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La butaca mexicana, tradición y modernidad

Ana Elena Mallet

La butaca mexicana, tradición y modernidad

Ana Elena Mallet

Curadora de arte


Creando oportunidades

Ana Elena Mallet

Ana Elena Mallet es curadora independiente especializada en diseño, con casi 30 años de trayectoria dedicada a la cultura material y los objetos. Formada en literatura latinoamericana, su vocación la llevó a los museos, donde ha impulsado la visibilización del diseño, la moda y la cultura material en México y América Latina. Ha trabajado tanto en instituciones como de manera autónoma, y su labor ha sido clave para construir un ecosistema que reconoce las artes mexicanas en plural, incluyendo diseño, moda, gastronomía y arte urbano.

En 2022, curó una exposición sobre diseño latinoamericano en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), abriendo una línea estratégica para la adquisición y estudio de diseño latinoamericano en esa institución. Mallet ha sido pionera en la historiografía de la moda en México, realizando la primera exposición de moda en un museo mexicano en el año 2000 y promoviendo la necesidad de colecciones y archivos de moda y diseño.

Su trabajo se caracteriza por la reflexión sobre la apropiación cultural, la importancia de los objetos en la vida cotidiana y la búsqueda de nuevas narrativas desde una perspectiva latinoamericana.


Transcripción

00:00
Ana Elena Mallet. Hola. ¿Cómo están? Me da mucho gusto estar aquí y ver tanta gente joven interesada en el trabajo tan extraño que que yo hago y que hacemos muchos en el mundo del arte y el diseño. Soy Ana Elena Mallet. Soy curadora especializada en diseño, curadora independiente desde hace mucho tiempo que trabajé para las instituciones. Me interesa mucho la cultura material, los objetos. El año pasado tuve, ahora sí, que el privilegio y la suerte de jugar mi Mundial, como hubiera dicho mi padre, que fue futbolista y hacer una exposición sobre diseño latinoamericano en lo que para mí es el museo más importante del mundo, el Museo de Arte Moderno de Nueva York y desde mi voz latinoamericana, contar una historia latinoamericana en uno de los foros más importantes del mundo y hacer evidente que los mexicanos y los latinoamericanos y nuestra cultura y nuestros objetos son relevantes e importan. Hola, mi nombre es Alba León y bueno, yo quisiera que nos contaras que tienen que ver los objetos sobre las personas. Pues los objetos cuentan historias igual que las personas y los objetos los damos por hecho porque son cosas en las que nos sentamos, en las que bebemos, que nos acompañan todo el tiempo. Yo creo que en México y hablo de mi experiencia como historiadora, del diseño y historiadora de los objetos, hemos perdido de alguna manera la brújula con referente a los objetos, los damos por hecho, te acompañan en tu vida cotidiana, pero te cuentan historias, historias de los materiales que se están usando, de las formas, del momento que estás viviendo, historias emocionales, afectivas. Tu guardas un objeto porque te recuerda tu novio, porque te recuerda a tu abuelita, porque te recuerda un momento que viviste. Y muchas veces lo que nos pasa en el mundo del arte es que colgamos cuadros, ponemos esculturas, pero dejamos lado los objetos que cuentan muchas historias sobre la economía, lo afectivo, el diseño, los materiales, el desarrollo tecnológico y nos puede hablar de un momento vivido y de cómo una sociedad, una familia, una persona se desarrolló en ese momento y por eso creo que son muy importantes. Además de que, como decía alguien que yo refiero mucho, que es Clara Porset, una de las referentes del diseño en México, Santa Clarita, una de las grandes diseñadoras, cubana que vino a México en los 30, pero ella hablaba del arte en la vida diaria, de cómo los objetos cotidianos son el arte que nos acompaña. No todos tenemos la oportunidad de tener un gran cuadro colgado en nuestro comedor o una escultura que acompaña en nuestra sala, pero todos nos sentamos en una silla que fue diseñada por alguien. Tomamos agua en un vaso que fue diseñado por alguien. Nos vestimos con ropa, aunque sea del supermercado, pero que fue diseñada por alguien. Y creo que ahí hay un valor enorme de las cosas, de los objetos cotidianos, de las cosas de todos los días que perdemos de vista.

03:01
Ana Elena Mallet. Hay muchísimos objetos que nos afectan de una forma muy notoria, digo, hoy lo primero que me viene a la mente es el celular. Qué hacemos hoy en día sin celular. La gente que está diseñando estos teléfonos tienen muchas referencias estéticas, sociales, artísticas. Entonces esos objetos que se han diseñado vienen de alguien que pensó muchísimo y consumió muchísimas otras imágenes para poder diseñar eso y creo que hoy en día con la tecnología y los cambios tecnológicos damos mucho por hecho y los objetos tienen una gran carga afectiva, laboral, económica y de historias de las personas que los hicieron y de historias de las personas que los estamos utilizando. O sea, los objetos dicen mucho de nuestra identidad y de quiénes somos hacia nosotros, y lo que compramos o consumimos y guardamos y atesoramos, pero también hacia lo que tenemos y los otros ven que tenemos. Hay una parte importante tanto de la moda como de los objetos de diseño que tiene que ver con una identidad y que hablan de quiénes somos, de cuánto ganamos, de a qué clase social o grupo pertenecemos. Pienso mucho en Bad Bunny o en los raperos, el bling bling, que habla mucho de que ellos han ascendido socialmente a partir de su música, que venían de abajo, que ahora se visten de cierta manera para llamar la atención, pero cuando vemos eventos igual como la Met Gala cada año en el Museo Metropolitano que toda la gente viene vestida para referenciar lo que son, con ciertos trajes, lo que son, lo que piensan. Los objetos nos hacen, se convierten en parte de nuestra vida cotidiana y revelan mucho de lo que somos, lo que pensamos y lo que queremos decir. Y esos mensajes están cifrados ahí y podemos aprender a leerlos más y a valorarlos más.

05:43
Areli. Hola, mi nombre es Areli Medina y me gustaría saber, en tu opinión, qué hace a un objeto más importante que otro.

05:52
Ana Elena Mallet. Muchas gracias. ¿Qué hace a un objeto más importante que otro? Creo que nosotros, y el valor que le damos. Primero afectivamente o emocionalmente, a lo que vive con nosotros. Pero si hablamos desde el punto de vista de lo que yo hago, de decir por qué voy a llevar tal o cual objeto a un museo o a la colección de un museo, creo que hay que considerar muchísimas cosas, quién hizo ese objeto, a veces muchos de estos objetos son anónimos, como nos pasa con las cosas que compramos en el supermercado o el arte popular, lo que muchas veces se hace de manera colectiva y no necesariamente hay un autor. Hay que considerar eso, la autoría. Hay que considerar si es que hay autoría o de qué región viene. Cuándo se hizo ese objeto y por qué se hizo ese objeto y la relevancia en ese momento importante. Si pensamos en las sillas de la Bauhaus, por ejemplo, es el momento en que está surgiendo la modernidad en Europa y hay unos materiales modernos como puede ser la piel, la varilla de metal doblada, que representa mucho la modernidad, pues esas piezas hay que valorarlas porque nos hablan de un momento específico. Entonces el desarrollo tecnológico, los materiales, el tipo de uso también que se le da a los objetos en su contexto cotidiano, ya sea para el uso cotidiano de comer, beber, pero también el uso ritual, como puede suceder en nuestro país. Uno de esos objetos favoritos míos para hablar de una historia importante es el butaque o la butaca. El butaque, es una silla baja curva que por lo regular la vemos en la mayor parte de los pueblos en México, en zonas rurales. Es de madera, como les decía, con cuatro patitas muy cercana al piso. Por lo regular está forrada de baqueta, que quiere decir de piel de cochino, piel de cerdo o piel de vaca, pero de acuerdo a la distinta región del país y sus condiciones geográficas climáticas, pues se puede forrar el asiento de otros materiales. ¿Por qué hablo de esa pieza? Porque esa pieza Clara Porset, que ya les mencioné, esta diseñadora cubano mexicana que llegó a México en los 30 y que apostó por hacer en esa modernidad mexicana un diseño completamente mexicano y sumarse al discurso de Diego Rivera y de Frida Kahlo de crear una nueva identidad mexicana. Ella toma el butaque, que es un mueble rural y se lo trae al discurso moderno. ¿Cómo lo trae el discurso moderno? Pues por lo regular estos butaques que encuentran a pie de carretera son chiquitos, bajitos, económicos. Y ella lo que hace es traerlo a su taller, estudiarlo, hacer todo un estudio ergonómico, es decir, de cuánto mide el mexicano promedio para que se pueda sentar ahí, pensar en el confort que en ese momento está promoviendo la modernidad. La modernidad mexicana lo que promueve son espacios más grandes, aireados, que refieran a la modernidad mexicana, pero que al mismo tiempo sean cómodos. Y retoma esa pieza, ese butaque que es vernáculo, popular y lo trae a las casas, por ejemplo, de Luis Barragán o de Juan Sordo Madaleno, estos grandes arquitectos de la modernidad mexicana, al lado de una pieza virreinal, de una escultura virreinal o de un cuadro del siglo XIX.

09:01
Ana Elena Mallet. Y entonces tenemos distintos momentos de la historia mexicana. Pero ese butaque nos refiere, si nosotros lo vemos, pensamos en los viajes en carretera con nuestros padres, con nuestros tíos o la vacación en no sé dónde, porque pues está ahí, siempre estuvo ahí, pero ahora está en otro contexto, con otras dimensiones y con esta idea de que es mexicano pero es moderno.

10:02
Xiadany. Hola, soy Xiadany Cruz y me gustaría saber cómo condiciona nuestras rutinas, los objetos, y esto cómo lo toman en cuenta un buen diseñador.

10:13
Ana Elena Mallet. Gracias Xiadany. Uy, pues creo que es muy importante hoy que los diseñadores tienen que tener una conciencia social muy importante, pensar desde dónde están diseñando, para quién están diseñando y cómo van a diseñar y cómo esos objetos perduran o no perduran en el tiempo. O sea, yo sigo creyendo en el diseño no solamente bonito, sino en el diseño como se pensaba en la primera mitad del siglo XX, que el diseño es para solucionar necesidades, desde las más básicas hasta las más complejas. Y hoy tenemos muchos tipos de diseño para solucionar esas necesidades que tenemos en estos tiempos. Creo que los objetos nos condicionan todo el tiempo, como tú puedes imaginarte salir a la calle sin un celular. ¿Cómo vas a pagar? ¿Cómo te vas a subir al Metrobús? O sea, hoy casi todo sucede y condiciona mucho nuestro comportamiento. ¿Cómo voy a saber llegar si no tengo el Google Maps? Te das cuenta la importancia de los objetos y cómo los objetos tienen que ser muy bien diseñados y muy bien escogidos. Nos condicionan nuestro comportamiento todo el tiempo, ya sea por el uso, por los materiales o porque yo sí creo que los objetos, más allá de la belleza que creo que tienen que tener, tienen que estar bien pensados y bien diseñados para solventar una necesidad, así sea la más sencilla. Yo siempre digo que el diseñador debe seguir un proceso muy sencillo y tiene que ser observar, abstraer, repensar y resolver. Yo creo que esos son los pasos que si se fijan, son los pasos que cualquier ser humano para resolver cualquier situación tendríamos que tener en cuenta, pero la manera en como se les enseña y se les condiciona de una buena manera a los diseñadores a pensar que les permite resolver situaciones y tener todo el análisis para poder resolver esa situación y crear un objeto, pues es es un proceso muy sencillo que de pronto en las complejidades de la vida se nos olvida y todos tendríamos que pensar de esa manera. Clara Porset y vuelvo siempre a Clara Porset, porque para mí es un referente. Pero ella decía que hay diseño en todo, en una nube, en una silla, en una olla, en el mar, en la arena, ya sea creado por el ser humano o creado por la naturaleza. Y esos procesos tan sencillos como de observar, abstraer, repensar y resolver, tendrían que ser parte de los procesos de diseño que tenemos todos los seres humanos. Se nos ha olvidado observar, vemos la mayor parte del tiempo todo a través de la lente de nuestro teléfono celular. Recientemente me tocó ir a un concierto y el personaje del concierto dijo por favor, apaguen sus celulares y gocen este momento, el debí tirar más fotos. Dejen de tirar fotos y concéntrense en lo que están viviendo. O sea, yo creo que esa es una parte muy importante de dejarnos un poco del artefacto que tenemos ya metido en nuestra cabeza y que utilizamos todo el tiempo y observar qué es lo que estás viendo, por qué está puesto ahí, cómo está puesto ahí, cómo se siente, si es una silla, cómo se sienta la gente en esa silla, qué puedo hacer para mejorar esa silla.

13:25
Ana Elena Mallet. O sea, preguntar cosas. O sea, yo creo que venimos a este mundo a preguntarnos cosas y el proceso de diseño tiene que ser preguntar cosas. Muchas veces, la mayor parte de las veces no vamos a encontrar respuestas hasta a lo mejor mucho tiempo después, pero observar y preguntar cosas, ¿para qué? ¿Por qué? ¿En qué momento? ¿Por qué está así? ¿Por qué se resolvió así? En ese momento había esa técnica. Después abstraer. Bueno, yo como diseñador esa silla ya está diseñada, hay gente que dice que ya está todo diseñado y no podemos diseñar nada nuevo, el señor Steve Jobs nos vino a mostrar que sí se puede diseñar algo nuevo. Hay gente que dice no necesitamos una silla más. Yo creo que sí necesitamos una silla más. Siempre hay o más espacio o más confort o sillas para distintas necesidades. Preguntarle después al objeto ¿qué cosa sí funcionó? Pues las patas funcionaron, que tenga cuatro patas, que tenga este colchón mullido. Repensar, ya están hechas todas las sillas del mundo, los teléfonos celulares del mundo. ¿Pero por qué necesitamos algo más? ¿Qué solución no nos ha dado ese objeto o esa situación? ¿Por qué diseñar una silla más, si ya el señor Mies van der Rohe y la señora Clara Porset hicieron las mejores sillas del pasado? ¿Por qué necesitamos una silla más? Siempre necesitamos una silla más.

15:19
Paola. Mi nombre es Paola Denisse. Y bueno, si consideramos que los edificios son objetos muy grandes y que quizás sean de los objetos que más nos afectan en nuestro día a día, nos podrías compartir un poco de tu experiencia con la arquitectura.

15:31
Ana Elena Mallet. Muchas gracias, Paola. Pues sí, en efecto, creo Mies van der Rohe, que fue el segundo director de la Bauhaus y este gran diseñador y sobre todo arquitecto, decía, por ejemplo, que las sillas eran la forma de arquitectura más pequeña. Que en una silla él podía resolver la manera en que un edificio tendría que estar pensado y construido para ser completamente funcional. Mucho tiempo se habló de que la arquitectura era la madre de todas las bellas artes, la primera de todas las bellas artes, que yo creo que es la primera de todas las artes cotidianas. Porque si hablábamos de que los objetos nos condicionan, los espacios donde vivimos, trabajamos, dormimos, nos bañamos, nos condicionan todo el tiempo, condicionan nuestra manera de comportarnos, de descansar, de trabajar, de estudiar. Yo creo que es muy importante la buena arquitectura. ¿Cómo consideramos y cómo definimos la buena arquitectura? Creo que tiene que ser una arquitectura luminosa, en donde nos sintamos seguros, una arquitectura bien pensada para las actividades que se van a realizar. Y una arquitectura que de alguna manera nos acoja, que nos sintamos protegidos y nos sintamos cómodos y bien recibidos por ese edificio. Creo que hay una parte muy importante de valorar también la arquitectura histórica que de pronto siempre estamos como por la novedad y los arquitectos y los funcionarios que quieren construir la nueva ciudad, las nuevas obras públicas, pero hay mucho de ese patrimonio que ya existe, que funcionó, que a lo mejor por una u otra razón está en desuso. Y hoy esta idea en inglés la palabra es como mucho más exacta, que es ‘repurpose’, como reposicionar, retomar y repensar ese patrimonio, ese cascarón que ya existe y volverlo a poner en funcionamiento, que nos permitirían traer el pasado al presente, no como una forma de nostalgia, sino esos edificios que fueron importantes, darles un nuevo uso. Creo que el mejor ejemplo es este foro donde estamos, que hoy me tiene muy impresionada porque fue una antigua fábrica de papel. Por la arquitectura, les puedo decir que probablemente de la segunda parte o finales del siglo XIX y hoy es este lugar increíble en donde se están gestando y creando cosas nuevas. Y no, el edificio sigue ahí, pero el contenedor sigue ahí y el contenido está generando cosas nuevas. Entonces estamos en medio de la ciudad, viviendo en un edificio histórico, pero generando nuevos contenidos. Entonces, esa idea de pensar la arquitectura también desde distintos prismas, desde distintos puntos de vista, me parece que es muy importante, y pensarla para nuestra vida cotidiana y para también traer el pasado al presente. O sea, no el pasado por el pasado, por sentir nostalgia, sino porque el pasado puede ser útil para entender quiénes somos y a dónde vamos.

18:52
Estrella. Hola, mi nombre es Estrella Rico y bueno, considerando que la ropa es un objeto que se diseña y que es una obra de arte, mis dos preguntas son, ¿cuál es la relación que tiene la moda entre nosotros y cuál es la relación que tiene la moda entre los museos?

19:06
Ana Elena Mallet. Muchas gracias, Estrella. ¡Uy! ¿Cuál es la relación de la moda con nosotros? Toda. O sea, todos ustedes aquí escogieron de acuerdo al evento al que iban a venir, lo que se iban a poner hoy por una u otra razón. Los lentes que traen, los tenis que traen lo escogieron por una razón, o sea, la parte de nuestra vestimenta dice mucho de lo que somos, de dónde venimos, de lo que nos interesa y de lo que buscamos ser también, y de lo que queremos ser. Yo creo que esa es una parte muy importante y desde el punto de vista de lo que yo hago, que es historiar el diseño, conservar esas cosas es fundamental porque nos habla de cómo fue una sociedad, de cómo pensaba. El cómo se vestían nos revela la parte económica, social, política, afectiva, de una sociedad. Y en México, si ustedes se fijan, no tenemos un museo de la moda. Y eso yo creo que hace nuestra historia incompleta. La historia del arte en México está incompleta porque no tenemos un museo o recintos en donde haya colecciones de moda o haya colecciones de diseño, colecciones de objetos y colecciones de ropa que nos permitan entender la gente que tenía esos Diego Rivera en su casa, cómo se vestía, qué zapato usaba, en dónde tomaba su café para entender como la perspectiva completa, la enchilada completa de ese momento de la historia del diseño, no solamente del diseño, sino de la historia de México. Hablemos de la historia del arte, de la historia de la cultura material, del diseño, pero la historia de México. Cada vez hay más gente hablando de historia de la moda y hablando de historia, del diseño y me encanta, sobre todo que generaciones más jóvenes estén haciendo foros y tratando de pensar y de encontrar quiénes fueron esos diseñadores que en el pasado hicieron cosas y refirieron ciertos discursos. Pero creo que hay un pendiente enorme cuando te refieres a los museos. La mayor parte de los países industrializados o países de primer mundo, como podemos seguir diciendo, tienen un museo de la moda y han resguardado su indumentaria tradicional y su indumentaria contemporánea que habla de el poder económico de una sociedad, del poder de diseño de una sociedad, hay nuevos materiales pues se pueden hacer nuevos vestidos, las fibras, ya no estamos hablando solo de fibras naturales o de tintes naturales, sino ya llegaron las anilinas, ya hay tejidos industriales. Todo eso no lo podemos referir del todo nuestro país, o sea, hay un enorme hueco. Yo recuerdo que yo hice la primera exposición de moda en el año 2000, hace muy poquito, aunque ya suene hace mucho, hace muy poquito, cuando empecé a hacer esa primera exposición en el Museo Carrillo Gil, que se llamó Boutique, y que lo que quería mostrar eran los diseñadores que habían estado trabajando en los años 90 y eran 11. Me di cuenta que antes de esa exposición, nunca en la historia de los museos de México había habido otra exposición de moda. Y en ese momento yo tenía un jefe que decía en este país hay que hacerlo o muy bien o primero, porque nunca hay dinero para hacerlo muy bien. Entonces me di cuenta que era la primera exposición de moda que había en México y obvio no teníamos dinero para hacerla muy bien, o sea, la íbamos a hacer, la hicimos.

22:08
Ana Elena Mallet. Pero darme cuenta que en cuanto tiempo que llevaba existiendo, en todo el siglo XX, no había habido una explosión de moda que celebrara y documentara lo que había pasado en la moda en el siglo XX. Me di cuenta a la hora de empezar a hacer esa historia, de hacer esa explosión, que no había una historia de la moda escrita en México, que no había una colección de moda a la que tú pudieras recurrir. Hoy hablamos de Balenciaga, del señor Balenciaga, de los años 30, también de Demna del Balenciaga de hoy en día, que hace estas prendas carísimas que parecen bolsas de basura y la bolsa de Sabritas que uno trae de papa frita. Pero no, en México no podemos hacer esas referencias, porque esos museos y esas colecciones y esos archivos no existen. Entonces fue la verdad, fue un choque de decir caray, hay que empezar a historiar y a trabajar esto para entender de dónde venimos y poder proyectar a dónde queremos ir. Entonces, de ahí en adelante, después de que hice esa exposición, pasaron nueve años para que yo pudiera volver a hacer otra exposición de moda y no fueron falta de ganas. Yo me sentía como estos agentes viajeros que había a principios del siglo XX o vendedores de enciclopedias que llevaban sus enciclopedias, iban tocando de casa en casa, le vendo esta enciclopedia y paguemela a plazos. Así yo iba con mis carpetas impresas a los museos, quiero hacer esta exposición de moda sobre la historia de la moda en México. ¡Uy, no! La moda es banal, efímera. Aquí no nos importa. Vete a a las tiendas departamentales a hacer exposiciones. Y empecé a hacer exposiciones en las tiendas departamentales con material histórico y era increíble, porque el público que iba a las tiendas departamentales no estaba condicionado de que tenía que saber cosas como cuando entras a los museos. Entonces se acordaban que su abuelita había usado una prenda que se parecía a esta y eso me enseñó muchas cosas de cómo si tendríamos que construir un museo de la moda en México, tendría que ser ese museo. Y en México es algo que tenemos pendiente, una deuda pendiente muy grande y muy honda que creo que tenemos que seguir empujando y trabajando por ello.

24:54
Arazahi. Hola Ana Elena. Me gustaría presentarme, soy Arazahi Gómez y tengo dos preguntas. La primera es: ¿qué piensas sobre la apropiación cultural? ¿Y qué has hecho para defender el arte mexicano?

25:12
Ana Elena Mallet. ¿Qué he hecho para defender el arte mexicano? Creo que el arte mexicano no se necesita defender. Es, es y es una maravilla. Está ahí, nos ha acompañado siempre, nos sigue acompañando, siempre. No usaría la palabra defender. He ayudado a construir cosas y lo hago desde mi trinchera, desde mi trabajo. Mi trabajo de todos los días ha sido, estoy pensando que llevo casi 30 años trabajando, empecé muy chava a trabajar y a comprometerme con la cultura y lo que se produce en México y he ayudado a construir un ecosistema y he ayudado a visibilizar muchas carreras y muchos objetos y muchas situaciones que antes no se visibilizaban. Y me gusta, me gusta decir y sentir que soy parte de un ecosistema que hemos ayudado a construir las artes mexicanas con minúscula y en plural, que incluyen el diseño y que incluyen la moda y que incluyen también la gastronomía y que incluyen muchas también el street art y muchas cosas que están pasando hoy en día. Quiero decir que me siento parte de una comunidad, no que lo defiende, sino que trata de conservarlo y crecerlo y celebrarlo. La apropiación cultural es un tema muy complicado. Yo tengo una postura, no sé si radical, pero yo no creo que exista civilización sin apropiación. Los seres humanos apropiamos todo el tiempo, o sea, esto que llamamos que a unos les gusta llamar inspiración, pues o sea, no inventamos nada nuevo, tomamos de aquí, de aquí, de aquí el método de diseño que les contaba. Observamos, digerimos y luego procesamos, y luego solucionamos o proponemos algo nuevo. Ese es el sistema de diseño de creación. Entonces creer que no estamos apropiando pues es un poco absurdo, nos apropiamos de absolutamente todo, pero esa apropiación creo que hay que pensarla desde otros puntos de vista. Hay que pensar en esa apropiación, yo me estoy apropiando de tal cosa, estoy aprovechándome de alguien. ¿Estoy utilizando algunos signos, algunos tejidos, algún patrimonio, algo que le pertenezca a alguna comunidad? ¿Sí? Bueno, pues ¿de quién es? ¿Quién es esa comunidad? ¿Cómo trabaja esa comunidad? ¿Tendría yo que pagar algunos derechos? ¿Si ya no existe ese autor o esos derechos a quién pagarle, lo debo de reconocer en la ficha, en el texto, en cómo lo voy a presentar o a mostrar a mi cliente, a mi espectador? ¿Cómo lo debo acreditar? Entonces es otra vez un poco lo que les decía, hacernos preguntas con respecto a esa apropiación. Si hoy hablamos del rock and roll y pensamos en Elvis Presley, lo más antiguo, Elvis Presley, no sería Elvis Presley si él no hubiera conocido la música negra que se estaba haciendo en ese momento. El jazz, el blues, Bad Bunny, de quien soy completamente admiradora, no existiría y no tendría este discazo de Debí tirar más fotos, si él no estuviera apropiándose de la música que hicieron sus antepasados, los grupos, y hablo de sus antepasados recientes, de los sesentas y de los setentas, la salsa y la plena en Puerto Rico. Entonces estamos apropiándonos, o sea, Bad Bunny, el disco de ahora es una apropiación, pero una apropiación celebratoria y lo que termina siendo Bad Bunny es creo que el mejor ejemplo de apropiación que tenemos hoy en día. Es invitar a Los Pleneros de la Cresta y invitar a toda esta gente que ha estado construyendo el ecosistema musical de Puerto Rico en los últimos 20 años a ser parte. Entonces, cómo nos apropiamos, cómo incluimos, cómo celebramos y cómo acreditamos, y si tenemos que pagar, pagamos.

28:55
Ana Elena Mallet. Y esa es la parte que creo que es muy importante. Un ingeniero se apropia del sistema del ingeniero pasado para mejorarlo, y cómo está entendiendo eso y acreditando eso. O sea, creo que una parte que es muy importante, que yo siempre digo es que hoy en día tenemos muchísima información disponible y tenemos unos valores morales distintos a los que se tenía antes. Entonces es muy importante cuestionar, pero me parece que es fundamental no juzgar lo que sucede hoy o lo que sucedió en el pasado, más bien con los ojos del presente. Decir ay, este de los años 80 fue un apropiador y muera, no, porque en los 80 él no tenía tanta información como para poderse hacer las preguntas correctas. Para eso sirve la historia, para decir ah, esto pasó, no lo vamos a juzgar ni a funear, sino a decir pasó cuando teníamos esta información. Y hoy con la información que tenemos, creo que estos nuevos momentos de justicia moral y social hacia muchas cosas que habíamos dado por hecho y que no teníamos en cuenta, son muy importantes para la apropiación cultural.

30:32
Danae. Hola, mi nombre es Danae Ramos, Sabemos que tus éxitos te han llevado pues a muchos logros, pero especialmente queremos saber cómo ha sido tu experiencia o cómo fue tu experiencia en el MoMA de Nueva York.

30:45
Ana Elena Mallet. Muchas gracias. Pues llegar al MoMA fue muy importante porque cuando yo decidí dedicarme a los museos, siempre el museo que estás viendo, que estás criticando o al que le quieres aventar globos de agua porque ah, el museo hegemónico, el que nos dice cómo hacer las cosas, pero el cómo nos marca, cómo hacer las cosas bien, que nos hace las exposiciones más bonitas, las investigaciones más acuciosas, pues es el MoMA, ¿no? Cuando decidí que me iba a dedicar a esto, decidí que yo tenía que ahorrar y una vez al año por lo menos tenía que ir a Nueva York, al MoMA, a ver qué estaban proponiendo, cuáles eran sus museografías, investigaciones, cómo estaban diseñando libros, cuáles eran esas exposiciones, sobre todo aquí en México, no teniendo un referente de diseño, de museo de diseño y en MoMA pues hay, como diríamos un Lionel Messi del diseño, que es Paola Antonelli, esta curadora italiana que lleva más de 30 años en MoMA haciendo las exposiciones más espectaculares y pensando el diseño desde muchos puntos de vista. Desde la primera exposición hace 20 años de videojuegos que hubo nunca y con las implicaciones que eso lleva. O sea, por qué hoy pensamos ay, qué fácil exhibir videojuegos, imagínense un videojuego que estaba en un disquete de esos cuadraditos que ya ni me acuerdo como se llaman, exhibirlo hoy en día, ¿cómo echas a andar esos sistemas otra vez? Y lo hicieron y lo tuvieron que reconstruir. Esas complejidades técnicas que muchas veces los que vamos a las exposiciones no nos enteramos. Para mí era ahorrar cada vez y una vez al año decidir qué exposición ir a ver a MoMA. Y si hacían el gran recuento de la Bauhaus, tenía que ir y traer mi libro de vuelta. Entonces el día que recibí una invitación de MoMA y que me habla el director del departamento de diseño me dijo queremos trabajar contigo, queremos que propongas algo. Y yo ¿pero como algo qué? Lo que quieras que tenga que ver con arte, con artesanía, diseño mexicano, latinoamericano. Queremos hacer algo que tenga en lo que involucres la colección del MoMA, pero que sea tu sello. Y obviamente, pues al principio te emociona, luego entras en absoluto pánico, pánico porque dices ¿por qué yo? Y qué voy a hacer cuando ahí están, por qué me invitan a alguien de fuera cuando ahí están las mentes más brillantes que puede tener alguien en el mundo del diseño y de la curaduría. Y luego fue pues entender qué quiero hacer. Y yo quería seguir trabajando el diseño moderno latinoamericano, entender nuestras coincidencias. Resulta que nosotros siempre estamos mirando hacia el norte y el sur está aquí a la vuelta y entonces dije bueno, quiero proponer algo sobre Latinoamérica. Y me di cuenta también que la colección del MoMA no había mucho diseño latinoamericano. Entonces, cómo le voy a hacer para proponer una exposición de diseño latinoamericano si en esta colección no hay diseño latinoamericano. ¿Pues que hay ahí? Una oportunidad de decirles pues compren más diseño latinoamericano. Que esta exposición y este proyecto y esta investigación sirva para que MoMA detecte cuáles son esas piezas que hay que comprar y traer al museo. En 2018 yo había tenido la oportunidad de acercarme a MoMA, proponerles que compraran una pieza de Clara Porset. Había una familia que había sido cercana a Clara Porset, que se estaba deshaciendo sus cosas y yo les dije a ver, no, no. No lo pueden vender en La Lagunilla, esto tiene que ir a un museo y MoMA se interesó. Hablaron con la familia, se pusieron de acuerdo con la familia. Y para mí fue muy emocionante en uno de esos viajes, de una vez al año, llegar y ver Clara Porset a lado de la Bauhaus en el Museo de Arte Moderno. Entonces muchas preguntas que te hacen entender el diseño latinoamericano desde la complejidad, que hemos tenido las revoluciones, revueltas, problemas, crisis una tras otra y todo eso afecta el diseño y afecta los objetos que teníamos que traer. Entonces todos esos problemas que muchos, para mis colegas en MoMA eran nuevos, pues llevarlos a la mesa. Hoy se los hablo con mucha pasión y mucha intensidad, pues fue muy difícil, muchísima presión, competir a codazos con muchas cosas, pero al final fue una satisfacción enorme. A los 15 días de abrir la exposición en la portada del New York Times, una gran reseña diciendo la exposición es una joya, así terminaba y decía, esta contando desde lo latinoamericano muchas historias que nunca se habían contado. Claro, no pude contar todas las historias. Tenía una galería pequeña con un presupuesto limitado, con un espacio limitado, un tiempo limitado. Por lo regular a los curadores de MoMA que hacen ese tipo de exposiciones les dan tres o cinco años para hacerlas.

35:25
Ana Elena Mallet. A mí me dieron un año, ocho meses, entonces el esfuerzo que tenía que hacer era enorme, pero la satisfacción fue increíble. Entender cómo ese monstruo trabaja, cómo trabaja muchísima gente y trabajan de una manera impresionante, cómo se preocupan por sus públicos. Entonces hubo un momento como muy plural al final de la exposición, MoMA compró como unas 16 o 17 piezas de diseño latinoamericano que ya se quedaron en la exposición. MoMA abrió como una línea estratégica dentro del Departamento de Arquitectura y Diseño para seguir trabajando contenidos latinoamericanos y seguir comprando diseño latinoamericano, lo cual para mí es una satisfacción enorme porque yo sembré esa semilla, pero esa semilla si se sigue impulsando va a seguir floreciendo.

36:45
Leslie. Hola, mucho gusto, mi nombre es Leslie Hernández y bueno, nos comentaste en alguna ocasión que estudiaste literatura y a mí me gustaría saber cuál es la relación que hay entre el mundo de las letras y tu trabajo de curaduría.

36:57
Ana Elena Mallet. Muchas gracias, Leslie. Sí, en efecto, estudié literatura latinoamericana. Mi intención cuando hice la licenciatura era que yo iba a ser escritora, que iba a escribir ficción. Cuando empecé la carrera me di cuenta que, yo tenía la verdad un grupo de mis compañeros, éramos pocos, pero muy talentosos, gente que ahora está en la crítica de cine, que son grandes novelistas. Y yo me di cuenta que yo no tenía el talento, ni el tesón, ni lo que tenían ellos. Entonces dije no, pues por aquí no va. No voy a rendirme porque la verdad es que esa carrera fue un increíble aprendizaje. Leí todo lo que había que leer, la Biblia, el Beowulf, todos los clásicos, la literatura mexicana, García Márquez, Rulfo, de pe a pa, y creo que me nutrió muchísimo mi intelecto, el preguntarme cosas y mi cultura visual, aunque no estaba viendo cosas, pero la literatura te permite imaginarte cosas y nutrir también una cultura y nutrir tu imaginario. Al terminar la verdad terminé mi tesis, todo y yo dije pues yo no voy a escribir, o sea, no me voy a sentar horas y horas y horas a tratar de imaginar un mundo que no existe porque no es lo mío. Y terminé haciendo mi servicio social en el Museo Tamayo y me encantó trabajar en museos, o sea, la parte pública de los museos de, daba muchas visitas guiadas, de poderles transmitir lo que había en el museo, cómo había trabajado el curador, lo que quería decir el artista y ahí empezó mi trayectoria por muchos museos. Pero siempre la literatura estaba presente desde el punto de vista de la escritura, cada vez que yo hacía una visita guiada antes tenía que escribir un guión para dar esa visita guiada. Si yo ya estaba en la curaduría y hacía una exposición, tenía que escribir un texto curatorial y una ficha técnica para un público en general. O sea, no cosas sesudas y con vocabularios que la gente no entiende sino para gente común y corriente que viene el domingo a Chapultepec y entra al Museo Tamayo, aunque sea el baño, a lo mejor se topan con mi texto que les parece que es atractivo y los hace entrar en la sala de exposición. Entonces hoy sigo, la literatura sigue siendo una parte muy presente, porque leo muchísimo, no solo la etiqueta del shampoo o las redes sociales, sino por mi trabajo tengo que estar activa leyendo todo lo que está sucediendo, nuevos textos teóricos. Sigo leyendo muchísima ficción porque esa es una parte muy importante de mantener nuestro vocabulario vivo. Hoy en día con las redes sociales, entre estas nuevas palabras, el funeo, pero las siglas de que ya nos entendemos entre emojis, la verdad es que nuestro vocabulario ha perdido muchísimo punch. Y hay una parte que yo sí creo, sobre todo dando clases, que tengo que tratar de usar y eso que los uso porque lo han visto, menos anglicismos, menos palabras cortas y tratar de tener un vocabulario más amplio. Y la literatura y la ficción logran que yo pueda tener eso o que aspire a tener eso y en el momento que yo escriba, porque todo el tiempo lo que estamos haciendo, lo que estoy haciendo de montar exposiciones, pues hay que escribir textos que aunque sean cortos, la mayor parte ahora cortos, porque la gente no lee mucho, pero que traduzcan parte de lo que estoy haciendo. Entonces la literatura sigue siendo una parte muy importante de lo que hago.

40:39
Monserrat. Hola Ana. Soy Monserrat Mauricio y me gustaría saber cómo descubriste tu vocación y qué les dirías a los jóvenes que aún no encuentran esa vocación y están en busca de encontrar algo que les apasione para poder expresarlo como tú lo has hecho.

40:53
Ana Elena Mallet. Es una pregunta muy importante. Creo que hoy hay que distinguir, y sobre todo ustedes, la generación más joven, entre profesión y vocación. Y yo creo que a lo que tenemos que aspirar es a tener una vocación, algo que nos apasione, que nos permita ser parte de un ecosistema que nos permita comunicar cosas que nos apasionan. Hoy hay gente que tiene una pastelería de lujo que solo existe en Instagram y vende y tiene una gran vida sacando fotos chidas en Instagram y vendiendo pasteles en Instagram. Y me parece increíble eso. En mi época, o sea, no había manera. Entonces hoy hay muchas oportunidades, muchas áreas de oportunidad, para encontrar vocaciones que no eran esas profesiones que estaban delimitadas cuando yo empecé. Que era o eras bueno, primero el problemón de que eres mujer y seguramente te vas a casar y tu carrera va a ser mientras me caso y hoy ya vimos que eso no. Y que ya no son esas cinco profesiones que existían cuando yo empecé y que obviamente la profesión de curador ni existía, ni sabías lo que significaba. Y hoy esta parte de ser gestor cultural desde muchas trincheras, desde organizar fiestas y raves, eso es un gestor cultural también, porque el rave y el hip hop son cultura. Y si ustedes deciden dedicarse un día a hacer fiestas y ganar dinero de las fiestas y venderle a patrocinadores las fiestas y armar un fiestón que tenga contenido cultural, me parece que es súper loable y esa puede ser una vocación. Hoy creo que esas fronteras entre vocación y profesión se han fundido un poco, se han difuminado y creo que hoy deben tratar de encontrar cuáles son esas cosas que les apasiona. Si son profesiones creativas, no les voy a dorar la píldora, por lo regular trabajamos desde la precariedad, por lo regular están mal pagadas, mal acreditadas, y no se nos celebra tanto porque estamos tras bambalinas. Pero creo que hay una satisfacción, ante el no tener el reflector, hay una satisfacción de poder trabajar con muchas comunidades y poder contar muchas historias. Entonces yo creo que hay que, más que buscar esa profesión de agradar a tus papás y tengo que entrar a la universidad y sacarme diez, pues a lo mejor si tienen que hacer eso por tener el título. O sea, hoy muchos padres nos obligan a tener el título, pero yo creo que hoy con las oportunidades que hay, busquen eso, algo que les apasiona y de eso algo que les apasione ustedes pueden no sobrevivir, vivir y ganar dinero y crear un ecosistema. Yo veo muchos de mis alumnos que se inventan negocios, que eventualmente terminan siendo productivos, que si todos empezamos desde la precariedad y desde el trabajar muchísimas horas y pedirle al compadre y al amigo que nos ayude. Pero creo que hoy en día tenemos que buscar sociedades y ciudadanos más felices y una parte muy importante es tratar de buscar eso que nos gusta para dedicarle la vida entera. Porque no solo hay que trabajar para vivir, sino yo creo que hoy en día también hay que vivir para trabajar. Yo creo que yo soy un ejemplo vivo de eso. Pude, tuve la suerte y también creo que una parte importante que tiene que ver con tu pregunta es yo tuve muchos mentores muy importantes, o sea, hubo gente arriba de mí que me enseñó muchas cosas, que fue muy generosa conmigo, que me guió en estos caminos.

44:03
Ana Elena Mallet. Los mentores son muy importantes, esa gente que tenía vocación y que estaba arriba de mí y que me compartió y fue generosa y me dedicó su tiempo y su conocimiento y tener, o sea, tener esa posibilidad de decir me apasiona lo que hago y decido no trabajar para poder vivir y tener mis tiempos libres el fin de semana, sino mi trabajo y mi vida cotidiana no se diferencian uno de otro, que también puede ser un problema, no les digo que no. Hace poco alguien me decía ¿cuál es tu hobby? Ir a museos. No, no puede ser ese tu hobby, tú trabajas en museos. Tienes que tejer o algo. No, no, no, cómo tejer. Yo quiero ir a los museos, los sábados me levanto y voy a los museos y a las galerías. Pero si en eso trabajas todos los días. Sí, pero los sábados voy de espectador. Entonces, bueno, hay esos problemas que nunca dejas de trabajar, nunca dejas de trabajar porque lo que te apasiona, lo que haces. Entonces, si vas al concierto de Bad Bunny, estás viendo con ojos de museo todo. Pero eso es también parte de lo que me parece apasionante, de encontrar una vocación. Y yo sí los invitaría a que busquen una vocación y algo hoy con las oportunidades de redes sociales, o sea, no influencer de tiktokear y cantar y bailar y hacer el reto, sino de decir pues a lo mejor quiero hacer una pastelería de autor y vender por TikTok. Eso me parece que está increíble y ahí hay muchas oportunidades de hacer muchas cosas. O sea, recientemente hay una cuenta por ahí por Instagram que se llama Obras de arte comentadas, que es alguien como súper joven, que a mí me tiene completamente fascinada porque comenta las obras de arte de una manera que mi generación no lo pudo hacer y está acercando grupos de coleccionistas jóvenes pero muy jóvenes, o sea, gente menor de 20 años que está adquiriendo arte, que está juntándose a cenar para tener una buena conversación, echarse unas chelas y hablar de arte. Y estoy viendo una generación como más apasionada por encontrar una vocación y no necesariamente una profesión y un trabajo de 9 a 9.

46:47
Alan. Hola Ana, mucho gusto y un honor. Soy Alan Daniel y creo que en estos últimos años las personas ya no visitan tantos museos o los visitan con muy poca frecuencia. Entonces mi pregunta es: ¿para ti qué son los museos y por qué son importantes?

47:04
Ana Elena Mallet. Gracias, Daniel. Los museos tienen mucha competencia. Y no solo compiten con el parque del fin de semana con el cine, sino con las plataformas. O sea, yo hoy en día de repente digo por qué tengo que ir a esa cena, si tengo Netflix o tengo esta serie pendiente, ya no quiero salir. Me pasa con muchos de mis alumnos posterior a la pandemia que ya no hacen vida social, por qué van a ir al antro si tienen un maratón de El asesino serial número ocho. Y los entiendo perfecto. Y competimos contra eso. Pero yo creo que los museos tienen que ser y deben ser, y buscamos ser lugares de aprendizaje, de entretenimiento, también de encuentro con gente que tenga tus mismos intereses, de descubrir cosas que tienen que ver contigo, con la historia del país en donde vives o con la historia de un territorio en el que vives y que no lo encontrarías de otra manera. Que también te relacionas con gente creativa, los artistas y la manera en que esos artistas están viendo nuestra realidad de una manera distinta. Porque creo que los artistas y la gente creativa ve nuestra realidad de una manera distinta y nos permite ver unas ventanitas hacia otras cosas que nosotros no estamos viendo. Creo que los museos son lugares de descubrimiento propio, colectivo, que nos permiten aprender, que nos permiten pasar un buen rato por no mucho dinero y creo que ir a museos nos permite acercarnos a otras maneras de pensar y a otras maneras de ver nuestra realidad, nuestra historia, nuestro mundo que nos permite alcanzar otras dimensiones y preguntarnos otras cosas. Hola, buenas tardes Ana. Me llamo Betsabeé. ¿Qué papel ha tenido el arte y qué impacto ha tenido con la IA? Uf, qué buena pregunta. Yo no sé qué va a pasar con la inteligencia artificial y el arte. Hay muchas posturas. Hace unos meses vimos a Guillermo del Toro, nuestro gran director mexicano tapatío, hablando de que a él no le interesa la inteligencia artificial, que le gusta más la estupidez humana, que hay muchas más y que a él no le interesa trabajar una película desde la inteligencia artificial. Y sí creo que es un momento de muchísima reflexión con respecto a la inteligencia artificial, todavía creo que no podemos hablar de un futuro de la inteligencia artificial, porque todo está pasando en el presente. Tratar de parar la inteligencia artificial pues es algo que es impensable. O sea, creo que vamos a tener, como con los celulares, que aprender a vivir con ello. Pero sí creo que hay una parte muy importante de entender cómo nos aproximamos a la inteligencia artificial. Ese prompt que ahora le llamamos, esa frase que vamos a construir para pedirle cosas, esa frase al final está construida todavía por un ser humano. Entonces, mientras más pensaba, bien redactada, nutrida esté, tú vas a alimentar tu inteligencia artificial para que cada vez se parezca más a lo que tú piensas o a lo que tú dices y cómo resulta la cosa de ahí. O sea, yo creo que hay que empezar a pensar en ese binomio inteligencia artificial ser humano y entender, tenemos que entender los que damos clases, los que trabajamos creativamente, cómo funciona y hasta donde funciona la inteligencia artificial y cómo la podemos nutrir para que el resultado sea, no un esperpento, como hemos visto hay estos sitios, estas apps o estas plataformas de inteligencia artificial que construyen cosas, casas, y tú le pones el estilo de tal arquitecto con el de tal arquitecto qué resulta, y salen unos adefesios que digo cómo no le da pena a la inteligencia artificial sacar esto. Yo creo que mientras nosotros mejor entendamos a la inteligencia artificial, la nutramos, esos prompts, cómo le pedimos las cosas y no me refiero a pedírselas por favor, sino bien construidas, bien contenidas, vamos a lograr hacer de esa herramienta, porque lo que creo es eso, que la inteligencia artificial no es algo que va a venir a sustituir la creatividad humana, sino a ser una herramienta para llegar a otro tipo de soluciones que antes no conocíamos y no teníamos acceso.

50:47
Ana Elena Mallet. Pues agradecerles muchísimo que estuvieran con nosotros hoy, conmigo, que escucharan estas historias que tengo que contar. De dónde vengo, a dónde voy, lo que pienso, cómo he llegado a donde estoy. Agradecerles mucho su interés por estas profesiones, vocaciones, en lugares que no son los más visibles, que no son los más populares, que no están a la luz del día, pero que importan y que aportamos a la sociedad y aportamos a crear un imaginario asociado a nuestro territorio latinoamericano y a nuestro país, que importa mucho y que nos define muchísimo, y que en el mundo donde estamos, que cada vez la información y lo que somos se diluye. Volver otra vez y anclarnos en la cultura y escuchar estas historias y que ustedes puedan ayudarnos a comunicar esas historias es muy importante. Muchas gracias.