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Susana López Charretón. Pues si, la lección de nuestra vida en muchos sentidos, en muchos sentidos, porque se extendió porque toda la población era susceptible, porque no teníamos conocimiento inmune de este virus. Todos éramos vírgenes para este tipo de virus, y entonces todos nos enfermamos o tuvimos la suerte de tener vacuna y causó una mortalidad muy grande. Y entonces nos dimos cuenta que en la parte científica necesitamos tener estrategias mucho más globales y mucho más enfocadas, no se puede decir ay, pero si estos astrovirus no hacen nada, unas diarreitas, no es para tanto, ¡no! o sea, porque no podemos despreciar el estudio de ninguno, tenemos que estar preparados. Estoy hablando globalmente, o sea, tiene que haber grupos de investigación en todos los virus, en un representante de cada familia si quieres, porque no sabemos en qué momento va a surgir algo. El primer SARS que tuvimos en China tomó meses saber de que se estaban muriendo las personas en China porque no podían identificar el virus, porque no lo conocían, porque no había grupos más que uno que otro que andaba trabajando por ahí en coronavirus de cerdos. Entonces tenemos que tener el ojo abierto para investigar y para los gobiernos yo creo que es muy importante el apoyar este tipo de investigación. Es muy difícil conseguir apoyos de investigación para cualquier investigación, pero todavía más difícil el poder explicar que yo quiero estudiar un virus que todavía no le causa nada a nadie, pero algún día le causará. Entonces casi todos los grants o todos los donativos para estudios van apoyando a gente que está trabajando en SARS, haz de cuenta ahorita. Pero se quedan muy desprotegidas otras áreas que se requiere de apoyar. Pero también en cuanto a la medicina, o sea, no nos puede pasar lo que nos pasó, por ejemplo en nuestro país, que no teníamos ventiladores. Pero no solo es que no tuviéramos ventiladores, tampoco había la fabrica y la tecnología y el conocimiento de hacer ventiladores. Entonces tenemos o sea, como que tener apoyo científico y tecnológico mucho más fuerte. O sea, no tenemos que esperar a que nos pase algo para que nos demos cuenta que nos morimos tantos porque no hubo ventiladores y no conseguíamos muchísimos insumos, andábamos pidiendo prestados muchos, digamos que herramientas para diagnosticar, porque en México no se produce ningún insumo de investigación científica. Entonces eso es una lección de nuestro país, pero estoy segura que de una buena parte de los países. Y la otra es colaboración y eso nos dio la lección de la vida. Fue el tiempo para nosotros como científicos más hermoso de la vida, porque siempre había habido un celo científico en que la gente no dice nada de lo que descubre hasta que lo publica, o hasta que lo patenta, y en esta ocasión nadie se guardó nada. O sea, o alguien descubre algo y tú le dices oye, me das un poquito de tu virus porque necesito trabajarlo acá, y te dicen no, ese es mi virus, eso es una tontería, pero es así. Y en esta pandemia se compartió todo, información, reactivos, el ‘know how’, maneras de hacer las cosas de una manera increíble, o sea, como nunca nos hubiéramos imaginado. Y eso fue lo que hizo florecer las vacunas y los antivirales y las pruebas diagnósticas, porque la información no se guardó para nada ni para nadie, ni los reactivos. Entonces como que todo esto fue un conjunto de aprendizaje enorme. Esa es la parte científica.