Einstein, la relatividad y el misterio de la luz
Ana María Cetto Kramis
Einstein, la relatividad y el misterio de la luz
Ana María Cetto Kramis
Física e investigadora
Creando oportunidades
Enseñanzas de una científica comprometida con la paz
Ana María Cetto Kramis Física e investigadora
Ana María Cetto Kramis
Desde su infancia, Ana María Cetto Kramis vivió en la Ciudad de México, cerca de la Ciudad Universitaria, un lugar que considera su segunda casa. Su interés por la ciencia comenzó con preguntas sobre el mundo físico, lo que la llevó a estudiar física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Aunque inicialmente se sintió atraída por la biología, encontró en la física un campo que le permitía profundizar en el entendimiento de los fenómenos naturales.
Cetto Kramis realizó un posgrado en biofísica en la Universidad de Harvard, donde exploró la interacción entre la luz y los procesos biológicos, un área que la fascinó desde joven. Su carrera profesional se ha desarrollado en la Facultad de Ciencias y el Instituto de Física de la UNAM, donde ha combinado la investigación con la docencia.
Además de su labor científica, Ana María ha sido una activa promotora de la paz. Inspirada por conferencias de figuras como Oppenheimer y Linus Pauling, se involucró en movimientos internacionales que buscan soluciones pacíficas a los conflictos. Su participación en el Organismo Internacional de Energía Atómica y en el movimiento Pugwash, que recibió el Premio Nobel de la Paz, refleja su compromiso con el uso pacífico de la ciencia.
Ana María Cetto Kramis también ha contribuido a la divulgación científica, escribiendo sobre la luz y participando en la creación de un museo dedicado a este tema. Su filosofía de vida se centra en un profundo agradecimiento hacia la vida y un compromiso con la justicia y la paz, valores que ha promovido a lo largo de su carrera.
Transcripción
Cómo es que este mundo material tiene esta estabilidad y al mismo tiempo es tan frágil, esa combinación de por un lado lo frágil, lo inestable, lo incluso lo caótico, por un lado, lo impredecible y por otro lado que está bien fijo, bien determinado, bien sólido, estamos entre esos dos mundos y entenderlos mejor, pues le da a uno este mucho, mucha solidez, también mucha seguridad y crecí en un ambiente de libertades dentro de disciplina porque mi papá era alemán. Imagínense si no había disciplina, pero había mucha libertad al mismo tiempo. Libertad para pensar, para hacerse preguntas, para cuestionar. Eso fue, yo creo que lo que me condujo a elegir algo que yo sentía que en lo que podía yo contribuir a algo, hacer algo nuevo.
Desde niña he estado expuesta a un mundo de diversidad cultural, de diversidad lingüística también, a un mundo muy en contacto con la naturaleza. Y he sido muy afortunada porque he estado rodeada de personas que se han regido por sus valores, por sus principios, personas muy, muy coherentes, empezando por mis padres y por los amigos de mis padres y un mundo además muy muy creativo, en donde había algunos científicos, pocos, pero había más bien artistas. El mundo de mis padres era más bien cercano al a los artistas, los artistas de la época. Cuando mis padres migraron de Europa para México, para asentarse aquí, vivir aquí, porque les decía que es un país muy interesante donde estaban pasando muchas cosas buenas, a diferencia de Europa durante la guerra. Imagínense, aquí nací rodeada pues de gente con mucho ingenio y creatividad, pero al mismo tiempo muy racional. Y es interesante cómo se puede ser racional y al mismo tiempo creativo e imaginativo. Y recuerdo en particular algunas de las, que ahora son personajes, para mí de niña, pues eran personas, ¿no?
El amigo más cercano de mi papá era Juan O’Gorman, el que hizo la biblioteca, el mural de la biblioteca en la Ciudad Universitaria y me tocó vivir esa experiencia de él haciendo, construyendo ese mural y hasta tuve permiso de poner algunas de las piedritas del mosaico. ¿No? Personas como Remedios Varo ¿han oído ustedes de Remedios Varo? Una artista surrealista, también migrada a México. Unas obras fantásticas, muy finas. Ella era igual de fina, pero basada en la ciencia. Todas sus pinturas tienen algún contenido científico al mismo tiempo. Entonces, gente así, con esa sensibilidad, con esa percepción que podía ser tan imaginativa como ella pero al mismo tiempo tan racional, pues, ese fue el regalo para mí. De mi niñez. Entonces esas cosas te marcan para toda la vida y tú no sabes a dónde vas a dar, a dónde vas a ir a dar. Tus padres tampoco lo saben, pero si sabes que, vas por un camino donde finalmente vas a estar bien encauzado. Nunca, nunca mis padres me dijeron haz esto o lo otro. No, eso no, ahí había total libertad. Por eso a mí tampoco me gusta dar consejos. Yo no doy consejos, platico de cómo me fue a mí. Trato de animar, de estimular. Pero los consejos se los dejo a otros. No me pidan consejos.
Y por eso quise estudiar biofísica, hice un posgrado en biofísica cuando todavía no existía oficialmente la biofísica y fui a la Universidad de Harvard a estudiar biofísica. Y como no existía, pues me armaron un plan de estudios con materias de todo, de química, de biología, de matemáticas… Bueno, tenía yo que ir a una de las para uno de los cursos tenía yo que ir a la escuela de medicina, en fin, así me armaron el plan de estudios y eso fue buenísimo porque me abrió las perspectivas. Me hizo darme cuenta, por ejemplo, que los biólogos y los físicos pensamos muy diferente. Los biólogos saben observar. Yo no sé observar. Bueno, yo sé hacer cuentas. A lo mejor los biólogos, los biólogos saben contar patas todavía, pero tenemos una forma diferente de aproximarnos a los fenómenos, de aproximarnos a la naturaleza. Y eso me parece fantástico, porque, en efecto, este pues en la ciencia hay que aprender a usar las herramientas que más convienen dependiendo de lo que uno quiera hacer, de las preguntas que se haga. Para mí las preguntas son más importantes que las respuestas. Si uno no empieza con buenas preguntas, no llega uno lejos. La verdad no. Porque entonces lo que uno hace no es lo mismo que ya hicieron los demás. Pero para eso uno se mete uno a estudiar una carrera científica ¿no? Eso es lo que yo llamo maquila. A mí no me interesa la maquila, a mí me interesa ir al fondo de las cosas y se puede hacer hasta también en la ingeniería. ¿No? Sí, ustedes los ingenieros, aprenden a hacer cosas que funcionen, pero ¿por qué funcionan? A lo mejor ahí no. Para eso nos necesitan a nosotros, ¿verdad?
Digo, yo. Debo decir que respeto mucho a los ingenieros, entre otras cosas porque mi esposo es ingeniero. Después se convirtió un físico teórico, pero empezó como ingeniero y la combinación me parece muy afortunada. Buen día Ana María, Mi nombre es Jorge, estudió Ingeniería Aeronáutica y siempre me ha apasionado la física por ello me gustaría que nos puedas contar de manera sencilla qué es la física cuántica. Yo empezaría por decir que es parte de la física. No crean que es algo así, extraordinario o que pertenece a otro mundo. Tampoco es magia, sino que es ciencia. Es parte de nuestro mundo físico. Lo que pasa es que la física cuántica describe fenómenos que se dan a escala normalmente muy, muy pequeña, ultra microscópica. Entonces no podemos ver directamente lo que está pasando, sino que toda la información que tenemos es más bien indirecta. No vemos, por ejemplo, los electrones que se mueven en los átomos. No los podemos ver, pero sí sabemos, analizando la luz que emiten los átomos, podemos averiguar mucho acerca de cómo se comportan los átomos. Entonces tenemos una una visión que es muy precisa por un lado, pero muy incompleta por el otro, y eso, naturalmente, pues da lugar a mucha interpretación. Por eso hay diversas interpretaciones, unas más razonables y otras más descabelladas. Pero en esencia la física cuántica, lo que describe el formalismo cuántico, describe esos fenómenos que suceden a escala pequeña y que hemos podido eh medir, observar, detectar, entender solamente de manera indirecta. La física cuántica originalmente, pues tenía que ver con la forma como interacciona la materia, los átomos, las moléculas, las partículas… con la luz. De ahí vienen los primeros descubrimientos que tienen que ver con la física cuántica y eso ha dado lugar a un campo tremendo, porque mientras tanto, pues hay fuentes de luz ya mucho más poderosas, más potentes, más precisas. Entonces se pueden describir mejor esos fenómenos y han dado lugar a muchísimas aplicaciones, también a lo mejor ustedes ya se han beneficiado de ellas. Bueno, seguramente no solamente a lo mejor se benefician de ellas o las usan independientemente de que sea beneficio o no, que no, que en sí ya es más subjetivo. Pero eh, te voy a dar un par de ejemplos.
El Láser. El principio de funcionamiento del láser fue descubierto y descrito por Albert Einstein en 1916 en un trabajo muy, muy bonito escrito en alemán publicado de unas cuantas páginas apenas en 1960. El 16 de mayo de 1960 se pudo poner a funcionar el primer láser. Ya se tenía toda la teoría, pero apenas en 1960 se funcionó. ¿Pero cuántos láseres tenemos ahora funcionando hoy en día por todos lados no? El láser es amplificación de luz estimulada por radiación. Y la usamos… La usamos en, no solamente en los laboratorios. Se usa muchísimo. En medicina se usa, por ejemplo, para una de las operaciones más exitosas que hay ahora, que es la de las cataratas Que es una de las operaciones más seguras que hay. Y es pues gracias al láser. Pero el láser se usa pues para los lectores ópticos, se usa para todo tipo de operaciones, ahora de estas, cirugía no invasiva ¿no? Para el cateterismo, para también para producir imágenes. Bueno, por todas las para leer los discos, el transporte de información, transferencia de información, ya sea por fibra óptica o por algún otro medio. Y en todos esos casos, si se dan ustedes cuenta, estoy hablando de física cuántica, que es la parte mecánica, la parte material, pero la parte que tiene que ver con la luz también, o sea, siempre está interaccionando la luz con la materia y eso es, eso es lo bonito. La materia no está sola siempre, siempre va acompañada de la luz, de la radiación, la radiación electromagnética, porque la luz es eso, es radiación electromagnética, como está.

Pues una fue la de justamente la conferencia que dio Oppenheimer aquí en México. Yo tenía 16 años cuando lo fui a escuchar y me impresionó mucho porque yo sabía que él había participado en el desarrollo de la bomba atómica, pero se presentó allí como una persona que hablaba a favor de la paz, del entendimiento entre los pueblos, del papel de la cultura, etcétera. Y entonces me parecía como pues algo contradictorio, ¿no? Y eso de alguna manera me pues me sacudió un poco, pues cuando tiene uno 16 años hay cosas que uno entiende y otras cosas que no entiende. Y poco después entré a la facultad, entré muy muy joven a estudiar la carrera y me tocaron otras conferencias también muy muy interesantes que me impresionaron. Una de ellas fue de Linus Pauling que había recibido dos premios Nobel. El primero fue como un premio Nobel de Química, porque él aportó mucho al conocimiento de como se cómo se arman las moléculas y como interaccionan entre ellas y esto. Y el segundo Premio Nobel que recibió fue el Premio Nobel de la Paz. Entonces, en esa conferencia en la Facultad de Ciencias nos habló de lo que sí, de la importancia de la paz en un momento muy importante, porque estábamos en la época de la Guerra Fría cuando había mucha confrontación y en medio de la escalada armamentista que se estaban armando más y más. Y eso también nos impresionó mucho a los estudiantes de aquella época y a mí en particular. Como que se te va quedando el gusano.
Bueno, quizás hay gente que te entra por un oído y le sale por el otro, pero a mí no me salió por el otro se me quedó adentro y cuando vi la oportunidad de participar ya de manera más activa en buscar soluciones pacíficas, entender cómo se pueden encontrar soluciones pacíficas, pues aproveché y sí me invitaron a participar en una agrupación fundada desde 1957, precisamente de personas ya con mucha experiencia, muy reconocidas, pero que representaban diferentes posturas respecto a los temas estos de solución de conflictos, personas, personajes de diferentes países de los países en conflicto que se sentaban a la mesa a discutir entre ellos y a tratar de entenderse. Y eso para mí fue sumamente valioso.
Eso fue una lección para toda la vida y yo hice muy buenas amistades allí, gente- porque había gente extraordinaria de las que yo aprendí muchísimo. Bueno, por ejemplo, de Sir Joseph Rotblat, el que recibió la mitad del Premio Nobel en aquella ocasión, cuando nosotros como movimiento recibimos la otra mitad, ¿no? Que era una gente finísima, una persona de principios. Para mí fue como un maestro. Y así he tenido varios, varios maestros, y otras personas. Por ejemplo, un colega físico al que aprecio mucho. Nos nos llevamos muy bien, un italiano. Y yo recuerdo que estaba discutiendo con otra colega también física, francesa y ella decía estábamos en la sobremesa del desayuno y en una de las reuniones anuales, y ella decía, “Es que yo no entiendo cómo se puede resolver este problema”. Algún problema político o algo así. Y entonces el colega italiano dijo “No, pero es que tú estás viendo las cosas al revés. Lo que hay que hacer es primero encontrar una solución. Así le hago yo en las matemáticas. Yo encontré una solución y después busco el problema al cual le puedo aplicar esa solución”. Y dije qué barbaridad, ¿no? Eso no va conmigo. Ese pragmatismo ¿no?
Pero si en otra, esta, en otra sobremesa también. Es que esas reuniones. Bueno, había reuniones formales serias en el auditorio, pero luego las más, las mejores, las más jugosas, eran a la hora del desayuno o de la comida o de la sobremesa. Y llegué un poco tarde y la mesa era una mesa redonda donde había pues, la mayoría de ellos eran eran hombres, ex militares, ex diplomáticos, científicos de mucho prestigio, incluso algunos premios Nobel, etcétera y… Pero estaban todos muy atentos escuchando a otro y había todavía un lugar ahí, una silla. Entonces yo me senté a ver de qué se trataba y este señor seguía hablando y seguía hablando y los demás muy atentos y decía ¿pero qué está diciendo? Bueno, estaba hablando de ese momento que fue tan, tan delicado.
Uno de los momentos más delicados en la historia de cuando estaban tratando de convencer los militares a John F. Kennedy de que este, se fuera por el lado de las armas. ¿No? Cuando estaban acercándose unas naves de la Unión Soviética, a Cuba y fue un momento en que una decisión equivocada hubiera dado al traste con una buena parte de la población. Y quien lo estaba diciendo pues era McNamara, nada menos. O sea, era el Secretario de Defensa de de Kennedy en en ese momento, el asesor que estaba preocupado por lo que estaban diciendo los militares y, pero tenía que tener cuidado de no simplemente provocar un rechazo que hubiera dado lugar quizá a una respuesta equivocada. Entonces la forma como él estaba dando los detalles de ese momento tan, tan álgido. Pues es es eso sí, se me quedó para toda la vida. Y dije vaya, estar en ese momento, en ese lugar. Sí, debe de haber sido algo, una experiencia muy particular. Pero bueno, pues ustedes ¿quién no ha visto la película Oppenheimer, ¿No? Todos la vieron y ahí hubo más de un momento realmente muy difícil, ¿no? en donde se tenían que tomar las decisiones delicadas, complicadas… Pero se habrán dado cuenta. Eso es muy importante y lo presentan muy bien en la película. A la hora de las decisiones clave, los científicos están hechos a un lado. Nosotros no somos parte de la decisión. Eso hay que tenerlo muy presente como científico. O sea, ¿cómo se puede contribuir a resolver conflictos? lo que significa escuchar al otro, lo que significa poder dialogar, poder negociar, negociar soluciones, no negociar los principios, sino las vías de solución. Y eso es eso es algo donde México aporta al mundo y lo ha hecho a través del Tratado de Tlatelolco. Lo ha hecho con el Tratado de prohibición de armas nucleares. Lo he hecho en en en muchos foros, lo está haciendo actualmente, o sea, es una ventaja que tenemos los mexicanos y que tenemos para el resto del mundo, que lo podemos aprovechar en muchos foros. Entonces ya me explayé en la respuesta, pero me pareció importante porque estamos viviendo una época en donde hay muchas guerras, donde los países siguen gastando en producir más armas, en enviar más armas a otros lados y pues no es justo que que el mundo siga así y que se siga violando, violentando no solamente los derechos elementales de las personas, incluso las vidas mismas. Y nosotros desde nuestra perspectiva pacifista, podemos ayudar a que esto se detenga y que pues haya una vida mejor para todos. De eso se trata. Esa es la verdadera paz.
Claro, también hay conflicto de intereses, allá los hay, pero entonces uno sabe cómo afrontarlos. Si no tienes tu propio código de ética, luego, a la hora de los conflictos no sabes si tomar partido, cómo tomar partido, cómo buscar una solución. Piensa en cuáles son y cuáles están ustedes dispuestos a defender y a usar. Digamos en circunstancias específicas. Y se van consolidando, o sea, uno va madurando en ese sentido y evolucionan además con el tiempo hay cosas que ahora son inadmisibles y que hace a lo mejor 100 años, pues eran naturales, ¿no? Entonces, por ejemplo, todo esto de la agresión contra las mujeres. Bueno, ahora es todo un tema, pero actitudes que había en el pasado de los hombres hacia las mujeres y que se veían perfectamente normales, ahora ya no se acepta. Como humanidad estamos evolucionando.

¿A quién no le ha intrigado lo que es la luz? ¿Todos, no? Entonces a usted se le atribuyen muchas frases, pero esa sí la dijo él y dice “todo” –bueno, la dijo en alemán, yo la voy a traducir a mi manera– algo así dijo como que “todo hijo de vecino cree que que sabe lo que es la luz y todos están equivocados”. Pero así. Eso lo dijo probablemente a principios de 1950 por ahí. Y él tenía esa y los que más han contribuido en toda la historia de la física a nuestra comprensión de lo que es la luz. Debo decirlo. Pero creo que hoy sabemos un poco más de lo que se supo en la época de Einstein, que murió a principios de los 50. Y lo que sabemos es que, bueno, si es es este, decirlo en una frase, pues si te puedes ir, la luz es radiación electromagnética y es la parte de la radiación electromagnética que está en la franja del visible para nosotros, porque los animales ven luces que nosotros no vemos y nosotros vemos luces que los animales no ven o vemos colores que no ven, ¿no? ¿Porque una cosa es lo que es la luz como fenómeno, o sea que es radiación electromagnética. ¿Que significa radiación electromagnética? Es una… podría decir una perturbación eléctrica y magnética del vacío, ¿verdad? Es un fenómeno ondulatorio de todas las frecuencias, todas las longitudes de onda y las diferentes longitudes de onda, es lo que nosotros percibimos como diferentes colores. Pero ese es ese es nuestro cerebro, el que recibe las señales de él y en la retina, donde están los pigmentos que absorben esos diferentes colores de los pigmentos. Son los que absorben colores diferentes, como los pigmentos de las hojas verdes, ¿no? Bueno, pues los pigmentos de nuestros ojos absorben diferencialmente diferentes colores y eso es lo que hace que la señal eléctrica que finalmente recibe nuestro cerebro que se transforme en una imagen, los colores, ya es algo nuestro. Es más, yo no sé si lo que llama color verde es lo mismo que tú ves como color verde. Pues quién sabe, a lo mejor no, pero ese ya es subjetivo.
Pero lo que lo que sí es objetivo es que es radiación electromagnética que al viajar de un lado a otro porque irradia, es radiación, transporta energía y transporta también cantidad de momento, cantidad de movimiento o impulso. Si quieren ustedes y viaja siempre en el vacío con la misma velocidad, independientemente de si te estás moviendo tú o no, te estás moviendo, si estás fijo o te mueves, la ves siempre con la misma velocidad. Y eso fue lo que indujo precisamente a Einstein a desarrollar la teoría de la relatividad, ¿no? La observación de que todos vemos la luz viajando a la misma velocidad, aunque nosotros nos movamos con diferentes velocidades, es muy interesante. Esa es la base de la teoría de la relatividad. Y recuerdo que, bueno, el primer experimento que hice cuando entré a la facultad fue precisamente, bueno, un experimento que todos ustedes pueden hacer en casa. Lo que hice fue conseguirme una cartulina y una navaja y se le hice dos ranuras a las dos rendijas muy finas paralelas pegaditas a la cartulina. Le puse este… la iluminé con un… oscurecí mi cuarto y encendí un foco y entonces vi que había al otro lado de la cartulina cómo se había proyectado la luz que pasó por las dos ranuras.
Bueno, ese es un experimento que hizo un señor en 1800, que se llamaba Thomas Young, que por cierto no era físico porque no había físicos en la época. O sea, él era médico, era filósofo o era este traducía jeroglíficos, pero también hizo ese experimento y fue el primero que lo reportó y dijo “ojo, aquí la luz no pasó como si fueran pelotitas, porque aparecen más bien como ondas detrás de esto”. Y él llegó a la conclusión de que la luz era un fenómeno ondulatorio y eso me llamó mucho la atención. Yo dije yo voy a hacer ese experimento y sale precioso. Cuando fui a recoger la fotografía, la la fotografía, ¿verdad? al estudio que me la reveló y dije “¡qué bonito!” el espectro ahí con con luz máxima y los mínimos y de colores y eso, pues me llamó la atención. Y ya después hice otro experimento que fue, este, tomé hojas de plantas del jardín y las escogí las más verdes, las machaqué y hice una solución con eso verde que obviamente era clorofila, y entonces hice pasar la luz y también apareció ahí el espectro con las rayas verdes, ¿no? de la luz que había pasado y la que no había pasado. Y dije no, pues es que la luz de verdad nos abre todo un mundo, no solamente a los artistas, también a nosotros. Y siguió persiguiendo la luz. Cuando fui a Harvard fue precisamente porque yo como física quería entender cómo es que las plantas, tienen una capacidad de captar la energía de la luz con tanta eficiencia.
Y me puse a estudiar eso desde el punto de vista de la física, y llegué a la conclusión de que ahí estaba interviniendo ya un fenómeno cuántico. Eso es interesante porque no era lo que se decía en la época y ahora ya se reconoce. En aquella época, si yo hice mi tesis de maestría sobre eso y dije “aquí hay un fenómeno que lo explica, la mecánica cuántica”. ¿Cómo es que la luz, la energía de la luz pasa del pigmento verde, pues el que absorbe la luz hasta el centro de reacción donde se producen las reacciones químicas que dan lugar a la construcción de las moléculas con energía? La glucosa ¿no? Que es la que nos da a nosotros la energía. O sea, las plantas captan la energía de la luz y la transforman en las hojas, en los cloroplastos, de las hojas. Las transforman en energía química, en esas moléculas que nosotros y los otros seres vivos lo ingerimos, y esa es nuestra fuente de energía, ¿no? Así que fantástico. Entonces hay que entender eso. Ya después, por razones personales, me regresé a México y como aquí no había biofísica, pues me metí a la física otra vez. Pero ahí seguía el gusano de la luz. Entonces el Fondo de Cultura Económica inició una serie de libros que no sé si ustedes conozcan, que originalmente se llamaba La Ciencia desde México y me invitaron a escribir uno de los libros, para esa colección y yo no lo pensé dos veces. Voy a escribir un libro sobre la luz y escribí mi libro sobre la luz. A raíz de ese libro. Entonces el rector de la UNAM de esa época de principios de los 90 que era el doctor Sarukhán, me invitó a encargarme de un proyecto para un nuevo museo y había decidido que el museo se dedicara al tema de la luz. Ay fantástico. ¿Pues claro, no? Entonces sí le dije “bueno, si este, yo acepto, naturalmente esta invitación, si me permite formar un pequeño equipo multidisciplinario”, porque la luz abarca todas las disciplinas, todos los ámbitos del conocimiento y toda la vida. Y dice “si, si, está bien”, entonces armamos un pequeño grupo con este…
Una persona que diseña instrumentos ópticos, un astrónomo, una arquitecta, este, un historiador de arte, un filósofo, una química, un ecólogo, un ingeniero, otro físico y pusimos manos a la obra, nos divertimos mucho y luego me invitaron a ayudar a promover el Año Internacional de la Luz, que logramos que lo aprobaran la UNESCO, la Conferencia General de la UNESCO y luego lo llevamos a Nueva York, a la Asamblea General de las Naciones Unidas para que se proclamara el Año Internacional de la Luz y fue en 2015 y hubo muchas, muchas actividades. A lo mejor algunos de ustedes, los menos jovencitos, participaron en alguna de las actividades. Hubo aquí en la Ciudad de México, hubo en toda la República, en todo el mundo de hecho, y la clausura internacional del año Internacional de la Luz fue en México, en Mérida. Yo recuerdo que una de las características más importantes que yo siempre le he visto a la luz es el hecho de que es la que nos ha permitido saber dónde nos encontramos en el mundo, en el universo y qué es lo que nos rodea. O sea, si no tuviéramos la luz, la radiación electromagnética más en general, ¿verdad? No tendríamos idea de dónde estamos. Ha sido gracias a la luz que sabemos que, bueno, que el universo lleva del orden de 14.000, quizá 13.500 quizás 14.500 millones de años, ¿verdad? de existencia. Que quizá hubo una gran explosión, ahí todavía los cosmólogos y los astrofísicos no se acaban de poner de acuerdo. Pero en fin. Y que estamos y que vivimos en un sistema planetario que forma parte de una galaxia, etcétera, etcétera Todo eso lo sabemos gracias a la luz.
Se están haciendo esfuerzos, se está invirtiendo mucho desde hace tiempo en la fusión nuclear, por ejemplo, que sería una solución, pero llevan, pues desde que yo entré a la carrera se habla de que ya se estaba resolviendo y todavía no se resuelve. O sea, los problemas tecnológicos son complicados. Yo no descarto ninguna, ninguna, ni siquiera la energía nuclear la descarto porque si se aprende a manejar bien el tema de los desechos radiactivos, etcétera –que de por sí hay que manejarlos porque de los hospitales también salen desechos radiactivos, pero a otra escala ¿no?– Sí, si se maneja bien el tema de la seguridad de las plantas, etcétera puede ser una solución, pero siempre hay que pensar en las otras soluciones y en el contexto en el que se están aplicando. Claro, si tenemos un desierto donde podemos instalar fácilmente, sin crear mucho problema ambiental, podemos instalar plantas solares, pues a todo dar. Pero aún las plantas solares ¿no? aún la solución fotovoltaica no es una solución perfecta, No hay solución perfecta. Eso hay que reconocerlo. Entonces, en cada país, sí se requiere estudiar qué es lo que más conviene en función de los recursos naturales, del impacto del medio ambiente, de su situación geográfica, geológica, geofísica, todo eso y llegar a una solución e invertir en ella.
Entonces cada país sí debería tener una política energética autónoma, claro, dependiendo también de lo que puede dar y recibir de los otros países, pero deberían ser, cuando menos, soberanos en su decisión de política energética. No descarto ninguna ni la solar, ni la nuclear, ni las otras. Hay que considerarlas todas.

Entonces, yo abogo mucho por esa parte de la educación científica, pero no simplemente de decir “ciencia es… pues lo que presentan en las cápsulas de divulgación”, ¿no? De que en la planta nuclear fulana que es… No, no, eso no es ciencia, es un producto ya muy puntual de la ciencia. Yo más bien pienso en ciencia como el proceso este de producción de conocimiento, de descubrimiento, de búsqueda de respuestas. Eso para mí es el es el abordaje científico. La ciencia para avanzar requiere de creatividad. Si no, pues sí se podrán producir nuevas tecnologías, se pueden desarrollar nuevos algoritmos. Pero, si no se alimenta la creatividad en el fondo, pues al rato ya también esos desarrollos tecnológicos no van a ser nuevos tampoco, porque falta la creatividad en la ciencia misma y esa está en entredicho. Hay analistas que dicen que no estamos viviendo la época más creativa de la ciencia por esto mismo. Entonces yo sí estoy muy a favor de de la creatividad, aunque a veces no es fácil, pero yo creo que sí es muy importante que eso se logre imprimir más como parte de la educación, porque además, pues hay que pensar que si hablamos de la ciencia como la conocemos ahora, como el producto de lo que sale de nuestros laboratorios, lo que se publica en las revistas especializadas, etcétera, pues es algo muy particular que mucha gente… que no alcanza mucha gente, ni siquiera si aunque supiéramos aquí, pues este hablar inglés también y leerlo, etcétera no es lo mismo.
Además hay mucha gente que habla otros idiomas, que ni siquiera tiene idiomas, que no manejan los conceptos científicos que nosotros manejamos. Y sí, yo tengo experiencias muy interesantes en ese sentido porque hemos trabajado en la traducción de materiales científicos sencillos, así unas como imágenes donde vienen por ejemplo el cielo con las estrellas y el movimiento de los planetas, y eso, a otros idiomas, a 25 idiomas de los idiomas originarios que hay en México, que son muchísimos, son 64, con 360 variantes, algo así, ¿no? Entonces este escogimos 25 idiomas de estos y trabajando con maestros bilingües los tradujimos a, intentamos las traducciones a los otros idiomas y entonces nos encontramos con que en los otros idiomas no tienen los los términos porque no manejan esos conceptos, ¿no? Por ejemplo, una semana el concepto de temperatura, que para nosotros es tan normal, ¿no? O recuerdo cuando había una imagen que explicaba cómo es que se dan las diferentes estaciones del año, porque la tierra pues este gira pero sobre un un eje que está inclinado respecto del plano de la eclíptica, no está inclinado el eje, y nos dijeron que ¿qué es eso de inclinado? ¿No? Pues que está así hasta chueco. No, no, chueco, inclinado, pero no tiene la palabra para inclinado. Entonces ponían chueco, ¿no? Hubo otra, una maestra que nos dijo no, no, no, eso yo no lo puedo llevar a mi, a mi escuela. ¿Por qué? Pues porque dicen ustedes que el sol es una estrella. El sol es el sol No es simplemente una estrella. No. ¿Que pusimos? Que entonces todas las estrellas, incluido del sol. No. El sol es diferente. ¿Entonces como no pueden decir simplemente que son estrellas? Entonces hay formas diferentes de entender, de crear conocimiento, por lo tanto, y de entenderlo y eso se expresa en los diferentes lenguajes y eso nos da diversidad. Entonces hay que tener mucho cuidado qué es lo que queremos transmitir con conciencia o ¿qué es ciencia para nosotros?
¿Es todo ese sistema de conocimiento o solamente lo que se produce en los laboratorios y se publica en las revistas especializadas? Entonces ahí hay todo un tema. Y yo pienso que lo que importa de la ciencia, ya hablando del sistema educativo, es esa forma que tenemos de quizá de hacernos preguntas y de tratar de entender la naturaleza, de escucharla. O también a la sociedad, también de escucharla, ¿no? y reunir todos esos conocimientos para, pues, crear un sistema de conocimientos más amplio que no excluya nada y que no excluya esas diferentes formas de pensar y de entender la naturaleza y el mundo en que vivimos. Yo creo que eso hace mucha falta y nosotros como un país, como una nación, pues multicultural, lo deberíamos entender mejor. Eso es algo que nosotros podemos enseñar al resto del mundo, que se puede convivir, que nos podemos entender entre nosotros con nuestras diferencias. Y esa es una… se convierte en una aportación cuando te das cuenta de que tienes esa facilidad de entender al otro, de como dicen, de ponerte en sus zapatos, las otras personas que no están acostumbradas a ello de repente se dan cuenta que hay otra forma de asociarse, de vincularse al resto de la humanidad. Y eso es algo que nosotros individualmente y también como país, le damos al resto del mundo. Y hay muchos ejemplos de ello.
Cuando tengo contacto con con artistas, ellos me dicen que también el arte es una forma de descubrir, no solo de crear, sino de descubrir, incluso de predecir, ¿no? Y eso es interesante porque, uno de los atributos, de que suele dársele a las teorías científicas, es precisamente su capacidad de predicción. Y esa capacidad de predicción a veces –o de ver hacia adelante, de ver cosas que nosotros no vemos– a veces la encuentro también entre los artistas, entre los escritores, los pintores, ¿no? O sea, ¿qué es lo que tenemos en común? Yo creo que lo que tenemos en común es que nos damos la libertad y quizá el tiempo de reflexionar y de profundizar, ¿no? Y es lo que finalmente, pues nos permite pensar en la posibilidad de alguna vez, visitar Marte o vivir en la Luna, o qué se yo, como que están soñando aquí algunos de los presentes. Es eso, no es la simple tecnología lo que nos va a llevar allí, sino esa convicción que tenemos de que como seres humanos podemos ir más allá. Y en eso nos distinguimos, por ejemplo, de los animales, ¿no? Esa conciencia que tenemos de que podemos ir más allá como resultado de nuestra creación, de nuestro pensamiento y de ponerlo en la práctica.
