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El arte cruza fronteras sin pedir permiso

Betsabeé Romero

El arte cruza fronteras sin pedir permiso

Betsabeé Romero

Artista visual


Creando oportunidades

Betsabeé Romero

Betsabeé Romero es una artista mexicana cuya obra explora la resignificación de objetos cotidianos y tradiciones populares, especialmente en torno a la movilidad, la migración y la memoria colectiva. Formada en Historia del Arte y con estudios en Francia, Romero ha desarrollado una práctica artística que va más allá del cubo blanco, involucrando a comunidades y utilizando materiales como llantas recicladas, autos y elementos del arte popular mexicano.

Su trabajo ha sido expuesto en espacios como la Bienal de Venecia, el British Museum y el Zócalo de la Ciudad de México, donde ha intervenido el espacio público con instalaciones que dialogan con el Día de Muertos y la cultura popular. Ha colaborado con colectivos de mujeres tejedoras y comunidades migrantes, y su obra ha abordado temas como el duelo, la identidad y la resistencia cultural.

Entre sus proyectos recientes destaca la creación de porterías escultóricas para el Mundial, tejidas por comunidades vulnerables, y la pieza “Quetzalcóatl Urbano”, que resignifica el caucho como material mesoamericano. Romero concibe el arte como un acompañamiento humano y una herramienta de reflexión colectiva.


Transcripción

00:00
Betsabeé Romero. Soy Betsabeé Romero. Me dedico al arte, aunque a mí no me gusta definirlo así. Y me gusta decir más bien que me dedico como a jugar, a cambiarle los significados o a saber que todos podemos entender las cosas más simples, más comunes de diferente manera y hacer partícipe a un público de eso, de esa posibilidad de que hasta las cosas que más nos parecen un lugar común de pronto podemos darles un nuevo significado. Yo tuve la gran fortuna de nacer y crecer en una familia donde leer, donde ir a museos, ir a un jardín a compartir una lectura. Estudié piano desde chiquita. La danza era muy importante, pero no solo el ballet, sino aprender a bailar cumbia, aprender a disfrutar todo ese sentido de la celebración que hay en México, que para mí es tan importante como todas las grandes exposiciones que llenaron mi corazón con obras de arte que son como mis amigos. Hay un cuadro que yo adoro que es así, chiquitito y es de Vermeer, es un gran pintor que yo adoro, este cuadro para mí es como un planeta donde yo podría vivir adentro. Es una señora que está en una cocina y está sirviendo la leche. Pero es ese cuadro donde, es tan chiquito y para mí es ese universo donde todo lo que está pasando ahí adentro es verdad, es justo, ahí la leche es real, siempre está cayendo. La luz del día está entrando por esa ventana de una manera perfecta. La armonía en que todo circula, el aire, la mirada de ella hacia los objetos. Todo circula de una manera tan armoniosa y tan perfecta, y que fue hecha por las manos de un ser humano que no hay más que creer en él, que somos, que los seres humanos somos capaces de vertir ese humanismo hasta en un pedacito de tela así. Y cuando uno quiere leer el periódico ahora y pasan las páginas y es muy difícil creer en que el humanismo sigue existiendo, ese tipo de obras a mí me hacen darme cuenta, recordar que es que sí existe dentro de todos nosotros un ser humano y que ese ser humano ha sido capaz de hacer ese tipo de cosas. Entonces, para mí ese acompañamiento que he tenido la suerte de tener gracias al arte, pero también a las fiestas, al arte popular de México, a esa capacidad de celebrar todo, hasta la muerte, es algo que es fundamental en mi práctica y en mi creer en el arte.

03:28
Esly. Hola Betsabeé. Mi nombre es Esly, y es un gusto poder estar hoy aquí con todos ustedes. He notado que los vehículos son un elemento que has usado muy recurrentemente en tus obras. ¿Consideras que los carros son una obsesión para ti?

03:50
Betsabeé Romero. Los carros también son algo que desgraciadamente me ha acompañado un poco demasiado toda mi vida. Por donde yo vivo hay muchísimos talleres mecánicos. Estoy muy cerca de la colonia Buenos Aires, que no sé si la conozcan, pero siempre hay carros que están, como que uno piensa son carros viejitos que quieren convertir en estos como modelos antiguos que salgan en las películas, pero mientras eso pasa son como objetos inmuebles, como parte del paisaje de nuestras cuadras que no se mueve o el carro de la persona del vecino que falleció y nunca lo vendieron y que siempre está ahí o el refugio del señor que llega muy borracho y entonces pues ahí se queda a dormir. O el taller mecánico de alguien que no tiene donde guardar sus cosas y las guarda ahí. Siempre hay una función también, siempre tienen un algo que hacer. Entonces sí, desde hace muchos años decidí que quería trabajar con materiales reciclados. Cuando he trabajado autos, que me encuentro de estos carros que según esto están tirados en la calle, yo quiero hacer de ellos una instalación y que la gente que lo rodea la pueda comentar, pueda hacer participe. He encontrado también como un público que le entra a los proyectos, si yo le digo ay señora, pues ya que este carro no se mueve, me permite convertirlo en una maceta o que entre todos le pongamos mosaicos de talavera y que le sembremos un cactus aquí enorme, un agave. Bueno, pues órale. O sea, eso a veces si uno lo propone en un museo capaz que pasan meses y el comité curatorial no lo acepta. Pero en cambio esta comunidad de gente que tiene un gusto grande por los autos, por los oldies, por tunear, todo esto, tienen bastante desarrollado y han trabajado mucho el color, la materia, la forma. Entonces el auto es un objeto tremendamente lleno de significados para los migrantes, pero también para toda esta cultura de la modernidad donde la tecnología, tener un auto es una aspiración demasiado significativa. Encontré en ese objeto un tema para cuestionar todos estos valores que nos venden como los más importantes para aspirar y pensar que podemos ser lo que en una sociedad occidental se requiere. Entonces la gente cuando cruza la frontera inmediatamente se quiere comprar un auto y cree que entonces ya está logrando lo que le está ofreciendo, pasarse al american way of life. Participé en una Bienal en 1997, en la frontera en Tijuana y San Diego. Las bienales son exposiciones, como se oye de cada dos años, pero suceden en sitios muy especiales. Seguramente han oído la Bienal de Venecia, que es a veces de cine, de arquitectura, de artes plásticas. En el caso de artes plásticas, muchas veces las piezas se llaman, le dicen de ‘site sprecific’ que son de sitio específico.

07:04
Betsabeé Romero. Entonces uno tiene que ir antes como artista invitado. En este caso teníamos que hacer una residencia de un lado de la frontera 15 días y de otro en San Diego. Entonces escogías en qué sitio querías trabajar. Entonces para mí fue un parteaguas, porque pues eso te saca del taller. No es la práctica de un artista, no es estar sentado bajo un árbol inspirándose a ver qué imagen le viene en la cabeza o copiando una flor o en un estudio con colores divinos de óleo y pinceles, nada más, no, sino que de pronto es entrar a una realidad fuerte, fronteriza, la frontera más cruzada del mundo en este caso y entrar en contacto también con una comunidad que está ahí, con un objeto que es muy simbólico. Entonces en ese momento también incluso tuvimos contacto con teóricos de la frontera, en mi caso con el Colegio de la Frontera Norte, con José Manuel Valenzuela, que para mí es uno de los grandes estudiosos del fenómeno migratorio. Él me contó que esa zona, que era la colonia Libertad, era la más antigua en resistencias culturales de la población de Tijuana. Entonces ahí empezaron los primeros clubs de lowriders que son estos primeros carros que se tunearon. ¿Qué quiere decir eso? Que se modificaron para convertirlos en personajes. Y luego se hacían desfiles y ellos iban vestidos de pachucos desde los años cincuentas, esto empezó en los años 50 y era una forma de visibilizarse como población negada, rechazada como es ahora, como pasa ahora que quieren negar la importancia y la dignidad de nuestra cultura como mexicanos migrantes. Entonces desde esa época los migrantes como estaba prohibido y eran ilegales, se hacían visibles a través de un objeto, que era el auto, y a través de estos clubs de lowriders. Y empezaron ahí en esta colonia. Entonces por eso yo quise que fuera un auto de los cincuentas y que estuviera ahí en la colonia Libertad. Pero yo qué podía comentar o como artista qué puede una hacer ante este tamaño de muro. Digo, pues aquí lo único que podría salvar es un milagro. Entonces dije le voy a poner un vehículo a la Virgen para que se nos aparezca y nos cambie todo. Entonces por eso se llama el Ayate Car. Entonces irónicamente dije como Juan Diego que pidió rosas para que se apareciera la Virgen, pues yo le puse adentro de este carro hay 10 mil rosas secas y está cubierto de una tela pintada al óleo, como los cuadros de la Virgen de Guadalupe, las pinturas populares del siglo XIX está pintado así al óleo, con rosas por todos lados.

10:12
Betsabeé Romero. La Bienal pensó que iban a vandalizar el carro, que iba a ser de las obras, seguramente vandalizadas. Entonces fueron a tomar foto antes de que eso pasara. Y no, nunca pasó nada. Al contrario, yo mejor les di las llaves a la gente de la colonia Libertad. Fue la primera vez que trabajé con la comunidad para escoger exactamente el lugar donde ponerlo, porque me decían nosotros lo vamos a cuidar, pero desde mi casa sí se ve y yo así veo que si alguien viene, no sé qué. Entonces, así como que entre todos me ayudaron a escogerlo, ellos me ayudaron a ponerlo y fue como una experiencia muy interesante para mí, que me llevó a que ya no me pareció tan divertido eso de hacer cuadros y exponerlos en una galería ahí colgaditos como lo que se llama el arte de cubo blanco. Sino que esta relación-interacción con el contexto como este, ver como ese auto para mí tenía ese significado. Y como la gente que estaba ahí era, ellos fueron los que explicaban cuando venían las visitas guiadas y yo los escuchaba y ellos no respetaban lo que yo dije que quería decir, o sea, aunque no dejara de decir lo que yo decía, ellos decían no es que ese carro es como nosotros, que llegamos con todas nuestras flores, con toda nuestra cultura, a querer trabajar del otro lado y nos rechazan, entonces por eso nos sentimos identificados. Y luego terminó la Bienal. Yo cumplí en regresar el día que quedé y lo quitamos de ahí. Entonces se fue y ha tenido una vida también como de un personaje migrante. Y terminó en Suiza porque el arte y la cultura, con o sin bienal, cruzan la frontera, cruzan las fronteras y hacen que nuestra cultura, con visa o sin visa, penetre el otro lado y haya penetrado el otro lado, como lo es la comida mexicana, la música mexicana, contemporánea o no, popular o no, está en donde tienen que estar y no le pide permiso a nadie. Y por eso, a mí uno de mis objetivos siempre es dignificar el valor de nuestra cultura que está. Yo no la llevo, ahí está, me la encuentro en todos lados. Entonces el carro es un objeto simbólico también de la movilidad, del arte, de la movilidad, de la cultura.

13:31
Dulce. Hola Betsabeé, mucho gusto. Mi nombre es Dulce Madrid. Es un placer poder estar aquí contigo compartiendo este espacio. Y bueno, mi cuestionamiento es, en tu linaje familiar de mujeres, ¿qué influencia tienen ellas sobre tu arte y cuántas de ellas se dedican a lo mismo?

13:48
Betsabeé Romero. Mi mamá, yo creo que fue la reina del disfrutismo, que es un concepto que yo siempre manejo con mis amigos, que disfrutar la vida y disfrutar las cosas es fundamental y tenemos la fortuna de estar en una cultura donde disfrutar es importantísimo. Yo creo, por ejemplo, que yo estudié en Francia tres años, viví ahí, estuve casada con un francés y y me quedó clarísimo que los franceses si tienen que ver con este pensamiento cartesiano de pienso luego existo. Y dije ¿cómo sería en México? En México yo creo que es celebro, luego existo. Y como no puedes celebrar tú solo, que eso es lo más importante, celebramos, luego existimos y eso hace que existimos gracias a que compartimos. Y compartir nos hace nos hace grandes. Sí me parece un gran valor que además no necesariamente va a ser permanente. Es algo que hay que cuidar con todas las tradiciones que hemos aprendido desde chicos. Porque en el calendario, creo de todas las familias mexicanas hay siempre las fiestas, el santo, el cumpleaños, el aniversario de no sé quién y eso va pausando, va dando un sentido al año familiar, al año de las comunidades y el máximo ejemplo obvio, pues es el día de muertos. El cual yo he incorporado como parte de mi trabajo y el que sí aprendí directamente de las mujeres de mi familia y que al aprenderlo de esa manera puedo dar fe de que es un dispositivo cultural activo y muy fuerte. Que no solo funciona el Día de Muertos, sino que es algo que se prepara con tiempo, que se prepara con todos los miembros de la familia o que todo el mundo lo esperamos, o que especialmente los niños con mamás y abuelas lo comparten, los niños viendo como los ingredientes, cómo se cocina, pero sobre todo escuchando las historias de los que se han ido de la familia. Yo, en mi familia mis dos abuelas eran viudas, mis papás huérfanos y yo siento que yo conozco a mis abuelos o sé de ellos de la manera más íntima y más bonita. Sé qué les gustaba bailar, qué les gustaba comer, qué les gustaba escuchar, sé como conquistaron a mis abuelas, sé todo eso. A lo mejor no sé bien cómo los mataron, no sé bien cómo fue toda esa partida tan truculenta, pero sí sé quiénes eran y sé lo importante que han sido para mi familia gracias al Día de Muertos, porque es una celebración de la vida, de la memoria de los que se fueron y yo la compartí gracias a eso y gracias al arte de saber preservar y alimentar y compartir por generaciones eso de parte de las madres y de las abuelas que formaron en mi familia. Entonces yo creo que ese es el gran linaje que yo tengo. El poder valorar y entender que esto nos puede llevar incluso a sentir que una de las vocaciones más importantes en mi trabajo es el acompañar duelos, el acompañamiento de duelos no solo individuales sino colectivos, porque en todas las sociedades pasamos momentos duros que compartimos con muchos.

17:04
Betsabeé Romero. Cuando fue los temblores en México, la pandemia, pues el conocer de tantos desaparecidos que existen. Todas estas tragedias nos pegan a todos juntos. ¿Y luego cómo la salvamos? ¿Cómo nos sanamos de todo eso? Y yo creo que estas celebraciones, pero también el arte, si es posible, puede ayudar a eso y todo eso está ligado en mi trabajo.

18:20
Carla. Hola Betsabeé. Mi nombre es Carla Huerta. Un gusto poder estar aquí. Has mencionado acerca de los altares que realizabas con tu abuela en Oaxaca y eso me recuerda un poco la obra, una de las más emblemáticas en el Zócalo de la Ciudad de México. ¿Quisieras compartirnos un poco acerca de ella?

18:38
Betsabeé Romero. Claro. Bueno, este trabajo de resignificación desde el arte contemporáneo de una tradición popular como es el Día de Muertos, también me ha llevado al espacio público porque, como sabemos, la tradición se celebra en los panteones y en las casas. Es una tradición como doméstica. Sin embargo, también desde el principio fue una tradición en la, porque tampoco es que es una tradición meramente prehispánica o que tiene un origen completamente indígena, sino que es una tradición mestizada que se terminó de complementar y de tejer con ambas culturas. Y desde la época colonial era una celebración que atravesaba todos los niveles socioeconómicos como hasta ahora y en este caso en el Zócalo. Pues que enorme plaza. Que me invitaran a hacer una intervención con esto era un gran reto, porque hacer este tipo de cosas en un espacio público, en un espacio histórico, en un espacio tan concurrido, implica características como, queremos que esté iluminada, pero no puede haber electricidad. Todos los riesgos tienen que estar cubiertos para que no haya ningún accidente. En mi caso, yo siempre trato de que mis instalaciones de Día de Muertos se dediquen a las causas que colectivamente nos tienen en duelo. O sea, causas que hayan causado muchas muertes que a todos nos duelan, como les he dicho, como muertes, accidentes, grandes desapariciones de muchas personas. Y por otro lado, la pérdida de grandes personajes de la cultura, que a todos nos puedan significar. Entonces, en este caso, pensé traer un vehículo al Zócalo, que son las trajineras, que llegaban en algún otro momento histórico de la ciudad, casi hasta el Zócalo. Había estaciones de trajineras a 3 cuadras del Zócalo. Entonces como recordar esta historia de que fue una ciudad fundada sobre un lago, un enorme lago. De hecho, cuando tiembla, cuando tembló en 85 y se cayeron muchos edificios del centro, tuvo también mucho que ver con al haber hecho caso omiso de esta situación, construyeron el metro subterráneo justo ahí abajo y hubo un desequilibrio enorme de los mantos acuáticos que están en esa zona. Entonces le puse canto al agua, a esa agua que está abajo, pero en realidad cada trajinera, como en Xochimilco, tenía un nombre y cada nombre tenía que ver con una de estas razones por las que había muerto mucha gente en el año. El primer día llegaron más de 700 mil personas, o sea, un público que un artista plástico nunca puede imaginarse para una obra. Y además, pues no era, mi idea es que no sea contemplativo, sino que sea una instalación que la gente pueda no solo ver, sino pasearse, introducirse enmedio. Y que la gente se fue acercando más a las razones por las que tenía más conexión. En cada trajinera como vieron, estaban varios objetos de cerámica, las calaveras dibujadas a mano. Todo lo hicimos en mi taller como ediciones únicas. Y un amigo artista me dijo Betsa, o sea, estás loca porque no va a haber suficiente seguridad para que eso se conserve cinco días. Nada más te lo digo para que te tomes un tequilita y lo aceptes porque no vas a poder tener cantidades suficientes para sustituir todo eso.

22:29
Betsabeé Romero. Y esto lo cuento porque pasaron cinco días y la circulación de las personas, además que era nocturna y efectivamente no había tanta, no podía haber vigilancia para esa cantidad de personas. Al contrario. También por ejemplo, una de ellas era de poesía, un poeta muy joven que falleció y su familia llevó poemas que nunca se habían publicado y se colgaron ahí. La gente los descolgaba, los leía y los volvía a colgar ahí. Hacíamos lecturas abiertas a cierta hora, las anunciábamos con un papelito y la gente se acercaba para escuchar la poesía de este chico. Y así pasaron cosas extrañas. Como que se volvieron foros para otro tipo de artistas que empezaron a habitar el zócalo con sus propios géneros de trabajo. Y al quinto día que todo se recogió, nadie se había llevado nada y esta experiencia que es límite, porque había cositas que se podían, muchas cosas, y que eran de artista y que se podían llevar, nadie se llevó nada. Y a mí me emociona mucho contarlo.

24:29
Vanessa. Hola Betsabeé. Bueno, mi nombre es Vanessa Anahí Fernández. En este caso mi pregunta sería, veo que empleas elementos de arte urbano, indígena y prehispánico. ¿Es esta una forma de llevar el arte al mundo, en este caso México al mundo?

24:48
Betsabeé Romero. Bueno, México está en el mundo y no necesito llevarlo yo, y por eso digo que la cultura, la historia de México, ha circulado desde hace muchos siglos y no es gracias a mí. Y lo que yo creo que es importante es dignificar que somos seres con un pasado muy importante, muy largo, muy profundo. Un pasado que puede darle luz a otras culturas sobre muchas cosas, desde las tradiciones más populares, como esto del Día de Muertos, que yo he participado en sitios así de importantes como el Zócalo, pero en otros países. Y yo al principio cuando hacía una instalación de Día de Muertos en otro país, pensaba que iban a venir solo los mexicanos que vivían allá o sus familiares iban a ver, ay, una mexicana que hace un Día de Muertos, vamos. Y pues no. Esta celebración como saben, por la cantidad de películas, porque también piensan que el primero que hizo eso fue Coco. Digo, desde Eisenstein y muchos otros grandes cineastas, Buñuel, o sea, muchos grandes cineastas han tocado ese tema por qué les es importante, artistas visuales, escritores del mundo. Pero yo creo que cualquier amigo de ustedes que venga de fuera y si se topan con extranjeros les causa muchísima curiosidad. Y no solo por por lo vistoso, por el colorido o por las catrinas o lo que sea, sino por lo que significa, por la función que tiene socialmente. Cuando uno ofrece esa posibilidad de compartir un duelo con otras personas y vivirlo así en colectivo, la gente lo hace. Yo siempre convoco a que vengan, a que pongan un pensamiento, una foto, un objeto, que vayan a las lecturas de poesía, que coman con nosotros, porque todo también tiene que ver con el compartir, con el compartir la mesa, compartir el humor, porque como saben estas calaveritas que se escriben son sátiras de humor en donde se mezcla el que se fue, pero también el que está, o sea, es la calaverita de uno que está vivo. Entonces yo cuando comparto todo eso me doy cuenta de que complejidad de dispositivo cultural tan profundo. Y que México cuando se abre a compartir generosamente eso, la gente se llena de emoción y llega con sus objetos más íntimos. Entonces, para mí no solo es un honor poder hacerlo, he tenido esa gran oportunidad y lo he hecho en el British Museum, en Londres, en el Nelson-Atkins, en Kansas City, En la casa de Colón, en Gran Canaria, que en España es un punto donde se mueren muchos migrantes que vienen de África. Y en este sentido he tenido algunas invitaciones que también han sido un enorme reto, como hace tres años, me invitaron a ser la imagen, a trabajar el pabellón de México en la Exposición Universal. Ese año, pues México no iba a participar, no había presupuesto, no se iba a poder hacer un edificio, porque los países van y construyen, grandes arquitectos, hacen los mejores edificios para eso. Se iba a rentar mitad mitad, con un país muy chiquito, un edificio y con faltando muy pocos meses me pidieron que hiciera una intervención. La Feria Universal se iba a hacer en Dubai, como saben un país árabe, entonces invitándome a mí, pues yo dije bueno, qué mejor oportunidad que todo el edificio lo cubra un tejido hecho por mujeres.

28:44
Betsabeé Romero. Y que este tejido haga una composición como de telaraña. O sea, y pensando como en una Penélope que es la que hace vivir a Ulises, porque Ulises no existiría si ella no tejió su historia, si ella no la cuenta. Entonces me pareció importante frente en un país árabe que México tendiera lazos tejidos por mujeres hacia el mundo. Que las mujeres tendemos lazos de paz, tenemos lazos de memoria, lazos de tradición. Entonces en poco tiempo tenía que encontrar no una mujer, no un taller de tejido, sino muchas mujeres que pudieran tejer juntas. Entonces no me importaba que fuera un tejido maravilloso como estos de Michoacán o como los grandes tejedores de Oaxaca. Por ejemplo esta comunidad es de Jalisco y en Jalisco no es que no haya buenas tejedoras o tejidos de mucha tradición, pero esta comunidad que es de Etzatlán, Jalisco, es una comunidad que se formó por una familia que estaba viviendo duelos y con la tristeza máxima y terapéuticamente, la mamá y la hija se pusieron así, pero obsesivamente a tejer y tejer y tejer y ya los hijos ya no sabían ni dónde poner los tejidos y empezaron a rodear árboles y hacer en la fiesta del pueblo techos. Y entonces después vino la pandemia y más mujeres de ahí se pusieron así como terapéuticamente y como patológicamente casi, sin parar, sin parar, sin parar. Los hijos estaban ya sin saber, pues aunque sea vamos a concursar en Guinness y que ganan, entonces yo por eso me enteré, yo dije no, pues ellas están muy organizadas, tejen juntas, pues seguro vamos a lograrlo. Entonces fui a verlas y súper prendidas, encantadas de hacer algo que iba a representar a México. Entonces, no íbamos a hacer cielos tejidos, como es lo que ellas hacen, cubren las calles con estos tejidos de macramé. Entonces yo lo que quería eran lazos, o sea, eran tiras. Me dijeron sí, sí lo podemos hacer. Lorena que es muy, muy, casi matemática, con mi asistente también, logramos calcular cuántas tiras, estas tiras cómo tendrían que estar, qué combinación de colores para que pudieran parecer telarañas que cubrían todo el edificio. Y a cada cuadrito, ahí cómo ven en la foto, eran como cada hexágono, yo le imprimí una flor, una flor que en la cultura prehispánica se llamaba “quincunce”, y que es como el ombligo del mundo. En el mundo prehispánico esta flor de cuatro pétalos son los cuatro puntos cardinales y un centro, y es la flor, porque la flor es cultivada por la mano del hombre, pero está ligada a la tierra, tiene raíces en la tierra y la flor sigue el sol, entonces está ligada también a la luz, a la energía solar, al firmamento, al cosmos. Entonces, como la flor, que es algo como muy femenino, es el centro y es lo que está enraizado, pero también se abre al mundo. Entonces por eso todo este edificio estuvo cubierto de estas flores y de este enorme tejido de lazos.

32:19
Betsabeé Romero. Fue el único edificio hecho a mano, porque también cuando yo vi que era lo que estaban presentando estos grandes arquitectos, estos países con millones de dólares de presupuesto y todo, imposible competir con eso. Entonces yo me fui mejor a lo opuesto totalmente, a lo más lento, lo más low tech, lo más hecho a mano, lo más artesanal y nos ganamos el primer lugar de pabellones no construidos allá y además pues fue el único hecho por mujeres, el único dedicado a las mujeres y para las mujeres.

33:25
Alondra. Hola. Qué tal Betsabeé. Mi nombre es Alondra Jiménez. Una de tus últimas obras se llama Quetzalcóatl Urbano. Me gustaría que nos hablaras un poco sobre ella.

33:35
Betsabeé Romero. Para mí también lo prehispánico aparte de dignificar nuestro pasado, nuestra historia, de dignificar que somos una cultura que no está allí de pronto porque acaba de llegar y que nada más tiene un pasado como nos quieren poner, delictivo y demás. Todo lo contrario, todo, todo lo contrario. Estudié Historia del Arte y en el doctorado cada vez me fasciné con la estética del mundo prehispánico. O sea, el valor de las piezas prehispánicas para mí no es arqueológico o histórico, nada más, sino me parece que hubo un desarrollo estético maravilloso. Hay grandes obras maestras de la humanidad por su belleza, por su gran belleza y la serpiente es justo una de las formas, de las figuras de los personajes que tuvo para mí un desarrollo estético increíble. En este caso es esta pieza, está en Chapultepec, se puso en Maco en una feria de diseño. Es de las últimas que he puesto en espacio público. Es muy especial porque pues es una serpiente hecha con llantas que están grabadas con flores, con diferentes elementos, porque como el dios más importante es Quetzalcóatl y es una serpiente emplumada, todo lo he expresado en llantas que es la parte del auto en la que me fui profundizando más. ¿Por qué? Por el círculo, que es una forma atávica en muchas de las culturas. En muchas. Estéticamente es muy importante y significativa, el caucho, porque además también es un material mesoamericano. No sé si sepan, pero el caucho y el chicle son materiales que provienen de la savia de árboles que se encontraron en Mesoamérica y que después fueron motivo de una larga historia de esclavismo. Porque son materiales que se fueron necesitando muchísimo en la industria, en el desarrollo de los transportes, obviamente. Entonces el caucho se usaba en el mundo prehispánico, en los ritos, en ritos funerarios, en el juego de pelota. La pelota era de caucho, que además fue la primera que botó. Me interesó como un material para decolonizarlo, para volverlo a traer al mundo prehispánico. Me parecía también un material importantísimo como tema, como contenido de mi obra. O sea, como que en mi trabajo no es como que es la materia y la forma, o la forma y el contenido, sino que todo tiene que estar amarrado, todo tiene que estar anclado para darle sentido a las cosas. Estas llantas a mí me recuerdan la idea de que la modernidad busca velocidad para pasar rápido y atropellando y borrando las huellas de todo lo anterior. Mis llantas van en sentido contrario, van despacito en lugar de rápido y lo que buscan es volver a grabar, yo grabo artesanalmente y muy despacito en las llantas ya borradas, la huella de todo lo que se ha atropellado, de las culturas que se han atropellado. El resultado es como el grabado en linóleo o el grabado en madera, que también es importante porque el grabado en linóleo y el grabado en madera en la historia del arte mexicano son tan importantes como el muralismo, aunque mucha gente no lo sepa. En esa gran historia de la Escuela Mexicana de Pintura, que además dices, Gran Escuela Mexicana de Pintura, no solo era de pintura, también era de grabado y la escuela, el grabado de la escuela al aire libre era fundamental. La gráfica mexicana es fundamental, pero como es de menor importancia es como un género menor, no se le da el lugar que para mí debería de tener porque son estos maestros, grandes artistas que se fueron a las zonas rurales, a las zonas obreras y les enseñaron grabado porque era muy., es muy barato hacer grabado en un pedacito de madera, en un pedacito de linóleo con una gubia que se mete así. Pues así es lo mío en las llantas y el resultado se parece a lo de todos esos grandes maestros y eso también me importa, que mi obra prefiero que se ligue a ellos y no a los muralistas, que ‘by the way’ eran medio machorrines.

37:54
Betsabeé Romero. El machismo también en el arte es fuerte.

38:42
Ariana. Hola, qué tal, Betsabeé. Mucho gusto. Mi nombre es Ariana Montiel, es un placer coincidir. Vengo en representación de Cahuic A.C., una asociación que su sueño es transformar el dolor colectivo de muchas mujeres mexicanas que han atravesado por un diagnóstico de cáncer de mama. Mi pregunta es, he podido observar los materiales que utilizas. ¿Por qué son tan importantes para ti? ¿Qué importancia tiene el que trabajes con estos materiales?

39:14
Betsabeé Romero. Pues como les conté en específico del caucho que en sí mismo la llanta es por que es parte del auto y el auto es la movilidad y es la migración, pero el caucho y el círculo en sí mismo se convirtieron en tema y en una forma de explorar tanto lo prehispánico como la idea de decolonización del material, como la contaminación misma, porque las llantas también son un producto industrial que se produce a una velocidad tan enorme por que hay tantos autos en el mundo y hay que cambiarle las llantas con un ritmo tan acelerado que aunque haya muchas maneras, entre comillas, de reciclarlas, la velocidad a la que se recicla no tiene ni la mínima relación con la velocidad en la que se producen. Entonces imagínense que con todas esas nuevas maneras de reciclar lo que se alcanza a reciclar es el .002% de todo lo que se tira y son material que ocupa muchísimo espacio y que se contamina muchísimo. En mis instalaciones de Día de Muertos también siempre descoloco, hago cosas con objetos que normalmente no se hace. Por ejemplo, hago candiles hechos de azúcar y de cera de objetos, y entonces todo el mundo dice cómo, pero se va a derretir, es dulce y se nos olvida que el led, la luz led hace mucho que no calienta y que puede permitir eso, pero cuando uno lo ve hay ese juego. Hago cosas con espejos rotos, que el espejo roto a todos nos quema la suerte, que no sé qué, y yo los rompo con la forma de la frontera. ¿Por qué? Porque los espejos son de este material ahora que es casi como un acrílico y con tijeras lo rompo. Pero eso es muy raro. Una televisión me acuerdo una vez, esmerilee una televisión con un dibujo mudéjar, nueva y la llevé a esmerilar y entonces la prendí así se veía todo como atrás de una celosía, pero no, el señor que me ayudó a esmerilarla, tuve que ir a tres porque no querían, ¿cómo? pero sí sirve. Pero si está nueva. O sea, como que es un objeto que la gente no puede alterar, la pantalla de una tele es sagrada. Y el hacer hacer esas intervenciones es subvertir un poco el uso del material y del objeto al mismo tiempo. Por ejemplo, hice una pieza con referencias al arte taíno, que el arte taíno es el prehispánico de la zona del Caribe, de los indígenas que se dieron en el Caribe. Esto fue en Puerto Rico. Y en Puerto Rico lo que se atropelló fue la cultura del azúcar, de la caña de azúcar, entonces hice impresión en una alfombra hecha de azúcar, de azúcar morena. Entonces fue algo que, ay ¿seguro que lo quieres hacer en azúcar? Se le van a meter las hormigas. ¿Qué va a pasar? Siempre implica retos cada que decido los materiales, pero siempre los materiales tienen que ser simbólicos, como eso que le dije a esa señora vamos a ponerle mosaicos al carro en lugar de pintura, como los muros de la cocina o del baño. Entonces conseguí unos mosaicos antiguos de Talavera, que ese carro lo pasaron hace ratito, creo que lo vieron, y lo hicimos en la Buenos Aires, en un taller. Y de pronto pasa un niño y dice ay mamá, mira ese carro, le está saliendo piel de casa.

42:50
Betsabeé Romero. Y entonces así le puse a la pieza, piel de casa. Después ya le puse cortinas de cocina. Tenía un timbre y una grabación adentro de, me estoy bañando, venga luego. Así se expuso en el Festival Cervantino. Era un carro que era de la colonia Libertad y en un primer momento la idea era que se quedara ahí, se quedó muchos años ahí y cuando lo pedían para una cosa como el Cervantino, para exponerlo en la Ibero, una vez se fue a la Ibero, yo pedía que le pagaran una renta a la señora que era dueña del carro porque el tema se llamaba la palanca y era la señora de la palanca, era la dueña del carro y yo era la creadora de la pieza del carro. Fue muy interesante. Después lo compró el MUAC, yo le compré el carro a la señora y se fue a al MUAC y lo tuvieron 15 años. Yo digo, decía que lo habían tenido con la araña, como la araña que le ponen estacionado. Y lo acaban de sacar a la luz hace poco tiempo estuvo expuesto en el MUAC, ahí en la UNAM.

44:37
Carolina. Hola Betsabeé. Mi nombre es Carolina, y ¡wow! tu trabajo es sorprendente, tu arte está muy sorprendente. Mi pregunta es, últimamente has estado muy presente en las noticias porque una de tus obras estará presente en el Mundial del próximo año. ¿Podrías hablarnos de ello?

44:57
Betsabeé Romero. Sí, Bueno, es un proyecto que cruzo los dedos para que sí termine de darse. Es un proyecto muy ambicioso. Otra manera de aprender la cultura de los migrantes que yo tuve desde niña fue el fútbol. Yo soy muy pambolera y mi mamá era muy pambolera. No como en muchas familias, que eso viene de la fuente paterna y que son los papás que ven el fútbol. En mi caso era mi mamá y ella fue la que contagió a mi papá y a mis abuelas y a sus hijas, obviamente. Entonces yo mucho tiempo incluso me peleé con eso, cuando tuve mi etapa más intelectual, casi me quería esconder de eso porque era una pasión tremenda en mi familia. Pero con el tiempo me fui dando cuenta de lo importante que fue aprender a tener una camiseta, de lo importante que es para los niños saber que son parte de un equipo, que el equipo al que ellos les van es una comunidad y que en general esa comunidad tiene que ver con su familia y es algo que los identifica con su familia a través de las generaciones y a través de una comunidad más amplia. Y en los migrantes esto se vuelve importante porque cuando dejan su país y dejan a su familia y dejan muchas cosas, pueden ir con su camiseta y esa camiseta saben que les hace compartir cosas aunque estén lejos. Y bueno, hay muchos estudios, especialmente en el Colegio de la Frontera Norte acerca de la importancia del fútbol en comunidades migrantes en España, en México, en varios lugares de Estados Unidos. Eso me hizo darme cuenta y eso muy recientemente, que mi mamá, huérfana de padre, encontró ese padre en el fútbol y ella era fiel a eso. Y la fidelidad también es una parte importante del tener una camiseta y tener equipo. Y esta cuestión del equipo yo creo que ha vuelto a México como de las mejores aficiones del mundo. No ha dado para ser de los mejores equipos, pero sí creo que somos una gran afición. Entonces ahora que supe que iba a ser el Mundial en tres países, era una resistencia, la muestra de una resistencia cultural, de cómo el deporte, la cultura y la comunidad cruzan, cruzan y no importa. Entonces me puse a trabajar en un proyecto que tuvo también como punto de origen, algo que seguramente todos están muy jóvenes, pero a lo mejor algunos sí supieron que en las Olimpiadas del 68 el gran arquitecto Ramírez Vázquez, que es además el arquitecto del Museo de Antropología, del Museo de Arte Moderno y en este caso del Estadio Azteca, hizo un proyecto de espacio público de esculturas en cemento, porque eran resistentes, de bajo costo y podían invitar a los artistas de todo el mundo, de todos los países que participaban, hacer la ruta de la amistad. Estas esculturas siguen, están en el Periférico, como enfrente de Perisur, si ubican, porque por ahí estaba la Villa Olímpica, entonces después la ciudad se comió todo esto y quedaron las esculturas como muy al lado del Periférico, en Periférico Sur.

48:05
Betsabeé Romero. Pero hay muchos grandes artistas que participaron en esta ruta de la Amistad. Entonces a mí me pareció que la ruta que tenía que seguir esta nueva estrategia cultural de amistad hacia el mundo de parte de México, tenía que cruzar la frontera y tenía que hacer homenaje al jugador número 12, a la afición, a la afición de México, a la afición latina que además ya estudiando hasta por caso, en Estados Unidos, pues es la que hizo que este Mundial se vaya a realizar allá porque significa más de 85 millones de aficionados en Estados Unidos, aficionados que además lo están llevando este fútbol anglosajón, porque es de origen anglosajón y llegó a Latinoamérica hasta Brasil y Argentina, que son los grandes países jugadores, por los ingleses y escoceses, por los mineros. Pues hoy por hoy llega este Mundial hispanizado, porque toda la afición latina prefiere en Estados Unidos verlo en canales, que lo narren en español y hacer la ola y gritar en español y disfrutarlo en español. Entonces es muestra de una resistencia cultural de más de un siglo en que jugaron como se dice aquí, en canchas llaneras y con lo que fuera, haciendo pequeños equipos, después ligas, después clubs, después torneos y tejiendo comunidad a través del fútbol. Y a través del fútbol también llevando ingredientes, platillos, toda una cultura culinaria y celebratoria, como lo hemos dicho. Entonces, pensando en todo esto dije los que meten y han metido gol son ellos. Entonces la propuesta es, como estamos viendo aquí, hacer unas porterías escultóricas con el área de gol como estrado donde se va a convertir estas porterías en escenarios de usos múltiples donde no se va a meter gol con los pies, sino se va a meter gol con la cultura, con el canto, con la música, con narradores, con poesía. Y van a también lo más importante, estar tejidas las redes por comunidades de migrantes o comunidades en fragilidad de las ciudades sede, de las ciudades fronterizas y de las ciudades que se quieran sumar a este proyecto. Entonces en medio tienen la parte escultórica, esta vez no como los tejidos de Dubai que tenían la flor, esta vez va a haber una celosía metálica de figuras recortadas, a lo mejor pueden pasar la forma, pero para que vean que son jugadores de fútbol, niños, adolescentes, como ver toda esta parte de que la afición no tiene edad y jugadores de pelota prehispánico. Lo de los jugadores de pelota prehispánico no es porque quiero decir que el futbol soccer viene del juego de pelota prehispánico, de hecho hasta la fecha no estamos seguros si el que se moría era el que ganaba o el que perdía. A ese nivel tenemos dudas. Entonces lo que sí quiero decir es que es un país, una cultura donde se ha jugado con pelota desde hace más de 3000 años. Creo que seríamos de los países que ha jugado con pelota desde hace más tiempo y que es el origen de todos los juegos que se jueguen con pelota, porque es la única, la primera pelota que botó.

52:11
Betsabeé Romero. Entonces estos cuadros de colores de cuadrícula se van a ir tejiendo ya desde dentro de poco. Ya estamos, ya hay lugares que están abiertamente en el proyecto. Siempre la idea es que haya, como todo en dos partes. Se va a tejer en las zonas de fragilidad, pero la portería, además de estar ahí con su ficha técnica, haciendo referencia a nombre y apellido de todos los que tejieron, de la comunidad dónde se hizo, pero también el mapa de todas las porterías que están participando en esta ruta, en los países, en los dos países. Entonces pues ojalá que salga, crucen los dedos para que sí. Ustedes mismos vayan a a participar de este evento.

53:37
Reyna. Hola Betsabeé, un gusto conocerte. Mi nombre es Reyna López. Y me gustaría saber, sabemos que vivimos en una sociedad muy acelerada que consume de una manera muy rápida y efímera, y me gustaría saber de qué manera podemos convivir con el arte.

53:55
Betsabeé Romero. Gracias Reyna. Pues en mi caso, y como ya también lo mencioné, especialmente con las llantas que las resignifico como un instrumento que no va a responder a la velocidad del vehículo, no va a responder a las necesidades del vehículo y de toda la vida urbana que valora de una manera exagerada, a mi modo de ver, la velocidad. Todo mundo exigimos máxima velocidad en la transmisión de datos. Queremos que el primer whats que mandamos ya a los tres segundos ya estamos enojados de que no nos respondieron. Esa como pulsión de necesidad que se ha vuelto, sí, es una pulsión, una casi enfermedad. Creo que en mi trabajo me ha ido llevando a estar cada vez más segura que el arte, más que nunca, debe ser un ejercicio de resistencia a la velocidad, porque el arte es una forma de conocimiento básicamente, solo que a diferencia del conocimiento científico o de otro tipo de conocimiento, podemos echar mano de otro tipo de metodologías, no solo la del método científico, no solo de la filosofía. Podemos también hacer echar mano de nuestras tradiciones, como yo de mi pasado familiar, de la intuición, de otras cualidades o facultades humanas que nos lleven a entender al ser humano y al hombre, no solamente racionalmente, sino desde donde podamos, porque un artista trabaja con lo que sabe, pero también con lo que no sabe. Cuando es mucho lo que no sabe en general la obra es medio ¡Ay Dios mío! Porque finalmente el arte es un termómetro de su tiempo. Yo que estudié comunicación y que la vocación de un comunicólogo en general va hacia los medios, ahora hacia las redes sociales, siempre me pareció importante tener una postura que quedara claro por qué es diferente el tipo de mensaje que yo puedo construir del que pueda construir alguien en un medio masivo o en una red social. En primer lugar, es la velocidad y eso me importa mucho porque también entre más vivo, más me doy cuenta que el verdadero conocimiento, las cosas que uno verdaderamente entiende y hace propia, para que las haga uno propias, necesita uno de mucha reflexión, de más tiempo, de que todo vaya cayendo donde tiene que caer. O sea, el conocimiento tiene que llegar a muchos lugares para que se vuelva realmente nuestro, el tener el dato, el tener la información, la cantidad de información que podamos almacenar no tiene nada que ver con eso. Entonces por eso me importa mucho que los temas que yo trato, yo podría hacer alguna denuncia, o sea, dar una información que no hayan dado los medios, no. La denuncia no es lo mío ni creo que pueda aportar nada en ese sentido. Yo lo que puedo aportar es la necesidad de entender y reflexionar algo que nos duele a todos, de que nos pese a todos, de la manera más profunda.

57:06
Betsabeé Romero. Y yo creo que eso solamente se puede hacer a largo plazo y en el lugar del crimen. O sea, si yo voy a hablar de lo que están sufriendo los migrantes y de las fronteras, cómo nos cortan, nos dividen, nos separa, pues no puedo hacerlo si no conozco Tijuana, Matamoros, Ciudad Juárez, Mexicali y hay que estar ahí, hay que saber qué significa eso y vivirlo, no solo leerlo, no solo verlo en la tele, no solo leerlo en los periódicos. Entonces para eso se necesita tiempo y se necesita reflexionar a largo plazo.

58:24
Lucio. Hola Betsabeé. Mi nombre es Lucio Ramos. Actualmente a los jóvenes les cuesta trabajo acercarse al arte, les parece aburrido, como para personas mayores. ¿Cómo podemos hacer o qué se puede hacer para acercar a las nuevas generaciones al arte?

58:40
Betsabeé Romero. Yo creo que a los jóvenes no les parece aburrido el arte ni les cuesta nada de trabajo. Y yo creo que depende de lo que nosotros entendemos por arte. Yo creo que las instituciones que se han considerado el arte, con mayúscula, desgraciadamente se han distanciado mucho de la educación cotidiana de las familias. Y yo creo que los niños, porque sí van, van a los museos y las familias van a los museos, pero van como tarea, así, pero a veces no hay esa como el contacto o un contacto más cercano con los artistas o con las obras. Llegas a un museo y sabes que se trata de no tocar, no se acerque, no hable, así. Yo me acuerdo la primera vez que expuse en San Ildefonso, en una gran exposición. Eso fue en 2007, sí, ay tanto tiempo, que horror. 2009, perdón, 2009 y yo les decía que por favor permitieran que la gente tomara fotos. Que eso relajaba según yo un poquito, porque pues por lo menos la gente tiene que enfocar en querer construir un cuadro y llevárselo. Entonces que se los lleven, que tomen fotos, por favor. Pero es que el museo tiene como política que no tomen fotos. Le digo pero si es mi obra, o sea, yo, por qué no voy a permitirlo si son mis cosas. Bueno, un pleito y no me dejaron, no me dejaron. Tuvo que llegar un australiano, un gran artista conocidísimo Ron Mueck, que hace unas cosas hiperrealistas, enormes, enormes, enormes. Y él dijo o dejan o no expongo. ¡Wow! Qué cosa, ¿no? Y eso pues abre un poco, pero definitivamente jugar con la cámara, sentir que es un lugar donde uno puede jugar con las cosas, con lo que significan. Es un modo de acercarse que yo por ejemplo, con mi hija que yo veía hijos de artistas, amigos míos que iban a exposiciones de los papás, así. Entonces yo dije yo no quiero que mi hija odie el arte porque está obligada a estar yendo a lo que considera mi trabajo. Y la verdad, nunca la obligué. Ahora ella se dedica al cine, pero le encanta ir a exposiciones conmigo porque siempre estamos jugando, ella en la obra, cómo se pone, jugar con los personajes, con las esculturas. Y no es vandalizarlo, es relacionarte con ellos, es entrar en contacto directo con las cosas. Y también yo creo que ese entendimiento de que si es arte es que es como lo más estereotipado. Música, la música clásica. Artes plásticas, la del museo. O pensar que si es grafiti o ya es arte, es arte popular. Ahora no, todo puede como les digo, en el arte uno puede echar mano de todo tipo de saberes y colaborar con grandes artistas de lo visual, como les decía, han sido cómplices míos esta gente que remodela los carros de las zonas donde venden autopartes y que ellos saben mucho de color y saben muchísimo de la forma y pueden aportar muchísimo. Y yo creo que lo preocupante, lo terrible, no es que no se interesen o se aburran del arte, lo que me da terror es que no se den cuenta que el arte puede ser una herramienta para ser más feliz, para estar menos triste, para sentirse más acompañados, para enamorar a alguien, para cosas así de simples y de importantes en la vida de todos los seres humanos.

1:03:01
Antuan. Hola Betsabeé. Soy Antuan Sánchez. Vengo del Complejo Cultural y Recreativo Acolmiztli Nezahualcóyotl, está en Chimalhuacán. También soy músico y estudiante de animación digital. Entonces mi vida está muy rodeada de el arte y he escuchado mucho una frase que dice que el arte cura el alma. ¿Qué opina de esto?

1:03:28
Betsabeé Romero. Pues justo tiene que ver con lo que acabo de decir, que en el sentido, pues para mí el arte no solo como forma de conocimiento, para mí es una forma de acompañamiento humano, es una forma de conocimiento que puede ir tan profundo como uno lo necesite. Y en ese sentido, para mí los duelos, como yo lo he dicho, es algo en lo que más me he enfocado, porque además creo que culturalmente hay una sabiduría que me antecede, que la aprendí de mi familia y que estoy segura que ayudó en la orfandad de mis padres. Entonces no, no es algo que leí o que me enseñaron en la escuela o que lo entendí en un museo. Es algo que me enseñó a sanar heridas no solo personales sino familiares y generacionales. Entonces creo que toda la cuestión de identidad de quiénes somos, lo difícil que es ahora, que todo está tan polarizado, que hay un cuestionamiento de la identidad tan recurrente. Creo que si los cuestionamientos en este sentido los acompañamos viendo muchas películas de los temas que nos interesan, leyendo novelas, cuentos, poesías que tratan el tema, vamos a encontrar salida, vamos a encontrar lucecita del otro lado del túnel. Digo no estoy diciendo que no vayan a terapia cuando se necesite, o sea, claro que sí, pero eso está ahí, está ahí siempre y uno puede buscarlo más fácil de lo que uno piensa. Acabo de bajar una exposición que estuvo en Los Ángeles desde hace cuatro meses, que es una exposición que estuvo en la Bienal de Venecia hace un año y el tema era la frontera. Las líneas fronterizas como pueden, no solamente existen geográficamente entre los países, sino que las dinámicas de frontera desgraciadamente, se reproducen y más de lo que uno quisiera, en las grandes ciudades y son líneas que dividen a los grupos por niveles socioeconómicos, por ese enorme clasismo que hay, por el racismo, por el sexismo, por cuestiones religiosas, de pensamiento político. Y esto está cortando todos los días los espacios, en una ciudad donde uno entra a un lugar y lo ven feo, donde no lo aceptan en un grupo, donde te rechazan en otro lado. Entonces yo trabajé en diferentes salas. Son siete salas de esta exposición con la línea de la frontera cortando espejos, como les mencioné, de cómo también la gente que migra de pronto vive en un país, pero parte de su pasado y parte de su familia está en el otro y ya nunca estamos completos. Nunca te puedes ver en el espejo con el todo, porque el todo nunca va a volver a estar junto.

1:06:37
Betsabeé Romero. Con la casa rota, de la casa que las familias están rotas en muchos sentidos. El núcleo familiar en este momento, no solo para los migrantes, sino por muchas razones, está en mucho cuestionamiento. Es muy difícil mantener una familia junta. Es muy difícil conservar la pareja, es muy difícil sentirse cercano de los hijos cuando crecen. Es muy difícil, entonces todo eso hace que haya fronteras, que no podamos discutir de todo con nuestros papás, que no podamos hablar con nuestros hijos de ciertos temas porque ya, entonces mi casita esta era de papel picado y estaba colgando de hilitos así, porque así como que todo pendiente de hilitos y esta casita tenía un foco adentro y este foco hacía que el papel picado se veía en las sombras, entonces el papel picado era jardín, eran flores. Pero ese jardín estaba roto. Entonces en las sombras, en el espacio de afuera de la casa, se proyectaba lo roto. Entonces ahí es donde uno se da cuenta, lo roto de la familia no se queda ahí adentro. Cuando uno sale y está roto, empieza también a romper todo lo demás. Entonces este era otra manera. Y así cada sala, también las líneas fronterizas más letales en este momento. Y con las cifras de cuántas personas mueren tratando de cruzar esas cuatro líneas que estaban en todas las paredes. estas líneas tenían hormas de zapato de estas de madera, con las que se meten los zapatos cuando se hacen. Esas hormas yo las corté en dos y las grabé los dedos, las uñas y les hice una herida con la forma de la frontera a cada una y le crucé un neón rojo de la forma de la frontera entre cada pie, así como que la huella, nuestra huella, está rota también cuando cruzamos y lo que se queda entre el futuro y el pasado está roto y dividido. Era una exposición en California donde las redadas están horribles. De hecho, hasta los museos ahora les quieren poner una multa si incluyen exposiciones con temas de migrantes. Entonces era la misma exposición de Venecia, donde en Venecia, sin pedirlo, varias familias llegaban a contarme como sus familias estaban separadas, cómo les costaba trabajo juntar a sus hijos y más porque vivían en otros países. Que en Europa las familias se desperdigan muy fácilmente, que no van a ver a sus papás. Eso me pasó y me conmovió muchísimo que preguntaban quién era el artista y cuando sabían que estaba yo ahí siempre llegaban a contarme esas cosas. Hubo gente que me abrazó y que incluso estaba llorando. O sea, si me conmoví muchísimo de que la situación histórica que estamos viviendo sí es algo que no estamos acompañando, que no está a la altura de la realidad, que no es justa para poblaciones enormes. Me sentí muy impotente también, pero también me agradecieron, como que a pesar de que está pasando lo que está pasando, pues me atreva a ir con ese mensaje hasta allá. Aunque el valor no es solo mío, es del museo y de los curadores y curiosamente he tenido más exposiciones que antes y es porque la gente de cultura, la gente que defiende la relación entre México y Estados Unidos, los curadores y los museos están de nuestro lado porque valoran la cultura de México, valoran nuestra historia y pues eso es con quienes hay que hacer equipo.

1:11:20
Citlali. Hola, mi nombre es Citlali. Vengo del Complejo Cultural Acolmiztli Nezahualcóyotl. Yo estudié animación y muchos de mis compañeros sufren bloqueo artístico. ¿Usted ha sufrido bloqueo artístico? ¿Y qué hace?

1:11:33
Betsabeé Romero. Ay, pues me parece muy padre que hayan venido de ese centro cultural y les quiero decir que yo hice una pieza en Chimalhuacán que es muy importante para mí siempre, la foto, hice una foto y un video de esa pieza y la he llevado a muchos lugares del mundo. Era un camión de escuela que le planté jardín vertical, como todo el camión. Entonces se llamaba la educación es el único vehículo que florece. Entonces en ese momento que lo puse en Chimalhuacán, a lado de este basurero que había tremendo, creo que ya era el más grande a cielo abierto en Latinoamérica. En ese momento el camioncito era el único jardín verde en un área de más de 100 mil habitantes y creo que por suerte eso ha cambiado y además de que ha cambiado, me encanta saber que hay un centro cultural y que están estudiando animación. Lo de que nos bloqueemos pues nos da a los artistas y a los no artistas, nos bloqueamos en la pareja, nos bloqueamos como padres, nos bloqueamos como amigos y para el amor, para la amistad, para el arte a mí sí me parece que es interesante tener ciertas rutinas, ciertas disciplinas, para mi disciplina. A mí la investigación que tiene que ver con la curiosidad, con que siempre hay algo que creo que va a aparecer y que va a ser maravilloso, te lo juro, siempre espero encontrar y siempre aparece. Y mucho de eso, por ejemplo, lo encuentro en que cuando en la mañana me siento así, un poco mal, me voy al mercado, les contaba que no vivo lejos del mercado de Jamaica. Pero también la central de Abastos, pero también la Merced, también el mercado de dulces. Cualquier mercado grande que ustedes escojan, bueno por ciudad Neza hay un montón de mercados en la calle, mercados de pulgas son mi máxima felicidad, de verdad, imagínense donde encuentro las llantas viejas. O sea, de hecho la primera maquinita para grabar la descubrí porque antes algunos renovaban las llantas a mano, entonces son una fuente de alegría, o sea, de verdad son eventos vivos que están del otro lado del supermercado y de los malls. Yo no sé cómo la gente prefiere irse a pasear a un mall y no irse a un mercado de pulgas los domingos. Y en esos mercados que tengan que ver, de juguetes, hay unos mercados donde yo compro carritos chiquitos para maquetas, claro que soy especialista de los mercados de pulgas donde venden carritos chiquitos y de juguete. Yo creo que a los animadores les debe interesar mucho esos mercados donde venden revistas de dibujos animados, mangas, muñequitos de animación. Todo eso que te va a cambiar el switch cuando no te sientes con ánimo, que no te viene la idea, creo que ayuda. También yo soy muy disciplinada, o sea, yo empiezo a trabajar máximo a las 10 y termino, eso sí no sé, pero mínimo a las 6 de la tarde. Y uno tiene que hacerse de esa disciplina, de estar trabajando proyectos, si uno se te atora, abrir otro y si no otro, y yo trabajo varios a la vez y yo creo que eso también ayuda.

1:14:59
Betsabeé Romero. Si este se atoró, estamos, esta idea y las ideas nunca las tiren. Las ideas son como una semilla que si no la pudiste sembrar un día puede aparecer y dar algo hermoso en otro momento. Pues muchas gracias. Para mí siempre es una oportunidad toparme con públicos que no sean los especializados de arte contemporáneo. Creo que sí he decidido trabajar en espacio público con comunidades, con temas como el fútbol es porque en México, además, donde el currículum normal no te lleva necesariamente a estudiar Historia del arte, si yo puedo poner un granito de arena para contagiarlos de todo lo bello que me ha dado este quehacer en la vida, ojalá. Gracias.