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Cultura para vencer a la barbarie

Alejandro Amenábar

Cultura para vencer a la barbarie

Alejandro Amenábar

Director de cine


Creando oportunidades

Alejandro Amenábar

Alejandro Amenábar es uno de los cineastas más reconocidos del panorama español e internacional, autor de títulos como Tesis, Los otros, Mar adentro o Ágora. Nacido en Chile y criado en España tras el exilio de su familia, su mirada artística está profundamente atravesada por la historia, la memoria y la reflexión sobre los conflictos humanos.

A lo largo de su carrera ha explorado personajes atrapados en tiempos convulsos como Hipatia de Alejandría, Miguel de Unamuno o Cervantes, mostrando cómo la cultura, la razón y el pensamiento crítico pueden iluminar incluso los momentos de mayor oscuridad. Para Amenábar, el cine es una forma privilegiada de divulgar historia a través de la emoción, la imaginación y el vínculo con el espectador.

Su trabajo combina el rigor narrativo con la sensibilidad artística, construyendo películas que no solo entretienen, sino que ayudan a entender el mundo y a preguntarnos quiénes somos. Una obra que es una apuesta por la empatía, la curiosidad y la cultura como antídotos frente a la barbarie.


Transcripción

0:03
Alejandro Amenábar. Me llamo Alejandro Amenábar. Nombre completo: Alejandro Fernando Amenábar Cantos. Y la razón de esto es que en España no es tan común, pero en Latinoamérica sabéis que muchas veces a la gente se le da un nombre compuesto. Y yo nací en Chile. La razón fue que mi madre, que nació en Madrid, en el barrio de Malasaña, vivió la Guerra Civil con seis, ocho años y decidió, muy joven, tenía menos de 20 años, irse a Chile. Iba acompañando a una hermana suya y de pronto se quedó allí a vivir. Yo le he preguntado recientemente, digo: “Mamá, ¿y a ti por qué te dio por quedarte allí a vivir?” Y me dijo: “Bueno, pues porque lo que yo estaba viviendo en Madrid en la posguerra no tenía nada que ver con lo que se estaba viviendo en Chile en aquel momento”. En aquel momento ella empezó, además, a ver cine en salas en Santiago de Chile. Se empezó a ganar la vida como modista. Y más de 20 años después, conoció a mi padre. Chileno. Se casaron. Tuvieron dos niños, yo era el menor. Y cuando yo tenía año y medio, en medio del mandato de Salvador Allende, que fue un mandato con muchas convulsiones políticas, mi madre tuvo el pálpito de que lo que allí estaba pasando ya lo había vivido ella en la Guerra Civil. Entonces ella convenció a mi padre para que se vinieran a España 15 días antes del golpe de Estado de Pinochet. Y aquí nos quedamos. Con lo cual, yo acabé estudiando en la Facultad de Ciencias de la Información e instalándome precisamente en un piso de estudiantes que estaba en el mismísimo barrio de Malasaña. O sea que hice un viaje, mi viaje ha sido literalmente de ida y vuelta. Y esto, nada, para deciros que soy Alejandro Amenábar y hasta aquí puedo leer.

2:15
Cecilia. Hola, ¿qué tal? Soy Cecilia, encantada. Yo para empezar quería preguntarte por qué Cervantes y por qué los años de Argel.

2:23
Alejandro Amenábar. Cervantes es una figura que me empezó a llamar la atención hace ocho años y precisamente su estancia en Argel. Yo de Cervantes sabía lo que muchísima gente, creo, en mi país, en España. Bueno, o en todo el mundo se sabe de Cervantes. Hay como varios ‘highlights’ en su vida. Pero desconocía completamente el periodo del cautiverio en Argel y me pareció muy interesante, sobre todo porque parecía una novela de aventuras. Mi productor decía: “Parece una novela de Alejandro Dumas, con esos cuatro intentos de fuga, el intento de ahorcamiento, cómo lograba siempre salvar la vida a pesar de que era capturado una y otra vez…” Y me lo planteé como película de aventuras, siempre teniendo claro que iba a quedar ceñido a esos cinco años. No me interesaba tanto explorar el personaje desde que nace hasta que muere, sobre todo porque no habría habido espacio en una película, sino centrarme en esos cinco años. Otra de las cosas que me llama la atención del personaje de Cervantes, bueno, lo puedes destilar leyendo ‘El Quijote’, que es una de las cosas que tuve que hacer para preparar esta película. Porque en este país ya sabéis que todos hemos leído ‘El Quijote’, pero ninguno hemos leído ‘El Quijote’. Entonces me lo tuve que leer de principio a fin y lo que ves es un juego de empatía entre dos personajes. Dos personajes que se enriquecen, que se transforman, se van impregnando el uno del otro. Entonces eso yo creo que estaba en alguien como Miguel de Cervantes. Alguien que debió ser un ser muy, muy empático. Alguien que era capaz de convencer a sus compañeros de prisión para que se embarcaran una y otra vez en esos intentos de fuga. Bueno, no sé, yo me lo imaginé como alguien muy, muy carismático. Y por supuesto con sentido del humor, que es algo que también tiene un hueco en su obra. Y me llamó mucho la atención cuando intentas buscar referencias, en mi caso referencias cinematográficas, que no hay prácticamente ni una película. Hay una película de 1967, creo, de Sherman, una miniserie de televisión de Alfonso Ungría en los años 80 y no hay más sobre el personaje más icónico de la literatura española y uno de los más importantes de la literatura universal. Entonces eso hizo para mí el doble reto de hacer una película, digamos, o la película que yo sentía que Cervantes se merecía. Porque Cervantes es ese ilustre desconocido. Yo además que vivo delante de su estatua tengo, todas las mañanas veo, desde hace más de 20 años, a Cervantes y a sus criaturas, a Sancho y Don Quijote y un desfile de turistas japoneses sacándose las fotos. Pero claro, es esa estatua que ves todos los días y no te paras a mirarle a los ojos o a preguntarte quién es. Y yo con esta película sobre todo, como os decía antes, no quería hacer solo los grandes titulares de su vida, quería entender. Digo: “Este tío va a acabar muchos años después, no en el momento que se cuenta la película, pero muchos años después, va a acabar escribiendo la obra que se convertirá en probablemente la novela. La primera novela moderna, una de las novelas más importantes y parece que la más leída de todos los tiempos”.

5:37
Alejandro Amenábar. Digo: “¿Quién es este individuo?” Entonces yo quería intentar encontrar a la persona, el alma del personaje. Luego, cuando fui investigando más, me fui dando cuenta por lo que te decían los propios biógrafos, los libros de historia, que esta época es crucial para entender al Cervantes ser humano y al Cervantes artista, porque muy probablemente su vocación de contar historias nació en el presidio, cuando él empezó a contar historias a sus compañeros de prisión. Y eso es algo con lo que ya conectaba íntimamente conmigo. Y entonces ya se convirtió en un proyecto muy personal. Y de hecho, yo creo que de alguna manera es mi proyecto más autobiográfico.

6:18
Mujer 2. Hola Alejandro, es un placer. A lo largo de tu carrera has contado historias protagonizadas por Hipatia de Alejandría, Unamuno, ahora Cervantes. Y quería preguntarte si tú crees que el cine es una buena manera de enseñar historia.

6:33
Alejandro Amenábar. El cine, me atrevería a decir que es la perfecta manera de enseñar historia pero claro, estoy barriendo para casa. Pero el cine tiene algo muy importante, y ya que hablamos de divulgación, es la conexión por la vía de la emoción. Yo siempre insisto, de todas formas, cque cuando haces películas y en este caso, además porque ha habido, ya sabéis, o si no lo sabéis, ya os lo digo yo, cierta polémica en España por la condición sexual del personaje. Yo parto de la base de que cuando haces una película o escribes una novela estás ficcionando. Desde el minuto uno, la primera frase, todo te lo tienes que imaginar. Hay cosas que están más o menos demostradas, otras que forman parte de lo probable, pero finalmente te lo tienes que imaginar. Esa imaginación es necesaria precisamente para conseguir el vínculo emocional. Porque en un párrafo de un libro de texto, en un ensayo está perfectamente puesta la fecha, lugar, etcétera… pero lo que allí pasa una vez que esos dos personajes, en este caso Cervantes y su captor, que se sabe que se conocieron, pero yo ahora tengo que entrar en qué se dijo, en qué se dijeron. Entonces tengo que imaginar. Y eso es lo que me permite crear ese vínculo, porque transporto al público, en este caso a vosotras, a vosotros a ese lugar, ese momento y os hago vivir o sentir lo que los personajes sentían. Es esa mezcla, insisto, de divulgación y de imaginación. Y para mí es perfecto porque la vía de la imaginación o de la emoción es la que para mí da sentido a mi arte. Es decir, que para mí el cine lo que tiene de hermoso es que te hace soñar, te lleva a otros sitios y a veces, como dice mi productor: «A ver si se te ocurre una más baratita». Porque evidentemente hace unos años hice la película ‘Ágora’, y cuando analizabas Alejandría, siglo IV, pues ya se te ponen los pelos de punta porque tienes que recrear eso. Pero toda esa labor de recreación también depende, entiendo, de la seriedad con que te lo tomes. Ahora se ha discutido precisamente la última película, ‘Gladiador II’, de Ridley Scott, donde se sabe que hay clarísimamente cosas que forman parte de lo imposible. A mí me gusta, cuando hago cine basado en hechos reales o basado en hechos históricos, moverme entre el nivel que va de lo probable a lo probado. Me gusta más eso. Pero, sobre todo, te ayuda a aprender. Aprendo muchísimo haciendo películas porque muchas de las cosas en historia, a mí me gustaba mucho la historia, la asignatura de niño. Pero hay partes de esa asignatura o esas partes de la asignatura que quedan un poco relegadas y, no nos engañemos, en mi época por lo menos, yo soy un poquito postboomer, por la Guerra Civil pasábamos de puntillas porque veíamos toda la historia de España y cuando llegaba la Guerra Civil, de pronto habías pegado cuatro saltos y estabas ya en la transición. Hacer una película como ‘Mientras dure la guerra’ a mí me obligó a ponerme las pilas sobre cómo se había gestado el golpe de Estado. Es muy interesante hacer cine histórico porque te ayuda a aprender.

9:56
Alejandro Amenábar. Y luego yo en parte intento transmitir eso al público. También sin obsesionarte. Creo que hay que establecer una barrera en la que dices: «Bueno, esto a partir de este punto, si una persona está interesada, lo que tiene que hacer es leer el libro correspondiente, el ensayo correspondiente». Pero por lo menos sembrar la semilla de la curiosidad en la gente.

10:18
Hombre 1. Buenas Alejandro, yo quería preguntarte que imagínate que dentro de 30 años tuvieras la posibilidad de hacer una película sobre la época que estamos viviendo ahora. Me preguntaría que qué personaje escogerías como protagonista.

10:30
Alejandro Amenábar. Bueno, yo no sé si un personaje, porque tú sabes que cuando haces una película, o es mi caso por lo menos, intento identificarme con el personaje protagonista. Pero aquí se me hace muy difícil identificarme con él. Pero hay un hecho que no aparece reflejado ahora mismo en el cine actual y muy particularmente en el cine de Hollywood. Y me parece un hecho sumamente cinematográfico, porque creo que es uno de los acontecimientos más importantes, y casi lo digo con valoración negativa, que hemos vivido en el siglo XXI, y es el intento de asalto al Congreso de los Estados Unidos. Creo que ese grupo de policías que estuvieron conteniendo las puertas literalmente a ese ejército de gente que a mí me recordaba, y lo digo porque he visto algún reportaje, a una película de zombis, conteniendo a la masa que va a entrar a arramblar. Eso, de alguna manera, lo había descrito en mi película ‘Ágora’ en la invasión de la Biblioteca de Alejandría, y me parece un hecho muy, muy cinematográfico. Y, además, tienes el villano perfecto que es Donald Trump. Pero me sorprende, bueno, no me sorprende, que no se esté tocando ese tema ahora mismo en el cine estadounidense, pero creo que esa historia hay que contarla.

11:54
Mujer 3. Hola Alejandro, encantada de conocerte. A mí me gustaría preguntarte que en películas como ‘Ágora’ o ‘Mientras dure la guerra’ apelas por la cultura frente a la violencia. Entonces, a mí me gustaría saber si crees que en estos tiempos tan convulsos la cultura es la mejor herramienta contra la barbarie.

12:06
Alejandro Amenábar. Bueno, se siente casi que es como una obviedad, ¿no? Más que, fíjate, más que de la cultura, me gustaría hablar de la razón o conocimiento y razón, que en definitiva también eso es cultura. Sí, me interesan. A veces he acabado en esos personajes. Creo que no de forma deliberada, inconsciente, probablemente, pero he acabado en el personaje de Hipatia, en mi película ‘Ágora’ o Miguel de Unamuno en ‘Mientras dure la guerra’. Son dos intelectuales que se ven atrapados en tiempos convulsos. Yo, que precisamente he vivido una de las etapas menos convulsas, creo, después de haberme librado. Mi madre sistemáticamente se libró de la posguerra de Franco, yo me libré de la dictadura de Pinochet. Y los 80, ahora por lo menos, a mí me parecen bastante plácidos. Una época bastante plácida en la que había una voluntad de entendimiento en la sociedad española. Seguro que habría políticos que te dirán que no, que aquello era una jauría, pero mi sensación es que era mucho más plácido que lo que estamos viviendo, que los tiempos que estamos viviendo ahora, no solo en España, sino a nivel global. Entonces, muchas veces lo tienes que hacer cuando escribes sobre personajes, te pones en su situación. Y a una persona, a un personaje como Hipatia no llegué directamente. Yo estaba interesado en hacer una película sobre la astronomía y la astronomía me llevó a ir buscando las grandes mentes que han ido descifrando los secretos del cosmos, muchas veces desdiciéndose unos a otros. Eso me resulta apasionante. Como Einstein lo que hace es refutar a su ídolo absoluto que era Newton. Y aquello me llevó a Hipatia. Hipatia era uno de los personajes que estaba allí en esa lista de intelectuales. Cuando analizas las vivencias de Hipatia, las circunstancias en las que muere y lo que le toca vivir, lo que os decía antes, el asalto al Congreso. Le toca vivir el asalto al símbolo de la cultura, símbolo máximo de la cultura que en ese momento era la segunda biblioteca de Alejandría, la primera se había quemado previamente, pues lo hacían muy, muy, muy interesante. Y luego comprobar como esas voces no dejan de ser voces moderadas. En el caso de Hipatia se sabe que su mejor amigo era cristiano pero ella a la vez se movía en círculos paganos… Entonces era una persona capaz de convivir con el distinto. En definitiva, eso nos está hablando de tolerancia. En el caso de Miguel de Unamuno, justo en la época en la que mi madre acababa de nacer hacía unos años, aparece este señor que es un intelectual muy reputado, pero que prácticamente viene del siglo anterior, del siglo XIX y que tiene que posicionarse.

15:23
Alejandro Amenábar. Y no solo se posiciona, sino que da la vuelta a su posición. Ahora, en estos tiempos que estamos viviendo, que yo quiero pensar que no vamos a vivir un enfrentamiento armado, por lo menos no en España, vives la furia que se vive en el Congreso, la pasión y, me atrevería a decir, la falta de educación que vives a veces entre sus señorías y que se transmite a la calle, se transmite al parque donde estás paseando al perro. A mí me pasaba, hace unos años cuando paseaba el perro con un grupo de jubilados y allí se gestaba una discusión que a veces era muy, muy acalorada. Y a mí se me pedía opinión. A mí me gusta muchas veces observar y copiar voces, registrar, pero no intervenir necesariamente. Y en algún momento se me pedía opinión. Y bueno, dentro de no intentar entrar al trapo, sobre todo, no me gusta enemistar a la gente, pero sí me gusta manifestar mi punto de vista. Bueno, sentí que un poco lo que me estaba pasando era lo que le estaba pasando a Unamuno cuando tuvo que dar su opinión primero sobre el golpe y luego cuando tuvo que desdecirse. Entonces encuentro esa conexión con esos personajes y me gustaría pensar que mi voz y la de tantas otras personas que pensamos que hay que hacer una llamada a la moderación en los tiempos que corren, no vamos a ser barridos por esa oleada de sangre que parece que tristemente de vez en cuando nos invade.

16:58
Hombre 2. Hola Alejandro, muchas gracias por tu cine en el que nos has mostrado personajes de los que no sabíamos nada o de los que teníamos un conocimiento distorsionado. Mi pregunta va acerca del proceso creativo. ¿Te tropiezas con el personaje, o sea, decides hacer una película sobre un personaje determinado o, como el caso de Hipatia, estás buceando un tema y de repente te encuentras con un personaje y dices este es mi personaje?

17:28
Alejandro Amenábar. Bueno, tú lo has dicho. En el caso de ‘Ágora’ fue exactamente así. Yo quise investigar o leer o estudiar la teoría de la relatividad. Yo fui muy malo en ciencias, matemáticas ya ni te cuento, pero por la relatividad habíamos pasado de puntillas. Y de pronto me llamaba la atención algún reportaje que había visto o la serie ‘Cosmos’ de Carl Sagan, y entonces empecé a bucear en la relatividad. Y claro, la relatividad me lleva a Newton, Newton me lleva a Copérnico. Y cuando eso lo tienes que materializar en una película, acabas contando la historia de Hipatia. Pero esa historia, además se nota en la película, está muy teñida de ese interés cosmológico. Yo tenía en ese momento, ahora ya no lo tengo tan despierto, una auténtica obsesión por el tema de las galaxias. Y ahí acabas en ese personaje. Otras veces, como os contaba antes, sacando al perro en el parque y luego en la sección de libros ver: ‘La Guerra Civil contada a los jóvenes’, por Arturo Pérez Reverte. Y digo pues mira, yo no soy joven, pero sé muy poco de la Guerra Civil, así que me lo voy a comprar. Y ahí encontré el discurso de: “Venceréis, pero no convenceréis”. Y Digo: “Coño, ¿que esto lo dijo Unamuno?” Y alrededor de eso pensé que se podía construir una gran película sobre nuestra Guerra Civil. Ahora, en el proceso en el que estoy inmerso, que es una película completamente inventada, digamos, no hay personajes reales, pero también es una pregunta que tú te haces como guionista o con tus coguionistas: «¿Quién es esta tipa?, ¿de quién estamos hablando?». Te lo pones en la pizarra y ves qué es lo que persigue, qué es lo que define el personaje, a veces incluyes elementos de gente que conoces y, sobre todo, pones también mucho de ti. Cuando en algún punto he leído peyorativamente de la película que yo en ‘El Cautivo’ me lo he llevado a mi terreno, a Cervantes, digo: “Por supuesto, es que yo tengo que crear los vínculos con ese personaje”. O sea que siempre pones algo de ti en todos los personajes de las películas.

19:41
María. Hola Alejandro, soy María, fan. Me encanta el cine, me parece una manera de aprender espectacular. Aquí en esta casa, Aprendemos Juntos, nos han enseñado que realmente la emoción es una de las formas de aprendizaje mejores. Entonces bueno, me encanta. Y ahora para hacerte la pregunta, quería comentar que en el personaje de Hipatia destacaste, reivindicabas el papel de la mujer en la ciencia y en el arte.

20:08
Alejandro Amenábar. Entonces quería saber qué te parece pues el auge de las directoras españolas ganando premios en los festivales y llenando las taquillas. Bueno, yo estoy encantado. No he visto ‘Los domingos’ de Alauda Ruiz de Azúa, pero lo que hizo en su trabajo anterior, ‘Cinco lobitos’ y ‘Querer’… De nuevo, ‘Querer’ es una serie con la que aprendí mucho, de un planteamiento muy particular de la violencia doméstica. Aparte que se aprende un montón de juicios y de cómo se celebran aquí en España. Me encanta Carla Simón. Bueno, yo creo que es fundamental. O sea está claro que la discriminación histórica ha existido en géneros. Me parece en ese sentido muy interesante, muy importante la discriminación positiva, tratando de que venga toda una nueva generación de mujeres cineastas. Y bueno, me da mucha envidia porque yo creo que ‘Los domingos’ se va a llevar unos cuantos Goya este año.

21:16
Inés. Alejandro, encantada. Soy Inés, estudiante de cine, y la verdad es que a mí, por ejemplo, me impactó muchísimo esa escena de Gran Vía en ‘Abre los ojos’ y cuando está totalmente vacía. Y la verdad es que me gustaría saber si tienes alguna recomendación para esa gente que está empezando a hacer películas o cortos para darles como ese valor de producción que da pues una Gran Vía vacía con menos costes de producción.

21:41
Alejandro Amenábar. Porque claro, no es una superproducción como otras películas tuyas. Para eso tengo una visión bastante responsable hasta que llegue la IA y nos lo haga todo. Hacer películas y hacer cortos cuesta mucho dinero. Entonces mi recomendación es saber priorizar. Por supuesto, doy por descontado la capacidad de trabajo para llevar la lección aprendida cuando vas al set. Como decía antes, yo cuando voy al set no me importa que un actor o una actriz me diga: “Oye, ¿por qué no hacemos este cambio?” Sí, una labor importante es saber cazar las buenas ideas al vuelo cuando te las lanzan. Pero intento no ir a ciegas al set. ¿Por qué? Porque cada minuto cuenta en el set. Eso se lo aprendí a Steven Spielberg, rodando. Spielberg tuvo la generosidad de invitarme dos veces a un rodaje suyo. Y recuerdo la primera vez que le vi rodar un plano. Hizo tres tomas y yo, iluso, pensé: “Está mal, está mal. Esto irá a repetir”. No, no lo repitió. Entonces, cuando ves luego la película y ves el plano en la película, entiendes que es lo que él ha priorizado. Y para mí eso es muy importante. Cuando hay una actriz que te da una mirada maravillosa, que sabes que es magia, si te enredas en las diez, 20 tomas siguientes, porque el problema con esa mirada es que había habido un foco que estaba mal colocado y entonces ahora voy a intentar reproducir la mirada más el foco, más el ‘travelling’ perfecto, la has cagado. Tienes que saber priorizar porque realmente optimizas el rodaje y consigues mucho más de lo que conseguirías habitualmente.

23:30
Hombre 3. Hola Alejandro. En tu primera película denunciaste el sensacionalismo y la representación de la violencia. ¿Cómo se haría ‘Tesis’ en la época actual de las ‘fake news’ y de las ‘influencers’?

23:45
Alejandro Amenábar. En realidad, para eso me considero Unamuniano porque soy una persona del siglo pasado. Yo soy todavía analógico y estoy muy poco metido en redes. Soy consciente del poder de las redes. Pero ‘Tesis’ sí, es una película que desde el punto de vista tecnológico ha quedado superada porque lo que se plantea allí es a través del mundo de la televisión y el mundo del vídeo. El ‘snuff’ no dejaba de ser una metáfora, una leyenda urbana. No creo que hubiera una red organizada para matar gente y grabar imágenes sangrientas. Pero también tengo la sensación de que, efectivamente, el planteamiento de la película, era un planteamiento moral. Hasta qué punto nosotros somos esclavos de las imágenes y muy particularmente de las imágenes morbosas. Eso a mí me preocupaba por lo que veíamos en televisión, que en aquel tiempo. En el tiempo que concebí esa película yo creo que fue el caso, el triste caso de las niñas de Alcàsser. Entonces veías que en televisión se había tocado fondo a la hora de dramatizar y hacer espectáculo de la tragedia. Pero ahora tengo la sensación de que ha sido completamente superado a través del mundo de las redes. Y sí, me atrevería decir que hasta de las plataformas. Es decir, hoy cualquiera puede ver lo que le apetezca. Para mí es interesante, pero no sé cómo sería planteable porque nunca me he planteado hacer una actualización de una película como ‘Tesis’. Pero estamos viviendo la llegada de la inteligencia artificial y como eso afecta. Ya de por sí la sociedad está completamente afectada por esa búsqueda de estímulo permanente a través de las historias de Instagram, digo todo esto por lo que veo a mi alrededor, porque como os digo, yo no he conseguido engancharme, pero veo que eso funciona así y me pregunto cómo será cuando con la inteligencia artificial tú seas capaz de modificar tu entorno, modificarte tú y por supuesto generar imágenes aparentemente reales que sean completamente falsas. Pero no me veo ahora con fuerzas de hacer una película sobre eso.

26:00
Hombre 4. Hola Alejandro, mucho gusto. Esta pregunta viene desde el lado técnico, desde un director de fotografía en crecimiento. ¿Cómo eliges tú al director de fotografía? ¿Qué es lo que buscas para tus películas y de qué manera trabajas en eso? Si te involucras mucho en la dirección de fotografía o trabajas un poco más desde atrás con los actores y todo eso.

26:21
Alejandro Amenábar. A mí me gusta prácticamente involucrarme en todo lo que tiene que ver con el audiovisual. Muy especialmente la música, porque me ha gustado la música de cine desde que soy niño, pero de fotografía no entiendo «ni papa». De hecho, no he repetido con un solo director de fotografía más de dos proyectos. El tercero siempre ha cambiado, en realidad, porque me dejo asesorar por mi productor, con el que llevo ya trabajando la tira de años y buscamos siempre al alma idónea para la película. Y en este caso creo que he cumplido ya tres proyectos. He batido mi récord Guinness con Álex Catalán porque empecé con él ‘Mientras dure la guerra’, donde me entendí lo justito con él. Luego hicimos la serie ‘La Fortuna’, y ahí realmente congeniamos y nos empezamos a pillar el punto el uno, al otro. Y ahora en ‘El Cautivo’, donde la simbiosis y la química era perfecta. Y es básicamente, él sabe. Como os he dicho antes, me gusta controlar mucho lo que es el encuadre y el lenguaje visual. Es decir: dónde se va a mover la cámara y por qué. También porque tengo ideas muy, muy claras cuando voy al set, que estoy dispuesto a deshacerlas completamente si, por ejemplo, como pasó aquella vez con Álex Catalán, me dice: “Oye, esto lo suyo es que lo plantees en plano secuencia». Y literalmente tuve que reescribir la secuencia para poder encajarlo en un plano secuencia. Pero generalmente doy muy pocas indicaciones al director de fotografía. Confío en su sensibilidad y si son buenos o buenas, desde luego entienden más que de luz. Entienden. Cuando leen el guion te dan otras claves más profundas. Y yo, por lo demás, puedo plantear, pues, que esta escena la veo más íntima, esta escena me parecería que estaría mejor con menos luz, pero creo que pocas veces he cambiado o he mandado cambiar la iluminación de un set. Una vez que lo he visto, yo dejo que hagan eso. Eso sí, valoro la velocidad. Porque cuanto más tiempo consuma la colocación de las luces, menos tiempo voy a tener yo para repetir tomas. Entonces valoro a los encargados de fotografía que van relativamente rápido. Álex no es de los más rápidos, he de decir. Y Javier Aguirresarobe también es uno de los mejores directores con los que he trabajado. Él hizo la fotografía de ‘Los otros’ y de ‘Mar adentro’. A veces al entrar en el set para hablar con Nicole tenía que abrirme paso entre un bosque de corchos porque lo tenía todo aquello que parecía un iglú rebotando las luces.

29:09
Mujer 6. Hola. Mira, con ‘Mar adentro’ te atreviste a contar una historia tan dura como la de Ramón Sampedro.

29:15
Alejandro Amenábar. ¿Crees que el cine puede ayudar a que esta sociedad avance generando temas de debate tan delicados? Bueno, a mí en general me gusta hablar de cualquier cosa. Mis padres, la verdad que para eso han sido, ¿cómo decirlo?, suficientemente inconscientes, o todo lo contrario, para abordar cualquier tema. Y cinematográficamente me gusta hacerlo. Entonces sí, claro. Cuando una película plantea temas polémicos, a mí me parece doblemente interesante. Yo creo que el cine puede abrir los ojos de alguna manera a mucha gente y puede cambiar la perspectiva. Una serie de la que aprendí mucho, no es película, es una serie, es ‘Veneno’. Yo como homosexual, de alguna manera iba por la vida muy tranquilamente, pensando que conocía perfectamente no solo mi entorno, sino el mundo trans por lo que he conocido, travestis, etcétera. Todo un mundo que cuando vi esa serie me ayudó a verlo desde otra perspectiva, que es el de la normalización y la lucha por la inclusión, absolutamente normal en la sociedad. Bueno, ese cambio mío de sentir que me había quedado absolutamente obsoleto, se da en este caso por un producto audiovisual. Dicho esto, no me gusta ir dando lecciones morales. Ya he dicho alguna vez que prefiero que mi cine sea más de preguntas que de respuestas. E incluso a veces, cuando intentas ser muy expeditivo con algún mensaje, el miedo que me da siempre es que la película quede anclada en su tiempo y que quede obsoleta. Para que algo, digamos, trascienda y tenga una vigencia al menos de una década, tienes que no anclarte por esa realidad y no ser tan burdo en el mensaje que a lo mejor es muy válido hoy y no será tan válido mañana. Pero me resulta muy interesante cómo a veces las películas incluso eligen su propio camino. Es decir, cuando yo planteé esta última película, ‘El Cautivo’, después de todo lo que había leído en los libros de historia, aparecía esta posible homosexualidad o esta relación homoerótica entre Miguel de Cervantes y su captor Hassán Bajá. Bueno… ¿cómo coges ese toro? Entonces, en mi caso, yo que nunca había hecho películas con tema homosexual, sentí en algún momento que me estaba apartando, que mi propia condición sexual me estaba haciendo obviarlo. Hasta que de pronto dije: “Vamos a ver, si me avergüenzo de esto, si estoy intentando ocultar esto, es que me avergüenzo de mí mismo”. Porque yo entiendo que una relación homosexual en el siglo XVI podía ser motivo incluso de hoguera.

32:18
Alejandro Amenábar. Pero estamos en el siglo XXI y concretamente en España. Entonces dije: “No, no, esto hay que hacerlo, hay que contarlo. Si yo creo que esto es una posibilidad y muy probable la voy a explorar”. Pero independientemente de la vehemencia con la que yo me expresé en la ficción, al final el público es, bueno, no sé cuántos de aquí habréis visto la película, pero tengo la sensación de que al final el público es quien decide qué es lo que le pasa en la cabeza al personaje. Y hay gente que piensa que efectivamente Cervantes se enamoró de su captor. Y hay otra gente del público que piensa que Cervantes lo que está haciendo es sobrevivir y se está buscando el cariño del Bajá. Es decir, es un ejemplo de que aunque yo haya intentado dar la respuesta en la película, al final se queda planteada la pregunta. Y en el caso de ‘Mar adentro’ no es tanto que yo pretendiera cambiar conciencias. Yo, evidentemente, me identificaba plenamente con Ramón Sampedro. No llegué a conocerlo. Pero todos conocéis, por lo menos los de mi generación conocéis, aquel caso y todo el debate que suscitó la grabación de su muerte, que él se empeñó en que se grabara para crear un impacto en la sociedad española. Y bueno, no lo he conocido pero sí empatizaba con lo que él sentía. Es decir, yo si fuera un C7, como era él, yo creo que habría luchado por ejercitar lo más posible el movimiento de mis extremidades, no habría deseado la muerte. Pero sí entiendo casos extremos. Por ejemplo, que tú padezcas ELA. Por supuesto, ahora hay que apoyar e impulsar la nueva ley para cuidados paliativos para enfermos y enfermas de ELA pero también la posibilidad de una muerte digna si tú así lo decides. No quise tanto insistir en, insisto, estoy contando la película desde el punto de vista de Ramón Sampedro, pero lo que quería era hacer una reflexión sobre nuestra posición ante la muerte, más que la defensa legal. Sobre toda la parte legal de la película le propuse a Mateo Gil, mi coguionista: “Vamos a dejarlo aparte, no vamos a insistir en la batalla legal de Sampedro, porque esto se va a superar. Si no es ahora, será». Y mira, 20 años después ya está aprobada la ley para una muerte digna. Pero sí en cómo vivimos la muerte de alguna manera y cómo nos enfrentamos a ella, que es algo inevitable. No ya de tus seres queridos, porque tarde o temprano, a poco que transites por la vida, te vas a encontrar con un palo muy gordo. Porque si no ha sido tu padre el que se ha muerto siendo tú muy joven, pues va a ser un amigo o una amiga a la que querías mucho, si no luego con tu propia muerte. Y trasladar eso a una película a mí me ayuda primero aprender a hacerlo, a enfrentarme a la muerte. Y lo quería transmitir, dejárselo al público como una especie de bálsamo. Si quieres bálsamo preparatorio. Entonces sí que el cine tiene ese poder y lo reivindico. Claro.

35:26
Toni. Hola Alejandro, me llamo Toni. Soy actor y cómico y quería preguntarte: has hecho cine de terror y de aventuras, entre otros géneros, pero ¿te atreverías con una comedia?

35:38
Alejandro Amenábar. Hace unos años me acuerdo que me llamó Santiago Segura. ¿Cómo no? Y me dijo: “Amiguete, ¿por qué no haces una comedia? Y vista la recaudación que hace él con sus comedia igual debería lanzarme. La verdad es que como género disfruto mucho viéndolo como espectador, pero no me ha llamado como creador. Pero sí es verdad que el humor está presente en mi vida y el humor está presente en mis películas. Ya desde mi primera película, desde ‘Tesis’, siempre a través de algún personaje que puede un poco liberar la tensión a través del humor. Me gusta el humor. Y en el caso de una película sobre Cervantes, no nos olvidemos, Don Quijote es una parodia de las novelas de caballería. Es algo así como lo que vendría a ser ‘Aterriza como puedas’ o ‘Agárralo como puedas’ en aquel momento. Es una novela humorística. Pues sí, me parecía que el humor tenía que tener un hueco en la película, pero tenía que ser el género adecuado. Es decir, cuando encuentras una historia como la de ‘Mar adentro’, creo que ni el humor, ni el terror que había sido hasta entonces el género que más había recurrido junto suspense, no era el adecuado. Me gusta que acabáramos eso de humor con esto. Recuerdo cuando fui al cine a ver ‘Cinema Paradiso’. Es una película en la que yo me reía y lloraba a la vez. Eso lo he intentado reproducir precisamente en una película como ‘Mar adentro’. Me gusta esa sensación, ¿no? Estar riendo y estar llorando, por qué no.

37:14
Rosa. Hola Alejandro, soy Rosa. Me gustaría preguntarte: si tuvieras que elegir una película, ¿cuál sería la película que recomendarías y por qué?

37:23
Alejandro Amenábar. Pues hace poco llegué a una conclusión. A ver, una de mis películas favoritas, porque hay varias, siempre es difícil decir una. Pero hay una que tengo en un póster retroiluminado gigante en casa, con lo cual supongo que es mi favorita. Y es curioso porque en mi cine, como os he dicho hace un momento, intento hacer un cine accesible que encuentre a los espectadores. No me gusta hacer películas crípticas donde haya que intentar adivinar lo que he intentado contar. Me gusta ser entendido. Y por supuesto me gusta, como os decía antes, que haya personajes. Y probablemente mi película preferida de la historia es una película críptica y una película sin personajes en absoluto que se llama ‘2001’, donde el personaje más interesante probablemente sea el robot. Bueno, forma parte de la contradicción. Mi película favorita es una película críptica que mucha gente no entiende y donde no hay personajes.

38:28
Gustavo. Hola Alejandro, soy Gustavo. Antes de nada, muy agradecido por todo lo que nos has regalado con tu arte hasta ahora. Mi pregunta es: tú que ganaste un Oscar siendo tan joven, ¿no te entraron dudas entonces diciendo: “Ahora tengo que hacer una película igual de buena que esta o cambiar de profesión”?

38:46
Alejandro Amenábar. Muchas gracias. Bueno, cambiar de profesión me lo he planteado alguna vez porque en las salas a veces hay años que son muy malos y digo «me vendría mejor montarme bar. Pero «Amena-Bar», además. Pero casi me atrevería a decir que fue probablemente después de ‘Los otros’, cuando se esperaba que mi siguiente paso fuera una película en Hollywood, en inglés. Y la historia que me llamaba era ‘Mar adentro’. Es fantástico ganar un Oscar porque es el sueño y quien diga que no, miente. De los que nos dedicamos a esto es como el icono. Y es muy divertido ver cómo la gente se comporta con un Oscar porque todo el mundo quiere la foto con el Oscar, aunque solo sea como imagen. Es muy divertido. Pero luego a mí lo que me guía realmente es esa pasión. He tenido la suerte de poderme apasionar con mi trabajo. Sentir que hago algo al dictado, ya desde niño ya no me gustaba. Cuando me ponían tema de redacción, simplemente que me pusieran tema, ya me daba un poco de rabia. Yo prefería tema libre. Y entonces lo que pasó después del Oscar muy probablemente es que era el momento en el que yo pude haber dado el salto que han dado otros cineastas que se han atrevido y han dicho: “Yo voy a lidiar en esa jungla que no deja de ser la meca del cine”. Y yo decidí que lo que debía guiar mi carrera era mi siguiente historia. Y es lo que me tiene obsesionado durante los años siguientes. Es decir, me guío por la historia que tengo que contar y todo lo demás sobra. Mentiría si dijera que no pesa. Evidentemente, la carrera que tienes o los premios que has ganado, los éxitos que has tenido. Pero al final te tienes que desembarazar de todo esto. Cuando hice ‘Mientras dure la guerra’, leyó el guión un amigo mío, una persona que se dedica al cine y me dijo: “Ni se te ocurra hacer esta película. Por favor, no la hagas. Va a ser el final de tu carrera. ¿Cómo se te ocurre meterte en este berenjenal? El mundo militar y encima metes a Franco, la vas a liar parda”. En fin. Pero es que cuando decidí contar la historia de este joven Miguel de Cervantes, ‘El Cautivo’, otro amigo me dijo: “Por favor, mira tu carrera en retrospectiva, no puedes hacer esto”. Pues se puede.

41:15
Mujer 8. Hola Alejandro. Bueno, primero de todo muchas gracias por no haberte ido a Hollywood después de haber ganado el Oscar y también por no haber cambiado de profesión y haber puesto un bar. Entonces, bueno, yo quería preguntarte ¿cómo afecta a tu vida personal las críticas a tu trabajo?

41:37
Alejandro Amenábar. Hombre, cuando haces una obra te expones a que la gente opine sobre ella, porque de eso se trata. Entonces yo creo que, fíjate, cuando hice uno de mis primeros cortos que ganó un montón de premios y de pronto hubo un festival donde no lo habían seleccionado siquiera, yo llamé indignado a la dirección del festival para protestar, porque claro, como es posible que me han dado el premio aquí, aquí y aquí, y aquí no está ni siquiera seleccionado. Y me dijo algo así como: “Que te peines”. Y fue una manera muy interesante, una lección de humildad en la que aprendes que no puedes gustar a todo el mundo. Hay una práctica que suelo hacer que es que cuando sé que la crítica es negativa, y no tengo redes, pero hay amigos que me leen cosas y tal, cuando sé que es negativa, no me molesto tampoco demasiado en leerla. La leo por encima pero no me obsesiono. Y luego también, siempre he dicho que las películas las hago en una pantalla de cine de cara a los espectadores. Para mí lo interesante es la reacción de la gente. Mi cine es un cine que busca a los espectadores, que busca esa conexión. Es verdad que se organizan pases de prensa para prensa especializada, críticos, críticas, etcétera, pero esa gente no paga por ver mis películas. Yo el vínculo que establezco es con la gente a la que le estoy pidiendo que literalmente mueva el culo de su casa y vaya del sofá de su salón a la butaca del cine. Esa es la gente de la que me interesa la opinión fundamentalmente.

43:21
Hombre 7. Hola Alejandro, ¿qué tal? Encantado. Tengo la sensación de que eres un director ambicioso técnicamente hablando. Bueno, lo hemos podido observar en películas como ‘Ágora’ o ‘El Cautivo’. Quería saber ¿qué papel juega la tecnología en estas producciones o en tus películas?

43:45
Alejandro Amenábar. Bueno, sería interesante si hiciera ‘El Cautivo’ dentro de unos años para ver cómo se podrían haber resuelto unos planos. Porque había un plano de una jirafa en el momento en el que Cervantes sale por primera vez de la cárcel y ve las calles de Argel. Entonces en las calles de Argel tenía que encontrarse con toda la explosión de la cultura argelina en ese momento. Y por supuesto, había animales y entre otros, había una jirafa. La jirafa tú sabes que no la puedes traer alegremente a un set, tienes que ir a rodarla en el zoo o en su hábitat natural. Y sobre eso hay que imprimirlo o sobreimponerlo en la imagen. Bueno, lo de la jirafa fue un auténtico delirio. Pero luego también teníamos que rodar un plano con un mono, porque yo quería que se viera un mono. Y de pronto me llamaron a capítulo mi productor y mi ayudante de dirección porque está prohibido rodar con primates en la Comunidad Valenciana, que es donde se rodaba la película, pero también en Madrid y también en Cataluña. En fin, había que ir a rodar con el Mono a Talavera de la Reina. Es una mona. En España todos los planos de monos se ruedan con una mona y había que rodar allí y la gracia nos costaba pues, yo qué sé, 150.000 €. Y entonces tuvimos una discusión y mis productores dijeron: “Bueno, pues no se rueda la mona”. Y dije yo: “Perdona Fernando, en esta película estoy haciendo un montón de esfuerzo en presupuesto…” Y me decía mi ayudante de dirección: “Alejandro, tienes la jirafa, tienes dos camellos, tienes dos burros…” Te digo: “Y yo quiero mi mona”. Y al final, bueno, hubo que traer a la mona a Sevilla, que era donde rodamos el final de la película y tuvimos la mona. Claro, ahora con inteligencia artificial supongo que estaría solucionadísimo, incluida la mona y el camello. En realidad he acabado abocado a contar películas con gran presupuesto porque, como os decía antes, a veces en mi búsqueda de buenas historias acabo en la historia con mayúsculas y me toca contar la realidad de Alejandría, o en este caso, la realidad de Argel en el siglo XVI. Pero no es a priori que yo diga: “Tengo que hacer una película grande”. Sino que de pronto se convierte en película grande. Por eso mi productor me dice que a ver cuando se me ocurre una baratita. Pero en eso tampoco siento que esté haciendo nada particular. Es decir, que lo que intento es apoyarme en un equipo que cuando estás en una película de 50 millones de euros, como fue ‘Ágora’, pues sientes que tus tentáculos son más largos. Tú tocas este botón y se activa aquello allí. Pero intento no ser esclavo de la tecnología y sobre todo defiendo en la medida de lo posible lo analógico. Pero lo analógico porque te permite ver la interacción real de los actores, las actrices, con los entornos. Para mí el trabajo de cámara es fundamental. Por supuesto, el trabajo con las actrices y los actores, que yo siempre digo: “Sois mi mejor efecto especial”. Pero yo creo que mi aproximación siempre es de respeto. Como os decía, al pulsar en una superproducción un botón, eso va a tener ramificaciones, mucha más gente encargada de conseguir eso que tú quieres, pero me gusta eso, que sea el plano grande o sea pequeño, los intérpretes se sientan protegidos. Hay secuencias en las que sientes que tienes que dar más, o llámalo sudar la camiseta o dar el do de pecho.

47:14
Alejandro Amenábar. Yo, por ejemplo, soy poco amigo de los planos secuencia porque me parece que de alguna manera es un juego a veces de exhibicionismo. A veces es divertido, pero a veces me saca de la película. Dicho esto, me encantó la serie ‘Adolescencia’, que por cierto me enseñó también cosas que de las que yo ni me podía imaginar, del lenguaje que se establece entre los críos y las toxicidades que se están incrustando a través de los móviles. Pero está planteada en plano secuencia y funciona muy bien en plano secuencia. Yo soy poco amigo y en esta película en ‘El Cautivo’, mi director de fotografía, que lleva años intentando que yo hiciera un plano secuencia, me decía: “Esta sí, esta tienes que…” Y pensé que sí que era pertinente porque era la mejor manera de sumergir al público en esa realidad, que era una venta de esclavos blancos en Argel. Entonces ese día, fueron día y medio de rodaje, además, mis rodajes suelen ser bastante rápidos, pues sí que sientes que estás sudando la camiseta. Pero mi aproximación siempre es la misma. Intento estar, por cierto, muy cerca de los actores. Hay gente que le gusta ver lo que rueda desde el monitor. Yo soy de los pesados que estoy al lado de los actores o estoy al lado del operador dando instrucciones. Y me hace pensar cómo será mi planteamiento de rodaje en el futuro. Porque supongo que dentro de unos años si sigo haciendo películas no me podré estar moviendo constantemente de un lado para otro. Pero bueno, sí, me gusta que el equipo sienta la cercanía, tanto si es una película grande como pequeña.

48:57
Hombre 8. Hola Alejandro, tú nos has hecho pasarlo mal con tus películas de terror y me gustaría saber qué es lo que te asusta a ti.

49:06
Alejandro Amenábar. Bueno, de niño me asustaba absolutamente todo. Desde la oscuridad, por supuesto, que es un miedo muy primario que debemos llevar impreso en nuestro ADN, al agua. Para eso también contribuyó Steven Spielberg y ‘Tiburón’. Aprendí a meterme por lo hondo en una piscina, cuando tendría ya 11 o 12 años. Luego, hablando de miedos, obviamente las películas y los géneros sirven para expresar ciertas cosas. Y el género de terror, que muchas veces es un género denostado que se ve como un género superficial, a veces es un reflejo de lo que está pasando en el mundo. Yo hay por lo menos tres películas que recomiendo. Porque es difícil encontrar una buena. Una cosa es que la película te dé miedo, pero otra cosa es que la película te transmita un mensaje interesante, un mensaje profundo. Hay una película, ésta es más bien por un tema personal, que se ha estrenado este verano que se llama ‘Weapons’. Me interesa cuando escuché al director y guionista hablar, que es un poco una metáfora del alcoholismo de su padre. No sé si habéis visto la película, pero hay una especie de familiares zombis y es, para él es la expresión de cuando él llegaba a casa y su padre había bebido y eso sabía que para él era la pesadilla. Está muy bien como eso lo vuelca de alguna manera en una película. Pero luego hay dos películas que hablan muy concretamente del racismo en Estados Unidos. Una ya tiene unos años que es ‘Get out’, que me parece que es la película perfecta porque es original, da miedo y es muy barata. Y eso yo creo que hay que valorarlo hoy en día mucho en el mundo del cine. Y luego de este año me ha gustado también mucho ‘Sinners’, que es una película de vampiros donde el juego metafórico es muy interesante por ver quiénes son los malos, quiénes son los buenos, quiénes son los vampiros. Y sí, también es una película que denuncia el racismo extremo en Estados Unidos. Lo que os decía antes de que el cine ayuda a entender. El cine ha creado estereotipos. Hemos vivido alimentándonos de cine en el que se veían algunas realidades y otras no. Y para mí la más interesante es cómo el movimiento ‘Black Lives Matter’ ha penetrado en el cine. Ahora que se habla tanto de los elementos ‘woke’ a mí me parece muy interesante introducirlo en las películas, porque a veces no somos conscientes del racismo que nosotros practicamos y, por supuesto, del racismo que existe en Estados Unidos. Y eso, en este caso con dos películas de terror, está muy, muy bien reflejado. Y ahora lo que me da miedo es un poco lo que os he expresado antes, que es como un miedo difuso. Empezó siendo difuso y cada vez se va concretando. Y de alguna manera en mi cine siento que también se ha ido concretando. El miedo difuso estaba en ‘Ágora’ cuando veías una mujer atrapada en un cambio de época en la que lo que es exaltada es la sinrazón, la fuerza de las masas que arramblan en una institución entrando y destrozándolo todo y que finalmente asesinan a la protagonista. Un cambio de ciclo no necesariamente a mejor. Esto ha pasado en otras épocas. Lo hemos visto. Dicen que la historia no se repite, pero que rima.

52:38
Alejandro Amenábar. Lo hemos visto incluido en la Revolución Francesa. Me dio por leer sobre la Revolución Francesa hace unos años. Es un periodo apasionante si lo miras desde fuera, desde otra época. O sea, daría todo por no tener que vivir en la Revolución Francesa, en París, en aquel tiempo en el que si eras jacobino, si…, daba igual lo que fueras, prácticamente tenías garantizado que ibas a pasar por la guillotina. Son oleadas, como decía antes, de sangre, que crean grandes cambios. A veces son cambios para mejor y de la Revolución Francesa salieron cosas muy buenas. Pero otras veces vienen cosas muy malas. Y yo creo que la Edad Media no fue necesariamente buena, cuando lo miras en la evolución de la historia. Creo que se habían avanzado, se habían hecho grandes avances culturales, cosmológicos y que se fueron al traste con ese cambio de ciclo. ‘Dark ages’, de hecho se le llama. Y presentía ya en el 2008 que estamos un poco en ese cambio de ciclo. Estamos en una sociedad adocenada de alguna manera. Bueno, es la tormenta perfecta, no solo por la climática, que lo estamos viviendo ya aunque todavía hay ilusos que se plantan con carteles diciendo que esto del cambio climático es una mentira, es una ‘fake new’. ¡Si lo estamos viendo todos los días, si estamos muertos de calor, por Dios! Pero está la entrada de la inteligencia artificial y lo que eso va a suponer, por supuesto, muchísimas ventajas. Pero vamos a ver cuál es el cambio social que imprime, que supone. Lo tienes con la genética y lo tienes con las redes y la exaltación o la multiplicación de ese efecto Goebbels que se daba ya en el régimen nazi en el que decían: “Una mentira que es repetida muchas veces se convierte en verdad”. Bueno, eso lo estamos viviendo también ya en las redes. Es la tormenta perfecta para pensar. Y me da rabia pareceros tan cenizo, pero algunos seguro que lo compartís incluso. Estamos en un cambio de era. Y eso también lo acoté a la realidad española en 1936- Yo creo que España no había vivido la Revolución Francesa, pero en la Segunda Guerra Mundial mi sensación es que el germen, el campo experimental, fue España, fue la Guerra Civil. Ese es mi miedo. Por otro lado, también creo que no hay que vivirlo con miedo, que hay que no dejar que los matones de…, ¿os acordáis de los matones del colegio? A mí una vez, me acuerdo, me tiraron en un charco. Bueno, pues no hay que dejarse llevar por los matones. Y hoy en día hay unos cuantos matones que desgraciadamente están validados por sufragio universal. Es decir, la gente les ha votado. Pero no hay que permitir que esos matones acaben con las estructuras básicas, los cimientos básicos de la democracia.

55:48
Alejandro Amenábar. Muchísimas gracias. Espero no haberos aburrido, porque ya sabéis que lo que más detesto es aburrir. Muchas gracias y hasta siempre.