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“Aprende a desobedecerte a ti mismo”

Walter Riso

“Aprende a desobedecerte a ti mismo”

Walter Riso

Dr. en psicología y escritor


Creando oportunidades

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Walter Riso

Walter Riso es un psicólogo clínico especializado en terapia cognitiva y uno de los escritores más leídos y escuchados en el mundo hispano. Nacido en Italia y radicado en América Latina desde joven, ha dedicado más de tres décadas a la psicología, la docencia y la divulgación del pensamiento sobre el amor, la autoestima y las relaciones humanas. Ha ayudado a millones de personas a identificar los patrones de apego, dependencia y autoengaño que limitan su libertad afectiva.

Con cientos de conferencias cada año, Riso se ha ganado un lugar de respeto en escenarios de toda Hispanoamérica. Su mensaje parte de una idea simple pero poderosa: el amor propio es la base de cualquier vínculo sano, una forma de dignidad que no se debe negociar, ni siquiera en nombre del amor.

En sus libros —como Amar o depender, Desapegarse sin anestesia o Enamórate de ti— cuestiona los mitos románticos que nos hacen sufrir y propone una nueva ética del afecto: una que valora la autonomía, el autocuidado y el respeto mutuo como pilares de la vida emocional. Con un estilo claro, directo y profundamente humano, Walter Riso invita a pensar el amor no como sacrificio, sino como equilibrio y libertad.


Transcripción

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Walter Riso. Muchas gracias. Espero que salgan después de esta charla lo suficientemente deprimidos para poder entender qué les pasa a ustedes con el amor, que es un poco lo que me pasa a mí también. O sea, vamos a tratar de hablar de algo que les ocurre a ustedes, de ustedes y algo que nos falta a todos, que es el amor propio. Quererme para quererte. ¿Eso es real? Pues mira, nos han educado con la idea de que la gente es más importante que uno y eso nos lleva al autosacrificio en una relación, a pensar que uno tiene que darlo todo sin esperar nada a cambio, a pensar que uno es egoísta si espera retribución en alguna cosa. Confundimos el amor universal que no espera nada a cambio. Ustedes pueden ayudar a los niños de Siria y no van a esperar un feedback. Pero en la pareja tiene nombre y apellido y que está con nosotros, ustedes sí esperan cosas a cambio, eso se llama reciprocidad. Si ustedes son fieles, esperan fidelidad. Si ustedes son honestos, esperan honestidad. En el amor individual, el amor universal no cabe. Si no cabe el equilibrio, aquello que es recíproco, aquello donde yo también entro en la ecuación. ¿Cómo les suena esto? Te quiero y me quiero. Te cuido y me cuido. ¿Y yo por qué no debería cuidarme para cuidarte a vos? Te respeto y me respeto. ¿Qué tal? Hablo del auto respeto. Cuando yo digo sí cuando quiero decir no y dejo que me sometan, que me humillen, así sea en el nombre del amor, pues yo estoy faltando a mi dignidad personal. No puede haber amor hacia el otro si no hay dignidad personal y la dignidad implica no negociar con los principios, ni siquiera en nombre del amor. Una paciente mía tenía un esposo que era un gran escultor. Los hijos se fueron, síndrome de nido vacío. Ella dijo yo quiero pintar que una vez me dijeron que yo pinto bien y empezó a pintar. A los dos años después, en las fiestas que hacían, alababan más los cuadros de ella que la escultura de él. Él no lo soportó, pidió cita donde mí y me dijo que la mujer lo estaba usurpando.

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Walter Riso. Yo hablé con la señora, no pude hacer nada. Esta historia termina con que la señora deja de pintar para que él no se sienta mal. Los parientes le decían cuánto lo ama, yo le decía necesita muchas horas de terapia porque está jodida la señora. Por ahí no va el amor, por ahí no va. Señora, su marido tiene un amante, me lo acabó de decir. La señora me dice, es que usted no entiende nada, doctor, él me ama, pero no sabe que me ama. Auto engaño. Cuando hablamos del amor propio, hablamos de algo que todos tenemos, nacemos con el amor propio. El amor propio al principio es supervivencia, pero no es lo mismo que autoestima, separémoslo. La autoestima es la interpretación que yo hago de mi valía personal de acuerdo a los resultados, de acuerdo a lo que ocurre fuera, mi rendimiento. Por eso, cuando uno ve una persona en psicología clínica, los que somos psicólogos clínicos vemos que fluctúa, no hay una persona que tenga una autoestima alta todo el tiempo porque está dependiendo de los resultados. Me va bien, soy genial, me va mal, soy un tonto. Además, como vamos a ver, todo está estructurado para que lo que entra en mi cerebro se siga manteniendo. Esa es la autoestima, es fluctuante. El amor propio no es eso, el amor propio es mucho más. El amor propio es la valoración personal que yo hago de mí mismo en cuanto a mi dignidad, en cuanto a mi auto respeto independiente de los resultados. Si ustedes quieren una fórmula, yo se las voy a dar, trátense a ustedes mismos como lo harían con una persona que aman. Supongamos, un niñito que está haciendo una tarea de matemáticas, entonces le va mal y el niñito empieza a decir soy un estúpido, yo nunca hago las cosas bien. Pero por qué me equivoco tanto, odio las matemáticas, soy un bruto. Si ese niñito se está diciendo eso, el papá y la mamá están al lado y no le dicen nada. Pero si el niño empieza a insultar, dicen no digas malas palabras. Pero señor, señora, su hijo se estaba lacerando psicológicamente diciendo que es un bruto. Ustedes, cuando ustedes se equivocan también inconscientemente pueden utilizar ese tipo de lenguaje hacía ustedes mismos, se están auto castigando. Y si se están auto castigando, piensen, yo le diría a mi pareja o a una persona que amo, eres una bruta, nunca haces las cosas bien, no sirves para nada. Entonces, si no lo haría con una persona que amo. ¿Por qué lo hago conmigo? ¿Por qué yo no entro a la ecuación también? ¿Por qué pensamos que el otro es más importante? No es así. Cuando hablamos de amor, hablamos de que tiene que haber ese juego donde uno da y recibe. Si ustedes tienen principios ¿los principios que son? Los valores te dan la dirección de donde vas en la vida.

06:33
Walter Riso. El principio es la puesta en práctica, el valor. Yo puedo tener como un valor la libertad y el principio es la autonomía. Yo decido sobre mí, yo decido sobre mí. Yo tengo que tomar las decisiones, soy el último juez de mi propia conducta. Y si estoy con una pareja o alguien que quiere tomar decisiones por mí y yo lo negocio, me estoy traicionando a mí mismo. No quieren que se les monten, decía Martin Luther King, no quieren que se les suban encima, entonces no se agachen. Hablamos de democracia emocional, es un término que no ocurre, nunca existe en ninguna parte. Si nosotros enseñáramos a los niños democracia emocional de chiquitos, los niños entrarían en relaciones afectivas de igual a igual. Hablamos de soberanía afectiva. Yo tengo mi territorio, en ese territorio yo soy el que decide, puedo compartir contigo, puedo que conversemos. ¿Los desacuerdos son malos en una relación? No, si son desacuerdos amistosos, es mucho mejor un desacuerdo amistoso que un acuerdo perezoso. Entonces, cuando hablamos de quererme para quererte, lo que estamos hablando es que estamos descuidándonos a nosotros mismos. No tenemos el autocuidado necesario ni tenemos los criterios para decir que somos valiosos y que no voy a negociar mi dignidad personal, es decir, aquello que me hace humano. ¿Cómo saben que están irrespetados? Les voy a dar tres posibilidades que a veces no las vemos y las dejamos estar. Primero, cuando alguien no los atiende, no les presta atención. Ustedes como seres humanos y de acuerdo a la Carta Universal de los Derechos Humanos, lo que se opone al amor no es el odio, es la indiferencia. Y si yo te estoy hablando y tú no me prestas atención, vieron que a veces hablan con personas y la persona está mirando por otro lado y dice ah, sí, claro. Y ustedes saben que no la está parando ni cinco de bola. A mí me pasó hace poquito en una reunión, tenemos una amiga con mi señora que es así, uno le habla y dice ajá, ajá, pero le importa un carajo lo que usted le está diciendo. Entonces yo la puse a prueba en un cóctel que había. Oyeme, ¿vos sabías que jugué los últimos dos campeonatos mundiales de fútbol y que me hice un gol olímpico? ¿Saben qué me dijo ella? Ay, te felicito Walter, te felicito. ¿Cómo así? ¿Eso es respeto? No. Así que a ustedes lo tienen que mirar a los ojos, a ustedes tienen que escucharlos, porque vean que esto es bello, esto es lindo. Cuando yo te escucho es que te reconozco como un otro válido en la comunicación. Alguien que tiene algo importante que decir que vale la pena escuchar. ¿Eso no merece un aplauso?

09:46
Walter Riso. Yo les agradezco los aplausos espontáneos. Imagínense, tú me escuchas y yo tengo algo importante que vale la pena escuchar. Es decir ¿quieren una clave para saber si son amados o no? Que tu dolor me duela. Hacen así y otros hacen ‘prrr’ como diciendo a mí que me importa. Si tu dolor no me duele, no me mereces. ¿Cuántas personas enamoradas hay aquí? Levanten la mano. Eso es un grupo genial. Bueno, no les creo ni cinco, pero a ver. ¿Cuántas personas hay enamorada de la persona equivocada? Hay una persona que levantó las dos manos. Hay que tener muy mala suerte o muy mala capacidad de elección. Tu dolor me duele. ¿No te duele mi dolor? Yo estoy con la persona equivocada. Ah, pero uno no se puede separar, no es un buen motivo de separación. Un buen motivo de separación tiene que haber. Pero si nos casamos por amor, ¿por qué no nos podemos separar por desamor? Me van a decir la separación es mala ¡No! Hay separaciones que hay que festejar, como yo suelo decir, te invito a mi separación que va a llevar a cabo en la parroquia tal y hacer fiesta, pintar la casa de rojo. Yo llevo 40 mil horas de consulta, no sabes la cara de felicidad de algunas mujeres y algunos hombres cuando se sacan de encima un amor insoportable. Donde han invertido una cantidad de cosas. ¿Y por qué invierten tanto si saben que el otro no la merece o no lo merece? Porque no se aman a sí mismos, porque ustedes no dejarían que un hijo hiciera eso. ¿Por qué no se lo explican a ustedes mismos? Vean, suelo decir y es real, y lo voy a reafirmar, que el amor, como lo conocemos en nuestra cultura, es un problema de salud pública. La gente sufre demasiado por amor. Es el motivo de consulta más solicitado. ¿Ahora, por qué seguimos repitiendo esos patrones? ¿Por qué tropezamos con la misma piedra? ¿Eso no les llama la atención a ustedes? ¿Cuántos de aquí han tropezado con la misma piedra? He estado con un tipo que es insoportable porque se cree Dios y es medio narcisista y además tiene una cuatro por cuatro blindada y además es insoportable. Ahora la pregunta es, ¿y por qué ya pelearon y a los dos meses están con otro igual? Casi que con la misma matrícula, es igual. ¿Por qué están con otra persona igual? ¿Por qué caen en el mismo error? Porque no están pensando en ustedes mismos. Porque ustedes tienen la mala costumbre de tener esperanza en el amor y la esperanza en el amor es lo primero que hay que perder, no lo último, porque si no entra uno en el amor imposible. ¿El amor se mide en el coito o en el post coito? ¿Saben que es coito? ¿No?

13:07
Walter Riso. Y el post coito, después que se va el coito, uno queda literalmente al desnudo con la pareja y se miran. ¿Trabajas o estudias? ¿Cuál es tu meta en la vida? Cuando el post coito funciona bien, se juntan los humanos, entra la amistad. No puede haber amor sin amistad, eso ya lo saben. Y la amistad es básicamente no tener que explicarle el chiste a la pareja dos veces. Si ustedes tienen que explicar el chiste a la pareja, sepárense también, es otro motivo, o llamen al abogado. Esto empezó con parejas que estaban agarradas de la mano, en este momento no están agarradas de la mano. No me tomen tan en serio, yo lo que hago es armar caos y yo siempre me equivoco en todo, por eso tuve que dejar la psicología clínica. Yo atendía parejas y tomaba partido. ¿Quién tiene el poder en una relación? El que necesita menos al otro. Ustedes deben llegar hoy a su casa, mirar a los ojos de su pareja y decirle, mi amor, yo no te necesito, te prefiero. Esto es espontáneo, esto es que les llegó al alma. No te necesito, te prefiero. Es que yo te elegí y tú me elegiste, es un milagro. Además, tú me debes conquistar un poquito también. Ya no vuelvas a disfrazarte de Batman con látigo, mi amor, eso duele un poco. Y sobre todo Batman, que tiene los calzoncillos por fuera y yo nunca entendí eso, bueno. Entonces aquí yo les vengo a presentar que el amor propio, la autovaloración que yo me hago como ser vivo ¿se puede romper? No. El amor propio dura toda la vida. Se espachurra debajo una chatarra de creencias estúpidas que nos han dicho, por eso el tercer principio no es ni soberanía ni democracia, sino es desaprender, desaprender lo cognitivo. Ese es el crecimiento personal, quitar todos los arrumes de mentiras que nos han dicho, los mandatos que no son ciertos, los patrones que repetimos, que tampoco son ciertos y las creencias que no tienen ningún fundamento. Ustedes tienen que aprender a desobedecerse a ustedes mismos, a no estar en silencio diciendo sí. Segunda manera que los irrespeten. Un biólogo chileno muy conocido decía: amar es dejar aparecer. A mí me encantó eso cuando lo escuché. Aristóteles también decía cosas del amor. Decía, amar es alegrarse, pero era medio tonto eso. Pero en cambio Spinoza también decía, amarte es la alegría que tú existas. ¿Qué tal ese piropo? Mira, las mujeres sonríen, los hombres dicen ¿cómo así? Repítame el concepto, profe. Me alegra de que tú existas.

16:33
Walter Riso. El segundo es no reprimir, entonces dejar aparecer. Si usted está con una persona que los controla todo el tiempo, que no los deja ser como son, ustedes se van a aniquilar, se van anular. No se resignen a eso, protesten, que no me presionen, que me dejen ser como soy. Porque uno a veces en una relación no sé si les pasa, ¿a cuántas personas les pasa aquí que en una relación uno tiene que subir a un estrado? O subir un estrado y justificar cosas que no tienen sentido. ¿Por qué tengo que justificar lo que pienso y lo que siento? ¿Qué hay una policía del pensamiento? Es porque no puedo vivir sin ti, porque tú lo eres todo para mí. Si están con alguien que les dice cómo tienen que pensar y qué tienen que hacer, empaquen y váyanse. Si quieren, pueden hablar antes, si quieren, si quieren. Ciao, si te he visto, no me acuerdo. Al principio duele. Yo tengo varios libros sobre el duelo. Al principio duele, sí. Pero uno dice es que vengo doctor, no me estoy burlando, estoy haciendo una parodia para que se entienda, doctor, es que mi marido me dejó por otra mujer, pero estoy muy triste. Yo entiendo, sí, entiendo señora. Le digo bueno escríbame aquí todas las cosas buenas de su marido. Es trabajador, honrado, respetuoso, no ha matado a nadie, dice. Y pónganme aquí las cosas… me llena diez hojas. Le digo, señora, usted por qué está triste. Debería estar saltando en una pata de la alegría. Hagamos, si ustedes quieren participar de este caso, hagamos una colecta para pagar a la pobre nueva pareja que tiene el hombre, porque hay que indemnizar a la pobre mujer nueva, no sabe dónde se ha metido. Usted se separó de un monstruo, se separó de un tipo que era imposible. ¿Por qué lo defiende? El tercero es un fin en sí mismo, decía, el ser humano es un fin en sí mismo, decía Kant. ¿Qué quiere decir? Que a ustedes no los pueden manipular, ni utilizar para, ni explotar, para obtener algo. Ustedes deciden si son capaces de amar amándose o son capaces de amar sometiéndose, esclavizandose. Esto no es pelear, es defender los principios. ¿Sí, de acuerdo? Si yo tengo como principio que yo soy valioso y el auto respeto y a mí mi pareja me falta el respeto, con frecuencia yo no me puedo quedar callado, tengo que hacer, tengo que transformarme en Mafalda, tengo que protestar, no gritando, diciendo si tú me vuelves a faltar el respeto, no te quiero ver más. Esa puede ser una y la otra es mandarlo a la mierda de una vez y ciao, que es más difícil porque de pronto no está dentro de los cánones tradicionales. Muy bien, estoy a tus órdenes para responder tu pregunta.

19:47
Público. Hola, ¿qué tal? Hola. Qué gusto estar aquí. Hablas sobre desafiar nuestra propia narrativa para salvar nuestro amor propio, ¿podrías explicarnos más?

19:58
Walter Riso. Sí. Yo, a ver, parte del proceso de quererse a uno mismo es entender que nuestra historia también tiene que ver con la historia con que nos contamos nosotros mismos. La memoria es como una loca que anda por ahí inventando cosas. El cuento que tú te echas es tu historia. ¿La historia no existe? Sí existe. Existen tus recuerdos, pero los recuerdos no son fieles a lo que realmente pasó. ¿Alguna vez se han encontrado con el ex de la adolescencia o la ex de la adolescencia? Si, ¿no? Yo también. Pero cuando yo la vi y ella me vio, ella me miraba la panza, yo le miraba los dientes. Como decía Verdaguer, el gran cómico, el señor del humorismo uruguayo: Los dientes de mi mujer son como las perlas, escasos. No quiero decir que ella no tuviera dientes, sino que no sé que le había pasado con los dientes, estaban torcidos. Yo no sé, ella me miraba la panza. ¿Uno mete al ex en formol? ¿No? Ustedes no lo tienen en formol todavía, ustedes creen que todavía va a salir el muchachito ese con los pectorales y con todas las cosas aquí y sale un tipo como pateando la panza, caminando de vendaval hacía ustedes. Y ustedes que ella era divina, hermosa, y no es así, la memoria nos juega eso. Yo toda mi vida decía cuando vivía en Buenos Aires, en mi pequeño apartamento, que no era tan pequeño porque vean, comíamos en una mesa en la cocina todos los italianos y teníamos una terraza donde jugábamos fútbol con los niños. Y entonces yo un día pasé por ahí y toqué el timbre, de audaz, le dije a la señora, vea yo viví aquí, quiero entrar a ver si usted me deja. La señora medio irresponsable y me hizo subir y yo subí con mi esposa, con mi segunda esposa. Cuando entré me di cuenta que la cocina solamente era, no cabía ni una mesa. O sea que la famosa comida de los italianos en una mesa grande en la cocina la había inventado yo y fui a la terraza, era un balcón de 40 centímetros, nadie puede jugar al fútbol ahí. Era todo exagerado, era todo inventado. Ustedes tienen que desafiar su narrativa. Si usted desde chiquito le han dicho que eres un estúpido, eres un inútil, no sirves para nada, y ustedes se creen el cuento, ustedes mismos se van a encargar de alimentarlo. Porque cuando tengan éxito van a decir fue pura suerte, porque yo me creí lo que me dijeron papá y mamá, cómo se van a equivocar papá y mamá. Entonces uno mismo va alimentando el cuento y termina armando algo absolutamente sesgado. Un sesgo es defender una creencia, pese a que la creencia sea irracional. Yo tenía una paciente que sufría de comparación obsesiva. Entonces se comparaba con dos primas que tenía o tres que habían sido Miss no sé, Miss belleza, esto, lo otro y ella se sentía fea. Muy bien, entonces decidimos hacer un experimento. Fuimos a una universidad, los terapeutas cognitivo conductual hacemos experimentos conductuales y este experimento coincidía en rebatirle la creencia de que ella era fea, porque no lo era además, Entonces le dijimos, elija dos mujeres que le gusten, que usted diga que son más bellas que usted. Ella las eligió. Sentamos en una mesa, la chica, linda uno, linda dos. Y a cien personas que pasaban al azar, hicimos llorar un diferencial semántico que es un test largo que dice me gusta, no me gusta, cuál de las tres me gusta más.

23:46
Walter Riso. Cuál de los tres me parece más interesante. Llenaron todos. Yo agarré todos, porque ella era muy desconfiada y dije aquí están los resultados. Ella sacó un promedio de 9.8 sobre 10 y en todos los indicadores resultó mejor evaluada que las dos mujeres que ella había dicho que eran más lindas que ella. ¿Qué hace un psicólogo ahí? Pone cara de éxito como, chúpate esa mandarina, ahora qué vas a hacer. Yo era muy joven, un psicólogo no puede decir eso. Entonces ella me miró y me dijo Dios mío, doctor. No lo puedo creer. Yo tenía un equipo de gente también, éramos como cuatro psicólogos trabajando en eso y nos miramos todos, así de lo logramos, bien. No lo puedo creer. ¿Cómo la gente tiene tan mal gusto? ¿Entienden lo que es un sesgo? Eso es lo que hacen ustedes con ustedes mismos. Me fue bien en el test de inteligencia, pero si me dijeron que era un bruto ¿cómo me va a ir bien? Ah, no, seguro el test estaba equivocado. Entonces yo mismo voy manteniendo las cosas. Entonces resulta que digo que vos no sos tan linda como tu hermana, tan lindo como tu hermano. No vas a tener éxito con las mujeres o con los hombres. Entonces, resulta que tiene éxito. Yo tenía un paciente que era así y yo le preguntaba ¿pero qué tipo de mujeres te gustan? Entonces él me decía las que yo no le gusto. Y yo le decía ¿pero por qué? Porque si yo le gusto no deben tener buen gusto y no deben ser muy inteligentes. Imagínense en la trampa mortal en la que estaba el tipo. Yo le dije convertite en un kamikaze, ándate a un centro comercial. Era mexicano. Anda a un centro comercial un sábado al tipo tres de la tarde y a cada mujer que te gusta, vas y te —- tú me gustas. ¿Quieres tomar un café conmigo? No. Listo. Voy pa’ otra. Hazlo con 100 mujeres, vas a conseguir tres. ¿Está seguro, doctor? Vino a la siguiente y me dijo conseguí cuatro, doctor. Conseguí cuatro, su método es muy bueno. Sí, pero tuvo que aguantarse el no. En mi época, cuando uno iba a bailar, era una tortura china. ¿Saben cómo era? Bueno, aquí hay gente que no se ve tan joven aunque se tiña el pelo. Una pista de baile, allá las mujeres y aquí los hombres. Y entonces uno para sacar a la chica tenía que pasar por toda la pista de baile, ir hasta la otra, acercarse a la silla y decir ¿bailas? Si la chica decía no, se tenía que devolver por toda la pista minada de miradas raras. Todo el mundo, mmm lo rechazaron. Y uno llegaba donde los amigos y se abrazaba, tranquilo hermano, la próxima, la próxima Una vez yo saque a bailar a una chica, me miró así, me dijo no, porque sos horrible. Y teníamos un amigo que tenía una giba de nacimiento, se llamaba César. César iba con una giba ¿bailas? No ¿Bailas? No ¿Bailas? No ¿Bailas? No. César bailaba siempre, nosotros nunca. ¿Cuál era la diferencia? Que hay que ser valiente.

27:12
Walter Riso. Y el amor es para los valientes también. Si aquí hay alguna persona cobarde, disimulelo por lo menos. Ser valiente es como decía los poetas, Baudelaire, el amor es una flor que está al borde de un precipicio, hay que irlo a buscar. Entonces, si usted es un cobarde, no pueden amar porque tienen que aceptar, vean, cuanto más amor propio tiene una persona, menos miedo a la pérdida tiene. Elabora el duelo mejor, tiene mejor autoimagen, tiene más satisfacción sexual, sabe marcar límites y defender sus derechos. Los indicadores de dependencia bajan. Es un factor de resistencia a la depresión y mejoran los problemas de ansiedad y las relaciones interpersonales, los problemas cardiovasculares también, entre muchas otras cosas. ¿Qué es lo que estamos viendo? Que el amor propio es el factor principal o uno de los factores principales para la salud mental. Y eso no le enseñamos a los niños. Se les podría enseñar perfectamente a los niños. Cuando ustedes se critiquen, cuando salgan de aquí a criticarse, mañana o pasado, no critiquen su esencia, no digan soy un estúpido, nadie puede ser tan estúpido como ser un estúpido total. Digan me comporté como un estúpido. Ataquen su comportamiento, no ataquen su esencia. Porque si ustedes lo hacen, están irrespetando al género humano. ¿Qué ama una persona que se ama a sí misma? ¿Qué creen? Si yo me amo a mí mismo. ¿Qué creen que yo ame, de mí o ustedes de ustedes? ¿Saben qué es? La humanidad. Las investigaciones muestran que las personas que se aman a sí mismas cuando describen a qué cosa va dirigido ese amor, es hacia la humanidad. Amo mi humanidad. ¿Qué qué quiere decir? Amo mi dolor, amo mi alegría, amo mis errores, amo la existencia misma de la cual yo pertenezco. Amo la vida que llevo adelante, amo mis luchas, amo mis fracasos. Por eso el peor enemigo del amor propio es el perfeccionismo, porque te deshumaniza, quiere que seas infalible y quiere que no seas vulnerable. El COVID nos enseñó que somos una especie muy falible, muy vulnerable. Entonces, lo que uno ama de uno mismo es la humanidad. Por eso las investigaciones muestran que cuando tú te amas a ti mismo, tienes más empatía con los otros. Entiendo más tu dolor. Hay más compasión, hay menos intento de maldad y de odio. Cuando el amor a sí mismo se distorsiona, no es amor propio, es egoísmo o es narcisismo. Pero el auto interés no es malo. Por qué va a ser malo yo preocuparme por mí y por qué es incompatible eso con amar a otra persona. Bueno, en la historia que ustedes mismos se cuentan la pueden mejorar. A mí nadie me quiere, doctor. Bueno, veamos. A mí nadie me quiso. Veamos. Ustedes vieron que está de moda el niño interior, ¿no?

30:30
Walter Riso. Van a una librería y van a ver un montón de libros con el niño interior. Yo me pregunto por qué el niño interior siempre está mal. No hay ninguno que tenga un niño interior más o menos pasable aquí. Es porque está de moda. Eso no tiene validez científica. Es decir, pero de todas maneras uno puede decir si yo tuve, tengo heridas. Y como están de moda las heridas, ya todo el mundo saca heridas, las cuatro heridas, las cinco herida, la herida por arriba, la herida por abajo, que a mí me hirieron. ¿Y usted por qué está tan mal? No, porque mi mamá me decía, cuando me miraba, mi mamá me traumatizó a mí, por ejemplo, porque yo hago pipí sentado. Tengo una herida. Mi mamá me dijo, Sansón, en esa época Sansón era nuestro Batman, Sansón hace pipí sentado. Y le dije ¿Sí, mamá? Me dijo sí, con cara así de, y yo desde ese día me quedé con el trauma. Yo siempre hago pipí sentado. Ahora ¿y eso qué tiene que ver con el niño interior? ¿Y qué tiene que ver con que? Porque es un trauma. Trauma es cuando realmente hay abuso, trauma es cuando hay maltrato, trauma es cuando hay otra cosa. Pero eso se puede superar. Entonces, si a mí yo digo nadie me quiere, nadie me quiso, yo empiezo a revisar. Revisemos la historia, no hay que engañarse. La historia se puede equilibrar, se puede, hay mucho sesgo a veces. Nadie te quiso. Pero a ver, tu tío Juan no te quería, me dijiste. Ah sí, mi tío me quería. ¿Y tus abuelos? Ah, no, mis abuelos me querían mucho. ¿Y tus amigos? Bueno, tengo… Juan, ¿tienes muchos amigos? No, tengo cuatro amigos. ¿Te quieren? Sí, ellos me quieren. Y cuando terminamos la historia resulta que la idea de que a mí nadie me quiere es una generalización que yo me la creo, me invento mi propia historia, me la creo y sufro. Y entonces. ¿Y sabes qué? Yo le digo a esos pacientes, yo también lo quiero. Yo quiero a mis pacientes. O sea que usted acaba de dejar un nuevo amor aquí. ¿Usted se siente atraído por mí, señor? No, no es cierto, pero nos amamos como amigos.

32:53
Público. ¿Qué tal? Mucho gusto. Se habla del amor propio, quizá como un acto fundamental para vivir de forma equivalente, emocionalmente. En lo personal, creo que un aspecto complejo de aprender es el marcar un límite. Podrías profundizar cómo el límite o el marcar un límite forma parte esencial del amor propio y cómo los principios se conectan a esto.

33:32
Walter Riso. Sí. Listo. Gracias. Yo ya había hablado ahora que tres maneras, recordémoslas, recordémoslas. Cuando alguien no te escucha, cuando alguien te utiliza o te manipula y cuando alguien no te deja ser, no te deja salir con tu ser verdadero, porque le gusta que tú seas como la otra persona quiere que seas. El límite es cualquier cosa que incomode tu ser, cualquier cosa que afecte a tu humanidad. Uno, si me pisan un pie en el bus yo no voy a decir no tengo un principio moral que me diga nadie me pisara el pie en el omnibus, entonces no me voy a agarrar a trompadas. ¿Pero qué pasa cuando te tocan la libertad? Señora, ¿usted por qué no sale más? Doctor, no puedo. ¿Por qué? Mi marido no me saca. Mi marido no me saca. Usted no es un perrito como para ir por la ventana mirando. Usted puede salir sola. Sí, pero a él no le gusta. O sea, usted está esperando que su marido que es celoso, que le dice que no puede tener amigas separadas, porque una mujer casada no puede tener amiagas separadas, le acepte eso. Nunca se lo va a aceptar. ¿No sería un límite yo poder salir cuantas veces quiera? No digo no avisando, avisando. ¿Por qué hay que pedir permiso? Dígame, ustedes van al cine acompañados y llevan a su pareja a veces viendo una película de Rambo ocho que ella no le gusta. ¿Por qué no van solos? ¿Por qué tienen que ir acompañados a hacer determinadas cosas? Porque no le gusta. Vea, mi amor, es la reunión de mis amigos para jugar poker. Es que tú prefieres el poker a mí, vas más veces al poker de las veces que salimos. Y sí, tú eres importante, pero no eres todo. A mí me gusta jugar al poker, a mí me gusta escuchar música, a mí gusta salir a caminar. Yo tengo mi espacio como lo tenés vos. ¿Yo por qué tengo, por qué tenemos que compartir todo? ¿No les parece muy aburrido tener que compartir todo? ¿Ustedes no creen que en las relaciones hay un espacio que no está diseñado para dos, sino para uno? Si, ¿no? De pronto quiero leer un libro y quiero estar solo. ¿Cómo? ¿Quieres estar solo? Uno a veces obliga a la pareja a hacer cosas que no le gustan. Los límites es todo aquello que me haga sentir a mí que estoy negociando con mis valores. ¿Me entiendes? Con mis valores.

36:20
Público. Primero agradecerte por aprender junto a ti. Lo haces muy ameno, se pasó el tiempo muy rápido. Usted habla regularmente y mucho de la autonomía de no caer en el autosacrificio. ¿Qué relación tiene con el amor propio?

36:39
Walter Riso. La autonomía es importante porque es libertad. La autonomía es la capacidad que yo tengo de decidir sobre mí mismo, elegir, sin buscar consensos necesariamente. Si no violo ningún derecho, ni es malo para mí ni para otro, yo por qué no puedo elegir. Porque tengo que pedir permiso, porque tengo que llegar a consensos donde no tiene que llegar el consenso, Amor propio es decir lo que uno piensa, decirlo de una manera respetuosa, sin violar los derechos de los otros. Pero decirlo es ser asertivo, de acuerdo, expresar sus emociones negativas. Decir no si quiero, pero también negarme a una petición o simplemente a expresar mi ira, porque la ira no es agresión, la agresión es cuando quiero lastimar a otro. La ira es una emoción que me activa porque hay algo que está violando mis derechos. Se llama indignación, se llama indignación. Entonces no puede haber una buena relación sin autonomía. Hay matrimonios que son como un secuestro amañado. Sonó bien, ¿no? Porque no puedes moverte con tu grado de libertad, la única libertad importante es la interior, la de pensar como yo quiero, la de sentir como yo quiero. Y si no puedo decirlo. ¿Por qué te estás comiendo ese helado? ¡Qué asco! ¿Un helado salado? ¿Es que está de moda o qué? A mí me gusta, pero no, mira, no es un helado que guste. Eso implica que tenés mal gusto. Yo agarría el helado y se lo pondría en la nariz. Yo me como el helado que se me da la gana. ¿Estoy violando el derecho de él? Un poquito. Poquito, pero es en la nariz nomás pues, o sea. Entonces si no hay autonomía, no hay nada. No hay nada. Yo les diría cuando digan hoy a su pareja no te necesito, te prefiero y su pareja les diga, estuviste en la conferencia de Riso, ¿no? Usted le diga, no, no me gusta, lo odio. Perfecto. Ya no tiene argumento para nada. Es decir, si alguien duda que te ama, no te ama. Déjame pensarlo, estoy pasando por una crisis. Yo sé que llevamos 20 años casados, que los chiquitos están niñitos, pero yo no sé para dónde voy, no sé qué es lo que quiere. Es que tiene otra vieja. Bueno, entonces si alguien duda que te ama, no te ama, porque a los enamorados hay que frenarlos, no empujarlos.

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Walter Riso. No importa cómo te ame, cuánto te amen, sino cómo lo hagan. Es que yo la amo mucho. Yo lo amo mucho, pero le hago la vida imposible. Entonces ese amor no me sirve, no le viene bien a mi vida cuando tú no les viene bien a mi vida, pues yo tengo que pensar, por eso yo ando en la huelga afectiva, en otra ocasión hablaremos de eso más profundo. Es un reestructurarse uno mismo, sobre el amor propio, destacarlo. Y el amor propio es autorrealización, el amor propio es supervivencia. Cuando ustedes nacen es como la autoconservación primaria del bebé, a medida que van creciendo, el amor propio se va enganchando con sus valores, con sus creencias, y entonces ustedes hacen de eso como un estilo de vida cuando lo logran hacer. No estén en un lugar donde no los quieran. Piensen ahora en qué lugar ustedes están hoy donde no los quieren y a veces están mendigando amor. Migajeros, dicen aquí en México. Lo supe. Migajeros. Mendicidad afectiva. Dame un poquito, es que, aunque sea ámame aunque sea un poquito. Ay, bueno, sí, dale dale. No, ¿qué están haciendo ahí? El mendigo, la mendicidad, es que yo necesito algo para la supervivencia y que estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para obtener eso. Entonces celebren su existencia. ¿Por qué son más tacaños cuando hacen un regalo para ustedes mismos que para otros? Digan la verdad. Cuando ustedes invitan a alguien a su casa, tiren la casa por la ventana. Y si es el alcalde, venden hasta el carro para recibirlo. ¿Es un estatus o qué les pasa? Y tienen una comida que les gusta que compraron ahí, unos quesos deliciosos y no se los comen porque todavía no hay un invitado digno de los quesos. ¿Ustedes no son dignos de los quesos? Que los invitados coman cualquier estupidez. Cómanse los quesos, tómense el vino que están guardando ahí para una ocasión especial con su pareja. Perfecto. Y si van a comprar ropa, ¿por qué van a elegir dos camisas baratas en vez de una cara? Pero cuando van a comprar, van a regalar una camisa se gastan más plata. ¿Por qué — son más importantes que ustedes? El amor empieza por casa. Uno no puede amar si uno no se ama a sí mismo, porque si no va a pasar todo lo que les estoy diciendo. Entonces, para terminar… no sé cómo terminar esto, pero para terminar, los niños tienen que aprender. Listo. Ahí quedamos bien todos.

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Walter Riso. Ciao.