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Luis Jorge Arnau. Uy, ahorita me acuerdo que hice un libro que se llama 100 tertulias, que lo que busca con ese libro es abrir o sugerir temas para una tertulia, para sentarte a platicar con los cuates, con las cuatas, para que el café tenga más valor, para pasarla a gusto. Y en estas 100 tertulias, es decir, bueno, no todo es política, religión o fútbol, hay más cosas. Hablemos de otras cosas y hablemos. ¿Quién me gustaría? Me gustaría Sor Juana, olvídense de la parte de los poemas de Sor Juana, esa es menor, Sor Juana era un personajazo. Tenía influencia con la esposa del Virrey, tenía un grupo de amigas, era bien política. Sor Juana debe ser otra, así como otra por hablar de mujeres excepcionales. A mi gusto, la mujer más interesante del siglo XX, es Tina Modotti. Estuvo involucrada con todos los políticos. Y no me refiero únicamente a carnalmente, no. Estuvo metida en grillas políticas, culturales, con todos los pintores, con todos los escultores. Estuvo muy involucrada en todo. También, perdón, Nahui Olin. Nahui Olin que también tuvo una vida impresionante, o sea, de estas, en cuanto a mujeres, yo te diría que esas tres. Vasco de Quiroga, que Michoacán, fíjense, lo importante que hizo, 500 años después Michoacán le sigue debiendo a Vasco de Quiroga, que es el estado con más artesanías distintas. Todo eso fue por Vasco de Quiroga, que dijo a este pueblo le voy a enseñar a hacer guitarras, a este pueblo voy a enseñar cerería, a este pueblo. Y ahí está Michoacán que es una maravilla. Y Vasco de Quiroga hizo todo eso, sentarte a entender. Yo sería con los que platicaría, con intenciones de tertulia, porque luego hay otros que podrías platicar con otras intenciones. Gracias. Voy a hacer un comentario que suena a campaña política, pero no estoy buscando hueso. Creámonosla. Creamos en el potencial que tiene este país y que se lo queremos transmitir a los hijos. Creamos en las posibilidades. Cuando la gente empieza a creer, empieza a crear, no antes. Hay que darnos la oportunidad de sentirnos mexicanos, no solamente el 15 de septiembre. Hay que vivir la realidad y hay que cambiarla. La única manera de cambiar este país es con 120 millones de esfuerzos. Lo que hay que hacer es asumir el reto, porque es un reto, porque las cosas no están fáciles, de que se puede cambiar, de que se pueden hacer pequeños milagros, pequeños milagros urbanos, diarios, pequeños, pequeños pintados para que la pared no se vea tan mal. El país sí nos merece y nosotros nos merecemos al país. Nos toca pensar que en un camino de tolerancia, de tolerancia a mis vecinos, a los de otras ciudades, a los de otras costumbres, otros rezos, con tolerancia, se puede hacer un plan nacional de reconciliación, una palabra de la que no se habla mucho, porque reconciliar implica que yo tengo que ceder.