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Betsabeé Romero. Bueno, México está en el mundo y no necesito llevarlo yo, y por eso digo que la cultura, la historia de México, ha circulado desde hace muchos siglos y no es gracias a mí. Y lo que yo creo que es importante es dignificar que somos seres con un pasado muy importante, muy largo, muy profundo. Un pasado que puede darle luz a otras culturas sobre muchas cosas, desde las tradiciones más populares, como esto del Día de Muertos, que yo he participado en sitios así de importantes como el Zócalo, pero en otros países. Y yo al principio cuando hacía una instalación de Día de Muertos en otro país, pensaba que iban a venir solo los mexicanos que vivían allá o sus familiares iban a ver, ay, una mexicana que hace un Día de Muertos, vamos. Y pues no. Esta celebración como saben, por la cantidad de películas, porque también piensan que el primero que hizo eso fue Coco. Digo, desde Eisenstein y muchos otros grandes cineastas, Buñuel, o sea, muchos grandes cineastas han tocado ese tema por qué les es importante, artistas visuales, escritores del mundo. Pero yo creo que cualquier amigo de ustedes que venga de fuera y si se topan con extranjeros les causa muchísima curiosidad. Y no solo por por lo vistoso, por el colorido o por las catrinas o lo que sea, sino por lo que significa, por la función que tiene socialmente. Cuando uno ofrece esa posibilidad de compartir un duelo con otras personas y vivirlo así en colectivo, la gente lo hace. Yo siempre convoco a que vengan, a que pongan un pensamiento, una foto, un objeto, que vayan a las lecturas de poesía, que coman con nosotros, porque todo también tiene que ver con el compartir, con el compartir la mesa, compartir el humor, porque como saben estas calaveritas que se escriben son sátiras de humor en donde se mezcla el que se fue, pero también el que está, o sea, es la calaverita de uno que está vivo. Entonces yo cuando comparto todo eso me doy cuenta de que complejidad de dispositivo cultural tan profundo. Y que México cuando se abre a compartir generosamente eso, la gente se llena de emoción y llega con sus objetos más íntimos. Entonces, para mí no solo es un honor poder hacerlo, he tenido esa gran oportunidad y lo he hecho en el British Museum, en Londres, en el Nelson-Atkins, en Kansas City, En la casa de Colón, en Gran Canaria, que en España es un punto donde se mueren muchos migrantes que vienen de África. Y en este sentido he tenido algunas invitaciones que también han sido un enorme reto, como hace tres años, me invitaron a ser la imagen, a trabajar el pabellón de México en la Exposición Universal. Ese año, pues México no iba a participar, no había presupuesto, no se iba a poder hacer un edificio, porque los países van y construyen, grandes arquitectos, hacen los mejores edificios para eso. Se iba a rentar mitad mitad, con un país muy chiquito, un edificio y con faltando muy pocos meses me pidieron que hiciera una intervención. La Feria Universal se iba a hacer en Dubai, como saben un país árabe, entonces invitándome a mí, pues yo dije bueno, qué mejor oportunidad que todo el edificio lo cubra un tejido hecho por mujeres.