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“La infancia es destino”

Iván Carrillo

“La infancia es destino”

Iván Carrillo

Periodista


Creando oportunidades

Iván Carrillo

Iván Carrillo es periodista, documentalista y divulgador científico, conocido por ser un coleccionista de historias que exploran la relación entre ciencia, medio ambiente y sociedad. Inició su vocación periodística desde la infancia, editando su propio periódico escolar, y consolidó su carrera en medios nacionales a partir de los años noventa.

Ha documentado historias de comunidades indígenas, científicos y ciudadanos que enfrentan retos ambientales y de salud, mostrando el impacto de la ciencia y la empatía en la transformación social. Su trabajo ha sido parte de debates sobre políticas públicas y ha contribuido a la divulgación de innovaciones científicas, como el primer trasplante renal internacional entre México y Estados Unidos. Se define como un optimista racional y promueve la construcción de una esperanza informada a través de la narrativa colectiva.


Transcripción

00:00
Iván Carrillo. Es un gran honor estar en este foro. Cuyo nombre junta dos de las grandes cualidades del ser humano: el conocimiento, por un lado, y la cooperación. Aprendemos juntos suma esas dos cualidades que nos han hecho crecer como especie y ser lo que somos. Convencionalmente digo que soy periodista, que soy documentalista porque me entiende la gente rápido y no me hace más preguntas. Pero en mi fuero interno me considero un coleccionista de historias. Hace unas semanas, un par de semanas, estuve en un lugar que se llama Punta Chueca, en el noroeste de nuestro país. Donde habita una comunidad indígena que se autodenominan, se llaman ellos Konkaak, que quiere decir “la gente”, en su idioma. Es una población que fue nómada durante miles de años y habitan toda esta costa y enfrente tienen parte de su territorio, la isla Tiburón, que es la isla más grande que tiene México. Es un pueblo milenario que aprendió a vivir en condiciones extremas como es el desierto de Sonora, y por eso eran nómadas, porque iban siguiendo la alimentación y viendo los ciclos, los ciclos de la vida y además son navegantes, porque junto a Isla Tiburón hay otra serie de islas y desarrollaron balsas y saben navegar entre estas áreas. Bueno, me llevó ahí platicar con ellos sobre conservación de los océanos, conservación de los mares, que es la historia que me ocupa en estos momentos y tuve la oportunidad de platicar con Valentina. Valentina es una de sus líderes, ella es responsable de la preservación de los cantos, de los cantos Konkaak. Tiene 50 años Valentina. Viste de negro, con un velo negro y es una presencia, yo diría casi mágica, en medio del desierto, en medio del desierto y frente al mar. Y hablando con ella, entrevistándola, se refirió a una historia de un Konkaak cruzando los océanos, cruzando los mares, y me dijo es que nuestros cantos tienen poderes. Ellos consideran que sus cantos tienen poderes. La palabra tiene poder. E hizo el canto, un canto muy bello. Una voz muy bella tiene Valentina. Y le dije: ¿Qué dice? ¿Qué dice el canto? Se refiere a un hombre que va cruzando el océano y las olas, sube la marea y está en problemas. Y entonces el canto es para bajar el mar. A mí me encantó la historia porque realmente no es una historia de Valentina. Estoy oyendo la historia de una persona que vivió hace cientos, quizá miles de años y que Valentina es la heredera, de la heredera, de la heredera, de la heredera. Es decir, esa historia ha viajado a lo largo de la memoria humana durante cientos, miles de años.

03:31
Iván Carrillo. Ese es el poder de las historias. Hace algunos años, en una feria internacional del Libro en Guadalajara, tuve un privilegio grandísimo que fue conversar con dos paleontólogos, quizá dos de los paleontólogos más reconocidos que existen en el mundo, Arsuaga y Carbonell, que ellos dos son los responsables de una zona arqueológica que se llama Atapuerca en Burgos, España y Atapuerca es importantísimo en la historia del ser humano, porque años de investigación han dejado ver lo que sucedió en los, esos antecesores del ser humano hace 800,000 años. El “Homo antecessor” le llaman y las actividades que llevaron ahí a cabo. Obviamente hay restos de, imagínense, hay restos de fogatas, hay restos de ropa, hay restos de utensilios. Entonces nos ha enseñado mucho de lo que es el ser humano, Atapuerca. Y la pregunta que le hice, les hice ¿Qué es lo que nos hizo humanos? ¿Tenemos esa respuesta? ¿Qué es lo que llevó a estos seres? Nuestros antecesores, que ya tenían un sistema nervioso parecido a nosotros, que ya tenían un cerebro como nosotros ¿qué nos convirtió en seres humanos? Y recuerdo la respuesta de Carbonell me dijo imagina esas noches oscuras en Atapuerca después de un día normal, imagina el ser humano reunido, a la comunidad reunida en torno al fuego. Todos podemos ir y hemos visto ilustraciones de esta escena. Me dice ahí está sucediendo algo que pasa todos los días, que es la hora de comer, el alimento, la hoguera, el hogar. Están alimentándose con la caza del día, con la recolección del día. Pero al mismo tiempo está sucediendo otra cosa: la comunicación. La gente empieza a intercambiar comunicación y experiencias. Y así el lenguaje comienza a sofisticarse. Comienzan a surgir las palabras y las historias, y una frase convierte un párrafo y un párrafo en una historia. Dice yo creo que eso es lo que nos hizo humanos, esa evolución cultural que poco a poco se fue dando. Las historias, dice Joseph Campbell no es que nos hagan humanos, es que nos representan. Nos hacen ser, nos hacen entendernos mejor. Joseph Campbell fue un investigador, un mitólogo que entendió que había un patrón en todas las historias, en todas las historias que contamos los seres humanos, que viene de atrás, que viene desde hace miles de años. El paraíso, El diluvio, el Apocalipsis, El Prometeo y el reto a los dioses no es que vengan de los griegos, es que vienen del origen de los relatos de la humanidad.

06:50
Iván Carrillo. Entonces hoy sabemos o pensamos o hemos analizado que la historia, los relatos que nos hemos contado, nos definen como especies. De ahí mi afición a contar historias. De ahí mi fascinación al conocer a Valentina y darme cuenta que traía en pleno siglo XXI y de manera efímera, una historia con un relato de un hombre o una mujer, enfrentando un reto que es una de las características de las historias. El coleccionismo de historias es una actividad que si bien no vamos a encontrar en los catálogos de las universidades, sí podemos decir que contribuye, creo yo, a esta milenaria, esta milenaria tradición del ser humano como Valentina, como todos los que nos han precedido a conservar lo que llamamos cultura y a conservar lo que llamamos memoria y a conservar lo que llamamos tradición. Y sobre todo, que creo que es lo más importante, a reflexionar en lo que somos, en lo que queremos ser y en lo que podemos ser. Gracias por recibirme aquí en Aprendemos Juntos.

09:20
Monserrat. Mi nombre es Monserrat Ruiz y mi pregunta es ¿Por qué consideras que son importantes las historias que suceden en la vida real?

09:28
Iván Carrillo. Muchas gracias Monserrat. Las historias en general tienen dos grandes vertientes, el origen de las historias, la ficción y la no ficción. Y es curioso. Siempre he pensado que es curioso y quizá un poco injusto que la, estas historias de la realidad las definamos por lo que no es, justamente la no ficción. Quienes se sientan cómodos cierren los ojos y quiero que piensen en una serie de televisión o una película que hayan visto recientemente de amor. Quiero que piensen en el personaje, en la situación y en lo que sucedió y en lo que sintieron. Ahora, mismo ejercicio, cierren los ojos, concéntrense y quiero que piensen en la primera vez que se enamoraron. Quiero que piensen en esa persona, en cómo la conocieron. Y cuál fue el relato y cómo lo vivieron. Ese es el poder de las historias que vienen de la realidad. Son historias que ningún ChatGPT puede escribir. Las escribe la realidad misma, las escriben los personajes reales y actuales. Que de dónde extraigo estas historias o dónde las busco para que vengan de la vida real. Hay una pregunta que me hago con frecuencia cuando suena un foquito de que puede haber una historia que es, qué está en juego, qué está en juego en esa situación. Y entonces me doy cuenta que si con esa pregunta tiro de un hilito, llego a una historia, a veces. Les voy a contar una. Todos hemos oído o escuchamos desde hace años el famoso muro en la frontera entre México y los Estados Unidos, y yo me hice la pregunta ¿qué va a pasar con todas las especies que viven en el desierto? Porque los desiertos, ustedes saben, son todo menos desiertos. Son lugares llenos de vida, de una vida maravillosa. Así que hice mi mochila, abrí la computadora, busqué datos, busqué investigadores y inicié este viaje a la realidad, a esa realidad, para buscar la historia. Y ahí me enteré de un sitio que se llama Quitobaquito. Es un manantial en medio de el sitio más caliente de la tierra, que es el desierto de Sonora, junto con el desierto de Lut en Irán. El sitio superficial más caliente de nuestro planeta es precisamente el desierto de Sonora que alcanza temperaturas de 82°C, 83°C grados centígrados. Se pueden imaginar entonces ahora lo que este pequeño manantial representa para la vida. Este manantial está en medio de lo que se conoció durante muchos años como el camino del diablo. Eso lo dice todo. La gente, los viajeros recorrían, para llegar a California, recorrían este camino y obviamente, una de las paradas obligadas necesarias era Quitobaquito. Bueno, Quitobaquito, después del muro, lo podemos ver perfectamente situado del lado de la frontera de los Estados Unidos y tenemos este muro de acero que obviamente dejó todo el ecosistema del lado de México sin acceso al agua.

13:14
Iván Carrillo. La tragedia se cuenta sola. Saben cuántas especies perdieron acceso al agua. Es incontable. Aunque hay científicos hoy trabajando como Ganesh Marin, es un biólogo mexicano que trabaja en la Universidad de Arizona y por supuesto, hizo la misma pregunta que yo, qué va a pasar con la biodiversidad. Entonces él ha investigado los trayectos de los osos, osos negros. México tiene osos negros. El trayecto de los pumas, los coyotes, los jaguares, el borrego cimarrón, toda esta fauna mayor maravillosa que hay en nuestro país y que de pronto, de la noche a la mañana se quedó sin la única fuente de agua, o por lo menos sin el acceso directo, porque algunos tienen la posibilidad de irse, hacer el recorrido y girar donde acaba el muro y luego regresar. Pero las fotos, las fotografías dicen, cuentan una historia trágica. Viajo a la región, a toda esta zona y conozco a Elsa. Elsa es una mujer que en su primera vida fue trailera y recorrió México por todos los caminos hace 40 años, cuando no se esperaba que una mujer fuera trailera y se pueden imaginar los caminos de este país hace 40 años. Entonces pues es una fuente inagotable de historias. Pero en esta vocación, Elsa, funda una fonda en medio del desierto del lado mexicano, para abastecer a los traileros y a otros personajes que suelen pasar la frontera y a los migrantes. Una vocación de servicio muy grande la de Elsa. Su local, que es una fondita construida con láminas y vigas de madera, se llama La liebre del desierto. ¿Porqué se llama, Elsa, La liebre del desierto? Dice porque así me dicen a mí, la liebre del desierto. Y da refrigerios, refrescos, en un paraje de al menos 200 kilómetros. Es el único punto donde los traileros se pueden parar a refrescarse. Es como un Quitobaquito humano para traileros. Hablando con Elsa digo, Elsa, ¿qué pasa con todos los animales que cruzan aquí en el desierto?

16:17
Iván Carrillo. Y entonces revela su papel en la historia. Elsa se había sumado a un grupo organizado por otro científico, por un científico, Federico Godínez, que ante la emergencia de Quitobaquito, decidió organizar a los rancheros y a la población local para darles, para poner bebederos en medio del desierto. Imagínense la labor titánica que les estoy diciendo, porque una cosa es poner un bebedero aquí en la ciudad afuera, para que los perros callejeros beban y otra hacerlo en medio del desierto de Sonora. Y Elsa se había tomado su vocación muy en serio. De su bolsa, de su dinero pagaba, paga hasta la fecha, del orden de $15,000 pesos todos los meses para que de la ciudad más cercana, que está a 100 kilómetros, venga una pipa de agua, abastecerse ella y su fonda y abastecer esta serie de bebederos. Entonces a mí ya me está dando como documentalista el personaje. Yo ya sé que la realidad me acaba de dar un regalo cuando empiezo a platicar con Elsa, me acaba de dar el regalo de un protagonista, un personaje que, está enfrentando a la realidad. Está enfrentando un conflicto como el navegante Konkaak. La relación de Elsa, de La liebre del desierto, va mucho más allá con dar agua y ella tiene una relación con ese entorno. Ha generado. Considera que esos animales son parte de su misión en la vida. Por lo menos así me lo dijo. Le dije ¿Porqué? ¿Por qué haces esto? Me dijo porque yo hice un trato con Dios. Le dije tú me cuidas a mí, yo cuido a tus animales. Y entonces cumple ella su parte del trato a un grado curioso que de pronto hay historias que parecían sacadas de una fábula de Esopo, cuando me cuenta que los cuervos son la alarma de los animales. Cuando ya no hay agua en los bebederos, llegan los cuervos a mi casa y me empiezan a gritar, a graznar, me avisan y entonces ya sé yo que tengo que salir y poner más agua. Detrás de esto también está el conocimiento científico. No solo es la anécdota humana, la experiencia humana, la que me interesa, pero es uno de los factores que más me interesa.

19:29
Iván Carrillo. ¿Por qué? Porque si yo cuento esta historia con datos. Posiblemente les llamen la atención a ustedes como audiencia los datos. Murieron tantas especies de deshidratación en el desierto. Ah, pues que mala onda. Pero los datos son muy fríos. Las historias nos abren el corazón, despiertan nuestra empatía por otros seres y por eso Elsa es tan importante en esta historia. Elsa de alguna manera representa esos valores que muchos de nosotros compartimos, que es la empatía, la filantropía, la necesidad de ayudar, la solidaridad y se nos despierta. Y entonces podemos, a través de las acciones de Elsa, entender la problemática más profundamente y darnos cuenta que este muro va mucho más allá de una política pública migratoria y tiene un impacto en otras vidas. Bueno, en vidas humanas, por supuesto, pero en otras vidas también, que importan. Como sociedad creo que cuando estamos informados, cuando conocemos de una problemática, estamos obligados a actuar. Que puede ser generando una conversación en nuestro círculo familiar o nuestro círculo de amigos, o en nuestro entorno escolar, o nuestro entorno de trabajo. Todas esas son formas de acción. Pero, hay otras estructuras también más importantes. Las estructuras de toma de decisiones. Y yo me pregunto ¿estas historias llegan ahí? Sí han llegado. Por suerte, algunas de las historias que he contado, he tenido el privilegio por lo menos de que formen parte de discusiones donde se va a decidir quizá el presupuesto de conservación de alguna área protegida. Revillagigedo, un área marina protegida de México. Tuve oportunidad de participar en la narrativa que la nombró. O Cabo Pulmo, un área, un parque nacional cuya historia es muy relevante. Es una comunidad pesquera muy pequeñita en el Golfo de California. Una familia, la familia Castro, viven ahí y viven de pescar. Y el mayor de ellos se da cuenta que cada vez pesca menos, que cada vez hay menos pescado y se preocupa y su instinto le dice nos estamos acabando el pescado, tenemos que dejar de pescar. Entonces reúne a su familia, le dice ya no vamos a pescar. Imagínense, siendo pescadores la reacción que provocó el señor, pues dijeron se está volviendo loco o qué, cómo y de qué vamos a vivir. Tendremos que ir a pescar a otro lado, pero no podemos acabarnos los peces de nuestro mar, de lo que tenemos enfrente. Total, que se toma la decisión y es Cabo Pulmo, como comunidad hace 20 años, quien va con el gobierno, imaginen, al revés, va con el gobierno, le dicen ya no queremos pescar, queremos que esto sea una reserva de no pesca, de no extracción. El gobierno pues dice bueno, pues prohibido pescar. El Golfo de California, ustedes saben, es uno de los sitios de mayor biodiversidad marina del mundo. Ya sabemos el consabido acuario del mundo, que Jacques Cousteau así lo bautizó. Y hoy enfrenta grandes retos ambientales. Pero Cabo Pulmo se vuelve ese factor disruptivo en la realidad. Pasa el tiempo, los pulmeños, como se dicen a sí mismo, se acostumbran y empiezan a irse más lejos a pescar y empiezan a dejar su lugar sin pescar. ¿Qué pasó? Pues Cabo Pulmo renació, empezaron a llegar, empezaron a haber peces más grandes, cada vez más grandes.

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"La realidad no siempre nos cuenta la historia que queremos escuchar."

Iván Carrillo

24:06
Iván Carrillo. Las tortugas, empezaron a llegar delfines, tiburones y de pronto el ecosistema se restauró. Y hoy los investigadores han declarado que Cabo Pulmo es un ecosistema, como si nunca el ser humano hubiera pescado ahí. Es lo que llaman un ecosistema prístino, es decir, originario, restaurado plenamente. Cabo Pulmo ha servido de ejemplo, de un ejemplo muy grande para fundar otras reservas o para motivar a otras comunidades a proteger su ecosistema y decirle para de utilizar el recurso, para de extraerlo. Puedes, si lo dejas y lo restauras, vas a poder vivir de tu bosque, de tu desierto, de tu mar. Y ahí voy a revelarles ahorita el personaje que encontré en ese momento. María era una anciana, en ese momento, hace 10, 15 años, ella ya falleció. Que yo buscando historias dentro de Cabo Pulmo, me metí a su casa, se estaba preparando un pescado de este tamaño a la leña para ella solita. Entonces me metí a conversar con ella. Casualmente me tocó compartir el pescado con ella y le contaba, le preguntaba perdón, si ella había conocido el arrecife y me dijo una sola vez lo vi en mi vida. Tenía yo 12 años, mi papá me llevó a pescar y me puso una cubeta transparente y me dijo asómate. Y se asomó y me asomé al fondo y le digo ¿Qué viste? Era como si hubiera flores en el fondo del mar. Cuando eso me da María, yo sé que me acaba de regalar una historia que corría el riesgo de perderse en la realidad y yo lo incorporé. Entonces, he ahí la manufactura y las intenciones regresando, las historias de la realidad nos dan regalos si sabemos tener la paciencia de esperarlos.

27:24
Samuel. Mi nombre es Samuel López y mi pregunta es: ¿por qué en un mundo tan lleno de contenidos digitales, enfocarse en temas sobre salud, medio ambiente y ciencia?

27:37
Iván Carrillo. Creo que porque estos tres ejes temáticos nos forman parte fundamental de los tiempos que estamos viviendo. Vivimos en la era del conocimiento. Jamás se generó tanto conocimiento como existe en la actualidad, jamás supimos tantas cosas, jamás se divulgó tanto conocimiento y hoy la ciencia, los aparatos científicos, si bien no nos explican todo, por suerte todavía hay muchos misterios y muchas cosas por averiguar. Pero la ciencia es una herramienta que en la actualidad prácticamente no solo nos explica, sino nos dota de muchos requerimientos que tenemos. Medio ambiente y salud, porque son dos de los grandes retos que desde la ciencia y desde otros frentes, pero también desde la ciencia, estamos encarando. Para nadie es nuevo que vivimos una crisis, van a decir ustedes climática, yo prefiero llamarla socioambiental porque tiene más aristas que solo el cambio climático, que ciertamente es uno de los problemas grandes, muy grandes que estamos encarando como humanidad. Pero no es el único. A esta crisis socioambiental se le suma pérdida de la biodiversidad, la crisis por la contaminación y una crisis también en temas de salud que acabamos de pasar una pandemia y todos sabemos las implicaciones, las gravísimas implicaciones que tuvo para la humanidad. Desde la óptica científica hay muchas respuestas a esta inquietudes. Respuestas no quiere decir soluciones consumadas. Muchas veces sí hay soluciones consumadas, como fue precisamente el desarrollo de una vacuna contra, que nos ayudó a combatir la enfermedad, la pandemia la COVID 19. Entonces ahí hubo una solución que vino desde el conocimiento científico y no hubiéramos podido llegar a ella si no hubiéramos tenido un grado de desarrollo científico previo en desarrollo de vacunas, etcétera, para combatirlo. Y les voy a contar una historia. Yo era un estudiante recién graduado de periodismo y me había metido a trabajar a un periódico que por aquellos años, en los años 90, abrió sus puertas con una promesa de un nuevo periodismo aquí en la Ciudad de México y llegaron con bombo y platillo. Yo fui de los pocos afortunados que ingresó a trabajar a ese periódico. El año de 1994, que fue tan convulso en la historia de México que ya hay hasta una serie que se llama, un programa documental que se llama 1994, el año que cambió a México. Bueno, estaba yo en el archivo, era un archivero y entonces veía como las historias desde la tubería, me tocó vivirlas desde ahí. Pero mi experiencia en el periódico fue un poco perturbante, no era lo que yo esperaba. De pronto me di cuenta que hay una burocracia de hacer historias y que así como el papeleo en la tesorería puede ser tedioso, también podía suceder dentro de un periódico.

30:45
Iván Carrillo. Entonces desesperé, renuncié, salí y efectivamente me fui a viajar, a viajar por el mundo, viajé por Europa del Este. Entonces que acababa de caer la perestroika y vi que existía un mundo real y que uno podía acceder a eso y luego que podía contar las historias. Y a mi regreso tuve una invitación un poco, pues poco frecuente. Pero mi papá trabajaba en la industria farmacéutica y un amigo médico de él, lanzó un programa de televisión que era de médicos para médicos. Se llamaba Mesa de Disecciones. No se pierdan el nombre. No era, yo pensaba que no era el hit del entretenimiento. Pero los domingos se transmitía a las 8 de la mañana y sorpresivamente recibíamos cartas impresas, no correos electrónicos, cartas impresas de toda la gente que nos veía. Y ahí fue, yo creo que mi primer trabajo como reportero real. Entonces con una cámara empecé a ir a los lugares donde tenía que ir para un programa de médicos, que eran laboratorios, que eran médicos, entrevistar médicos, pero de manera que me entusiasmaba más, pues eran institutos de investigación, hospitales, cirugías. Vi por primera vez una cirugía a corazón abierto, con una cámara al hombro y ahí me di cuenta que la clave de todo eso que sucedía ahí, era el conocimiento científico. Les voy a contar una historia. Sucede en un reportaje que fuimos a hacer en aquellos años a Veracruz, en medio de la selva de los Tuxtlas. Conocemos a una familia, pues tocada por la tragedia. O sea, no hay otra forma de escribirla. Una familia muy pobre. Con dos pacientes enfermos de cáncer, una niña con insuficiencia renal y pues nosotros llegamos como periodistas ahí a hacerla, contar la historia y contamos la historia. Y contamos la historia y tuvo un impacto, recuerdo, porque hablando de impactos, esa historia llegó a oídos del entonces gobernador y el gobernador mandó inmediatamente su helicóptero, en un acto más político que filantrópico, o quizá no. Pero manda su helicóptero personal a recoger a la niña. Y la niña va a un hospital. El desenlace no fue feliz de esa niña, que es otra de las cosas que comenzaba a aprender.

33:55
Iván Carrillo. La realidad no siempre nos cuenta la historia que queremos. La realidad no la podemos adornar y por eso las historias de no ficción a veces se despegan y a veces, aunque uno quisiera que el guionista de la realidad tuviera estos giros a nuestro favor o a favor de esta niña. Pero a veces no, desafortunadamente, nada se podía hacer. Habíamos llegado demasiado tarde y no se pudo hacer nada por esa niña. Pero la realidad tiene otra característica, todo lo conecta, todo lo conecta. Muchos años después, casi 20 años después, me encontraba yo en Boston haciendo una residencia en un programa de periodismo de ciencia y previo a irme, una compañera de trabajo, una amiga cercana, había recibido un diagnóstico muy malo, insuficiencia renal. Marisol transcurrió su diagnóstico y su enfermedad de una manera brillante. Se convirtió en la mejor paciente que los médicos podían tener. Pero además, y como veníamos del mundo editorial, que en ese momento estábamos enfocados en la ciencia y otras conexiones periodísticas, pues la convirtieron en una paciente privilegiada de alguna manera. Así que tuvo acceso a un programa de trasplantes que estaba sucediendo en los Estados Unidos en ese momento. Era un programa que no estaba innovando en la cirugía. Todo eso ya, ya es de dominio. Desde hace muchos años no estaba innovando en los medicamentos, estaba innovando en la forma de encontrar compatibilidad. El programa consistía en generar, bueno, un poco técnico, pero y rápidamente, cómo suceden los trasplantes de riñón en pacientes vivos, ustedes saben, tenemos dos riñones, pero tenemos la capacidad de vivir con uno solo. Eso nos hace potenciales donantes de un riñón. Bueno, Marisol encontró un primer paciente. Un primer paciente donante entre sus familiares, de hecho, su hermano. Y le donó el riñón, con la mala suerte que falló el trasplante. El único trasplante fallido en el médico que la operó en más de 100 trasplantes realizados. Entonces parecía una mala suerte marcada. Pero había otra cosa que la marcó todavía más. Ese intento de trasplante la había hecho resistente, muy resistente. Su sistema inmunológico había reaccionado.

37:09
Iván Carrillo. Entonces la había hecho muy resistente a casi cualquier tipo de trasplante en el futuro. Se ponía en la primera casilla, vamos a decirlo así, en la primera casilla en cuestión de tratamiento, se complicaba mucho la cosa. Conseguir un donante para ella ahora era literal, una aguja en un pajar. Bueno, ingresó a este programa de trasplantes en los Estados Unidos y la innovación consistía en no recibir el trasplante de tu donante familiar, de tu ser querido, como solían suceder. ¿Cómo sucedían? Y aquí les platico esta técnica. Normalmente uno cuando tiene insuficiencia renal consigue a un donante, cuando va a ser de donante vivo y entonces él está, esa persona está dispuesta a dar ese riñón, si no es compatible contigo a otro paciente con el que sí es compatible. Pero ese otro paciente tiene que conseguir a un donante que es compatible contigo. Muy complicado. Pero sucedía y sucedía bien. Y se salvaban vidas. En Estados Unidos, un economista, Alvin Roth, dijo yo puedo hacer algo por cambiar esto. Y dijo si agregamos a la ecuación un donante que no tenga paciente, es decir, un donante altruista, entonces podríamos hacer que no se necesitara la compatibilidad inmediata de los pacientes. Es decir, podías con ese riñón conseguir tu donante y conseguir donde se encontrara un riñón compatible. En fin, un poco técnico, pero se logró. Se empezaron a hacer cadenas, en lugar de cirugías simultáneas, se empezaron a hacer cadenas, cadenas, cadenas, cadenas, muy largas. Y yo acudía con Marisol, que se operó en Detroit, en Toledo, cerca de Detroit. Se operó. Ahí ella recibió un trasplante de una ciudadana estadounidense y su donante, su prima, se lo dio a un ciudadano estadounidense. Se hacía virtual, se salvaba. Muchos años después, la historia de la niña veracruzana, sentí yo que se resarcía con la coincidencia de que Marisol es veracruzana y yo sentí que de alguna manera se resarcía esa vida. Pero lo clave de esta historia es el conocimiento científico que estuvo detrás. Cómo la innovación, cómo el pensamiento y el conocimiento, transformaron la forma en que estábamos haciendo las cosas en beneficio de más personas.

40:15
Iván Carrillo. Además, nótese que dije un trasplante México-Estados Unidos. Fue el primer trasplante entre México y Estados Unidos y el segundo internacional en la historia. Nunca antes se había hecho un trasplante entre dos países. El primero fue en Filipinas, fue el piloto y el segundo fue el de Marisol. Hoy Marisol está abocada a promover y difundir la salud renal. Va por todo el mundo viajando, promoviendo esta innovación y la salud renal, entre otras cosas. Alvin Roth ganó el Premio Nobel por esto, entre otras cosas, por esta innovación que fue destacada en el texto que hace el jurado, ganó el Premio Nobel y el programa sigue y es exitoso. El conocimiento científico está detrás de todo eso. He ahí la gran herramienta de la que nos hemos hecho los seres humanos cuando hablamos de ciencia, no solo de las maravillas y las sorpresas, que está muy bien a veces saberlas. Es sorprendente, pero cuando ves la aplicación del conocimiento científico en estos términos, te das cuenta que es en realidad una herramienta muy útil, quizá la mejor que hemos generado los seres humanos para sobrevivir y para progresar.

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"Hay un punto clave en toda esta historia, estamos a tiempo."

Iván Carrillo

42:33
Abigail. Hola Iván. Mi nombre es Abigail Luna y mi pregunta es: ¿qué habilidades desarrollamos al tener un pensamiento científico?

42:41
Iván Carrillo. Yo no soy científico. Soy curioso, que a lo mejor eso me empata con algunos de ellos. Pero los periodistas también somos muy curiosos, de vocación, más chismosos que curiosos, pero acercarme durante tanto tiempo a tantos científicos con tantas preguntas, me ha dejado ver una, que el pensamiento científico tiene su base en una curiosidad, la mayoría de las veces muy legítima, casi innata, diría yo. Los científicos son, hay una inquietud intelectual por comprender las cosas y creo que científicos y científicas, una vez que compran, en el buen sentido de la palabra, una pregunta, es decir, que están enfocando sus habilidades de conocer, en una pregunta, van a ser muy persistentes. Dicen por ahí, y a mí me gusta esta definición que es sobre simplificar las cosas, pero que la ciencia es el camino entre la curiosidad y la evidencia. Yo creo que es importante recalcar que el pensamiento científico es un pensamiento entrenado. Los científicos se entrenan cuando estudian una carrera, en el área de ciencias, en realidad están entrenándose en un modelo de pensamiento, el método científico, que sabemos que parte de la observación, plantear una hipótesis, la experimentación y la verificación con evidencia y luego hacerlo replicable. Eso dicho en términos muy simples, es el aparato científico. Pero esa forma de pensamiento genera un pensamiento crítico. Porque una de las mejores características de la ciencia, en la metodología científica, es que es auto corregible. La ciencia es uno de esos segmentos de la cultura humana donde está bien equivocarse, donde realmente se premia el equivocarse, se aventuran hipótesis y uno sabe, como científica o científico, que puede estar equivocado. ¿Y quién se va a encargar de saber si está equivocado o no? Uno, la realidad, la experimentación. Pero, dos, los mismos investigadores. Ningún estudio científico pasa sin que sea revisado por otros científicos. De hecho, ese es el gran filtro de la ciencia. Ellos le llaman el “peer review”, la revisión de pares. Yo como experto hago una afirmación, una afirmación científica, presento mis estudios y va a haber un comité científico, de expertos en el área, evaluando. Entonces esa muy sana costumbre de la ciencia, por qué no ponerla en práctica en nuestra vida, por qué no discutir los temas que nos atañen, las preocupaciones, los hechos. Si una cultura científica nos lleva a cuestionarnos, nos puede llevar a tomar mejores decisiones. En un grado saludable, el escepticismo es una herramienta para vivir mejor, no tragarnos, perdón por la expresión, pero no tragarnos a la primera lo que nos dicen, y menos en una ecosistema mediático en el que todo mundo tiene acceso y podemos difundir cualquier cosa, incluso con el científicamente comprobado, que en muchos puede resonar, ah si está científicamente comprobado, entonces. Pero a ver, dónde está la comprobación. Ese velo escéptico que podemos poner, crítico, preguntarnos, decir, pero ¿sí será esto? Nos va a hacer mejores ciudadanos. Dos, informémonos, pero cuestionemos esa información. Y la última es, creo que una característica muy plausible y loable de los investigadores, es que por este mismo entendimiento han perdido el miedo a equivocarse, porque si lo tuvieran, pues no se aventurarían a hacer ciencia. ¿Quieren oír una historia de un científico? Que no se equivocó, pero quizá la realidad no se correspondió como él quería. Es el arqueólogo Sergio Gómez. Sergio, es un arqueólogo de sitio de Teotihuacán, la zona arqueológica más importante de este país y, una tarde, una noche, cae un aguacerazo en Teotihuacán.

47:30
Iván Carrillo. Él no está ahí, él vive ahí cerca y uno de sus trabajadores corre a avisarle que se ha abierto un hoyo en frente del templo, del cual él es responsable. El templo de Quetzalcóatl. El trabajador le avisa. Se hizo un boquete y el agua se está yendo por ahí. Eso en narrativa, en storytelling se llama “el llamado”, “el llamado a la acción”. Es cuando algo pasa en la realidad. Se acuerdan que les dije que la realidad es plana, no pasa nada, no pasa nada, hasta que algo sucede. Entonces, pues ese llamado que recibió Sergio, que acudió inmediatamente y vio el boquete y pidió a sus trabajadores que le ayudaran a bajar con una cuerda y se asomó y lo que vio era potencialmente un túnel. Entonces, en una de las zonas arqueológicas más investigadas del país, de pronto aparece un túnel. ¿Se pueden imaginar lo que representó para él? Bueno. Tuvieron que pasar 12 años antes de que Sergio pudiera sacar la primera pala de ese túnel para saber que había. Entre cuestiones técnicas, porque lo primero que trató y se le ocurrió con un amigo, fue meter un carrito de control remoto en una pequeña apertura que había, meterse y explorar con una camarita y el carrito avanzó escasos metros y se descompuso. Fallido. Luego él tuvo que enfrentar la burocracia. Momento, ¿por qué vas a sacar tierra de ahí? Porque ahí hay algo, debe haber algo. Bueno, pues pasa por todos los sellos. Finalmente, cuando consigue el permiso, pues llega el momento de escarbar como arqueólogos. ¿Saben cómo escarban los arqueólogos? ¿Han visto un arqueólogo escarbar? Los arqueólogos van a sacar cucharadita por cucharadita. ¿Saben cuánto tuvo que escarbar Sergio y su equipo durante varios años? 90 toneladas de tierra y lodo. Yo llegué a esa historia cuando iba por la mitad del túnel, nada más pasaba a checar para ver cuando podía contar esa historia Sergio. Y ya habían extraído pues la mitad, imagínense, 40, 50 toneladas y regresé unos años después. Por eso les digo que también hay que tener paciencia en este asunto de coleccionar historias. Le digo te importa si hacemos la la conversación fuera del túnel y conforme vayamos conversando nos vamos metiendo y me vas explicando. Es decir, recreé de alguna manera todos esos años de trabajo de Sergio. Y así fue, así hicimos. Me fui metiendo y Sergio me iba explicando como aparecieron aquí y allá distintas cosas y lo que él creía que representaba, creía, era una hipótesis.

51:10
Iván Carrillo. Creo que sigue siendo una hipótesis. Quizá no haya manera de comprobar. En las paredes del túnel encontró paisajes, paisajes labrados que simulaban como pequeñas cadenas montañosas y pequeños lagos de mercurio. ¿Qué es esto Sergio? Me decía creemos, creo, que podría ser una representación del Mictlán prehispánico. Que aquí abajo, este túnel, representó, pues el mundo de los muertos. Una maqueta, una maqueta con cientos de años de antigüedad. Así que seguimos avanzando. Y me dijo aquí aparecieron esto y llegamos finalmente a la cámara, final del túnel. El túnel tenía como 90 metros, háganse cuenta, la estancia de una cancha de fútbol. Tenía 90 metros de profundidad. Y llegamos a la cámara final, que se ubicaba justo en el axis de la pirámide, abajo y hacía cuatro caminos. Una cruz. Él, conforme fue escarbando, y siempre lo manejó como hipótesis, y veía la cantidad de ofrendas que sacaban, y ofrendas, y ofrendas. Decía vamos, posiblemente, la mente del científico, vamos encaminados a encontrar un ritual funerario. Incluso había aventurado que podría tratarse de los fundadores de Teotihuacán. Imagínense la importancia. Cuando estamos parados en el centro de ese túnel vacío, le dije Sergio, ¿qué sentiste cuando tu hipótesis no se confirmó? Cuando no encontraste un ritual funerario aquí enmedio. Y Sergio me miró y me dijo somos científicos, trabajamos con los hechos. Esto es lo que hay. Ahora lo que viene es interpretar todo lo que he sacado y buscar información. Pero entonces le hago otra pregunta a Sergio, buscando la emoción en ese científico y no quedándome con sus datos, que fue, no había nada. Le dije Sergio, ¿por qué eres arqueólogo? O sea ¿qué en tu vida te motivó a dedicarte a esto? Y me dijo yo crecí en la colonia Tabacalera, muy lejos de aquí. Y le dije ¿tus papás eran arqueólogos o investigadores? No, los papás eran trabajadores. Crecí en esa colonia y esa colonia cuando yo crecí había muchas construcciones y yo solía ir y enterrar mis juguetes.

54:32
Iván Carrillo. Y luego regresaba, los desenterraba y sentía que había encontrado un tesoro. Y mi mamá me regañaba. Me decía que siempre estaba lleno de tierra. Yo ahora me río porque le digo a mi mamá, ya ves tú que me regañabas porque siempre estaba lleno de tierra, dice, y ahora me pagan por estar lleno de tierra. Obviamente eso lo reflexionó Sergio mucho tiempo después, pero lo que lo movió a ser arqueólogo fue que a él lo contrataron como bibliotecario de Teotihuacán y entonces, él estudiaba psicología, tenía que venir a la UNAM, aquí a la Ciudad de México y regresar a la zona arqueológica con volúmenes de libros que le pedían los arqueólogos. A ver Sergio, te traes tal, tal, tal, tal, tal, tal. Entonces viajaba dos o tres días a la semana, imagínense, con los volúmenes que le pedían. En pesero hacía tres horas todos los días y dice pues mi trabajo era leer, leer los libros de arqueología que le pedían, hasta que en un momento un arqueólogo le dijo tú no eres psicólogo, éntrale aquí. Ese fue el origen de su vocación y he ahí muy bien reflejado, siento yo, el pensamiento de un científico. Gracias.

56:56
Areli. Mi nombre es Areli Estrada. La pregunta es, el cambio para tener un mejor planeta comienza desde pequeños, ¿qué papel juegan los niños y jóvenes en esta narrativa?

57:08
Iván Carrillo. Muchas gracias, Areli. Tenía yo nueve años cuando el papá de un amigo en la primaria fue a darnos una charla. Nos platicó qué era el periodismo. Entonces eran los años 70 y se acababa de inaugurar otro periódico. Y este papá acudía a eso, a contarnos qué es el periodismo. Y yo, pues alguna fibra sensible en mí tocó esa palabra que yo nunca había escuchado, porque a la semana siguiente de la charla me puse a hacer mi propio periódico. A mano. Agarraba yo el Excélsior, que era el periódico que llegaba a casa de mi papá y me puse a copiar las notas y hacer dibujos. Y luego, en la misma escuela fui y le pregunté a las maestras de otros salones, que qué querían publicar en el periódico y me veían primero raro, luego chistoso, pero luego vieron que iba en serio porque lo hice semana a semana y semana durante dos años. Esa anécdota que luego guardé y consideré como nada más parte de mi historia personal, me brincó un día que organizando mis papeles, saqué donde tenía guardado los originales de estos periódicos y me puse a hojearlo y me di cuenta que había una nota científica, por lo menos, que pretendía ser una nota científica. Hablaba de unos investigadores que creían haber encontrado una molécula que explicaba el origen de la vida y mi reflexión se fue a, ¿qué habrá tocado esta persona en mí o qué de esto hizo que yo sea lo que hoy soy? O sea, escribí mi primera nota de ciencia a los 9, 10 años sin saberlo, porque luego lo olvidé. Y entonces me encontré con una frase de Anna Freud, que dice “infancia es destino”. ¿Con qué pocas palabras puede decir tanto? ¿No? En nuestra historia. Así que parte, un segmento chiquito de mi colección de historias, lo conformo con historias de pequeñas historias de la infancia de investigadores, que encontraron en su primera etapa de la vida estos disparadores. ¿Quiénes? Les platico. Gerardo del Villar, hoy un buzo dedicado a la investigación y al fomento de los tiburones. Le dije ¿por qué te dedicas a los tiburones? Dice mi primer recuerdo, uno de mis primeros recuerdos con mi papá, es en Veracruz. Me pone un cazoncito muerto en los brazos y yo pasé todo el día viendo ese cazoncito. Hoy él se dedica a promover la conservación de los tiburones.

01:00:09
Iván Carrillo. Arturo Menchaca, un físico matemático que desarrolla detectores de partículas para la estación espacial, un investigador de la UNAM. ¿De dónde te viene esta vocación, Arturo? Y dice creo yo, que de mi mamá, era relojera y me acuerdo de ella armando y desarmando artefactos con una gran paciencia. Creo que mi capacidad de construir viene de ella. El doctor Kuri desarrolló el sistema o una estrategia nacional de trasplantes para México, en nuestro país. Doctor, ¿qué lo movió? ¿Quién o qué lo movió a dedicarse a esto? Cuando era niño, en la colonia Doctores, había un doctor que cruzaba la calle en las madrugadas y en las noches. Y yo lo veía desde la ventana con su maletín, estaba atendiendo gente y le decía a mi mamá ¿quién es ese señor? Es el doctor Lucio. Hoy es una calle. El doctor Lucio estaba atendiendo a sus pacientes y dijo yo quiero ser como él. Entonces ese es el valor de la infancia. Es la etapa en que somos más receptivos, en que estamos llenos de preguntas, hablando de pensamiento científico. Quizá el pensamiento inherente más natural a un científico que tenemos es el pensamiento que tenemos en la infancia, esa curiosidad donde queremos respuestas, respuestas, respuestas. Y parece ser que cuando las encuentran o se encuentran la motivación, pues existe. No he mencionado una científica. No me dejen irme de aquí sin mencionar una científica. La acabo de conocer. Patricia Maldonado, una científica española, innovadora, emprendedora. ¿Qué hace ella? Bioplásticos. Bioplásticos a partir de bacterias. Y le pregunté, ¿cuál es tu relación con las bacterias? ¿De dónde viene esta inspiración? Cuando era niña, padecí una infección pulmonar muy grave y mi infancia transcurrió de consultorio en consultorio. El problema eran las bacterias. Había unas bacterias dentro de mí que no me dejaban en paz. Cuando crecí, decidí averiguar más de las bacterias. Y hoy ha transformado esas bacterias en un material biodegradable, para, que busca, paliar la crisis de contaminación por plástico que padecemos.

01:03:24
Iván Carrillo. Entonces vean ¡que maravilla! Y puedo seguirme con anécdotas. Gerardo Ceballos, investigador mexicano. Él acaba de ser reconocido por un premio muy importante que otorga esta institución, por cierto, Fronteras del Conocimiento, por sus estudios sobre la sexta extinción masiva. Término que yo creo que nada más oírlo, a todos nos estremece. La sexta extinción masiva. Pues sí, es un fenómeno que estamos experimentando y que lo sabemos gracias a la ciencia, no gracias a que nos levantamos y oye, el pajarito de ayer ya no está. Sabemos que hay un fenómeno global de pérdida sistemática de especies y se debe a las investigaciones, entre otros, de Gerardo Ceballos, de Rodolfo Dirzo y otros investigadores. Gerardo, ¿por qué trabajas contra la extinción? ¿Qué te llevó? ¿Qué te inspira? ¿Hay algo en la infancia? 11 años. Hay un libro en sus manos que se llama El último chorlito y se trata de un cuento donde un chorlito era el último de su existencia y desapareció. Dice que eso lo conmovió tanto, que la desaparición del chorlito lo conmovió tanto que luego, decidió dedicar su vida a eso, a la conservación de las especies. Entonces ve la profundidad del alma infantil con los temas que nos atañe. ¿Cómo podemos? ¿Cuál es la importancia de la infancia? Tú me lo dices para cambiar el planeta. Toquemos, escribamos sobre esas páginas que son libros abiertos. Esa es la respuesta.

01:06:17
Abigail. Hola, soy Abigail Márquez. Es maravilloso conocerle. Ante esta crisis socioambiental que existe, mi pregunta sería: ¿Tenemos todos la capacidad para salvar al planeta?

01:06:28
Iván Carrillo. Muchas gracias, Abigail. Miren, yo mismo hice una serie de televisión con otros investigadores que se llama 1.5 Grados Para salvar al Planeta. Y creo que nos sentíamos muy ufanos del tamaño del nombre. Pero luego caí en la contradicción. El planeta no está en riesgo. Esa es la forma en que hay que reformular la premisa. El planeta Tierra ha existido durante 4.500 millones de años. Ha sido habitado, ha sido deshabitado y luego habitado por cientos de miles de especies, que han transcurrido, han desaparecido. Hemos sido desierto, helado. Hemos sido un infierno volcánico. Hemos sido, cuando digo eso, como planeta, no como humanidad. Y el planeta sigue y persistirá. Yo creo que la crisis socioambiental, y la defino otra vez, que es cambio climático, es decir, sobre todo aumento de temperaturas, pérdida de la biodiversidad, sexta extinción masiva, una pérdida sistemática de hábitats y de diversidad de vida y contaminación, contaminación por muchas sustancias, contaminación por plásticos. Esos tres frentes están atentando contra la civilización. ¿Ustedes se imaginan que los romanos en su apogeo, en su apogeo, cuando dominaron el mundo, se imaginaron que iban a ser piezas de museo? ¡Claro que no! Ellos garantizaban su permanencia por los siglos de los siglos. ¿Si cuál era la amenaza? Tenían el ejército más poderoso del mundo. Tenían la economía más poderosa del mundo. El conocimiento más eficaz del mundo. ¿Cuál era la amenaza? No lo vieron venir. Como muchas otras civilizaciones, no lo vieron venir. En México tenemos una, que es ejemplo de no haber tomado las debidas precauciones. La civilización maya. Cuando los europeos llegaron a América, la civilización maya, no los mayas, la civilización maya había colapsado. Encontraron ciudades perdidas, vacías. Fue un colapso económico, ambiental. Todavía hoy se lo preguntan los investigadores. Algo pasó en esta civilización que desarrolló conocimiento, que desarrolló grandes ciudades, que desarrolló leyes, construcciones. Algo pasó y desaparecieron. Hoy los mayas están ahí. Los conocemos. Conservan su idioma, conservan tradiciones, conservan historias. Pero la civilización maya desapareció. Entonces nuestra pregunta es ¿queremos que la civilización siga como hasta la fecha? Y ahí es donde está el llamado a actuar. Claro. Tu respuesta. ¿Podemos hacer algo? Lo estamos haciendo en este momento. El simple hecho de informarnos, el simple hecho de transmitir conocimiento con respecto a lo que estamos viviendo, es ya un primer paso, pero, puede haber muchos pasos más. Tres formas de comprometerse, más allá de la conciencia. Digamos que la conciencia es el primer paso.

01:10:07
Iván Carrillo. El que la tiene ya no se la va a quitar. Ya hablamos hace rato cuando ya sabes, esa es la maldición del conocimiento. La maldición del conocimiento dice una vez que sabes algo, no puedes actuar nunca más como si no lo supieras. Esa es la maldición del conocimiento. Entonces, una vez que sabemos que estamos encarando esta gran problemática, lo que sigue por ética, por moral y por humanidad, es hacer algo. Recomendaciones factibles, donen. Más que donar dinero y más bonito y más enriquecedor. Dona tu tiempo. Dona tus ideas, tus habilidades, tu capacidad de conversar. Acércate a una organización. Acércate a un grupo que esté haciendo algo y di yo quiero participar, tengo estas ideas, hago esto. ¿Sirve de algo? Y más que eso, dona tu compromiso. Si alguien dona su compromiso, está donando quizá la parte más sustancial de su existencia. Elsa, en medio del desierto, donaba su dinero, su tiempo y su compromiso. Nadie se lo reconocía. Simplemente lo hacía porque le movía o por su acuerdo por Dios, como dijo. Entonces hay una razón, una buena razón de por qué salvar el planeta.

01:12:50
Viridiana. Hola, mi nombre es Viridiana Anguiano y es un gusto el poder escuchar historias tan interesantes. Y mi pregunta es: Como periodista, ¿hay alguna historia que le gustaría contar en un futuro?

01:13:02
Iván Carrillo. El futuro es un territorio complicado para los periodistas porque vivimos el presente. Me gustaría poder enfocar la mirada optimista y de hecho creo que lo hago. Me considero a mí mismo un optimista racional. ¿Qué es esto? Es decir, que no niego los problemas, conozco la información y a pesar de ello, a pesar de esa información, considero que tenemos herramientas y conocimiento para superarlos, para salir adelante, que vendrán cosas buenas y que lo hemos ido construyendo. Eso me hace un optimista racional, digo yo. Es un poco como esta caricatura de Charlie Brown y Snoopy, que dice, que está todo triste Charlie Brown y dice es que, dice ¿qué te pasa? Y dice es que un día nos vamos a morir. Y le dice Snoopy sí, pero todos los demás no. Hay una lección breve de optimismo racional. ¿Que si me gustaría dar la noticia, salvamos el mundo? Esa noticia no va a existir, porque los problemas son dinámicos y los retos son nuevos cada día. ¿Que sí me gustaría dar noticias del acontecer que observo en la actualidad y que sé que serían buenas noticias? ¡Claro! Por ejemplo, el desarrollo de la energía fusión. Un desarrollo tecnológico que está sucediendo en varios lugares simultáneamente y que es prometedor. Sí, es prometedor decir que con una sola cubeta de agua se podría alimentar la energía de una ciudad pequeña o mediana, imagínense. Pues eso está sucediendo. Hay varios laboratorios en Francia, en los Estados Unidos, experimentando energía fusión, que es la energía que sucede al interior del sol, al interior de las estrellas. Es una energía de explosiones atómicas que se está trabajando y ha habido buenos resultados. Entonces hay que ver eso con optimismo, hay que actuar a favor de eso también, que sucedan esas cosas. Pero no creo que como periodista a mí me toque dar la gran buena noticia de que el mundo fue salvado. Creo que como periodista me toca seguir siendo este relator del presente, porque creo, que sí parte de toda esa potencial solución, serán las historias, será la capacidad de transformación que las historias nos den. Y aquí creo que está mi propuesta para esta charla. ¿Cómo convertirnos todos en agentes de historias? Si estas historias tienen ese potencial de promover la esperanza. Porque sí creo que parte de enfrentar el problema va por construir una esperanza colectiva. Construir una, un movimiento que nos lleve esperanzarnos en una nueva relación con el planeta. ¿Cómo podría ser eso?

01:16:12
Iván Carrillo. Todos conocen la palabra “meme,” ¿no? Está como muy en boga, pero ¿saben de dónde viene? ¿Saben su origen? Fue inventado, la palabra, en los años 70. De hecho, en 1976, por un biólogo evolutivo inglés, Richard Dawkins. Acuñó la palabra “meme”, que viene del griego “mimema”, que quiere decir “imitación”. Y él acuñó como un equivalente de el gen, el gen biológico. Ya saben que todos tenemos genes y que se dedican a traspasar la información genética biológica, entre organismos. Bueno, él dijo tiene que haber un gen cultural, puesto que hay evolución cultural. Y entonces acuñó para referirse a ese gen cultural, “el meme”. Los memes son esas unidades informativas culturales que el ser humano se ha transmitido durante toda su historia. Entonces, de alguna manera, Carbonell tenía razón cuando dijo los memes, en esas fogatas, se generó la esencia del ser humano. Entonces, una buena forma de participación es subirnos a una gran narrativa que nos lleve a una transformación en la relación con el planeta. Una nueva relación donde este respeto a la naturaleza, este respeto a los seres vivos, este respeto a nosotros como especie, nos lleve a actuar. Y todos podemos participar de esa narrativa. ¿Cómo? Como los konkaak. Como Valentina. Que no ven una separación entre ellos y la naturaleza. Para ellos la concepción cultural no es que haya un planeta, no es que haya una naturaleza allá. No es que haya un animal allá. Simplemente forman parte de ella, son inherentes. Dañarla, acabar con ella es dañarse y acabar con uno mismo. Entonces, creo que esa es la transformación a la que aspiramos y si va a ser a través de una nueva narrativa, entonces la transformación será cultural o no será. Ahorita, después de esta sesión de intercambio de preguntas, creo todavía más en el valor de las historias, no en las que tenga yo, que contar o pueda contar, sino en las que todos juntos podamos narrar.

01:19:27
Iván Carrillo. Sumándonos a eso, a lo que vuelvo a decir, creo que es el objetivo. Construir una esperanza no artificial, no vacía, no banal. Una esperanza informada que creo que nos está pidiendo nuestra especie, nuestra civilización, para transformarnos. Hay un punto clave en toda esta historia, estamos a tiempo. Hoy sabemos el tamaño del problema y sabemos de nuestras capacidades. Eso quiere decir que estamos a tiempo, pero hay que arremangarnos y pues poner manos a la obra. Muchas gracias, en verdad muchas gracias.