12:50
Eduardo Salles. Lo primero que hago es, creo un refuerzo positivo antes de empezar a crear. Eso puede ser irse por su café favorito o su bebida favorita o prepararsela en casa. Como buen mexicano, tengo una relación cercana con el pan dulce. Entonces obviamente, cuando se da la oportunidad pues un pancito dulce para endulzar el día. Poner un playlist que te gusta. O sea qué estás haciendo o qué hago yo con eso, es un poco entrenar a mi mente de que el momento de creación es placentero, o sea, eso que voy a empezar a hacer es algo de disfrute. Y entonces ya comienzo a generar ese hábito. Entonces, cuando al día siguiente estoy pensando en crear, estoy pensando en el cafecito, en el pancito dulce, en la música y eso entonces me dice ah, voy a hacer algo que me gusta hacer y entonces comienzo a generar una asociación positiva. Después de eso, lo siguiente que hago es crear una burbuja de atención, que en el siglo XXI crear una burbuja de atención es básicamente deshacerte del teléfono. Paso uno, deshacerte del teléfono, fin. No hay nada que hacer nada más complicado que eso. He visto de todas las técnicas posible, hay gente que los guarda, que tienen una caja fuerte. Hay como todo tipo de técnicas, yo no tengo que llegar a situaciones tan extremas. Lo que hago es simplemente que no esté ni a mi alcance ni a mi vista, notificaciones apagadas, nada de vibraciones, nada de verlo porque claro, en el momento que escuchen ‘pip’ como perro de Pavlov voy a voltear a ver porque claro genera una reacción conductual básicamente. Entonces burbuja de atención. Una vez ya hecho eso, ritual, cafecito, teléfono, nos vemos en un ratito, no te voy a ver en un rato y después de eso me pongo 50 minutos, me cronometro 50 minutos para hacer lo que tengo que hacer. Y mi objetivo del día es estar esos 50 minutos haciendo algo. ¿Por qué 50 minutos y por qué ese objetivo? Cuando nosotros nos ponemos objetivos muy abstractos o muy grandes, puede parecer que nos podemos llegar a frustrar, o sea imagínate que me pongo el objetivo, ah estoy escribiendo un libro y quiero hacer cinco páginas. Pero va a pasar que va a haber días que no voy a alcanzar a hacer cinco páginas, porque es como de ‘uta’, no pues no, estas, no se me ocurre nada, ya tengo la idea, pero no se me ocurre nada y estoy atorado, no sé qué, no sé cuánto. Y entonces qué va a pasar con eso, que voy a empezar a generar una asociación negativa con crear, es crear es doloroso, crear no está padre, es frustración, es no avanzar, es sentirme bloqueado, etcétera. Y eso qué me va a hacer, me va a alejar y buscar el teléfono lo más rápido posible. En cambio, cuando nos ponemos tiempo, el tiempo es una meta que se cumple quieras o no, porque los 50 minutos van a pasar. O sea, no es como que ay no, es que me quedé en 30 y el tiempo se detuvo y ya no siguió, no. O sea, los los 50 minutos pasaron, entonces es una buena forma de hacer cosas, entonces en lugar de que la meta sea, voy a escribir cinco páginas. La meta es voy a dedicarle a mi libro 50 minutos. Y es una meta más fácil de realizar porque quiera o no, esos 50 minutos van a suceder. Y la otra razón es porque la atención, como la motivación, es un recurso finito, se acaba, o sea, por más que queramos en algún momento el cerebro se agota, el cerebro se agota y es como de, ay oye ya llevas un buen rato aquí, pues vete a despejar o hacer algo. Aquí ya para cerrar esta parte. Siempre importante los primeros diez minutos, yo le llamo el valle de la muerte, porque los primeros diez minutos son los más difíciles, son los más, más difíciles. Claro, porque estamos en una situación de incomodidad, estamos empezando algo, pero pues todavía no está ocurriendo y estamos así. Y esos son los diez minutos donde más nos vemos tentados en ir por el teléfono o más nos vemos tentados en abrir la pestaña con el video o más nos vemos tentados, porque claro, hay una incomodidad que fácilmente podemos perdernos y si abrimos el teléfono ya, ya perdiste. Entonces el consejo hoy es aguantar esos diez minutos, aguantarlos, aguantarlos, aguantarlos, porque justo varios psicólogos y varios análisis han mostrado el famoso estado de flow, que le llaman, este momento en el cual te metes en lo que estás haciendo y de repente pierde la noción del tiempo y es como que orale, ya pasaron cinco minutos, se pasó muy rápido. Y un poco los estudios dicen que tardamos de 10 a 15 minutos en entrar en un estado de flow. Entonces los primeros diez minutos no estás en estado de flow, estás arrancando los motores y ya después de los 15 que ya estás fluyendo, dices wow, esto es mejor de lo que creía.