Algunas lecciones sobre el éxito
Oso Trava
Algunas lecciones sobre el éxito
Oso Trava
Emprendedor
Creando oportunidades
“Todos tenemos algo que compartir“
Oso Trava Emprendedor
Oso Trava
Oso Trava es un emprendedor y comunicador que ha transformado su vida y carrera a través de un proceso de autodescubrimiento y redefinición de éxito. Conocido por su popular podcast "Cracks", Oso ha entrevistado a más de 305 personas influyentes en el mundo de habla hispana, compartiendo aprendizajes y experiencias que inspiran a miles de oyentes. Antes de su incursión en el mundo digital, Oso trabajó en el sector financiero en Nueva York, persiguiendo una definición de éxito basada en el dinero y el reconocimiento. Sin embargo, un momento de introspección, impulsado por una pregunta de su esposa, lo llevó a replantearse sus prioridades y valores.
Este cambio lo condujo a emprender y a crear contenido que resuena con su misión de inspirar a una nueva generación de hispanos a vivir con más impacto. Oso es también autor del libro "Haz lo que importa", donde comparte su filosofía de vida centrada en la autenticidad y el propósito. A través de su trabajo, busca no solo alcanzar sus propias metas, sino también dejar un legado positivo en la comunidad.
Transcripción
Durante la primera etapa de mi carrera profesional yo busqué lo que creo que muchos buscamos como una definición de éxito, que es el dinero. Y diseñé toda mi experiencia educativa y profesional para conseguirlo. Mi vida se veía como consiguiendo el éxito trabajando en un banco en la gran manzana, la ciudad de Nueva York, en la capital financiera del mundo. Y cuando finalmente lo logré lo que encontré ahí fue un vacío tremendo, un vacío interno y un sentimiento de haber desperdiciado la última década persiguiendo espejos, persiguiendo esa olla de tesoro al final del arcoíris que cuando la encontré estaba vacía. Y me volví emprendedor y entonces cambié mi definición de éxito a la definición que se jugaba en el juego nuevo que había elegido jugar, que era el del reconocimiento.
Muchos nos volvemos emprendedores por moda, o buscando estas riquezas al final del camino también. O el reconocimiento, la vida del emprendedor es muy difícil y es muy sufrida. Y cuando no se hace por las razones correctas, entonces el camino puede ser muy tortuoso. Y después de 10 años emprendiendo y consiguiendo lo que aparentemente era éxito, reconocimiento por publicaciones, rondas de inversión, vender una u otra empresa. Un día mi esposa, la mujer que más me conoce y espero que a la que más le importo en el mundo, me preguntó algo que me frenó y me hizo verdaderamente reconsiderar qué es lo que quería yo de mi vida. Ella, con toda frialdad, con mucho cariño, pero con mucha potencia, me preguntó «Oso, ¿por qué odias tu vida?»
Y cuando te hacen una… Todavía me dan escalofríos cuando pienso en esa pregunta y cuando te hacen una pregunta de esas que sabes que no viene del odio, del rencor o de las ganas de lastimar, pero que igual lo hacen, tienes que preguntarte por qué. Y fue que me embarqué en un proceso que hoy lleva ya más de 6 años de resignificación de prioridades, de redefinición de valores y de reconstrucción de mi propia identidad. Yo que había sido alguien, un ingeniero, maestro en administración, banquero, financiero, analista, cuadrado, pragmático, sabelo todo, me di cuenta que no sabía nada. Y me embarqué en una expedición de aprender, de cuestionarme todo lo que hoy me daba cuenta que no sabía y de buscar a los expertos en todas las áreas que yo creía necesitar para construirme y construir mi vida y esta vez haciéndolo en público.
Sin miedo, tal vez, al que dirán, a ser juzgado. Y si era con miedo, igual lo hice. Y hoy me tiene aquí, después de 6 años, más de 305 entrevistas de Cracks Podcast, construyendo uno de los podcast más escuchados en el mundo de América Latina, en el mundo de habla hispana y viviendo una vida verdaderamente plena, extraordinaria, conectado con quién soy yo. Descarté esta idea de que yo era alguien cuadrado que tenía las respuestas, a ser alguien tal vez más fluido, más sensible y mucho más ignorante. Y eso es lo que hago hoy a través de mis entrevistas. Aprendo todas las semanas, aprendo en público y comparto esos aprendizajes con cientos de miles de personas, como ustedes que me hacen el favor de escuchar Cracks cada semana. Así que gracias por estar aquí y espero que hoy pueda dejarles un poquito de conocimiento, un granito de arena que les ayude a ustedes a tomar las decisiones difíciles y sobre todo a dar esos primeros pasos que se necesitan para cambiar nuestras vidas.
Pero todo parte por entender qué te compone. Yo creo que, a diferencia de lo que mucha gente cree, el ser humano es mucho más complejo, mucho más completo que un simple profesional y personal. Entonces, ¿qué te importa? Y cuando entendemos que somos un grupo de muchos factores, desde la relación contigo mismo, tu espiritualidad, tu salud, tu aprendizaje, y entendemos que en diferentes momentos de la vida va a haber diferentes prioridades. No es lo mismo cuando estás soltero saliendo de la carrera que cuando acabas de tener tu primero o segundo hijo o cuando acaba de fallecer alguien de tu familia o si te encuentran una enfermedad a ti. ¿Qué es lo que importa en ese momento? Es lo que es más relevante definir, porque una vez que defines estas prioridades y yo en el libro hablo de definir tres prioridades al menos de forma anual en un proceso cíclico, puedes entonces diseñar tu vida alrededor de las acciones que van a generar progreso y resultados en dichas prioridades.
No hay nada peor que conseguir algo que te costó mucho trabajo y al final date cuenta que no te importaba conseguirlo. Hoy para mí, creo que es muy importante la relación con mis hijos. Es una relación que, si bien siempre ha sido muy importante, este año es una de las más relevantes en mi vida, de las áreas más relevantes. La otra es mi trabajo. Estoy en un momento muy bonito de expansión, de crecimiento, de impacto. Yo tengo una misión que definí ya hace unos años, que es la de inspirar a una nueva generación de hispanos a vivir con más impacto. Y más impacto también tiene su propia definición. Algunos lo verán como más abundancia o más éxito financiero o profesional, o más empleados, o más reconocimiento mediático. Para mí, más impacto también tiene que ver con más salud, más amor, más satisfacción, más presencia, más legado.
Y cuando yo defino estas prioridades, hacia finales de año, ahorita estamos por cerrar 2024, hago este ejercicio, mismo que describo en el libro, sobre ¿quién soy yo hoy? ¿Cómo me siento en cualquiera de las siete áreas que componen mi vida? ¿Cuál es mi nivel de satisfacción? ¿Y cuáles tres creo que van a ser las más importantes en las que debo de trabajar para que mi vida tenga un nivel de satisfacción general mayor en los próximos 12 meses? En eso defines objetivos, defines un plan de acción, pero sobre todo entiendes por qué. ¿Por qué? Porque la motivación es algo que a veces flaquea. Y cuando no tienes muy claro por qué te estás enfrentando a retos, obstáculos, momentos difíciles de sufrimiento, que los va a haber invariablemente, entonces es mucho más fácil desistir. Cuando tienes tu motivación clara y entiendes por qué lo que te importa es verdaderamente importante, entonces el camino se disfruta y el éxito está garantizado.
Para definir qué es importante para ti, yo en el libro «Haz lo que importa» defino un proceso de cinco pasos, de tres módulos, dirección, movimiento, significado. Y la dirección es como un GPS. No puedes trazar una ruta si solo sabes a dónde vas. Primero hay que saber de dónde vienes, en dónde estás. Y entonces hago este proceso de entendimiento de quién soy yo hoy, cómo me siento en nivel de satisfacción en cualquiera de las siete áreas de mi vida. Y entonces defino cuáles son estos puntos flojos o los puntos fuertes que quiero hacer aún más fuertes. Pero defino estas tres áreas en las que si yo trabajo con enfoque, con dedicación, con disciplina, puedo tener un efecto multiplicador a nivel de satisfacción generalizada en mi vida. En base a esas tres prioridades que defino, entonces creas el ¿A dónde vas? Cuáles son estas estas grandes metas, que quieres lograr, cómo las defines sin anclarte al pasado.
Algo que he descubierto a lo largo de los últimos años entrevistando a algunas de las personas más reconocidas, exitosas, logradas del mundo es que ellos definen el éxito o fijan metas no anclados a éxitos o fracasos pasados. Sí, claro, aprenden de ellos, pero no se anclan a ellos. Y no definen su potencial de los siguientes 12 meses basado en lo que pasaron en estos 12 meses previos, sino que construyen su futuro a partir de hoy, a partir de lo que ellos creen que es posible. Entonces, una vez que tienes esta claridad de cuáles son las áreas en las que quieres trabajar, lo único que tenemos que hacer a veces es soñar y permitirnos soñar.
Y estoy hablando desde chefs hasta diseñadores, hasta empresarios. Si tú de entrada crees que no puedes, entonces va a ser mucho más difícil que rompas ese cascarón o ese límite que tú solo te estás poniendo. Ahora, una vez que tú crees que puedes, bueno, pues es necesario, más no es suficiente. Hay muchas cosas que se pueden hacer. Ideas no bastan. Se requiere de mucho trabajo, de mucha inteligencia y de mucho pedir ayuda. Y yo creo que eso es algo que he descubierto. Yo por mucho tiempo fui alguien que si bien vengo de privilegio y lo acepto, fui alguien que no aceptó y que no aprovechó ese privilegio a su mayor capacidad. Es decir, hoy mucha gente me pregunta, ¿cómo lograste tus primeros entrevistados? Yo no vengo de una familia de muchos recursos pero mis padres siempre invirtieron en mi educación. Y entre sus esfuerzos y mis esfuerzos sacando becas y ese tipo de acceso, pude estudiar rodeado de gente con mucho acceso, con mucha influencia en el entorno económico en el que me muevo.
Y hoy gracias a esas relaciones pude echar a andar al menos las primeras de mis entrevistas y después fue una bola de nieve. Pero no siempre fue así. Como te decía al inicio de esta plática, yo mucho tiempo creí que no necesitaba ayuda. Creí que ya tenía todas las respuestas. Y que a base de una simple fuerza bruta, yo podía lograr todo lo que quisiera. Y la verdad es que eso me hizo incluso alejarme de personas que estaban dispuestas a ayudarme. Incluso rechazar. Todos tenemos a veces esta disonancia cognitiva en nuestras mentes. Como creemos que hay alguien que tiene lo que nosotros buscamos, y nosotros por más que trabajamos, no lo conseguimos, entonces nos inventamos historias para descalificar el éxito de los demás. O fueron deshonestos, o abandonaron a sus familias, o está sufriendo su salud. Cualquier historia que te quieras contar alrededor del éxito ajeno, que te hace sentir mejor, te termina limitando. Y para mí fue así.
Cuando acepté que no tenía yo todas las respuestas, cuando acepté que la gente que tenía todo lo que yo quería lo había logrado por sus propios méritos, pero además que estaba dispuesta a enseñarme y ayudarme. Y bajé esa guardia, bajé esa soberbia. Y tendí la mano para ver si alguien la tomaba. Lo que encontré fue maravilloso. Y hoy ciertamente me considero muy afortunado de contar con los amigos, los mentores, los ejemplos que me ayudan y me inspiran a ser mejor cada día. Y eso es lo que yo quiero volverme. Quiero volverme alguien que inspira, alguien que tiende la mano. A veces de forma directa, a veces de forma indirecta a través de lo que hago. Uno de mis invitados, el arquitecto Michel Rodjin me dijo que me explicó el origen de un tatuaje que tiene en su brazo que dice «abierto y receptivo». Esa es una frase que le decía a su madre todas las mañanas y es una frase que desde el día que me lo dijo se la repito yo a mis hijos todas las mañanas. Y te estoy diciendo todas, hoy lo hice.
La vida te puede dar cosas increíbles. Todos los días te quiere dar cosas buenas. Tienes que estar dispuesto a verlas, a buscarlas y a recibirlas. Porque, si crees que te va a dar cosas malas, entonces eso es lo que vas a recibir. Hay que estar abiertos y receptivos. La gente es buena alrededor de ti. La gente quiere ayudar, pero hay que aceptar esa ayuda.
Ahora, cuando terminan una prueba y se equivocaron, hacen esta introspección, determinan dónde estuvo el error y asumen la responsabilidad por el error. Porque la única manera de mejorar la próxima vez, es si asumes que tienes el control por lo que sucedió y que lo puedes cambiar. Y entonces diseñas una nueva regla, una nueva técnica, un nuevo principio sobre el que vas a operar. Pero ahí es donde creo que se separan las personas que crecen y que triunfan de las que no. Ellos le dan la vuelta a la página. Mientras que nosotros rumiamos, nos reclamamos y en ese ejercicio afianzamos nuestra identidad de fracaso. Ellos le dan la vuelta a la página y saben que la única manera de volverlo, de mejorar, es volverlo a intentar. Y que si hicieron esta internalización del error y crearon una nueva manera de intentarlo, entonces eventualmente llegarán al éxito.
Yo creo que lo único que se necesita para romper una mala racha es tener un buen momento. Es como si vas a Las Vegas y ves la ruleta y llevan 18 negros. ¿Cómo se rompen esos 18 negros? Con un rojo. Bueno, con un verde también. Pero entonces la vida a veces la podemos medio que acomodar. Acuérdate que las historias más poderosas que hay, y el único que en realidad tenemos que engañar a veces es a nosotros mismos, son las historias que nos contamos a nosotros. Y cuando puedes medio acomodar el juego de tu vida para que, aunque sea tengas un pequeño triunfo, es más, olvídate de un triunfo, un no fracaso, haz algo fácil, pontela regalada casi casi que a prueba de errores, entonces puedes empezar a construir una nueva historia. Dejar de contarte que vienes de puro fracaso y ver un hilo de luz.
Así como lo decía, ojalá y nos ayudaran cuando somos jóvenes a conocernos mejor, ojalá también nos ayudaran a construir nuestra valía, nuestra autoestima. Si pudiéramos dejarle algo a la juventud, es creer en sí mismos para no tener que estar encajando en cajas definidas por los demás, en siguiendo malas influencias simplemente para pertenecer, en sacrificar sus sueños para seguir la línea con la que todo mundo está de acuerdo. Y eso viene de construir valía. Ahora tú estás hoy aquí, y tú probablemente hoy te estás contando una historia de que vienes de una mala racha, fracaso tras fracaso. Pero si estás hoy aquí es porque algo hiciste bien y entonces tienes que regresar. Hoy tienes un par de décadas al menos de experiencia y en esas par de décadas has enfrentado momentos mucho más difíciles que los que estás enfrentando hoy y los has superado. Lo único que hay que hacer es reconocer que hemos hecho esas cosas antes, que hemos logrado cosas antes.
Primero, el ejercicio es nombra 10 cosas que has logrado por las que te podrías reconocer. Y lo que nos pasa es que muchas de estas cosas a la hora de nombrarlas decimos, no, no, no, estuvo muy fácil o lo logré por suerte y entonces en ese momento no sólo no lo reconocemos como logro, no nos reconocemos como merecedores de ese logro. Y la segunda parte del ejercicio que es todavía más complicada es cuando así como te adueñas de los errores cuando los cometes, internalizas y asumes la responsabilidad, también tienes que asumir la responsabilidad por tus éxitos. Si te dieron una promoción, si entregaste un proyecto, si te aceptaron en la universidad, si te titulaste con honores, sí ok, lo lograste. Paso número 1 ¿Qué cualidad, habilidad o característica tuya te hizo poderlo lograr? Y en el momento en el que asumes la responsabilidad por eso bueno que pasó en tu vida, te das cuenta que lo tienes, y eso lo tienes dentro de ti siempre.
Así que cuando te enfrentas a un nuevo momento difícil, por un lado puedes ponértela fácil y cambiar esa historia, pero por el otro puedes voltear a ver esta gran lista que no son sólo 10, seguro tienes mil cosas increíbles, que todos nosotros podríamos voltear, reconocerte a ti y hasta tenerte envidia de la buena y admirarte y aplaudirte y decir eso soy yo y si lo hice antes lo puedo volver a hacer. Hay que cambiar la historia que nos contamos. A veces es difícil, sobre todo cuando no hablamos con alguien más. Tenemos que dejar que eso que reflejamos nos refleje de vuelta una vez que empezamos a reconocer nuestros logros y a reconocer lo que nos permite ser mejorados, construimos nuestra autoestima y eso nos permite seguir avanzando.
Y entonces definimos nuestro éxito en base a estos estándares o estas reglas que, no conectan con nosotros y parte de un desconocimiento de quiénes somos nosotros. Yo creo que esa es la razón por la que cuando logramos cosas que no verdaderamente tienen un significado, que no conectan con nosotros, rápido pasa ese pico de dopamina y sentimos un vacío. Y empezamos a buscar ahora con qué lo llenamos. Es lo que pasa cuando a veces compramos un bien material que nos va a hacer sentir muy bien, un coche, un reloj, una casa, y ahora ya la tenemos y ahora, es más, a veces lo tenemos que seguir pagando. Y ya no sentimos esa satisfacción o ese orgullo o ese placer. Yo creo que todo se resuelve cuando persigues las metas correctas. Cuando te conoces profundamente, sabes, como dicen, lo que te choca te checa.
Mucha gente no entiende cuál es su propósito y está esperando a que le caiga un rayo del cielo y los ayude a iluminarse de por qué están aquí, como decía Mark Twain. Dos días importantes en tu vida, el día que naces y el día que no sabes para qué. Muchos no sabemos para qué. Y eso puede ser muy frustrante. Puede ser como cuando tienes insomnio y sabes que te tienes que despertar temprano. Y por más que tratas de dormir, porque te quedan ahora menos horas por sueño, esa preocupación te hace dormir menos. Y es lo mismo que nos pasa. Pero, todo parte de entonces, ¿quiénes somos nosotros? ¿De dónde viene nuestra definición de éxito? Y yo creo que la motivación, que es algo que también hablo en mi primer libro “Haz lo que importa” tiene dos orígenes. No es simplemente este origen claro de trascendencia, de inspiración, muy romántico, sí eso existe, pero hay un lugar que no muchos reconocemos. Hay un lugar y una fuente de motivación que es algo que yo llamo, el lado oscuro.
Tu gran batalla tal vez no sabes a donde vas, pero sabes a donde no regresas. Es el lugar donde te sentiste humillado, lastimado, dolido, abandonado, traicionada. No se trata de vivir una vida impulsada por el rencor, la sed de venganza el resentimiento, claro que no. Pero, todo sabemos el poder del dolor. Si tu metes la mano a la estufa y te quemas, la sacas rápido. Y lo mismo pasa cuando conectamos con ese lado nuestro, todos tenemos dolores, y todos y eso forma parte de quienes somos. Si lo reconocemos, nos reconciliamos y además lo utilizamos como una motivación que cuando no hay mucho más es suficiente para ponernos en acción. ¿Sabes quién lo sabe? Quién toca fondo. ¿Quién toca fondo? El que toca fondo sabe que o cambia o pierde algo sumamente importante, para muchos es la vida. Cuando toca la gente fondo, conecta con su dolor y esa es motivación suficiente para empezar a andar.
Ahora, el éxito no significa conseguir cosas. Para mí hoy, después de muchas veces de haber definido el éxito como éxito financiero, éxito profesional, reconocimiento, opinión de los demás. Hoy creo que el éxito es algo diferente. Como yo lo defino para mí y me tiene muy tranquilo y muy feliz y sintiendo muy exitoso, es saber en quién me quiero convertir, saber qué es lo que quiero lograr en el mundo, pero no es lograrlo. Imagínate que lo logro y entonces ¿qué hay después? Tal vez no hay nada, tal vez tengo que inventarme algo más. Para mí, el éxito es despertarme hoy y que se prenda mi cerebro y decir gracias, hoy voy a aprendernos juntos. Hoy gracias, hoy voy a presentar mi nuevo libro en la noche. Gracias, hoy voy a poder tener una conversación con alguien que es importante para mí y tal vez ayudarlo en algo.
Mi motor y mi definición del éxito es trabajar todos los días, ni siquiera todos los días, pero trabajar hoy para lograr eso que tal vez llegue o no, pero la bendición es poderlo intentar hoy. Y cuando tu vida está diseñada alrededor de ese éxito, si llega o no es irrelevante. Si yo salgo de aquí y me cae un piano en la cabeza, no significa que no fui exitoso, yo ya lo fui y lo estoy siendo y lo soy cada minuto que respiro. Y cuando conectas con esa motivación, cuando entiendes por qué. Y hoy mi motivación viene sí de mi dolor, y lo platico en el libro, pero también de esta gran misión audaz, noble y aspiracional de transformar a una nueva generación de hispanos y de emprendedores hispanos para vivir con más impacto, para cambiar la mentalidad, para cambiar las acciones y verdaderamente empujar nuestras economías y nuestras sociedades a un lugar donde deberíamos estar, empezando por nosotros.
Todos nosotros operamos, tenemos un sistema operativo que son las reglas, las creencias, los prejuicios, los paradigmas, los gogles a través de los cuales interpretamos el mundo que nos rodea. Muchos de ellos están definidos desde nuestra infancia, por cómo se portaban nuestros padres, lo que nos decían que estaba bien o mal, nuestra religión, nuestro entorno social o económico. Y son reafirmados y fortalecidos, por lo que consumimos y la gente con la que hablamos, hoy, los algoritmos de redes sociales nos hacen creer que, todo el mundo al rededor, piensa igual que nosotros. Y eso hace que, cuando alguien piensa diferente de nosotros los descalificamos o hasta los rechazamos. Hoy vivimos en un mundo sumamente polarizado desde creencias políticas, religiosas o hasta socioculturales. Creo que un buen ejercicio es, cada vez que sientas una emoción fuerte, de odio o de placer, de afinidad o de rechazo preguntarte ¿Por qué? ¿Por qué estoy sintiendo esto? ¿Por qué siento repulsión por esta persona? ¿Por qué lo que dijo me hace sentir ofendido? Lo que te choca, te checa.
Y cuando conectamos con esa definición y nos preguntamos ¿esto que creo, es verdad? ¿Es 100% verdad? ¿Hay pruebas? ¿Hay ciencia que lo respalda? ¿Es una creencia implantada? Y si sí se implantó, ¿quién me la implantó? ¿La elegí consientemente? ¿O simplemente estoy siguiendo una corriente filosófica o cultural sin retarla? Cuando retamos nuestras creencias, cuando primero estamos tan conscientes y presentes en nuestra vida dejamos de vivir en una forma reactiva y compulsiva y verdaderamente retornamos al presente. Cuestionamos ¿por qué de nuestras decisiones? ¿Por qué de nuestras emociones? Y entonces abrimos la puerta a considerar otras opciones. ¿Cuándo fue la última vez que se sentaron a platicar con alguien con visión política diferente a la de ustedes? ¿O con preferencias sexuales diferentes a las de ustedes? Con genuina curiosidad y apertura. Eso es lo primero que hay que hacer. Porque un cambio de pensamiento puede tener un impacto brutal en sus vidas. Y no tiene que ser radical. Hay cosas que creemos como ciencia, como hechos, que sinceramente no son. Y cuando nos abrimos la puerta a reconsiderar lo que es y a darle cabida a que una cosa puede ser dos al mismo tiempo y que pueden coexistir dos mentalidades diferentes, es entonces que el mundo se hace mucho más rico, mucho más grande y mucho más amigable, la verdad.
Ahora, hay muchas personas que caben en esa cubeta vamos a decir, que no necesariamente quisiéramos emular o que hacen cosas, pues, que no necesariamente dejan al mundo mejor. Y esa es la segunda parte. Yo creo que todos los cracks viven la vida en sus propios términos para tener un impacto positivo en el mundo, dejar el mundo mejor de lo que lo encontraron, a través de sus acciones, de su impacto, de su inspiración. Ahora, yo creo que las personas que caben en esta definición, entonces se pueden volver cracks, porque los cracks no nacen, no tienen ocho ojos, cinco brazos, son personas bien normales. Pero, pero, así como lo hablábamos con los errores, actúan y piensan de formas diferentes. Y tienen tres maneras de pensar y de actuar que los separa de los demás, y que los hace personas admirables, que parecen extraordinarias. La primera es que se conocen profundamente. No pasa desapercibido quiénes son, en qué son buenos y en qué son no tan buenos. Conocen sus fortalezas y redoblan esfuerzos y enfoque en esas áreas que les permiten ser diferentes. Y estas fortalezas que a veces son mínimas, las hacen extraordinarias, sobresalientes.
Y lo que les permite conocer sus límites o sus debilidades es entender hasta dónde pueden tomar riesgos de una forma confiada. Establecen su círculo de competencia y de ahí para expandirlo, entonces aprenden o se asocian. Forman equipos de gente talentosa alrededor de ellos, toman mentores, se capacitan, contratan. Segundo, lo hablábamos hace un momento, hablábamos de tener un impacto positivo en el mundo. Yo creo que los cracks no juegan juegos chiquitos. Los cracks piensan a lo grande. Parece que son kamikazes a veces, pero no lo son. Al entender sus fortalezas y debilidades, toman riesgos muy calculados, pero toman riesgos y juegan juegos muy grandes en donde el impacto puede ser verdaderamente enorme. Cuando un crack te platica su visión del futuro, a veces te hace cuestionarte de dónde viene esa osadía, esa valentía. Y como lo decía, no se anclan al pasado. Hay personas que no han logrado nada en su vida que se compare con la visión de lo que pueden lograr en el futuro. Y entonces toman riesgos calculados, asimétricos, en donde tal vez las posibilidades de pérdida son mucho menores a la posibilidad potencial de ganancia, y ejecutan.
Que esa es la tercera. Sus vidas las viven con intención. Son personas que tienen una lista de prioridades definida por ellos, y entonces se despiertan, y sin importar lo que está pasando alrededor, no ven el periódico, no están esperando a ver qué dice WhatsApp, no están viendo a ver si les mandaron ocho mails, o qué salió en redes sociales. Ellos tienen sus prioridades y las ejecutan sin piedad. Sin piedad. Tienen rituales que les permiten estar en su mejor forma física y mental. Tienen rituales de definición. Tienen rituales de colaboración. Todo lo hacen de forma sistematizada. No significa que sean robots, pero sí son muy intencionados. Y cuando conjugas una persona que se conoce profundamente, que tiene metas grandes y que ejecuta sin piedad, pues tienes a alguien que es prácticamente invencible.
El momento más trascendental de mi vida fue yo creo que, sí, viene de la pregunta que me hace mi esposa, pero eso derivó en una realización, de que yo no sabía nada. Yo creí que lo sabía todo. Y en el momento en el que acepté que un hombre no puede aprender aquello que cree que ya sabe, entonces te das cuenta de que cada pregunta que haces, tu vida está definida por la calidad de tus preguntas. Cada pregunta que haces, te abre un mundo completamente diferente que puedes explorar. Está el efecto Donning-Kruger, en el que entre menos sepas, lo poquito que sabes te da una confianza increíble. Y después, entre más empiezas a aprender, te das cuenta que menos sabes. Y es ese proceso del tonto que cree que sabe mucho, al que sabe un poquito y se da cuenta que no sabe nada, a, como le dicen, la pendiente de la iluminación, que es un aprendizaje continuo e infinito, que es algo que hoy tengo la fortuna de hacer como mi trabajo. Hoy aprendo todos los días.
Ahora, ¿cuál ha sido mi entrevista favorita? Pero hay una que me tardé tres años en hacer. Hay una entrevista que no quería hacer, aunque me la pedía mi entrevistada, aunque me la pedía gente cercana a mí, es más, a veces hasta me regañaban por no hacerla. Y es una entrevista que a mí me daba miedo hacer, porque era una entrevista muy personal, una entrevista que de aprender de mi invitada, iba a aprender mucho de mí. Y cuando finalmente accedí a hacerla, dos semanas antes de la grabación le dio un infarto a quien iba a ser mi invitada y casi se muere. Esta invitada era mi mamá. Y cuando finalmente pudimos hacerla entrevista tres semanas después de su infarto, de la operación que tuvo al corazón, pues pude tener una plática, no solo de mi parte eliminando estas etiquetas, estas expectativas de quien debe ser. Y tal vez no ha sido una madre, sino de una persona que está revaluando la posibilidad de vivir de nuevo, porque vio la muerte de frente. Y ha sido una entrevista increíble, que me enseñó mucho de ella, de esta persona que sin duda es la más importante o de más impacto en mi vida, pero también de mí, de por qué soy yo quien soy, por qué me mueve lo que me mueve y de quién he tomado la inspiración más grande. Hay muchas conversaciones, de empresarios en sus noventas que tienen una sabiduría de vida corporativa y personal espectacular, hasta jóvenes atletas que ponen el nombre México en alto a nivel global, hasta personas que han entregado su vida entera por mejorar las condiciones de vida de un grupo tal vez no muy grande de personas. Y de todas y cada una de ellas he aprendido cosas espectaculares.
Entonces yo sí creo que es importante dar, dar conocimiento, dar experiencia, dar ayuda. ¿Por qué? Porque también pasa algo muy curioso, hay gente que le dice Karma, hay gente que le llama energía. Yo creo que es algo muy sencillo que es psicología humana y es reciprocidad. Cuando tú das, la gente te regresa y entre más das, la gente te regresa más. Ahora, para dar, hay que tener. Y el problema lo que pasa es que hemos hablado mucho hoy, sentimos que no tenemos porque no confiamos en nosotros o porque nos la pasamos comparándonos con alguien más. Y claro, yo me he podido sentar con gente que tiene mucho más que yo, de lo que sea, más empleados, más dinero, más barcos, más aviones, más salud, más alcance, más seguidores, lo que tú quieras. Y eso no significa que yo no les pueda dar algo. Cuando acepté que hay algo, por más chiquito que sea, que yo puedo poner en esa mesa y ponerlo al servicio de los demás y lo doy, entonces el mundo cambia de regreso. Porque cuando tú das, te van a dar de vuelta, y entre más des, más te van a dar. Entonces yo sí creo que hay que dar. Y yo invito a la gente a dar porque uno, he estado en el lado del que recibe y eso cambia vidas. Y segundo, porque he sido, ya lo viendo de lo del lado egoísta, porque te conviene, te conviene dar. Yo creo que la caridad debería, es un acto muy egoísta, porque te regresa, te regresa. No sé si has ido a voluntariar, yo he ido a voluntariar, por ejemplo, a Mundo Imagina con niños con enfermedades crónicas o en fase terminal, y lo que recibes a cambio, no lo podrías comprar nunca. Cuando tú das, es el ejercicio de recepción más rico que podrías tener. Entonces, por eso creo que es tan importante dar. Dar lo que tengas, lo que puedas, todo el tiempo que pueda.
Ahora, sí, mucho lo hacemos con acciones, y dar y dar ayuda, claro. Pero creo que hay una manera en la que se puede tener un impacto mucho más grande, que es a través de la inspiración. Cuando hablamos de filosofía yo creo que la filosofía no se predica, la filosofía se actúa. Y como dicen, los hijos nunca han sido muy buenos en hacerle caso a sus papás en lo que les dicen, pero nunca fallan en imitarlos. Entonces, si tú lo que quieres es inspirar y tener este efecto multiplicador que genere impacto, éxito, en cualquier dimensión que tú quieras, tienes que empezar por enseñarle a la gente que lo que tú estás haciendo se vale y conviene, y se puede hacer sin sacrificar las cosas que valen. Yo sí creo o trato de comunicar que mi vida sí es de mucho trabajo, pero también es de mucho placer y de mucha conexión, y espero que con eso no suceda tan frecuentemente lo que hablábamos hace un momento, la descalificación del éxito. Que cuando ves a alguien que es sumamente exitoso, pero no tiene una familia sólida, o su salud está sufriendo, o tiene problemas de salud mental, pues te hace no quererlo. Y todos deberíamos de querer tener el mayor impacto posible. Sí podemos también cuidar lo que nos importa a nosotros. Yo sí creo que cuando nos ponemos a nosotros como prioridad, y tenemos los sistemas para, como digo yo, arreglar las tuberías antes de pintar las paredes, cuidar los básicos, entonces estamos mejorando el potencial de impacto que tenemos en el corto, mediano y largo plazo.
El primero es lo que hago todas las mañanas cuando me despierto, que agradezco tres cosas que tengo o que van a suceder en mi día. Segundo es cuando hago eso mismo, pero con mis hijos, todas las mañanas cuando los camino al camión y hay un punto en la subida entre mi casa y donde los recogen en el que entra un rayito de sol. Los días que hay sol, los días que no, no, pero ahí nos paramos, en ese mismo lugar. Volteamos y dejamos que el sol nos dé en la cara al grado que nos hace cerrar los ojos y en ese momento los hago justo eso, conectar con lo bueno que va a suceder ese día, lo que quieren que pase, y les recuerdo esta frase de Michelle Rodjin de estar abiertos y receptivos para que todo eso lo podamos recibir. Y uno tercero que hago es cuando me baño con agua fría al final de mi regaderazo. Son unos cuantos segundos, no son ni un minuto yo creo, pero en ese momento en el que siento el golpe del agua fría en mi cuerpo, que me hace como regresar de cualquier lugar en el que estoy soñando mientras estoy bañándome con el agua caliente, me aterrizo y digo, bueno, ¿cuál es mi intención de este día? Si voy a tener una reunión importante ¿con qué actitud quiero llegar a esa reunión? Si voy a tener una sesión de retroalimentación con alguien en mi equipo, tal vez quiero recordarme de ser más empático, de estar más tranquilo, y pongo una intención para ese día.
Otro ritual que he hecho que me gusta mucho, pero a veces como que no lo practico tanto, es un beso de seis segundos. Y me forzo a estar pegado con mi esposa seis segundos aunque sea en un beso. Y eso, por más que suena incómodo, te hace verdaderamente conectar en ese momento. Tiene un efecto tanto biológico como neuroquímico y te hace sentir muy bien, además de conectar con tu esposa. Entonces, rituales muchos, algunos los pruebo. Billy Rovzar alguna vez me recomendó acostarme en una cama de picos, de picos de plástico, se llaman tapetes de acupresión por 20 minutos antes de dormir sin camisa. Lo intenté un rato, no fue un ritual que me quedé, pero así pruebo muchas loqueras y hay unas que me quedo. Mi café de la mañana es uno que para mí es
Así que empecé este camino de transformación, de redefinición de quién era. Le pueden decir «crisis de los 40», hoy le da mucha gente a las crisis de los 25. Ojalá nos diera esta crisis antes a todos. Porque es un momento de pararte frente al espejo, como decía Michael Jackson, y preguntarte quién eres. ¿Qué es lo que te importa? ¿En quién te quieres convertir? ¿Cuál es el impacto que quieres tener en el mundo? ¿Cuáles son tus valores? ¿Qué es lo que te duele? Y me di cuenta que algo tenía que cambiar. Resignifique mi identidad, reconfigure mis valores, repriorice mis metas y terminé con una frase similar, pero diferente. Ahora siguen siendo tres palabras y sigue teniendo que ver con «doing shit», porque sí, todavía hago shit. Pero ahora la frase ya no es «get shit done», es «do meaningful for shit», haz lo que importa. Hay que hacer, pero hay que hacer lo que importa. Puedes pasar toda la vida haciendo, nadando a toda velocidad, sin parar, sin salir a respirar, y cuando sacas la cabeza finalmente, como nos sucedió en la pandemia, o cuando pierdes tu trabajo, o vendes tu empresa, o muere alguien que te hace parar en tu lugar, sacas la cabeza y no tienes ni idea de dónde estás, ni a dónde ibas, ni por qué vas tan rápido.
Entonces, creo que ese es también un gran punto para cerrar. Todos los días, sin importar si tenemos 20, 30, 50, 70 años, tenemos la oportunidad de tomar una pausa, voltear al espejo, y preguntarle a esa persona que tal vez está desviviéndose por cumplir metas de alguien que tal vez ya ni siquiera nos acompaña hoy, ¿qué es lo que quiere? ¿Para qué hace sentido estar corriendo tan rápido, trabajando tan duro, gastando tanto, si lo que está adentro todavía no está bien definido? Hay que hacer cosas, la acción no tiene comparación. Sin acción, no hay movimiento. Sin acción, no hay resultados. Sin determinación, no hay impacto. Pero, una acción mal dirigida es igual de inútil que a veces, ninguna acción. Así que hay que hacer, pero hay que hacer lo que importa. Y eso es lo que puse en el título de mi primer libro, «Haz lo que importa». Y eso es lo que les invito a hacer a todos ustedes, a no dejar de lado sus sueños, a no dejar de lado ¿quiénes son? a preguntarse verdaderamente lo que creen, lo que hacen, lo que sueñan, lo que aspiran, por qué lo creen, por qué lo hacen, por qué lo sueñan y por qué lo aspiran, y asegurarse de que todas esas respuestas regresen a conectar con lo único que importa en la vida, que es lo que ustedes quieren, lo que sientan, lo que son, lo que valen y en quién se quieren convertir. Porque si ustedes están bien y trabajan todos los días, alineados con sus valores, sin dudar, sin serles infiel a ustedes mismos, entonces no hay decisión errónea. Tal vez los resultados no van a ser los que esperan, pero van a poder estar seguros de que la decisión que tomaron es la correcta. Cuando estás convencido de que lo que estás haciendo está conectado contigo, con quién eres, con tus valores, entonces puedes comprometerle, puedes darle todo lo que tienes. Y eso, invariablemente, va a traer cosas buenas, va a dar buenos resultados. Vas a dar, vas a recibir y vas a construir una vida que a veces crees que no puedes tener, que a veces crees que son los que no puedes tener y que todo este tiempo ha sido tuyo. Muchísimas gracias por acompañarme el día de hoy. Gracias.