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El ajolote, el animal que se negó a crecer

Andrés Cota Hiriart

El ajolote, el animal que se negó a crecer

Andrés Cota Hiriart

Biólogo y escritor


Creando oportunidades

Andrés Cota Hiriart

Andrés Cota Hiriart es un biólogo, escritor y maestro cuya pasión por la naturaleza se manifestó desde una edad temprana. Fundador de la Sociedad de Científicos Anónimos, busca desmitificar la ciencia y hacerla accesible y atractiva para todos en espacios no convencionales como bares y cantinas.

En su faceta de escritor, Andrés ha explorado la "liternatura", un género que fusiona la literatura con la naturaleza Destacan sus libros: "Fieras familiares" que es un testimonio de su vida rodeada de animales, y "El ajolote: Biología del anfibio más sobresaliente del mundo" en el que se adentra en el mundo mitológico, histórico y biológico de este fascinante animal.

Andrés Cota Hiriart es un defensor de la biodiversidad y un crítico de la separación entre las ciencias y las humanidades, abogando por una educación integral que fomente la curiosidad y el respeto por el entorno natural. Su trabajo es un llamado a la acción para preservar la riqueza natural del planeta y a repensar nuestra relación con el mundo que nos rodea.


Transcripción

00:04
Andrés Cota Hiriart. Bueno, pues les voy a decir primero que nada que yo soy Andrés Cota Hiriart y que soy biólogo desde que era bebé, ¿no? O al menos así fue como me presentaron hace unos meses en un taller de periodismo narrativo que me invitaron a hablar sobre mi trabajo y me dio mucha risa, obviamente, que me presentaran, “él es Andrés y es biólogo desde que era bebé”. Porque realmente desde bebé no sé, ¿no? O sea, no sé si nos guardamos memoria de esos primeros años de vida. Pero lo que sí puedo decirles, asegurarles, es que al menos desde los tres y medio, desde los primeros recuerdos que uno va formando, pues los animales siempre han estado ahí en el centro para mí. Un poco han sido los guías del recorrido. Luego vinieron las plantas, los hongos, las bacterias y el resto de seres vivos. Pero sobre todo los animales que yo construí mi mundo. O sea, cuando te gustan las serpientes, las tarántulas, las mariposas negras, desde que eres niño, muy pronto te das cuenta que buena parte, pues, de tu vida, buena parte de tu trabajo, vaya, de tu día a día, va a ser convencer al resto de personas que son animales, digamos, no solo que no te hacen nada malo, sino que son animales maravillosos, ¿no?

 

Y revisitando, pues, esas épocas, porque también escribo, mi mamá y mi papá son científicos, en ese momento estudiaban su doctorado y vivíamos, pues, en Estados Unidos, con las becas de doctorado, o sea, vivíamos de una manera como escueta, vaya, en Filadelfia y la costa de Massachusetts. Y esto es importante porque pasamos todos los veranos en un lugar que se llama Cape Cod, ahí está Woods Hole y otros poblados, y era un lugar muy rural, sigue siendo rural y lleno de biodiversidad. Y además con la virtud de que en esa época te dejaban irte al jardín y al monte y casi que te pedían no vuelvas hasta que oscurezca, ¿no? Y entonces yo tuve esa virtud de poder vivir asilvestrado de niño, rodeándome de criaturas. Cuando tenía 3, 4 años, un día mi mamá encontró en el cajón ahí de los calcetines una culebra, ¿no? Estábamos ahí en Massachusetts, y era una culebra que, por supuesto, no se había metido ahí al principio, mi mamá dijo “ay, se metió una culebra”, y entonces, en realidad, la había puesto yo ahí, porque yo ya teniéndola dos o tres días, ¿no?

 

Y me acuerdo que la encontré ahí, había como un jardín atrás que ya colindaba con el bosque y yo vi esta culebra ahí y me pareció súper llamativa, y además yo tenía un libro que era “Snakes of North America”, una almanaque así con fotos, y yo no sabía leer, recuerdo que no sabía leer, por eso digo que pues había sido los 4 años, pero tenía estos simbolitos, ¿no? Ustedes han visto que tienen logos luego. Entonces yo había visto que esa culebra en particular, pues no tenía el loguito de la calavera con los huesos que luego les ponen, y entonces yo había deducido que pues era inofensiva, y entonces la recogí, recuerdo que la tuve unos días antes de que, porque no sé si ustedes han escondido algo así, pero hay una especie de ansiedad en que en cualquier momento se te va a caer el teatrito, ¿no? Finalmente sucedió, y entonces yo ahí descubrí, yo creo que esa fue la primera vez que intenté hacer comunicación de la ciencia, y también que descubrí un poco el poder de los libros, porque entonces yo empecé a decirle a mamá “no, que es inofensiva, es mía, es más, es mía”, ¿no?

 

Y entonces mi mamá así como “¿qué le pasa a esta criatura?” Y entonces saqué el libro y recuerdo que en el momento que ella vio la foto, ah, como que entendió que no era peligrosa, o sea, tampoco tenía por qué saberlo, y entonces eso a mí me pareció muy poderoso, o sea, así convencí a mi mamá, que es en ese momento tu figura totémica, de que esta culebra no merece machete, por lo menos, ¿no? Yo tuve la fortuna, que me percato puede no ser el caso con todos los infantes que tienen esta pulsión naturalista, de que nunca se me censuró, ¿no? Al contrario, o sea, mi mamá y mi papá se dedican a la ciencia, y el resto “mira, si eso es lo que le interesa, pues eso es lo que le va a interesar”, ¿no? Entonces, al revés, más bien se me instó a seguirlo, y bueno, llevarlo hasta sus últimas consecuencias, que al rato podemos platicar, quizá habría que haberlo acotado un poco en algún momento, pero yo obviamente agradezco eso, porque de otra manera quizá eso te lo cortan, ¿no?

04:39
Chico. Hola Andrés. Eres biólogo, eres escritor, eres maestro. ¿Cómo crees que todo esto te conforma como persona y cómo te nutre?

04:50
Andrés Cota Hiriart. Hay una idea que en Latinoamérica seguimos estirando de los 50 del siglo pasado, de que hay dos culturas, ¿no? Hubo un momento que se hablaba de las dos culturas, y entonces estaban las ciencias, estaban las artes, bueno, las humanidades, y se conceptualizaba como que eran cajas estancas que no trasvasaban, y a mí me parece un despropósito eso, o sea, eso es una tontería. También hay muchos prejuicios internos, ¿no? Hay un cierto prejuicio, digamos, de científicos o gente se cae a la ciencia, de que los artistas no son rigurosos, ¿no? O sea, que no son rigurosos, que no tienen disciplina, vaya desfachatez pintar ese cuadro, o sea… Y del otro lado también viene, ¿no? De la gente que se cae el arte, hay un poco esta visión de que quien hace ciencia es cuadrado, ¿no? Quien hace ciencia es así como que no tiene imaginación, es como…

 

Y curiosamente es todo lo contrario, porque cualquiera que haga arte, vaya, cualquiera que se dedique a ello, sabrá que no hay una buena obra de arte sin mucho trabajo atrás, sin muchísima disciplina y sin muchísimo rigor. Y al revés, si cualquiera que haga ciencia, sobre todo si se dedica a una ciencia que tiene que ver con escalas de tamaño que no son accesibles, con, digamos así, las partículas elementales, pues la imaginación es importantísima y la metáfora, ¿no? No solo la… Metáfora, imaginación, especulación. Entonces, digamos que estos arquetipos que venimos arrastrando no podrían estar más equivocados en un sentido, y creo que sería importantísimo que en todas las licenciaturas, absolutamente en todas, no importa si son ciencias, humanidades, bueno, en humanidades se los dan, pero economía, en la que quieran, tendrían que tener un tronco común de humanidades. Tendría que haber una materia de escritura, tendría que haber una materia de literatura, como una cuestión general, al menos de referencias, y de comunicación.

 

Y me parece que sería fundamental también para romper estos círculos entre disciplinas que hacemos, porque sí pasa, o sea, te vas especializando en lo que sea que estudias y cada vez el resto del mundo se va cerrando, pero también porque no se te insta a ver hacia otros lados. Entonces, creo que eso sería una manera relativamente sencilla de cambiar ese paradigma, que es un par de materias más, matricular un par de materias más en cada licenciatura, en realidad es una tarea titánica, pero valdría mucho la pena. Y con la ciencia me queda clarísimo que es importantísimo, porque en México sigue siendo el caso que si tú quieres hacer comunicación de la ciencia, que es creo que finalmente lo que termino haciendo yo la mayor parte del tiempo, tienes que ir improvisando tus habilidades, o sea, las tienes que ir trabajando por tu lado y aquí un diplomado allá, y entonces un curso aquí, o pura práctica, porque no hay ninguna formación profesional, o sea, no hay licenciaturas, no hay mucho menos maestría, y los programas de posgrado en México tenemos una idea muy curiosa, que es que la divulgación de la ciencia, como le llamamos, el posgrado está en filosofía e historia de la ciencia, que son campos muy interesantes, pero que no tienen que ver, o sea, bueno, se conectan, pero son cosas muy distintas.

 

Entonces, creo que es muy importante empezar a generar científicos humanistas, y humanistas científicos, o sea, empezar a hacer algo un poquito más integral.

08:15
Alejandra. Hola Andrés, mucho gusto, mi nombre es Alejandra. En tu libro, bueno, en tu libro reflexionas acerca de la vida de algunos animales, me causa curiosidad saber si has llegado a relacionarte con alguno de ellos, o conectado con alguno de estos animales, y cómo se relaciona con tu experiencia de vida.

08:39
Andrés Cota Hiriart. Hay un escritor que se llama Gerard Durell, se llamaba, que era zoologo y escritor británico, y él tenía este libro que si ustedes no conocen, les recomiendo mucho buscar, que se llama “Mi familia y otros animales”, que además, lo único que yo le recomiendo a Durell es haberme ganado ese título, porque me parece excepcional, y me parece bastante patente como fue mi juventud. Entonces, yo por eso en este libro que mencionas, le puse “Fieras familiares”, porque era un poco una oda al de Durell, pero también era por esta misma idea, de que en mi caso y en el de Durell, nuestra familia no se limitaba únicamente a humanos, había parentela de otras especies, porque no son realmente mascotas, sí generas relaciones afectivas.

 

Creo que cualquiera que haya tenido la experiencia con el animal que quieran, un perro, un gato, una iguana, un pez, lo que sea, una planta, cualquiera que haya convivido 10 años, 13 años con un organismo, sabrá que lo que estableces con ese animal, con ese otro animal, es profundísimo. Entonces, en mi caso no era con gatos, perros, por ejemplo, una boa, para volver a este nexo afectivo, que yo no sé si es correspondido o no, yo creo que con una boa no, pero de mi lado, total, o sea, franqueza absoluta de cariño hacia ese organismo. Se llamaba perro, a falta de tener perro, pues estaba la boa perro, y llegó a medir, a la fecha es de las boas más grandes que he visto en mi vida, o sea, llegó a medir casi 4 metros, y era así grandota, y era mansísima además. Entonces, yo no llegaba a este grado de tenerlas sueltas, porque era un organismo que podría ser potencialmente peligroso definitivamente. Y yo no sé ustedes si tengan esas experiencias, pero, por ejemplo, yo tenía camaleones, y los camaleones, estos algunos que eran de Yemen, otros que eran de Camerún, son súper delicados, y sólo toman agua si está corriendo y goteando, y hay que darles de comer presas vivas, y un camaleón grande come 10, 12 presas vivas cada tercer día, es un trabajo demandante.

 

Y luego ponen huevos, y esos huevos hay que incubarlos 6 meses, imagínense, medio año incubando huevitos, y eventualmente, yo no sé si sepan esto, pero los reptiles hacen ruido, los reptiles hacen ruidos que no percibimos, son ruidos infrasonidos en este caso, y entonces los camaleoncitos, igual que las tortugas, se ponen de acuerdo en qué momento nacer, más bien cuando hay alguien que ya está más o menos listo para nacer, se da un aviso y nacen todos a la vez, porque es una estrategia, piénsenlo, reproductiva, si nacemos salimos del nido todos, como las tortugas marinas, alguien la va a armar, entonces así, y entonces pronto nacían, después de 6 meses estos 15, 20 camaleoncitos así, y se te sube así en el dedo y empieza a cambiar de colores, son experiencias francamente, son inefables, es una cosa muy bonita, y luego ves ese bicho crecer, entonces bueno, yo no voy a ser alguien que va necesariamente promover el cautiverio como único contacto, fue mi caso, tampoco voy a negar mi historia, y a partir de los 25, 26 años sí cambió drásticamente, y entonces yo ya empecé a no tener animales confinados, y la vida me dio la suerte de poder ir a campo, a diferentes expediciones, a diferentes lugares, más bien a congeniar con estas criaturas en sus propios términos.

12:19
Elena. Hola Andrés, ¿qué tal? Un gusto, mi nombre es Elena Benavides, y se me hizo muy interesante que tengas un libro de ajolotes, porque pues en México son importantes, entonces quisiera saber cuál fue tu fascinación hacia ellos para crear esto.

12:35
Andrés Cota Hiriart. Muy buena pregunta, y sí, sin duda alguna los ajolotes han sido una de mis criaturas totémicas, desde niño iba a un campamento cada que podía, que era en Michoacán, cerca del lago de Pátzcuaro, en los pueblos que rodean, el que antes era un lago de Pátzcuaro, ahora ya es casi que está reducido al 20% de lo que solía ser hace dos décadas, es una locura, pero bueno, éste era un pueblo que se llamaba Erongarícuaro, y es inaudito porque íbamos al lago de Pátzcuaro y había muchos ajolotes, en ese caso son achoques, los que les dicen achoque ahí, y son muy parecidos al ajolote de aquí, de la Ciudad de México, al amistoma mexicano, en el sentido de que también son una criatura que no hace metamorfosis, o sea, también es un ajolote neoténico.

 

Tenemos en México cuatro especies que siguen ese tipo de vida, es decir, que se quedan como larvas eternas, o sea, hay esta idea romántica de que los ajolotes son niños, niñas eternos, se quedan en la infancia, como un Peter Pan, si quieren, hay quienes los ve tiernos, a lo mejor alguien aquí parece que están de buen humor, constantemente condenados a tener una sonrisa, hay quien le parece una cosa surrealista, imagínense que no existían los ajolotes y de pronto vieras uno, parece un invento de Borges, parece un invento de Julio Verne, yo qué sé, pero realmente son larvas que llegan a viejas, la verdad es que es una larva que llega a viejas, y el caso es que ahí en el lago de Pátzcora había muchísimos en esa época, los podías agarrar a cubetas si querías y ese era el imperio de los ajolotes, o sea, estamos hablando de un lugar en que el ajolote era el predador cumbre, era como el tigre de estos humedales, mientras no saliera del agua, era el rey, eventualmente si sale del agua se lo comen aves, se lo comen culebras, se lo comen otros bichos, entonces ahí estaba la presión selectiva de que alguna de estas especies no hicieran metamorfosis, o sea, tiene que haber una presión selectiva muy fuerte para que con millones de años te dé que una especie ponga de cabeza toda la estrategia de vida de sus congéneres, piensen en eso, o sea, hay 630, 640 especies de salamandras, más o menos, todas empiezan su vida siendo ajolotes, todas las salamandras.

 

Así como las ranas cuando son chiquitas son ranacuajos, y eso es algo que en el imaginario cultural tenemos más claro, todo el mundo sabe que es un ranacuajo y todo el mundo sabe que se vuelve rana, bueno, con los ajolotes es igual, o sea, cada salamandra tiene un ajolotito, una larva que eventualmente empieza sus días siendo acuático 100%, imagínense eso, tu dieta es acuática, tu respiración es acuática, tu vida es acuática y de repente llegan los cambios sexuales secundarios, llegar ahí a la adolescencia, en nuestro caso, y haces una metamorfosis en que cambia tu cuerpo, cambia tu fisionomía, cambia toda tu anatomía y cambia absolutamente todo tu estilo de vida, o sea, tienes que salir a respirar aire en la superficie y ya tienes una vida terrestre, tienes que comer otras cosas, deglutir, muchísimos cambios.

 

El caso es que para que tú puedas romper ese esquema, pues tiene que haber unas presiones selectivas muy fuertes, repito, y por eso aquí yo creo que con mucho tiempo la evolución fue encaminando a que estos ajolotes no se salgan del agua. Y entonces, cómo está trabada la metamorfosis, es un bicho que algo pasó fisiológicamente para que la metamorfosis se quedara, como si te quedaras así a los 13 años y ya te quedaras con tu fisionomía infantil. Y aún así te puede reproducir, o sea, si adquieren la madurez reproductiva, por eso es neotécnica, se llama neotecnia. Y el caso es que, claro, esto ahora se sabe, tiene que ver con las hormonas tiroideas y entonces se queda un poco bloqueada la hormona de crecimiento. Pero es importante porque a veces hay cambios en el ambiente, ambientales, o en la dieta, que podrían desencadenar eso. Eso se puede revertir en el laboratorio, porque se investiga muchísimo el ajolote en laboratorio, de hecho es uno de los sujetos de experimentación y es uno de los animales de los que más se sabe, junto con las moscas de la fruta, las drosófilas, el melanogaster y unos gusanitos que se llaman C. elegans. O sea, el ajolote es otro modelo en que está todo su genoma computado, se lleva desde hace muchas décadas y pasa como por modas, pasa por momentos en que está en el ojo cultural, piensen que los mexicas lo consideran un dios, estamos hablando de muchos siglos en que el ajolote está ahí en el centro de la narrativa, en la mexicanidad del centro del país. Era un dios, era el dios Xolotl, era una de las deidades principales, era la metamorfosis, una de las transformaciones de este dios, que era gemelo de Quetzalcóatl, tú imagínate, tienes a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, dios principal, y este era su gemelo, entonces era importante, y de ahí viene a Xolotl, si lo piensan. Xolotl en una de sus transformaciones se convierte en este semi-pez, en un perro de agua que también le decían, a Xolotl.

 

Y luego, lo pueden ver en la historia mexicana, no hay ningún otro animal, ningún otro que yo haya detectado, que haya trastocado tanto a la cultura que habita aquí, desde tiempos mexicas, a lo mejor es de antes, pero bueno, desde que quedan narrativas, ahí está. Y luego viene toda la época de la llamada Nueva España, de la colonia, y ahí tú puedes encontrar textos de la Nueva España, de los cronistas de la Nueva España, en que empiezan a decir que te puede embarazar en los lagos, en Xolotl, cómo ven, te embarazan en los lagos, imagínate. Empiezan a decir, muy extrañamente, empiezan a equiparar a las Xolotl hembras como que tienen vulva, no sé dónde sacaron esa idea, y flujos menstruales, está escrito, eso no me lo estoy inventando. Y entonces durante todos estos siglos se intentó desvirtuar a esta criatura, porque además de ser identitaria, además de ser un dios, era parte fundamental de la dieta mexica. Y luego viene el siglo XIX y viene estos, se empiezan a ver estos cambios en que empiezan a ver naturalistas, vaya. Pues no sé, gente como Humboldt, que pasó por acá, por Latinoamérica, y que fue quien primero se llevó a ajolotes a Europa, de vuelta, en frascos, en colecta. Y entonces ahí empieza otro capítulo loquísimo de la historia del ajolote, que es un poco el enigma científico, porque llegaron estos ajolotes, que son grandes, o sea, si tú lo comparas al resto de salamandras, es un organismo más o menos grande, y llega a la Europa, hacia Cuvier, a los naturalistas desde entonces, y pues dicen “ah, esto es la larva de una salamandra que no conocemos”. Y entonces empieza este enigma de encontrar la salamandra, que yo creo que aquí les decían “no, estos así viven”, pero no les hacían caso, la ciencia hegemónica de aquel entonces.

 

Y el caso es que pasa un siglo casi en que el ajolote lo ves en cartas entre naturalistas que vivían acá en la Nueva España y los de Europa, discutiendo sobre el ajolote, imagínate, qué curioso. Entonces es un enigma científico que se vino a romper cuando fue la invasión francesa, porque en la invasión francesa había un discípulo de Cuvier, Cuvier murió confundido, nunca supo que era un animal que así vivía. Y su discípulo Duméril, cuando fue la segunda invasión francesa a México, la intervención francesa, le encargó a los soldados “pues tráiganme uno de estos vivos”. Y los soldados, muy diligentes, lo que será la legión francesa o no, pero le llevaron ajolotes vivos. Entonces imagínense el cruce transatlántico en una carabela de ese entonces, de un barril me imagino yo con ajolotes, pero llegaron, llegaron. Parece que ahí ya Duméril reporta que le llegaron cinco. Y ahí empezó otra, como giro al ajolote, que es el ajolote en cautiverio. Hasta ese entonces yo creo que no se habían tenido en peceras, para qué. Pero allá se empezó a tener en el zoológico de París, una colonia que sigue ahorita activa, o sea los hijos de los hijos de los hijos de los hijos de los hijos de esos ajolotes que se fueron a carabela, ahí siguen. Entonces Duméril fue el primero digamos de ciencia occidental en atestiguar que se reproducían como larvas, imagínate. Y bueno ya luego Darwin y otros naturalistas les dedican. Nada más para decirte eso que el ajolote ha estado en el centro de la narrativa y luego viene toda la época como del siglo XX en que además se vuelve musa literaria a través de Cortázar que justamente se encuentra ajolotes de los hijos de los hijos de los hijos de esos de Duméril, es con los que se impresiona Cortázar. Los ve, escribe este cuento precioso, les recomiendo mucho que lo lean, se llama “Xolotl” en los 50 y abre entonces una nueva vena del ajolote como musa literaria, como una criatura que muchos escritores y escritoras aquí le han dedicado pluma.

 

Entonces otra como transmutación del ajolote y luego pues la ciencia contemporánea, porque bien saben aquí probablemente que pues la regeneración morfológica extrema que tienen, que si pierden una mano, bueno cualquiera de sus apéndices, si pierden la cola, el ojo, las branquias, los órganos internos los regenera y los regenera de una manera francamente sobresaliente porque no queda cicatriz, o sea es una reposición anatómica perfecta y además lo puede hacer varias veces y que además sucede rápido, o sea en un mes a lo mejor repones la mano, una estructura como una pata, o sea que tiene hueso, que tiene músculo, que tiene todas las capas que constituyen un organismo vertebrado, es sobresaliente, entonces evidentemente eso es algo como el santo greal de la medicina contemporánea, nada nos gustaría más que poder reponer un pedazo del hígado, imagínense. Y bueno, tardíamente volvieron los reflectores al ajolote, ahora vuelve a ser una moda, entonces lo tenemos estampado en un billete y digo tardíamente porque pues está al borde de la extinción en campo, ahorita mismo se está haciendo el Luis Zambrano y el laboratorio de Luis Zambrano de restauración ecológica de la UNAM están haciendo un nuevo censo, pero fíjense que ese censo que ya hacía tiempo que no se hacía uno, en 1996-1998 se hizo uno y había como 6 mil ajolotes por kilómetro cuadrado y 10 años después, más o menos, un poquito menos de 10 años se hizo otro censo y la población se había desplomado y ya no había ni mil y otros 10 años después ya no había ni 100 en ese mismo kilómetro cuadrado y hoy en día no hay ninguno o a lo mejor hay un par, no se ha extinto eternamente.

 

Hay una cosa que es como un poco paradójica que se dice extinto en el medio natural, la verdad es que el ajolote, esta especie, Ambystoma mexicanum, no se va a extinguir porque hay muchísimos en cautiverio, o sea, muchísimos en laboratorios, en el Zoológico París, aquí en todas las universidades, en las mascotas, hay muchísimos, entonces no se va a extinguir como tal, pero aquí la pregunta es, ¿qué es la existencia si estás condenado a vivir en el encierro? ¿Qué es la existencia en un tanque de cristal? ¿Qué es la existencia siendo un organismo que realmente no es una especie? Porque las especies no existen en cautiverio, entonces en cautiverio puedes tener al organismo que es parte de esa especie, que compone a esa especie, pero no tienes todas sus conexiones ecológicas, todas las interacciones que entabla con otros organismos, con otras especies, o sea, es complejísimo eso, una especie es una cosa muy compleja, y pues en cautiverio no la puedes tener. Entonces ahí es una pregunta ya más filosófica, y yo a veces pienso, algunas me lo preguntaron y creo que es triste, pero es cierto, si el ajolote algún día se va a volver como el perro al lobo, o sea, si se va a volver como una criatura domesticada que va a ir divirgiendo tanto como un pug ha divergido de un lobo, no sé, ojalá no lleguemos allí, hay oportunidad, siempre va a haber que hacer, si se puede conservar el ajolote, si quieren eso lo podemos abordar en alguna otra pregunta, no solo el ajolote, estamos en un momento delicadísimo en que todavía hay posibilidad de hacer cosas, en unos 20 años eso ya no va a ser posible, o sea, es un poquito ahorita.

24:52
Mariana. Hola Andrés, mi nombre es Mariana Salgado, y sigo tu trabajo desde hace tiempo, te admiro mucho y me inspiras mucho porque eres un gran promotor de la divulgación científica, y por eso te quiero preguntar, ¿por qué la ciencia debería ser un tema de conversación en nuestro día a día?

25:11
Andrés Cota Hiriart. Yo tengo en otra esfera de mis actividades la Sociedad de Científicos Anónimos, con la cual ya casi 9 años, hace 9 años empezamos, con la cual hacemos eventos de ciencia en bares y cantinas, es un poco la idea de sacar a la ciencia de su espacio convencional y ponerla en un entorno en el que estemos acostumbrados a interactuar de una manera relajada. Yo no hay nada que deteste más que la solemnidad y la soberbia, y me parece que son dos de los ejes que generalmente empañan un poco la divulgación que se ha venido haciendo, está cambiando por suerte. Y si no la soberbia y la solemnidad, así de te vengo en el pedestal a hablar o te vengo a enseñar, se van al otro lado, que es la sobre simplificación innecesaria en un mundo en el que a ustedes les queda claro, el problema ya no es la falta de información, es la sobra de información.

 

Entonces eso estamos haciendo desde hace esos 9 años, y ahora ya desde hace 4 o 5 años se ha empezado a expandir a otras ciudades de la República Mexicana. Y entonces se ha ido haciendo una red muy padre de gente, que está en esto un poco pro bono. Pero bueno, yo creo en eso, y también en el tipo de escritura que me gusta promover, y en el tipo de conversación que me gusta promover, creo que hay que incluso romper un poco la divulgación. Tú agarras un libro de divulgación clásico, y son como datos curiosos, puede ser divertido, pero a mí me parece aridísimo eso, me parece la mejor manera de matarme un tema. Creo que si uno va a escribir de ciencia, sobre todo tiene que escribir queriendo escribir, queriendo producir un material literario que da la casualidad en este caso que se trata de ciencia. Está bien, como puede haber uno de política. Y creo en eso también a nivel de radio y en las diferentes trincheras en las que tengo que… A veces cuando hablo con gente que quiere ser comunicador, o comunicadora de la ciencia, me toca decirles que les va a tocar ser acróbatas, o sea, tienes que ser una especie de acróbata que está en todos lados, porque es muy difícil hacerte una carrera independiente de eso en México.

 

Y me pasa con el podcast, yo encuentro que cada uno tiene sus virtudes, los podcast me parecen lo máximo porque los puedes vivir mientras haces otras cosas, leer no puedes ir manejando y leyendo, no deberías poder, si ustedes lo hacen no se los recomiendo. Entonces, bueno, creo mucho en cambiar un poco estas aproximaciones al conocimiento y a la transmisión de conocimiento y a la disciplina en general, o sea, quitarle esta especie de seriedad, entonces hay como esta serie de prejuicios y esta idea que están en un pedestal y eso hay que cambiarlo drásticamente porque realmente es un oficio más y como un oficio más no te generas incertidumbre, o sea, la ciencia no es una máquina de certidumbre, al contrario, todo el tiempo se está retractando, todo el tiempo estás diciendo “esto no era como pensábamos que era, creemos que es así” y luego seguro que no era así. Y creo mucho también en que hay que generar entornos en que el diálogo sea direccional, o sea, que tú puedas cuestionar, como cualquier persona puedas cuestionar a un científico o una científica y lo que te está diciendo para que surja un poco de debate, porque así es la única manera en que avanza un poco el conocimiento.

 

Por eso, yo me gusta pensar que es como una terapia grupal para cerebros hambrientos de un poco de entretenimiento, porque al final es entretenido, pero es entretenimiento un poco nutritivo porque de ahí salen cosas. Y algo que me alegra es que en estos nueve años, yo para nada creo en que el formato no se va a replicar, a mí me da mucho gusto que cada vez hay más, cada vez es más común que haya ciencia en bares, en cantinas, en redes sociales hay varias cuentas, si bien en las redes sociales hay de todo, hay algunas personas que están haciendo cosas muy interesantes ahí y que en tres minutos te explican una cosa, entonces me agrada ver que viene una oleada, pues necesitas un poco más de apoyo institucional, que lo empiezo a ver, y más oportunidades para jóvenes también.

29:18
Luisa. Hola Andrés, mucho gusto, yo soy Luisa, mi pregunta es un poco ¿cuáles son las problemáticas que tú ves que hay en el país, cómo las enfrentamos y cómo las podremos comunicar para justamente visualizar estos problemas?

29:29
Andrés Cota Hiriart. Sí, es muy rudo lo que pasa, no en México, en el mundo, y México en particular si quieren, o Latinoamérica, porque sí me ha tocado ver un cambio drástico, y no solo insisto, ecológico, también social, puedes agarrar lo que quieras, la rama de lo que llamamos calidad de vida, hoy en día lo que quieras, la ropa, los electrodomésticos, los teléfonos, lo que quieran, y vas a ver el nivel de impacto que generamos, y vas a ver el nivel de justicia social a lo que nos lleva, entonces mientras no resolvamos lo que nos toca como personas, creo que es muy difícil empezar a resolver las cosas que suceden en el campo, en la floresta, si no podemos tener empatía ni siquiera realmente por otros individuos de nuestra especie, pues es muy difícil tenerla por otros organismos.

 

Ahora, con la cuestión ecológica, o sea la extinción masiva de especies, está en todos lados a la vez, ahí a veces yo me doy cuenta que hay gente que piensa que viene, que la extinción masiva va a suceder si no cambiamos nuestras actividades, está sucediendo desde hace dos décadas, en todos lados al mismo tiempo, lo mismo que el cambio climático, muchas veces se tiene esta idea como del desastre climatológico que hemos desatado, como algo que va a empezar a dar problemas en el futuro, ya los está dando y ese cambio se viene generando desde hace décadas, y esto pues es el resultado de ir sumando, decía mi papá, no es lo duro sino lo tupido, entonces bueno, piensen esto, hay una lista roja de las especies, Gerard Durel cuando él hacía sus libros, seguía esta lista, y en ese entonces eran unos miles, y un día porque un periodista no le entendía bien, mandó a imprimirlo, hizo dos libros, entonces le dijo al periodista, pum, cada una de esas páginas es una especie que en tres o cuatro años ya no va a estar aquí, o sea, dimensionalo, cada hoja es una especie, hoy en día si tú quisieras hacer eso, que yo a veces pienso en esas cosas, tendrías que imprimir, son 46 mil animales más o menos, o sea, tomando en cuenta animales, plantas, sin tomar en cuenta insectos, invertebrados, algunos invertebrados, son como 46 mil 300 ahorita, en peligro de extinción, o sea, imagínense eso, imprímanlo, pónganlo en hojas y pónganlo en un librero, o sea, tendrías 46 libros de mil páginas cada libro, un libro de mil páginas es enorme, y cada página es una especie que en unos años ya no va a estar aquí.

 

Es tremendo, eso es a nivel global, claro, y muchos dicen, bueno, pero es que eso está sucediendo allá, donde quedan animales y organismos, está sucediendo en todos lados, yo creo que no te puedes alejar ahorita más de un kilómetro de una especie en extinción, si tomas en cuenta ya los insectos, que habría que tomarlos en cuenta porque son buena parte de los seres vivos, y son la base de todo lo demás, entonces ya los números son francamente desasosegantes. Ahora, ¿cómo está México? Porque un poco, aquí no somos excepción, aquí de hecho somos esa punta del iceberg, porque México y muchas de las regiones latinoamericanas, somos países mega diversos, se les dice así, hay que entender que la vida no, los países es una concepción humana, si México es mega diverso o no, pues es una zona del mundo, y las especies no se limitan a México, es la idea de que es endémica de México, pero si ya está en Guatemala, entonces no es endémica de México, entonces ya tiene una distribución más amplia, es lo mismo, a nivel territorial.

 

México siempre en los últimos 10 años está en la lista del top 5 de países con más especies en peligro de extinción, en el top 5 mundial, hay años porque esas revisiones, claro, van aumentando las evaluaciones de especies, cuando yo les digo que hay 46 mil especies en extinción, poquito más, eso es como el 30% de todas las especies que se han evaluado, no se han evaluado tantas tampoco, bueno, sí, muchísimas, se han evaluado 160 mil y se quiere llegar a 250 mil, cada una de esas evaluaciones es un trabajal, pero piensen que puede que más o menos tenemos 2 millones de especies descritas. El caso es que con eso que se ha evaluado, 30% están en extinción, y con eso que se ha evaluado, México siempre está en ese top 5 y entonces cuando empieza a haber más evaluación por regiones, pues a lo mejor aumenta tu lista, por eso es que subes y bajas, pero estar en ese top 5 es que estás mal, es que estás fatal. Aquí ahorita en México hay 2 mil 600 especies en peligro de extinción, 2 mil 600 especies, muchas de esas son anfibios, en gran medida los anfibios en México les está yendo fatal, muchos son reptiles, pues somos el país con mayor diversidad de reptiles del mundo, después de Australia, pero bueno, ahí hay que comparar que Australia es continente, México es una región más pequeña, y pues corales, y todas esas especies, casi seguro que no las van a armar, porque nadie hace nada, o sea, cómo puede ser que el cóndor de California, que ahora es uno de los programas que para introducirlo habrían dado frutos, y ahora hay 500 cóndores ahí en la Sierra de San Pedro Mártir, cuando llegó a haber ninguno, a base de reproducciones en cautiverio, por eso el cautiverio puede tener virtudes, en este caso se hizo un programa de reproducción de cóndores en varios zoológicos, y es una faena francamente titánica reintroducirlos, y ahí hay dos personas que viven ahí en San Pedro Mártir desde hace más de 10 años, y les tocó vivir 6 años en tiendas de campaña, a menos no sé cuántos grados, es fríísimo.

 

Y gracias a esas dos personas es que hay cóndores en México, dos personas, y bueno, eventualmente hay programas como el del cóndor, en que sí hay un apoyo institucional, y eventualmente sí se logra, pero hay muchas otras especies que sólo existen ahorita porque hay dos o tres personas aguerridas que las están conservando, y que a todo el resto les dan igual, se van a Guatemala, si quieren, ahí hay un eloderma, lagartos venenosos, que en México tenemos la mayor diversidad, les llamamos escorpiones, en el norte son monstruos de gila, lagartos enchaquirados, y en Guatemala hay uno chiquito, una especie que es chiquita, y que llegó a desplomarse a que eran un par de decenas, y son dos personas que han ido haciendo esfuerzos y comprando hectáreas aquí y haciéndole por acá, y ahorita ya son un par de cientos, pero es que eso es lo que está muy delicado, que la biodiversidad dependa un poco de la pasión individual, las especies son redes de interconexión, son nodos de interconexión, entonces quitar una especie es quitar un nicho, es liberar un nicho al menos, y eso depende de que esté conectado, se verá afectado, y nada más por poner un ejemplo burdo, imagínense que en cierto ecosistema las hormigas bala son la base de la alimentación, las hormigas bala comen las hojas, y es el primer animalillo que come hojas, y luego va a haber una lagartija que se la come, un pájaro que se come a la lagartija, un lincia que se come al pájaro, lo que quieran, bueno, eso está calculado, eso está estudiado, las hormigas bala tienen una red de interconexiones de 250 especies, que dependen de alguna manera de ese escalón de la hormiga bala, quítala y ve qué pasa, es un poco esta metáfora que a veces se hace con la cadena, tú cargas una cadena así, y piensa que este eslabón son los invertebrados, córtalo, se cae todo, a lo mejor tú cargas esa cadena y cortas el último eslabón, que es un, voy a decir aquí una cosa así al azar, pero es un hurón, a lo mejor no se afecta tanto la cadena, aunque sí se va a afectar sus relaciones interdependientes, pero quítalas las bases de los sistemas.

 

Y entonces lo que es tristísimo ahora es que ya se perdió el momento de tener esta discusión, de qué perdemos al peor una especie, habría que haberla tenido hace 50, 40 años, se tuvo, pues nadie escuchó a la gente que la tenía, porque hoy en día la discusión es qué pasa cuando perdemos un ecosistema, ahorita realmente la extinción, pues lo medimos en especies porque así categorizamos el entorno, pero realmente lo que se está desapareciendo son los ecosistemas, entonces tú ves el bosque mesófilo, que es el bosque de altura, el bosque nuboso donde vive buena parte del tiempo, que es esto de lechos, a mí es mi ecosistema preferido, y ves la reducción y queda muy poquito bosque mesófilo en el mundo, y aquí en México tenemos unas zonas con bosque mesófilo y se están reduciendo así, y además viene el calentamiento global, que además cambia el clima y entonces empieza a haber migraciones de especies que tú no tienes ni siquiera previstas, o sea, ya no es predecible, los patrones climáticos cambian, entonces ya no llueve, por eso decía la importancia de la especie, y entonces la mariposa que se reproducía justo al principio de las lluvias, ya no se reproduce en ese momento, entonces quien sea que se comiera esas orugas ya no comió, y entonces tienes cascadas, incluso a veces sin verlas, incluso a veces sin ni siquiera perder a la especie completa, reduciendo su población, o sea, si había una especie que era muy abundante, hormigas bala pensemos, y de pronto sigue habiendo hormigas bala, no se han extinto, pero la población se redujo al 10%, el efecto va a ser similar, entonces yo creo que se pierde muchísimo cuando se pierde una especie, y se pierde muchísimo en términos que no podemos ni siquiera comprender, porque apenas estamos empezando a, sabemos muy poco casi de todo realmente, es un poco así la situación ambiental que hay ahorita, o sea, no está todo perdido, al revés, hay muchísimo, o sea, por suerte la biodiversidad y la pulsión de la vida ha sido superpoderosa y hay muchisísimo, y todavía hay, entonces, por eso digo que estamos en un momento delicado, porque es ahorita o pronto no va a haber.

 

Entonces, bueno, eso, ojalá pueda empezar a ver un poco, porque tú para hacer conservación necesitas voluntad política, o sea, o apoyo por lo menos, necesitas conocimiento científico, y luego necesitas trabajo con las comunidades que habitan en esa zona, o sea, tú tampoco puedes llegar como el científico de la capital, a decir “no, no, no, ustedes no van a pescar ese pez”, porque si es pesca subsistencia de una comunidad, que además siempre ha pescado eso, y que no había tenido problema hasta que tú llegaste, o no tú, pero otro humano, llegó y introdujo tilapias en ese cuerpo de agua, o sea, tú no puedes, eso no se puede. Entonces, esta idea de la conservación como zonas intocadas, ya no sucedió, eso ya no sucedió, o sea, realmente pedazos de planeta que no estén perturbados en la vida, digamos, en la parte terrestre, hay poco, pero sí puedes tener una conservación un poco más funcional para la realidad, y eso es trabajo comunitario. Entonces, bueno, es un trabajo grande, que se necesita muchos actores, pues, pero que vale muchísimo la pena, porque algo que es seguro es que la vida se va a reinventar, o sea, hay un argumento nihilista que es, bueno, si eventualmente nos vamos a extinguir los humanos, y de hecho le estamos echando ganas a que eventualmente no es tan lejano, o sea, vamos mal en ese sentido, y la vida va a prosperar, porque lo ha hecho seis veces, por lo menos, esta es la sexta, se va a reinventar, y va a haber otra biodiversidad, y no puedes poner una balanza de qué biodiversidad es más importante que otra, no puedes decir la biodiversidad de ahorita es más importante que la que había en los dinosaurios, que la que había en Ediacara, pero algo que sí es real es que la que hay ahorita es la única que vamos a conocer.

 

Entonces, ahí viene como un bucle hacia el antropocentrismo un poco, que es, aquí los únicos que vamos a perder un poco, bueno, somos nosotros, nosotras que somos testigos de esto, y de las especies que nos llevamos de corbata, que pues sin deberla ni temerla, les tocó que el asteroide no venga de afuera, sino que esté desde adentro, entonces, bueno, creo que eso es importante saber, o sea, la biodiversidad que hay ahorita es la única que conoceremos.

41:31
Azalía. Hola Andrés, buen día, mi nombre es Azalía Torres, y ya llevo un ratito siguiendo tu trabajo, especialmente tu faceta de escritor, y me llama mucho la atención un término que tú usas, que es liternatura, entonces me gustaría saber si podemos hablar un poco al respecto.

41:47
Andrés Cota Hiriart. Digamos, la corriente, ¿no?, que un poco en que convergen a lo mejor las ciencias naturales y la literatura, en Estados Unidos, en Francia, en Inglaterra, tiene siglos, o un siglo al menos que le llaman “nature writing” como género, digamos que va a haber poesía, va a haber ensayo, va a haber narrativa, va a haber obras periodísticas, puede haber descripción filosófica, libros para niños, incluso novelas, pues que entran ahí. Es un tipo de escritura, es un tipo de literatura que no tiene al humano en el centro, necesariamente. A lo mejor el humano es el protagonista, pero no necesariamente es el centro de esa narrativa.

 

Y bueno, lo acuñaron en España Gaby Martínez y otro grupo, cuando hicieron el primer festival, y ahora ya hay unos festivales, hay dos festivales allá, uno en Barcelona y otro en Extremadura, hay uno en Colombia, y parece que va a haber uno en Los Ángeles, y pues queremos hacerle aquí en México. Lo que pasa es que querer y luego darte cuenta de la gestión de fondos que conllevan festivales es otra cosa, pero es importante porque creo que al hermanar, si tú ves como el mapa un poco editorial, todavía hoy en día la mayor parte de libros se compran en España, la mitad de todos los libros que se producen en español, pero tenemos más gente que habla español aquí en México que en toda España. Pero bueno, entonces España, México, Colombia y Argentina son un poco estos ejes por los que valdría la pena ir trazando esta especie de red de intercambios. Entonces pronto, en unos meses vamos a sacar ya, en un mes, la primera antología de liternatura mexicana, liternatura contemporánea mexicana, que son estos perfiles que yo me he empezado a encontrar y que vale mucho la pena darles eco, creo. Entonces, bueno, a todas luces espero yo que sea algo que a futuro ya no resulte extraño, y tampoco sorpresivo. ¿Cómo? Escribir literariamente sobre ciencia, pues debería ser la garantía, escribir literariamente sobre todo. Pero bueno, gracias, espero que busques la antología y ya me dirás qué opinas.

44:06
Alfonso. Hola Andrés, mucho gusto, yo soy Alfonso. Mi pregunta es, ¿cómo las creencias populares pueden discriminar a ciertas especies?

44:15
Andrés Cota Hiriart. Sí, definitivamente como alguien que ama a las serpientes y que dedicó buena parte de su vida a ir a campo a estudiar serpientes, batallar con referencias populares es la norma. Algunas afincadas en realidad, hay algunas serpientes peligrosas, y otras simplemente inexplicable de dónde vienen. Por ejemplo, les cuento mi favorito, por surrealista, que es este mito de que los cincuates, los cincuates son las serpientes que hay en todo el centro del país, aquí en la Ciudad de México hay, es una de esas especies que ha sabido sobrevivir a los embates de la megalópolis y se encuentran todavía, en la UNAM por ejemplo, y son bonitas, son amarillas, y además su patrón es negro jaspeado, y bueno, son unas serpientes interesantes. Y hay esta idea de que cuando hay una mujer amamantando, el cincuate se mete a la casa y roba la leche de la mamá, y entonces con la cola entretiene al bebé como un chupón, entonces te encuentras al niño chupando la colita de la serpiente y tomando la leche de la mujer que está amamantando su bebé en esa época.

 

Es una locura, porque nada más empecemos a pensar quién toma leche, o sea, insisto, es una concepción un poco, son los mamíferos, y la mayoría de los mamíferos toman leche solo de sus mamás, ninguna otra especie más que los humanos, y los gatos que obligamos algunas personas, toman leche de otra especie cuando son adultos, es curioso. Pero bueno, las serpientes no tienen labios, no pueden ni siquiera succionar, no podrían succionar un pezón, aunque quisieran, supuestamente si quisieran, que no querrían. Pero bueno, nada más eso para apuntar que tenemos muchísimo bagaje aquí de creencias populares y que son resultado de este impacto entre dos culturas, porque tenías deidades principales serpientes, Quetzalcóatl, Kukulcán, todas estas iteraciones de ese dios, es una serpiente emplumada, hay muchísimas serpientes, somos el país con más diversidad de serpientes del mundo, de todo el mundo aquí en México es donde más serpientes hay, y bueno, están en la bandera incluso, o sea, se han, trasminan a la cultura.

 

Pero entonces, bueno, y tienes este choque en que la serpiente es el mal, imagínate que las mariposas negras son de mal agüero, tú ves una mariposa negra y es un anuncio de que alguien va a morir, o sea, eso es una insensatez, o sea, en este época de la información al alcance de la mano, por Dios, la mayor parte de las mariposas son mariposas negras, o sea, el 90% de los lepidópteros, que son el grupo de las mariposas, son mariposas nocturnas, negras, polillas, casi todas, es decir, muy poquitas son coloridas y que son a las que les prestamos esta idea virtuosa, y de esas coloridas la mayoría vive la mayor parte de su tiempo como oruga. Pero fíjate cómo somos los humanos, ya ni siquiera son las creencias populares, eso es a lo que le hemos prestado atención, la clasificación de mariposas está hecha con los adultos, que a veces viven tres días, digo, hay unas que viven más, y de muchas no se sabe cuál es su oruga, o sea, no se sabe cuál es la oruga de esta especie que valoramos y entonces no sabes cómo conservarla, porque no sabes qué come, las orugas muchas veces comen una sola planta.

 

Entonces, bueno, imagínate si eso es a nivel estudio, a nivel de nociones populares. Entonces, claro, tenemos cómo se cambia eso con la narrativa, o sea, los humanos somos primates narradores, somos primates que en gran medida evolucionamos y llegamos a la civilización actual gracias a que entablamos ficciones, gracias a que creamos entelequias inventadas y nos ponemos de acuerdo con respecto a ellas. Entonces, bueno, tenemos eso, que es una herramienta muy potente, y a veces se nos olvida, pero entonces las narrativas son las que hay que cambiar, o sea, lo que creo importantísimo para empezar a combatir estas creencias populares, que tampoco tú puedes hacer un juicio de valor de la gente, ¿me entiendes? Mi abuela en Sinaloa creía que las lagartijas eran venenosas y que le iban a picar con la cola, y lo creía ferventemente, o sea, te puede decir “no, es que tu tío Juanito una vez…”, y tú no te puedes poner a tu por tu a a discutirle con respecto a su cosmovisión.

 

Lo que sí puedes hacer es empezar a cambiar desde una cuestión social de las narrativas que consumimos. Abran cualquier libro para niños o niñas, o vean cualquier película animada de insectos, la que sea, ¿quién es la mala? Vean El Señor de los Anillos, ¿quién es la mala? La araña. O sea, la araña mató a Frodo casi, o sea, se iba a acabar toda esta saga de El Señor de los Anillos por culpa de una araña, y tú lo ves en los libros infantiles, siempre la araña es mala, y siempre la mariposa es así como bella, o sea, son unos arquetipos que vamos replicando en la narrativa que nos cría, porque a lo mejor de adultos dejamos de ser lectores y lectoras, muchas personas, pero les aseguro que todos los niños chiquitos, niñas chiquitas, leen, o les leen, porque es una manera en que tienes de entretener también, y de generar un vínculo afectivo, y leerle en la noche a tu hija e hijo, y por eso creo que es poderoso, y por eso creo, otra vez, en la liternatura, o sea, a lo mejor lee poca gente, pero un libro es seguro la manera más profunda de interconexión con un individuo con el que no vas a conversar, yo creo que el punto de encuentro más íntimo que vas a tener con otra persona es conversando, creo, y si no lo puedes tener, entonces a lo mejor es con los libros, con la narrativa escrita, porque como te exige esta concentración, también te brinda la posibilidad de entrar a su cabeza, a la imaginación, o sea, es una máquina de imaginación, la literatura, y entonces yo creo en ella, aunque lea poca gente, eso sí cambia el parecer, y seguramente les ha pasado, leen un libro y dices, yo ya veo las cosas de otra manera, y pasa en lo que sea, no tiene que ser necesariamente en esta cuestión ambiental, puede ser en las relaciones afectivas, puede ser en tu autoafirmación, o tu autoaprecio, o sea, en lo que sea, entonces me parece que es una oportunidad, o sea, en fin, leerá poca gente, pero eso va trasminando, y eso va vertiéndose, y eventualmente también es, la mayor parte de las películas, no todas, pero muchas películas, y muchas series, están basadas en libros, o sea, finalmente estos son como arietes culturales, que parecería que un libro no tuvo tanto acceso porque vendió 3 mil copias, y lo leían 3 mil personas, pero de pronto ese libro salta a la pantalla grande, y se vuelve ya casi como parte del imaginario colectivo que tenemos, se nos olvida que estaba escrito, entonces por eso creo mucho en la escritura, y por eso creo que ahí está la herramienta para quitar las creencias populares, que era la pregunta inicial que me llevó a toda esta reflexión.

51:03
Jéssica. Hola Andrés, mi nombre es Jéssica González, admiro mucho tu trabajo, y en un mundo en el que al parecer ya se ha dicho todo, y se han investigado tantas cosas, ¿qué crees que podría incentivar más la investigación?

51:16
Andrés Cota Hiriart. Ok, sí, creo que en buena medida, darnos cuenta que sabemos muy poco de casi todo, o sea, te lo digo así, a lo mejor para biólogos y biólogas, para cada campo será diferente, pero más o menos están descritas ahorita, un poquito más, un poquito menos, 2 millones de especies, de las cuales la mitad son insectos, pero bueno, 2 millones de especies, potencialmente, esos son cálculos, solo lo puedes estimar, hay entre 5 y 10, pongan 8 millones, o sea, descritas las especies, o que conozcamos, o que tengan un nombre que estudiemos, es una porción muy chiquita, o sea, queda todo por descubrir en ese sentido, y si piensan en el mar, si piensan en el planeta, pues el planeta ¿qué es? 70% agua, 71% agua, 70% casi todo mar, ¿cuál es la profundidad media del mar? 3 kilómetros y medio, 3 kilómetros y medio, o sea, la mayor parte de este planeta está 3 kilómetros y medio de profundidad en el mar, entonces la mayor parte del planeta es agua oscura, nunca ha entrado el sol ahí, y es agua que en un tiempo se pensaba, pues ahí no hay nada, bueno, los humanos, antropocéntricos y terracéntricos, ahí no hay nada, o sea, la biodiversidad está acá arriba, y pues te vas dando cuenta del cambio de paradigma, o sea, ahí ya está habitadísimo, y sobre todo hay una zona que es la que sube y baja, que no sé si han visto, pero es lo más bonito, que es la migración más masiva que hay en el planeta, sucede todos los días, pero no es del sur al norte, no es de este o este, es de abajo hacia arriba y es en el mar, y es una columna que amasa más, pues una biodiversidad bestial, de la cual conocemos casi nada, y si ves cuánto está explorado el fondo marino, solo estos son ejemplos dentro de mi campo al menos, pues a lo mejor 15%, 12% de ese torno que les estoy diciendo está “explorado”, no conocemos nada del planeta en ese sentido, entonces hay muchísimas oportunidades, y si me lo llevo al otro que yo hago, que es la escritura, es lo que les decía hace rato, a lo mejor todo está “dicho” en el mundo que compete solo a humanos, entre nosotros y nosotras, pero si nos sacamos tantito de la narrativa, ni siquiera sacarnos, ponernos de ladito y empezar a ver otras cosas, te das cuenta que casi nada está dicho.

 

Entonces, yo creo siempre que aquí el mensaje importante es que hay que darnos cuenta un poco de la modestia que deberíamos tener como humanos, porque además cada vez se acumula más información, pero a la vez el conocimiento te demuestra una cosa, que es lo poco que sabes en realidad de lo que sea. Digamos, si tú eres ignorante completamente de algo, crees que lo comprendes, “ah, esta mesa la entiendo”, pero si te pones a escarbarle y empiezas a pensar en cómo están aquí los átomos y cómo están los enlaces químicos y qué constituyó esta mesa, y dónde se hizo, y de dónde vino, y quién la diseñó, esta mesa es complejísima, o sea, nadie la entiende, así te vas a escarbarla realmente, pero si nunca te lo habías cuestionado, pues es que la comprendes. Y así es un poco esto de, dicen que la ignorancia es una virtud, porque te da seguridad en las cosas, pero en cuanto empiezas a aprender de lo que sea, lo único que te das cuenta es lo poco que sabemos, o sea, no tú, como humanidad, y pues es la típica bucle que yo creo que es tan apetitosa de la ciencia, que es que cada pregunta que respondes te lleva a más preguntas, o sea, tú respondes una pregunta y te va a abrir cuatro, respondes a esas y te va a abrir y se va haciendo exponencial.

 

Entonces, bueno, nada, yo creo que más bien todo es campo que vale la pena, y además las cosas que tenías muy claras en un momento que creíamos que eran de alguna manera no son, y eso hay que tenerlo como certeza, y también las cosas culturales, o sea, luego sentimos que el mundo es como nos tocó cuando nacimos, vivimos 80, 90 años, es una capita de tiempo casi inexistente realmente, y cualquier valor cultural que ustedes quieran ahorita que decimos esto, ¡ah, sí!, va a cambiar, y cambió de otra forma, entonces es transitorio, y el conocimiento es transitorio, los valores a los que nos amarramos, entonces yo creo que todo se trata de tener eso claro, y pensar que siempre va a haber hacia dónde tirar tu imaginación y curiosidad, y también tener claro que como seres vivos que sólo nos tenemos como certidumbre la experiencia subjetiva, finalmente es lo único que tenemos los humanos, la certidumbre de mi experiencia subjetiva, pues deberíamos buscar aumentar tus perspectivas, o sea, de lo que sea, las más perspectivas conozcas, pues un poquito más complejo van a ser las cosas que pienses con respecto a ellas, y mayor empatía tendrás para todo, entonces bueno, nada más resumiendo que hay mucha oportunidad en lo que sea que les llame la atención.

56:27
Mariana. Hola Andrés, mi nombre es Mariana, si pudieras traer a la vida de nuevo a una especie ya extinta, ¿a cuál sería?

56:37
Andrés Cota Hiriart. Es un ejercicio imaginativo lindo, y que no está tan lejano del mundo actual, porque hay muchas discusiones por ahí de traer especies de vuelta a la extinción, a lo mejor lo han seguido, al mamut es el clásico ejemplo, hay grupos de científicos que lo van a revivir eventualmente, solo están esperando encontrar una célula viable en un colmillo, y como se está derritiendo el mundo, el permafrost siberiano, que es buena parte del planeta, está ahí en esos bosques australes de Rusia, cada año se liberan más mamuts, y entonces hay cazadores de esos colmillos, y tarde o temprano van a dar con una célula suficientemente viable, creo yo, para que sea factible, es un proceso de clonación, usando un elefante, ¿y cuál es el sentido de eso? Hay que proteger lo que queda, hay que conservar las que hay ahorita, en vez de traer otras de la extinción, pero yo creo que, fíjate, lo que más nos aportaría a nuestra especie ahorita, sería traer de vuelta a los neandertales, así, o a cualquier otro homínido con los que compartimos el planeta durante la mayor parte de nuestra evolución, o sea, por lo menos siete, ahorita llevamos el registro fósiles, ya saben, no tienes toda la información, vas encontrando cosas, o sea, el registro fósil es una aproximación somera, pero se va liberando, y entonces por lo menos hay ahorita identificar siete especies de humanos, no proto-humanos, o sea, humanos, diferentes al Homo sapiens, pero que, digamos, en términos ecológicos y en muchos términos culturales eran análogos, eran primos, no son antepasados, y que me parece importante y me gustaría traerla de vuelta al mundo, porque creo que nos ayudaría a superar muchos de los tropiezos que tenemos como especie.

 

O sea, los humanos nos sentimos únicos, la verdad, los humanos nos sentimos hijos de dioses, y si no, pues nos sentimos como una especie de pináculo evolutivo, nos sentimos como la criatura más chingona del universo, los humanos, como si al universo le importáramos, o sea, esta idea que es muy bonita de la conciencia humana es polvo de estrellas, viéndose a sí mismo y consciente que se está viendo a sí mismo, es maravilloso, al resto del universo eso no le importa. Entonces, bueno, tenemos esta narrativa que nos pone en esa especie de pedestal evolutivo que es súper dañino, y creo que en buena parte está potenciado porque hoy en día nuestra especie se quedó sola, pero no estuvo así todo el tiempo. De hecho, la mayor parte de nuestra evolución, como, tenemos 400 mil años como homo sapiens, piensen, hasta hace 60 mil años, hasta hace 50 mil años, había varias de estas criaturas, quiere decir que la gran mayor parte de nuestra evolución coexistimos con ellas y con ellos, y nos cruzamos con ellos y con ellas, y tuvimos peleas con ellos y con ellas, en fin. Entonces, creo que nos ayudaría mucho a justamente tener una especie hermana, a lo mejor habría guerras, pero bueno, tendríamos que superar otras cosas, pero tener una especie hermana nos ayudaría a no sentirnos la crema de la crema, y no sentirnos la crema de la crema lleva a algo, lleva a entonces no sentirte empoderada a aprovecharte de todo el resto.

 

Entonces, creo que un Neandertal nos ayudaría a eso, a lo mejor como para cerrar y un poco englobar todo lo que hemos estado hablando, y esto también, fíjense que un poco los humanos vamos haciendo, si lo quieren ver metafóricamente, una especie de paisaje interior, vamos construyendo un paisaje interior, estén conscientes de ello o no. Y hoy en día pasamos por un momento que es un trastorno por déficit de naturaleza, entonces en esta discusión la humanidad de un tiempo acá va hacia un trastorno drástico de falta de contacto con el resto de organismos, con el resto de ambientes no generados por humanos, por supuesto que un parque puede ser naturaleza visto de una manera, pero digamos que es construido y nuestros jóvenes, niños, niñas, crecen, cada vez se están desintensificando las ciudades, hoy en día tres de cada cuatro personas viven en ciudad y entonces este déficit va aumentando. Y este trastorno conlleva muchos de los problemas de salud que nos aquejan a todos y a la humanidad, el sobrepeso, la depresión, eso es para el interior de cada individuo, pero también conlleva que hay un analfabetismo del mundo silvestre, ya no se puede leer y va cambiando lo que llaman la línea de base.

 

Entonces claro, si mi hija ve los camellones como naturaleza, esa es su línea de base de la que va a partir, para ella eso es, nunca vio lo que había antes y eso va pasando todo el tiempo. Tú por ejemplo puedes ver las familias de pescadores y ellos toman como la línea de base lo que les tocó, nunca van a entender lo que había cuando estaba su abuelo y entonces como humanidad no nos vamos dando cuenta necesariamente de lo que vamos perdiendo. Esta idea de que si te meten en una tina y suben la temperatura grado a grado, pues te cocinan y no te das cuenta porque el cambio va siendo gradual. Ahorita estamos en un momento ambiental en que el cambio ya no es gradual, pero seguimos viéndolo como una especie de ruido de fondo y las nuevas generaciones van partiendo de lo que les toca vivir. Entonces este déficit, cómo se combate, creo que sería importante empezarlo a combatir, si no, no va a haber salida de todo lo demás que hemos hablado hoy. Y pues por supuesto que teniendo más experiencia de aire libre, a cielo abierto vaya, y mientras tanto, mientras no podamos lograr más campo, pues sí podemos atender ese paisaje interior que les estaba diciendo hace rato. Y eso se hace un poco con literatura, se alimenta vaya con narrativa y creo que eso sí está al alcance de cualquier persona. Entonces sí hay muchas maneras de salir a los tropiezos del antropoceno y por un lado, pues podemos ir atendiendo las propias. A lo mejor con eso podemos dejar ese mensaje ahí, espero, esa invitación y pues ha sido un gusto platicar con ustedes. Muchas gracias.