentar reparar ese daño, no por la voluntad de hacerlo, sino para no sentirme culpable. Es la diferencia en quién está dirigiendo tu vida en ese momento, si el ser o el ego. El ego siempre querrá castigar y nos engañará diciendo que busca corregir. Todos sabemos perfectamente, porque lo sentimos, cuando alguien nos quiere corregir o cuando alguien nos está castigando. Entonces, la crítica, la autocrítica es sencillamente una reflexión para ver aquello en lo que te has equivocado, corregir y avanzar. Y ahora me voy a meter donde no me llaman, pero es que me gusta. La palabra pecado se interpreta como mancha. Yo estoy manchado y como dice Shakespeare en una de sus preciosas obras, ni toda el agua del océano podría limpiar esa mancha. La palabra pecado viene del arameo, el lenguaje que hablaba Cristo. ¿Sabeís lo que significa?, error. ¿Sabéis dónde se usaba?, en el tiro con arco. Has errado, pues si he errado soy flexible y corrijo. ¿Entendéis la diferencia? En un caso, el error te lleva a conectar, a aprender y a mejorar. Creces en los errores, creces en las equivocaciones. Pero no tienes por qué castigarte ni castigar a otras personas.
27:28
Mario Alonso Puig. Entonces esa es la diferencia. Diferencia muy importante porque es lo que marca si vas a ser para ti tu mejor amiga o tu peor enemiga. Y acordaos como el lenguaje en el ser humano conforma su mundo. Si tú, yo, nosotros a partir de ahora, ante un error, en lugar de decir: “Soy culpable o quién es culpable”, decimos: “¿Cómo puedo corregir esto? ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Cómo lo puedo utilizar para crecer y evolucionar?” Hay un antes y un después. ¿Por qué tantas personas tienen miedo al error, queridos? ¿Por qué es tan incómoda la culpa? Es tan duro de llevar. ¿No es ya tristeza? La tristeza es lo que va con el arrepentimiento. La culpa es el gusano que se está comiendo la manzana por dentro. ¿Por qué muchas veces no nos atrevemos más en la vida? Por no sentirnos culpables. Yo, que estoy en contacto con emprendedores de distintos lugares, si ellos vivieran los errores en clave de culpa, no habrían emprendido nada en la vida.
28:51
Mujer 3. ¿Cómo crees que podemos eliminar los estereotipos que a veces aparecen en nuestro ámbito personal o incluso en el profesional?
28:58
Mario Alonso Puig. Las etiquetas están para ponerlas en los objetos. Tú vas a un supermercado y tú ves huevos de una x, dos x, tres x, pimientos. ¿Cómo es que ponemos etiquetas a las personas? Esta es la historia real de un señor que trabajaba en una empresa y había sido etiquetado como la persona menos creativa de toda la empresa. Había sido etiquetado como un ser humano gris, oscuro. El hombre fallece. Van dos compañeros suyos al velatorio, al funeral, y habla la mujer, la esposa. Y empieza a recitar poemas de su marido. ¿Cuál no sería el impacto de esos poemas que estas dos personas, compañeros suyos, se echaron a llorar? Lágrimas que procedían de dos lugares: primer lugar, la belleza, la poesía, el lenguaje del alma como la música, poesía, lenguaje del alma; segundo, ¿cómo es posible que hayamos etiquetado a este ser humano como el menos creativo de toda la empresa cuando es capaz de hacer esa poesía? Entonces, ¿qué ocurre? Que nosotros tenemos un cerebro con dos hemisferios, el izquierdo y el derecho. Cuando éramos pequeñitos, los dos hemisferios eran muy amigos. En su sabiduría, el hemisferio izquierdo sabía que era muy bueno en ciertas cosas. Era muy bueno en la escritura. Era muy bueno en la lectura. Era muy bueno en el cálculo. Era muy bueno en la línea del tiempo: pasado, presente y futuro. Y sabía que el otro hemisferio que no podía hablar, por eso se llama el hemisferio silente, sabía que era capaz de captar realidades mucho más profundas. Captaba la conexión entre las cosas, captaba la emoción interior, la emoción exterior, conectaba con dimensiones que trascienden al ser humano. Pero entonces entramos en un proceso educativo donde todo lo que era el arte, la armonía, la conexión, la visión amplia y profunda pasó a segundo lugar. Sólo importaba la lógica, el resultado, lo que se podía medir, lo que se podía pesar, la res extensa de la que hablaba Cartesio. Y entonces el hemisferio izquierdo empezó a creerse que era más importante que el derecho y empezó, primero, a no dejar hablar al lado derecho y luego llegó incluso a anular funciones del lado derecho y finalmente le tiranizó. Por eso hay muchos problemas que no podemos resolver, porque queremos resolverlos con el hemisferio izquierdo y es el hemisferio derecho el que tiene la clave. Os pondré un ejemplo. En una ocasión vino a mi hospital, yo ejercía la cirugía, ya estaba en España, un paciente con un dolor en la fosa ilíaca izquierda que es aquí y con fiebre, típico de una diverticulitis. Lo divertículos son unos saquitos que salen del sigma. Le pido analítica. Coincidía con una posible diverticulitis. Le mando a radiología. Estaba una radióloga espectacular. Le hace una ecografía y me dice: “Mario, divertículo del libro”. Ya teníamos la etiqueta, ¿correcto? Una diverticulitis. Tienes la etiqueta, tienes el diagnóstico, a poner el tratamiento. Ingreso. Su sobrina era una enfermera maravillosa al hospital, le pongo antibióticos y muy bien. Oye, y que no va evolucionando bien, ¿eh? Hay diverticulitis que se tuercen, es verdad. Pero había algo allí que yo notaba que se escapaba. Vosotros sabéis que la intuición es una realidad, no es una ficción, pero no le hacemos ni caso. Y digo aquí hay algo que se escapa. ¿Qué es?
33:20
Mario Alonso Puig. Yo tengo mucha experiencia en dolor abdominal agudo, entre otras cosas porque tuve al profesor Silent que es uno de los máximos expertos en el mundo, cuando yo estaba en Boston. Le pido otra ecografía al día siguiente. Nada, Mario, diverticulitis de libro, hay que esperar antibióticos. Digo: “Aquí hay algo que se está escapando”. Mi hemisferio izquierdo está haciendo lo que puede para decirme cuál es el problema. Pero hay algo que se escapa. ¿Sabes lo que hice? Me metí en un cuarto, dentro del hospital. Cerré los ojos y conecté con esa fuente de sabiduría que tenemos todos sin excepción. Y conecté de la siguiente manera. PC, ¿qué se me está escapando? Y el hemisferio izquierdo que decía: “No se te escapa nada”. ¿Qué se me está escapando?, ¿qué se me está escapando? Y entonces entré en un silencio y de repente me viene una imagen de una apendicitis aguda en el lado izquierdo. Esto es casi imposible. 99% de los cirujanos seguro que no ven eso en su vida. Pero lo vi como te veo a ti. Y entonces me fui a Ana, la enfermera, le dije: “Voy a operar a tu tío”. Dice: “Doctor, si es una diverticulitis aguda”. Digo: “Es una apendicitis aguda”. Dice: “¿Cómo lo sabe usted?” Claro, yo no le dije que meditando. Yo me inventé una cierta historia. Y entonces me fui a su tío y le dije: “Le voy a operar”. Dice: “Doctor, pero esto no es una cosa…” Dije: “Mire, si es una diverticulitis aguda y le opero, cierro, pero si es una apendicitis aguda y no le opero, usted hace una perforación y una peritonitis.” Y la verdad es que él, un hombre entregado. Dijo: “Doctor, estoy en sus manos”. Dije: “Eso es confiar de verdad.” Abrí y tenía una apendicitis gangrenada a punto de perforarse. La pregunta es: ¿cómo es posible? Os lo voy a explicar. El apéndice sale de una estructura que se llama el ciego, es como una bolsa que tiene forma de gusanillo. Siempre está en la fosa ilíaca derecha, en el lado opuesto. Pero el ciego está unido a la pared posterior al retro peritoneo, por lo que se llama el meso, que es una especie de tirante por donde van los vasos sanguíneos. Es muy corto. En el caso de este señor era así de largo, con lo cual había rotado. El ciego se había colocado sobre el lado izquierdo. Entonces, nosotros tenemos que entender que si no le damos paso al hemisferio derecho a nuestras vidas, no vamos a poder resolver ciertos problemas. Albert Einstein lo vio clarísimamente, dijo: “Ningún problema importante puede ser resuelto en el mismo nivel de pensamiento en el que surgió.” Tu pregunta es: ¿cómo lo hacemos? Yo te he explicado una situación personal. Piensa, reflexiona, utiliza tu hemisferio izquierdo todo lo que puedas, revisa tu experiencia, pero no te quedes en la etiqueta. Entra en el silencio, date un paseo, date una ducha, entra en contacto con el arte, escucha un poco de música, ábrete a que existe algo nuevo que se te está escapando.
36:54
Mario Alonso Puig. La etiqueta la pone el hemisferio izquierdo. El hemisferio derecho es el que nos dice: “Hay un mundo más allá de la etiqueta”. Presta atención a tu intuición. Cuando tú sientas, la intuición se siente en las vísceras, se ha podido fotografiar, se ha fotografiado como del hemisferio derecho sale una descarga de ondas gamma que está conectada con la intuición. Es al hemisferio derecho. De alguna manera lo sentimos en las vísceras. Este tema, hay algo que no me gusta, esta persona hay algo, es amabilísima, hay algo que no encaja. No digo que lo sigamos a rajatabla, digo que le prestemos atención, que dejemos de ser los jueces y nos convirtamos en exploradores, en buscadores de cosas. Porque sucede una cosa, cuando tú tienes una mirada más contemplativa y más exploradora, se revelan cosas. La persona es mucho más creativa. Entonces, trabajemos esa intuición, nadie la tiene muerta, la tenemos dormida. Esto es como, ¿quiénes tenéis niños hasta los cinco años de edad? Levantad la mano. Sois muy jóvenes. Se le hace un test de creatividad a los niños, a los niños hasta los cinco años de edad. ¿Qué porcentaje pensáis que lo pasan? El 98%, 2% no lo pasa. Test de creatividad adaptado a su edad, claro. Los niños ahora tienen 15 años. Pasaron el test, ¿eh? Les vuelven a hacer el mismo test de creatividad adaptado a la nueva edad. ¿Qué porcentaje lo pasa ahora? 35, 40, 50. Estáis utilizando la lógica, eso sería lo lógico, pero no es lo real. Esto no es un signo de victoria, es un 2%. ¿Cómo es posible que pasemos de un 98% a un 2%? Por la preponderancia que le damos al hemisferio izquierdo. Por el poco valor que le damos a la conexión, al juego, al disfrute, al fluir, a las artes como si fueran de segundo nivel. Por eso, en una ocasión, el director del instituto del cerebro en Milán dijo: “Genio se nace y a imbécil se llega.” Y cuando nos preguntaron que por qué, es nuestra forma, en la que nos vamos educando. Por eso hoy, en una época donde la inteligencia artificial está tan presente, es más que nunca necesario recordar lo que nos hace fundamentalmente humanos. Entonces, yo te diría que cuando veas una situación, cuando veamos una situación que notemos algo, no pasemos enseguida, porque el hemisferio izquierdo tiene varias estrategias. Una de ellas es la anulación. Se sabe que puede bloquear funciones completas del hemisferio derecho.
40:15
Mario Alonso Puig. Hay una situación realmente espectacular. Este era un señor canadiense, muy intelectual, muy lógico, muy matemático, un gran inicio izquierdo y tuvo un accidente de tráfico serio y tuvo un traumatismo en el hemisferio izquierdo. Se recuperó y se convirtió en un pintor super afamado. ¿Cómo es posible que una capacidad tan brillante para la creatividad, para la pintura en este caso, estuviera tan bloqueada durante tantos años? Porque el hemisferio izquierdo tiene esa capacidad de bloquear. Pero la segunda es la confabulación. La confabulación es que el hemisferio izquierdo se inventa una historia para que encaje en tu modelo de quién eres. Por ejemplo, haces una cosa fantástica y alguien se te acerca y dice enhorabuena, que bien lo has hecho. Y en lugar de reconocer allí un talento, el hemisferio izquierdo dice: “Has tenido suerte o cuánto te quiere esta persona.” Y te lo crees. Y lo que te crees lo acabas creando. Entonces, ¿qué necesitamos? Armonizar las dos funciones. ¿Es importante la lógica? Soy médico, soy cirujano. ¿Cómo no va a ser importante la lógica? Os imagináis un cirujano que vaya a operar a un paciente y le diga: “Mire, yo de operar poco, pero tengo un nivel de empatía, que esto es un escándalo.” Pues no. Ese cirujano tiene que estar estupendamente bien formado y tiene que tener empatía. Estamos en lo uno o lo otro, es lo uno y lo otro. ¿Tú puedes ser firme? Claro que puedes ser firme, y a veces tienes que ser firme contigo mismo, con tus colaboradores, con las personas. Pero no tienes porque ser duro. La verdad sin compasión es crueldad. Entonces, yo creo que en ese sentido, primero tenemos que saber valorar que tenemos capacidades, todos sin excepción, que no importa donde estés te pueden llevar a otro lugar. Y además lo digo como médico, yo ya hace muchos años que dejé la cirugía. Lo que hago ahora para mí es otra forma de hacer medicina. Nosotros estamos viendo sanaciones de temas que los propios médicos clínicos no entienden. Hemos visto mejoras de cardiopatías, mejoras de problemas diabéticos, gente que ha dejado de usar insulina. El día pasado vino un señor que se está curando un trastorno autoinmune. ¿De qué estamos hablando? Estamos hablando de que aquello que Ruth le enseñaba al joven James, luego un doctor James Doty. Cuando empieza a emerger, eso es verdadera magia. Eso no es un truco. ¿Por qué cómo no vamos a llamar magia a algo que nos ayuda a sanarnos no solo de nuestras condiciones patológicas, porque el cuerpo no funciona bien, sino de nuestras heridas internas, de nuestros traumas pasados que además nos ayuda a conectar con los demás porque no les ponemos etiquetas?
43:19
Mario Alonso Puig. Sabemos que detrás, a veces, de las conductas más inadecuadas solo hay sufrimiento. Conectemos con el sufrimiento, no con la conducta. Que nos ayuda más a conectar con esta naturaleza, a sentirnos parte de ella, a cuidarla. Claro, decía una vez una persona y con esto termino, me decía: “Esto es demasiado bonito para ser cierto.” Yo le contesté algo muy sencillo. ¿Sabes por qué es cierto? Porque es así de bonito. Gracias.